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Cancionero popular rioplatense. Lírica gauchesca

Tomo II


Jorge M. Furt



Portada



[Indicaciones de paginación en nota1.]



  -[6]-  

O voi ch'avete gl'intelletti sani
mirate la dottrina che s'asconde
sotto il velame degli versi strani!


(DANTE, Inf., IX, 61-63).                


  -[7]-  

ArribaAbajo Advertencia

Concluido hace más de un año en su parte fundamental, he ido postergando hasta ahora la publicación del último volumen de este trabajo, porque, a pesar de reconocerle la solidez de la documentación que encierra, pensé muchas veces que debía completarlo con un capítulo de estudio. La carencia de algunos libros indispensables me ha llevado, por fin, a la necesidad de suprimirlo, aunque, en rigor, perduran siempre sus líneas generales ya que se hubiera reducido a la agrupación de las notas y apuntes que estos dos volúmenes contienen, agrupación definitiva que en ellos no era posible sin quebrantar el orden numérico de las llamadas, sujeto, a su vez, a la pauta que ordena al cancionero. En esas notas, mayormente en las del tomo actual, va todo lo sugerido por el aprendizaje de varios años de trabajo, ya que debo confesar que, después de haber encontrado las teorías en libros extranjeros, la propia labor ha sido mi única maestra: tan ínfimo es el material aprovechable en las publicaciones argentinas. Y digo esto, aunque no he renunciado todavía a   -8-   encontrar también alguna crítica ilustrada que pueda insinuarme algo para mejorar empresas venideras, pues nada espero, como es de suponer, de esa crítica de audacia que pretende substituir con invenciones personales la penuria o la ausencia, de capacidad, ni de esa otra, aún más desdeñable, que ataca a quien no solicita sus elogios: fácil mercancía para el que se inclina a recogerla.

Parecerá para muchos una osadía sin fundamento esa opinión sobre la bibliografía y sobre la parte mayor de nuestra prensa; pero, en aquélla por lo pronto, si, comparando, recuerdo el sentido de inconsistencia que rinde, a pesar de todo, la parte personal de este Cancionero, no es posible engañarse sobre el valor de trabajos que se afirman bien visiblemente en documentación y en estudio más precarios todavía. No es el folklore materia que pueda dominarse con devaneos superficiales. Para establecer una base sólida de trabajo es necesaria la exposición completa de fuentes obtenidas de primera mano, pues únicamente con la propia observación puede surgir un criterio más o menos aceptable. Por desgracia, no es poco el desamparo que así encuentra quien penetra en la materia, al cerciorarse que el balbuceo o la ampulosidad verbal tratan de ocultar la ausencia de toda investigación seria, fructuosa siquiera por lo que puede sugerir. No es que, a favor de cómodo desplante, se desconozca el mérito de los iniciadores que, aunque no tuvieron la comprensión de una disciplina intelectual, conservaron en algo documentos de una época; pero no es posible, tampoco, dejar de inclinarse -si el parecer se generaliza- ante la verdad, acaso despiadada,   -9-   que en cuanto a la ciencia de los libros, el autor de Mendoza y Garay insinúa en un prólogo reciente, aplicándola, quizá con injusticia, a determinada obra.

Esta parte lleva igual organización a la primera y, como en ella, todas las coplas han sido buscadas por mí en su venero mismo, salvo algunas particularmente ofrecidas. Si alguien estimara que no es muy copioso el material expuesto, observaríale la omisión del acervo que en otras y grandes áreas geográficas pudo coleccionarse, aunque este grupo no ha menester ser aumentado para que el estudioso penetre en sus caracteres y dé -en el núcleo de hibridación quichuo-castellana- la palabra definitiva sobre su valor y significado en las letras argentinas.

He deseado que cada tomo de documentos diera aisladamente la impresión de un conjunto, dentro de la unidad total; así, en vez de agrupar una mitad de los temas en un volumen y una mitad en otro, he reunido en dos libros de idéntica estructura el material distinto. De este modo, también cualquiera ampliación en una reedición probable -ampliación necesaria con el tiempo en estos trabajos que nunca pueden ser completos- se reduciría al aumento de tomos sin alterar los publicados. Por otra parte, la independencia, en rigor, es aparente, ya que las notas e índices abarcan los libros sin división alguna. De acuerdo con mi primer propósito, comentario valorizador se incluye en el cuerpo documental en otro libro pretendí mostrar aislado el carácter de la hermosura en estas coplas campesinas; aquí, en cambio, he querido   -10-   sólo reunir -como otra vez lo dije- los versos, bellos o vulgares, a través de cuya letra logra dibujarse el perfil gauchesco, ya que, sin distinciones, en esta fuente fecundísima habrá de cimentarse alguna vez la obra de arte que, con mucho amor y mucha cultura, detendrá en nuestra pampa un reflejo de armonía antigua y de independencia literaria.

