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ArribaAbajoEl pequeño corneta Ávila

Así como hemos sacado del olvido al héroe osornino de la Esmeralda, Florencio Ascencio Álvarez, tendremos también el placer de enaltecer la memoria de un niño, hijo de Osorno, que se agigantó en uno de los hechos más gloriosos de la guerra de 1879: el pequeño corneta Ávila, de once años de edad, héroe del combate de Sangra.

¿Cuál era su nombre completo, y cuáles fueron sus padres? Aún no lo sabemos. Sólo lo llamaremos, por ahora «el corneta Ávila».

Este glorioso hecho de armas, ocurrido el 26 de junio de 1881, tuvo por escenario la hacienda denominada Sangra, próxima al pueblo de Cuevas, en el territorio de Canta, en el Perú.

Para proteger el regreso de la expedición del Comandante don Ambrosio Letelier, que volvía de la sierra, se envió al lugar antes mencionado a una Compañía del Buin comandada por el Capitán don José Luis Araneda.

Como el villorrio de Cuevas ofreciera pocas comodidades para instalar a sus 78 hombres, se instaló en la hacienda, bajo su propia dirección.

A la 1 de la tarde del 26 de junio, tropas y montoneros peruanos, en número de 3000 hombres, atacaron simultáneamente a los tres grupos chilenos.

El de Sangra, que inició el combate con 35 hombres, pues el resto también se había alejado, quedó reducido después de seis horas de lucha, a sólo diez en pie.

Como a las dos de la madrugada, viendo los peruanos que era imposible reducir a este grupo de leones, y temerosos de la llegada de refuerzos chilenos, abandonaron el campo después de trece horas de combate.

La respuesta a la rendición solicitada por el coronel peruano Vento, una hora después de iniciada la lucha, fue contestada por el pequeño Ávila con el toque de «calacuerda», o «a degüello».

El General don Indalicio Téllez, en su obra Epopeyas chilenas, página 147, dice:

«El personal de tropa estaba constituido, en su mayor parte, por mozos jóvenes y llenos de entusiasmo, formando sólo un contraste por un lado el veterano Oliva, fundador del Regimiento, y por otro, el muchacho de once años, corneta de la Compañía, apellidado Ávila. A este muchacho, que dio en el glorioso episodio de Sangra la nota más hermosa, Osorno, su tierra de origen, le debe un monumento».



El mismo autor, en su Historia Militar de Chile (Tomo II, página 353), agrega:

«Si de alguien hubiera de hacerse mención especial, sería del Sargento Olave, del más viejo pero, a la vez, del más alentado de los defensores; y al lado de él formando un bello contraste, del pequeño corneta Ávila, cuyo brillante comportamiento servirá siempre de ejemplo a la juventud chilena».






ArribaAbajoReligión

Con respecto al edificio de la Iglesia Parroquial de Osorno, recordaremos que fue gravemente deteriorado por el terremoto del año 1837, que desplomó a trechos sus murallas desligó su trabazón y echó a tierra el frontispicio, las dos torres que lo adornaban, y parte del techo. (Salvador Sanfuentes.- Memoria de 14 de mayo de 1846).

Astaburuaga, en su Diccionario Geográfico, hace la siguiente descripción:

«En el centro (de Osorno) queda su plaza principal en cuyo lado oriental se halla la iglesia parroquial sobre el mismo sitio de la primitiva que se destinó a servir de catedral al tiempo de la primera fundación de esta ciudad. Se ha edificado bajo el mismo plan de la antigua, con dos torres y tres naves divididas por gruesas columnas cuadradas todas, igualmente que las murallas, de una piedra arenisca compacta llamada cancagua, empleándose en su mayor parte los propios materiales que sirvieron para aquella iglesia, y de la cual se preserva la primera pila bautismal, hecha también de un trozo de dicha piedra».



En 1857, dice Pérez Rosales en su obra Essai sur le Chili, publicada en Europa:

«Osorno no tiene de notable sino su iglesia parroquial, de piedra de sillería, y el gran colegio de misioneros, que se ha embellecido dejando al descubierto los maderos más sorprendentes por su largo que hayan podido proporcionar los vastos bosques de los alrededores del Rahue».



Las reparaciones que se le hicieron a la iglesia de Osorno después del año 37, no fueron tan definitivas que evitaran a la vuelta de los años su ruina casi completa, y así vemos cómo el primer periódico de esta ciudad, en su número de 28 de agosto de 1880, pidiera su demolición, agregando:

«Se le guarda como monumento histórico. Pues, reedifíquesele». (El Correo, N.º: 21).



Lo que no hizo la mano del hombre, lo realizó el incendio del 11 de mayo de 1885, que destruyó la iglesia parroquial.

Los obreros del contratista señor Wiederbol, que removían los escombros, descubrieron entre ellos la inscripción que tuvo la Iglesia de la ciudad antigua en 1577 y de la cual hemos hablado en la Repoblación.

En Decretos y otras piezas sobre Instrucción Pública, de diciembre de 1885, leemos lo siguiente:

«Esta piedra, que mide unos cincuenta centímetros de largo por unos treinta de ancho y tres de grueso, está por desgracia quebrada en el medio, faltándole un pedazo por la parte superior que impide en parte leer la inscripción para el que no la conoce, al otro lado, o sea en el reverso, se lee esta otra inscripción, aun no conocida en la historia:

«ESTA PIA SE ENCONTRÓ EL DIA DO DE E 1796».



Junto a este testigo de la fundación de la vieja Osorno, fue encontrada la piedra que se colocó al bendecir la iglesia parroquial de la ciudad repoblada, en cuyos fragmentos se leía esto:

«IENDO SVM. PONT PIO VI

REINANDO CA LOS IV I GOVE

NANDO ESTE REINO EL EXMO. SOR.

BAR ERARI Q. N. VINO

EPOBLAR ESTA CIVDAD

OBISPO DE ESTA DIO

D. D. TOMAS DE (Roa y Alarcón)

BENDIJO ESTA IGLA.

PATO. Sn MATEO.

RERO 1796».



Lamentaba la relación transcrita la indolencia municipal al no obtener estos recuerdos históricos que debieran conservar como verdaderas reliquias.

El 25 de diciembre de 1888 la colocación de una primera piedra vino a marcar el comienzo de la construcción de la iglesia de una torre, que un nuevo incendio destruiría en el siglo siguiente.

Con respecto al credo protestante, debemos recordar que los colonos alemanes fundaron su Iglesia el 22 de marzo de 1863.

Los Padres Franciscanos, que volvieron a establecer su convento poco después de la repoblación de la ciudad, fundaron en ella a mediados del siglo XIX, un colegio que fue designado con el nombre de Hospicio Franciscano.

Desgraciadamente, la obra de muchos años se vio destruida en forma repentina por el incendio del 14 de diciembre de 1896. Si lamentable fue la pérdida de edificios e instalaciones, no menos sensible fue el desaparecimiento del valioso archivo y biblioteca que, junto con el que se perdió en el incendio de la Gobernación y Municipalidad, en 1864, hubiera dado inapreciables datos para la historia de la ciudad de Osorno.




ArribaAbajoInquietud política

Una serie de sucesos, unos de carácter político y otros de índole privada, mantuvo durante un período de diez años, más o menos, a los habitantes de Osorno en un clima de completa intranquilidad, y ello se debió, en gran parte, a que los acontecimientos precursores de la Revolución del 91 también se fueron sucediendo en pequeño en esta ciudad.

Hasta junio de 1889, y desde fines de 1870, don Carlos Guillermo Fuchslocher había dirigido patriarcalmente los destinos del departamento desde su cargo de Gobernador. Lo reemplazó don Agustín Nebel.

Las elecciones municipales del 85 habían exaltado al cargo de regidor de la Corporación edilicia a un joven y fogoso abogado y periodista: don Fernando Cañas Letelier que, al año siguiente, compraba al propietario de El Damas, don Antonio Mancilla, este periódico.

Desde esta doble cátedra, el Municipio y la prensa, el señor Cañas inició una fiscalización que, a corto plazo, le produjo algunos sinsabores.

A principios de 1890 llegó a desempeñar las funciones de Juez de Letras don Manuel Rodríguez Baltra, que debió intervenir, desde el mes de mayo, en la aclaración de sucesos desgraciados en que se vio envuelto un grupo de alumnos del Liceo recientemente fundado. Ciertas medidas drásticas tomadas por el Juez lo enemistaron con los padres y amigos de éstos. Durante el desarrollo de las fiestas patrias de ese año el Juez fue víctima de un asaltante desconocido que lo dejó con un maxilar roto.

A corto plazo vio el Juez Rodríguez Baltra que el mejor temperamento que podía tomar era el de irse de Osorno, lo que en realidad hizo a fines del año 90. El líder de toda esa campaña había sido don Fernando Cañas Letelier.

El 9 de enero del 91 se publicó en Osorno el bando por el cual Balmaceda anunciaba que había asumido todo el poder.

El triunfo de la Revolución se tradujo en una asonada popular, el 31 de agosto, cuyos primeros estragos se manifestaron con la destrucción de las instalaciones del periódico El Damas. El Gobernador Nebel fue depuesto y, en su reemplazo, los exaltados osorninos colocaron, de facto, al Alcalde, don Hermógenes Rosas, autoridad que se mantuvo en el cargo hasta el mes de octubre, en que asumió esas funciones don Francisco Vial Vargas.

El 8 de octubre del mismo año se constituyó una comisión de Alcaldes que estaba integrada por el Gobernador interino, don Hermógenes Rosas, y los Alcaldes don Fernando Matthei y don Guillermo Schenke.

El Gobernador hizo apresar al Tesorero Municipal, don Mateo Robles Burgos, que, al mismo tiempo, desempeñaba las funciones de Oficial del Registro Civil, considerándolo como reo público e inculpándolo de haber servido de agente a la dictadura de Balmaceda, y se aprestó para remitirlo a Santiago.

En 1892 las actuaciones del nuevo Juez Letrado, don Abelardo Contreras, secundado por el Promotor Fiscal, don Dionisio Mora Saldías, contribuyeron a intranquilizar aún más el ánimo de un sector de los habitantes, situación irregular que se fue complicando de tal modo, que culminó con hechos bochornosos el 10 de noviembre de 1894.




ArribaAbajoSucesos del 10 de noviembre de 1894

Poco antes de las elecciones municipales del 4 de marzo de ese año, se fundó en Osorno el Partido Radical, cuyo «padre» fue el Promotor Fiscal, obra en la que también participó activamente el encargado de la hijuelación de los terrenos fiscales, don Santiago Muñoz.

Efectuadas dichas elecciones, resultaron elegidos regidores dos miembros del nuevo partido, los señores Fernando Matthei y Ricardo Piwonka que, en unión de tres liberales, formaron la mayoría municipal que llevó a la Alcaldía al señor Matthei. Pero ciertas dificultades nacidas entre ellos, hicieron que dos de los regidores liberales, don Germán Bueno y don Felizardo Asenjo, se unieran a los tres regidores conservadores, señores Samuel Burgos, Abelardo Plaza de los Reyes y Basilio Garay, y al liberal democrático don Uladislao Montecinos, los que formaron una nueva combinación de mayoría, que llevó al cargo de 1er. Alcalde a don Germán Bueno.

Y aquí comienzan las dificultades mayores que terminaron en asonada pública. El nuevo 1er. Alcalde quiso iniciar de inmediato las funciones de su cargo y, como no lo obtuviera, lo asumió de hecho y procedió, entre otras medidas, a nombrar comandante de la Policía a don Leopoldo Montalva, en reemplazo de don Carlos Viertel. Este no entregó el cuartel y, en cambio, denunció al Juzgado a Bueno y Montalva por la rebelión que habían pretendido producir en la policía y por preparar atentados contra las autoridades. Montalva fue apresado y el nuevo Alcalde tuvo que encerrarse en su casa, procediendo a nombrar nuevo comandante a don Ramón Plaza de los Reyes.

