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ArribaActo III


Escena I

 

Campo a vista de León.

 
 

Tocan cajas, y salen TELLO y MENDO de soldados; moros, cautivos y soldados, de acompañamiento.

 
TELLO
Parad las cajas, vitorioso alarde,
no dispertéis la envidia, por si duerme,
si muerto o vivo me esperaba tarde.
Mendo...
MENDO
Señor...
TELLO
¿Qué sentirá de verme
en tan pocas jornadas vitorioso, 5
quien pensaba afrentarme o deshacerme?
MENDO
Estará como suele toro en coso,
muerto del caballero a cuchilladas,
rendido a tierra el cuello sanguinoso,
o como el ciervo en selvas enramadas, 10
que va buscando el agua con la flecha,
las yerbas de la púrpura bañadas.
TELLO
¡Agora sí que crece la sospecha!
¡Agora sí que mi inocencia pone
en más peligro o en prisión estrecha! 15
¡Agora sí que tímido interpone
esto que se llamó razón de estado,
que las leyes del cielo descompone!


Escena II

 

El REY, DON ARIAS, acompañamiento; dichos.

 
REY
Apenas puedo creer
lo que estoy viendo.
DON ARIAS
Señor,
20
entre fortuna y valor
se diferencia el vencer.
MENDO
Tello, el rey te viene a ver.
TELLO
¡Extraño suceso!
REY
Cuñado,
seáis mil veces bien llegado. 25
TELLO
Señor, vuestro esclavo soy;
que de los pies donde estoy
tengo el ser que me habéis dado.
REY
Levantaos para abrazarme;
que no ha de estar en el suelo 30
quien subió su nombre al cielo
para honrarse y para honrarme.
TELLO
¿Quién pudiera levantarme
sino vos?
REY
Vuestra opinión,
pues en esta heroica acción 35
contra las alarbes furias
sois Alejandro de Asturias
y sois César de León.
Luego que supe el suceso
de vitoria tan extraña 40
que parece en toda España
de favor del cielo exceso,
que os di gran parte confieso
del alma y la voluntad,
confirmando la verdad 45
de vuestro raro valor;
que tal vez halla el amor
alguna dificultad.
TELLO
No os diré, señor, a vos
que vine, que vi y vencí, 50
sino que vine y que vi:
pero que ha vencido Dios.
Tan desiguales los dos,
bien claramente se ve
que este vencimiento fue 55
de quien parar puede al sol,
y del Patrono español
a quien debemos la fe.
Con esto os pido licencia
para ver a doña Elvira, 60
centro donde siempre mira
amor, que desvela ausencia;
que cuando a vuestra presencia,
señor, importe volver,
vendré a serviros y a hacer 65
lo que debo a hechura vuestra..
REY
Tello, una sangre es la nuestra
y así el amor lo ha de ser:
no me cansaré de amaros.
TELLO
Gran señor, ¡tanto favor! 70
REY
Merece vuestro valor,
como lo veréis, honraros.
TELLO
Mil veces vuelvo a besaros
las manos.
MENDO

 (Aparte a su amo.) 

¿A quién no admira
tanto amor en tanta ira? 75
TELLO
Vencer al rey, fue vencer.
REY
Mientras yo la voy a ver,
dad el parabién a Elvira.

 (Vanse todos, menos el REY, DON ARIAS y el real acompañamiento.)  



Escena III

 

El REY, DON ARIAS.

 
REY
Arias...
DON ARIAS
Señor...
REY
Si pudiera
pensar que me habían trocado 80
el alma, menos cuidado
desta mudanza tuviera.
Ya no es la que de antes era;
que la razón desta acción
me ha trocado el corazón; 85
que no debe de ser hombre
el que no se rinde al nombre
de la divina razón.
Sin esto, vengo a entender
(y es lo que más me acobarda) 90
que si Dios este hombre guarda,
nadie le podrá ofender.
Lo que es en un rey poder
es en Dios omnipotencia.
¿Qué importa la diligencia 95
que habemos hecho los dos,
si se pone el mismo Dios
delante de su inocencia?
¿Qué cristiano ni gentil,
qué romano o qué español, 100
desde el que paraba el sol,
venció con mil a diez mil?
Si desde el Tajo al Genil
triunfa, rendido Gazul,
de tanta bandera azul, 105
sólo falta, echando el sello,
canten las damas a Tello
las canciones de Saúl.
DON ARIAS
Señor, la palabra os doy
que estoy tan arrepentido 110
de haber a Tello ofendido,
que ya con vergüenza estoy.
Claramente se ven hoy
su valor y su prudencia
y su dicha en competencia; 115
aunque presumo, señor,
más que efectos del valor,
milagros de la inocencia.
REY
¿Cómo le podré yo ver
que parezca que es acaso? 120
DON ARIAS
Fingiendo que vais de paso,
queriéndoos entretener:
cazando podéis hacer
una visita, que es justo,
a vuestra hermana.
REY
El disgusto
125
pasado quiero templar,
y a mis sobrinos honrar;
que ha sido rigor injusto.

