Escena II
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Los dichos y D. BASILIO.
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D. BASILIO | ¡Qué
es lo que acabo | | de ver! No es posible esté | |
en su juicio mi cuñado. | | Ni él ni su hija
ni su amiga | | saben ya cómo ni cuánto
| 50 | pierden. El marqués se ríe | | de verlos
precipitados, | | los pica, los atolondra; | | y ellos se
van empeñando | | con ansia de desquitarse. | 55 |
¡Qué demencia! Y no es lo extraño | | que
hayan perdido el dinero | | que traían, porque al
cabo | | será corta cantidad; | | mas jugando ya
con tantos, | 60 | nuestra sobrinita, en fuerza | | de su
genio arrebatado, | | se ciega, envida sin tino; | | y por
un cálculo saco | | que con quinientas medallas
| 65 | no pagará don Gonzalo | | la pérdida de
los tres. | |
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D. BASILIO |
Y
he reparado | | que el marqués no juega limpio. | |
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D. BASILIO |
Por
debajo | 70 | de la mesa al disimulo | | sacaba de cuando
en cuando | | naipes para completar | | el punto de quince...
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D. BASILIO | Sin duda en la faltriquera | 75 | los
traía preparados. | |
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D.ª CLARA | No puedo yo consentir
| | exceso tan temerario | | de unos y otros. Allá
voy. | |
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D.ª CLARA |
Remediarlo.
| 80 | (Vase por la izquierda.) |
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D. BASILIO |
Mi hermano toda su vida | | ha de ser un perdulario. | |
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TÍO PEDRO |
Aquel señor forastero | | que ahora poco ha llega[d]o,
| | y que usté quiso que entrara | 85 | a descansar
en mi cuarto, | | allá se ha quea[d]o solo. | | Yo
voy a ver si quiere algo. | |
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D. BASILIO | Dígale
que volveré | | a estar con él; que entretanto
| 90 | se mantenga oculto allí, | | y que ya tendré
cuidado | | de avisarle se presente | | aquí cuando
llegue el caso. | |
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TÍO PEDRO | Él dijo que
a doña Ambrosia | 95 | es a quien viene buscando.
| |
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D. BASILIO | A su tiempo la verá. | | Yo me
entiendo. |
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D. BASILIO | Ya, por fin, el mayordomo
| | parece que te ha sacado | 100 | del cuerpo aquel gran
secreto. | |
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BARTOLO | Quise al prencipio callarlo, | | pero
dempués dije: No, | | aquí hay algún
contrabando; | | porque meter doña Ambrosia | 105 |
un papelito dobla[d]o | | drento de la faltriquera | |
de aquel señor mientras tanto | | que él y
el marqués y el marqués | | y él estaban
enzarzaos, | 110 | no, no me dio buena espina, | | ni tampoco
lo que hablaron, | | cuando se jue don Ugenio, | | la viuda
y el perroquiano. | |
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D. BASILIO | Deja, que con ese aviso
| 115 | luego se pondrán en claro | | ciertas cosas.
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BARTOLO | Bien
pudiera | | su mercé dicirme en pago | | qué
caballero es aquél | | que está tan agazapao
| 120 | en el cuarto del tío Pedro, | | desque su
mercé en el patio | | le vido y le habló. ¿Vendrá
| | a la junción convida[d]o? | |
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D. BASILIO |
Ya tendrá su parte en ella. | 125 | Ve a recoger su
caballo. | |
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BARTOLO | Voy corriendo... | (Hace que se va
y vuelve.) | Mire
usté, | | yo estaba tras de aquel árbol | |
cuando el marqués y la viuda... | |
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BARTOLO | Es
que yo callo | 130 | muchas cosas... |
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BARTOLO | Pero también, cuando hablo, hablo.
| |
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Escena III
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D. GONZALO y
D.ª CLARA, que salen por la izquierda. D. BASILIO; y BARTOLO,
que habiendo hecho ademán de irse, se queda un poco
retirado.
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D.ª CLARA | No estaba presente yo;
| | que ya lo hubiera estorbado, | | y no te precipitara
| 135 | tu ceguedad en el lazo | | que te armaba un hombre
astuto. | | Bien lo pagas. Pero extraño | | contribuyas
a que Pepa, | | sobre todos sus resabios, | 140 | se aficione
a un juego fuerte, | | origen de mil estragos. | |
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D. GONZALO |
Cierto que es mucho el dinero | | que el marqués
nos ha ganado, | | mas todo se queda en casa. | 145 |
|
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D. BASILIO |
¿Qué cuentas haces, hermano? | |
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D. GONZALO | Como
él ha de ser mi yerno, | | al ajustar los contratos
| | eso menos llevará | | en el dote. |
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D.ª CLARA |
¡Bien
pensado! | 150 | ¿Conque esa boda es segura? | |
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D. GONZALO | Me
caso | | con mi amiga doña Ambrosia. | |
|
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D. GONZALO | ¿Cómo? Queriendo
los dos. | 155 | ¿Cuándo? Muy pronto. |
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|
D. GONZALO | Ya te diré los motivos, | | que
son muy extraordinarios. | | (Reparando en BARTOLO.) |
Pícaro, ¿qué haces ahí? | | Él
nos estaba escuchando. | 160 |
|
|
BARTOLO | No, señor. ¿Lo
de esas bodas? | | No tengo ya que escucharlo. | | Desque
he vinío yo aquí | | la otra vez con un reca[d]o,
| | la señora doña Ambrosia | 165 | y usté
no estaban hablando | | más que de eso. |
|
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D. GONZALO |
Mandamos
| | que nos dejes. | (Vase BARTOLO.) |
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D. BASILIO | (A D. GONZALO.) | Bien
dispones | | tus proyectos. Yo oigo y callo; | 170 | pero
sé que en descubriendo | | cierto secreto que guardo,
| | ni tú has de querer ya dar | | a tu vecina la
mano, | | ni mi sobrina al marqués. | 175 |
|
|
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D. BASILIO | No
lo declaro | | por ahora. Lo sabrás | | dentro de
muy breve rato | | cuando estén juntos aquí
| | todos los interesados. | 180 | (Vase.) |
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D.ª CLARA | Escucha.