El día 10 de noviembre centenares de jinetes y gente a pie, partidarios de los apresados, se dirigieron a libertar a los prisioneros, lo que, por supuesto, consiguieron sin mayor dificultad. En seguida apresaron al Juez Contreras y al Promotor Fiscal Mora, a quienes, en el vaporcito Osorno, deportaron en dirección a Trumao.

Los funcionarios expulsados comunicaron al Gobierno, desde La Unión, la situación que se les había producido, haciéndose necesaria la presencia de un escuadrón de granaderos de Temuco para que el Juez pudiera reintegrarse a sus funciones.

Un Ministro de la Corte de Apelaciones de Concepción, don Emiliano Fuentes Ríos, fue encargado para instruir el sumario de rigor, procediéndose de inmediato a la aprehensión de numerosas personas, a las cuales se las sindicaba como promotoras del motín.

Estos sucesos trajeron otras consecuencias dolorosas: el 2 de enero del año siguiente, la casa de uno de los regidores radicales, don Ricardo Piwonka, fue presa de las llamas, incendio provocado intencionalmente, según sus partidarios.

El Juez Contreras no se vio libre de las persecuciones de sus enemigos políticos, y el sábado 5 de junio de 1897, mientras se dirigía, en compañía del Secretario judicial, don Vicente Montecinos, a efectuar la visita de cárcel, una bala de carabina salida de no se supo dónde, ocasionó la muerte de este funcionario, al que le tocó la desgracia de actuar en Osorno en un período lleno de pasiones políticas y odiosidades.

Tanto exaltaron los ánimos los lamentables sucesos del 10 de noviembre de 1894, que ambos bandos se esforzaron por justificarse ante la opinión del país. Fruto de este deseo fueron dos folletos, el primero de los cuales llevó por título Detalles completos de los sucesos de Osorno, de Honorio Ojeda (Biblioteca Nacional, 986-41, p. 3). Ojeda era Sub-Director de la Escuela Superior N.º: 1, pero hubo gente que creyó que el verdadero autor del impreso fue el Promotor Fiscal, don Dionisio Mora.

Para refutar lo expuesto en el folleto antes mencionado, un señor, que firmó con el seudónimo de Gil de Veras, escribió Los Incendiarios, o sea narración completa de los sucesos de Osorno (Biblioteca Nacional, 11-979, a 24).

Entre los nombres que más se destacaron, en relación con estos sucesos, aparte de los Alcaldes y regidores, figuraron los del cura, Don Francisco Bolhe, y de los señores Fernando Cañas Letelier, Alfredo Vásquez (suegro del anterior), Clodomiro Wevar y Emilio y Florentino Schilling.

Todas estas discordias entre autoridades repercutieron dolorosamente sobre los servicios locales. Como la situación irregular se prolongó durante los años 94, 95 y 96, y nuevamente el año 1897, con motivo de la instalación del nuevo Municipio, la ciudad careció hasta de alumbrado público, pues no había dinero en Caja para costearlo. A fines de 1894 había sido destituido el Tesorero Municipal, el que se negó durante largo tiempo a entregar la oficina y los libros, lo que hizo imposible el cobro de las contribuciones.

Las autoridades se desconocían entre sí: el Gobernador no reconocía al Alcalde constituido, el Juez anulaba la autoridad municipal, de modo que ésta no contaba ni con fuerza pública para hacer cumplir sus resoluciones, ya que la tropa de línea, que permaneció por largo tiempo en Osorno, no acataba sino la autoridad del Juez.

Los sueldos eran pagados con préstamos hechos a la Municipalidad por particulares, dineros que pudieron ser devueltos dos o tres años más tarde.

Tal es el cuadro caótico que presentaba la ciudad de Osorno durante los diez últimos años del siglo pasado.




ArribaAbajoFerrocarril de Valdivia a Osorno

Ante todo diremos que este ferrocarril no fue la continuación del que se construía desde Temuco al sur, sino algo completamente independiente a aquél.

Se comenzó la línea de Valdivia a Osorno a principios de 1892, al mismo tiempo que desde Antilhue, al lado norte del río, se siguió avanzando a fin de encontrarse con los que venían desde Temuco. Esta unión se produjo el sábado 3 de diciembre de 1905, entre las estaciones de Loncoche y Ciruelos.

Pero, aunque el tren con pasajeros del norte llegó a Osorno el 21 de diciembre del mismo año, no fue posible efectuar el viaje directo a Santiago sino algún tiempo después de la inauguración del puente ferroviario del río Calle-Calle, la que se llevó a efecto el 11 de abril de 1906 y dio motivo para grandes festejos, en los cuales participaron ministros de Estado, diplomáticos y altos funcionarios. Dichas fiestas terminaron en la ciudad de Osorno, donde se ofreció un gran banquete a la comitiva en los comedores del Club Alemán.

Los viajes directos a la Capital se iniciaron el 22 de marzo de 1907. Los trenes procedentes de Santiago salían a las 6 p. m. y llegaban a Osorno a las 6:30 p. m. del día siguiente. Como dato curioso recordaremos el valor de los pasajes: 1.ª clase, $33; 2.ª clase, $24.95; y 3.ª, $15.35.

Durante la construcción de la línea de Valdivia a Osorno, el trazado completo se dividió en tres secciones: de Valdivia a Pichi-Ropulli, de este punto a La Unión, y la última hasta Osorno.

En el sector de La Unión a nuestra ciudad, de una longitud de 45 kilómetros, trabajó con toda actividad el empresario, o contratista, don Manuel Ossa, asesorado por el ciudadano corso don Francisco Negroni, caballero este último que había trabajado anteriormente en el Canal de Panamá, que construyó el ferrocarril de Los Vilos y empezó el de Talca a Constitución.

El primer tren llegó a Osorno el 21 de diciembre de 1895.

En 1896 se acuñó una medalla conmemorativa de la construcción de este ferrocarril, de la cual acompañamos una reproducción fotográfica.

Sus características, que copiamos del libro Las medallas chilenas, de don José Toribio Medina, eran las siguientes:

«Leyenda circular: 'Ferrocarril de Valdivia a Osorno 1892-1896'. En el campo, vista de una locomotora con su ténder en marcha. Entre las dos líneas, en latín: 'Acti laboris jucundi Labore et honore'. Debajo de esta última: 'Chile'. Reverso.- Arriba, una estrella radiante; en el campo dos compases invertidos, sobre los cuales se ve un manómetro. Leyenda circular en dos líneas: 'A LOS COOPERADORES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL PRIMER F. C. EN LAS REGIONES AUSTRALES'.

Módulo, 34 milímetros.- Cobre.- Lámina XXX, N.º: 2».



Debemos hacer notar que en esta descripción el señor Medina sufrió una paralogización, al colocar la estrella arriba y los compases invertidos.

Algún tiempo más tarde, en noviembre de 1899, y cuando todas las instalaciones del ferrocarril estuvieron terminadas, la empresa constructora ofreció un viaje gratis a todos los osorninos que quisieran alcanzar en tren a Valdivia, «como un recuerdo de la inauguración de la línea», según decía El Liberal, de fecha 25 de noviembre de aquel año.

Por Decreto Supremo de 14 de abril de 1902 se ordenó que la Dirección de los Ferrocarriles del Estado se hiciera cargo, a contar del 15 de mayo, de la administración de la línea de Valdivia a Osorno, incorporándola al servicio general del ramo. (Boletín de Leyes y Decretos del Gobierno).




ArribaAbajoComercio. Agricultura. Industria

De un Informe enviado al Gobierno, con fecha 5 de julio de 1854, tomamos interesantes pormenores sobre las faenas agrícolas en los departamentos de Valdivia, Osorno y La Unión.

«1.º: Siembra por cuadra: 21/2 a 3 fanegas en Valdivia; 1 1/2 a 2 en Osorno; 2 a 2 1/2 en La Unión.

2.º: Cosecha por cada fanega, término medio:

Valdivia: 5 a 6 fanegas.

Osorno: 20 a 25 fanegas.

La Unión: 15 a 20 fanegas.

3.º: Terreno.- Se araba tres veces: primero en octubre, segundo en diciembre y enero, y tercero al sembrar.

4.º: Época de siembras: julio y agosto en Valdivia; interior, abril, mayo y junio; si los tiempos son malos, hasta en los meses antedichos.

5.º: Pago por segar una cuadra cuadrada de trigo: Valdivia, de 20 a $24; Osorno y La Unión, $15.

6.º: Para trillar mil fanegas de trigo se calcula de gastos: $290 en Valdivia; y en los otros departamentos $178.

7.º: Aventar una fanega de trigo: Valdivia, 5 1/2 a 6 centavos; 4 1/2 en los otros.

8.º: El costo que tiene al sembrador una fanega de trigo puesta en su casa se calcula en $2 en Valdivia; 9 reales en Osorno; y 10 en La Unión».



Es interesante dejar constancia de los precios que regían en la misma época con respecto a los animales y principales productos:

Fanega de trigo$2
Fanega de cebada$1
Fanega de maíz$2
Fanega de arvejas$1
Fanega de fréjoles $4
Fanega de papas$1
Bueyes $12
Novillos$10
Vacas $8
Toros$5
Terneros$3
Ovejas$1
Corderos$4
Cerdos$5
Quintal charqui$8
Quintal queso$4
Quintal grasa$12
Quintal mantequilla$16
Quintal sebo$12
Arroba aguardiente$5
Galón chicha$-1/2
Frazadas finas$8
Frazadas ordinarias$3

En aquellos tiempos no había ferias, y los únicos remates que se efectuaban periódicamente eran los de animales aparecidos, en los que figuraban dos personajes típicos: el pregonero y el tambor. Aquél desempeñaba las funciones de nuestros actuales martilleros, siendo reemplazado el martillo por un tambor que tocaba el segundo de los nombrados. En cada remate cada uno de ellos recibía una paga de, más o menos, 75 centavos.

En 1882 ya se notaba un considerable aumento de la producción. He aquí una estadística de aquel año:

Siembra 1881Cosecha 1882
Trigo 9.299 fan. 9 almudes81.475 fan.3 almudes
Centeno34 fan. 9 almudes299 fan.1 almudes
Cebada1.291 fan.3 almudes9.452 fan.3 almudes
Maíz24 fan. -- almudes84 fan.1 almudes
Fréjoles31 fan.8 almudes159 fan. 9 almudes
Arvejas442 fan. 9 almudes 1.828 fan.9 almudes
Papas8.987 fan.11 almudes66.503 fan.5 almudes
Linaza5 fan. 11 almudes27 fan.10 almudes

Lana:1.119 quint.15 libras
Charqui:1.143 quint.
Grasa:472 quint.
Chicha:33.282 arroba
Aguardiente: 14.000 quint.

GANADO Y MÁQUINAS:

Vacuno:8.808
Caballar: 2.481
Ovejuno y Cabrio:16.471
Cerdos:6.667
Colmenas:1.392
Destilaciones:4
Molinos:14
Cervecerías:4
Máquinas aserrar:1
Máquinas de limpiar: 24
Máquinas de trillar:4
Máquinas de Chicha:4
Curtiembres:4

Con respecto a la mecanización en la agricultura, leamos lo que decía el periódico El Damas en su número del 16 de febrero de 1883:

«Trilladoras y segadoras.- Cuatro son las máquinas trilladoras a vapor que funcionan en la actualidad en el departamento, sistema Westinghouse.

