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El no ser de lo manifestado o dicho implica un supuesto o «impensado», en sentido fenomenológico, que también subtiende la acción del decir. Lingüísticamente, la idea es muy antigua. La encontramos en el primer fragmento del Tao-tö-king, de Laozi. Al no ser ningún nombre eterno -en el caso de Hegel, al no nombrar ninguno el singular concreto-, queda siempre lo innominado como un resto inmenso del lenguaje. Ahora bien, la distinción de las cosas acaece con el nombre, al nombrarlas, e incluso la sustancia se revela en un perenne no-ser. Y tal es también el trasfondo pronominal de esto en Hegel. (N. del A.)

 

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De hecho, la raíz -t- del demostrativo contenía -¿contiene aún?- una apelación fórica de segunda persona. Era decir mostrativo de un dicho para alguien. (N. del A.)

 

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Benot aplica a la determinación genérica de la palabra los dos principios lógicos ya tradicionales, la extensión y la comprensión (1991: 21-22), adelantándose a los ejes semánticos de las gramáticas estructural y generativa, según se hacía ya en los estudios lógicos desde la antigüedad. Como todos los gramáticos, cree que, mediante este eje, también ortogonal, se reduce la suposición hegeliana hasta el punto de su individualidad. Lo evocado, ya conocido, se supone, de los interlocutores, favorece la ABREVIACIÓN de las situaciones y de las palabras. Tratándose de un médico ya conocido, la palabra «Médico, en este caso, es una ABREVIACIÓN» (1991: 41). Así serían inicialmente, se entiende, los pronombres, cruces de extensión comprehensiva. (N. del A.)

 

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No es éste lugar adecuado para analizarlo, pero téngase en cuenta que el pronombre de tercera aquí aludido, en forma él o il, son acusativos diacrónicos, por tanto casos o caídas semánticas del nombre en dirección hacia alguien o algo. Esta función tan apelativa cuanto objetiva está presente, como un reducto, en el fondo de tales lenguas. (N. del A.)

 

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La neutralización suspende activando huellas, pero la huella de esto difiere de la interpretación dada por la gramática generativa. La ausencia lingüística relaciona sin que comande necesariamente. En el caso estudiado, la Categoría Rectora no sería la misma en la oración previa, ya dicha, y en la dicente. Así lo veíamos también con Husserl. Esto es +anafórico y +pronominal, como las categorías vacías, pero representa en discurso una cláusula reducida o categoría llena, fónica. Tendríamos, por tanto, otro problema añadido. La solución generativa es de foco alterno y recurre a la socorrida relevancia del discurso, como hacen, por ejemplo, G. Lorenzo y V. Manuel Longa (1996: 197). Pero esto presupone considerar dos tiempos o dos direcciones alternas, no simultáneas (Ibid.: 194), en PRO. Aplicadas a esto, mientras mirara a lo dicho, no sería dicente, pronominal, siendo así que toda proto-tesis noética supone «intacta la vivencia primitiva en cuanto a su esencia total», salvadas las necesarias modificaciones que el cambio transpositivo implica, nos dice Husserl (1976: 260-261). ¿Sería esto una de tales transformaciones? ¿Y lo intacto suyo? Las direcciones alternas suponen aún neutralizaciones sucesivas: mirar a una parte olvidando la otra. El caso de esto parece manifestarse de otro modo. (N. del A.)

 

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Toda gramática es, en este sentido, formalización singular de una lengua. Ninguna tipología general puede resumir el compendio de todas las existentes, porque cada una apropia la acción verbal conforme a modos específicos de comprensión que remiten más allá de una tipología. Sólo una Gramática General, que ha de ser lingüística, puede dar razón del verdadero trasfondo del lenguaje. Verdadero por cuanto habrá de educir los principios que la suposición requiere y esto ya presupone recibir el mundo como interpretado. (N. del A.)

 

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Este trabajo se enmarca dentro del Proyecto ADPA (Análisis del discurso público actual), que se está desarrollando en el Área de Lingüística General de la Universidad de La Coruña, financiado por la Xunta de Galicia desde 1995 (última referencia XUGA 10402B98). (N. del A.)

 

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Existen definiciones más modernas de lo que es un discurso público (véase, por ejemplo, Agar, 1985: 147); sin embargo, la ofrecida por la antigua retórica aún es, en un sentido amplio, relevante: el discurso que tiene lugar en el forum, el lugar donde se discuten y debaten los asuntos públicos. Lo que sucede es que el concepto de forum necesita ser ampliado para incluir nuevas formas, canales y lugares de comunicación. (N. del A.)

 

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En un trabajo anterior (Morales López, 1995) ya presentábamos, aunque de manera bastante incipiente, algunas de estas ideas. (N. del A.)

 

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Aparte de las numerosas ediciones de sus obras completas y escogidas en ruso, puede accederse a una selección de sus textos metaliterarios en Belinski, Textes philosophiques choisis (Moscú, 1948) (Selected Philosophical Works, con introducción de M. Yovchuk), Uber die Klassiker der Russischen Literatur (1953) y Essais critiques, con introducción de V. Kouleshov y traducción de A. García (1976). También puede verse Lo Gatto (ed.) (1925). En español, podrán leerse próximamente algunos de sus trabajos críticos más representativos en Valles y Davidenko (2000). (N. del A.)