11
Pg. 45 (vv. 1-10).
12
«Barones, Jesús, que fue crucificado / para salvar a la gente cristiana, / nos ordena a todos sin excepción / que vayamos a recobrar los Santos Lugares, / donde fue a morir por nuestro amor». Vid. Grundviss der romanischen Literaturen des Mittelalters, t. I, fac. 4. Heidelberg, 1980, pgs. 75-82. En este trabajo se hace mención a España como territorio de cruzada. He tomado el texto de Carlos ALVAR, Poesía de trovadores, trouvères y Minnesinger, Edición bilingüe, Madrid, 1987, pgs. 214-215.
13
Canciones de cruzada, en Pasos de un Peregrino, Col. Austral, Madrid, 1991, pgs. 146-149.
14
«Emperador, Damieta os espera; / llora día y noche la blanca torre porque vuestra águila ha sido espantada por un buitre. / ¡Cobarde es el águila a la que el buitre captura! / Estáis humillado y el Sultán con prestigio, / y, aparte la humillación, todos habéis recibido allí tal daño / que nuestra fe se encuentra abatida» (Alfred JEANROY, Anthologie des Troubadours, XIIe-XIIIe siècles, trad. J . Boelcke, París, 1974, p. 293).
15
Manuel ALVAR, Colonización «franca» en Aragón, recogido en el t. I de los Estudios sobre el dialecto aragonés, Zaragoza, 1973.
16
Vid. J. BÉDIER-P. AUBRY, Les chansons de croisade, París, 1909, y la amplia exposición de Pierre Bec en la Lyrique française au Moyen-Age (XIIe-XIIIe siècles), t. I, París, 1977, pgs. 150-158. Naturalmente lo que nos ha interesado no es el dolor que la separación produce en los enamorados, sino la emoción que produjo la liberación de los Santos Lugares. Se sitúa entre 1147 y 1284 (segunda y séptima cruzadas).
17
Pgs. 35 (vv. 112-113) y en las 45 (vv. 11-15), 66 (vv. 71-75), 71 (vv. 161-162), etc. Dios concederá la gloria (pgs. 37 b y 294, vv. 36-37) a los reyes que luchan contra la «setta vil» (p. 217, v. 44), y a los que mueren en la pelea (p. 298, vv. 111-115).
18
Pg. 33, vv. 32-33. Véase
también las páginas 34 b, 65 v. 53 («por
ser santa guerra y sana»
), 77 v. 17 («en la
guerra santa mía»
), p. 79 («ésta tan sanctíssima conquista
deste reyno de Granada»
), 72 vv. 195-196) («tan
santa querella / de Granada»
) y 300 v. 160 (íd.).
19
Pg. 45, vv. 11-17. La ayuda de Dios consta una y otra vez: pgs. 32, 53, 109.
20
Dice en la
p. 30 b,
vv. 154-163:
«Mas muy mucho confiado / de vuestra
virtut doblada, / atreuí y vengo acordado / a os ofrecer tal
tratado / por metro contra Granada; / pidiendo siempre
perdón, / grande Reyna, a vuestra alteza / con la tal
protestación / desta obra la intención / se cate, y
no su gordeza»
.