| | ¡Que seas tan insensato! | | ¡Que no consultes las cosas!
| | ¡Y que tengas tan cerrados | | los oídos para
todos | 185 | los que bien te aconsejamos! | | ¡Sólo
doña Ambrosia puede | | contigo! ¡Sólo el incauto
| | proceder, el mero antojo | | de una niña y sus
disparos | 190 | han de ser la ley, la norma | | de tu conducta!
|
|
|
D. GONZALO | He
soltado | | una palabra al marqués, | | otra a doña
Ambrosia, y me hallo | | en precisión de cumplirlas.
| 195 |
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D.ª CLARA | Eso es, pundonor exacto | | en el cumplimiento
de ellas; | | y en darlas, ningún reparo. | | Tu
hija y su amiga son locas. | |
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|
D. GONZALO | ¡Vaya, que
te has levantado | 200 | hoy de malísimo humor! | |
Pero, hermana, hablemos claros. | | Ya que tachas sus acciones
| | y las mías, | (Bajando la voz.) | por
lo bajo | | te prevengo que reformes | 205 | las tuyas. |
|
|
D.ª CLARA | Y
yo, por alto, | | respondo que no podrás | | hacerme
ni un leve cargo. | |
|
|
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|
D. GONZALO | Meta cada cual la mano | 210 | en su pecho. Todos tienen | | por qué callar. Pues
¿acaso | | que Pepa quiera al marqués | | es algún
delito raro? | | ¿No son solteros? Pues todo | 215 | se compone
con casarlos. | | Pero tú, que das lecciones | | de
cordura y en tu estado, | | ya ves que tanta amistad | |
con don Eugenio da campo | 220 | para que las gentes crean...
| |
|
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D.ª CLARA | Creerán lo que es muy falso. | |
Faltara conversación | | divertida en los estrados
| | si la malicia dejase | 225 | de suponer que en el trato
| | de personas de dos sexos | | hay siempre algún
fin dañado. | | ¿Mujer y tener amigo? | | No se ve
ya ese milagro. | 230 | ¿Hombre y amiga? Imposible. | | ¿Quién
la trata más? Fulano. | | Ése es el cortejo,
amante, | | galán, pique, mueble, trapo. | | Y porque
cuatro indiscretas | 235 | o fáciles han cobrado | | la opinión que doña Ambrosia | | y la que
desde hoy presagio | | cobrará también tu
hija, | | si no se precave el daño, | 240 | ¿han de
perder su buen nombre | | las mujeres de recato? | |
|
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D. GONZALO |
Pero poco a poco, hermana. | | Mi juicio no es temerario;
| | y si lo he de decir todo, | 245 | cuando dos se hacen
regalos | | como un reloj, verbigracia, | | para que el enamorado
| | sepa a qué hora fue dichoso, | | o un bolsillo
muy profano | 250 | con sus letras... Ya me entiendes. | |
|
|
D.ª CLARA |
Lo entiendo, y no satisfago | | a indignas
reconvenciones. | | Bolsillo y reloj son ambos | | dones
míos, y con ellos | 255 | celebro mucho haber dado
| | a don Eugenio una muestra | | de cordial afecto. |
|
|
D. GONZALO |
Estamos
| | de la otra parte. ¿Qué más, | | si el
reo canta de plano? | 260 |
|
|
D.ª CLARA | En público
lo diré, | | y sin el menor empacho. | | Pero sólo
he de dar cuentas | | a mi esposo, no a un hermano | | que
con sospechas inicuas | 265 | hace el más sensible
agravio | | a una hermana que se precia | | de tener muy
bien sentado | | su crédito en esta parte. | | No
es posible que vivamos | 270 | unidos. Bien dije que era
| | inútil reconciliarnos. | | Ya que con tan poco
honor | | piensas de mí, lo acertado | | será
no volver a vernos. | 275 | Mi único fin, mi conato
| | era impedir el desorden | | de tu casa. Ya no es arduo
| | mi empeño, es inasequible | | si algún
pronto desengaño | 280 | no te escarmienta; y así,
| | ¿de qué sirve incomodarnos? | | Da esa madrastra
a tu hija; | | goce en propiedad el mando | | la que tanto
abusa de él | 285 | teniéndole de prestado.
| | Ese charlatán viajante | | sea, pues, depositario
| | de tu confianza y bienes. | | Ambos te darán
el pago. | 290 | Yo me vuelvo a mi retiro. | |
|
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Escena V
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El MARQUÉS y D. EUGENIO.
|
MARQUÉS |
Don Eugenio, una palabra. | 345 | Celebro haber arribado
| | a tiempo de hallarle solo. | | ¿Qué entendió
usted decir cuando | | le hizo ver aquellos versos | | doña
Ambrosia? Es necesario | 350 | que en un pequeño detalle
| | me lo explique. |
|
|
D. EUGENIO | Precisado
| | a dar mi dictamen, dije | | no estaban en castellano.