 (Vanse.) 



Escena IV

 

Campo a vista de la casa de los Tellos.

 
 

La INFANTA, LAURA, TELLO EL VIEJO.

 
TELLO EL VIEJO
Basta, Elvira; que se esfuerza
la nueva de la vitoria. 130
INFANTA
Será de los cielos gloria,
que no de la humana fuerza.
TELLO EL VIEJO
Y aun dicen que ya volvía
a ver al rey de León
Tello.
INFANTA
Teme el corazón,
135
y la esperanza confía.


Escena V

 

INÉS y, luego, MENDO; dichos.

 
INÉS
Ya se confirmó por cierta
la nueva: Mendo ha venido.
INFANTA
¿Tú lo has visto o lo has oído?
INÉS
Y le he abrazado a la puerta. 140
 

(Sale MENDO.)

 
MENDO
Dadme todos dos mil veces
juntos los pies y las manos.
TELLO EL VIEJO
¡Mendo!
INFANTA
¡Ay cielos soberanos!
Almas por brazos mereces.
¿Viene tu señor?
MENDO
Vendrá
145
muy presto; que yo, temiendo
que se adelantase a Mendo,
deseoso de veros ya,
águila caudal volví
el caballo.
INFANTA
¿Habéis vencido?
150
MENDO
Pues ¿no?
TELLO EL VIEJO
Mendo, ¿cómo ha sido?
MENDO
Oíd mientras viene.
TELLO EL VIEJO
Di.
MENDO
En las riberas del Tormes,
por la parte que más baja
miran las sierras de Béjar, 155
envidia de Guadarrama,
que están con sonoras ondas
pidiendo para sus aguas
derrita cándidas torres
de su corona de plata; 160
en una campaña verde,
bien presto roja campaña,
tenía Celín Gazul
de ricas tiendas formada
una ciudad populosa, 165
una portátil montaña,
coronada de banderas
verdes, azules y blancas,
cuyas arrogantes lunas
ser hijas del sol negaban. 170
¿No has visto, cuando se pone,
aquel intrincado mapa
de mil cambiantes de nubes
que forman figuras varias?
Pues así nos parecían 175
una mañana, que al alba
los vistos trocaron miedo
con los que entonces miraban.
No suele llevar pastor
las vísperas de las Pascuas 180
los corderillos al cuello
al que sus cuellos aguarda,
como a los pobres leoneses
les pareció que llevaba
Tello a los moros sus vidas 185
vendidas a inútil fama.
Luego que vieron venir
marchando nuestra vanguardia,
que parecen más que son
soldados en ordenanza, 190
presumieron que venía
el mismo león de España,
o los castellanos condes
con el favor de Navarra.
Y aunque más reconocieron 195
la poca gente, pensaban
que era ardid y estratagema,
repartiendo las escuadras
por varias partes del monte
que el verde llano cercaban, 200
haciéndole antiguos robles
una rústica guirnalda.
Al arma tocaron luego
sus pífanos y sus cajas
con tan horrible alarido, 205
que al viento rompió las alas.
Corrieron el campo algunos,
cuyas tocas y bengalas
de oro y sedas de colores
daban flores a las plantas. 210
Caracoles y escarceos
apenas mirar dejaban
hacia qué parte tenían
las caras o las espaldas.
Y con tal fuerza y destreza 215
blandían las fuertes lanzas,
que juntándose los hierros,
hicieron arcos las astas.
Y llegábanse tan cerca,
que a no ser letra africana, 220
leyéramos fácilmente
las cifras de las adargas.
Fidalgos pedían licencia;
mas Tello a nadie la daba;
que tal vez una desorden 225
todo un campo desbarata.
Cayó en estas bizarrías
la noche, tan mal tocada,
que no salió para verla
una estrella a la ventana. 230
