Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
IndiceSiguiente


Abajo

Aquilana

Bartolomé de Torres Naharro


[Nota preliminar: Edición digital a partir de Propaladia de Bartolomé de Torres Naharro, Nápoles, 1517. Edición facsímil de la Real Academia Española, Madrid, Tipografía de Archivos, 1936, y cotejada con la edición crítica de Humberto López Morales (Madrid, Taurus, 1986, pp. 195-279).]


ArribaAbajoIntroito y argumento

   Dios, questó por arrojar
un Dios salve tan complido,
que abarque medio lugar
y un pedaço del ejido.
      Mas non quiero,5
que me ternán por grosero
si por zagales me rijo,
son habrar como escudero
pues que s'usa en regozijo.
      ¡Juri as nos! 10
Novio y novia, sálveos Dios;
que viváis hasta hartar,
y vos dé hijos dos a dos
y vos los deje perlograr.
      Y al padrino 15
por casa mucho tocino,
en el corral leña y esparto,
y en la bodega buen vino,
y en las trojas trigo harto.
      La madrina 20
que por la gracia divina
viva mil años y un cacho;
y a su hija Catalina,
buen marido y hombre macho.
      Juri al ciego 25
que en la boda del Borrego,
cuando yo estaba bailando
deste modo palaciego,
habró el alcalde en llegando.
      Por Sant Pito, 30
que no era yo tamañito,
aunque era ya enamorado,
y os daba el salto y apito,
que el pueblo estaba espantado.
      Mas quería 35
como el dïabro a Luzía,
que en vella, allí donde estaba,
tan huerte me embebecía,
que se iba con Dios la baba.
      Juri a san 40
que me ha dado tanto afán...
Dios la perdone, qu'es muerta.
Hete aquí, cada San Juan
yo le enramaba la puerta,
      y en presente 45
la daba continuamente
cuanto podía hurtar,
cada sábado, a la huente,
yo la ayudaba a cargar.
      Asmo que 50
nunca domingo bailé
que no la sacase a plaça,
son que una vez la saqué
y echome la calabaça.
      Yo esperela 55
hin a un día de la vela,
que sin dezille palabra,
mía fe, si vos plaze, apañela,
que quedó casi sin habra.
      Como alano 60
la tenía en aquel llano:
«¿Dejarás?». «¡No dejaría!».
Y ellâ morderme la mano,
y el zagal que no dormía.
      Y en aquesto, 65
ella tiesta y yo retiesto,
ella branca y yo amarillo,
no pudiendo velle el gesto
mordilla en el colodrillo.
      La maligna 70
mengarrafa la sopina;
en aquesta negra discordia,
¡Dios mal juba me festina!
Yo grito: «¡Misericordia!
      ¡Déjame ora!». 75
No quería la traidora.
«¡Deja, hermana!», y ella, envuelta:
«¡Por tu vida, ni aun agora!».
«¡Por la mía, mía fe, suelta,
      -oh, perraça- 80
papitos de gallinaza!
No llores ese velete,
que me has fecho la mostaza
reventar por el ojete».
      Conclusión: 85
que ella me pide perdón
y me dijo al cabo al cabo
que no comprase melón
sin oler primero el rabo.
      ¡Oh, borrica! 90
¿Digo yo qué significa?
Diz porque amor es malsín,
el que de amores se pica
huela el rabo, que es el fin;
      que a mi ver, 95
el melón y la mujer
a quien no los suela usar
son malos de conocer
y buenos de blasfemar.
      Quiso Dios 100
que lo quistión dentre nos
naqueste medio acabose;
dende a un año, y creo que dos,
la boba tomó y muriose.
      ¡Malograda! 105
Que viniendo del arada
muchas vezes me ganó,
que tiraba un aguijada
cuatro pasos más que yo.
      ¡Qué braçones, 110
qué pezachos, pernejones,
bocacha de oreja a oreja,
los ojos dos barreñones,
la nariz como una teja!
      Donde, di... 115
no me aliembra... sí, sí, sí:
el otro día, en una boda,
vi una mujer, juri a mí,
que se le parescía toda.
      Descrepaba 120
que Luzía no mostraba
color de negra tan fina,
que un poco más semejaba
a la mi burra mohína.
      Comoquiera 125
que me acuerdo qué tal era,
con el cariño que me atiza