| |
|
|
|
|
|
D. EUGENIO |
No
constando | | su nombre, a nadie ofendí. | | Censuré
unos versos malos, | | y no más. |
|
|
|
D. EUGENIO | Lo siento, mas no retracto
| 360 | mi opinión. |
|
|
MARQUÉS | ¿A
mí que soy | | académico honorario | | de los
Árcades de Roma? | | ¿A mí, que entre ellos
me llamo | | Holocosmo Girabundo? | 365 | Necesito un desagravio
| | de ultraje tan revoltante... | | Pero estamos desarmados.
| |
|
|
D. EUGENIO | Aun no estándolo, no riño
| | por debates literarios. | 370 |
|
|
MARQUÉS | Pues bien,
señor. Yo por todo | | lo que me afecta me bato. | |
|
|
D. EUGENIO | No lo merece este asunto. | |
|
|
MARQUÉS |
Yo tuve por igual caso | | con un milord, que era inglés,
| 375 | un duelo de los más raros. | |
|
|
D. EUGENIO |
Siendo lord, supongo no era | | ruso, alemán ni polaco.
| | Pero él hizo mal; pues nunca | | dicta el pundonor
al sabio | 380 | que enmiende con el acero | | lo que la
pluma ha pecado, | | y a la fuerza de razones | | oponga
fuerza de brazos. | |
|
|
MARQUÉS | Haré público
este duelo, | 385 | y que usted no le ha aceptado. | |
|
|
D. EUGENIO |
Enhorabuena. Sabrán | | que conservo el juicio sano;
| | que no tocan al honor | | cuestiones sobre vocablos,
| 390 | las cuales, no con la espada, | | con los libros
en la mano | | se aclaran. A esto me obligo, | | a este
desafío salgo. | |
|
|
MARQUÉS | Muy bien va. Disputaremos
| 395 | por escrito. |
|
|
D. EUGENIO | Presentando
| | usted sus versos, diré | | en qué fundo
mis reparos. | |
|
|
|
D. EUGENIO | Entonces
| | nombraremos tres o cuatro | 400 | jueces hábiles.
|
|
|
MARQUÉS | De
acuerdo. | | Me pico de literato | | como cualquiera. Con
todo, | | pretendo que nos batamos, | | porque tengo otros
motivos... | 405 |
|
|
D. EUGENIO | Si son otros, explicarlos.
| |
|
|
MARQUÉS | Usted sabe que Pepita | | es ya mía.
|
|
|
D. EUGENIO | Si
ese caso | | ha llegado, no me consta. | |
|
|
MARQUÉS |
Pero está ya contratado | 410 | nuestro enlace. |
|
|
|
MARQUÉS | Y usted quiere, sin embargo,
| | seducirla. |
|
|
|
MARQUÉS | Es menester decidamos | | este punto.
|
|
|
D. EUGENIO | Ella
es quien puede | 415 | decidir. De su labio | | ha de salir
la sentencia. | | La espada no puede darnos | | dominio
en su corazón, | | porque es acto voluntario | 420 | en ella elegir aquel | | que halle digno de su agrado.
| | Si juzga que no lo soy, | | ¿con reñir lo seré
acaso? | | Dando muestras de valiente, | 425 | las diera
de temerario; | | y al fin siempre quedaría | | igualmente
desairado. | | Aquí viene. |
|
|
MARQUÉS | Ella
no duda | | de la preferencia entre ambos. | 430 |
|
|
Escena
VII
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Los dichos y D. BASILIO.
|
D.ª PEPITA |
Sépalo el tío, la tía, | | mi padre
y todos. No me ando | | en contemplaciones. |
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|
D. BASILIO |
¡Pepa!
| 455 | ¿Contra quién te enojas tanto? | |
|
|
D. EUGENIO |
Contra mí. Ya éste es negocio | | concluido.
|
|
|
MARQUÉS | Y
yo he triunfado | | por la obligante indulgencia | | de
esta beldad, cuyo encanto | 460 | hace hoy la felicidad | | de mi vida. |
|
|
D. BASILIO | ¿Y
has pensado | | maduramente? |
|
|
D.ª PEPITA | Ya
sé | | de memoria cuantos cargos | | tienen ustedes
que hacerme. | 465 |
|
|
MARQUÉS | A maravilla. Yo parto
| | a informar de un tan brillante | | fortunón a
don Gonzalo. | | (Al tiempo de irse, retrocede y continúa.)
| ¡Ah, doña Ambrosia! ¿Y mis versos? | | Usted los
tendrá guardados. | 470 |
|
|
D.ª AMBROSIA | (Sacando
unos cuantos papeles.) | Aquí están. |
|
|
MARQUÉS |
Si
usted se toma | | la molestia de entregarlos | | al señor,
él hará de ellos | | un crítico comentario
| | que ha ofrecido. Imprimiré | 475 | la respuesta
que preparo, | | y la han de dar los jornales | | extranjeros
mil aplausos. | | (Vase.) |
|
|
D.ª AMBROSIA | (Reconociendo
los papeles, y revolviendo las faltriqueras de las cuales
va sacando otros.) | No parecen estos versos. | | Ellos
estaban mezclados | 480 | con los papeles que sabes, | |
Pepita... Aquéllos... |
|
|
D.ª PEPITA | Ya
caigo. | | Es finísimo el marqués. | | (A
D. EUGENIO.) | Sepa usted que me ha entregado | | los
billetes amorosos | 485 | de las damas que aceptaron | |
sus obsequios en Italia, | | y en Nápoles y otros
varios | | países. |
|
|
D. EUGENIO | Si
usted supiera, | | según mis consejos, algo | 490 | de geografía, nunca | | pensara que está
situado | | Nápoles fuera de Italia. | |
|
|
D.ª PEPITA |
Poca erudición. Al grano. | | Ello es que el marqués...
|
|
|
D.ª AMBROSIA | No
doy | 495 | con tales versos. |
|
|
D.ª PEPITA | Buscarlos.
| | Ayude usted, don Eugenio. | |
|
|
D. EUGENIO | (Tomando
y reconociendo algunos de los papeles.) | A ver éste.
