Registro de representantes [pasos]
Lope de Rueda
[Nota preliminar: Edición digital a partir de la edición de Pasos completos de Emilio Cotarelo y Mori, Madrid, RAE, 1908, y cotejada con las ediciones críticas de Ángeles Cardona de Gibert (Barcelona, Bruguera, 1967), Francisco García Pavón (Madrid, Taurus, 1966), Fernando González Ollé y Vicente Tusón (Madrid, Cátedra, 1981) y José Luis Canet Vallés (Madrid, Castalia, 1992). Recomendamos la lectura de estas dos últimas y la consulta de sus glosarios, imprescindibles para la correcta comprensión de los textos de Lope de Rueda.]
Quinto paso, muy gracioso, agora nuevamente compuesto por Lope de Rueda. Introdúcense en él las personas siguientes: |
|||||||||||||
|
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Pasa delante, señora Sebastiana, y cuéntame por extenso, sin poner ni quitar tilde, del arte que te pasó con esa piltraca disoluta, amiga d'ese antuviador de Estepa; que yo te la pondré de suerte que tengan que contar nascidos y por nascer de lo que en la venganza por tu servicio hiciere. |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- Que no, sino cuál hinchiría su cántaro primero a la fuente, venimos a palabras y a las manos, y habiéndome rompido una toca... |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¡Ah, pese a la puta! ¿Por qué no me hallé presente? |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- ... me llamó de bordonera, piquera y que su servilla valía más que todo mi linaje. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¡Ah, putañona! ¡Como si yo no supiese que su madre fue una segunda Celestina! |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- Y amenazándola yo contigo, me dijo: «Váyase el ladrón desorejado... |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿Que tal osó decir? ¡Ah, Dios, y cómo no se hunde la tierra! |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- ... que si no se huyera de la cárcel como se huyó, le hicieran escribano real y le pusieran en la mano una péndola de veinte y cinco palmos». |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¡Toma y si sabe de metáforas la poltronaza! |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- Y otras veinte bellaquerías que, por no darte enojo, dejaré de decir, amigo Sigüenza. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Ya, ya, no me digas más. «¡Ladrón desorejado!». ¿Y de dónde le han nascido alas a esa lendrosilla? ¡Déjame con ella! Pero quien viere un hombre como yo tomarse como una gallina, ¿qué dirá, habiendo conquistado los campos en Italia que todo el mundo sabe? |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- La sucia, como te ve con ese becoquín de orejas y los lados rasos, atrévese a hablar, diciendo que te las cortaron por ladrón. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¡Ah, pícara! ¿Por ladrón a mí? ¿No sabe Dios y todo el mundo que nunca hombre ganó tanta honra quedando sin orejas como quedé yo? |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- Yo te creo; pero dime, señor Sigüenza: ¿cómo te lisiaron d'ellas? |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- En el año de quinientos y cuarenta y seis, a nueve días andados del mes de abril, la cual historia se hallará hoy en día escrita en una tabla de cedro en la casa del Ayuntamiento de la isla de Mallorca, habiendo yo desmentido a un coronel, natural de Ibiza, y no osándome demandar la injuria por su persona, siete soldados suyos se convocaron a sacarme al campo, los nombres de los cuales eran, Dios les perdone, Campos, Pineda, Osorio, Campuzano, Trillo el Cojo, Perotete el Zurdo y Janote el Desgarrado. Los cinco maté y los dos tomé a merced. |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- ¡Válame Dios, qué tan gran hazaña! Mas las orejas, dime, señor, ¿cómo las perdiste? |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- A eso voy. Que, viéndome cercado de todos siete, por si acaso viniésemos a las manos no me hiciesen presa en ellas, yo mismo, usando de ardid de guerra, me las arranqué de cuajo. Y arrojándoselas a uno que conmigo peleaba, le quebranté once dientes del golpe, y quedó torcido el pescuezo; donde al catorceno día murió, sin que médico ninguno le pudiese dar remedio. |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- ¡Válame Dios, qué golpe tan cruel! ¿Qué fuera si le dieras con piedra o con otra cosa semejante, cuando con tus orejas tal le paraste? Mas, ¿cómo dice aquella pulga que anduviste no sé qué tiempo en las galeras por ladrón? |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿Ladrón? ¡Ah, putilla, putilla, azotada tres veces por la feria de Medina del Campo, llevando la delantera su amigo, o rufián por mejor decir, Estepa! ¡Ah, Estepilla, Estepilla! ¿No vendrían a tus orejas semejantes palabras para volver por esa andrajosa y vengar este mi airado corazón? |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- ¿Ello es ansí que fuiste en galera? |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Es la verdad, que anduve en la galera Bastarda, contra mi voluntad, no sé qué años. Mas, mirad qué va de ladrón a hombre vividor. |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- ¿Qué llamáis vividor, señor Sigüenza? |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿No te paresce qu'es harto buena manera de vivir salirse el hombre a la plaza de mañana y volverse antes de mediodía con la bolsa llena de reales, sin ser mercader ni tener oficio? |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- Harto bueno es aqueso. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Cat'ahí, pues, por qué afrentan a un hombre de honra y le hacen semejantes injusticias, con usar mi oficio tan limpiamente como todos cuantos hombres de mi arte lo puedan usar, y an por ventura un poco mejor. |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- ¿Cómo limpiamente? |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿No te paresce qu'es harta limpieza y destreza de manos traer cuatro o cinco bolsas y faltriqueras a casa, sin comprar el cuero de que son hechas, y vaciar las tripas en mi poder? |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- Oye, que Estepa viene. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Por tu vida, ten, tenme esta espada. |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- ¿Para qué? |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Tenla tú y calla, que éstos son unos nuevos términos que tengo yo en reñir. |
|||||||||||||
ESTEPA.- ¡Ah, Sigüencilla! ¿Paréscete bien de blasonar de quién vale más que tu linaje, ni poner lengua tras de ninguno? |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿Yo, señor Estepa? ¿Qué blasoné? |
|||||||||||||
ESTEPA.- Agradesce que estás sin espada. |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- [A SIGÜENZA.] ¡Tómala, Sigüenza! |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- [A SEBASTIANA.] ¡Quítamela delante, diablo, que yo la tomaré cuando menester sea! |
|||||||||||||
ESTEPA.- Di, bellaco: ¿no te paresce que esa tu mujercilla no es bastante para descalzar el chapín de la mía? |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Espérese, señor; certificarm'e d'ello. ¿Es verdad lo que dice el señor Estepa, Sebastiana? |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- ¡Pues no será! ¡Si en mi vida le he visto traer chapines! |
|||||||||||||
ESTEPA.- Dejémonos de gracias, doña bruta, andrajo de paramento. Y vos, don ladrón, tomá vuestra espada. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Que no es mía, señor, que un amigo me la dejó con condición que no riñese con ella. |
|||||||||||||
ESTEPA.- Pues desdecíos, como a cobarde que sois, de lo que dejistes delante de vuestra amiga. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿De qué, señor? |
|||||||||||||
ESTEPA.- De que me habían azotado en Medina del Campo, siendo la mayor mentira del mundo. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿Desdecirme? No, no, no me paresce cosa suficiente. [A SEBASTIANA.] ¿Qué's de la espada? |
|||||||||||||
SEBASTIANA.- [A SIGÜENZA.] ¡Hela! |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- [A SEBASTIANA.] Quítala de ahí, no la vea, que mejor será que me desdiga. |
|||||||||||||
ESTEPA.- Acaba, ladrón azotado. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿Ladrón azotado? ¡Sús! Perdóneme, que no me quiero desdecir. |
|||||||||||||
ESTEPA.- ¿No...? ¡Pues aguardá! |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Téngase, señor, que yo me desdiré; pero ha de ser con toda mi honra, si a vuestra merced le placiere. |
|||||||||||||
ESTEPA.- ¿De qué suerte? Veamos. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- D'ésta: qu'es muy gran verdad que lo dije como un grandísimo tacaño, y que estaba borracho y fuera de mi seso. No hay más que tratar. |
|||||||||||||
ESTEPA.- Pues más habéis de hacer. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Haré cuanto vuestra merced mandare. |
|||||||||||||
ESTEPA.- Que me deis l'espada. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿Cómo daré lo que no es mío, señor? |
|||||||||||||
ESTEPA.- Digo que me la habéis de dar. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Dádsela, señora Sebastiana, por amor de Dios. |
|||||||||||||
ESTEPA.- Esperá, que por fin y remate habéis de recebir de la mano de vuestra amiga tres pasagonzalos en esas narices, bien pegados. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¡Señor, por amor de Dios! Si puede ser, no sean pasagonzalos, sean pasarrodrigos. |
|||||||||||||
ESTEPA.- ¡Sús! Arrodillaos, porque más devotamente los recibáis. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- Ya estoy, señor, arrodillado; haga de mí lo que se le antojare. |
|||||||||||||
ESTEPA.- Ea, dueña, ¿qué aguardáis? Dalde recio. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¡Oh, pésete a quien me vistió esta mañana! |
|||||||||||||
ESTEPA.- Tened tieso ese pescuezo. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¡Señora Sebastiana, miserere mei! ¡Pasito, no tan recio! |
|||||||||||||
ESTEPA.- Bien está; dejaldo para quien es. Veníos conmigo. |
|||||||||||||
SIGÜENZA.- ¿La moza se me lleva? ¡Ah, Sigüenza, Sigüenza! Igual fuera no desdecirte y reñir de bueno a bueno con este Estepilla, y no quedaras sin honra y despojado de moza y harto de pasarrodrigos. ¡Ay, narices mías, que aún me duelen! En seso estoy de ponellas en un culo de un perro por que se ablanden. ¡Sús! En seguimiento me voy de mi Sebastiana. |
