Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

Volumen 8 - carta nº 173

De JUAN VALERA
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Bruselas, 10 diciembre 1886

Mi querido amigo Menéndez: Cuando alguien está enfermo, aburrido y melancólico, quiere consuelo y le busca en la conversación o correspondencia de los amigos, y cuando éstos no se la dan, los muelen y los asaetean pidiéndosela.

Éste es mi caso con Vd. Un siglo ha que no recibo cartas suyas, y las espero con ansía.

Yo quisiera estar ahí y ahorcar los hábitos diplomáticos, que en Bruselas me pesan y me ahogan como en parte alguna; pero la inopia me obliga a conservarlos aún.

En fin; voy a ver si hago algún milagro para poder irme a España en abril, o quizás en marzo.

Entretanto, ¿qué trabajo cuesta a Vd., que tan a escape escribe, ponerme de vez en cuando (una vez a la semana, por ejemplo) cuatro rengloncillos amistosos? Como aquí no tengo ni quehaceres ni diversiones (aquí el aburrimiento tiene su silla) me entretengo mucho en leer. No escribo mucho, porque el pícaro mal humor me lo impide.

Ahora, como tengo a mi primo Joaquín de Ministro en Atenas, recibo por su medio algunos libros griegos curiosos. Ya iré hablando de ellos.

Me ha enviado un Don Quijote, impreso en Constantinopla. La traducción está hecha del francés; pero no resulta mal.

Me ha enviado también una colección de Cantos populares del Epiro. Y una carta crítica sobre «La escuela naturalista y Zola», por Ángel Blacho, que es también poeta. Sus versos no los he recibido aún.

Hoy he ido aquí a la Biblioteca. Han estado muy amables y me han enseñado lo más primoroso.

He prometido a aquellos señores hacerles un favor, si puedo.

Parece que Felipe II va a acabar por ser popular aquí. La verdad es que hizo mucho por Flandes. Aquí publican de continuo cosas que le honran. Ahora, con muchísimo gusto, publican una colección de planos, que mandó hacer de todas estas ciudades, pero dicen que la obra quedará incompleta. Han publicado los planos que aquí se custodiaban; pero quedan muchos que se custodian en Madrid (en la Biblioteca Nacional), y me dicen que no han querido prestarlos. Yo creo que el Gobierno español debía acceder y hacer este préstamo.

En cambio podríamos tomar para copiar o examinar manuscritos de aquí muy curiosos. Hoy, por ejemplo, me han enseñado uno de leyes y usos y administración de Palacio, etcétera, de D. Jaime II, rey de Mallorca.

Como quiera que sea, no hallo inconveniente en que el libro de planos que está ahí, venga aquí prestado para que se publique.

Diga Vd. esto a Tamayo, y dígale también que si no tiene el Quijote en griego, mande por él. Hay dos ediciones, una de Constantinopla y otra de Trieste. Tal vez sean distintas las traducciones.

Adiós. Créame su afmo. amigo

J. Valera

 

Valera-Menéndez Pelayo , p. 328-329.