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El cuarto de hora

Comedia en cinco actos

Manuel Bretón de los Herreros



portada

  —431→  

La estrenaron los actores del teatro del Príncipe el día 10 de diciembre de 1840



PERSONAJES
 

 
CAROLINA.
DOÑA LIBORIA.
PETRA.
ORTIZ.
MARCHENA.
 

La escena es en Madrid. El teatro representa una sala baja. En el foro habrá una reja con vista al jardín. Una puerta a la derecha del actor, otra a la izquierda: la primera es la que da entrada a los que vienen de la calle, y ambas sirven de comunicación a otras piezas interiores. Habrá una mesa con recado de escribir.

 




ArribaAbajoActo I


Escena I

 

ORTIZ.

 

  (Aparece escribiendo.) 

Ya está el último terceto.
Catorce versos cabales.
Sudo. ¡Tres días mortales
para hacer un mal soneto!
¡Soy fatal! Cuando los fragua 5
por vano antojo mi mente
y el corazón no los siente,
hago yo versos como agua;
¡y hoy, amor, nada me inspiras
cuando declararme quiero! 10
¿Qué mucho? Eres verdadero
y los versos son mentiras.

 (Borrando.) 

¡Rima impertinente! ¡Ripio!
¡Que sea yo tan inepto!

 (Medita un instante y luego escribe.) 

Ya está variado el concepto. 15
Leamos desde el principio.

 (Lee.) 

«Vano fuera excusar vuestros enojos
sellando respetuoso el labio mío,
que revelan mi ardiente desvarío,
lenguas de amor, los afanados ojos. 20
Sólo espero desdenes y sonrojos
en premio de entregaros mi albedrío;
que, en vez de flores, el destino impío
ciñe a mi porvenir duros abrojos.
Al menos, si el amor de que me acuso 25
es crimen para vos, bella señora,
la merecida pena no rehúso.
Sola una gracia mi humildad implora:
conceded una lágrima a mi muerte,
y al espirar bendeciré mi suerte.» 30
—432→
¡Qué frialdad! Versos flojos,
forzada y trivial la rima...
¡Puerilidad! Me dan grima
las flores y los abrojos.
Y esa lágrima que pido... 35
¡Sandez!... Se reirá de mí.
¿Qué corrección cabe aquí?

 (Rasga y tira el papel.) 

Esta.

 (Se levanta.) 

¡Trabajo perdido!
Mas con suerte tan escasa
¿quién me manda a mí querer 40
a esa divina mujer?
No, no. Huyamos de esta casa.
Lejos de su imagen bella...

 (Se detiene.) 

¡Cobardía! ¡Disparate!
Prefiero que ella me mate 45
a morir ausente de ella.
Cuento por seguro el no,
que el incomparable hechizo
de su cara no se hizo
para un pobre como yo. 50
Mas guardar dentro del pecho
el amor en que me abraso
cuando compasiva acaso...
Yo me declaro: esto es hecho.

 (Se sienta.) 

Tomemos otra cuartilla. 55

 (Meditando.) 

Ya que el soneto no prueba,
adoptemos forma nueva.
Mejor será una letrilla.
Así..., en lenguaje sencillo
que mi humildad manifieste 60
y en versitos cortos... Este
ha de ser el estribillo.
 

(Escribe, luego medita, vuelve a escribir, después borra lo escrito, y todo ocupado en su composición no repara en quién entra o sale, ni en nada de lo que pasa a su inmediación.)

 


Escena II

 

ORTIZ. PETRA.

 
PETRA
Allí está, y según la traza
acabando está las coplas
que empezadas dejó ayer, 65
y yo examiné curiosa.
No le quiero decir nada
ni interrumpirle en su obra,
que es tan corto el buen Ortiz...
Y por cierto que no es propia 70
de este siglo su modestia.
Con tan gallarda persona
bien pudiera declararse
excusando ceremonias;
bien pudiera conocer 75
que no soy yo una leona.
¡Oh! A no ser por mi decoro...
ORTIZ
(Ya está la primera estrofa.)
PETRA
Él es del estado llano
y no tiene ejecutoria 80
como yo; pero el amor
que sabe igualar las chozas
con los palacios...


Escena III

 

ORTIZ. PETRA. MARCHENA.

 
MARCHENA
¡Muchacha!
PETRA
¿Cómo muchacha!...
MARCHENA
Perdona.
Este apelativo no es 85
de menosprecio en mi boca.
Aludo a tu juventud.
PETRA
No soy ninguna pindonga.
MARCHENA
¿Quién dice tal?
PETRA
Me he criado
en buenos pañales.
MARCHENA
¡Oiga!
90
PETRA
Y aunque la ingrata fortuna
me tiene humillada ahora,
soy quien soy.
MARCHENA
Estoy en eso.
ORTIZ
(¡Sudando estoy cada gota...!)
PETRA
Si hoy sirvo de camarera, 95
mi abuela doña Leoncia
tuvo tres por falta de una;
pero rodando la bola
vino nuestra casa a menos...
MARCHENA
(¡Qué impertinente!) Son cosas 100
del mundo, amable Petrita.
Una comedia famosa
leí yo que se intitula:
«La más ilustre fregona.»
PETRA
Aun esa comparación 105
es inexacta, injuriosa;
que yo no friego.
MARCHENA
Lo sé
¿Han salido las señoras?
PETRA
Como mi madre murió,
y quedé huérfana y sola, 110
y no me daban trabajo
en el corte de la tropa,
y aunque una cosa tres guantes
al día, no hay para sopas...
MARCHENA
Basta. Entiendo. Carolina... 115
PETRA
Y como una al fin es moza...
MARCHENA
Y buena moza.
PETRA
Mil gracias
—433→
por el favor.
MARCHENA
No es lisonja;
y si yo fuera guantero,
por ti haría bancarrota. 120
PETRA
Señor de Marchena, usted
me tutea, y es muy poca
consideración...
MARCHENA
No tal.
(Por Dios, que ya me enrocora.)
PETRA
Si es cariño...
MARCHENA
Por supuesto.
125
PETRA
Pues siendo así, a mucha honra.
MARCHENA
En fin, ¿no podré saber
si el bien que el alma me roba
está visible?
PETRA
Ha salido,
y también doña Liboria. 130
MARCHENA
¿Leyó mi billete?
PETRA
Sí.
MARCHENA
¿Con placer?
PETRA
Como una loca
se reía.
MARCHENA
Buen agüero.
Otra cartita amatoria
te habrá dado para mí. 135
Papel de color de rosa...
PETRA
No. Me ha dicho verbalmente
que autoriza a usted en forma
para que escriba en su álbum
lo que guste.
MARCHENA
Pues me adora.
140
No hay más que hablar. ¡Si lo dije!
Cuando licencia me otorga
para declararme...
PETRA
El álbum
está aquí.

