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Transformación en la ocupación del espacio al noroeste de la ciudad de Valencia1

Josep Vicent Boira i Maiques


(Departament de Geografia de la Universitat de València).

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Resumen

En esta comunicación repasamos la transformación de un espacio situado al NW de la ciudad de Valencia desde 1950 hasta la actualidad. Tomando como eje la antigua carretera C-234 (hoy autovía a Ademuz) se ha ido formando una región urbanizada de casi 30 km. de largo que se ha constituido en la auténtica periferia urbana de la ciudad de Valencia. En esta zona, urbanizaciones de segunda y primera residencia y polígonos industriales han consolidado y transformado este espacio.




Abstract

In this research, we have studied the transformation of the NW area near Valencia city from 1950 until today. This area is organized by the old C-234 road (now, main road to Ademuz) and it has been transformed into the real urban periphery of Valencia city. In this region, two big industrial estates and a lot of housing estates have been the instruments and the effects of this urban transformation process.






1. El área de expansión y descongestión de Valencia: las comarcas de l'Horta y el Camp de Túria

El proceso de expansión y de descongestión productiva y demográfica de las grandes ciudades españolas es bien conocido y ha sido estudiado en numerosas investigaciones. La falta de espacio en los urbanizados términos de la ciudad central, las nuevas necesidades de las actividades económicas modernas, la generalización del automóvil, las nuevas vías de comunicación, las novedosas demandas sociales en calidad de vida, la interdependencia económica,   —258→   las infraestructuras... son factores que explican la consolidación de las áreas metropolitanas. En Valencia, la consolidación espacial de una zona metropolitana estricta, identificada con l'Horta, la comarca que la circunda, ha sido analizada en diversas ocasiones (Cano García et al., 1978; Rosselló et al., 1988, desde la geografía). Sin embargo, el espacio urbano de Valencia y su marco de influencia directa se ha extendido más allá de los límites de las comarcas limítrofes para afectar a espacios de una segunda corona, siguiendo sobre todo los grandes ejes de comunicación. En el caso que nos ocupa, el proceso de urbanización y de descongestión funcional y demográfica se ha extendido también hacia comarcas vecinas como el Camp de Túria (Jordán y Sorribes, 1996). Hoy en día, podemos decir que nos encontramos con una periferia urbana respecto a la ciudad de Valencia que se extiende por unos 20 kilómetros de territorio siguiendo el eje viario de la autovía de Ademuz.

Mapa de la provincia de Valencia

Figura 1. Croquis de situación de la zona de estudio con las comarcas afectadas y el eje viario estructurante (autovía de Ademuz hasta Llíria y C-234 después).

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En esta comunicación, queremos presentar un caso paradigmático de transformación de una zona dominada todavía por el paisaje y las formas rurales en los años cincuenta y sesenta en una auténtica región urbanizada en un lapso relativamente corto de tiempo, unos treinta años. Se trata del área noroccidental de la ciudad de Valencia, organizada por la antigua carretera comarcal C-234, ahora autovía a Ademuz (figura 1) y que abarca desde el propio municipio de Valencia hasta el de Llíria, a unos 30 kilómetros de la capital valenciana. Tomando como eje central esta vía de comunicación, se está conformando un gran espacio urbanizado que afecta a dos comarcas limítrofes: l'Horta y el Camp de Túria. Este proceso de urbanización se materializa en la presencia de espacios industriales (polígonos, fundamentalmente) y grandes áreas de urbanizaciones, en principio, de segunda residencia. Nosotros queremos presentar el marco general de esta transformación, el espacio que envuelve la antigua C-234, y un caso paradigmático y espectacular de un uso residencial de segunda residencia -con tendencia a residencia permanente- de todo un término municipal, l'Eliana.




2. El eje oeste de expansión urbana: la antigua C-234 (autovía de Ademuz)

Tradicionalmente, esta carretera ha sido una de las vías clásicas de penetración hacia el interior desde la llanura litoral donde se asienta la ciudad de Valencia. Rosselló (1991) ya señaló la importancia de esta vía a la hora de estructurar la comarca, por lo menos en un horizonte temporal de dos siglos. Desde las puertas mismas de Valencia, el camino tradicional recorría los municipios de l'Horta limítrofes a la capital y se adentraba por el Camp de Túria hacia Llíria. Ya modernamente, este camino formó parte de la, todavía en proyecto en los años veinte de este siglo, carretera de segundo orden estatal «Valencia-Ademuz». Posteriormente, esta vía se transformó en la comarcal-234 y, ya bien entrados los años noventa, en autovía (al menos, en su tramo de Valencia-Llíria y no siempre con un trazado coincidente). Hoy en día, este eje de comunicación continúa siendo el principal de la comarca y mucho más intensamente desde esta transformación.