Por lo que se ve, nuestro departamento adelanta rápidamente en el ramo de la agricultura pues, a más de estas máquinas, varios agricultores tienen segadoras Champion que las utilizan solamente para sus propias cosechas».



El comercio fue adquiriendo también un desarrollo paulatino en relación con el aumento de la población y mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes. Entre estos establecimientos comerciales, hay que destacar el instalado por don Justo Geisse.

Con respecto a la industria, ya hemos visto en un cuadro anterior que en 1882 había en el departamento de Osorno un regular número de molinos, cervecerías, máquinas de aserrar, fábricas de chichas, curtidurías, etc.

Entre las cervecerías, nombraremos en particular la de don Jorge Aubel, establecida en 1892, y que fue el comienzo del gran establecimiento que pertenece hoy a la Compañía Cervecerías Unidas.

En 1863 se estableció, no precisamente en la ciudad misma de Osorno, sino cerca de ella, una novedosa industria. Por Decreto de 6 de mayo de dicho año, se otorgó a don Jorge Buschmann privilegio exclusivo para fabricar vidrios, cristales, botellas, frascos, etc., una industria no conocida aún en el país.

El incremento de los negocios hizo necesario el establecimiento de instituciones bancarias, y fue así como el 1º de mayo de 1888 el Banco Nacional de Chile (hoy de Chile) abrió una oficina en Osorno.

Los hijos de este pueblo, empapados de un regionalismo que se ha acrecentado enormemente con los años, trataron, desde 1897, de establecer su Banco Regional de Osorno y La Unión, pero sus propósitos se vieron realizados sólo algunos años más tarde.




ArribaAbajoCaminos

Ya desde mediados del siglo pasado, y con el despertar que trajo a toda clase de actividades la colonización, el Gobierno acordó mejorar considerablemente los caminos, haciéndolos «carriles», como se decía en esos tiempos, es decir aptos para el tránsito de vehículos.

En 1854, y bajo la dirección de don Guillermo Frick, se construyó un nuevo camino entre Valdivia y La Unión, que evitó las cuestas de Purahuedehue, Angachilla y Pichi, lo mismo que el tradicional balseadero del río Angachilla.

Junto con la modernización de los caminos, también se innovó en los elementos empleados en el trabajo. Hasta entonces para el transporte de tierras sólo se empleaba angarillas, siendo éstas reemplazadas posteriormente por carretillas de mano, cuyo uso costó introducir entre los rutinarios trabajadores. Esto nos hace recordar los tiempos de la repoblación de Osorno, cuando Mackenna debió insistir para que los obreros agrícolas emplearan el arado.

Con respecto al camino de Osorno a Puerto Octay, diremos que, en 1851, el Agente de Colonización, don Vicente Pérez Rosales, comisionó al agrimensor don Francisco Geisse para abrir un sendero entre estos dos puntos.

Al año siguiente, y por Decreto de 12 de febrero, se ordenó construir el camino definitivo, actuando en su realización las mismas personas que hemos nombrado en el párrafo anterior.

Según el presupuesto presentado por Geisse, el costo de esta obra ascendía a $3.900. El camino tenía una longitud de 48.804 metros, de los cuales 151 correspondían a los puentes.

Es curioso recordar la forma minuciosa como don Francisco Geisse hizo el cálculo del presupuesto: tomó veinte trabajadores, y, ocupando cuatro yuntas de bueyes, hizo diferentes ensayos que le permitieron deducir el costo de la obra total.

Al mismo tiempo que se construyó el camino a Puerto Octay, se hizo el que comunicó el seno de Reloncaví con la parte sur del lago Llanquihue, de modo que cuando en 1858 la Pacific Steam Navigation Company estableció un servicio de vapores de Valparaíso a Ancud, recorrido que se hacía en seis días, el camino recién construido prestó valiosos servicios a los habitantes del sur del lago.

Sin embargo, no debemos imaginarnos que el viaje por los caminos de esta región fuera una delicia en los años siguientes a su construcción.

El ingeniero don Enrique Concha y Toro, miembro de la comisión que presidía Amado Pissis en el levantamiento del plano topográfico del territorio de la República, describía así, en 1869, el camino de Osorno al sur:

«Desde Osorno el camino se hace muy dificultoso para el sur hasta llegar a Cancura, a orillas del Rahue, como a 27 kilómetros de Osorno; y siguiendo más al sur todavía, el camino se convierte en un sendero entre montes, que nos lleva a Puerto Octay, extremidad norte del lago de Llanquihue, el cual dista 30 kilómetros de Cancura y setenta al sur de la ciudad de Osorno. Desde el puerto, continúa un sendero rodeando el lago Llanquihue hasta su extremidad sur, denominada Puerto Varas, desde donde parte un excelente camino que sigue para el sur hasta Puerto Montt, distante de cinco leguas del lago de Llanquihue».



Con respecto al camino a Valdivia, decía:

«Para hacer ver la urgencia que demanda la construcción o reparación de este camino, basta ver que en el día todos los productos de Osorno se llevan primeramente a La Unión (10 leguas de distancia), para lo cual se pasa el río Bueno, embarcando no sólo las mercaderías sino también los carretones; de La Unión se les transporta 10 leguas más al norte hasta Futa, por un camino lleno de cuestas; en seguida se embarcan estos productos con mucha facilidad y se remiten por el Futa hasta el puerto de Corral». (Anales de la Universidad.- 1869, página 147).








ArribaAbajoCuarta parte

La luz (1900-1946)



ArribaAbajoLlega el siglo de la luz: El siglo XX

Los pueblos recogieron esos rayos, unos más, otros menos. Osorno fue de los primeros.

Al principio con paso lento, después progresivamente acelerado, los osorninos fueron aprisionando con mano febril todos los progresos que se advertían en las labores del campo, en la industria, en el saber, en la comodidad del hogar.

La electricidad sacó de la penumbra sus tranquilas calles y llenó de alegría sus mansiones, hizo oír, por medio del teléfono, la voz humana a distancias increíbles, y el cine vino a alterar la monotonía de sus funciones teatrales.

El agua potable circuló por sus calles dentro de tuberías que semejaron enormes arterias, que llevaron a todo un cuerpo la frescura, junto con el bienestar.

De sus calles fueron desapareciendo los lodazales, hasta convertirse en lo que son hoy: avenidas hermosas que invitan a pasear.

La humilde y lenta carreta fue reemplazada poco a poco por el camión; y el coche de caballos, por el modesto o suntuoso automóvil.

Hoy sus edificios sienten ansias de altura y, como si fuera poco, los habitantes cruzan diariamente los cielos en alas del avión, rememorando, con fácil vuelo, la hazaña de aquel «gabacho» Laisselle que, a comienzos del siglo, voló sobre estos campos en un primitivo aeróstato.

Así es el Osorno cuyos 150 años de vida se cumplieron el 13 de enero de 1946.

Intencionalmente hemos dado menor extensión a esta Parte de nuestra obra: muchos de los hechos a que en ella nos referimos son demasiado recientes, de un juicio delicado y, los más próximos a nosotros, ya no entran en el marco de la Historia propiamente dicha.




ArribaAbajoProgreso en los Servicios Municipales

Los principales servicios para la comodidad e higiene de los habitantes, el agua potable y la luz eléctrica, fueron establecidos durante los primeros años del presente siglo.

Los estudios relacionados con las obras de agua potable se efectuaron a fines de 1903 y los trabajos de instalación comenzaron a mediados del año siguiente.

El proyecto de establecer el servicio de luz eléctrica nació a fines de 1902, pero sólo cinco años más tarde pudo realizarse. La inauguración oficial se efectuó, realzando un aniversario del combate naval de Iquique, el 21 de mayo de 1908.

El primer Directorio de la Empresa de Luz Eléctrica se constituyó el 17 de diciembre de 1904, bajo la presidencia de don Ricardo Kraushaar.

Con respecto a la instalación de este servicio, hay que hacer notar que, al principio, se tuvo la misma idea que fue realizada muchos años después: aprovechar la fuerza del salto del Pilmaiquén, proyecto que fue abandonado entonces en atención al subido costo.

Los servicios de Matadero siguieron, hasta 1923, a cargo de contratistas. En septiembre de 1911 la Municipalidad firmó un contrato con don A. Julio Buschmann, quien ofreció construir un edificio destinado a estos servicios, quedando a su cargo la explotación de ellos; pero en 1922 el señor Buschmann pidió la liquidación del mencionado contrato, trámite que se realizó en diciembre del año siguiente, quedando entonces la explotación del Matadero a cargo de la Municipalidad.

Más o menos desde 1933 las faenas de matanza de animales y control de carnes tomaron un giro nuevo y científico bajo la dirección del Veterinario Municipal nombrado en aquella época.

Lo ruinoso del edificio hizo pensar seriamente en su renovación, lo que, a indicación del regidor señor Eduardo Burnier, se acordó en sesión de 21 de junio de 1935. El contrato para esta construcción sólo se realizó en marzo de 1938, con la aceptación de la propuesta presentada por don Carlos Stange. Los planos fueron confeccionado por don Federico Freitag.

Se ocupó para la instalación del Matadero un retazo de terreno de quince hectáreas de extensión, comprado a don Eberardo Lohrmann en el mes de agosto del año 35, lugar donde el Municipio también proyecta instalar una población para empleados municipales y los corrales de la Policía de Aseo.

El Matadero de Osorno es un establecimiento modelo en su género y uno de los servicios más modernos y mejor organizados en el país.

Complemento del ramo de matanza de animales es la instalación de un Mercado, problema que la Municipalidad de Osorno ya abordó con éxito.

En efecto, en sesión de 9 de mayo de 1939, los regidores señores Eduardo Burnier y Gustavo Binder presentaron a la Corporación un proyecto de construcción de un Mercado modelo en un terreno vecino al Convento de San Francisco. Después de diversas alternativas sobre su mejor ubicación en la ciudad, logró imponerse el proyecto de los regidores mencionados y, al tiempo de finalizarse este trabajo, las obras de construcción se encuentran bastante adelantadas. Los planos para este edificio fueron confeccionados por el arquitecto don Carlos Buschmann, y de su realización se encargo don Antonio Domjann.

A fines de 1940 la Municipalidad obtuvo un empréstito de $2.800.000, destinados a los trabajos de conclusión del Matadero y construcción del Mercado.

La dictación de un Código de Policía Local vino a ordenar en forma reglamentada todas las actividades relacionadas con los servicios dependientes de la Municipalidad. Desde 1925 ha desempeñado las funciones de Juez de Policía Local el abogado don Humberto Inostroza.

El arreglo y nivelación definitiva de las calles se emprendió desde comienzos del año 1914. En diciembre del año anterior fue nombrado Director de Obras Municipales el ingeniero civil don Walterio Meyer, quien emprendió estas obras con toda actividad. Se hizo la colocación de soleras de piedra, baldosas, adoquinado de cunetas, etc.

En sesión municipal de 1.º de noviembre de 1912 se nombró una comisión para estudiar la pavimentación de la ciudad. En ese tiempo se colectaron fondos para pavimentar la Plaza, logrando reunirse más de $12.000.

La pavimentación de las calzadas con concreto se inició el 22 de enero de 1934.

En la actualidad las calles de la ciudad de Osorno presentan un hermoso aspecto.

Sucesor de don Walterio Meyer en la Dirección de Obras Municipales, cargo que renunció en agosto de 1920, fue don Carlos Eldredge y, finalmente, desempeñó estas funciones el ingeniero civil don David Guarda.