A cada soldado Tello
hacer un fuego le manda,
quedando el campo de suerte,
que el sol no le hiciese falta.
Él se recogió a su tienda, 235
y encima de su celada
puso una imagen pequeña
del santo Patrón de España
en forma de caballero,
cuyo lado acompañaba 240
San Millán monje, que suele
hacer del báculo espada.
En unas doradas nubes,
sobre los santos estaba
la que volvió en ave el Eva, 245
siempre limpia y siempre santa.
Tales palabras decía,
con lágrimas que bañaban
su rostro, Tello a los tres,
que pienso que, aunque callara, 250
fuera delante de Dios
cada lágrima palabra.
Tanto estuvo de rodillas,
que cayó sobre las armas
dormido, si duerme el cuerpo 255
cuando está velando el alma.
Ya se acercaba el aurora,
fuentes y prados la llaman,
ellos en boca de flores
y ellas con lenguas de plata, 260
cuando dando voces Tello,
diciendo así se levanta:
«Esperad, oíd, Señora;
¿dónde vas, paloma blanca?
Espera, Millán divino; 265
Apóstol de España, aguarda».
Y en viendo que yo le escucho,
turbado me mira y calla.
«¿Qué es esto, señor?» le digo.
Y él me responde: «Vi clara 270
la imagen de aquella iglesia
que labró junto a su casa
mi padre; con diferencia
que está la túnica sacra
bordada de estrellas puras 275
entre flores de esmeraldas.
Abrió las rosas divinas
diciendo: «Tello, en tu guarda
enviaré dos caballeros».
Mas siendo de merced tanta 280
indigno, pienso que sueño;
pero basta la esperanza,
acompañando la fe;
que caballos, hombres y armas
no dan vitorias; que Dios 285
es quien vence las batallas».
Yo, que con abiertos ojos
enternecido escuchaba
pronósticos tan divinos,
respondí: «Señor, ¿qué tardas 290
en acometer los moros
con segura confianza
que Dios te ha de dar vitoria?».
«Haz, Mendo, tocar al arma»,
me dijo; y pidió el caballo, 295
que, armadas la frente y ancas,
fogoso y lleno de espuma,
con los relinchos que daba
era tiple a las trompetas
y contrabajo a las cajas. 300
Puesta, pues, la gente en orden,
Tello a los soldados habla
como si fuese otro César
en los campos de Farsalia.
Morir o vencer prometen: 305
ya las hondas amenazan
con tronantes estallidos
las bárbaras cimitarras.
Ya las ballestas se ponen
al blanco de las adargas, 310
no volver, jurando todos,
sin sangre acero a la vaina.
Contarte el valor de Tello
fuera contar mi ignorancia;
que ayer me vieron los montes 315
encordelar las abarcas:
y aunque enemigo, te juro
que el de Gazul le igualara,
a estar de su parte quien
cumplió tan bien su palabra; 320
que aquellos dos caballeros,
con dos brillantes espadas,
eran rayos de los moros;
que de la suerte que tala
celeste piedra las vides, 325
dejando en torno sembradas
de las ya desnudas cepas
las rendidas esperanzas
del labrador codicioso
entre racimos y balas, 330
así quedaban los moros
por donde los santos pasan.
Murió a las manos de Tello
Gazul; dio fin la batalla,
y yo a lo demás, pues viene 335
con diez banderas ganadas,
ricos despojos y esclavos;
si bien la mayor ganancia
ha sido servir al rey,
pues ha ganado su gracia. 340


Escena VI

 

TELLO, soldados y moros, SANCHO; dichos.