Es italiano. | | Éste, francés. También
éste. | |
|
|
D.ª AMBROSIA | ¿A que no los encontramos?
| 500 |
|
|
D. EUGENIO | Aguarde usted... Ésta es letra
| | del marqués... En castellano | | está el
papel... Pero es prosa... | | y borrador... ¡Oh, qué
hallazgo! | | (Lee:) | «Señor don Gonzalo de Medina
Muy señor mío: Aunque no tengo el honor de
conocer a usted sino de reputación, la probidad me
exhorta a comunicarle...» | Así empezaba la carta
| 505 | que recibió don Gonzalo. | |
|
|
D. BASILIO |
Sí; la letra es del marqués. | | Ya se descubrió
el arcano. | |
|
|
|
|
D.ª AMBROSIA | O copia que le habrá dado
| 510 | don Gonzalo. |
|
|
|
D. EUGENIO | Y estotro, si no me engaño,
| | el de la carta que hallé | | en mi bolsillo.
Leamos: | | «Señor don Eugenio de Lara Muy
señor mío: Yo me hago un deber de hacer saber
a usted que en la fábrica que tiene en esta villa...»
| Todo es suyo, hasta el lenguaje. | 515 | Don Basilio,
estoy pasmado. | |
|
|
D. BASILIO | Yo no; porque desde luego,
| | y ya ve usted que no en vano, | | malicié que
en este embrollo | | andaba el marqués. |
|
|
D.ª AMBROSIA |
A
espacio. | 520 | Vengan esas cartas. |
|
|
D. BASILIO | No,
| | perdone usted. En mis manos | | están bien depositadas.
| | Son útiles y las guardo. | |
|
|
D.ª AMBROSIA |
Mire usted que así lo pide | 525 | una dama. |
|
|
D. BASILIO |
No
la falto | | al respeto en lo demás, | | pero en esto
es necesario | | no la obedezca, pues debo | | salvar luego
con tan claros | 530 | documentos la inocencia | | de este
caballero honrado. | | (Vase.) |
|
|
D.ª PEPITA | Yo no entiendo
este embolismo. | |
|
|
D.ª AMBROSIA | Es un lance extraordinario
| | acá para entre nosotros. | 535 |
|
|
D. EUGENIO | (Volviendo todos los papeles a D.ª AMBROSIA, menos uno.)
| Ya no nos hacen al caso | | estos papeles. |
|
|
|
D. EUGENIO | No me importa examinarlos. | | Al
fin, aquí ha parecido | | el que estábamos
buscando. | 540 |
|
|
|
D. EUGENIO |
Cierto.
Aunque escribe | | el marqués versos tan malos, | |
su prosa es mucho peor. | |
|
|
D.ª AMBROSIA | Don Eugenio,
no partamos | | de ligero. Podrá dar | 545 | el marqués
tales descargos. | |
|
|
D. EUGENIO | Ninguno habrá
suficiente. | |
|
|
D.ª PEPITA | ¿Me dirán ustedes cuándo
| | dejan la conversación? | | Yo en eso no entro
ni salgo. | 550 | Señor mío, a nuestro asunto.
| | He dicho a usted que a mi lado | | cuanto menos tiempo
gaste | | será lo mejor. |
|
|
D. EUGENIO | Mi
engaño | | ha cesado ya, señora. | 555 | Ya
la excusaré el cansancio | | de oír mis exhortaciones.
| | Que usted haya despreciado | | mi obsequio y buena intención
| | me es sensible; pero gano | 560 | a costa de este desaire
| | un gran bien, averiguando | | no seríamos felices
| | con genios tan encontrados. | | Conocerlo tan a tiempo
| 565 | nos asegura el descanso. | | ¡Ay de otros a quienes
llega | | más tardío el desengaño!
| |
|
|
D.ª PEPITA | ¡Muy bien exclamado! Ahora | | pudiera
usted decirme algo | 570 | de aquello de falsa, aleve, | |
ingrata, homicida... ¡Vamos! | |
|
|
D. EUGENIO | ¿Yo injuriar
a quien me saca | | de un error? Bien al contrario; | |
rendidas gracias la doy | 575 | por favor tan señalado.
| | Señora, a los pies de usted. | |
|
|
D.ª PEPITA | (Remedándole.) | Señor, beso a usted las
manos. | | (Vase D. EUGENIO.) |
|
|
D.ª PEPITA |
Por esta vez me parece | | que no lleva mal despacho.
| 580 |
|
|
D.ª AMBROSIA | Te portas. Pero, amiguita, | | me tiene
con sobresalto | | el grandísimo descuido | | del
marqués. ¡No haber quemado | | aquellos dos borradores!