 (Toma el que habrá sobre un velador y lo entrega a MARCHENA.) 

MARCHENA
Como yo ponga
los ojos en una niña 145
ni el ángel de su custodia
la salva.
PETRA
¡Calle! ¿Es usted
andaluz?
MARCHENA
Hijo de Ronda.
Pero aún no te he dado albricias
por nueva tan venturosa, 150
y es fuerza...
ORTIZ
(¡Tanto borrar!...
Esto ya es un mapa.)
MARCHENA
Toma.
PETRA
¿Qué se entiende...? ¡A mí dinero!
MARCHENA
Mira bien. ¡Es media onza!
No pienses que son dos cuartos. 155
PETRA
¿Quién le pide a usted limosna?
MARCHENA
No es mi intento...
PETRA
¿Así se ultraja
a una mujer de mi estofa?
MARCHENA
Yo no creí...
PETRA
¿Sabe usted
que soy de sangre infanzona? 160
¡Dios mio! ¿Tanta ignominia
reserváis a Petra Alfonsa
Sainz de Barrientos?
MARCHENA
¡Barrientos!
Parece que pide escoba
el apellido.
PETRA
¡Otra injuria!
165
¡Otro insulto! ¿Hace usted mofa?...
MARCHENA
Ni pensarlo. Tu abolengo
es celebrado en las crónicas;
pero tiene anomalías
singulares nuestro idioma. 170
Ahora bien, Petra del alma,
ya que has dado en ser filósofa
y haces ascos al dinero,
acepta, como memoria
de amistad, esta sortija. 175
PETRA

 (Tomándola.) 

¡Vaya! Eso no me sonroja.
Una prenda de amistad...
MARCHENA
O de amor si te acomoda.
PETRA

 (Dengosa.) 

¡Vaya! ¡A mí...!
MARCHENA
(Para trapillo
puede pasar, aunque tonta.) 180
PETRA
Siento, señor de Marchena,
no dar a usted otra joya
en cambio de la sortija,
mas la funesta derrota
de mi patrimonio inmenso... 185
MARCHENA
¡Eh!...
PETRA
Mi padre, que esté en gloria,
tuvo un pleito muy ruidoso,
y el tribunal de la Rota...
MARCHENA
¡Oh!...
PETRA
Pero antes de ese pleito,
que lo perdimos con costas, 190
mi tío don Baltasar
Maldonado y Escalona...
MARCHENA
Por Dios, Petrita, por Dios;
ya me contarás tu historia
más despacio. Ahora va ves, 195
la mía es la que me importa.
Voy a trasladar al álbum
la pasión que me devora.
PETRA
¡Ah! La niña quiere versos.
MARCHENA
¿Qué dices!
PETRA
A toda costa.
200
Ya olvidaba su mandato.
MARCHENA
¿A mí versos? ¿Soy yo Góngora?
Para mí están en vascuence
las reglas de la prosodia.
Ni sé lo que es consonante, 205
ni nunca las vi tan gordas.
Mas ¿quién se apura por eso?
Cojo las primeras coplas
que vengan a cuento y ¡zas!
en dos minutos se copian; 210
o voyme al café del Príncipe,
y mientras bebo una copa
cualquiera de aquellos genios
—434→
me improvisa una salmodia.
PETRA
Quieto, que sin ir allá 215
tendrá usted quien le componga
cuantos versos necesite.
MARCHENA
¿Sí? ¿Quién?
PETRA
Aquel joven.
MARCHENA
¡Hola!
¿Y qué hace aquí ese... amanuense?
PETRA
Es como de casa. Cobra, 220
administra... Hace ocho días
le encargó doña Liboria
todo ese tejemaneje
que no entendemos nosotras.
Come y duerme todavía 225
en casa de su patrona...
MARCHENA
Bien...
PETRA
Pero aquí le tenemos...
MARCHENA
Bien, sí...
PETRA
Casi a todas horas.
Es mozo de mucho mérito.
MARCHENA
No dudo...
PETRA
Pero con poca
230
suerte.
MARCHENA
Ya.
PETRA
También dibuja.
MARCHENA
Lo de dibujante sobra.
PETRA
Hágame versos... ¡Qué lindos
los escribe!
MARCHENA
¿Sí?
PETRA
Me consta.
Como que ayer principió 235
unos para mí...
MARCHENA
¡Bribona!...
PETRA
Y apostaría a que está
concluyéndolos ahora.
ORTIZ

 (Haciendo pedazos el papel.) 

(Esto es insulso, prosaico,
detestable.)
MARCHENA

 (A PETRA.) 

¡Con qué cólera
240
los rompe! Si eres su musa,
no es mucho lo que le soplas.
ORTIZ

 (Cavilando.) 

(Me consumiré en silencio,
o recurriré a la prosa.)
MARCHENA
No espero más. Yo le embisto... 245

 (A ORTIZ acercándose.) 

Perdone usted si me tomo
la libertad... (¿Quién ha visto
un poeta mayordomo?)
ORTIZ

 (Levantándose.) 

