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501

Censura de Noticia y población de las colonias inglesas en la América septentrional, de Francisco Álvarez, comentada en mi artículo «Antonio de Capmany censeur à la Real Academia de la Historia (1776-1802)», Mélanges de la Casa de Velázquez, XIX, 1983, p. 250.

 

502

Du Marsais, op. cit., p. 245 de la ed. de 1977, ya citada. He aquí el pasaje de La Bruyére en su integridad: «Entre toutes les différentes expressions qui peuvent rendre une seule de nos pensées, il n’y en a qu’une qui soit la bonne. On ne la rencontre pas toujours en parlant ou en écrivant; il est vrai néanmoins qu’elle existe, que tout ce qui ne l’est point est faible et ne satisfait point un homme d’esprit qui veut se faire entendre» (I, 17).

 

503

No es éste el único caso de plagio que se advierte en la Filosofía: de manera general, debe mucho Capmany a Du Marsais, como he de puntualizarlo en una próxima ocasión.

 

504

Capmany había pedido a Viera y Clavijo, entonces residente en París, que entregara a d’Alembert un ejemplar de la Filosofía, con una carta suya. D’Alembert no se dignó contestar a Capmany y ni siquiera recibir a Viera: véase en mi artículo «España en las Nouvelles de la République des Lettres et des Arts (1777-1788)», Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, año XLIX, 1973, p. 323.

 

505

Véase supra, nota 497505.1.

 

505.1

[«nota 17» en el original (N. del E.)]

 

506

Publicado en Madrid, por Antonio de Sancha, 1786-1794. Capmany trata de los sinónimos en el último de los apartados de las «Observaciones críticas sobre la excelencia de la lengua castellana», pp. CCXVI-CCXXII del tomo I.

 

507

Op. cit., p. CLXX del tomo I.

 

508

La lista de estos manuscritos está reproducida por Guillermo Forteza en su Juicio crítico de las obras de don Antonio de Capmany y Montpalau, Barcelona, Tomás Gorchs, 1857, pp. 65-68. El Plan alfabético de un diccionario de sinónimos castellanos está registrado por La Viñaza, op. cit., tomo III, p. 864, núm. 1088.

 

509

Filosofía de la eloqüencia, Londres, Impr. de H. Bryer, 1812, pp. 109-122. Esta nueva edición estaba ya preparada en 1808, como consta en la mencionada lista de manuscritos entonces inéditos, donde está calificada de obra «aumentada, corregida, ilustrada y, en una palabra, refundida enteramente» (en Guillermo Forteza, op. cit., p. 65).

 

510

No consideraba Beauzée como diccionarios sus reediciones muy aumentadas del tratado de Girard, puesto que, en 1799 todavía, expresaba el siguiente deseo: «On souhaiterait [...] que les gens de lettres qui sont en état d’entrer dans les vues fines et délicates de cet ingénieux écrivain, voulussent bien concourir à la perfection de l’édifice dont il a en quelque manière tracé le plan et posé les premiers fondements. Il en résulterait quelque jour un excellent dictionnaire; ouvrage qui, envisagé sous ce point de vue essentiel, nous manque jusqu’à présent» (Synonymes françois [...]. Nouvelle édition [...], Lyon, Impr. Leroy, An VII [1799], tomo II, pp. 14-15). Condillac había elaborado un diccionario de sinónimos para su discípulo, el príncipe de Parma; pero no llegó a publicarse hasta 1951 (por Mario Roques). Para el estudio de la sinonimia en Francia, en el siglo XVIII, véase Sylvain Auroux, La sémiotique des Encyclopédistes, París, Payot, 1979, pp. 268-273.