| 585 | ¡Mal negocio! ¡Y por qué tanto | | los fue
a mezclar con los otros | | papeles! |
|
|
D.ª PEPITA | Pues
bien. Al cabo, | | ¿qué resulta? |
|
|
D.ª AMBROSIA |
Descubrirse
| | cierto enredillo tramado | 590 | para poner mal a ese
hombre | | con tu padre, y libertarnos | | de sus importunidades
| | y su influjo. Mira un caso | | que debes tener presente.
| 595 | Todo papel reservado | | se ha de quemar. |
|
|
D.ª PEPITA |
Ése
y otros | | consejos que me vas dando, | | tendrán
puntual observancia. | | Prosigue, que no me canso | 600 |
de la lección; y aun me quejo | | de que en el otro
repaso | | me dejaste con la miel, | | como dicen, en los
labios. | | Vaya: «Segundos consejos | 605 | que dio don
Quijote a Sancho.» | | Empieza, que ya te escucho. | | Pero
¿qué estás cavilando? | |
|
|
D.ª AMBROSIA |
Tengo ahora mal humor. | | Otro día más despacio...
| 610 |
|
|
D.ª PEPITA | Si no estás para ello, ten
| | a lo menos el trabajo | | de oírme, y examinar
| | si me voy haciendo cargo | | de tus buenas instrucciones.
| 615 | Yo de todas ellas saco | | que el disimulo en nosotras
| | es mueble muy necesario. | |
|
|
D.ª AMBROSIA | Basta
la apariencia en todo; | | y por eso dijo un sabio | 620 |
que el siglo de oro, de plata, | | de cobre y hierro han
pasado, | | y es siglo de similor | | en el que al presente
estamos. | |
|
|
D.ª PEPITA | Todo será que yo pueda
| 625 | vencer este genio franco. | | A fe que no diré
entonces | | palabra, ni daré paso | | sin estudio
y precaución. | | Yo tendré mis tertulianos.
| 630 | Entre ellos no es regular | | me falten aficionados;
| | y tomaré mis medidas | | para no descontentarlos.
| | Manejándonos con maña, | 635 | aunque ellos
se vuelvan Argos, | | quien más mira menos ve, | |
como en los juegos de manos. | | Por ejemplo: a los que
a solas | | trate con más agasajo, | 640 | pondré
en público mal gesto; | | y también será
del caso | | reñirles bien cuando lo oigan | | los
que pueden separarnos, | | y aun hacer me reconvengan
| 645 | sobre lo mal que los trato. | | Además, me iré
con tiento | | en llevarlos siempre al lado; | | pues, aunque
veo que es duro | | privarnos de aquel gustazo | 650 | de
lucir una conquista, | | reflexiono, sin embargo, | | que
las exterioridades | | nos pierden tarde o temprano. | |
|
|
D.ª AMBROSIA |
Bien dices. Las diversiones | 655 | han de ser sin aparato;
| | y cuando el humo se vea, | | ya ha de estar quemado el
cuarto. | |
|
|
D.ª PEPITA | Lo que también me parece
| | disparate es que tengamos | 660 | criadas lindas, a pique
| | de que den al ama un chasco. | |
|
|
D.ª AMBROSIA | No
convienen dos figuras | | principales en un cuadro. | |
|
|
D.ª PEPITA |
Ahora, el escoger bichos | 665 | para pajes y lacayos | |
será indecente. |
|
|
D.ª AMBROSIA | A
lo menos, | | hoy es gala lo contrario. | |
|
|
D.ª PEPITA |
Oye, otra cosa me ocurre. | | Por si acaso hay hombres raros,
| 670 | como ese buen don Eugenio, | | que se quejen de que
estamos | | por conquistar, y pretendan | | que debemos
saber algo, | | ya procuraré tener | 675 | algunos
libros sembrados | | o cerca del tocador | | o en las mesas.
Ostentando | | que leemos, basta; y luego | | que vengan
a averiguarlo. | 680 | En nuestras conversaciones | | ya
ves que no fatigamos | | el discurso. Cuando alguna | |
se vaya formalizando, | | con un ya, bien, ¿pues no digo?,
| 685 | estamos fuera del paso. | | Lo mismo hacen muchos
hombres, | | y los llaman ilustrados. | |
|
|
|
D.ª PEPITA | Es que
me voy desasnando. | 690 |
|
|
D.ª AMBROSIA | ¿Si se infundirá
esta ciencia | | con la leche que mamamos? | | Mas vamos
a lo que importa, | | Pepita. ¿No te ha picado | | aquella
serenidad, | 695 | aquel semblante pacato | | con que oyó
su despedida | | don Eugenio? |
|
|
D.ª PEPITA | Me
ha volado. | | ¿Sabes que ahora quisiera | | atraerle?
|
|
|
D.ª AMBROSIA | Ni
pensarlo. | 700 | Era preciso humillarse | | y hacer papel
desairado. | | No te lo aconsejo, no. | |
|
|
D.ª PEPITA |
Pues ¡ánimo! Prosigamos | | correspondiendo al marqués,
| 705 | y reviente el mentecato | | de envidia. |
|
|
D.ª AMBROSIA |
Sí,
sí, vengarse. | | Amiga, tendrás el lauro
| | de que no logren su intento | | ni él ni tus tíos.