Caballero... (Es mi rival,
el andaluz.) Servidor... 250
MARCHENA
Si usted no lo toma a mal,
voy a pedirle un favor.
ORTIZ
En lo que de mí dependa...
MARCHENA
Gracias. También yo... (¡al avío!)
quiero servir a una prenda 255
que ha conquistado mi brío.
ORTIZ
Y en eso ¿yo...?
MARCHENA
Carolina
se ha decidido por mí.
ORTIZ
(¡Cielos!)
MARCHENA
¿Verdad que es divina?
ORTIZ
Sí.
¿Tengo buen gusto?
ORTIZ
Sí.
260
MARCHENA
En prueba de que transige
me envía este álbum...
ORTIZ
(¡El suyo!)
MARCHENA
Y en él consiente... y exige
que me declare su cuyo.
Ya me declaré ayer tarde, 265
y anteanoche en el Liceo,
pero quiere hacer alarde
sin duda de su trofeo.
ORTIZ
¡Oh! Debe estar muy ufana...
MARCHENA
(¡El fatuo!...) No es vanagloria; 270
pero más de una cristiana
ha de envidiar su victoria.
ORTIZ
Bien, ¿y a qué asunto...?
MARCHENA
Es el caso
que esa muchacha, o demonio,
pide flores del Parnaso 275
en señal de matrimonio;
mas yo, que soy buen jinete,
y elegante como Adonis,
y tiro bien al florete,
y bailo por diez Taglionis, 280
y si me visto de majo
y ando de broma y de chunga,
no hay moza de barrio bajo
que no admire mi sandunga;
yo, bravo toreador, 285
que a Montes me dejo en zaga
y soy la nata y la flor
del circo de Fagoaga;
yo, tan hábil, tan experto
como el que más en la villa, 290
¡admírese usted!, no acierto
a hacer una redondilla.
ORTIZ
¡Valiente cosa...!
MARCHENA
Ahora bien,
señor de...

 (A PETRA.) 

¿Su gracia?
PETRA
Ortiz.
MARCHENA
Yo sé que en un santiamén 295
puede usté hacerme feliz.
ORTIZ
¿De qué suerte?
MARCHENA
Componiendo
los versos que necesito.
ORTIZ
Dispense usted... Yo no entiendo...
MARCHENA
No se haga usted el chiquito. 300
Aunque negarlo procura,
yo sé bien que usted coplea.
Esta niña lo asegura.
¿Quiere usted dejarla fea?
  —435→  
PETRA

 (Con monada.) 

Y si algo mi influjo vale... 305
MARCHENA

 (Con malicia.) 

¿Oye usted? ¡Me recomienda!
ORTIZ
(¡Con bravo influjo me sale!)
PETRA
Ruego a usted que condescienda.
ORTIZ
¡Oh! Es difícil resistir
a tal recomendación, 310
pero...
PETRA
(No hay más qué decir.
Ya es mío su corazón.)
Ea, ya no admito excusa.
Eso se hace en un zis, zas...;
y si sopla bien la musa, 315
cuente usted... No digo más.
ORTIZ

 (Ofendido.) 

¡Señor mío!...
MARCHENA
No, yo no hablo
con ánimo de hacer mofa...
(¿También ese pobre diablo
se me encrespa y filosofa?) 320
Pero a fuer de amigo firme
agradeceré el versículo.
ORTIZ
(Irritarme es descubrirme
y hacer un papel ridículo.)
MARCHENA

 (A PETRA aparte.) 

¡Cuál se hace de pencas! ¿Eh? 325
Dale otra embestida, perla.
ORTIZ
(Me echarán y perderé
hasta el consuelo de verla.)
PETRA
Hará usted los versos; ¿sí?
ORTIZ
Eso es ponerme en un potro. 330
No sé hacerlos para mí,
¿y he de hacerlos para otro?
PETRA

 (A MARCHENA.) 

¿Oye usted? ¡Alma novicia!

 (A ORTIZ.) 

Con temor nada se alcanza.
Hágase usted más justicia... 335
y no pierda la esperanza.
ORTIZ
(¿Qué querrá darme a entender?)

 (A MARCHENA.) 

Si dio palabra de esposa,
atrás no se ha de volver
porque usted le escriba en prosa. 340
MARCHENA
Lo que es palabra formal,
todavía no la dio.
ORTIZ
(Respiro.)
MARCHENA
Pero es igual.
Su marido seré yo.
Ella es algo coquetilla, 345
muchos adoran su encanto;
y no será maravilla
que vacile un tanto cuanto;
mas ya que me dan auxilio
la tía y esta doncella, 350
si entra usted en el concilio
no hay remedio para ella.
No porque yo necesite
esas fuerzas auxiliares;
que entiendo el juego de envite 355
y no me arredran azares;
y un adagio que no miente
mi esperanza corrobora.
ORTIZ
¿Cuál?
MARCHENA
Toda mujer viviente
tiene su cuartito de hora. 360
ORTIZ
(¡Hola!...)
MARCHENA
¿Y bien?
ORTIZ
Sí.
MARCHENA
Hasta después.
Pondérela usted mi amor.
Vivo en el número tres.
Allí espero el borrador.

 (Vase, llevándose el álbum.) 



Escena IV

 

ORTIZ. PETRA.

 
PETRA
Se ha quedado usted confuso, 365
y ya comprendo el motivo.
¡Ánimo! Ya no está en uso
el amor contemplativo.
No prive a usted del reposo
la dicha que otro hombre gana; 370
que si él es hoy venturoso
usted lo será mañana.
Hable usted, pruebe fortuna;
que amor a todos nos hiere,
y no hay belleza ninguna 375
que maldiga a quien la quiere.
¿Cómo se pondrán acordes
callando galán y dama?
En la casa de los bordes
el que no llora no mama. 380
Hablar para merecer
a ningún hombre desdora,
y ello..., al fin..., toda mujer
tiene su cuartito de hora.


Escena V

 

ORTIZ.

 
Vaya, no es malo que Petra 385
tome ese interés por mí.
¡Qué sagaz! ¡Cómo penetra
lo que está pasando aquí!

 (Pone la mano en el pecho.) 

¡Rara fineza en criada!,
pues sin esperar propina... 390
—436→
Mas ¿si obrará la taimada
de acuerdo con Carolina?
¿Quién sabe si iré ganando
en su pecho algún influjo?
¡Está tan amable cuando 395
le doy lección de dibujo!...
¡Ilusión! ¡Sueño! ¡Quimera!
No teniendo yo una cruz,
¿es dable que me prefiera
al opulento andaluz? 400
¿No le ha dado orden expresa
de que en el álbum se explique?
Pero -él mismo lo confiesa-
quizá en desierto predique.
¿Qué se escribe sino amores 405
en el álbum de una hermosa?
Y a cuarenta trovadores
no ha de dar mano de esposa.
Quizá permita mi estrella
que le despida cruel 410
o por inconstancia en ella
o por fatuidad en él.
Si con segunda intención
le hago firmar, por ejemplo,
en cada verso ramplón 415
una sandez como un templo...
Brava idea; ¡singular!
Para eso ya tendré vena.
¡Cómo me voy a vengar
del caballero Marchena! 420
¿Y si él advierte...? No, no;
su orgullo le quita el seso;
pero las mujeres, ¡oh!,
son muy linces para eso.
Leer mi adorada prenda 425
tanto concepto importuno,
y enviar a ese fachenda
noramala, todo es uno.
Le dará cara de palo...
Sí, mas mi suerte fatal... 430
¡Eh! Por de pronto no es malo
quitar de en medio a un rival.
Luego... ¿Quién sabe?... Un capricho...
Quien la ocasión avizora...
Toda mujer -él lo ha dicho- 435
tiene su cuartito de hora.

