1
Así lo destaca Allison William Bunkley en Vida de Sarmiento (Buenos Aires: EUDEBA, 1966), p. 120.
2
Sobre esta influencia, véase el excelente trabajo de Natalio Botana La tradición republicana (Buenos Aires: Sudamericana, 1984), para quien la comprensión cabal de la sociedad moderna sólo será fruto de los viajes a Europa y, sobre todo, a Estados Unidos, mientras que la imagen de la sociedad presente en Facundo se ha elaborado sobre la experiencia de la ciudad agrícola.
3
Paul Verdevoye, Domingo Faustino Sarmiento, éducateur et publiciste (entre 1839 et 1852) (Paris: Institut des Hautes Études de l'Amérique Latine, 1963), p. 91.
4
Mi interés por los textos de Sarmiento sobre Santiago se originó precisamente en un estudio que estoy realizando sobre los sectores populares de la capital chilena en el siglo XIX, para el que encontré en ellos una guía excelente. Puede verse mi trabajo «Urbanización y sectores populares: Santiago de Chile, 1830-1875», en EURE, Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales, XI, 34 (Santiago de Chile, octubre de 1984). Y también La «Sociedad de la Igualdad». Los artesanos de Santiago de Chile y sus primeras experiencias políticas, 1820-1851 (Buenos Aires: Editorial del Instituto T. Di Tella, 1978).
5
Ese crecimiento, menor que el de Valparaíso, superaba al de la mayoría de las capitales hispanoamericanas. Hacia 1823 se estimaba su población en unas 35.000 personas, cifra doblada largamente dos décadas después. Cfr. Richard M. Morse, Las ciudades latinoamericanas, t. II (México: Sep Setentas, 1973), p. 29.
6
Alberto Blest
Gana, Martín Rivas, primera edición, 1862, y
Costumbres y viajes. Páginas olvidadas (escritas
entre 1853-1864) (Santiago de Chile: Difusión, 1947);
José Joaquín Vallejo (Jotabeche), «El
provinciano», «El provinciano en Santiago» y
«El provinciano renegado», en Artículos y
estudios de costumbres chilenas (1842-1847) (Santiago de
Chile: Biblioteca Chilena, 1885); Memoria del Intendente de
Santiago Miguel de la Barra (Santiago, 1846). Dice el
intendente De la Barra: «Es una
peculiaridad de este departamento la atracción que la
capital ejerce sobre todos los puntos de la República. Por
este medio pone a contribución no sólo a los
departamentos de la provincia, sino a las provincias en general,
que vienen a vaciar en los alrededores de la capital una inmensa
superabundancia de población. Esta aglomeración de
gentes miserables y sin industria para procurarse medios honrados
de subsistencia aumenta el número de criminales y hace
necesaria una particular contracción de la Intendencia para
prevenir y perseguir sus atentados»
.
7
«Sociedad de industria y población. IV: Santiago», en El Progreso, 19 y 22 de diciembre de 1842 (en adelante: «Santiago»). Este artículo no aparece en las Obras completas, compiladas y editadas entre 1885 y 1903. Tampoco es registrado por P. Verdevoye en su bibliografía de Sarmiento, confeccionada sobre la base de las Obras completas y de los artículos periodísticos iniciados por Sarmiento en sus ejemplares de los periódicos. Sin embargo, la edición de las Obras incluye el primer artículo de esta serie (vol. XXIII, p. 189). Me parece que la autoría de Sarmiento es indudable, no sólo por su estilo, sino por ideas y hasta párrafos similares a los que se encuentran en «La villa de Yungay», «Aprendices de imprenta» y otros.
8
Benjamín Vicuña Mackenna, La transformación de Santiago (1872). El valor de este texto ha sido destacado por Armando de Ramón en «Suburbios y arrabales en un área metropolitana. El caso de Santiago de Chile, 1872-1932», en J. E. Hardoy y R. Schaedel, Ensayos histórico-sociales sobre la urbanización en América Latina (Buenos Aires: Ediciones SIAP, 1978). Véase también mi trabajo «Condiciones de vida de los sectores populares en Santiago de Chile, 1840-1895: vivienda y salud», en Nueva Historia, Revista de Historia de Chile, núm. 9 (Londres, 1984).
9
Augusto Orrego Luco, La cuestión social en Chile (Santiago, 1884).
10
«Santiago», cit.