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31

(Middlesex: Penguin, 1978) 257.

 

32

Cuando Fuller menciona la maternidad, dice lo siguiente: «Earth y Knows no fairer, holier relation than that of a mother. It is one which, rightly understood, must both promote and require the highest attainments. But a being of infinite scope must not be treated with an exclusive view to any one relation. Give the soul free course, let the organization, both of body and mind, be freely developed, and the being will be fit for any and every relation to which it may be called». (Columbia, S.C.: U of South Carolina P, 1980) 84.

 

33

Goldberg 73-74.

 

34

«De la educación» 232.

 

35

«De la educación» 232, 233. Que yo sepa, los jóvenes de la generación argentina del 37 nunca mencionan a Lizardi. Lo nombro aquí porque como liberal racionalista de la generación anterior a Sarmiento, es un buen punto de comparación. Son particularmente útiles para esta discusión el artículo de Jean Franco sobre La Quijotita, «Women, Fashion and the Moralists in Early Nineteenth-century México», en Homenaje a Ana María Barrenechea, eds. Lia Schwartz Lerner e Isaias Lerner (Madrid: Ed. Castalia, 1984) 421-30, y el libro de Joan B. Landes, Women and the Public Sphere in the Age of the French Revolution (Ithaca: Cornell UP, 1988).

 

36

«De la educación» 233-34. Una cualidad que no se menciona aquí y que generalmente se incluye en este tipo de catálogo de los defectos femeninos es la coquetería. En 1843, en una reseña teatral titulada «Un matrimonio en el reinado de Luis XV, comedia de Dumas traducida bajo el título de "Un casamiento sin amor"», «Sarmiento avanza un análisis de la coquetería que es bastante favorable a la mujer. La define como una "sublime treta", o, para pedir prestado el término que recién popularizó Josefina Ludmer, una treta del débil: La coquetería es el medio porque la libertad de las mujeres se escap(e) del despotismo de los hombres»; son «las arterias con que... (ella) compensa las desventajas de su posición» (El Progreso, 18 de Abril, en Obras (Santiago: Imprenta Gutemberg, 1885) 2: 153 y 152).

 

37

Jane Rendall ha descrito el libro de Aimé Martin como «extraordinarily influential throughout Europe and the United States» durante ese período (123). En 1843 Sarmiento hará resaltar el prestigio de la obra, escribiendo que su «título testificó la Academia francesa. Acordando a su autor al gran premio de 10.000 francos, y ha sancionado la aprobación del mundo civilizado por trece numerosas ediciones y la traducción en todos los idiomas cultos» («Colejio de las monjas francesas», El Progreso, 16 de Febrero, en Obras 4: 279).

 

38

Aimé Martin, «Lectura instructiva. Escuela y métodos. El verdadero maestro de los niños», El Progreso 28 de Diciembre de 1842: 2-3.

 

39

Aimé-Martin, «Del alma de los pueblos», El Iniciador 1 de Octubre 1838, en Repro. facs.: 256-57.

 

40

De l'Education des Mères de Famillie ou de la Civilisation du Genre Humain par les Femmes (Bruxelles: Meline, Cans et Comp., 1837) 68.