Chafarlos. | 710 | El marqués adora en ti. | | Tu
padre se ha disgustado | | con don Eugenio, y no piensa
| | ejercer el menor acto | | de violencia con su hija.
| 715 | Ya no escucha a sus hermanos; | | y por fin, serás
marquesa | | con su señoría al canto. | |
Mas ¿qué dirás, hija mía, | | al oír
que don Gonzalo | 720 | se ha empeñado ahora en darte
| | una madrastra? |
|
|
|
D.ª AMBROSIA | No
te asustes. | | Lejos de ser en tu daño, | | madrastra
sólo en el nombre | 725 | es la que te ha destinado.
| | Hallarás en ella apoyo, | | consuelo, amistad,
amparo; | | y hará por obligación | | lo que
ha hecho en el espacio | 730 | de cuatro años por
cariño. | |
|
|
D.ª PEPITA | No siendo tú, yo
no alcanzo | | quién sea. |
|
|
D.ª AMBROSIA | Dicho
se está. | | ¿Y eso te pone en cuidado? | |
|
|
D.ª PEPITA |
¡Madrastra! ¡Mal parentesco! | 735 | Pero eres mi amiga
y paso | | por todo. |
|
|
D.ª AMBROSIA | ¿Cómo
ha de ser? | | Yo bastante he procurado | | desvanecerle
esta idea, | | pero él está tan reacio...
| 740 | En público alguna vez | | me habrás de
besar la mano; | | mas los huéspedes se irán,
| | y comeremos el gallo. | | Ni te daré sujeción,
| 745 | ni oirás el menor cargo, | | sólo sí
buenos consejos... | |
|
|
D.ª PEPITA | Como los que ya me
has dado. | |
|
|
Escena XI
|
|
Los dichos
y el MARQUÉS.
|
MARQUÉS | ¿Todo el
mundo aquí? ¿Y yo falto? | |
|
|
D. BASILIO | Muy a
tiempo llega usted. | | Para tu gobierno, hermano, | | la
fábrica de este amigo | | no experimenta desfalco,
| 840 | y el aviso que hoy aquí | | has recibido es
muy falso. | | Mira el borrador de letra | | de tu marqués
que ha inventado | | la noticia. |
|
|
|
D.ª AMBROSIA | Lo ha descubierto un acaso.
| |
|
|
D. GONZALO | Ya lo veo. Marqués mío,
| | todo lo que huele a engaño | | me disgusta. |
|
|
MARQUÉS | La
verdad | | es, señor, que yo, ocultando | 850 | mi
nombre, he dado este aviso | | tan interesante. Salgo | |
garante de que es seguro, | | y por hacer bien a entrambos...
| |
|
|
|
MARQUÉS | Sin
duda. | 855 | No tuve otro fin. |
|
|
D. BASILIO | A
espacio. | | Hoy doña Ambrosia y usted | | dispusieron
y lograron | | introducir al señor, | | cogiéndole
descuidado, | 860 | la otra carta en el bolsillo | | con
ocho días de atraso | | en la fecha, de lo cual | | le resultó un grave cargo. | | (A D. GONZALO.) | Mira el borrador. | 865 |
|
|
D.ª AMBROSIA | Repare usted,
don Gonzalo, | | que enemigos envidiosos | | tiran a desconceptuarnos,
| | y se valdrán de ficciones... | |
|
|
D.ª CLARA |
Señora, no las usamos. | 870 |
|
|
D. BASILIO | Bartolo,
que fue testigo | | del lance, lo ha declarado. | |
|
|
D.ª AMBROSIA |
¿Y contra gentes de honor | | se ha de dar crédito
a un payo | | malicioso? |
|
|
MARQUÉS | ¡Que
esta intriga | 875 | nos meta en un embarazo! | |
|
|
|
D. GONZALO | Con
todo, | | es menester aclararlos. | |
|
|
|
D.ª PEPITA | ¡Ea!
Ya suena | | la música. A lo que estamos. | 880 |
|
|
Escena XII
|
|
Los mismos. BARTOLO y la
cuadrilla de MAJOS. Éstos salen tocando y bailando
el fandango con mucha algazara; y apenas han dado unas cuantas
vueltas, hace D. BASILIO suspender la música.
|
D. BASILIO | Callen ustedes. Tenemos | | por ahora
otros cuidados. | |
|
|
D.ª PEPITA | Pues téngaselos
usted | | y déjenos. ¡Échale agrio! | | Vamos
allá, padre mío. | 885 | Seguidillas entre
cuatro: | | doña Ambrosia y usted, yo | | con el marqués.
Los nombrados. | |
|
|
|
(D. GONZALO con D.ª AMBROSIA y
D.ª PEPITA con el MARQUÉS salen al medio del tablado,
colocándose como para bailar seguidillas.)
|
|
|
D. BASILIO | De veras nos ausentamos. | 890 |
Pero antes tengo dispuesto | | dar a todos un buen rato.
| | Tío Pedro, llegó la hora | | de que salga
de su cuarto | | de usted aquel caballero. | 895 | Que venga.
|
|
|
TÍO PEDRO | Allá
voy volando. | | (Vase.) |
|
|
D. BASILIO | Advierto primeramente
| | que aquí no necesitamos | | testigos de fuera.