 (Siéntase a escribir.) 





ArribaAbajoActo II


Escena I

 

CAROLINA. DOÑA LIBORIA.

 
 

(Aparecen sentadas en un sofá.)

 
DOÑA LIBORIA
Ya tu veleidad me cansa.
¿Por qué entre tantos amantes
no te decides por uno?
Tienes veinte navidades,
eres rica y no eres fea: 5
ya es hora de que te cases.
CAROLINA
¡Y usted, tía, me lo dice!
¡Usted que es mi única madre
desde que muerta la mía...,
¡ay Dios!, quedé en lamentable 10
orfandad! ¿Tanto deseo
tiene usted de separarse...?
DOÑA LIBORIA
No tal. Viviremos juntas.
Si tu esposo no es un cafre,
no consentirá, que al fin 15
no soy yo tan intratable.
Y pagaría mi escote,
que tengo renta bastante
para no necesitar
vivir a expensas de nadie. 20
Pero a mí me sobran años
y no me faltan achaques.
Si mañana cierro el ojo...
CAROLINA
¡Vaya!... ¡Tan fresca, tan ágil!...
Muchas jóvenes pudieran 25
envidiar ese semblante,
y a pesar de los diez lustros...
DOÑA LIBORIA
Hasta san Miguel arcángel
no los cumplo.
CAROLINA
Auto en favor.
No faltarían galanes 30
que se llamaran dichosos...
DOÑA LIBORIA
¡Bah! No digas disparates.
A los quince años de viuda
¿había de ser tan frágil?...
No. Pensemos en tu boda. 35
Para la mía... ya es tarde.
CAROLINA
Para la mía es temprano.
¿Teme usted que se me pase
el tiempo?
DOÑA LIBORIA
Mucho confías
en tu hermosura. ¿Y no es fácil 40
que una fluxión la marchite
o que un divieso la ultraje?
No busques novio perfecto,
que los hombres no son ángeles,
y pues Marchena te adora 45
y merece, en mi dictamen,
ser preferido...
CAROLINA
¿Marchena?
DOÑA LIBORIA
Buen mozo, de ilustre sangre,
rendido como un Gaiferos,
y de tan bello carácter... 50
CAROLINA
¿Conque usted le elegiría?...
DOÑA LIBORIA
Yo estoy fuera de combate,
mas siendo tú, le eligiera
—437→
sin vacilar un instante.
CAROLINA
Confieso que se distingue 55
del impertinente enjambre
que me zumba en derredor,
y que entre tantos rivales
es el que miro con menos
antipatía. ¿Quién sabe?... 60
Puede que le llegue a amar
algún día y que me case
con él; mas ¡sufra y espere!
Aún no ha penado bastante.
DOÑA LIBORIA
¡Qué orgullito! Quiera Dios 65
que algún día no lo pagues.
CAROLINA
¿No dicen que valgo tanto?
Pues bien, lo que mucho vale
mucho cuesta.
DOÑA LIBORIA
¡El arrapiezo!...
¡La monuela!...
CAROLINA
Ellos nos hacen
70
altivas. Pero el orgullo
no es sólo el que me retrae,
sino el temor. Son los hombres
muy taimados, muy falaces.
Cuando novios muy humildes, 75
y luego..., ¡Virgen del Carmen!
DOÑA LIBORIA
¿Qué entiende de eso la trasto?
Mi difunto don Melquiades,
que Dios perdone, fue siempre
un santo varón, un mártir. 80
CAROLINA
Algunos hay buenos, sí,
pero otros son tan infames
y tan... Al oír «marido»
me tiemblan, tía, las carnes.


Escena II

 

CAROLINA. DOÑA LIBORIA. MARCHENA.

 
MARCHENA

 (A la puerta.) 

Señoras, si dan ustedes 85
permiso...
DOÑA LIBORIA
Él es. Adelante.
Siéntese usted.
MARCHENA

 (Presentando el álbum.) 

Me apresuro
a ofrecer este homenaje...
DOÑA LIBORIA

 (Tomando el álbum.) 

¡Es tu álbum! Este Marchena
es tan fino, tan galante... 90
MARCHENA

 (Sentándose en una silla.) 

Gracias. Carolina hermosa
desea que la declare
en el álbum mi pasión...
CAROLINA
Permita usted que le ataje.
El deseo era de usted: 95
sólo ha habido de mi parte
condescendencia...
MARCHENA
En efecto,
y la orden terminante
de hacer mi declaración
en renglones desiguales; 100
esto es, en verso.
CAROLINA
Es verdad.
La prosa es inaguantable
en un álbum.
DOÑA LIBORIA
Ea, a un lado
cuestiones preliminares,
y veamos esos versos 105
¡También poeta! Es el diantre.

 (Registra el álbum.) 

MARCHENA
¿No lo he de ser, inspirado
por los ojos celestiales
de Carolina?
DOÑA LIBORIA
¿Son estos?
MARCHENA
Sí; justamente.
DOÑA LIBORIA
Escuchadme.
110

 (Lee.) 

«A la hermosa Carolina,
a la bella de las bellas,
cuyos ojos son centellas,
cuya boca es purpurina,
cuyo talle es jaletina, 115
y cuya frente serena
abochorna a la azucena,
fino, fiel, firme y fogoso
ofrece mano de esposo
Pedro Nolasco Marchena.» 120
¡Bravo! ¿Qué te han parecido?
CAROLINA
Son bonitos.
DOÑA LIBORIA
Admirables.
MARCHENA

 (Con fatuidad.) 