En abril de 1933, y durante una de las administraciones de don Eduardo Burnier, se aprobó el primer proyecto de pavimentación: 63.607.90 metros cuadrados, con un costo aproximado de $1.739.676.05 que, con imprevistos y conservación, ascendió a $1.916.562. Los vecinos aportaron cuotas que sumaban $1.277.708, y el resto de dinero se cubrió con el saldo de un empréstito contratado anteriormente por la Municipalidad.

En 1935 se acordó pavimentar 55.850 metros cuadrados más de calzadas, con un costo aproximado de $1.172.850, para lo cual se acordó contratar un empréstito hasta por $1.000.000 en bonos del Empréstito Interno.

Estuvo a cargo de la Dirección de Pavimentación Comunal don Carlos Llona Reyes, de quien la redacción de la revista Osorno (diciembre de 1935) decía lo siguiente:

«Ha dedicado a las obras de Osorno una atención especial que ha sido justamente reconocida por las autoridades locales y muy particularmente por la Municipalidad. No sólo ha velado celosamente por el cumplimiento de los respectivos contratos, sino que ha logrado ejecutar una obra que honra a la ciudad por su buena ejecución. El señor Llona puso en la dirección de las obras toda su experiencia en esta clase de trabajos».



A fin de favorecer a la gente de modestos recursos, la Municipalidad, en sesión de 15 de julio de 1938, acordó fundar restaurantes populares, iniciativa que tuvo un espléndido éxito.

Con el objeto de fomentar y facilitar el Turismo, la Corporación edilicia, por Decreto alcaldicio de 16 de agosto de 1933, firmado por el Alcalde don Eduardo Burnier, creó el Comité Local de Turismo.

Finalmente, la laboriosa Municipalidad osornina dio una manifestación de su interés por la cultura y la educación cívica de los habitantes, al crear el Museo Histórico regional, cuya organización se inició el 28 de octubre de 1946.

Dicho establecimiento, además de ser una escuela de civismo, será un nuevo atractivo que tengan en Osorno los numerosos turistas extranjeros y nacionales que visitan esta hermosa región.

Con respecto a los recursos que ha tenido el Municipio osornino para formar su plan anual de gastos, diremos algo de los presupuestos municipales del presente siglo.

Durante los primeros años ascendía a poco más de $30.000; en 1920, fue de $237.500; en 1930, de $792.294, más $1.511.350 de entradas extraordinarias; y, finalmente, el de 1946 es de $6.437.290, más $400.000, de ingresos ordinarios y extraordinarios, respectivamente.

Para terminar este capítulo, hagamos un recuerdo de los Alcaldes y regidores que con más cariño y tenacidad han convertido a Osorno en una ciudad bella y limpia.

Don José Domingo Negrón, 1.er Alcalde durante cuatro períodos seguidos, desde el comienzo del siglo hasta el año 1912, secundado eficazmente por el 2.do Alcalde, don Federico Hott Schencke. El señor Negrón dirigió patriarcalmente la entonces modesta ciudad de Osorno y dejó un grato recuerdo entre todos los habitantes de la Comuna.

Sucedió al señor Negrón en la Alcaldía don Federico Hott, que laboró activamente durante más de 27 años como Alcalde. Con motivo de su fallecimiento, acaecido el 20 de mayo de 1934, el Municipio le rindió, en sesión especial, un cariñoso y emocionante homenaje. El señor Hott había renunciado su cargo el 2 de octubre de 1928, en circunstancias que presidía como Alcalde la Junta de Vecinos nombrada, en 1927, por el Vice-Presidente Ibáñez. Su retrato, lo mismo que el sillón empleado en su trabajo diario, se conservan como «recuerdo» en la sala del Alcalde.

Don Felizardo Asenjo fue regidor o Alcalde de Osorno desde 1894 hasta 1921, ocupando durante los últimos tres períodos el cargo de 2do. Alcalde, y don Adolfo Mohr, regidor desde 1915 a 1927. Con ambos el pueblo de Osorno tiene contraída una deuda de gratitud, por el sacrificio que ambos ediles hicieron durante tantos años en bien de los intereses comunales.

Don Eduardo Burnier cumplió más de veinte años al servicio de la ciudad. Hombre de un gran dinamismo y tenacidad, autor de vastos proyectos: pavimentación, mercado, matadero, campos de deportes, Hogar Infantil, etc. Ingresó por primera vez al Municipio en 1924, como 2.do Alcalde, y desde entonces, salvo un período (Junta de Vecinos de 1927) figuró como Alcalde o regidor de la Municipalidad.

Desde 1935 ha formado parte del Municipio don Gustavo Binder, persona de criterio reposado e inteligente, que ha desempeñado las funciones de Alcalde subrogante en repetidas ocasiones. Participó en la elaboración del proyecto de construcción del Mercado de Osorno e, independientemente, en muchos otros proyectos e indicaciones de importancia.

El señor Binder es una de las personas que, durante los últimos tiempos, ha impulsado con mayor entusiasmo las obras que, en pro de la cultura, se han realizado en la ciudad, entre las cuales cabe destacar los progresos alcanzados por el Instituto Alemán.

Don Andrés Rosas Vargas, regidor en el período de 1935 a 1938 y Alcalde desde el año 41 hasta la fecha en que escribimos este trabajo, ha emulado a su padre, don Andrés Querubín Rosas que, a fines del siglo pasado, tanto desde el cargo de regidor, como de funcionario administrativo de la Municipalidad, demostró su cariño y entusiasmo por el progreso de Osorno.

Activos Alcaldes subrogantes han sido también los señores Óscar Hott y Cipriano Uribe.

Sería largo enumerar los méritos de los alcaldes y regidores que durante los últimos 45 años han dirigido los destinos municipales de Osorno, ya que, como la opinión pública ha recalcado en innumerables ocasiones, la Corporación edilicia osornina se ha distinguido en el país por el entusiasmo en el trabajo demostrado por sus miembros, que han laborado mancomunados, prescindiendo de banderías políticas, por el progreso de la ciudad.

Además de esto, ha habido otro factor que ha contribuido poderosamente a hacer que el trabajo en el Municipio haya sido fructífero y los planes de aliento hayan podido realizarse: la continuidad. La constante renovación de personas dirigentes hace perder la unidad de acción en la realización de los proyectos. En cambio, en Osorno ha sido corriente el caso de que los regidores y alcaldes hayan permanecido en sus cargos durante varios o muchos años.

Será siempre un símbolo de satisfacción y de orgullo para las personas que han presidido la Municipalidad, poder decir: «Yo he sido Alcalde de Osorno».

Estas personas que forman un cuadro de honor para el pueblo y para el país entero, son los siguientes señores:

1900: Don José Domingo Negrón.

1903: Don José Domingo Negrón.

1906: Don José Domingo Negrón.

1909: Don José Domingo Negrón.

1912: Don Federico Hott Schencke.

1915: Don Federico Hott Schencke.

1918: Don Federico Hott Schencke.

1921: Don Federico Hott Schencke.

1924: Don Federico Hott Schencke.

1927: Don Federico Hott Schencke (Junta de Vecinos).

1928: Don Arturo Bertín (Junta de Vecinos).

1931: Don Eduardo Burnier Íd.

1933: Don Eduardo Burnier.

1935: Don Federico Matthei.

1938: Don Rafael Sáez.

1941: Don Andrés Rosas Vargas.

1944: Don Andrés Rosas Vargas.




ArribaAbajoLa comuna de Rahue

Desde tiempos muy antiguos hubo pobladores en los terrenos que ocupa actualmente el populoso barrio de Rahue, situado al otro lado del río del mismo nombre; pero lo curioso es que dichos pobladores no pertenecían a la comuna de Osorno, de cuyos límites algunos distaban sólo unos pocos metros, sino de la de Riachuelo, adonde tenían que acudir a solucionar problemas algunas veces insignificantes.

Esta situación se mantuvo hasta el año 1921 en que, con fecha 21 de abril, se constituyó la Municipalidad de la comuna creada recientemente, que quedó instalada en definitiva el 1.º de mayo. Comprendía las subdelegaciones de Rahue, La Costa y Tres Esteros.

Mientras existió esta comuna, fue 1er. Alcalde de ella don Lupercio Martínez, y regidores los señores Juan Flores B. y Enrique Ide, que acompañaron al Alcalde durante los dos períodos constitucionales que se iniciaron en 1921 y 1924, y en la Junta de Vecinos nombrada por el Vice-Presidente Ibáñez por Decreto de 30 de abril de 1927.

Los municipales que actuaron durante los dos períodos mencionados fueron los señores Carlos Kursch, Francisco Stein y Florentino Cárdenas, aparte de los que figuraron en uno u otro.

El Decreto que estableció una nueva división territorial (30 de diciembre de 1927) anexó la comuna de Rahue a la de Osorno.

En realidad no se justificaba la existencia de un Municipio cuya sede era un barrio de la ciudad de Osorno y que para atender sus diferentes servicios tenía que valerse, en general, de las mismas personas que los servían en la ciudad.

El presupuesto de la Municipalidad de Rahue fue, más o menos, de 440.000 en los primeros tres años, el que llegó a $73.000 en 1927, con los que lograron, durante el breve lapso de existencia de la Corporación, mejorar muchos de los servicios urbanos, como la instalación de luz eléctrica.

De aquel tiempo data el nombre definitivo asignado a las calles de la población, el que fue acordado en sesión de 20 de mayo de 1926.

En conformidad al Decreto de anexión de la comuna de Rahue a la de Osorno, el 2 de enero de 1928 se efectuó la entrega a esta última de los libros de Tesorería y demás documentos, y la Corporación celebró su sesión final el 24 de febrero del mismo año.




ArribaAbajoUrbanización. Edificación. Ornato

Al comienzo del siglo, Osorno tenía bajo muchos aspectos todavía un sello colonial: sus calles sin pavimentación, la Plaza con sus jardines enrejados, aún permanecía el edificio antiguo de la cárcel frente al paseo principal, etc.

La ciudad no se extendía al oriente más allá de la actual calle Colón, pues pocos años después se irían formando otras poblaciones, por lo que, en junio de 1917, y a insinuación del Director de Obras Municipales, don Walterio Meyer, se acordó ensanchar el radio urbano.

La primera población en crearse fue la denominada Angulo, formada por don Juan de Dios Angulo. La Municipalidad prestó su aprobación a la petición del citado señor en sesión de 3 de septiembre de 1903. La población se llamó oficialmente Vicuña Mackenna, nombre que fue olvidado, prevaleciendo el de su fundador.

El mismo año 1903 se hizo una transformación y arreglo de la Plaza, bajo la dirección de don Ismael Soto.

Al año siguiente, a la ciudad se le abrieron las puertas para su extensión hacia el lado oriente, con la formación de la población Matthei y de la Alameda.

En sesión municipal de 24 de marzo de 1904 don Federico Matthei recibió la autorización respectiva, y se aceptó, al mismo tiempo, la cesión que hacía de los terrenos necesarios para la formación de la Alameda, que se denominaría entonces Avenida Miraflores. El nombre primitivo de la nueva población fue O'Higgins.

Junto con crearse este nuevo barrio, recibieron nombre sus calles: de N. a S., Justo H. Geisse, Eduvigis, Zenteno, Brasil, Ecuador y Buenos Aires; y de E a O, Chacabuco, Maipú, Rancagua y Roble.

La calle Mackenna, en su extremo oriente, estaba cerrada por una casa perteneciente a don Enrique Weihe, al cual se le pagaron $300 como indemnización por el retiro de ella.

Una nueva ampliación de la ciudad se inició en 1907. En sesión municipal de 1º de mayo de dicho año, se accedió a la petición formulada por la señora Dorotea Wolmar v. de Amthauer para formar una nueva población, bajo el compromiso de ceder gratuitamente el terreno destinado a las calles. Desde entonces data el cambio de nombre de la calle llamada del Cuartel por el de García Hurtado de Mendoza.