 
TELLO EL VIEJO
Con mil tiernos abrazos
te aguardamos, valiente caballero.
TELLO
¿A quién daré los brazos,
esposa mía y padre mío, primero?
TELLO EL VIEJO
A todos juntos, hijo, 345
pues ha de ser común el regocijo.
INFANTA
Capitán valeroso,
mil parabienes con el alma os damos.
LAURA
De verte vitorioso,
no sólo yo, pero los verdes ramos 350
estos altos laureles
inclinan para hacerte coroneles.
TELLO
Laura, querida prima,
tu afecto estimo y tu deseo agradezco.
INÉS
De Inés también estima 355
los brazos, que por ansias te merezco
de tu vida y vitoria.
TELLO
Siempre tendré tu amor en la memoria.
Mendo os habrá contado
la milagrosa nueva del suceso. 360
Es valiente soldado.
INFANTA
Ya nos ha dicho el admirable exceso
de tu valor.
TELLO EL VIEJO
En todo
cumplió la obligación de ilustre godo.
INFANTA
¿Qué dice el rey mi hermano? 365
TELLO
Gané su gracia, fin de mi deseo;
pero, porque el humano
semblante miro y lo interior no veo,
será, padre, acertado
dejar el traje de galán soldado. 370
Quitadme brevemente
galas, plumas, bastón, gola y espada;
que, a su ley obediente,
al rústico gabán y a la cayada
vuelvo, en vez del acero, 375
y a ser el mismo ser que fui primero;
porque estando mi Elvira
en el traje que veis, no fuera justo,
ni en tanto que la ira
dure del rey, se le ha de dar disgusto. 380
Pero guardadas queden,
por si acaso otra vez servirle pueden;
que, como la experiencia
le ha mostrado, saldré más animoso,
fiado en mi inocencia, 385
que en las armas y ejército copioso;
que Dios da las vitorias,
cuyas son las batallas y las glorias.
¿Adónde está García?
TELLO EL VIEJO
Llamad a Garci-Tello, que ocupado 390
de alguna niñería
 

(Vase SANCHO.)

 
estará, de las nuevas descuidado.
TELLO
Todos os hallo buenos,
de mil que yo llevé, diez traigo menos.


Escena VII

 

GARCI-TELLO, SANCHO, dichos.

 
GARCI-TELLO

 (Dentro.) 

¿Mi padre ha venido? 395
SANCHO

 (Dentro.) 

Sí,
y vitorioso del moro.
 

(Sale GARCI-TELLO, con un palo, y SANCHO.)

 
GARCI-TELLO
¡Padre y señor!
TELLO
¿Qué tesoro,
qué descanso para mí,
cómo tenerte, García,
mis brazos con tanto amor? 400
Aunque verte labrador
no ha sido por culpa mía.
¿Cómo estás?
GARCI-TELLO
Para serviros,
aunque a fe que habéis costado,
después que fuistes soldado, 405
mil lágrimas y suspiros.
Dícenme que habéis vencido,
y que a nuestra iglesia nueva
vuestra gente alegre lleva
despojos que habéis traído; 410
y que cuando mayor fuera,
vuestras vitorias felices
la excusaran de tapices
con tanta alarbe bandera.
¿Por qué no me habéis traído 415
un moro, que viera yo?
TELLO
¿Nunca los has visto?
GARCI-TELLO
No,
sino solamente oído.
TELLO
Pues, García, aquestos son.
GARCI-TELLO
¿Éstos son moros? Parecen 420
hombres.
TELLO
Hombres son.
GARCI-TELLO
Merecen
no serlo.
TELLO
¿Por qué razón?
GARCI-TELLO
Porque no creen en Dios
y en su siempre Virgen Madre.
La sangre me alteran, padre. 425
TELLO
¿Tienes miedos?
GARCI-TELLO
Como vos.
Perros, hoy entre mis manos
pedazos os pienso hacer,
hoy habéis de conocer
quién son fidalgos cristianos. 430

 (Da sobre ellos, huyen, y se entra siguiéndolos. SANCHO y los soldados se van también.)  

TELLO EL VIEJO
¡Oh buen nieto! Vive Dios,
que es fino como el coral.
TELLO
Mendo, no les haga mal.
TELLO EL VIEJO
Déjale mate a esos dos;
que así se enseña el halcón 435
desde pequeño a matar.
 

(Vuelve GARCI-TELLO.)

 
GARCI-TELLO
¿Que no los pude alcanzar?
MENDO
¿Qué quieres, si galgos son?
GARCI-TELLO
A no me quitar la espada,
aquí los mato a los dos. 440
INFANTA
Hijo, sosegaos, por Dios.
TELLO EL VIEJO
Nieto, envainad la cayada;
que lo habéis hecho muy bien.
GARCI-TELLO
¡Yo miedo, abuelo!
TELLO EL VIEJO
Habéis hecho
muestra del alma y del pecho. 445
Ea, a merendar os den;
que habéis venido cansado
de matar moros.
GARCI-TELLO
Podría
ser que los mate algún día,
y éstos, de mirarme airado, 450
cobardes huyen al monte.
MENDO
No han de dejar liebre en él.
GARCI-TELLO
Pues yo los echaré dél
antes que el sol se trasmonte.

 (Vase.) 



Escena VIII

 

DON ARIAS, los TELLOS, la INFANTA, LAURA, INÉS, MENDO.