Favor que usted me dispensa.
Es un in promptu. Eso se hace
jugando.
DOÑA LIBORIA
Es preciosa hipérbole
125
llamar jaletina al talle.
«Fino, fiel, firme y fogoso.»
Estas cuatro efes valen
un tesoro, y ¡con qué gracia,
para servir de remate, 130
con el nombre del poeta
coincide el consonante!
MARCHENA
¡Si digo que es un juguete!
Usted quiere sofocarme.
DOÑA LIBORIA
Tu contestación será, 135
por supuesto, favorable,
que tantas pruebas de amor
no merecen un desaire.

 (Se levanta.) 

Pero te dará vergüenza
Si está tu tía delante... 140
CAROLINA
No tal. ¡Si yo...!
DOÑA LIBORIA
Y pues no creo
que Marchena se propase...
MARCHENA
¡Yo, señora!
CAROLINA
Pero, tía...
  —438→  
DOÑA LIBORIA

 (Dejando el álbum sobre un velador.) 

Mejor es que yo me marche.
Adiós.

 (MARCHENA se sienta en el sofá.) 

CAROLINA
Pero escuche usted...
145
DOÑA LIBORIA
Me voy, me voy. No te canses.


Escena III

 

CAROLINA. MARCHENA.

 
MARCHENA
Pues se fue doña Liboria
y nadie nos oye aquí,
suene el suspirado sí
que ha de colmarme de gloria. 150
Ya esos ojos me lo anuncian,
mal que le pese al recato,
pero me será más grato
si los labios lo pronuncian.
CAROLINA
¿De veras? Sea usted franco. 155
¡Mis ojos lo dicen! ¿Eh?
¿Y en qué lo conoce usté?
¿En lo negro o en lo blanco?
MARCHENA
En la dulce simpatía...
CAROLINA
¡La simpatía está buena! 160
Mis ojos, señor Marchena,
no han dicho: esta boca es mía.
MARCHENA
¿Volvemos a las andadas?
¿También denguecitos hoy,
alma mía, cuando estoy 165
dando ya las boqueadas?
Bueno es que honrada mujer
fácilmente no se venza;
santa y buena es la vergüenza...;
pero ¡si al fin ha de ser! 170
CAROLINA
¿Y si no quisiera yo
decir que no ni que sí?
MARCHENA

 (Con petulancia.) 

¡Bah! ¡Si ya es tarde! ¡Si a mí...!
CAROLINA

 (Levantándose enojada. MARCHENA se levanta también.) 

Pues no, y veinte veces no.
MARCHENA
Se ha picado usted, lo veo; 175
mas ¿no ve usted que ese no
es inverosímil?
CAROLINA
Oh...
MARCHENA
¡Bah! ¡Sobre que no lo creo!
CAROLINA
¡Oh! Eso raya en insolencia.
(¿Hay necio más contumaz?) 180
Váyase y déjeme en paz,
y no vuelva a mi presencia.
MARCHENA
¡Carolina!... (Pues barrunto
que va de veras.) Yo siento...
CAROLINA
Lo he dicho y no me arrepiento. 185
No se hable más del asunto.
MARCHENA
Como usted me permitió
pedir su mano querida...
CAROLINA
¿Y porque usted me la pida
tengo de dársela yo? 190
MARCHENA
No esperaba ese desprecio...
CAROLINA
No esperaba yo tampoco
habérmelas con un loco,
por no decir...
MARCHENA
Con un necio?
Dígalo usted sin rebozo, 195
que en verdad harto lo he sido.
¿Conque trabajo perdido?
¿Conque mi gozo en un pozo?
CAROLINA
¿Cómo se dice que no?
MARCHENA
Pues bien, aténgase usté 200
a las consecuencias.
CAROLINA
¿Qué?
MARCHENA
¡No sabe usted quien soy yo!
CAROLINA
¿Cómo! ¡Señor de Marchena!...
MARCHENA
Roto el pacto entre los dos,
usted dará cuenta a Dios 205
de una alma que se condena.
Pues mis dulces regocijos
convierte usted en pesares,
quemaré mis olivares
y arrasaré mis cortijos; 210
daré la muerte al rival
que usted prefiera, y después,
como dos y uno son tres,
me ahorco o me tiro al canal.

 (CAROLINA suelta una carcajada.) 

¿Se ríe usted! Esa cruz 215
me faltaba. En vez del justo
terror...
CAROLINA
¡Qué! Yo no me asusto.
MARCHENA
¿Por qué?...
CAROLINA
Es usted andaluz.
MARCHENA
Pero esa risa es señal
de bondadosa indulgencia; 220
que tanta malevolencia
sentaría a usted muy mal.
¡Eh! ¡Vea usted lo que son
las hembras! Ríe hechicero
su labio, y manso cordero 225
es ya el terrible león.
CAROLINA
¿Otra vez?...
MARCHENA
Vaya, amor mío,
hagamos la paz. ¿Pasó
el enojo?
CAROLINA
¿Enojo yo?
Pues ¿no ve usted que me río? 230
MARCHENA
¿Me dará usted más pesares,
cara de sol?
CAROLINA
Nada de eso,
no sea que en un acceso
queme usted sus olivares.
MARCHENA
Confieso que delinquí, 235
pero de hoy en adelante
seré tan sumiso amante
que... ¿Usted lo permite?
CAROLINA
Sí.
MARCHENA
Gracias. ¿Y ahora no tendré
alguna esperanza justa...? 240
CAROLINA
Tenga usted veinte, si gusta...,
como yo no se las dé.

  —439→  

Escena IV

 

MARCHENA.

 
Se va y me deja corrido
como un mono. ¡Qué altivez!
Y ella está muerta por mí: 245
eso hasta un ciego lo ve;
pero antes de confesarlo
querrá torearme un mes.
No tengo yo tanta flema,
ni ya me estaría bien 250
suspirar como un cadete
arrodillado a sus pies.
No, que tengo bien sentada
mi opinión de hombre de prez,
¡y para jugar conmigo 255
es ella poca mujer!
Mudemos de plan: hagamos
lo que hace el conde de Urgel
en la célebre comedia
de El desdén con el desdén. 260
Sí, la he de abrasar a celos
y no he de darla cuartel
hasta que humilde y contrita
me diga: ¡señor, pequé!
 

(Al irse le sale PETRA al encuentro.)

 


Escena V

 

MARCHENA. PETRA.