Como podemos ver en la figura 2 (que compara la situación al comenzar la década de los cincuenta y a mediados de los noventa), la transformación del espacio ha sido brutal. Siguiendo la carretera de Ademuz, han ido creciendo, especialmente al sur de la misma, grandes urbanizaciones junto a polígonos industriales tradicionales (P.l. Fuente del jarro) y modernos (el Parc Tecnològic de València). Estos nuevos usos del suelo tienden a la consolidación de un único espacio urbanizado continuado desde Paterna y Burjassot hasta prácticamente la capital de la comarca del Camp de Túria, Llíria, con apenas algunas interrupciones a ambos lados de la autovía en las que se conservan los usos agrícolas que, en un principio, caracterizaron toda esta extensión.

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Mapa sobre los alrededores de la ciudad de Valencia

Figura 2. Evolución del espacio urbanizado en la zona NW de la ciudad de Valencia, 1951-1995. En negro, los núcleos urbanos existentes al comenzar los años cincuenta. En trama la situación de los años noventa. En letra cursiva, los municipios y en letra normal, las urbanizaciones.

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Además del crecimiento extraordinario de los cascos urbanos de los propios municipios (en cursiva, en la figura), podemos destacar la aparición en los últimos treinta o cuarenta años de macro-urbanizaciones (con extensiones urbanizadas mayores que las del núcleo central del municipio) que han llegado a conurbarse y que, en un futuro no muy lejano, tenderán a formar un continuado tejido urbanizado.

De hecho, la presencia de la autovía de Ademuz y de la circunvalación de la autopista A-7 en dirección a Barcelona o Alicante (ambas obras de principios de los años noventa) ha impulsado -que no creado-, el desarrollo urbano de esta región.




3. Un caso extremo en el proceso de urbanización: el municipio de L'Eliana

Dentro de este contexto de urbanización y nuevas formas espaciales metropolitanas a lo largo de la autovía de Ademuz, el caso del municipio de l'Eliana (perteneciente a la comarca del Camp de Túria) es expresivo de la intensidad del fenómeno de las urbanizaciones y de lo reciente de su desarrollo. En apenas cuarenta años, una superficie inicial típicamente rural, con apenas 300 edificaciones (Nomeclátor de 1950) ha sido transformada en un espacio casi totalmente urbanizado, con más de 9.000 construcciones (unas 5.600 «oficiales») y un paisaje totalmente diferente. Entre 1962 y 1990, la superficie agraria del término municipal de l'Eliana se redujo en un 61% y, hoy en día, por cada tractor hay 330 turismos. Por último, señalemos un indicador del carácter sociológicamente urbano, como es la progresión en el número de líneas de teléfonos: de un único teléfono en la localidad en 1959, se ha pasado a más de 5.600, representando casi el 20% de las existentes en la comarca y ya desde 1970 por encima de las existentes en la capital comarcal, Llíria. La razón de este gran cambio debe buscarse en la conversión de este municipio en un espacio de segunda residencia, primero, y ya de residencia permanente, en la actualidad.

L'Eliana es un municipio reciente, pues su constitución como tal data de 1959, cuando consigue su segregación (con sus 8,5 km.2) del término vecino de la Pobla de Vallbona. Al igual que en otros municipios de esta zona noroccidental del área metropolitana de València, en l'Eliana, el proceso de transformación paisajística y de usos del suelo por la presión residencial se debe a razones bien conocidas en otras regiones (Canto, 1983; Valenzuela, 1976): proximidad a aglomeraciones urbanas, buena accesibilidad (medida sobre todo en tiempo invertido), existencia de paisajes y espacios «naturales» apreciados, cierta dotación de servicios y precio del suelo favorable para los promotores inmobiliarios. Pero además, en l'Eliana se dan otras razones adicionales (Jaén, 1979; Miranda, 1985 y Hermosilla, 1993): la tradición de segunda residencia iniciada en los años   —262→   treinta, la facilidad de comunicaciones (primero el ferrocarril de vía estrecha a Llíria y la carretera comarcal a Ademuz y su conversión en autovía), la superficie casi plana del término, las actividades agrícolas de secano y, no menos importante, la actitud permisiva e incluso activa de la autoridad municipal favorable a la urbanización total de la superficie municipal, pensamiento y acción materializada en la planificación urbanística.