 
DON ARIAS
Aunque he venido otras veces 455
(que me tendréis por agüero)
a daros pena, señores,
por culpa de los sucesos
de que yo no la he tenido,
esta vez a daros vengo 460
nuevas de que viene el rey
a ver con mucho contento
a la infanta, mi señora,
y a dar parabién a Tello,
de la vitoria y despojos 465
con justo agradecimiento.
Él queda tan cerca ya,
que me ha pesado de veros
en ese traje; y así,
que le recibáis os ruego 470
en hábito cortesano,
como es razón; que yo vuelvo
a entretener a su alteza
porque no llegue tan presto.

 (Vase.) 

TELLO EL VIEJO
¿Qué es esto, Elvira?
INFANTA
No sé;
475
pero presumo que ha hecho
esta vitoria en el rey
algún agradecimiento.
Laura, a vestir.
LAURA
¡Qué mudanzas!

 (Vanse las dos e INÉS.) 

TELLO EL VIEJO
Lleva, hijo, a Garci-Tello, 480
di que le ponga su madre
muy galán.
TELLO
Apenas creo
que se mude la fortuna.

 (Vase.) 



Escena IX

 

TELLO EL VIEJO, MENDO.

 
TELLO EL VIEJO
Dije, si te acuerdas, Mendo,
que era comedia la vida, 485
y que tenía por cierto
que mudaríamos traje
antes del acto postrero.
Pues mira cómo es verdad.
MENDO
¡Gracias a Dios, que no tengo 490
vestido que me mudar!
Tú ¿qué aguardas?
TELLO EL VIEJO
No me acuerdo
dónde puse los follados
que truje de caballero.
Tú ¿no los guardaste?
MENDO
¿Yo?
495
TELLO EL VIEJO
¿No te los di?
MENDO
No, por cierto.
Pero si bien se me acuerda...
¿Eran unos...?
TELLO EL VIEJO
Dilo presto.
MENDO
¿Unos como no sé qué
diablos, que para usar dellos 500
era menester que el cura
los conjurase primero,
para que no hiciesen mal
a quien los trujese?
TELLO EL VIEJO
Ésos.
MENDO
¿Aquéllos eran follados? 505
TELLO EL VIEJO
¿No los viste, majadero?
MENDO
¿A los moños de las piernas
ese nombre les han puesto?
Pues, señor, perdona.
TELLO EL VIEJO
¿Cómo?
MENDO
Un espantajo con ellos 510
hizo Silvio aquí el verano
a las higueras del huerto.
¿No te acuerdas que alabaste
los higos que te subieron
un día, que dije yo 515
(pienso que lo dije quedo):
«Buenos follados te cuestan»?
Que si no fuera por ellos,
bien sabes tú que los tordos
y los gorriones viejos, 520
que llaman zorras con alas,
se los comen sin remedio.
TELLO EL VIEJO
Pues ¿no había una ballesta
para echarlos? ¿Es bien hecho
con las bragas de un fidalgo 525
poner a las aves miedo?
Si fuera a los moros, vaya;
que bien podía ser esto,
pues un tiempo al ver las mías,
los vi mil veces huyendo. 530
¡Vive Dios, si no mirara,
Mendo, que vienes con Tello,
que te había...!
MENDO
En tales días
¡buenas albricias te debo!
TELLO EL VIEJO
¿Doyte yo a guardar mi hacienda...? 535
MENDO
¿Qué hacienda señor, si has hecho
mil soldados, que te cuestan
tal cantidad de dinero?
TELLO EL VIEJO
Necio, en servicio del rey
todo es poco: ¿qué honra tengo 540
o qué vida sin su amparo?
Pero para mí no quiero
gastar mi hacienda dos veces,
pues ya es fuerza hacerlos nuevos.
MENDO
¿Eso sientes?
TELLO EL VIEJO
¿No es razón?
545
Llámame a Sancho, que pienso
que sabe desto de sastre.
MENDO
Voy volando.
TELLO EL VIEJO
Vuelve luego.
 

(Vase MENDO.)

 


Escena X

 

TELLO EL VIEJO, solo.

 
TELLO EL VIEJO
Gran cosa un rey: de sólo Dios depende;
el corazón del rey está en las manos 550
de Dios, y en vano y con juicios vanos
presume el hombre que el de Dios entiende.
    El sol tal vez calienta y tal ofende;
mas siempre es vida y luz a los humanos,
que en los valles, los montes, selvas, llanos, 555
flores y frutos, la corona extiende.
    Si el rey es sol, y en su virtud no hay falta,
pues Dios quiere que el hombre rey le nombre,
cuyo atributo su grandeza exalta,
    sirva a su rey, después de Dios, el hombre; 560
que, si no fuera rey cosa tan alta,
no le tomara Dios para su nombre.


