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21

Doy ambos textos en apéndice. Las cifras y letras en negrita que aparecen en el texto de Borges son mías; y acompaño la versión del poema de Ferrater al castellano de su correspondiente original catalán.

 

22

Es preciso subrayar que éste es un camino de salida, no de entrada, pues, por lo general, esta última no conlleva dificultad alguna. El ovillo de hilo que Ariadna da a Teseo tiene por única función facilitarle el regreso.

 

23

Brion (1964: 359-360) distingue agudamente el laberinto, por una parte, del eterno retorno, por otra: en el primero, «on peut supposer que le promeneur pourra passer un millier de fois dans le même couloir et laisser inexplorés une quantité de sentiers dans lesquels il ne se sera pas aventuré», el segundo, por el contrario, es «un mouvement circulaire qui entraîne le voyageur à repasser un nombre infini de fois par les mêmes points selon les prescriptions d'une continuité rigoureuse». Siguiendo esta distinción, podríamos decir que el texto de Borges plantea la posibilidad de un laberinto provisorio, transformado en eterno retorno a partir de la segunda vez que es recorrido.

 

24

En El oro de los tigres (1972).

 

25

El texto de Borges haría las delicias de cualquier generativista. Es sabido que, para la gramática generativa, la recursividad es la propiedad de las lenguas naturales que explica la capacidad real de los hablantes para producir y comprender nuevas oraciones, y caracteriza a las reglas que pueden ser aplicadas a una frase un número teóricamente infinito de veces. Si todo nombre puede ser complementado por una frase y en ésta aparece un nombre, éste último podrá a su vez ser de nuevo complementado por otra frase en la que podrá existir un nombre..., y así indefinidamente. Tomemos como ejemplo los tres primeros segmentos de «El Laberinto»: el SN «laberinto de Creta» es complementado por la frase «cuyo centro fue el Minotauro», la cual contiene un nombre («Minotauro») que es, a su vez, complementado por la frase «que Dante imaginó como un toro con cabeza de hombre»; la frase siguiente -«en cuya red de piedra se perdieron tantas generaciones,- es un segundo complemento de «laberinto de Creta».

Los teóricos procedentes de filas no propiamente lingüísticas prefieren, a recursividad, el vocablo circularidad; éste es el término que usa, por ejemplo, Jan Baetens (1993) en un estimulante análisis llevado a cabo en tres frentes distintos (el primero interno -textual-, los dos restantes externos -paratextual el uno, «material» el otro-): el texto, el peritexto y el soporte de la obra (los términos «paratexto» y «peritexto» proceden de Genette, 1982 y 1987, respectivamente).

 

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El carácter especular de la producción de Borges ha sido reiteradamente señalado por sus comentaristas; valgan como muestra de ello las tres citas siguientes: «arte caracterizado por volverse sobre sí mismo para contemplar la forma de su propia actividad» (Wheelock, 1966: 9), «necesidad de sí» (Cuperman, 1975: 12), «narración que se autoanaliza» (Barrenechea, 1975).

 

27

Otras inquisiciones (1952).

 

28

En concreto, inmediatamente antes de 2b, 3c, 4d y 5e (cf. Fig. I y texto en apéndice).

 

29

También aquí Borges sorprende al lector: a pesar de que Ariadna nunca estuvo dentro del Laberinto, aquél supone de entrada que «María Kodama» y «yo» son versiones modernas de Ariadna y Teseo.

 

30

Esto es lo que hizo Dédalo (junto con su hijo Ícaro). Y lo que hace -figuradamente, claro está-, al final, el protagonista de la novela de Joyce A portrait of the artist as a young man (no en vano es Stephen Dedalus su nombre). Como se recordará, la obra concluye con unas pocas páginas del diario del joven, que se prepara para dejar Irlanda: Dublín lo tiene aprisionado, y debe, pues, «ponerse alas» para escapar de la ciudad y seguir su vocación de artista. En el texto del día 16 de abril los brazos de las rutas y de los grandes barcos se le abren y, junto con las voces, le llaman y «baten las alas» de su exultante juventud. La última frase del libro -corresponde al día 27 de abril- es una invocación y una petición a Dédalo: «Old father, old artificier, stand me now and ever in good stead».