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Ramón de la Cruz

Ramón de la Cruz encarna la época de Carlos III. Creó una nueva forma de sainete, donde se proponía ofrecer un trasunto fiel de la sociedad madrileña de su tiempo; se caracterizan sus pinturas, tanto la imagen castiza del pueblo como la visión satírica de la clase media a la que pertenecía, por su colorido y la viveza de los diálogos. Muy apegado a todo lo español, tenía sin embargo un buen conocimiento del teatro extranjero y de las luces, como lo demuestra el conjunto de su obra. El objetivo de esta página es precisamente tener en cuenta esta diversidad.

«Usted ha de hacer zarzuelas
que tengan menos defectos
que las mejores tragedias».

(Ramón de la Cruz, El poeta aburrido, 1773)

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