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Una pequeña muestra de estas actividades puede verse en la selección de referencias recogidas en la Bibliografía final.
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Una primera aproximación a estos temas ya fue presentada en el Simposio «Migraciones y exilios en la Ciencia española (siglos XIX y XX)», celebrado en el marco del X Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, Badajoz, septiembre de 2008.
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Debemos agradecer a la familia de Julio Palacios las facilidades prestadas para la consulta de esta documentación.
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Actualmente en el «Archivo Manuel Tagüeña Lacorte», depositado por la familia en la Fundación «Pablo Iglesias». Desde aquí debe agradecerse la colaboración del Prof. Miguel A. Villanueva Valdés, que puso a nuestra disposición copias de estas cartas.
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Utilizamos la edición de Testimonio de dos guerras reeditada en 2005 en Barcelona por Planeta. Terminadas en abril de 1969, las dos primeras ediciones de estas Memorias se publicaron por primera vez en México en 1971 y 1972 (Editorial Oasis). La primera edición española, en la Colección «Espejo de España», tendría que esperar a 1978 (Editorial Planeta).
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Así, basta leer las memorias de personas tan significativas como Manuel Azaña, Indalecio Prieto, etc., para ser testigos de verdaderos mea culpa parciales en la que fue nuestra locura colectiva de 1936. Entre los formalmente «vencedores», sin embargo, no proliferaron demasiados «descargos de conciencia», y los que se dieron tuvieron lugar tras la muerte de Franco y la llegada de la Democracia, siendo el de LAÍN (1976) el caso paradigmático.
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Estas pinceladas biográficas de Julio Palacios se han elaborado a partir de los trabajos de GONZÁLEZ DE POSADA (1994, 2005 y 2008) citados en la bibliografía.
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Copia de la carta enviada. Archivo Julio Palacios. Caja DI3, Carpeta «Cartas A-M, Ibáñez». Esta carta la dimos a conocer por primera vez en GONZÁLEZ REDONDO (2002).
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AGA, Sección Educación, Legajo 32-15052.
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Como parece natural, estas consideraciones biográficas de Tagüeña se han elaborado a partir de sus Memorias y las escritas por su esposa, Carmen Parga.