la complición se me altera
y el cabello se me eriza.
      Y helo errado 130
en haberme della acordado,
que la lágrima me asoma,
y hoy no comeré bocado,
aunque me acosen que coma.
      Qu'ay de mí, 135
nora mala acá nascí,
ranilla me despedasce
porque soy venido aquí
do tanta rabia me nasce.
      ¡Oh, mesquino, 140
lloricraca mortezino,
lagrimita nunca seca
y jarrazos de tocino,
coraçones de manteca;
      derretido 145
como el sebo al sol tendido,
como cera en el tejado!
¡Dome a diole, pan perdido,
corpacho mal empleado,
      perrazón, 150
sopa muelle en calderón
madeja mal devanada,
cuartachos de requesón,
zangarrones de cuajada...!
      Ved a quién, 155
do tanta gente de bien,
envían a pernociar;
que vos juri a Santarén
que estoy por no me acordar.
      Asmo que 160
la gran tirria que tomé
me ha fecho turbar así,
aunque no me patiré
sin daros cuenta de mí.
      No ha poder 165
son que tengo de caer
en el demoño a qué vengo,
pues no se me ha d'esconder...
¡Juri a diez, aquí te tengo!
      No es nadeta, 170
son que os traen de cacheta
una co... ¡oh, mal vocabro!,
una comer, o cometa...
comedia, doila al dïabro;
      que el auctor 175
no halló otro embajador
que arrojase más porradas;
y porque notéis mejor,
se parte en cinco jornadas,
      Lo primero 180
ha de entrar un escudero
que le llaman Aquilano,
con Faceto, muy artero
siervo suyo, y como hermano;
      y él con él 185
entran por este vergel
a hablar con Felicina,
que muere de amores d'él
y él por ella que se fina.
      Largamente 190
habran la noche presente,
queda esotra concertada;
salidos encontinente,
cesa primera jornada.
      Dos villanos 195
salen luego muy ufanos
a cavar, que es un misterio;
son del jardín hortelanos,
dichos Dandario y Galterio.
      Perpasadas 200
muchas pullas y alcaldadas
que entrambos han descargado,
encuentran con las pisadas
del bueno del namorado.
      Sal Dileta, 205
camarera muy secreta
y a Felicina muy junta,
que a los necios la discreta
por Faceto les pregunta.
      Vien Faceto 210
que en servir con gran efeto
a su Dileta se funda;
habla con ella en secreto:
h'aquí jornada segunda.
      Luego aína 215
con Dileta, Felicina
sale a esperar a su amigo,
y en viniendo se encamina
y os lo deja sin abrigo;
      y Aquilano, 220
como amador soberano,
sentido d'ello y no poco,
se cae cabe un mançano
dando vozes como loco.
      Y al gritar 225
lo salen a conjurar
los villanos como quiera;
va el uno el Rey a llamar:
he aquí jornada terçera.
      Muy sentido, 230
porque era muy favorido,
Bermudo, rey, llega aína,
d'España rey tan querido,
padre de la Felicina;
      y en lo oír 235
manda médicos venir.
Vienen rezios como un trueno:
Polidarios sé dezir,
y Esculapio y Galieno.
      No acertaron, 240
ni su mal adevinaron,
ni sabían medicallo,
con que por damas mandaron
que vengan a consolallo.
      Y un anciano, 245
teniendo el pulso Âquilano,
pasando la dama ingrata,
conoce luego en la mano
que Felicina lo mata.
      Ya quería 250
matallo el Rey con porfía;
diz Faceto que lo aparta
qu'es hijo del rey d'Ungría,
y acaba jornada cuarta.
      Felicina, 255
no lo sabe tan aína
sálese al jardín âhorcar;
Dandario, Dios lo encamina,
en que la sale a estorbar.
      Su Dileta 260
dos vezes, como discreta,
salió también a estorballa,
y a las tres, muy alegreta,
salió del todo âlegralla.
      Vien Faceto, 265
viene el Rey, por buen respecto,
y el novio y una tracada;
y en abraços, yos prometo,
cumple la quinta jornada.
      Concluyamos 270
que a la comedia llamamos
Aquilana, laguililla;
y atendáis, os suplicamos,
y el hombre se recoquilla.




