Volumen 8 - carta nº 374
De JUAN VALERA |
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO |
Bruselas, 10 mayo 1887
Mi querido amigo Menéndez: La aprobación que da Vd. a mi primera carta, me anima y decide a escribirlas todas y a procurar que salgan lo más interesantes y divertidas que acierte yo a escribir. El asunto es vastísimo y hay tela cortada para un libro extenso. He pensado que el título El budismo esotérico no es bastante comprensivo y tiene, además, el defecto de ser ya título de un libro compuesto por Sinnett, discípulo en un principio de la Blavatsky, aunque ya se entiende, recibe visitas e inspiraciones, y se cartea con uno de esos sabios misteriosos que viven en las espesuras del Himalaya, y que se llaman mahatmas o grandes almas. El nombre propio del sabio inspirador de Sinnett es Kut Hoomi.
Como el asunto que yo voy a tratar, o estoy ya tratando, acaso sea muy nuevo en España, al menos para los profanos, creo como Vd. que sería conveniente, y nada se perdería después en la venta del tomo, si las cartas iban apareciendo antes todas en la Revista de España. Hágame Vd., pues, el favor de entregar la primera a D. Francisco Calvo Muñoz para que la publique. Calvo es Diputado y Director de la Revista.
Las cartas en adelante serán más extensas. La primera es corta para un artículo de Revista.
Antes de dar la carta a Calvo, varíele Vd. el título; que el título sea: «Sobre el budismo esotérico y los milagros de moda», o bien: «Sobre el budismo esotérico y los milagros en el día». Esto segundo es más serio y mejor.
Ya Vd. comprenderá que la burla, si la hay, debe manifestarse muy en, lo hondo y esfumada y nebulosa. Yo debo creer, o hacer como que creo, un poco en algo de todo lo que voy a contar y sobre lo que voy a disertar. Y la verdad es que lo sobrenatural o lo preternatural de que he de hacerme cargo, para el arte, basta con que tenga verosimilitud estética y para la vida real. ¿Cómo negar lo posible? Lo posible dicen que lo negaron sólo los teólogos de Albacete.
Adiós. Dé Vd., o envíe la carta a Calvo. Haré un esfuerzo para que se sigan las demás sin interrupción.
Créame Vd. su afmo. y buen amigo
Juan Valera
Valera-Menéndez Pelayo, p. 376-377.