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ArribaAbajo Capítulo VII

Ideología de los cantos


La poesía popular de Jujuy trasunta el alma de los hijos de esta provincia pues la informan los mismos sentimientos que animan a los jujeños a saber: veneración a Dios, respeto a la moral cristiana, sumisión a la autoridad, rebeldía ante la injusticia, temor a la muerte, delicadeza en el trato con la mujer, amor al prójimo y conformidad con la suerte.

Lo que constituye la esencia de la poesía popular jujeña es el canto al amor, a la mujer querida, parece que él fuera el único fin de sus cantares, pues a este tema le consagra más de la mitad de sus versos. En ellos predominan los de declaraciones, finezas y juramentos.

Hay en todas las composiciones alusivas a la mujer delicadeza y dulzura. El pastor rústico, de natural grosero y torpe, es moderado y suave para cantar sus sentires a la mujer.

El observador desprevenido que solamente se lleve de la música para apreciar la sensibilidad del jujeño creerá que su poesía es triste y melancólica, pero no es así, hay en la música y poesía populares un divorcio más o menos bien definido.

Los guainitos y vidalitas tienen música y letra de tono quejumbroso, pero los otros cantares, cuyos versos expresan alegría, son también cantados, con la misma música doliente. Resulta paradojal que siendo la música y la poesía las expresiones naturales del sentimiento, coexistan ambas en un mismo ambiente popular con caracteres diferentes. Yo supongo que ello es debido a una mayor evolución de la poesía con respecto a la música y la prueba está en que los guainitos, las vidalitas y los versos quichuas que son la expresión de la lírica popular antigua, tienen el mismo tono doliente de la música con que se los canta.

Aunque la poesía popular jujeña, aparentemente, tiene unidad ideológica he notado que hay diferencias según las regiones, así en la Puna, las ideas expresadas en los cantares son simples; los paisanos no explayan sus pensamientos en versos largos, sus composiciones favoritas son la copia y el pareado, no hay variedad en los temas, casi todos sus versos son amatorios y aunque son pastores no aluden mucho a su vida pastoril. Sus imágenes están tomadas de los cerros, las tolas y las palomitas.

En La Quebrada hay mayor variedad de temas, pues también hay distintos medios de vida. Aunque en su mayoría cantan coplas hay quienes saben décimas.

En los valles del sud y este, la poesía popular tiene más sentido poético, más fondo ideológico, quizás más fantasía que en la de las otras regiones, porque es pueblo más culto.

En Jujuy no he notado mayores diferencias entre los cantares de la clase culta y los del pueblo en general, cuando se divierten el hombre de la ciudad y el del campo cantan los mismos versos, allí se confunde en una tradición poética común el analfabeto y el letrado.

Los cantos populares de Jujuy están en esta antología tales cuales me los dictaron, solamente he agregado yo las explicaciones que van en las notas porque creo que con ellas se facilita la compresión.

Al transcribir los versos de otros cancioneros he respetado la ortografía con que han sido escritos.

  —CXXXI→  

Para facilitar la búsqueda he dividido al Cancionero en dos partes, la primera la constituyen las composiciones largas, romances, décimas y otras trovas, en la segunda parte, van las coplas.

Dentro de cada una de estas partes generales he hecho la clasificación de las piezas por el sentido; la nomenclatura adoptada es la del eximio maestro don Francisco Rodríguez Marín.

Las coplas quichuas están escritas fotografiando el sonido. La traducción es literal y fue hecha por los mismos paisanos que me dictaron los cantares. Sin embargo tanto la transcripción como la versión castellana han sido revisadas por los doctores Ernesto Sourrouille, Isaac J. Anaya y por don Luis Hervas.

Al dar por terminada esta obra, cábeme la íntima satisfacción de agradecer al señor Ministro de Justicia, e Instrucción Pública, doctor Manuel de Iriondo, al Honorable Consejo Nacional de Educación, a su dignísimo Presidente Ingeniero Octavio S. Pico, a los vocales Doctores José Rezzano, Nicolás A. Avellaneda, Félix Garzón Maceda y José A. Quirno Costa, que han hecho posible la publicación de esta obra, a los ex vocales profesor Eleuterio F. Tiscornia e Ing. Manuel Gallardo, al ex ministro de Instrucción Pública, doctor Antonio Sugarna, a la Universidad de Tucumán en la persona de sus ex Rectores doctores Juan B. Terán y Julio Prebisch, al Gobierno de la Provincia de Jujuy, al ex Interventor doctor José Lacas Penna, al ex ministro profesor Pedro Campos, a los doctores Ernesto Sourrouille, Daniel Ovejero, a don Clementino Colombres Garmendia y al sabio profesor Arturo Marasso, que han favorecido la investigación y para terminar, cumplo con el grato deber de agradecer al doctor Ernesto E. Padilla, espíritu selecto, jatun sonceoi, que en todo momento me ha dado su estímulo y sus sabias orientaciones, con el patriótico intento de salvar la poesía popular del antiguo Tucumán.

Juan Alfonso Carrizo