ArribaAbajoJornada I

 

AQUILANO, SIERVO FACETO y FELICINA.

 
AQUILANO
Hermano mío Faceto,
pues que me fío de ti,
has que seas tan discreto
como has sido hasta aquí.
FACETO
Mas, señor,5
dime qué nuevo temor
te haze de mí dudoso.
AQUILANO
Habla paso, por mi amor,
que el lugar es sospechoso,
y a plazer; 10
que aunque sé que me has de ser
muy leal hasta que muera,
todavía es menester
recordártelo siquiera.
FACETO
Eso bien.15
AQUILANO
Ven acá, dime tú quién
te fuera tan buen amigo.
FACETO
Dime tú, señor, también,
si en ello pierdes comigo.
AQUILANO
No, en verdad. 20
FACETO
Dime, pues, con brevedad,
tu principal intención,
que aquí no hay comunidad
para tanta dilación.
AQUILANO
No haya más; 25
todos mis hados sabrás
antes que de ti me parta,
aunque no sé si verás
a leer aquesta carta.
FACETO
¡Oh, fortuna! 30
¿No te acuerdas vez alguna
los moços de las escuelas
irse a estudiar a la luna
por no gastar las candelas?
AQUILANO
No lo sé. 35
FACETO
Pues yo te la leeré
sin errar ni dos razones,
aunque fuera, en buena fe,
letra de suplicaciones.
AQUILANO
Pues, aína.40
FACETO
Por mi fe, Dios te encamina
si te sabes gobernar.
¿Ya te escribe Felicina?
AQUILANO
Di, si quieres acabar.
FACETO
Sí haría, 45
sino que ser no podría
más ruin letra de mujer,
porque está de fantasía
de no dejarse entender.
AQUILANO
¡Qué razones! 50
FACETO
Así Dios te dé mil dones
y a mí saque de trabajos,
que fue escrita con carbones
o con pies d'escarabajos.
AQUILANO
¡Oh, villano 55
descortés y mal cristiano!
¿No conoçes ser escripta
de aquella divina mano
llena de gracia infinita?
FACETO
No consiento 60
que con ese pensamiento
pongas tu vida al tablero
y a tu honra en detrimento,
y en peligro al compañero.
Si quisieres, 65
mira bien señor quién eres
y acuérdate de tu padre;
cata por locos plazeres,
no quieras salir de madre.
AQUILANO
Yo te ruego 70
que me busques más sosiego
notando bien mi querella,
que una olla con gran fuego
revierte cuanto hay en ella.
FACETO
No traspases; 75
que cuando tú te templases
de que a tal dama sirvieses,
yo folgaría que amases,
pero no que enloquecieses.
Mayormente, 80
si pusieses en la mente
que de ningún bien careces,
y aunque ella es dama excelente
más que fuese, la meresces.
¿Qué más quieres?85
¿Fáltate estado o haberes
porque esta dama te niegue?
Si tú le dizes quién eres,
yo salgo que ella te ruegue.
AQUILANO
Di, salvaje, 90
¿qué gloria, sin que trabaje,
mereçe ningún nascido
en lo que por su linaje
se ha hallado merescido?
Ya yo sé 95
que es gran bien el que heredé,
pero querría probar
a ver si por mí podré
mereçer mejor lugar.
Y no niego 100
ser amor cruel y ciego;
pero con cuanto trabaja,
quiero yo ganalle el juego
dándole aquesta ventaja.
FACETO
Tu concierto 105
no lo alabo al descubierto;
porque a veces es dañoso
tentar el peligro cierto
por el remedio dudoso.
Mas, señor,110
consejarte un servidor
es echar seso en la calle,
porque el encendido amor
dizque peor es hurgalle.
Si ha de ser, 115
por demás es contender
en tal lugar, y a tal hora;
quiero acabar de saber
qué te escribe esta señora.
«Aquilano, 120
porque no es más en mi mano
yo t'escurro burramente...».
AQUILANO
Mira que dize, villano,
«yo te escribo brevemente».
FACETO
Así está: 125
«Si esta noche ser podrá,
ten perro por do sorrabes».
AQUILANO
Mira, bestia, qué dirá
«te espero por donde sabes».
FACETO
Sin reñir. 130
«Y en el entrar y salir
