Visor de obras.

Volumen 8 - carta nº 413

Bruselas, 11 junio 1887

Mi querido Menéndez: Me hago cargo de que anda Vd. atareadísimo, y así ni extraño ni me quejo de que no me escriba.

Yo escribo a Vd. porque le necesito, porque tengo mil cosas que preguntarle, porque me consuela escribir a Vd., y porque no estoy bien de salud y no veo a nadie, ni tengo distracciones.

Dígame Vd. qué clase de periódico es ese que Vd. y Pidal dirigen, y haga que me le envíen, pues como cosa de Vds. será buena.

Excite Vd. a Catalina a fin de que salgan pronto a luz los Apuntes, que no sé por qué se detienen.

Sigo con El budismo esotérico, pero no cunde el trabajo por lo averiado que me siento estos días.

La Pardo Bazán me envió su libro. Me maravilla la alabanza que da a la literatura rusa a expensas de toda la Europa occidental, que considera casi intelectualmente agotada y muerta. Aunque sea poniendo por las nubes a doña Emilia, no sé resistir a la tentación de impugnar algunas de sus ideas y lo estoy haciendo.

Empleo además algún tiempo enseñando a mi hijo el griego, un poco según la manera que enseñaba el latín a Gil Blas su tío el canónigo. Como quiera que sea, me parece que maestro y discípulo van adelantando. A Cánovas escribo hoy dándole los días de su santo y excitándole a que escriba, en este verano, el prólogo prometido. ¿Qué hay de sus amores y boda con Joaquina Osma? ¿Qué sabe Vd. de un chileno, llamado N. Tondreau, autor de unas poesías, que me anuncia en carta muy fina y que no han llegado aún a mi poder?

¿Ha visto Vd. un libro sobre Goya, del Conde de la Viñaza? En fin, cuénteme Vd. algo. Los días, como el de hoy, en que yo me siento más viejo, y me doy a sospechar que no me queda ya mucha vida, tengo más ganas de hablar con los amigos, a fin de aprovechar el tiempo, aunque tenga poco que decir y esté yo además de priesa para floreos y disertaciones.

Sabe Vd. que le quiere su afmo. y buen amigo

Valera-Menéndez Pelayo, p . 385-386.