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1

Martin Swales define el Bildungsroman de la siguiente manera: «A regulated development within the life of the individual [each stage] has its intrinsic value and is at the same time the basis for a higher stage. The dissonances and conflicts of life appear as the necessary growth points through which the individual must pass on the way to maturity and harmony» (1978: 3).

 

2

Para un estudio del Bildungsroman cultivado por Griselda Gambaro en la misma época de Moyano en Madrigal en ciudad, véase Gnutzmann 2000: 223 ss.

 

3

El cuento «Artistas de variedades» (1960) con otro protagonista homónimo, es un claro precursor de Una luz muy lejana: también este Ismael abandona su provincia con la esperanza de encontrar en la ciudad «un mundo lleno de posibilidades». Tampoco él sabe imponerse y se subyuga a la voluntad de los demás. Cuando, por fin, vislumbra «un sentido» en los artistas marginados, pierde su oportunidad al cumplir la voluntad de su novia del momento y abandona el espectáculo. En su estudio, Barrufaldi habla en algún momento de un «largo viaje del crecimiento» (1968: 25), idea cercana a la del Bildungsroman; asimismo Schweizer se refiere a Una luz muy lejana como «una especie de peregrinaje o journey» medieval (1996: 36) mientras Clinton define el relato como «a quest novel dealing with the search for moral and spiritual values within the context of modern Argentine society» (1978: 166). El propio Moyano acepta la definición de Harss como «novela de contenido metafísico, en busca [...] "de las raíces"» (Gnutzmann, 1987: 113).

 

4

Koepke (1990: 140) relaciona su florecimiento con épocas de crisis social. Avellaneda menciona brevemente El oscuro en su artículo «Construyendo el monstruo...» (1994-1995: 219, 221). La idea de la crítica feminista de que la subversión del subgénero es específica del Bildungsroman femenino se contradice con otras novelas de protagonista masculino como la parodia en Felix Krull y Amerika o el Oskar Matzerath grassiano. Incluso hay que relacionarlo con toda una corriente literaria como el naturalismo que, a menudo, muestra un desarrollo negativo, por ejemplo, en Argentina: ¿Inocentes o culpables? de Antonio Argerich, En la sangre de Eugenio Cambaceres, Irresponsable de Manuel T. Podestá y Emilio Love de S. I. Villafañe. En nuestro siglo, para la misma región, se añaden el Silvio Astier arltiano o Pichula Cuéllar de Vargas Llosa.

 

5

Cfr. Gil Amate (1993: 45): «La idea de la inocencia absoluta de una parte de la humanidad, vapuleada hasta el mareo, culpable siempre y ajena eternamente a los entresijos de la Historia, es uno de los pilares sobre los que se asienta la narrativa de Moyano. Este grupo humano coincide geográficamente con el habitante del interior».

 

6

Los doce capítulos de la novela están enmarcados por un preludio, «Entrada» y un epílogo, «Salida», ambos de 3 páginas, mientras que la extensión de los capítulos oscila entre 8 y 18 páginas, excepto el primer capítulo, «Una luz muy lejana», que abarca 30 páginas con sus subdivisiones por la necesidad de introducir a todos los personajes que tienen un papel importante en el relato. El epílogo abandona el típico resumen del futuro de los personajes para recordar las frases características de cada uno de ellos.

 

7

Término acuñado por André Gide y que alude a la reduplicación del tema en un lugar estratégico del mismo texto; L. Dällenbach habla de «résumé autotextuel» y «relato especular» (1977).

 

8

Teodoro insiste en que Ismael es «nada más que un muchacho»; algunos años después de su llegada aún le falta un año para prestar el servicio militar (121). La novela trabaja con muchos datos de la propia vida del autor; a los catorce años -posiblemente a la misma edad de Ismael- Moyano fue a Córdoba en busca de trabajo, de donde salió desengañado: «había algo en Córdoba que no conseguía captar, no me gustaba. Ya en La Rioja escribí Una luz muy lejana intentando entender Córdoba» (entrevista con Gil Amate, 1989: 31).

 

9

El mismo Eusebio atribuye a Ismael la «firme decisión de triunfar, de llegar a ser un verdadero hombre» (32).

 

10

La novela no ofrece fechas concretas ni establece ninguna cronología; sin embargo, existen algunas alusiones a hechos históricos como la presidencia de Perón y las ayudas de Evita a los pobres (la familia Endrizi que se aprovecha de forma egoísta). El tiempo total que ha transcurrido aproximadamente se puede deducir de la edad de uno de los hijos de la Flaca, el idiota Carloncho que tenía o bien seis o bien ocho años hacia el comienzo y ahora tiene diecisiete (53, 143).