las piernas se te rompiesen».
AQUILANO
Cata que debe dezir
«las piedras no te sentiesen».
FACETO
Es verdad.135
«Mira, en fin, mi culidad,
no me des higa en el ojo».
AQUILANO
Di, necio, «mi calidad,
no me des algún enojo».
FACETO
Ora espera, 140
así está d'esta manera:
«Haz que no quede preñada».
AQUILANO
Dote al diablo siquiera,
pues claro dize «penada».
Tú estás ciego. 145
FACETO
«Y sobre todo, te riego
lo que sabes por mi amor».
AQUILANO
¿No miras que dize «ruego»?
FACETO
Aun yo dezía mejor.
«Y al entrar, 150
porque te pudras salar,
tinaja de sopas hechas».
AQUILANO
«Porque te puedas salvar,
ten ojo adonde sospechas».
FACETO
Si me das, 155
por mi fe, no ganarás
un cuento y treszientas mil.
AQUILANO
Acaba ya, si querrás;
si no, ¡por Dios, don cevil...!
FACETO
¡Oh, qué arengas! 160
«Diez huevos mando que tengas
estrellados a la luna».
AQUILANO
«De nuevo mando que vengas
entre las doze y la una».
FACETO
Pues, señor, 165
¿no me dejarás mejor?
O dala por acabada.
AQUILANO
Dezid, villano traidor;
no quiero que quede nada.
FACETO
¿Dó llegamos? 170
«Yo y Dileta te espetamos
por el hueco sendas barras».
AQUILANO
Di grosero, «te esperamos
por el huerto so las parras».
¿Has leído? 175
Daca acá, palo vestido,
que no sabes dónde t'eres;
pon a la calle el oído
y el ojo adonde a mí vieres.
FACETO
De buen grado. 180
Hora Dios sea loado
que mi amo dio en amar,
que el seso se le ha mudado
de la frente al calcañar.
Mal cruel 185
es ser el hombre fiel
con quien pierde la razón;
yo me estoy burlando d'él
y él no siente el aguijón.
Por mi honor, 190
le seré buen servidor
mientra tengo la pelleja,
caso que d'esta labor
poco bien se me apareja.
Pero andar, 195
¿qué se gana en procurar
de llegar a la vejez,
pues que no puede escusar
de morir hombre una vez?
Más valdría200
buscar plazer y alegría,
cueste la frente o el asa;
par Dios, si veo el buen día,
que yo lo meta en mi casa.
Por fatiga 205
no consiento que se diga
que se va mi tiempo en vano;
quiero buscar una amiga
y hazer como Aquilano.
Hora ver, 210
Dileta me dijo ayer:
«No paresces como sueles»;
aquí no es más menester,
ella ha gana de manteles.
No es hermosa 215
pero basta que es graciosa,
y aun gentil para en la cama;
puede tener, otra cosa,
mejor cuerpo que su ama.
No soy viejo, 220
ni me fallece consejo
ni otras cosas que hombre calla;
basta, que tengo aparejo
para poder contentalla.
Pues callar; 225
dejadme tener lugar,
veréis cómo urdo y tramo.
¿Qué haze de pasear
aquel loco de mi amo?
Quiero oír 230
que ella no debe salir,
y no saldrá por ventura,
y él algo debe dezir
con la fiebre y calentura.
Tengo mientes. 235
AQUILANO
Salga la voz de mis dientes
sin tener vanos ultrajes,
vaya de gentes en gentes
y de lengua en lenguajes;
començando 240
do ningún pueblo dejando
cantones, plaças, ni calles,
mas continuo resonando
por silvas, montes y valles
y caminos, 245
los extraños y vezinos,
sin dejar uno tan sólo
dende la cuna de Ninos
hasta el sepulcro de Apolo.
Sin parar250
la Fama tenga que dar
sus mil oídos que oír,
sus mil ojos que mirar,
sus mil lenguas que dezir
de Aquilano, 255
más que de Paris troyano,
por muchas venturas mías,
y que muero más ufano
que el glorioso Macías,
por amores, 260
los más altos y mejores
que en el mundo son ni han sido,
y los más merescedores
que pudo formar Cupido.
Sin medida, 265
¡oh, qué merced tan cumplida
para jamás olvidalla
fue darme Dios esta vida