Como complemento de las obras de hermoseamiento de la Plaza, iniciadas en 1903, tres años después se pensó en dotarla de un kiosco. El Centro de Señoritas de Osorno tomó la iniciativa de erogar fondos entre el vecindario con este objeto. Este kiosco fue renovado en 1938 por uno de concreto, construido bajo la dirección de don Eugenio Freitag.

En 1914 se aprobaron los planos y presupuestos para la pavimentación de la Plaza, se hizo el arreglo y transformación de la Plazuela de Yungay y se abrió la calle Colón, al fondo de la propiedad de los Padres Franciscanos.

Hasta el año 1916 no existieron normas muy precisas para la construcción de edificios. En sesión de 15 de septiembre la Municipalidad dictó un Reglamento de edificación, el que se completó con nuevas disposiciones acordadas por la Corporación edilicia el 23 de marzo de 1923.

La construcción de edificios de características netamente modernas, que ha impreso a Osorno un sello nuevo, se inició en 1929, con el magnífico y cómodo edificio del Hotel Burnier.

Los propietarios, en ese entonces la firma Burnier Hermanos, hoy Eduardo Burnier e Hijos, demostraron una verdadera osadía al romper la rutina en esta clase de establecimientos en provincia y en un período de grave crisis económica. Felizmente el atrevido proyecto, no sólo de construcción, sino de organización y explotación de un gran hotel, ha tenido un pleno éxito y ha contribuido al fomento del turismo en la región austral.

Más o menos en esos mismos tiempos se iniciaba la construcción de otras modernas y valiosas propiedades: el edificio Gajardo, el de don Eusebio Ruiz, el Teatro Principal, de don Alejo Montalva, la Intendencia, la Sago, etc.

En la planificación de algunos de estos grandes edificios, hay que notar el interés con que intervino en ello el arquitecto don Carlos Buschmann, quien puso especial empeño en la modernización de las construcciones y en todo lo relacionado con el hermoseamiento de la ciudad de Osorno.

En septiembre de 1929 la Municipalidad contrató al urbanista de fama internacional don Óscar Prager para que hiciera un anteproyecto de urbanización de Osorno, el que fue presentado en junio del año siguiente.

Se aprovecharon muchas ideas insinuadas por el señor Prager, y en la actualidad sirve de norma el plano de Urbanización de Osorno confeccionado por la Dirección General de Obras Públicas, que fue aprobado por la Municipalidad en sesión de 5 de diciembre de 1944.

Una de las obras hermosas planeadas por el urbanista Prager fue la Plaza de la ciudad una de las más bellas del país, lo que permitió ensanchar las calzadas laterales.

Cinco años después, en 1939, se instaló en el centro del principal paseo de Osorno un gran espejo de agua, planeado ya en el proyecto original, y en el que se reflejan los edificios que circundan la Plaza.

Al observar las dos vistas fotográficas que insertamos tomadas en el mismo lugar, la primera a comienzos del presente siglo y la última en 1946, podremos observar el cambio admirable que presenta una calle de Osorno. La de 1900 con sus carretas primitivas; la otra, con automóviles y vehículos colectivos motorizados deslizándose sobre las calles excelentemente pavimentadas.

El primer automóvil que recorrió las irregulares calles de Osorno, el 16 de diciembre de 1907, y que importó la firma Grace, representada por el señor Juan B. Etcheverry, produjo la curiosidad y admiración de los osorninos. Hoy la ciudad es una de las que cuenta con mayor número de estos vehículos, en relación a su población. La primera empresa de transporte colectivo fue inaugurada en octubre de 1935 por don Carlos Brüning.

Al hablar de los progresos urbanísticos de la ciudad de Osorno, hay que recordar el valor de la iniciativa particular y el hecho curioso de que mucha gente venida de fuera haya contribuido más poderosamente que los propios hijos de ella a este progreso, lo que refleja la atracción que provoca en los forasteros esta tierra hermosa y feraz.




ArribaAbajoServicios fiscales

Aunque con fecha 7 de noviembre de 1899 el Senador don Ramón Ricardo Rosas presentó un proyecto para la creación de la provincia de Osorno, este deseo tan sentido por los habitantes de la ciudad y lugares vecinos sólo vino a realizarse por Ley N.º: 6505, de fecha 19 de enero de 1940.

Seis días después, el 25, se extendió el nombramiento del primer Intendente, que recayó en el Gobernador de entonces don Senén Monares Beltrán. El señor Moranes permaneció poco tiempo en el desempeño de este cargo, pues con fecha 18 de julio de 1941 fue reemplazado por don Ricardo Schenke Smith, hijo de Osorno, que hasta el año 1946 dirigió con especial acierto el rumbo de la rica provincia confiada a su mando. Este año fue reemplazado por don Arnoldo Keim Viertel.

Los Gobernadores que tuvo el Departamento de Osorno durante los primeros cuarenta años de este siglo duraron poco en sus funciones, y ello se debió, seguramente, a que esta ciudad tuvo fama de «politiquera». Como podrá verse en el Apéndice de este trabajo (Gobernantes de Osorno), hay muy pocos años en que figure una sola persona como Gobernador propietario o suplente, y son escasos aquéllos cuyo tiempo total en Osorno haya sido superior a cuatro años. Hace excepción a lo dicho don Luciano Rosselot, que totalizó ocho.

Esto contrasta con los alcaldes y regidores, lo que revela el buen sentido del pueblo, que sabe conservar a los gobernadores de elección popular que convienen a su progreso.

Sería largo e inoficioso historiar la instalación de nuevos servicios públicos, los que, en su mayoría, son propios de toda capital de Provincia y emanan, por lo tanto, de disposiciones de carácter general para toda la República.




ArribaAbajoServicios educacionales

Los primeros años del presente siglo, aparte del incremento de la educación primaria, vieron la creación de los colegios secundarios de ambos sexos que, hasta ahora, han llevado una vida próspera: el nuevo Liceo de Hombres, el de Niñas, el Colegio de la Inmaculada Concepción y el Instituto San Mateo.

Las actividades técnicas, industriales y agrícolas, y aún artísticas, también cuentan con colegios.

Las escuelas nocturnas han continuado repartiendo el saber entre los adultos que no tuvieron la suerte de instruirse cuando niños.

La Sociedad de Instrucción Pública de Osorno, fue la primera en preocuparse de este eficaz medio de cultura.

Al comenzar el siglo hubo un hombre, un osornino, que, desde su cargo de Diputado y Ministro de Instrucción Pública, laboró en forma incansable por fomentar la instrucción en su pueblo natal. Él fue don Efraín Vásquez Guarda, cuya vida se extinguió en marzo de 1905.

Pasados los veinte primeros años de la época que historiamos, es decir hasta la dictación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria (26 de agosto de 1920), los servicios educacionales primarios progresaron visiblemente bajo todo punto de vista.

La mencionada Ley comenzó a aplicarse el 26 de febrero de 1921, es decir seis meses después de su dictación, produciendo un aumento considerable, tanto en el número de escuelas, como en el personal encargado de atenderlas. Actualmente varias de las escuelas de Osorno disponen de modernos locales donde desarrollar sus actividades.

Durante la parte corrida del presente siglo se han distinguido como maestros en la educación de los hijos de Osorno las siguientes personas: señorita Carmen Álvarez Sotomayor, directora de la escuela N.º: 2; la señorita María Luisa González, directora de la escuela de Chuyaca; la señorita Felipina Carabantes, directora de la Escuela N.º: 2; y la señorita Belarmina Schulz, directora de la escuela N.º: 4, jubilada en época reciente, que se distinguió por la acción social que desarrolló en su escuela.

Entre los hombres debemos recordar a don Ramón Hurtado García, que en Osorno fue profesor de colegios particulares, después de haberse retirado del servicio del Estado. La ciudad recibió su cooperación valiosa y entusiasta, principalmente en las actividades de carácter social, deportivo y artístico. Otros profesores dignos de recuerdo son los señores Luis Alvarez Mansilla, que fue director de la escuela N.º: 1; don Francisco Almonacid, también director de la escuela N.º: 1 y después Visitador de Escuelas en la provincia de Llanquihue; don Luis Moreno, que presidió la Asociación de Profesores en la Reforma Educacional de 1928; y don Olegario Hurtado García, Director durante muchos años de la Escuela N.º: 1.

El Instituto Alemán de Osorno, del cual ya hemos hablado en la parte anterior de este trabajo, ha continuado durante el presente siglo desarrollando su labor educadora en espléndida forma.

Cuenta actualmente con un edificio lleno de comodidades, que se ha ido ampliando con pabellones destinados a talleres, piscina temperada, etc.

De los miembros de su Directorio han descollado por sus ideas creadoras y su entusiasmo los señores Guillermo Hott y Gustavo Binder y, entre sus rectores, hay que recordar al profesor y hombre de ciencia don Otto Urban y a su sucesor, don Federico Zajadacz.

La primera piedra del moderno edificio con que cuenta el Instituto Alemán fue colocada en el año 1932, y fue inaugurado tres años más tarde.

En su puerta principal se han grabado las palabras de don Carlos Anwandter, pronunciadas en 1850, al llegar a Chile:

«Seremos chilenos tan honrados y trabajadores como lo pudiera ser el mejor de Uds. Una vez afiliados con nuestros nuevos compatriotas, defenderemos nuestra patria adoptiva contra cualquier ataque con la entereza y la firmeza del hombre que defiende su patria, su familia y sus intereses».



El Supremo Gobierno, por Decreto N.º: 1365, de 10 de marzo de 1948, declaró al Instituto Alemán de Osorno como cooperador en la función educacional del Estado.

El 1.º de marzo de 1902 abrió sus puertas el Colegio de la Inmaculada Concepción, atendido por la congregación de monjas de ese nombre, y cuya primera Directora fue la Madre Laurencia Kochler.

El 18 de agosto de 1914 un voraz incendio, que ocasionó la muerte de un bombero, destruyó totalmente el edificio de este colegio, el que fue reemplazado por uno amplio y moderno.

Es incontable el número de niñas de Osorno que han hecho sus estudios en el Instituto dirigido por las monjas de la Inmaculada Concepción.

Otro colegio secundario, y también con sección preparatoria, como el anterior, mantenido por religiosos, es el Instituto de San Mateo, atendido por los padres de la congregación del Verbo Divino, cuya existencia data desde el 9 de junio de 1912, que funciona en un local anexo a la Parroquia.

El propósito del Presidente Aguirre Cerda de establecer Escuelas de Artesanos a lo largo de todo el país, se vio materializado en Osorno el 1.º de octubre de 1941. La escuela de carácter industrial que funciona en esta ciudad ha manifestado en sus diversas exposiciones de trabajos realizados por los alumnos, cuán importante es la obra que en ella se realiza para el progreso de las actividades industriales de la región. Primer Director de esta escuela fue don Humberto Leyton.

Modesta, pero efectivamente, contribuye a la preparación científica de los futuros agricultores la Escuela Superior de Agricultura «Adolfo Matthei».

El arte musical también tiene su escuela: el Conservatorio de Música «Carolina Klagges», que ha contribuido poderosamente a la formación del gusto por la buena música en todas las clases de la sociedad, ya que aun mantiene cursos gratuitos para los amantes de la música de situación económica modesta.

Las clases populares cuentan con la Universidad Popular, en la que laboran entusiastas y preparados profesores, y profesionales en general, que, sacrificando sus horas libres sacian la sed de mejoramiento que siente la masa ciudadana.

En la ciudad, y en todo el departamento, existen muchos colegios primarios particulares. Baste hacer notar que la Municipalidad de Osorno ha subvencionado simultáneamente durante los últimos años a 22 colegios de esta especie.

