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91

Ver referencias bibliográficas en Richard J. Parmentier (1985: 45, n. 2).

 

92

Jakobson lo resalta bellamente: «El edificio semiótico de Peirce encierra la total multiplicidad de fenómenos significativos, sea una llamada a la puerta, la huella de un pie, un llanto espontáneo, un cuadro o una partitura musical, una conversación, una   —189→   meditación en silencio, un escrito, un silogismo, una ecuación algebraica, un diagrama geométrico, una veleta o una simple señal en un libro. El estudio comparativo de varios sistemas de signos llevado a cabo por el investigador ha revelado las convergencias y divergencias fundamentales que hasta entonces habían pasado inadvertidas. Los trabajos de Peirce demuestran una especial perspicacia al tratar la naturaleza categórica del lenguaje en sus aspectos fónico, gramatical y léxico, así como de su colocación en cláusulas para formar las cláusulas respecto de las expresiones verbales. Al mismo tiempo, el autor se da cuenta de que su investigación 'debe extenderse a la totalidad de la Semiótica generalizada' y advierte a su interlocutor epistolar, Lady Welby: 'Al limitar tanto sus estudios al Lenguaje, quizás esté usted arriesgándose a caer en algún error'» (1987: 442).

 

93

En su monografía, Charles S. Peirce and the Linguistic Sign, Pharies (1985: 9, n. 7) toma el signo lingüístico en el sentido más estricto: «Peirce lo usaría para referirse a cualquier representación lingüística, incluyendo palabras oraciones, conversaciones y hasta libros. Yo lo empleo en el sentido que se ha hecho tradicional en la literatura lingüística, es decir, 'palabra'».

 

94

En julio de 1905, en un borrador de carta que nunca sería enviada a su corresponsal, Peirce escribía a Lady Welby: «El diccionario es rico en palabras esperando ser definidas técnicamente como variedades de signos» (PW: 194, 1905). En una larga lista incluye muchos ejemplos de comunicación hablada y escrita: «Luego tenemos marca, nota, trazo, manifestación, ostentación, espectáculo, especie, apariencia, visión, sombra, espectro, fase. Luego, copia, retrato, diagrama, figura, diagrama, icono, estampa, imitación, eco. Luego gnomon, pista, rastro, vestigio, índice, evidencia, síntoma, indicio. Luego, documento, monumento, recuerdo, memento, souvenir, entrada. Luego, símbolo, término, categoría, estilo, carácter, emblema, insignia. Luego, archivo, dato, justificante, comprobante, diagnóstico. Luego, clave, indirecta, augurio, oráculo, pronóstico. Luego, decreto, mandato, orden, ley. Luego, juramento, voto, promesa, contrato, escritura. Luego, tema, tesis, proposición, premisa, postulado, profecía. Luego oración, rezo, colecta, homilía, letanía, sermón. Luego, revelación, descubrimiento, narración, relación. Luego, testimonio, atestiguamiento, presencia, atestación, confesión, martirio. Luego, conversación, discusión, jerga, charla, negociación, coloquio, cotorreo, etc.» (PW: 194, 1905). Desgraciadamente, el resto del texto -probablemente con los comentarios de Peirce sobre el mismo- se ha perdido.

 

95

Para signos «degenerados», véase Gorlée (1990).

 

96

Más numerosos son los análisis de textos literarios en los que se aplican conceptos peircianos. Para trabajos sobre Peirce y literatura en español, véanse las ponencias y referencias bibliográficas aparecidas en Signa I (1992), dedicado a «Ch. S. Peirce y la literatura».

 

97

Ver Gorlée (1994: 62-66) y referencias allí mencionadas. Véase también Peirce (MS 1135), 133 páginas aún no publicadas, manuscritas de [1895]1896, que contienen varios esfuerzos de Peirce para redefinir y reescribir, basándose en su propia estrategia del pensamiento triádico, las clasificaciones tópicas del famoso Roget's Thesaurus (cuya primera edición apareció en 1852).

 

98

Véase Gorlée (1990).

 

99

Ver asimismo Nef (1980).

 

100

Para el «efecto pragmático» de las máximas peircianas, ver Gorlée (1993).