|||||||||||||
FIN |
Sexto paso, muy gracioso, agora nuevamente compuesto por Lope de Rueda. Introdúcense en él las personas siguientes bajo escritas: |
|||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¡Que sea verdad esto, ribaldo tacaño! |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Sí, sí pienso que será, pues vuestra merced lo dice. Déjeme por su vida, ávese de ahí. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- En fin, ¿que verdad es? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¿Lo qué, señor? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¿Lo qué, diz? ¿Qué? Comerme la libra de los turrones de Alicante que estaban encima del escriptorio. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Eso, no. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- En fin, ¿que miento? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Yo no digo que miente, sino que no es verdad. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¿Que no? Esperá un poco. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¡Ah, paso, señor! Suélteme, que yo lo diré quién se los ha comido. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Veamos quién, acabemos. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Vuestra merced ha de saber que yo no, no..., que yo..., qu'el... ¿Cómo se llama? El... ¿Cómo se dice? Desviese un poco de la puerta, por que no nos oiga nadie. Que Periquillo los ha traspuesto. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Cata qué dices... |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Sin falta; porque yo sé qu'es gran comedor de turrones. Mochacho que se los come sin pan, delo a la gracia de Dios. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¡Periquillo! |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- ¿Quién llama? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Salí acá, Periquillo; el señor es, que os quiere hablar en secreto. |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- ¿Qué manda? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¿Qué mando? ¡Tomá, don bellaco, goloso! |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- ¡Y..., señor! ¿Por qué me da? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Llevaos eso entretanto que lo sepáis. |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- ¡Válame Dios! Señor, ¿no sabremos por qué me dio? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Porque os comistes... |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Sí, por eso, porque os engolistes... |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¡Calla tú! Porque os comistes una libra de turrones qu'estaban encima del escriptorio. |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- ¿Yo? ¿Quién lo dice? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Éste. |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- ¿Tú lo dices? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Yo lo dije, pero no creo que será Periquillo, señor, porque es honrado mozo y no tiene menos que valer. Errado m'e, pecador de mí, que por decir Gasconillo dije Periquillo. |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- ¡En fin, que tu yerro había de caer sobre mis espaldas! |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Calla, hermanico, ten paciencia, que algún día pagaré quizá por ti. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Anda, pues, llama al Gasconillo. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¡Gasconillo! |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Qui vos pras, qué volets? Aguardats un pauch. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Creo que se los está comiendo; llámele vuestra merced. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¡Gasconillo! |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Qué mandats? Diu us dé saylud tuta una maysada? Craves de Diu! Qué's acró, señor? Qué vos debi? Por qué vos arrencorats contra mí? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¡Dele, señor, dele! ¡No pare, adelante! Una primera, otra por mí, que bien lo meresce. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- No me direts, si hu pras o si hu pesa, por qué me habets sacudits desú la costielles? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Porque os habéis comido los turrones de Alicante. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Jesú, Jesú! Sancta Bárbera! Yo turrions? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Sí, tú, turrones d'encima del escriptorio. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- E qui vo l'a dit? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Yo sé quién lo ha visto. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Per la San Diu, que vos mentíes desús la meitá de la gorja! Que yo no l'a manjat le turrions de l'escritiura! Vo l'abé vist, amor dis cans? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- No, no creo que es él, pues que lo jura. Perdona, Gasconillo. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Agoras me dicets «perdonay», chocarrayro, argines de pan? Paresce vo bona consecuensa? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¿D'eso te enojas? Antes te debes holgar por ello. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- E por qué m'e de folguiar? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Porque ternás anticipado el recibo para cuando al señor algo le debieres. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Pillats le vos tau recebemento e botets le en vostra causa, truncho de quiol, rábano de leytugas! |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Acabemos ya. Pues dices que ninguno d'estos dos se los ha comido, sepamos quién se los comió. Salgan estos turrones; si no, yo te los sacaré de las costillas. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- No me perturbe vuesa merced, que yo se lo diré punto por punto. Espere, yo pienso justa mi consciencia... Ven acá, Gasconillo. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- E para qué me cramas? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¿Paréscete a ti que se los ha comido Guillemillo? |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Gallamillo? El que me vinets a panar la botifarda anuenyt de le gradielles? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Así, a ése. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Tú dices la vertá; ése l'a manjat. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Ya ve vuesa merced cómo el Gasconillo dice que a Guillemillo se los vio comer. |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Sí, Gallamillo. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Llámale; veamos si habemos de desmarañar este negocio de turrones. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¡Guillemillo! |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Gallamillo! |
|||||||||||||||||
GUILLEMILLO.- ¿Qué voces son éstas? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¿No saldrás? |
|||||||||||||||||
GUILLEMILLO.- Ya salgo. ¿Qué quiere, señor? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- Lo que quiero es esto: ¡tomá, don rapaz! |
|||||||||||||||||
GUILLEMILLO.- ¡Ay, ay, señor, por amor de Dios! |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¡Dele, señor, no pare, pues por amor de Dios le pide! |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Botats ne mays, siñor! An agoras pagarats le turrions e la botifarda tot en un cop. |
|||||||||||||||||
GUILLEMILLO.- ¡Pecador de mí, señor! ¿A qué fin me dio? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¿A qué fin, cara sin vergüenza? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¡Bien lo sabréis, vergüenza sin cara! |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Carats, moyrro de fuyrón, que siñor vos o diray! |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- A fin que se os pueda fiar cualquiera cosa de comer. |
|||||||||||||||||
GUILLEMILLO.- ¿Qué cosa? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¿Qué cosa? Dime, desvergonzado: ¿y los turrones que estaban encima del escriptorio? ¿Qué's d'ellos? |
|||||||||||||||||
GUILLEMILLO.- ¿Los turrones, señor? ¿No me los pidió él que se los diese, y los encerró de su propia mano dentro del escriptorio? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¡Por vida mía, que dice verdad! ¿Habéis visto qué gran descuido que ha sido el mío? |
|||||||||||||||||
GUILLEMILLO.- ¿Y paréscele bien haberme dado sin culpa? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¿Y a mí molerme aquestas espaldas, que no parescía sino molino batán, según descargaba? |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- ¡Y a mí, pajas! |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- E qué vo paresce de acró, de aquestos neguecios o facendas, mustramo? |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¿Qué me paresce? Es, porque no estéis quejosos de mí, que se partan los turrones en cuatro partes, y en pago de la disciplina se lleve cada uno su pedazo. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Eso es, señor. En cuanto a su propuésito, aguarde un tantico. ¡Mochachos, a consulta! Tú, Perico, ¿quies turrones? |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- Yo, ni aun vellos. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¿Y tú, Guillemillo? |
|||||||||||||||||
GUILLEMILLO.- Yo, ni aun gustallos. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¿Y tú, Gasconillo? |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Yo, botats los sus la fiorca. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¿Queréis que nos esquitemos todos de la paliza? |
|||||||||||||||||
TODOS.- Sí. |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¿Tú no le volverás tu parte? |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- ¡Pues no! |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Pues aguardad. Mosamo, oiga, si manda. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¿Qué quieres? |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- Allegue a conversación, que ya'stamos concordados. |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¿Y es...? |
|||||||||||||||||
GASCÓN.- Siñor, acró es la concordanza: carayson, caralaysones! Tom'ahí, manjar vos podíes las turriones! |
|||||||||||||||||
DALAGÓN.- ¡Paso, paso! |
|||||||||||||||||
PANCORVO.- ¿Pasáis? Pues yo envido. |
|||||||||||||||||
GUILLEMILLO.- Yo, lo que puedo. |
|||||||||||||||||
PERIQUILLO.- Yo, lo que alcanzo. |
|||||||||||||||||
FIN |