Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice Siguiente



  —[95]→  

ArribaAbajoNoche

N

Un niño es un lector muy diferente al adulto. Para un adulto la lectura es un acto cultural; muchas veces se traga obras que no le gustan, que encuentra pesadas, haciendo un esfuerzo. Pero el niño no. El autor pretende por encima de todo que los niños lean el libro, más ahora donde los niños están inmersos en un mundo electrónico, con televisores, medios audiovisuales, cómics, dibujos animados. Hay que sacar al niño de este entorno para centrarlo en la lectura, intentando escribir de tal manera que cuando el niño abra el libro no lo cierre hasta el final.


C. Nöstlinger.                


  —[96]→     —[97]→  

No creáis que lo vemos negro, aunque lo más complicado está a la vuelta de la página; lo que ocurre es que ha llegado la NOCHE, aunque tal vez en esta ocasión no sea para descansar.

La noche está poblada de seres llenos de vida propia, unas veces con un lado oscuro (como boca de lobo) y otras luminoso y trasparente (como los zapatos de cristal de Cenicienta). Desde el hombre del saco hasta el vampiro más sofisticado y moderno, el niño va conociendo desde sus más tiernos (que diría una bruja) años a muchos personajes que nacen y están en los libros: vampiros varios (desde el pequeño vampiro de Angela Sommer-Bodenburg hasta el clásico conde de Dracul), fantasmas múltiples, espíritus varios, aparecidos, brujas miles, pesadillas, tragasueños, búhos, gatos negros, monstruos inconfundibles y confundibles, y otros habitantes de la noche urbana y desurbana.

No siempre estos personajes tienen que tener el toque de tinieblas y confusión de lo negro, sino que pueden ser divertidos y románticos: una bella Durmiente con más de tres siglos de historia, Cenicienta preocupada con su horario nocturno (si el príncipe hubiera sido más feo podría haber llegado antes de las doce a casa), Papá Noel, Mamá Noelia, estrellas, fuegos de pastores y la luna lunera, reina de la noche cascabelera.

Noche que puede verse y leerse en centenares de libros, desde aquel en que los lectores de imágenes pueden contar ovejas (Cuando los borregos no quieren dormir, de S. Kitamura) u olvidar miedos nocturnos (Una pesadilla en mi armario, de M. Meyer), hasta las novelas para adolescentes bien clásicas (El fantasma de   —98→   Canterville, de O. Wilde), bien modernas (La noche del eclipse, de J.M. Gisbert). Por ello, trabajar sobre -con-desde-en-tras la noche es leer. Luego pueden surgir muchas otras actividades y un gran suceso: La noche literaria.


ArribaAbajoDesde la sombra al laberinto

Un pequeño repertorio de actividades juego con la noche como protagonista puede ser el siguiente:

-Las Sombras: Desde la realización con cartulina negra de personajes, objetos y siluetas, hasta todo un taller con luces y figuras sobre una pared. Con tanto perfil en negro puede dramatizarse todo tipo de obras.

-Los 1001 cuentos: Repertorio mural o narración oral del mayor número posible de historias. Su lógica lleva a la noche y al alba, pero siempre puede adaptarse (contando un cuento antes de marcharse del colegio o de dormirse en casa). La creación de una mascota (que evidentemente no puede ser Sherezade) puede ser una acción del grupo. Contar un cuento (explicado en la letra «O») nocturno nos lleva a Cuentos al amor de la lumbre, con todo tipo de historias de miedo, magia e incluso amor.

-Fosforescencias varias: Puede decorarse la clase o biblioteca con estrellas que lucen en la oscuridad creando todo un cielo a cubierto o crearse un libro que brille (con rotuladores especiales).

-Teatro negro: Con tubos luminosos especiales se crea sobre el escenario la ausencia de colores que no sea el blanco. Es toda una experiencia.

-Los Laberintos: Iluminados por libros que los contienen (v. gr: La sonámbula en la ciudad laberinto o La noche del eclipse, de Joan Manuel Gisbert) pueden recrearse en los espacios escolares, como juego o como lugar de lectura.



  —99→  

ArribaAbajoLa noche literaria

Algunos colegios y ciudades privilegiadas han conocido toda una noche dedicada a la literatura, con alumnos y alumnas viviendo en las aulas el transcurrir de las horas mientras se ocupan en diversas tareas y viven sueños nocturnos en directo.