Importa | | que nos dejen libre el campo | 900 | estos señores.
| (Señalando a los MAJOS.) |
|
|
D.ª PEPITA |
Están
| | bajo mi sombra, a mi mando; | | y no les han de hacer
otro | | desaire como el pasado. | |
|
|
D. BASILIO | Bien.
Puede ser que te pese. | 905 |
|
|
|
|
|
D. BASILIO | Aquí
| | ha llegado preguntando | | por doña Ambrosia
un sujeto, | | que no habiéndola encontrado | 910 |
en su casa, supo estaba | | en esta función de campo,
| | y viene a darla noticias | | que la importan. Me persuado
| | que con su informe podrá | 915 | descubrirse el
bribonazo | | por cuya maldad quebró | | aquel negociante
honrado, | | marido de esta señora. | | (El MARQUÉS se inmuta.) |
|
|
D.ª AMBROSIA |
¿Qué dice usted? Fuera hallazgo | 920 | bien dichoso
para mí. | |
|
|
D. BASILIO | ¿Conoció usted
por acaso | | al picarón? |
|
|
D.ª AMBROSIA | No,
mi esposo | | tenía en el cuarto bajo, | | como suelen
otros muchos | 925 | negociantes, su despacho; | | y yo vivía
en el piso | | principal, sin tener trato | | con los que
iban a negocios | | de comercio. Don Eustaquio | 930 | de
qué sé yo qué dijeron | | que se llamaba
el malvado, | | pero ni una vez le vi. | | Le ahogara entre
mis brazos... | | ¡Traidor, infame! |
|
|
Escena XIII
|
|
Todos los interlocutores de la comedia.
D. CARLOS, vestido de camino, con botas y un sable o cuchillo
de monte. Los MAJOS retirados hacia el foro.
|
D.ª AMBROSIA
| ¿Qué
es esto? | 935 | ¿Eres tú? ¡Sobrino! ¡Carlos! | |
|
|
|
(D. CARLOS abraza a D.ª AMBROSIA. Entretanto el MARQUÉS
vuelve la espalda a D. CARLOS, temiendo que éste le
vea.)
|
D. CARLOS | ¡Querida tía! Señores,
| | a la obediencia. |
|
|
|
|
(El MARQUÉS hace ademán de irse.
D.ª PEPITA le detiene.)
|
D.ª PEPITA | ¿Adónde
va usted, marqués? | | Quieto aquí siempre
a mi lado. | 940 |
|
|
|
(Durante la conversación
siguiente, el MARQUÉS se va a poner con disimulo detrás
del TÍO PEDRO, que no estará lejos de D.ª PEPITA.)
|
D.ª AMBROSIA | No te esperaba tan pronto.
| |
|
|
D. CARLOS | Se hubiera alargado el plazo | | de mi
vuelta si en París | | no me hubieran informado | | de que el impostor maligno, | 945 | don Eustaquio de Bolaños,
| | por quien mi tío perdió | | caudal y vida,
y que en vano | | me ha hecho viajar por Francia, | | Holanda
y Países Bajos, | 950 | hoy se pasea en Madrid | |
con título imaginario | | de marqués de Fontecalda...
| |
|
|
|
|
|
TÍO PEDRO | (Apartándose a un
lado para dejar ver al MARQUÉS, que se ocultaba detrás
de él.) | Aquí está su señoría.
| 955 |
|
|
D. CARLOS | (Echando mano al sable y queriendo
acometer al MARQUÉS.) | Él es... ¡Indigno,
villano! | | (D. BASILIO y D. GONZALO contienen a
D. CARLOS, que suspende la acción. El MARQUÉS,
D.ª AMBROSIA, D.ª PEPITA y todos los demás circunstantes
se quedan como pasmados; y después de un corto rato
de silencio, prosigue D. CARLOS:) | Aquí
mismo morirás, | | como des un solo paso. | |
|
|
D. GONZALO |
¡Doña Ambrosia! ¿Y era usted | | madrina de tal ahijado?
| 960 |
|
|
D.ª AMBROSIA | ¡Ah! Yo estaba protegiendo | | a
mi mayor adversario. | | Carlos, ¿por quién lo has
sabido? | |
|
|
D. CARLOS | Por quien me ha dado el encargo
| | de que entregase esta carta | 965 | al esposo más
ingrato. | | (Entregando una carta al MARQUÉS.) |
Lee lo que aquí te escribe | | la infeliz que está
llorando | | tu perfidia, y la dureza | | con que la has
abandonado. | 970 |
|
|
|
D. CARLOS | Su
esposa | | queda en París. |
|
|
|
MARQUÉS | Es calumnia sorprendente. | | Mi
carácter ultrajado | | se vengará. Estoy sin
armas; | 975 | que si no, tan fiero estrago | | hiciera...
|
|
|
D. CARLOS | Amenazas
locas, | | que ahora no son del caso. | | En una prisión,
no aquí, | | habrás de dar tus descargos;
| 980 | que por más que los estudies, | | han de ser pocos
y malos. | |
|
|
|
|
D. BASILIO | Y todos los que aquí estamos.
| |
|
|
BARTOLO | Sí, señor. Voy a buscar | 985 |
una soga paa atallo. | |
|
|
D. CARLOS | No es menester. Le
tendremos | | encerrado en algún cuarto | | de esta
casa, siendo yo | | guarda de vista, entretanto | 990 | que
se avisa a la justicia. | |
|
|
D. BASILIO | Nosotros, que
ahora vamos | | a Madrid, daremos parte. | |
|
|
|
|
|
|
|
D.ª CLARA | (A D.ª PEPITA.) | Quería
llevarte a Italia, | | donde tiene sus estados, | | dejarte
y comerse el dote. | |
|
|
|
|
D. GONZALO | Doña Ambrosia, usted
me ha puesto | | en el precipicio. |
|
|
D.ª CLARA | Al
cabo | | has caído ya en la cuenta. | |
|
|
D. GONZALO |
He vivido confiado; | | y este escarmiento me avisa
| 1005 | que debo atajar el daño. | | ¡Señora! ¿Y
el aderezo | | (A D.ª AMBROSIA.) | que debía entrar
por alto? | | Por alto se fue. Usted sabe | | que a su instancia
y por su mano | 1010 | entregué los diez mil pesos
| | a ese hombre de mis pecados. | | ¿Cuándo los cobraré
yo? | |
|
|
MARQUÉS | ¡Hola! Señor, yo he pagado.