Escena XI

 

MENDO, SANCHO, TELLO EL VIEJO.

 
MENDO
Aquí está Sancho.
TELLO EL VIEJO
Sabrás
que quiero hacer unas calzas.
SANCHO
Pues a buena ocasión vengo. 565
¿De qué las haces?
TELLO EL VIEJO
Aguarda.
Esta vez me arrojo al mundo:
házmelas, Sancho, de raja.
SANCHO
¿De raja en esta ocasión?
TELLO EL VIEJO
¿Hanme de mirar las damas? 570
Pues a fe, que ahora treinta años...
MENDO
Y aun ahora ¿qué te falta?
TELLO EL VIEJO
¿Lisonjas? Vestido quieres.
MENDO
Si comes bien, si bien andas,
y te vistes a ti mismo, 575
si como un lirón descansas,
si das al rollo las piernas,
¿qué te falta?
TELLO EL VIEJO
Lo que callas.
Mas ¿cuánto habré menester?
SANCHO
Habrás menester diez varas, 580
que eres entre fresco y alto.
TELLO EL VIEJO
Mas ¿que piensas hacer calzas
para el gigante Golías?
Pero como dos me bastan,
darás las ocho al pendón, 585
que eternamente se acaba.
SANCHO
Porque anduvieras holgado
lo hacía.
TELLO EL VIEJO
Antes tú te holgabas,
como si fuera mohatra.
Ahora bien, Sancho, yo pienso 590
que en aquellas viejas arcas
que están en la armería,
ha de haber unas guardadas
con que se casó mi abuelo.
Pídele la llave a Laura; 595
que para el tiempo que el rey
ha de hacer otra mudanza
y nos mande desnudar,
cualquiera cosa me basta.
MENDO
Y a mí ¿no me vistes?
TELLO EL VIEJO
Sí;
600
no digas que no te pagan
las nuevas.
MENDO
Guárdete el cielo
mil años.
TELLO EL VIEJO
¿Por qué me tasas
la vida?
MENDO
Si mil son pocos,
sean cien mil.
SANCHO
¿De qué mandas
605
que vista a Mendo?
TELLO EL VIEJO
De seda
con pasamanos de plata...
que él te dará los dineros.
MENDO
¿Yo señor? ¡Graciosa traza
es vestirme a costa mía! 610
Yo no sé para qué guardas
tanta hacienda: ¡plegue a Dios
que no te vengan las calzas!
TELLO EL VIEJO
Mira, Mendo: ¿de qué piensas
que las repúblicas andan 615
perdidas? De los excesos
de los vestidos, que gastan
las haciendas que los hombres
con tanto trabajo ganan.
Yo te daré cien ovejas, 620
créeme, y con ellas trata,
porque galas sin hacienda,
más son deshonra que galas.
MENDO
Veas de tu nieto nietos,
y en tu mesa y en tu cama 625
remocen con media lengua
tatarachoznos tus canas.
Llueva el cielo trigo en trojes,
mosto en cubas y tinajas,
y por mayor bendición, 630
no te quite el rey las calzas.


Escena XII

 

El REY, DON ARIAS, la INFANTA, LAURA, TELLO y GARCI-TELLO, de gala; dichos.

 
REY
Todos me han venido a ver,
y ¿sólo Tello no viene?
TELLO EL VIEJO
El que más amor os tiene
el postrero viene a ser. 635
Mas perdonadme, señor;
que el traje mudar quería,
y por eso no salía;
que no por falta de amor.
MENDO
En trazar ciertos follados, 640
gran señor, se ha detenido;
y pienso que seréis ido
antes que estén acabados.
REY
Haréisme mucho placer;
que os quiero ver muy galán. 645
TELLO EL VIEJO
¿Qué galas, señor, serán
como veniros a ver
tan humano en esta casa?
REY
Siempre, Tello, lo seré.
Lo pasado enojo fue; 650
nunca ofende lo que pasa.
Vine a cazar por aquí,
y quise ver a la infanta
y a vos también.
TELLO EL VIEJO
Merced tanta
por ella fue no por mí. 655
REY
Y por honrar, que es razón, honrado.
a Meneses mi cuñado.
TELLO EL VIEJO
Sólo ese nombre le ha honrado.
REY
Ellos como yo lo son.
INFANTA
Besa la mano a su alteza, 660
García.
REY
¡Sobrino mío!
¡Bravo Mozo!
TELLO EL VIEJO
Tiene brío.
REY
Cubrid, cubrid la cabeza.
GARCI-TELLO
Honrad, señor, por mi madre
a mi padre...
REY
Yo lo haré.
665
GARCI-TELLO
Porque no me cubriré,
si no se cubre mi padre.
REY
Cubríos, señor cuñado;
que lo manda mi sobrino.
TELLO EL VIEJO
Es el rapaz peregrino; 670
de vuestro padre es traslado.
REY
Tello, vaya alguna gente
que sepa este monte bien,
para que nuevas me den,
antes que salir intente, 675
de algún oso o jabalí.
TELLO EL VIEJO
Sancho le sabe en extremo.
Parte.

