La frontera
Antonio Machado
María Victoria Atencia
Existe la frontera y es advertida siempre con tiza o carboncillo
o un atajo en el bosque
defendiendo por hilos altamente cargados, que una parte y la
otra conocen, cuerpo a cuerpo exigente
de un desnudo o registro en que la identidad se averigua o
declara.
Un río, por ejemplo. Un río es una linde natural interpuesta y
que por eso invita rumoroso a invadirlo
cuando pesa la ropa bajo el sol sobre el cuerpo.
Porque un río es un curso
fluyente entre una y otra naturales orillas hacia una mar
común, un afán y un reposo.