Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice Siguiente




ArribaAbajoEl perro sabio

Lámina 11

-He dado un paseo muy agradable, mamá, con la niñera y Loló, y nos hemos divertido mucho en el jardín -dijo Eva.- Francisco me dio algunas raíces de violetas y yo las planté; pero Turco las volvía a sacar una a una y me las traía de nuevo.

-Plántelas usted otra vez, señorita -me dijo Francisco.

-Ya lo he hecho, pero Turco me ha vuelto a jugar la misma partida.

-Yo las plantaré -repuso Francisco. Y así lo hizo en seguida; pero entonces Turco no se acercó por allí.

-Me parece que el perro la tiene a usted por una mala jardinera, señorita -dijo Francisco.

-¡Qué malo es Turco en pensar esas cosas! ¿verdad, mamá? -decía Eva a su madre.

Lámina 12


    Ante una espléndida mesa,
la familia conejil
se dispone, jubilosa,
a celebrar un festín.
Uno tira de la oreja
al de al lado, por reír,
mientras otro a una ratita,
sólo por verla gemir,
le agarra con fuerza el rabo...
y todos gozan al fin.




ArribaAbajoEn el desierto

Lámina 13


   ¡Qué placer, qué delicia tan grande
es tener un columpio muy lindo!
Yumbo el dócil, el bravo elefante
préstanos sus potentes colmillos,
y sostiene con ellos la cuerda
y nos mece con mucho cariño.
Viéndonos oscilar suavemente,
suspendidos así en el vacío,
el buen Yumbo nos mira y sonríe
revelando leal regocijo,
pues el juego también le divierte
y se muestra con él complacido:
No se agota jamás su paciencia;
y después que acabó el ejercicio,
si las gracias le dais satisfechos,
a su vez quedará el fiel amigo
muy contento de ver vuestro gozo,
muy gustoso de haberos servido.




ArribaAbajoEl consejo de Pupi

Lámina 14


   De riquísimo dulce un bote entero
a «Micifuz», el niño quiere dar;
pero el gato desdéñalo muy fiero,
y al ver al animal tan altanero
el chasqueado Gil rompe a llorar.
    Con aire socarrón Pupi le mira
y el fiel dogo le dice en trance tal:
-Lo que a ti te ha ocurrido no me admira.
¿Te sorprende? ¿Parécete mentira?
Pues es perfectamente natural...
    ¡Vamos allá! No seas mentecato.
Si quieres librar bien, créeme a mí:
no vuelvas a ocuparte ya del gato,
porque al fin y a la postre es un ingrato,
y desde ahora, procura más por mí.



Anterior Indice Siguiente