 (Vase.) 

SANCHO
Yo voy.
TELLO EL VIEJO
Al sol temo,
si ahora salís de aquí.
Entre tanto, podéis ver 680
una iglesia que he labrado,
y en vez de paños, colgado
de las banderas ayer,
que ganó Tello a los moros.
Y en ella, a la fe, señor, 685
haréisnos un gran favor.
REY
Favores, honras, decoros
pedid, Tello; que allá voy.
Sólo a honraros he venido.
TELLO EL VIEJO
Señor, por merced os pido, 690
si ya en vuestra gracia estoy,
que en ella arméis caballero
a mi nieto don García.
REY
Reservémoslo a otro día;
que salir al monte quiero. 695
INFANTA
Tiempo tendrá vuestra alteza;
esto le suplico yo.
REY
Que fuera me pareció
en León con más grandeza,
y con la corona y manto 700
que los godos se ponían,
si algún caballero hacían.
DON ARIAS
No dejes de honrarle tanto;
que yo truje de León
corona y manto real. 705
REY
¿Cómo en ocasión igual?
DON ARIAS
Porque en aquesta ocasión
honrases a tu sobrino.
Tello, señor, me avisó.
REY
Venid todos.
TELLO EL VIEJO
¿Cuándo yo
710
fui de tantas honras dino?
 

(Vanse todos, menos las damas y DON ARIAS.)

 


Escena XIII

 

La INFANTA, LAURA, DON ARIAS.

 
DON ARIAS
Oiga vuestra alteza, y vos,
señora Laura, escuchad.
INFANTA
Arias, ya vuestra lealtad
agradecemos las dos. 715
DON ARIAS
El rey no me mira bien:
hacedme favor, señora,
de honrarme con él ahora.

  (Aparte a la INFANTA.)  

Y porque quede también
nuestra amistad confirmada, 720
pedid que a Laura me dé
Tello por mujer.
INFANTA
Sí haré;
que estará bien empleada.
Id con el rey; que yo quedo
a decírselo.
DON ARIAS
Tendréis
725
un esclavo en mí, si hacéis
lo que os ruego.
INFANTA
Haré, si puedo.
DON ARIAS
No sé quién ama donde no es querido,
siendo todo el amor un instrumento
que, destemplando su divino acento, 730
disuena a la razón como al oído.
    ¿Qué consonancia harán amor y olvido,
la fuerza y el desdén, si el fundamento,
de amor es un igual consentimiento,
de las dos voluntades admitido? 735
    Ya no quiero querer lo que solía,
ni de amor las tormentas y las calmas;
hoy toma puerto la esperanza mía.
    Quien no merece, no pretenda palmas;
que consiste de amor el armonía 740
en la correspondencia de las almas.

 (Vase.) 



Escena XIV

 

La INFANTA, LAURA.

 
INFANTA
Laura...
LAURA
Señora...
INFANTA
Ocasión
se ofrece, si eres discreta,
para que quedes perfeta.
LAURA
Burlas como tuyas son. 745
INFANTA
Don Arias me ha dicho aquí
que te pida por mujer:
¿qué tengo de responder?
LAURA
¿Quieres que diga que sí?
INFANTA
¿Eso quieres que te pida? 750
LAURA
Dame de término un hora
para una cosa, señora,
que dura toda la vida.
INFANTA
Mi Laura, tú eres discreta;
que yo, cuando lo negases, 755
si deseo que te cases,
es porque quedes perfeta.

 (Vanse.) 



Escena XV

 

Vista exterior de una iglesia.

 
 

TELLO EL VIEJO, MENDO, SANCHO.