Nicolás

La preparación es ardua, necesitando decenas de colaboradores (padres, ex-alumnos, lugareños, artistas) y una organización que cubra todo el espacio de una   —100→   noche, que puede ir desde las once de la noche hasta al menos la alborada. El colegio y su entorno se revoluciona. Los más pequeños (hasta los ocho años) vivirán sólo la primera parte de la noche, para dejar a los mayores el mantenerse en vigilia.

Leganés fue pionera en estas actividades desde el colegio Trabenco y suyas son todas estas sugerencias: recitales de música, encuentros con autores, juegos y concursos, cohetes, fuegos artificiales, teatro de sombras, montajes de vídeo, cine matutino, suelta de globos, paseo a bosques cercanos, cuentos y más cuentos, rincón de sensaciones, astronomía práctica, música, nanas, en torno al fuego, chocolate con churros, magia...

La planificación tiene que ser precisa y todo bien pensado y programado, con duraciones medidas y su orden más adecuado según edades y horas. Al mismo tiempo se suceden actos diversos que confluyen en un desayuno común, en el que se puede despertar a los bellos y bellas durmientes menores de ocho años, para que comiencen el día si no con energía, con humor.

Dicen quienes lo han vivido que es como pasar una noche en la Luna, y algo debe haber de ello cuando una noche literaria se convierte en el recuerdo más imborrable y grato de un pasado escolar.





  —[101]→  

ArribaAbajoÑame

Ñ

La lectura y el saber son magnitudes directamente proporcionales al sabor y al placer de un buen queso Camembert.


I. Ñuton, Reflexiones metafísicas de un físico.                


  —[102]→     —[103]→  

ÑAME parecía a mí que esto se empezaba a complicar y como no queremos parecer ÑOÑOS (en latín se refiere a los viejos cuidadores de niños), vamos a buscar un poco de dificultad. Empezamos con esta palabra exótica y anciana que recuperamos en su V Centenario. Ñame es una planta llevada a América desde África y ahora traída a Europa para que crezca en este Abecedario y nos la podamos comer si nos acucia el hambre, como a todo buen escritor que se precie, ya que no se sabe si su etimología procede del bantú o de la onomatopeya Ñam Ñam con que estos indígenas segregaban jugos gástricos cuando veían a los despistados portugueses que aparecían por sus tierras. Aunque no está claro quién se comió a quién, o qué cultura engulló a qué otra cultura.

En cualquier caso, bien nos puede servir de excusa para hacer una llamada de atención a los escritores, editores, promotores, distribuidores y animadores a la lectura, acerca de aquellos temas que fomentan valores de solidaridad y respeto ante las diferencias de nacimiento, etnia, sexo, religión, opinión, minusvalía, orientación sexual... Propugnamos una literatura infantil que promueva los valores de igualdad (de género, de raza, de desarrollo socio-económico, etc.), de aceptación de la diversidad (religiosa, sexual, cultural, etc.) y de sensibilización solidaria y rechazo ante cualquier conducta discriminatoria racista o xenófoba. Alentamos temas que favorezcan la comprensión y valoración de las aportaciones de cada cultura y estimulen la autocrítica de los aspectos más intransigentes o agresivos de la nuestra. El reconocimiento de la diversidad cultural es factor decisivo en la integración de las minorías. La multiculturalidad es un hecho presente y creciente en   —104→   nuestras sociedades, por lo que la tolerancia necesaria conducirá al principio básico de la interculturalidad (enriquecimiento mutuo de las culturas mayoritarias y minoritarias) para de aquí pasar al necesario mestizaje cultural, que siempre ha sido un factor positivo para el desarrollo de los individuos y de los pueblos.

Se trata de fomentar en los lectores un ejercicio de empatía que les permita descubrir la igualdad en los otros a través de la descripción de personajes humanizados que cuenten su vida cotidiana. De la empatía se podrá pasar a la tolerancia valorando positivamente la diferencia y viendo la diversidad cultural como un enriquecimiento del patrimonio resultante de la actividad humana. Pero, cuando las diferencias sean de orden socio-económico, de la tolerancia se deberá pasar a la solidaridad reflexionando acerca de las causas de esas diferencias. En un mundo cada vez más interdependiente en todos los aspectos (políticos, económicos, sociales, ecológicos) los problemas tienen rápidas repercusiones lejos de donde se producen.