 
PETRA
¿Estamos de enhorabuena? 265
¿Qué tal los versitos, eh?
Habrán hecho efecto.
MARCHENA
Mucho.
La niña se hizo una miel
al oírlos, y no dudes
que se rinde de esta vez; 270
pero, si quieres que te hable
con franqueza..., yo no sé
qué te diga... Hoy me parece
menos bonita que ayer.
PETRA
¿Qué oigo!
MARCHENA
Empiezo ya a mirarla
275
como cosa propia y... ¡Pche!...
PETRA
Vamos, usted se chancea.
MARCHENA
No tal. Los maridos ven
más que los amantes.
PETRA
Pero...
MARCHENA
Sea que en efecto esté 280
desmejorada o que a mí
se me haga duro el perder
la libertad de soltero;
para mis ojos ya no es
la misma, ni por asomo. 285
PETRA
¡Es posible!
MARCHENA
Y al primer
pretextillo que me diera,
¡adiós, casamiento!
PETRA
¡Infiel!
MARCHENA
Sí, yo confieso... (Esta fatua
se lo contará después.) 290
Pero... vamos, ¡si a cualquiera
miro ya con más placer!
A ti, verbigracia. ¿Sabes
que tienes tú mucho aquel,
hablando en chulo, y muchísima 295
de la gracia?
PETRA

 (Dengosa.) 

¡Calle usted!
¿Yo?
MARCHENA
¡Y qué cuerpecito!
PETRA
¡Vaya!
Usted me quiere poner
colorada. Usted se burla
de las pobres. ¡Si yo sé 300
lo poco que valgo! ¡Vaya!
MARCHENA
Más que Carolina.
PETRA
¡Pues!
MARCHENA
Y ese aire de señorío
que tienes...
PETRA
Eso, tal vez,
porque al fin no me he criado 305
en las malvas.
MARCHENA
Ya se ve
que no.
PETRA
Y quien tuvo retuvo,
y cada cual es quien es.
Pero usted se está burlando.
¿Cómo puedo yo creer 310
que llama tan encendida
se apague en un dos por tres?
MARCHENA
¡Ahí verás lo que es el mundo!
PETRA
¡Qué maldito de cocer!
Y juraba y perjuraba... 315
(¿Si será Ortiz como él!)
MARCHENA
A juramentos de amante
nunca se dio mucha fe.
PETRA
¿Y a qué incomodar al otro
haciéndole componer 320
los versos?
MARCHENA
¿Qué se ha perdido?
Medio pliego de papel.
PETRA
¡Tantos planes para eso
y tanto tender la red!...
¿Y el cuarto de hora?
MARCHENA
A propósito;
325
tú eres de la misma piel
que las otras, y tendrás
tu cuarto de hora también.
PETRA
¡Miren qué salida ahora!...
MARCHENA
Si en ese trance te ves, 330
avisa, que aquí hay un hombre.
PETRA
¿Sí? ¡Vaya una gracia!
MARCHENA
Es que...
Es que me hacen mucho títere
esos dos ojuelos. Ven,
que voy a darte un abrazo. 335
PETRA

 (Amenazándole.) 

Apártese o de un revés...
MARCHENA
No lo tomes tan a pecho.
—440→
¡Si esto es broma! Hasta más ver.
PETRA
Abur.
MARCHENA

 (Yéndose.) 

(Sufrir el desvío
de Carolina, está bien; 340
pero un bofetón... ¡Barrientos,
sería cosa cruel!)


Escena VI

 

PETRA.

 
¡Qué osadía! ¡Oh! Si viviera
mi buen tío don Andrés
de Escalona y Escobar, 345
corregidor de Jerez,
el hidalgüelo de Ronda
no fuera tan descortés.
Mas le perdono, que es víctima
de su amor y mi altivez. 350
Yo te la consagro, Ortiz,
querido Ortiz, y si un rey
viniera... Mas ¡cuánto tarda
en declararse el doncel!
¡Qué versos de mis pecados! 355
¡Señor, si no es menester
andar con tantos repulgos
cuando una misma da pie!
«Te quiero, te adoro; y tú
¿me quieres?; te amo»; y amén. 360


Escena VII

 

CAROLINA. PETRA.

 
CAROLINA

 (Trae una cartera de dibujo que deja sobre la mesa.) 

¿Se fue el señor de Marchena?
PETRA
Sí, señora. En este punto
se marcha.
CAROLINA
Irá el pobrecillo
atribulado y confuso.
PETRA
Sí, señora, porque yo 365
que tengo muy malos humos...
CAROLINA
¡Cómo! ¿Te habrás propasado
a decirle algún insulto?
PETRA
Su petulancia...
CAROLINA
En efecto,
hoy ha llegado a lo sumo; 370
pero basta mi castigo
sin necesidad del tuyo.
PETRA
Pero si...
CAROLINA
No se me ocultan
sus defectos, pero es mucho
lo que me quiere.
PETRA
No
375
pero hace cuatro minutos
que afirmaba lo contrario.
CAROLINA
¿De veras? ¡Triste recurso!
PETRA
Ayer la amaba, me ha dicho,
mas hoy que tengo mi triunfo 380
asegurado...
CAROLINA
¡Infeliz!
PETRA
La miro ya con disgusto.
CAROLINA

 (Riéndose.) 

¿Eso ha dicho?
PETRA
Y al menor
pretexto...
CAROLINA
Acaba.
PETRA
Renuncio
a su mano.
CAROLINA
(Otra le queda.)
385
PETRA
Y acto continuo se puso
a requebrarme.
CAROLINA
¡Eso más!
PETRA
Y el libertino, perjuro
me quiso dar un abrazo.
CAROLINA
¿Tan desesperado estuvo? 390
PETRA
Poco a poco. No estoy yo
tan de sobra en este mundo,
que sólo un desesperado
se enamore de mi busto.
CAROLINA
¡Lindo despique!
PETRA
Mas yo
395
rechacé su ataque brusco;
que mi honor y mi lealtad...
CAROLINA
Laudable ha sido tu escrúpulo;
pero es singular capricho
desahogar así su orgullo 400
un amante desdeñado.
PETRA
¿Desdeñado? Me confundo
de oír a usted. Pues ¡si dijo...!
CAROLINA
¡Qué pobre hombre! Ya presumo
lo que habrá dicho. Que estoy 405
muerta por él. No le culpo,
que confesar su derrota
un andaluz, es muy duro.
PETRA
(¿Quién mentirá de los dos?)
Pues juraría...
CAROLINA
A otro asunto.
410
Llama a Ortiz, que es hora ya
de dar lección de dibujo.