Rotary Club, aparte de la cooperación que ha prestado para el bienestar de los escolares, ha querido tomar directamente bajo su dirección una tarea altruista: recoger, educar y preparar para la vida a los niños huérfanos. Para la instalación de este Hogar la Municipalidad de Osorno, en sesión de 6 de mayo de 1943, acordó ceder cinco cuadras de terreno de su propiedad, vecina al local de exposiciones de la Sociedad Agrícola y Ganadera, donde se encuentra en construcción un cómodo edificio.

Con respecto a bibliotecas públicas, digna de mencionar es la que funciona en el Liceo de Hombres, que cuenta con más de diez mil volúmenes.

Aunque en 1935, se acordó crear una Biblioteca Municipal, ésta logró establecerse sólo el 16 de septiembre de 1944. Cuenta con una buena dotación de libros que son muy solicitados por niños y adultos.

En el afán de llevar el libro si es posible hasta las mismas casas, sobre todo en los sectores rurales, el Consejo de Alfabetización Local ha creado en el año 1946 las bibliotecas circulantes, las que están a cargo de los jefes de retenes de Carabineros. Por ahora han quedado establecidas en Quilacahuín, San Juan de la Costa, Chin-Chín, Cancura y en la Escuela del Hospital San José.




ArribaAbajoEl nuevo Liceo de hombres

Fue creado por medio del siguiente Decreto:

«Santiago, 21 de marzo de 1901.

N.º: 1332.- Visto el oficio que precede, teniendo presente el acuerdo del Consejo de Instrucción Pública y lo dispuesto en el ítem único de la Ley de Presupuestos de Instrucción Pública vigente,

Decreto:

Créase un Liceo de Hombres de segunda clase en la ciudad de Osorno.

Tómese razón, comuníquese, publíquese e insértese en el Boletín de las Leyes y Decretos del Gobierno.- Errázuriz.- V. Carvallo E.»



Con fecha 28 de mayo fue nombrado Rector del colegio don Salustio Calderón, distinguido pedagogo, que durante más de dos años rigió los destinos de este plantel de educación secundaria.

Los jefes que sucesivamente han continuado la obra iniciada por el primer Rector han sido los siguientes, con indicación de los años en que han actuado:

Don Luis Oportus Pizarro1903-1926
Don Jorge Schwarzenberg Herbeck1926-1929
Don Carlos Peralta Santana1929-1932
Don Carlos Salazar Godoy1932-1933
Don Alejandro Rubio Ramírez1933-1944
Don Luis V. Mardones Otaíza1944-1946
Don Roberto Ochoa Ríos1946

Honda huella de su paso por el Liceo de Osorno han dejado, principalmente, los señores Oportus Pizarro, Peralta y Rubio Ramírez, sobre todo este último que, poseído de un gran dinamismo, amplió considerablemente el predio que ocupaba el colegio, consiguiendo la adquisición de tres propiedades vecinas y construcción de nuevos edificios. Además, modernizó y completó el mobiliario, y consiguió, que presta valiosos servicios al alumnado que, aun de lugares lejanos, acude a las aulas del Liceo de Osorno. Esta sección del colegio fue creada por Decreto Supremo N.º: 5141, de 6 de octubre de 1941, y comenzó a funcionar el 10 de agosto del mismo año. Cooperadores entusiastas del señor Rubio para conseguir este adelanto para el Liceo fueron el diputado don Pelegrín Meza y don Eduardo Burnier, Presidente del Centro de Padres y Apoderados.

Tuvo a su cargo el Internado del Liceo, desde su fundación, el profesor don Víctor Sánchez Aguilera.

Además del progreso material experimentado por el Liceo de Osorno durante el rectorado de don Alejandro Rubio, hay que destacar su labor cultural y el orden y disciplina que logró introducir en el colegio confiado a su dirección.

En estas labores fue secundado eficazmente por el Inspector General, don Teófilo Bahamonde Vidal, que, en repetidas ocasiones, desempeñó con todo acierto el cargo de Rector subrogante.

Al iniciar sus labores en 1901, el Liceo contó entre sus profesores a los siguientes señores: Ricardo Cerda, Conrado Pflanz, distinguido maestro y filólogo, que era, al mismo tiempo, director del Instituto Alemán, Francisco Bórquez, Presbítero Vicente Cárcamo, Santiago Ponce de la Cerda, Manuel Andrade y Víctor Mansilla.

El Liceo de Osorno figura actualmente en la categoría de Superior de 2.ª clase.

En 1908 se terminó la construcción del edificio fiscal en que funciona la parte principal del colegio.

El Liceo de Hombres, en sus dos períodos de vida, y sobre todo durante el segundo, que ya abarca un lapso de 45 años, ha contribuido a formar grandes hombres, que han descollado en los campos de la ciencia, la industria, la agricultura y ganadería, fuerzas armadas y muchas otras actividades nacionales.




ArribaAbajoLiceo de niñas

El año 1909, y en conformidad al Decreto Supremo de 25 de febrero, la ciudad de Osorno vio cumplidos los deseos de contar con un establecimiento de segunda enseñanza femenina, colegio que inició sus labores el 12 de junio del mismo año.

Su primera Directora fue la señorita Felicinda Aliaga, y entre sus primeros profesores debemos recordar los siguientes: señoritas Zenobia Arratia, Guadalupe Santelices, Guillermina Montalva, Eudomilia Gallardo, Paulina Hinostroza y Amelia Arias, presbítero don Norberto Schroer y señor Conrado Pflanz.

A la señorita Felicinda Aliaga sucedió en la dirección del Liceo la señorita Dalila Muñoz, y a ésta la señora Rosa Araneda de Vial.

El Liceo de Niñas, como el de Hombres, cuenta también con una sección de Internado y, además, con una Técnica, que es la antigua Escuela Profesional de Niñas, que funcionaba desde 1905, y que se agregó posteriormente al Liceo.

Gratos recuerdos ha dejado en Osorno la ex-profesora de este colegio señorita Eudomilia Gallardo, por su afán de repartir la cultura, principalmente histórica, y, como lo decimos en otra parte de esta obra, por exaltar la memoria del héroe de Tarapacá, Comandante Eleuterio Ramírez.




ArribaAbajoScoutismo

El 27 de agosto de 1913 se organizó en la ciudad una brigada denominada «Osorno», creada a base de alumnos del Liceo de Hombres. Fue la primera agrupación de scouts formada en el sur de Chile. Sus principales fundadores fueron: el Rector del colegio, don Luis Oportus Pizarro, y los señores A. Julio Buschmann, Ricardo Cerda, Arturo Montecinos, Abraham Gajardo, Eustaquio Catalán, Bruno Riedel y Arturo Bertín.

Cuatro años más tarde, el 20 de abril de 1917, nacía la segunda brigada, en la Escuela Superior N.º: 1, que llevó el nombre del héroe osornino Eleuterio Ramírez.

Creadores de ella fueron los señores Francisco Almonacid, Germán Piwonka, Francisco Guerrero, Olegario Hurtado, Florín Yáñez, Luis P. Moreno y Eduardo Rosas.

La primera brigada de niñas fue organizada en 1923, gracias al entusiasmo de la señora Emma Gómez de Viveros.

En la actualidad son numerosas las agrupaciones de boy-scouts y girl-guides, y es un espectáculo hermoso el ver las presentaciones públicas que ellas hacen, por la marcialidad y corrección con que se expiden niños y niñas. El scoutismo osornino ha tenido su principal sostenedor e impulsador en don Bruno Riedel, ex-profesor del Liceo de Hombres, que ha recibido, en premio a su entusiasta labor, los títulos de «Scout Cóndor» y Ayudante del Comisionado General de Chile.

En 1946 el Cuerpo de Boy-Scouts de Osorno estaba formado por 14 brigadas distribuidas así:

Boy-Scouts5
Girl-Guides3
Manadas1
Patrullas de Rovers5




ArribaAbajoComercio. Agricultura. Industria

Las condiciones sencillas de vida y el valor de la moneda, hicieron que los precios que regían a comienzos del presente siglo fueran realmente insignificantes. De un remate de animales efectuado en 1904 tomamos los siguientes datos:

Bueyes$88.-
Vacas paridas $50.50.-
Vacas secas$40.-
Novillos de tres años$41.50
Novillos de dos años$33.-
Vaquillas de año$17.-
Vaquillas de dos años$24.-
Terneros de año $20.-
Toros padres$57.-
Ovejas, entre grandes y chicas$4.30.-
Yeguas, precio medio$9.30.-
Potrillos$9.25.-
Caballos$30.-

Aún en 1912, según leemos en el diario El Progreso, la libra de carne se vendía a $0.40.

En la agricultura, la protección de las cosechas tuvo una gran ayuda con la llegada de las primera máquinas secadoras de granos, que fueron importadas por la casa comercial Etcheverry y Aguirre, con residencia en Trumao.

El empleo casi total de semillas de origen genético (94%) y la eliminación de variedades menos productivas, han mejorado en un 50% el rendimiento medio de producción. En 1945 logró alcanzarse a 21.3 quintales métricos por hectárea. En las siembras de trigo se ha trabajado durante los últimos años en forma tan científica, que la mayor producción triguera de las provincias australes se ha concentrado en Osorno y Llanquihue.

El establecimiento en la ciudad de la Caja de Crédito Agrario, vino a dar un gran impulso a la agricultura y ganadería, ya que ofrece a los propietarios muchas facilidades para la adquisición de semillas, fertilizantes, útiles de labranza, reproductores importados y nacionales y gran ayuda en las transacciones bancarias.

Las espléndidas exposiciones anuales presentadas por la Sociedad Agrícola y Ganadera, reflejan el grado de adelanto alcanzado en estas ramas de la producción.

La Sago controlaba, en 1945, 38 criaderos de bovinos, 7 de ovinos, 2 de porcinos y 5 de equinos, animales todos de alta calidad.

Los ganaderos se han empeñado durante los últimos años en combatir enfermedades que constituyen una verdadera calamidad, como el mal de Bang y la fiebre aftosa.

La Memoria de la Sociedad Agrícola y Ganadera, 1945, dice al respecto:

«Cálculos bien establecidos y prudentes, nos llevan a aseverar que las enfermedades infecto-contagiosas y parasitarias causan a la economía pecuaria nacional una pérdida anual estimada en 400 millones de pesos, correspondiendo el porcentaje más alto a las dos plagas ya nombradas. Sólo en nuestra zona esta pérdida se puede estimar en 150 millones».



La primera feria para la venta de animales fue establecida por don A. Julio Buschmann. Además de ésta, denominada Osorno, se fundó después la feria Rahue, ubicada en el barrio de ese nombre, por la firma comercial R. Aichele Thomas y Cía. Ltda.

Osorno ha contado durante el presente siglo con grandes establecimientos industriales.

La cervecería Aubel, que hemos visto establecerse en el año 1892, sufrió un grave contratiempo el 1.º de enero de 1912, en que un incendio destruyó sus instalaciones; pero su dueño, con una tenacidad digna de encomio, la reconstruyó a corto plazo, y al año siguiente la tuvimos nuevamente en funciones.

La ciudad tuvo dos fundiciones, que hicieron honor no sólo a la industria local, sino al país entero: una perteneciente al señor Max Morawitz, denominada Volcán, y la de don Enrique Lausen, que llevaba como nombre el apellido de su propietario. Desgraciadamente la última de las nombradas debió cerrar sus puertas con motivo de las restricciones en los negocios que impuso el sistema de Listas Negras, durante la 2.ª Guerra Mundial, a los incluidos en ellas.