 
TELLO EL VIEJO
¿Está bien aderezado?
MENDO
Los dos lo habemos compuesto.
SANCHO
Más adorno fuera justo; 760
mas lo posible se ha hecho.
MENDO
Tu rica tapicería
no se colgó.
TELLO EL VIEJO
¿Por qué, Mendo?
MENDO
Porque no dieron lugar;
mas fueron Silvio y Alberto, 765
y desnudando los prados
de lirios, jacinto y trébol,
de espadañas los arroyos,
y el soto de álamos negros,
es la iglesia un cielo.
TELLO EL VIEJO
¡Y cómo!
770
A donde está Dios es cielo;
y por la misma razón
hoy es corte el monte nuestro,
pues el rey en él está.
Pero, dime, ¿vengo bueno? 775
MENDO
Que pareces de veinte años.
TELLO EL VIEJO
Bien sé yo que mientes, Mendo.
No me vienen mal las calzas.
MENDO
Para el Jueves Santo quiero
acotarlas desde ahora. 780
TELLO EL VIEJO
Buenos serán tus grigüescos.


Escena XVI

 

El REY, DON ARIAS, TELLO, la INFANTA, LAURA, INÉS; GARCI-TELLO, con botas; criados, de acompañamiento, y músicos; dichos.

 
REY
Es edificio extremado:
¿qué os habrá costado, Tello?
TELLO EL VIEJO
Lo que gasto para Dios
nunca en los libros lo asiento; 785
que para lo que Él me ha dado,
es poco lo que le vuelvo;
porque, por más que le pago,
siempre le quedo debiendo.
REY
Dadme el manto y la corona. 790
 

(Sacan los criados dos fuentes: en una el manto y la corona, y en la otra espada y espuelas; y se verá un altar con luces, y va el REY armando de caballero a GARCI-TELLO, que estará de rodillas.)

 
INFANTA
¡Qué humano está el rey!
TELLO
¡Qué cuerdo
García!
REY
Llegad, sobrino,
al altar.
TELLO EL VIEJO
¡Dichoso Tello,
que llegas a ver un día
de tanta gloria!
REY

  (A GARCI-TELLO.)  

En el suelo
795
poned la rodilla. Oíd
hoy, que os hago caballero,
García, con atención
a lo que os obliga el serlo,
mientras que os ciño la espada, 800
en cuyo desnudo acero
escribiréis mis palabras,
que os han de servir de espejo.
La ley de Dios, sobre todo,
defenderéis lo primero: 805
guardaréis lealtad al rey,
y a su justicia respeto:
en las guerras de los moros
jamás volveréis huyendo,
porque los hombres fidalgos 810
o vencen o quedan muertos.
Saldréis al campo, García,
si os hicieren algún reto;
y todo pleito homenaje
guardaréis, o libre o preso. 815
No consentiréis que agravien
mujer ninguna: todo esto
habéis de jurar aquí.
GARCI-TELLO
Sí juro.
REY
Pues, caballero,
estos tres golpes os doy; 820
acción con que honraros puedo.
INFANTA
En tan dichosa ocasión
viene bien pediros, Tello,
para un caballero a Laura,
de cuyo acertado empleo 825
podéis estar bien seguro,
pues estoy yo de por medio.
TELLO EL VIEJO
¿Sabe Laura que la casas?
INFANTA
Sabe que yo lo deseo.
TELLO EL VIEJO
Pues ya te habrá dado el sí, 830
aunque no supiera el dueño;
el ansia desde que nacen
es, Elvira, el casamiento.
Si es don Arias, doy el mío.
DON ARIAS
A tanto favor no puedo 835
responder, sino humillarme.

 (Danse las manos LAURA y DON ARIAS.) 

GARCI-TELLO
Señora, sabéis que tengo
desafiado a don Arias:
¿cómo le ha dado mi abuelo
por mujer a Laura, y vos 840
se la pedís, sabiendo
que entre las obligaciones
que tengo de caballero,
es la que toca a mi honor?
INFANTA
Hijo, también os advierto 845
que no puede haber agravio
delante del rey.
REY
Los Tellos
vengan conmigo a León,
adonde premiar prometo
tanto valor y lealtad. 850
TELLO EL VIEJO
Y aquí, senado discreto,
da fin la Segunda parte
de la historia de los Tellos.




 
 
FIN DE «VALOR, FORTUNA Y LEALTAD»
(SEGUNDA PARTE DE «LOS TELLOS DE MENESES».)
 
 


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