Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

1

Compárese con la siguiente descripción (que aparece en un reciente número de la revista estadounidense The Nation) de los efectos de la globalización hoy en día: «The guiding principies of the new economic structures assume that all countries -even those whose cultures have been so diverse as, say, Indonesia, Japan, Kenya, Sweden and Brazil- must row their (rising) boats in unison. The net result [...] is a global monoculture- the homogenization of culture, life style and level of technological immersion, with the corresponding dismantlement of local traditions and self-sufficient economies. Soon, everyplace will look and feel like everyplace else, with the same restaurants and hotels, the same clothes, the same malls and superstores, the same TV, the same streets choked with cars and the same universal materialistic values. There'll scarcely be a reason ever to leave home» (Mander 10).

 

2

Reciententemente, la importante investigación de Kristine L. Jones nos ha facilitado entender mejor las complejas relaciones en el siglo XIX entre la sociedad blanca/mestiza de la Argentina y la arauco-pampeana, incluyendo el grado notable de transculturación y mutua dependencia económica que se alcanzó entre las dos. Se recomiendan sus dos ensayos «Indian-Creole Negotiations in the Southern Frontier» y «Civilization and Barbarism and Sarmiento's Indian Policy».

 

3

En su reseña, ya comentada, de «Investigaciones sobre el sistema colonial de los españoles», Sarmiento había escrito: «para nosotros Colocolo, Lautaro i Caupolicán, no obstante los ropajes civilizados i nobles de que los revistiera Ercilla, no son más que unos indios asquerosos, a quienes habríamos hecho colgar i mandaríamos colgar ahora, si respareciesen en una guerra de los araucanos con Chile [...]» (214).

 

4

En Conflicto (I, 56), se lee: «La historia de Chile está calcada sobre la “Araucana”, y los chilenos, que debían reputarse vencidos con los españoles, se revisten de las glorias de los araucanos a fuer de chilenos estos, y dan a sus valientes tercios el nombre de Carampangui y a sus naves el de Lautaro, Colocolo, Tucapel, etc.». En el Facundo, se lee: «Las razas americanas se muestran incapaces, aun por medio de la compulsión, para dedicarse a un trabajo duro y seguido» (28).

 

5

En el Facundo había escrito: «Los africanos son conocidos por todos los viajeros como una raza guerrera, llena de imaginación y de fuego, y aunque feroces cuando están exitados, dóciles, fieles y adictos al amo o al que los ocupa» (217).

 

6

Sarmiento dice esto al hablar de la adhesión de los negros de Buenos Aires a Rosas. Sobre las relaciones establecidas entre la población negra del puerto y el dictador Rosas, ver Lynch y Kelly.

 

7

Por esos mismos años Sarmiento calificaría a Lincoln como «la figura más noble de los tiempos modernos» («Base» 236).

 

8

El asunto de la desaparición de los negros en Buenos Aires ha sido estudiado en Andrews.

 

9

Sobre la activa simpatía que Tocqueville expresa por los indios americanos, véase Democracy in America 344, 359, 363.

 

10

En zonas que culturalmente pertenecen al mundo plantócrata caribeño al igual que a Estados Unidos, como Luisiana y en particular la ciudad de Nueva Orleans, la valoración social de las distintas graduaciones de color que en los siglos XVIII y XIX imperaba en el Caribe hispano tenía una vigencia relativa.