Entre los establecimientos industriales fundados en los últimos años, figura la fábrica de calzado Broussaingaray y la de leche condensada Nestlé, inaugurada el 3 de noviembre de 1945, que comenzó trabajando cincuenta mil litros diarios de leche.

La intensificación de las actividades comerciales, industriales y agrícolas, determinó a varias instituciones bancarias a establecer sucursales en la ciudad de Osorno.

En 1904 abrió su oficina el Banco Alemán Transatlántico, que años más tarde cerró sus puertas.

El 19 de octubre de 1908 comenzó sus operaciones el Banco Osorno y La Unión, manifestación de notable esfuerzo de algunos vecinos de ambas ciudades, entre los cuales debemos recordar especialmente a don A. Julio Buschmann.

Esta institución ha extendido apreciablemente sus actividades, contando con varias sucursales en las principales ciudades de la región y en Santiago.

Las otras instituciones bancarias de Osorno son: la Caja Nacional de Ahorros, inaugurada el 24 de febrero de 1912, y el Banco Español-Chile el 13 de marzo del mismo año. En esta parte no hacemos mención especial del Banco de Chile, al cual nos hemos referido al hablar de la segunda mitad del siglo pasado.




ArribaAbajoSociedad agrícola y ganadera de Osorno (Sago)

Esta prestigiosa «Corporación Agraria de la Zona Sur» fue fundada el 8 de enero de 1917 y ha contribuido en forma notable al progreso de la agricultura y ganadería, no sólo de la región, sino del país entero.

Al exponer las finalidades que esta Corporación persigue, nada mejor que reproducir su Declaración de Principios:

«A) Estimular toda conquista nueva de resultados científicos que tenga relación con la agricultura y la ganadería dentro de los límites nacionales, recomendando y enseñando en forma práctica sus aplicaciones.

B) Fomentar la iniciativa particular, activando el mercado de los productos en el país y en el extranjero, organizando la compra-venta de semillas, abonos y toda clase de artefactos agrícolas, productos veterinarios, etc.

C) Atender de preferencia el interés colectivo de sus asociados, tratando de regularizar el crédito propendiendo establecimientos de almacenes generales de depósito, combatiendo todo abuso y toda forma usuraria de explotación relacionada con la agricultura.

D) Fomentar la instrucción en los campos para elevar la moral y la dignidad de los obreros agrícolas, velar por que se les proporcione habitaciones higiénicas y por la regularización del estado civil de ellos.

E) Estudiar los problemas agrarios e industriales relacionados con la agricultura, propendiendo al establecimiento de estaciones genéticas, cooperativas agrícolas, fundos experimentales, laboratorios de diagnóstico de enfermedades, la fundación de establecimientos de investigación y enseñanza agrícola, llevar los libros de los registros genealógicos de las diversas razas domésticas de animales de explotación y facilitar el servicio de estadística.

F) Abogar por la colonización nacional, por la simplificación de las leyes tributarias, por el desarrollo de las vías de comunicación y de los servicios de transporte, sea facilitando la formación de empresas con este fin, sea tomando parte en la formación de ellas.

G) Velar por las necesidades referentes a la agricultura y proponer al Gobierno soluciones para la defensa de la producción y prosperidad.

H) Procurar la formación del gremio agrario con el mayor número de socios, celebrar anualmente exposiciones, hacer viajes de instrucción, publicar los trabajos de la Sociedad y de sus socios y uniformar la producción de la región.

I) Estimular el desenvolvimiento de los ramos relacionados con la explotación nacional de los suelos referentes a los cultivos de cereales, chacarerías, explotación de maderas, orientar la producción ganadera y la fruticultura.

J) Estimular la construcción de maquinarias agrícolas, fabricación de repuestos y útiles de labranza, elaboración de medicamentos veterinarios y específicos para combatir las plagas de la agricultura y ganadería».



El primer Directorio que tuvo la Sociedad Agrícola y Ganadera estuvo constituido en la siguiente forma:

Presidente, don A. Julio Buschmann.

Secretario, don Arturo Montecinos.

Pro-Secretario, don Eduardo Mathei.

Tesorero, don Ernesto Hott.

Directores, señores Abraham Soriano, Luis Rosas Schilling, Federico Eggers, Lupercio Martínez, Enrique Schilling y Germán Scholz.

La presidencia de don A. Julio Buschmann, alma en la creación y consolidación de la SAGO, fue larga y fructífera: 18 años, es decir hasta 1934.

Desde 1935 a 1941 actuó como Presidente de esta institución don Max Nusser, y desde este último año al 46 don Reinaldo Fuchslocher Th.

Vemos entonces que durante casi 30 años de vida, la SAGO ha tenido sólo tres Presidentes. Esta circunstancia, unida al entusiasmo, tenacidad y espíritu de sacrificio de las tres personas nombradas, han hecho la grandeza de esta Sociedad, modelo entre las de su género en Chile.

Además de su revista Agricultura Austral, la SAGO resolvió emplear el método más moderno y directo para comunicarse con sus asociados e indicarles los sistemas más adecuados para cultivos, crianza y elaboración de productos. Al efecto estableció una moderna estación de radio-difusión (C. D. 84), que ha contribuido, al mismo tiempo, en forma poderosa a intensificar la cultura en una vasta región.




ArribaAbajoExposiciones anuales

Los torneos que anualmente celebra esta corporación tienen, como lo dice ella misma, el valor de «estimular el entusiasmo de los criaderos a través de las competencias que tienen un profundo sentido docente». Expone que, según técnicos extranjeros, es «la mejor realidad de ganado en Sudamérica de las especies bovinas que llevan nuestras preferencias».

El mismo año de su fundación, el 30 de noviembre, efectuó su 1.ª Exposición Agrícola, Ganadera e Industrial, en un local improvisado.

Después, año a año ha visto la región, y el país entero, esta demostración de esfuerzo de un pueblo que hoy es centro de un fecundo sector del sur de Chile.

El 2 de noviembre de 1945, y con motivo de cumplirse las bodas de plata de estos torneos, la exhibición tuvo caracteres verdaderamente grandiosos, aumentados por la participación que tanto el Gobierno de la República como las diversas instituciones similares del país tomaron en ella.

Las fiestas se vieron realzadas con la presencia del Vice-Presidente de la República, don Alfredo Duhalde Vásquez, hijo de Osorno.




ArribaAbajoEjército

En las partes anteriores de este trabajo histórico hemos visto que las únicas agrupaciones militarizadas que existieron permanentemente en Osorno durante la segunda mitad del siglo pasado, fueron las Milicias Cívicas.

A comienzos del presente estuvo acantonado en la ciudad un pequeño cuerpo militar: la Compañía Lautaro.

En 1907 llegó a establecerse el Batallón de Zapadores «Arauco», actual Regimiento de Ingenieros del General Diego Dublé Almeyda.

Brillante es la histórica trayectoria de esta Unidad Militar. Nació a la vida en el corazón de Arauco, cuyo nombre lleva, el 28 de abril de 1877. El risueño pueblecito de Lumaco le sirvió de cuna.

Después de participar gloriosamente en la guerra contra el Perú y Bolivia, al mando del Comandante don Ricardo Santa Cruz, y de intervenir en la dolorosa tragedia del 91, reorganizada y dividida, volvió con una de sus partes de nuevo al corazón de la Araucanía, a la histórica ciudad de Angol.

Desde el año 1907, y salvo un corto lapso, ha cubierto la guarnición de Osorno, primero como Batallón de Zapadores, después como Grupo, hasta 1940, en que se transforma en Regimiento de Ingenieros, bajo el N.º: 4 en el Arma.

Hermosa y fructífera ha sido la labor que, en las lides de la paz, ha cumplido en la ciudad de Osorno el Regimiento Arauco, que ha fundido su espíritu con el del pueblo todo.

No sólo las calamidades lo han visto prestar su altruista cooperación para el salvataje y bienestar de los pobladores. Numerosos puentes y caminos han sido entregados por los Ingenieros al aprovechamiento de las actividades productoras de Osorno y la región. La parte ya hecha del camino al mar ha sido construida exclusivamente por esta unidad militar.

El Regimiento ha sido palanca poderosa para el afianzamiento del espíritu patriótico y de chilenidad. Hermoso espectáculo dominical es el izamiento de la Bandera Nacional en la Intendencia de la Provincia, y los actos de carácter cívico y desfiles que presenta en los días de grandes aniversarios, hacen vibrar de fervor patriótico a las multitudes.

En 1944 el pueblo de Osorno, representado por su Municipio, otorgó una recompensa honorífica a uno de los más distinguidos Comandantes que ha tenido el Regimiento «Arauco»: el entonces Teniente-Coronel don Manuel Contreras. Se le hizo entrega de una medalla de oro «como un estímulo a su reconocido espíritu de bien público, traducido en obras que han significado un verdadero adelanto local», palabras del Acta de 30 de marzo de aquel año.




ArribaAbajoLa aviación civil

Al hablar de las actividades aéreas de Osorno, es conveniente recordar al primer hombre que cruzó los cielos de esta comarca.

En marzo de 1903 un ciudadano francés, Eduardo Laisselle, llegó a Osorno para hacer una exhibición que llamó poderosamente la atención de los osorninos.

Desde la cancha y frontón de pelotas de propiedad del señor Ascaraín, ubicados en los terrenos que hoy ocupa el molino Williamson, próximos a la vía férrea, Laisselle se elevó en un globo. Alcanzó a remontarse a una altura superior a 500 metros y descendió en terrenos vecinos a la ciudad.

Ahora, al referirnos al pasado del Club Aéreo de Osorno, diremos que es la institución de más breve historia, ya que sólo fue organizada en época reciente, el 13 de enero de 1940, en que un grupo de personas entusiastas se reunió en el Club Alemán y procedió a elegir el Directorio provisorio, que quedó constituido en la siguiente forma:

Presidente Honorario, Ministro de Defensa Nacional, don Alfredo Duhalde Vásquez.

Presidente efectivo, Comandante de Escuadrilla don Armando Rivera.

Vice-Presidente, don Heriberto Scheuch E.

Secretario, don J. Vicente Montecino S.

Pro-Secretario, don Arno Moeller.

Tesorero, don Eduardo Rosas G.

Protesorero, don Hernán Rosas M.

Directores Consejeros, señores: Sub-Teniente de Aviación don Emilio 2.º Schoenherr, don Rubén Montecino S. y don Juan G. Schmitz.

Dos meses después se eligió el primer Directorio definitivo, en conformidad a los Estatutos recién aprobados, y fue el siguiente:

Presidente Honorario, Ministro de Defensa Nacional, don Alfredo Duhalde Vásquez.

Presidente, don Osvaldo Follert F.

Vice-Presidente, don Juan Schmitz.

Secretario, don J. Vicente Montecino S.

Pro-Secretario, don Federico Ihl B.

Tesorero, don Eduardo Rosas E.

Protesorero, don Héctor Rodríguez Sch.

Directores Consejeros, señores Otto Weiss, Germán Cornelius y Heriberto Scheuch E.

Posteriormente ocupó la presidencia del Club un hombre de entusiasmo, que logró imprimirle un rumbo acelerado de progreso: don Eduardo Sanfurgo G.

Pasó mucho tiempo sin que, a pesar de las numerosas prácticas cuotidianas de los socios activos, se produjera ningún accidente de consideración. Desgraciadamente el 23 de octubre de 1944 dos socios que efectuaban un vuelo de rutina sufrieron un accidente y perdieron la vida: los señores René Brito Barrueto y Germán Feddersen. El 8 de mayo de 1946 también pereció el piloto don Norberto Martín Hube, poco después de elevarse en la cancha de Puyehue.