ArribaAbajoNosotros y ellos

Es necesario mostrar a los niños que la civilización occidental no es única, ni mejor a otras; tienen que comprender que existen otras formas de civilización y de desarrollo que las de nuestra sociedad industrial, y hacerles descubrir su riqueza; debemos impulsar la toma de conciencia de la interdependencia que nos vincula a los países del Tercer Mundo. La visión global del desarrollo humano en nuestro planeta es un objetivo irrenunciable que el libro, mensajero universal por excelencia., debe perseguir y promover.

En definitiva se trata de estimular procesos de pensamiento y acción que mejoren la comprensión de las condiciones sociales, económicas y políticas existentes en el mundo subdesarrollado con el objetivo de alentar un compromiso general en la acción para mejorarlo. Se trata mediante este tipo de literatura de promover un cambio de actitudes o un reforzamiento de ellas suscitando un   —105→   comportamiento en favor de la justicia, la tolerancia, la cooperación y la solidaridad. También se deben atender y desarrollar las capacidades de reconocer nuestros propios valores, de ponerse en el lugar de otras personas en ámbitos geográficos y culturales diferentes, de reconocer la validez de distintos puntos de vista.

Ñuton



  —106→  

ArribaAbajoValores universales

Y todo ello desde una órbita más amplia, que afecte a los temas multiculturales, interraciales, medioambientales, a los derechos humanos, o al papel de los sexos, pues todos ellos están conectados componiendo un conjunto integrado que se deriva de la necesidad de adecuar nuestra cultura a la dimensión inequívocamente planetaria de nuestra vida. A propósito de esta idea, Thomas Cullinan dice de un personaje: «Finalmente, Sebastián comenzó a apreciar que todo esto quería decir que su propia forma de verse a sí mismo se estaba poniendo en tela de juicio, y que, si quería preocuparse activamente por los otros, debería también librarse del egoísmo, la avaricia, el orgullo y la desconsideración».

A través de los pueblos de la selva, que desean permanecer en ese ambiente y con esa forma de vida, también podemos acercarnos a la estrecha relación y dependencia del hombre con la Naturaleza, al tiempo que nos recuerdan la desatención de nuestra cultura occidental hacia el escenario natural de su desarrollo. Pueblos cuya cultura está integrada en el impresionante ecosistema que tienen por entorno, que les ha alimentado y acogido en su seno como una parte más del paisaje y que ahora le disputa otra cultura de tecnología más compleja y más agresiva con el medio.

Estos y otros aspectos nos recuerdan también que el hombre es un ser ligado a la naturaleza, que su vida está impregnada por todo lo que la tierra y su entorno le proporcionan. Nos ayudan, en fin, a sentir el placer de la naturaleza en su plenitud.

Los temas medioambientales y ecológicos pueden ser tratados mediante historias exóticas y con otras más cotidianas, aunque todas ellas cercanas a nosotros por sus implicaciones, ya que contribuyen a sensibilizarnos ante la degradación y destrucción de la vida natural. El inquietante deterioro ecológico justifica el planteamiento de estos temas en los distintos medios de difusión y entre estos últimos el libro infantil es un canal idóneo.   —107→   Mediante la denuncia, la llamada de atención, la reflexión acerca de lo que supone la destrucción del medio ambiente, se llega a la conciencia de los lectores de la gravedad de la contaminación del medio acuático, terrestre y atmosférico, promoviendo actitudes activas y de compromiso en favor del medio, que a fin de cuentas es la base también de nuestra propia supervivencia.

Cada vez son más los libros que incorporan estos temas, a pesar de que existen obstáculos en su publicación y difusión, generalmente derivados de la inercia en que se mueven las editoriales, las distribuidoras, y, en general, una opinión pública poco formada sobre la situación global del planeta. En este sentido, los escritores por un lado y los docentes por otro, pueden desempeñar un papel fundamental como agentes de cambio si adoptan actitudes comprometidas, conscientes y responsables sobre los desafíos mundiales y trasladan esta sensibilización al libro, los unos, y a la animación lectora, los otros.

No se trata de volver a la moraleja final de ciertos libros tradicionales, sino de que desde la lectura se promueva la reflexión y el compromiso personal con estos valores. La literatura infantil y juvenil es un vehículo idóneo para modificar el pensamiento y las actitudes ante estos temas. Se debe intentar que nadie se vaya de este planeta sin que lo deje más habitable que cuando lo encontró.





Anterior Indice Siguiente