3.1. Crecimiento urbano y cambio de uso en l'Eliana

Como hemos dicho, el caso de l'Eliana es espectacular por la intensidad del crecimiento demográfico acaecido en poco tiempo. De los 1.334 habitantes censados en 1959 se ha pasado a los 11.229 de 1995, aunque si contamos la población flotante (verano, fines de semana, fiestas), podemos llegar a calcular más de 30.000 personas a plena ocupación. Si dividimos el período 1960-1994 en quinquenios, podemos observar que el mayor crecimiento demográfico se produjo entre 1970 y 1974, pero a muy poca distancia se halla el quinquenio más reciente 1990-94, con un aumento absoluto de 2.500 habitantes. Este crecimiento demográfico de l'Eliana es mucho más alto que el del resto de su comarca, el Camp de Túria.

Este comportamiento poblacional debe relacionarse con la evolución del fenómeno de la segunda y de la primera residencia. Desde 1960 hasta la actualidad, dos son los procesos fundamentales que podemos observar: en primer lugar, crecimiento espectacular del número de viviendas censadas (en 1960, son 483, 2.590 en 1970, 3.748 en 1981 y más de 5.600 en 1991) y, por otra parte, un cambio en el modelo de ocupación de las mismas. Así, si en 1960, el 77% de las viviendas de l'Eliana son ocupadas todo el año y el 23% restante lo es sólo de forma temporal, en 1970, estos porcentajes varían totalmente y las secundarias pasan a ser el 68%. Es el momento de la construcción de las grandes urbanizaciones de la zona, con población que las ocupa temporalmente en vacaciones o fines de semana. A partir de ahí, los censos muestran una variación muy significativa: en 1981, las viviendas secundarias bajan al 66%, en 1991 al 63% y en 1993 al 51%. Sin duda, nos encontramos ante el fenómeno de transformación del antiguo chalet de fin de semana en residencia permanente ligada a la consolidación de un auténtico espacio metropolitano de relación.




3.2. La fortísima urbanización del término en treinta años

El crecimiento que acabamos de ver sintéticamente a través de algunos indicadores, se materializa en una fortísima ocupación del territorio municipal a través de una urbanización pujante. El modelo de ocupación del suelo se ha realizado a base de urbanizaciones (hoy en día, podemos contar más de veinte) con   —263→   edificios unifamiliares exentos que se extienden por casi todo el término. En los siguientes croquis (figura 3, A y B), podemos ver la situación del municipio cuando comenzaban los años cincuenta y en los años noventa. Las diferencias son extraordinarias. En 1950, el territorio de l'Eliana era un espacio agrícola con regadío reducido a la zona NW del término, donde se sitúa también el núcleo urbano. Una serie de caminos, veredas y carreteras locales compartimentan el espacio, con una clara jerarquía. Pero en 1956, se dan los primeros casos de urbanización del término, con parcelas ortogonales, de igual tamaño y ocupando las zonas de secano más improductivo. A partir de ahí, la expansión es imparable. A mediados de los años setenta, la densificación de la urbanización es extraordinaria: más del 60% del término ha sido transformado y consolidado. Las urbanizaciones se extienden por el término e incluso comienzan a extenderse por fuera del mismo. A mediados de la década siguiente (años ochenta), el modelo «l'Eliana» se haya firmemente establecido: urbanizaciones de menor entidad que las que nacieron en los setenta llenan los espacios vacíos dejados por aquéllas, aunque el regadío todavía no es afectado. Por último, es en los años noventa cuando este espacio agrícola, superviviente de una función ya condenada, desaparece para ceder su lugar a equipamientos comerciales en forma de grandes superficies y nuevos centros comerciales que acentúan más si cabe el rasgo metropolitano, «moderno» de los procesos espaciales acaecidos. Urbanización y gran superficie (siete salas de cine, un supermercado multinacional francés que actúa de locomotora, pequeños negocios agrupados en torno a un gran aparcamiento...) son los símbolos máximos de esta transformación urbana que hemos descrito brevemente.