Durante su breve vida, el Club Aéreo de Osorno ha logrado formar un centenar de pilotos civiles, de los cuales varios han hecho cursos militares que los han puesto en posesión del título de Oficiales de reserva de la Fuerza Aérea Nacional.




ArribaAbajoMonumento a Eleuterio Ramírez

En 1906 fue lanzada por primera vez en Osorno la idea de erigir un monumento a Eleuterio Ramírez por don Víctor Rosas Carrasco, a cuya iniciativa se realizó una reunión con ese objeto, el 29 de abril, en el local del Club Alemán.

Sin embargo, sólo a comienzos de 1915 se abordó este asunto con decidido entusiasmo a lo largo de todo el país; pero las ciudades donde ésta iniciativa tomó un fervor patriótico, fueron Santiago y Osorno. Por Ley de 28 de diciembre de 1917 se autorizó la erección del monumento.

En la Capital se formó un Comité Central para toda la República, presidido por el General en retiro don José de la C. Salvo, y en el que actuaron como secretario y tesorero, respectivamente, los señores J. A. Bizama Cuevas y Dr. Pedro N. Barros Ovalle.

El primer Comité local de Osorno tuvo como presidente a don Arturo Montecino A. y como secretario a don Isidoro Dubournais; y el último, que participó en la inauguración del monumento, estuvo presidido por el Gobernador departamental, don Luciano Rosselott, e integrado por los señores: Mayor de Ejército don Ricardo Donoso, Párroco don Walterio Horsthemke, Dr. Neftalí Barrientos, Eduardo Burnier, Galo Montalva y Pedro C. Viveros.

En Santiago, Osorno y otras ciudades se efectuaron conciertos, rifas, colectas, etc. En la Capital hubo, entre otras, dos grandes veladas en el Teatro Municipal, una organizada y dirigida por la distinguida dama señora Delia Matte de Izquierdo, que reunió como actores y concurrentes a lo más selecto de Santiago; y otra organizada por el Ejército, que tuvo un éxito artístico y económico no inferior a la primera.

La maquette del proyecto consistía en una pirámide que ostentaba en relieve el busto del héroe y a la Gloria que ascendía a colocarle la corona de laurel.

Los osorninos consideraron este proyecto demasiado modesto para la grandeza de su héroe, y así lo hicieron presente al Comité Central.

Reproducimos textualmente parte de la nota de 31 de julio de 1915 en que se hacía presente esta circunstancia, que pone muy en alto el espíritu altivo y generoso de los hijos de esta tierra:

«Quiere también este Comité aprovechar esta oportunidad para manifestar al Comité General las aspiraciones y propósitos que le animan en orden a que el monumento a Eleuterio Ramírez sea una obra de arte digna del héroe cuya memoria tratamos de honrar, digna del Ejército de Chile, cuyas glorias debe simbolizar, y digna también de la ciudad de Osorno, cuya importancia y prosperidad la hacen merecedora de poseer un monumento que; además de todo aquel valor moral, tenga también el valor artístico y material correspondientes.

Nuestro pensamiento es que Osorno tiene el deber de contribuir con la mayor parte del importe del monumento, y este pensamiento es el del vecindario todo, según lo hemos podido constatar; pero, al mismo tiempo, nuestro deseo y el de la autoridad local y del vecindario es que tenga todas las proporciones que las circunstancias permitan.

Para Osorno, sería muy grato que el monumento consistiera en una estatua en que se emerja la figura del héroe y se simbolice su sacrificio sublime como lección eterna que enseñe a las generaciones chilenas cómo se muere por la patria, y este deseo es tanto más legítimo cuanto que este monumento será, tal vez por muchos años, el único con que contará la ciudad.

Para su realización este Comité cree fundadamente que la población entera de Osorno concurrirá con el óbolo que sea necesario». (El Progreso, de 4 de agosto de 1915).



Los deseos del pueblo osornino se vieron satisfechos, aunque pasaron más de diez años antes que el proyecto de monumento pudiera materializarse.

En esta larga y patriótica campaña debemos hacer resaltar el empuje y entusiasmo de una mujer, a cuya acción incansable se debe, en no pequeña parte, el éxito. Ella es la señorita Eudomilia Gallardo S., distinguida profesora que prestó por largos años sus servicios en Osorno y que desde la prensa, y con su libro El Héroe de Tarapacá, Teniente Coronel don Eleuterio Ramírez, publicado en 1912, entusiasmó a los pueblos a cooperar.

La ceremonia de colocación de la primera piedra del monumento al héroe se efectuó el 18 de septiembre de 1927, auspiciada por el Comandante de la Guarnición Militar y Jefe del Batallón Zapadores «Arauco», N.º: 5.

El 11 de diciembre del mismo año la ciudad de Osorno se vistió de gala para celebrar dos grandes acontecimientos: la inauguración del monumento al héroe osornino, y la apertura de la Exposición anual de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno.

La presencia del Presidente de la República, don Carlos Ibáñez del Campo, Ministros de Estado, representantes del Ejército y Armada, descendientes de Eleuterio Ramírez y otras distinguidas personalidades, dio un brillo especial a las fiestas.

Los parientes del héroe estaban representados por sus hijas, las señoras Ercilia Ramírez de Herrera y Emilia Ramírez de Salvo, y de varios nietos, de los cuales don Ricardo Ramírez Peña y Lillo agradeció el homenaje.

La ceremonia fue iniciada por una solemne misa de campaña oficiada por el secretario castrense, presbítero don Hernán Merino, en representación del Vicario, que se vio imposibilitado para asistir.

Enseguida hizo entrega oficial del monumento el General en retiro, y veterano de la Guerra del Pacífico, don Alejandro Gacitúa, haciendo la recepción de él en nombre de la ciudad de Osorno, el miembro de la Junta de Vecinos don Arturo Bertín.

Otros oradores fueron: el Capitán de Fragata don Carlos Bowen, la señorita Eudomilia Gallardo, alma del movimiento local pro monumento a Ramírez, y Teniente Coronel don Jorge Chaparro.

Se completó la ceremonia cívica con la bendición del estandarte de la Cruz Roja de Señoras, institución fundada en Osorno el 19 de noviembre de 1924.

Desde el 11 de diciembre del año 1927 la bizarra figura en bronce del héroe de Tarapacá marca, con su espada en alto, a las generaciones presentes y futuras, cómo se cumplen los deberes en defensa de la Patria.




ArribaAbajoOtros acontecimientos trascendentales

Sin duda que uno de los acontecimientos más importantes de comienzos del siglo fue la construcción del ferrocarril de Osorno a Puerto Montt, cuya iniciación se vio agitada con motivo de la venida a Osorno del Presidente don Pedro Montt, a principios de marzo de 1907.

En junio del mismo año tomó a su cargo esta obra, por contrato, don Pedro Antonio Rosselot.

El estudio y trazado de la vía estuvo a cargo del ingeniero don Alejandro Guzmán, secundado por los ingenieros señores Walterio Meyer Rusca, Isaías Muñoz, Joel Muñoz, como ingeniero de la Empresa, y Filidor Fernández, como ingeniero jefe fiscal de la Dirección de Obras Públicas.

El trabajo se comenzó simultáneamente desde los dos extremos, de modo que la unión de ambas partes se produjo en Frutillar.

La obra quedó totalmente terminada en 1913. Sin embargo, según leemos en el periódico El Progreso, de Osorno, desde el domingo 28 de julio de 1912 comenzó a correr un tren semanalmente entre Osorno y Puerto Montt. Salía de la primera de estas ciudades a las 6 a. m. y regresaba del Puerto a la 1 de la tarde. El valor del pasaje era de $13.60 en 1.ª clase y $9.10 en 2.ª

Hablemos ahora de acontecimientos dolorosos.

El 13 de junio de 1907 un gran temblor azotó la región de Valdivia y Osorno. Tuvo caracteres de terremoto en la primera de las ciudades nombradas. El sismo se produjo a las 4:30 de la madrugada y los ancianos no recordaban otro de igual intensidad. Felizmente los perjuicios que ocasionó en Osorno no fueron de consideración.

El azote que más a menudo han sufrido los habitantes de los barrios bajos de la ciudad ha sido el de las inundaciones ocasionadas por el desborde de los ríos Rahue y Damas.

En 1904, a fines de junio, el río destruyó el puente de San Pedro, y sólo en diciembre pudieron iniciarse las obras de reconstrucción, debiendo emplearse, durante el tiempo que duraron las faenas, el antiguo sistema del balseo. La recepción del nuevo puente se hizo el 20 de junio de 1905.

Algunos años más tarde, a principios de junio de 1915, otra inundación, aún mayor, azotó a la ciudad y la región.

El agua inundó la población Rahue y las vegas de la Ovejería y la Trinchera, ocasionando, entre múltiples pérdidas materiales, la muerte de dos personas. En Trumao el agua llegó hasta el segundo piso de las casas.

Felizmente, la Municipalidad y los vecinos cooperaron con largueza para aliviar la desesperada situación en que quedó mucha gente de escasos recursos.

En la madrugada del 24 de diciembre de 1943 un acontecimiento catastrófico llenó de dolor no sólo a los habitantes de Osorno y la región, sino al país entero: el incendio del Seminario Franciscano, que causó una horrorosa muerte a quince niños estudiantes, en circunstancias que poco antes, el 30 de agosto, se había consumido, también por el fuego, el hermoso templo de la misma comunidad.

Fue ésta una Pascua dolorosa para los osorninos.

Los pocos sobrevivientes del siniestro lograron escapar lanzándose desde el segundo piso, donde estaban instalados los dormitorios.

Los funerales de las pequeñas víctimas fueron grandiosos y en ellos participaron todas las instituciones de Osorno y, en general, el pueblo entero.

La ciudad ha vivido horas de regocijo y de entusiasmo cívico en repetidas ocasiones, sobre todo durante las visitas que han efectuado los Jefes de Estado.

En marzo de 1907, y en el mismo mes del año siguiente, el Presidente don Pedro Montt fue huésped de Osorno, y su estada redundó en positivo beneficio para la ejecución de numerosas obras de bien público, como el ferrocarril al sur, construcción de edificio para el Liceo de Hombres, etc.

Las Exposiciones anuales presentadas por la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago), han contado a menudo con la presencia del Primer Mandatario de la República: en 1923, don Arturo Alessandri Palma, quien vino nuevamente diez años más tarde, y con el mismo objeto; don Carlos Ibáñez del Campo, en 1927 y 1930; don Pedro Aguirre Cerda, en 1940 y 1941; el Vice-Presidente don Alfonso Quintana Burgos, en 1944; y don Alfredo Duhalde Vásquez, hijo de Osorno, que durante 1945 y 1946 desempeñó la Vicepresidencia de la República.

El 2 de mayo de 1938 llegó a Osorno, de paso para Santiago, la excelsa Gabriela Mistral. Tal vez pocas veces había presenciado la ciudad un homenaje más grandioso. De nada sirvieron los cordeles policiales para contener la avalancha humana que deseaba contemplar de cerca a la gran mujer que, años más tarde, recibiría el premio Nobel de Literatura.

La presencia de Gabriela en Osorno duró cinco días, en el curso de los cuales alternó especialmente con maestros y con niños.

Al venir desde Bariloche, se sintió hondamente impresionada por la belleza del lago Llanquihue y del volcán Osorno, impresión que dejó eternizada en dos hermosos poemas.

En carta de agradecimiento a las autoridades y pueblo en general, decía:

«Soy deudora de estas atenciones que no por ser públicas han dejado de ser profundas y soy una deudora feliz porque Osorno me ha conmovido por su progreso grande y por el espíritu moderno de sus dirigentes.

Sean dichosos Uds., gente de Osorno, en esta tierra realmente maravillosa que ya me he dado el gusto de alabar en dos poemas de estos días».