Escena VIII

 

CAROLINA.

 
¡Cortejar a mi doncella
un elegante tan pulcro!
¿Si pensará darme celos 415
con expediente tan chusco?
Antes celebro que tome
en su venganza ese rumbo,
porque quemar sus cortijos
y arrojarse en lo profundo 420
del canal... ¡Jesús! Yo tengo
mucho miedo a los difuntos.

  —441→  

Escena IX

 

CAROLINA. ORTIZ.

 
ORTIZ

 (A la puerta.) 

Señorita, yo...
CAROLINA
Entre usted,
y déjese de etiquetas.

 (Entra ORTIZ.) 

Sabe usted que en esta casa 425
como amigo se le aprecia.
ORTIZ
Mi gratitud...
CAROLINA
Y ahora mismo
le voy a dar una prueba
de amistosa confianza.
ORTIZ
Gracias. (¡Qué amable y qué bella!) 430
CAROLINA
Usted sabrá, porque nadie
lo ignora ya, que me obsequia
ese joven andaluz...
ORTIZ
(¡Ah!...) Sí, don Pedro Marchena.
CAROLINA
Hoy, cediendo a su porfía, 435
le di mi álbum...

 (Va a tomarlo.) 

ORTIZ
(¡Ahora es ella!)
CAROLINA
Para que escribiera en él
unos versitos...
ORTIZ
(¡Mi décima!)
CAROLINA
(Hojeando el álbum.)
No los encuentro.
ORTIZ
(¡Qué burla
440
va a hacer de ellos tan sangrienta!)
CAROLINA
Aquí están. Ya verá usted
¡qué bonitos!
ORTIZ
(¿Se chancea?)
CAROLINA
Léalos usted. ¡Qué gracia!
¡Qué pasión!
ORTIZ

 (Tomando el álbum.) 

(¡Habla de veras!)
445
Veamos.

 (Hace como que lee.) 

(¡Necio de mí
que la creí más discreta
que vana! ¡Necio mil veces!
¿Cuándo una mujer desprecia
al que la adula, aunque diga 450
más borricadas que letras?
¡Y yo me mordí las uñas,
mal contento de mi vena,
buscando giros poéticos
por cima de las estrellas!) 455
CAROLINA
¿Qué tal?
ORTIZ
Mi voto es inútil.

 (Pone el álbum donde estaba.) 

CAROLINA
No.
ORTIZ
Cuando usted los celebra...
CAROLINA
Sin embargo, diga usted
su opinión.
ORTIZ
Si usted se empeña,
digo que usted los merece 460
mejores.
CAROLINA
Pero bien se echa
de ver que los ha dictado
el corazón.
ORTIZ
Sí, a la legua
se conoce... (¡Qué suplicio!)
CAROLINA
Y que los hizo el poeta 465
con profundo sentimiento...
ORTIZ
Sí, señora. (¡En eso acierta!)
CAROLINA
¡Es tanto lo que me quiere!...
Y él tiene excelentes prendas;
¿verdad?
ORTIZ
No sé. No le trato...
470
CAROLINA
Muy caballero. Algo peca
de fanfarrón...
ORTIZ

 (Con viveza.) 

Y pedante,
y hablador de cuatro suelas,
y embustero...
CAROLINA
¡Alto! ¿De dónde
sabe usted esas lindezas 475
si no le trata?
ORTIZ

 (Turbado.) 

Es verdad...,
pero es una consecuencia
que yo saco, una...
CAROLINA
Mi tía
está empeñada en que él sea
mi marido, y sus razones 480
no dejan de hacerme fuerza
pero yo no sé qué hacer,
porque... Usted ¿qué me aconseja?
ORTIZ
(¡No puedo más!) Señorita,
tengo yo poca experiencia 485
para dar consejos.
CAROLINA
(¡Calle!
Se ha picado. ¡Bueno fuera
que él también!) Veo lo poco
que usted por mí se interesa.
ORTIZ
¡Yo, Carolina!
CAROLINA
¡Es mi amigo,
490
es mi maestro y me niega
un consejo!
ORTIZ
Es que me expongo
a errar... En tales materias
yo sólo consultaría
al corazón. Si ya reina 495
en el de usted ese... joven,
es excusada molestia...
CAROLINA
El caso es que... yo no le amo
todavía.
ORTIZ
(¡Ay Dios!...)
CAROLINA
(¡Se alegra!)
ORTIZ
Entonces, no hay sino dar 500
tiempo al tiempo...
CAROLINA
Sí; no hay priesa.
Otros hombres hay...
ORTIZ
Dichoso
mil veces el que merezca...
CAROLINA
Demos lección de dibujo.
ORTIZ
Bien.
CAROLINA
Aquí está la cartera.
505

 (Se sientan junto a la mesa, uno enfrente de otro, y CAROLINA saca estampas, lapiceros, etc.) 

—442→
Vea usted.

 (Le da un dibujo.) 

ORTIZ
¡Hola! ¡Ya está
concluida la cabeza
de Diana!
CAROLINA
Sí, señor;
hoy acabé mi tarea;
mas dudo haber acertado... 510
ORTIZ
No hay motivo. Usted progresa
visiblemente. Con todo,
hay que hacer unas ligeras
correcciones...

 (Borra o dibuja durante el diálogo, mirando de cuando en cuando a CAROLINA como a hurtadillas.) 

CAROLINA
Sin reparo.
El asunto es que yo aprenda. 515
ORTIZ
Más sombra en esta mejilla.
Más arqueadas las cejas
CAROLINA
(¡Cómo me mira!)
ORTIZ
Esta boca
debe estar menos abierta.
No ha de sonreír Diana 520
como Venus Citerea.
CAROLINA
Pero ¿a qué mirarme tanto?
¿Está en mi cara la muestra?
ORTIZ
Es para advertir a usted...
La mirada más serena, 525
menos blanda...
CAROLINA
Por lo visto,
mucha ha sido mi torpeza.
¿Tanto había que enmendar?
ORTIZ
Porque quede más perfecta
la figura...
CAROLINA
(Mi maestro
530
tiene hoy muy poca indulgencia.)