Mapa de L'Eliana

Figura 3 (A y B). Evolución del municipio de l'Eliana (1951-1995).
A) Años 50. 1: Regadío. 2: Núcleo urbano. 3: Barranc de Mandor. 4: Carretera a La Pobla. 5: Comarcal-234. 6: Caminos rurales. 7: Ferrocarril de vía estrecha València-Llíria.
B) Años 90. 1: Restos del regadío tradicional. 2: Núcleo urbano. 3: Zonas residenciales. 4: Zona comercial. 5: Hidroeléctrica.



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3.3. La permisividad de la planificación urbana

Este proceso de transformación del término municipal de l'Eliana es difícil de comprender sin recurrir a un factor determinante: la ausencia de cualquier tipo de planificación urbanística hasta 1976 (veinte años después de su segregación municipal) y, en segundo lugar, la redacción en esa fecha y con una vigencia de diez años, de unas Normas Subsidiarias (NN.SS.) permisivas y poco eficaces (voluntariamente, poco eficaces deberíamos decir) en la gestión y defensa de los intereses públicos. Las NN.SS. de 1976 declaran prácticamente todo el término municipal suelo urbano y establecen la tipología de desarrollo territorial: la vivienda unifamiliar en urbanizaciones fuera del núcleo tradicional. El resultado fue negativo: la dispersión de la edificación y la no planificación de la urbanización contribuyó a no dotar de una estructura urbana el espacio urbanizado, con problemas de conexión y jerarquización viaria, coherencia en la trama y costoso mantenimiento de las calles y avenidas. En consonancia con la anárquica urbanización, era fácil encontrar redes de agua potable duplicadas y que atravesaban zonas urbanizables y el mantenimiento del servicio de recogida de basuras (con tantos edificios dispersos) se elevó un 50% por encima del de otros municipios semejantes. Además, hasta bien entrados los años ochenta, la iluminación no se generalizó por las urbanizaciones y la red de saneamiento no sustituyó mayoritariamente los pozos ciegos hasta entrada esa década. Por último, nunca se efectuaron las cesiones establecidas por aquellas NN.SS. Cuando en 1986 se procedió a revisar estas normas urbanísticas, los técnicos municipales encontraron déficits totales de casi 740.000 metros cuadrados sobre los 892.000 estipulados diez años antes. Tan sólo se había cedido un 18% de lo establecido.








Conclusiones

Hemos visto brevemente la fuerte transformación que ha sufrido una zona próxima a Valencia que, de conformar un paisaje agrario salpicado por núcleos urbanos tradicionales de reducidas dimensiones, ha pasado a formar parte de la periferia urbana «lejana» (en distancia, que no en accesibilidad) de la capital valenciana. El futuro de esta región se dibuja continuista. El espectacular (y desgraciado para algunos, por los perjuicios urbanísticos acarreados) modelo de urbanización de un municipio como l'Eliana se puede extender a otros términos vecinos, con una intensidad no inferior. En cualquier caso, se puede entrever la construcción de una gran región urbanizada que, de no remediarse, se extendería casi 30 kilómetros al NW del casco urbano de Valencia ciudad y con una anchura no inferior -en algunos casos-, a los 8 km. En este futuro, un eje interurbano e intercomarcal, como la autovía de Ademuz, puede terminar siendo un eje intraurbano, al menos en alguno de sus tramos.



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Referencias bibliográficas

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HERMOSILLA, J. (1993): El Camp de Túria y la Hoya de Buñol-Chiva. Accesibilidad, industria y segunda residencia. Departament de Geografia. Universitat de València.

JORDÁN, J. M. y SORRIBES, J. (1996). «L'àrea metropolitana de València i el procés d'urbanització del Camp de Túria». Ponències del Segon Congrés d'Estudis del Camp de Túria, pp. 19-23. Benaguasil, Institut d'Estudis Comarcals del Camp de Túria.

ROSSELLÓ, V. M. (1991): «El Camp de Llíria: poblament, viabilitat, recursos». Ponències del Primer Congrés d'Estudis del Camp de Túria, pp. 15-33. Benaguasil, Institut d'Estudis Comarcals del Camp de Túria.

ROSSELLÓ, V. M., TEIXIDOR, M. J. y BOIRA, J. V. (1988): La comarca de l'Horta. Àrea metropolitana de València.



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