| | Usted ha perdido al quince | 1015 | algo más que
eso, y yo alcanzo | | todavía por mi cuenta | | unos
cien doblones largos. | |
|
|
D. GONZALO | Por ser yo el simple
que soy, | | me está muy bien empleado. | 1020 |
|
|
MARQUÉS |
Si al venir el aderezo | | le cogen por contrabando | |
el riesgo es a usted. |
|
|
D. GONZALO | ¿No
digo? | | Siempre seré yo el pagano. | |
|
|
D.ª CLARA |
¿Y la opinión de tu hija? | 1025 |
|
|
D. GONZALO |
Como ya se hablaba tanto | | en Madrid de su gran boda,
| | será este lance sonado. | |
|
|
D.ª CLARA | Escandaloso.
Y después, | | ¿me dirás qué hombre
sensato | 1030 | te la pedirá? El remedio | | es un
colegio, Gonzalo. | | Allí podrá corregirse,
| | ínterin se va olvidando | | un suceso tan ruidoso;
| 1035 | sin lo cual apenas hallo | | probabilidad de que
haya | | quien la ofrezca ya su mano. | |
|
|
D. GONZALO |
En efecto: me parece | | será lo más acertado.
| 1040 |
|
|
D.ª PEPITA | (Con gran desenfado.) | ¿Colegio?
|
|
|
|
D.ª PEPITA | No es mi vocación
de claustro. | | ¡Yo quedarme para tía! | | ¿Me faltará
novio acaso? | |
|
|
|
D.ª PEPITA | (Con humildad y timidez.) | Don
Eugenio, | 1045 | verbigracia, que ha mostrado | | tenerme
afición... |
|
|
D. EUGENIO | (Con dignidad.) |
Señora,
| | he visto que los resabios | | de la educación
de usted | | son algo más arraigados | 1050 | que
creía. Usted perdone. | | Otro menos delicado | |
que yo será más dichoso. | |
|
|
D.ª PEPITA |
¡Cómo! | (Patea y hace ademán de arañarse.) | ¡Por
vida de tantos! | | ¿A mí...? |
|
|
D.ª CLARA | Ya
ves que la mala | 1055 | conducta al fin da mal pago. | |
|
|
D.ª PEPITA | (Abrazándose a D.ª AMBROSIA.) | ¡Amiga! |
|
|
D.ª CLARA |
El
desaire sientes; | | mas perder por tus desbarros | | en
don Eugenio un esposo | | tan prudente, tan honrado,
| 1060 | es hoy tu mayor castigo. | |
|
|
D. GONZALO | Vecina, me
desengaño | | de que el ejemplo de usted | | y sus
consejos viciaron | | a esa niña, siendo causa
| 1065 | de cuanto me está pasando. | | Quien usa malos
ardides, | | no espere ya echarme el gancho. | |
|
|
|
D. GONZALO | La di medio
precisado; | 1070 | y con lo que he visto, puedo | | retractarla,
y la retracto. | | A la puerta de su casa | | dejaré
a usted en llegando | | a Madrid, y con la mía
| 1075 | no cuente más. |
|
|
D.ª AMBROSIA | ¿Este
trato | | merece una amiga fiel? | |
|
|
D. GONZALO | Es que
ya empiezo a ver claro. | |
|
|
D. CARLOS | Señor marqués,
venga usía. | |
|
|
|
D. CARLOS | Vamos,
| 1080 | o a la menor resistencia... | |
|
|
TÍO PEDRO |
Agárrele de ese brazo, | | y yo de éste. |
|
|
BARTOLO | Entre
los dos | | va muy bien asigurao. | |
|
|
|
(Vase el MARQUÉS
en medio del TÍO PEDRO y BARTOLO, que le llevan de
los brazos, y síguelos D. CARLOS.)
|
D. GONZALO |
¡Nos han dado ciertamente | 1085 | famoso día de
campo! | | Ya esta casa es para todos | | melancólico
teatro. | | Volvámonos a Madrid. | |
|
|
|
D.ª CLARA | ¿Ahora
haces caso | 1090 | de tu tía? |
|
|
|
D. GONZALO | Donde estés a buen recado.
| |
|
|
D.ª AMBROSIA | Y yo a llorar mis servicios | | inicuamente
premiados. | |
|
|
D. GONZALO | ¿Y yo? ¿Mi dinero? ¿Mi honra?
| 1095 | ¡Bien me alcanza el ramalazo! | |
|
|
D.ª CLARA |
Por unas locas como éstas, | | por sus caprichos,
sus gastos | | y mala crianza, pierden | | su fortuna más
de cuatro | 1100 | dignas de una ventajosa | | colocación.
Recelando | | los hombres la general | | censura, los malos
ratos, | | las deudas y otros
perjuicios, | 1105 | huyen de tomar estado. | |
|
|
D. GONZALO |
Hermana mía, desde hoy | | aprenderé a ser
más cauto; | | y apréndanlo con mi ejemplo
| | otros padres descuidados. | 1110 |
|
|