para tan bien emplealla!
¿Qué más quiero? 270
¿Qué más hay? ¿A cuánto espero?
Quiero andarme, que ya es hora;
mas non cale, que me muero
por mano de mi señora.
Felicina,275
ven, señora, pues, aína,
haz tus manos carniçeras,
y desta carne mezquina
cortarás por donde quieras.
Si querrás, 280
mi coraçón sacarás
con las uñas de tus manos;
con mi sangre regarás
esos pechos tan ufanos,
Ven, traidora, 285
haz de mí justicia agora,
no me niegues tu sentencia,
pues tantas vezes, señora,
me negaste la clemencia.
Sin dudar, 290
según tu mucho tardar
no tienes de mí memoria;
o no me quieres matar
por no me dar esta gloria.
Y a mi ver, 295
a tu pesar, o plazer,
moriré en esta conquista,
porque me mata el querer
con las armas de tu vista.
No lo creo; 300
conmigo mismo peleo,
no hay aquí otro matador,
sino que vivo me veo
dentro del fuego de amor.
Hora, pues, 305
frío estoy, no sé qué es.
¡Valme la Virgen María!
Soy la çarça de Moisés
qu'estaba verde y ardía.
No es posible 310
ni es éste el fuego terrible
que al fénix haze vivir,
ni tampoco el invesible
que Hécuba se vio parir.
Pues, ¿qu'es esto? 315
¿Torneme loco tan presto
por amores de una dama
que tarde niega su gesto
lo que promete su fama?
Tan real, 320
reina mía singular
mi señora Felicina:
¡cuán bendito es aquel mal
que espera tu medicina!
Si me entiendes, 325
¿cómo luego no desciendes
a mis vozes soberanas,
y me sueltas, o me prendes,
o me matas, o me sanas?
Di, crüel, 330
¿sientes tú d'este vergel
ningún árbol menear?
Cuantas hierbas hay en él
todas están a escuchar,
pues las fuentes 335
detuvieron sus corrientes
porque pudiesen oírme,
las aves que son presentes
no cantan por no impedirme,
pues el cielo 340
todo está que es un consuelo,
todas las gentes reposan,
las aves no hazen vuelo,
los canes ladrar no osan...
FELICINA
¡Ah, señor! 345
AQUILANO
Tu siervo por tu valor.
¿Qué mandas hazer de mí?
FELICINA
Que me digas por mi amor
si ha mucho qu'estás aquí.
AQUILANO
Non lo sé, 350
sino qu'estoy y estaré,
con fatiga y pena harta,
donde partir no podré
sin que del mundo me parta.
FELICINA
Mas, de veras,355
¿ha gran rato que me esperas?,
que cierto no te êntendido.
AQUILANO
Señora, si tú quisieras,
muy bien sé que me has oído;
mas soy cierto 360
que llamarte con concierto
y amarte con fe tan buena,
son dar vozes en desierto
y edificar sobre arena.
FELICINA
Pues no llores, 365
pusilánimo en amores;
que aunque no me lo agradesces,
el menor de mis favores
te paga más que mereçes.
Piensa agora 370
que siendo yo tu señora,
por amar un tal cual eres
me hallo meresçedora
de todo cuanto dijeres.
Y en verdad, 375
si mi libre voluntad
está puesta en tal tristeza,
más fue por mi seguedad
que no por tu gentileza.
Por tal arte 380
que debrías mesurarte,
no pudiéndote hablar,
pues que puedes contentarte
con quererte yo mirar.
¿O pensabas 385
que si la villa tornabas,
la fortaleza tenías?
Que son tan fuertes sus cavas
que no temen tus porfías.
Y es verdad 390
que en ganar la voluntad
la villa tienes estable,
pero no la honestidad,
qu'es castillo inexpunable.
De manera395
que aunque más ganas tuviera
de seguirte de afición,
la vergüença me hiziera
no salir de la razón.
Pues, traidor, 400
si tú no tienes amor
a mi honra, que es la tuya,
tuviéseslo a tu señor
en honrar la hija suya.
Pues que sabes 405
en cuánta gracia le cabes
y en cuánto favor estás,
y dudo que no te alabes