 (Mirando el dibujo desde su asiento.) 

¿También la nariz?
ORTIZ
Un toque
no más... (¡La mano me tiembla!)
CAROLINA
Como está al reyes la estampa...
Permita usted que la vea 535
de frente.

 (Se levanta y, puesta al lado de ORTIZ, mira el dibujo.) 

¡Cuánto ha variado
ese rostro! Ya ¿qué queda
de lo que yo dibujé?
¡Si se salvan las orejas
será milagro!
ORTIZ
Al instante
540
concluyo.
CAROLINA
Pero ¿usted piensa
lo que está haciendo? ¡Esos ojos,
sino es que el espejo mienta,
son los míos!
ORTIZ

 (Turbado.) 

No por cierto.
Es fácil que se parezcan; 545
pero yo... cuando...
CAROLINA
Esa boca...
No. La mía es más pequeña.
Pero...
ORTIZ
No está concluida.
CAROLINA
Y la nariz, y las cejas...
¡Usted me está retratando! 550
ORTIZ
(¡Se enoja!) No fue mi idea...
CAROLINA
No, no hay que negarlo. Usted
me retrata, ¡y a sabiendas!
ORTIZ
¿No ve usted que es imposible
aun a la mano más diestra 555
copiar tantos atractivos?
CAROLINA
¡Oiga! También lisonjeras
adulaciones?
ORTIZ
Señora,
una deidad está exenta
de adulación.
CAROLINA
¿Cómo...? ¡Ah! Ya
560
comprendo. Según las señas,
usted habla de la diosa
Diana.
ORTIZ
¡Y qué! ¿no pudiera,
por ventura hablar de usted?
CAROLINA
Pero, en resumidas cuentas, 565
¿qué tengo yo de común
con Diana?
ORTIZ
Su belleza,
su radiante majestad,
su...
CAROLINA
¡Para que yo lo crea!
Y es que... cuanto más la miro... 570
La semejanza es completa.
¡Soy yo!
ORTIZ
¡Si digo...!
CAROLINA
Negarlo
es segunda impertinencia.
ORTIZ
Casualidad habrá sido,
que sólo de una manera 575
es posible retratar
a criatura tan bella.
CAROLINA
¡Calle! Algún secreto... ¿Y cómo?,
¿cómo?
ORTIZ
Grabándola eterna
en el corazón.
CAROLINA

 (Airada.) 

¡Ortiz!
580
¿Qué temeraria insolencia
es la de usted?
ORTIZ

 (Se levanta confuso y atribulado dejando caer la cartera.) 

¡Carolina!
Yo... si... Mi labio no acierta...
CAROLINA
Pero mejor es reírme,
porque es cómica la escena. 585

 (Observando la consternación de ORTIZ suelta la carcajada.) 

ORTIZ

 (En actitud suplicante.) 

¡Perdón!...
CAROLINA
No sea usted bobo,
y recoja esa cartera.

 (Vase riendo.) 


  —443→  

Escena X

 

ORTIZ.

 

 (Tirándose del pelo.) 

¡Maldito!... ¿Por qué la quiero?
¡Con mi humillación se engríe
y como una loca ríe 590
cuando yo me desespero!
¿Qué puede ya darle pena,
si cuando ve a un infelice
morir a sus plantas dice
que es muy cómica la escena? 595
Para que ese corazón
la piedad llegue a mover
será acaso menester
que me den la extremaunción.
¡Figura bien triste y rara 600
sin duda ha sido esta vez
la mía! La estupidez
se habrá pintado en mi cara.
¡Oh! En vano amor me sujeta.
Huyamos de esta mansión. 605
No quiero ser el bufón
de una frívola coqueta.

 (Va a salir y, oyendo a CAROLINA, se detiene.) 



Escena XI

 

CAROLINA. ORTIZ.

 
CAROLINA
¿Adónde va tan de prisa
Ortiz?
ORTIZ
¿Qué sé yo? Al infierno
me iría yo...
CAROLINA
¡Dios eterno!
610
ORTIZ
Que allí no tienta la risa.
CAROLINA
¿Cómo! Mi risa chancera
¿le ha picado a usted?
ORTIZ
No sé,
mas me voy de aquí...
CAROLINA
¿Por qué?
No sea usted calavera. 615
Si yo me enojé primero
y si después me reí,
fue porque no comprendí
el sentido verdadero...
Veo que es característico 620
de un pintor el entusiasmo,
y no merece un sarcasmo
tan bello arrebato artístico.
ORTIZ
¡Oh! Mi arrebato...
CAROLINA

 (Interrumpiéndole.) 

No pasa
de lo honesto y de lo justo. 625
ORTIZ
Pero...
CAROLINA
Bien, bien... No es mi gusto
que se vaya usted de casa.
ORTIZ
No hay voluntad que resista
a la de usted, pero...
CAROLINA
¡Dale!
No hay orgullo que se iguale 630
al orgullo de un artista.
ORTIZ
¿Ni el de usted?
CAROLINA
Si yo soy vana,
en mí no estará el error.
ORTIZ
Pues ¿en quién?
CAROLINA
En el pintor
que me comparó a Diana. 635
ORTIZ
Es que veo en todas partes
el tipo...
CAROLINA
Es cosa notoria.
ORTIZ
La imagen...
CAROLINA
Sí, de la gloria.
ORTIZ
La perfección...
CAROLINA
De las artes.
ORTIZ
(Como ella hablaré, a lo místico, 640
porque si otra vez me clavo...)
¿Conque alaba usted...?
CAROLINA
Sí, alabo...
ORTIZ
Mi ardiente entusiasmo... ¿artístico?
CAROLINA
¿No le digo a usted que sí?
Y en prueba de ello, le ordeno 645
que me dibuje algo bueno
en el álbum que está allí.
ORTIZ
(¡Ah!) ¿Firmaré?
CAROLINA
Lo permito.
Abur. ¡Que luzca ese ingenio!
(El pobre es corto de genio, 650
y hay que animarle un poquito.)


Escena XII

 

ORTIZ.

 

 (Siguiéndola con la vista.) 

Si otra Circe enredadora,
si diablo, más que mujer,
no eres tú, a todo correr
se acerca tu cuarto de hora. 655



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