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Editores y Editoriales Iberoamericanos (siglos XIX-XXI) - EDI-RED

La edición en Filipinas

Semblanzas sobre editores y editoriales en Filipinas

Hasta el siglo XIX las imprentas filipinas estuvieron exclusivamente en manos de órdenes religiosas que debían aprobar los textos antes de publicarlos. Si a esto le sumamos las distintas limitaciones impuestas por la Monarquía y por la Iglesia españolas para la entrada y publicación de libros en las colonias, y el hecho de que había un público lector muy reducido, encontraremos que en estos primeros siglos de colonización se publican principalmente obras gramaticales y religiosas tanto en castellano como en lenguas nativas: los instrumentos necesarios para la cristianización de las islas.

En el año 1811 aparece el primer periódico de Filipinas, Del Superior Gobierno. Este fue el despegue para la proliferación de numerosas imprentas, pertenecientes a seglares, que se dedicaron sobre todo a la edición de periódicos. A lo largo del siglo XIX y hasta la segunda mitad del XX, las publicaciones periódicas fueron más activas, influyentes y rentables que los libros (Jurilla 2008: 29), con lo que los literatos dieron salida a sus obras más a menudo en revistas y rotativos que en volúmenes exentos.

Dos factores determinarán la aparición de imprentas, periódicos y obras literarias durante la segunda mitad del siglo XIX: el Decreto de regularización de la enseñanza pública primaria en Filipinas de 1863, que permite que un 35% de la población esté alfabetizado en 1866, con lo que crece el número de posibles lectores y la demanda de lecturas; así como la apertura al comercio internacional entre las décadas de 1850 y 1870, sobre todo desde la inauguración del Canal de Suez en 1869, lo que propició la bonanza económica, la aparición de una clase burguesa, el flujo de intelectuales, empresarios y periodistas entre la metrópoli y Filipinas, con el consiguiente florecimiento de las empresas editoriales.

Sin embargo, el establecimiento en 1856 de la Comisión Permanente de la Censura en Filipinas para sistematizar el control de la producción y circulación de libros en el archipiélago y los Reglamentos de asuntos de la imprenta promulgados por el gobierno en 1857 limitarán este crecimiento. Aunque en 1883 se dictó una ley liberal de imprenta en España que mitigaba la censura, esta no se aplicó totalmente en Filipinas (Cano 2011), y algunas de las obras de grandes intelectuales de la época tuvieron que publicarse en el extranjero. Es el caso de Noli me tángere (1887) y El Filibusterismo (1891) de José Rizal, aparecidas en Alemania y en Bélgica respectivamente.

Con la revolución filipina de 1896 y la pérdida de la soberanía española en 1898, se cerraron varias imprentas españolas y por ello sobrevino una relativa relajación de la censura, así como un aumento de las publicaciones en lenguas locales y en inglés.

Paradójicamente, entre 1903 y 1942 se documenta lo que se llamó «la edad de oro de la literatura fil-hispana» (Mariñas 1974). La producción en lengua castellana era prolífica y se establecieron premios literarios como el Zóbel. Sin embargo, la mayoría de autores seguía publicando en periódicos y revistas: la venta de libros en cualquiera de los idiomas del país era escasa y poco rentable para las editoriales. Por ello, los autores recurrían al patrocinio de familias pudientes y del gobierno (Jurilla 2008: 39; Brillantes 2006: 30-32). Famosos escritores como Jesús Balmori no pudieron publicar algunas de sus obras en vida.

La II Guerra Mundial marcó una nueva era en la historia de la publicación en Filipinas. Durante la ocupación japonesa (1942-1945) solo aparecieron siete nuevos títulos (Jurilla 2008: 41). La situación mejoró algo tras la Guerra para la publicación de libros en inglés y en tagalo –aunque el mercado del libro seguía dependiendo sobre todo de la importación de títulos extranjeros-, pero no así para la literatura en español que quedaría prácticamente desterrada del archipiélago asiático.

Hoy en día, la publicación de títulos filipinos en castellano depende de algunas iniciativas privadas y del Gobierno de España. El Instituto Cervantes inauguró en 2010 la colección Clásicos Hispanofilipinos, que reúne ediciones anotadas de obras de la primera mitad del siglo XX. En cuanto a la iniciativa privada, Georgina Padilla y Zóbel, miembro de una notable familia de empresarios y mecenas filipinos, ha editado dos obras pertenecientes a esa misma época en versión bilingüe español-inglés con el sello editorial de la Filipinas Heritage Library del Museo Ayala: La oveja de Nathan, de Antonio Abad (2014) y La carrera de Cándida, de Guillermo Gómez Windham. Asimismo algunos investigadores han publicado ediciones anotadas de otras obras clásicas tanto en España como en sellos universitarios filipinos, en este último caso traducidas al inglés o en versión bilingüe.

Cabe destacar el esfuerzo de Andrea Gallo por sacar adelante la Colección Oriente, que reúne obras hispanofilipinas contemporáneas de los pocos autores actuales en castellano. Recientemente el grupo de investigación Humanismo-Europa de la Universidad de Alicante instituyó el Premio José Rizal de las Letras Filipinas que subvenciona la publicación en la editorial Verbum de la mejor obra de ensayo o ficción relevante para la cultura filipina escrita en español.

Rocío Ortuño Casanova

(University of the Philippines)

Cubierta del libro «Noli me tangere», novela de José Rizal.

Bibliografía

  • BRILLANTES, Lourdes Castrillo (2006). 81 Years of Premio Zobel. A Legacy of Philippine Literature in Spanish. Makati: Georgina Padilla y Zóbel / Filipinas Heritage Library.
  • CANO, Glòria (2011). «Filipino Press Between Two Empires: El Renacimiento a Newspaper with too much Alma Filipina», Southeast Asian Studies, 49 (3), pp. 395-430.
  • JURILLA, Patricia May (2008). Tagalog Bestsellers of the Twentieth Century. Quezon City: Ateneo de Manila University Press.
  • MARIÑAS, Luis (1974). La literatura filipina en castellano. Madrid: Editora Nacional.
  • VV. AA. (1996). CCP Encyclopedia of the Philippine Arts. Vol. VIII: Literature. Manila: Cultural Center of the Philippines.
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