Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


 

41

Para todo ello, ibid., caps. I.2, II.2 y IV. 1.

 

42

Ibid., caps. II.2.2, VI.2.2 y «Nota sobre la parte VI».

 

43

Tanto en éste como en los dos apartados siguientes intento sintetizar aquí los aspectos principales emanados de las investigaciones de Catalán sobre la tradición textual de la Estoria de España en sus tres libros De Alfonso X al conde de Barcelos, La Estoria de España. Creación y evolución y Manuscritos, cuadernos de trabajo, crónicas y versiones. Sobre la elaboración y tradición textual de la Estoria de España de Alfonso X.

 

44

No obstante, no debe descartarse que los progresos en la investigación textual de la historia universal arrojen resultados equivalentes a los de la Estoria de España. Pequeña muestra de lo que podrían ser esas divergencias de redacción ofrecen un par de casos comentados por Catalán (La Estoria de España, cap. I.10, nota 109), en los que el texto originario fue censurado por motivos de decoro.

 

45

Véanse «La "versión regia" de la Crónica General de Alfonso X» y «La "versión alfonsí" de la Estoria de España», en De Alfonso X, y los caps. II y IV de La Estoria de España.

 

46

Se habla de esta versión en los caps. V.2 y IX.4 de La Estoria de España.

 

47

Véanse los caps. II, IV y V de La Estoria de España así como I. FernAndez-Ordóñez, Versión crítica de la Estoria de España.

 

48

Véanse «La "versión alfonsí" de la Estoria de España» y «Don Pedro de Barcelos y la entrada de la historiografía alfonsí en Portugal», en De Alfonso X.

 

49

Quizá la más importante consecuencia derivada del regreso al examen independiente de cada manuscrito propiciado por Catalán ha sido la devaluación de las crónicas y la aparición y la reconstrucción de las versiones de la Estoria de España. La relevancia que Menéndez Pidal confirió a las crónicas, frente a otras refundiciones de la Estoria de España conservadas en manuscritos únicos o escasos, no procedía de otra causa sino de las numerosas copias que las contenían. Catalán pronto encontró evidente que la comparación entre crónicas, entre familias de manuscritos, no bastaba para comprender la compleja transmisión de la obra ni su reelaboración continua y que muchos manuscritos que conservaban en solitario refundiciones particulares tenían la misma autonomía en la realización de esas nuevas redacciones que los autores de los prototipos de crónica más difundidos. Además, al identificar los principales tipos de «crónica general de España» derivadas de la que creyó alfonsí, Menéndez Pidal las elevó a la categoría de obras, suponiéndolas producto de una tarea unitaria de elaboración independiente, cuando en la mayor parte de los casos no eran sino fruto de la mixtura de textos preexistentes, y esa valoración ocultó la complejidad de su diversidad interna. El examen de aquellos manuscritos que no se ajustan plenamente a las características exigidas para pertenecer a cada una de las familias cronísticas ha sido fundamental para que Catalán lograse la identificación y reconstrucción de las versiones, transformando nuestro conocimiento sobre la elaboración y transmisión textual de la Estoria de España.

 

50

Véase FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ, I., Versión crítica de la Estoria de España, cap. III.

Indice