si tan ruin paga le das.
Y esto digo, 410
y al tiempo hago testigo
de tu cevil pensamiento,
porque te burlas conmigo
pensando que no te siento.
Tu denuedo 415
me pone temor y miedo,
por donde creo, Aquilano,
que desque tienes el dedo
querrías tomar la mano.
Pues, ingrato,420
cuanto yo mejor te trato,
y el querer tan a la clara,
son hazer fiestas al gato
para que salte a la cara.
Y a mi ver, 425
los hombres en el querer
sois raposos par a par:
halagáis para prender
y prendéis para matar.
¡Guay de aquélla! 430
Que aunque sea linda y bella
la mujer que os muestra amor,
no hazéis más caso della
qu'el Papa de un labrador.
Ni se cuenta, 435
ni se lee, ni se mienta
que mujer, mala ni buena,
hizo a hombre tal afrenta
cual Tehereo a Filomena.
No se diga. 440
Mas, por salir de fatiga,
di cuál varón ni mançebo
hizo el caso de su amiga
que hoy haze Clicie de Febo.
AQUILANO
Ya, señora, 445
basta y sobra por agora,
yo me rindo, pues que muero;
queda tú por vençedora
y yo por tu prisionero
con razón. 450
Mas quiero también un don,
si he caído en tanta mengua:
que no pague el coraçón
por las faltas de la lengua.
Que, lo cierto, 455
con tanto seso y concierto
te deseo contentar,
que jamás, vivo ni muerto
no te querría enojar.
FELICINA
Ciertamente, 460
no hagas del inocente,
ni me tengas por tan loca
que sobre ese consiguiente
te meta el dedo en la boca.
AQUILANO
Puede ser, 465
pero hágote saber,
porque pierdas ese miedo,
que antes tengo de morder
a mi lengua que a tu dedo.
Pero andar, 470
yo me torno a mi callar;
mi vida pongo en tu mano;
sé que no podrás negar
que soy tu siervo Aquilano.
FELICINA
Mas, cuán cierto 475
te finges raposo muerto
y echas la lengua de fuera,
quedando vivo y despierto
par burlar a cualquiera.
Pero va,480
tomarás mañana acá
por tus secretas escalas,
que cuervo no puede ya
ser más negro que las alas.
Y te pido 485
que vengas bien proveído;
no te fíes de tus manos,
guarda no fueses sentido
d'estos nuestros hortelanos.
AQUILANO
Ya señora,490
lo proveí sin âgora.
Con su licencia me vo;
quedes tú tan en buen hora
como la'n quien Dios nació.
FACETO
¡Voto a Dios! 495
De acuerdo quedan los dos,
los amores van calientes;
que me maten, veréis vos,
si no remojan los dientes.
AQUILANO
¡Oh, Faceto! 500
Si me tuvieses secreto,
¡qué nuevas te contaré!
FACETO
Ten a tu fama respeto,
que el resto todo lo sé.
AQUILANO
¿Por qué vía? 505
FACETO
Porque ya, señor, oía
casi todo desde aquí.
AQUILANO
Bien me plaze, mas querría
que me lo oyeses a mí.
FACETO
Norabuena. 510
Salgamos de casa ajena,
después me cuenta la historia.
AQUILANO
¡Oh, bendita aquella pena
que acarrea tanta gloria!
¡Oh, pesar 515
que me traes a parar
en plazer tan glorïoso!
¡Oh, cuántos por no afanar
nunca tuvieron reposo!
Mundo ciego, 520
del cual hombre derreniego
que no sabe el mal de coro,
y no se echa en un gran fuego
por afinarse como oro.
Dios n'olvida 525
al que con vida afligida
los sus años bien derrama,
que bien perdiendo la vida
se cobra la noble fama.
Que si escuchas, 530
no se ganan rentas muchas
sin sentir algunas plagas,
ni vemos que toma truchas
quien no se moja las bragas.
Siente, loco, 535
porque en la causa que toco
quesiste ser el alcalde,
nunca mucho costó poco,
nin se dan perlas de balde.
FACETO
Bien está. 540
Vámosnos, que es hora ya,
y estar aquí no es honesto.
AQUILANO
Ve adelante, y anda allá,
que en casa te diré el resto.

IndiceSiguiente