No se crea una insistencia inoportuna mi reiterada alusión a las notas, porque en ellas planteo problemas y arriesgo pareceres alguna vez resueltos y acertados, simplemente sugeridos otras veces, al amparo de humildes apostillas que no exigen la solemne pretensión de los estudios con afín definitivo. Así, en ese sitio, trato también de reseñar toda la labor fragmentaria y dispersa -ya reunida en el tomo anterior- que ha precedido a esta publicación y que he logrado leer; establezco una parte del tributo hispánico que contribuye a formar la poesía gauchesca; en una palabra -fuera de la colección que es casi toda propia, a pesar de que una décima parte está en publicaciones anteriores-, he querido que aquí se reúna la constancia de los demás libros. Quizá de tal modo la obra no sea del todo inútil e interese, entre los que ahora comienzan a estudiar esta fuente de la literatura argentina, a los pocos que, para dar cierto valor a sus trabajos, no necesitan callar o desdeñar la labor ajena.

Marzo de 1925.





  -[11]-  

ArribaAbajoSentenciosas

  -[12]-     -[13]-  
1382 Los mozos son cariñosos
cuando están en la reunión,
y cuando se pasa el baile
ya se pasa la ilusión.

(Córdoba y Buenos Aires).


1383 No vas contando a nadie
lo que te dije al oído,
hombre que no es reservado
no merece ser querido.

(Córdoba).


1384 Apenas el hombre nace
ya principia a padecer,
cuando es chico por la leche
cuando es grande por querer2.

(Santiago del Estero y Buenos Aires).


1385 El hombre que llega a viejo
pierde lo que ha merecido,
porque ya no hay en el mundo
quien le remita un suspiro3.

(Buenos Aires).

  -14-  
1386 Palabras de los mozos
todas son falsas,
papeles y papeles,
cartas y cartas.

(Córdoba).


1386a  Papeles son papeles,
cartas abiertas,
palabras de los hombres
todas son ciertas.

(Catamarca).


1387 Las palabras de los hombres
son como la caña vana,
que lo que dicen un día
ya no se acuerdan mañana.

(Catamarca y Buenos Aires).


1388 Los dichos del hombre duran
lo que las olas del mar,
la que nace, al punto muere,
olas vienen y olas van.

(Córdoba y Buenos Aires).


1389 Los hombres son embusteros,
nunca dicen lo que sienten,
por eso cuando los oigo
creo firme de que mienten.

(Córdoba).

  -15-  
1390 La vara de San José
todos los años florece;
la constancia de los hombres
se pierde y no aparece.

(Catamarca).


1391 Yo soy un muchacho tierno
como la planta de abrojo,
pisando en los dos estribos
soy de cría que no aflojo.

(Córdoba y Buenos Aires).


1392 El amor del forastero
es como la espina del monte,
que hinca y queda doliendo...
¡Qué fiero el querer de golpe!

(Córdoba).


1393 El amor del forastero
es como espina de tuna,
punza y queda doliendo
sin esperanza ninguna.

(Córdoba y Buenos Aires).


1394 Que cosa fiera había sido
andarse de forastero,
lo habían sabido tratar
como tiento de otro apero.

(Santiago del Estero).

  -16-  
1395 Imposible se me hace
que los pastores
que andan por el campo
sepan de amores4.

(Catamarca).


1396 Por el río abajito
corren mis penas;
le pido, moza del alma,
no las detenga,
que las penas del hombre,
vidita mía,
van mejor río abajo
que río arriba5.

(Catamarca).


1397 No te enamores niña
de ese mocito,
que pica y se vuela
como el mosquito6.

(Buenos Aires y Córdoba).


1398 No te enamores, mi vida,
no te enamores
de los sombreros plomo,
que son traidores.

(Catamarca).

  -17-  
1398a  No te enamores, niña,
no te enamores
de los ojos azules,
que son traidores.

(Catamarca y Buenos Aires).


1399 El amor de los hombres
es como leña:
llena el cuarto de humo,
luego se pierde7.

(Catamarca).


1400 El amor de los hombres
es como un vaso,
que en cuantito se cae
pierde un pedazo.

(Buenos Aires).


1400a  Toditas las niñas
son como el vaso,
que con un mal golpe
se hace pedazo8.

(Córdoba).


1401 Las mujeres cuando lloran
son lágrimas del momento,
un hombre derrama una
y va llena'e sentimiento.

(Catamarca).

  -18-  
1402 El amor de las mujeres
es lo mesmo que l'albaca,
que más ligero retoña
cuanto más hojas se arranca.

(Buenos Aires).


1403 El amor de las mujeres
lo comparo a la pajuela,
que arde mucho, dura poco
y no alumbra, pero quema.

(Córdoba y Buenos Aires).


1404 Las mujeres de este tiempo
son como la cabrilla,
que no pueden andar solas,
tienen que andar en tropilla.

(Córdoba y Buenos Aires).


1405 Las mujeres hoy en día
son hechas al interés,
si al burro le vieran plata
también lo habrían de querer.

(Córdoba).


1406 Ahí te mando mis amores
envueltos en un velo negro,
cuando la mujer es buena
no se vende por dinero.

(Córdoba).

  -19-  
1407 A la mujer que gusta
del alboroto,
hay que tratarla igual
que bota'e potro,
untarle bien el lomo
un día y otro.

(Córdoba).


1408 Es la mujer casada
fruta prohibida,
que a pegarle un mordisco
siempre convida,
pobrecito el marido
que no la cuida.

(Córdoba).


1409 La mujer que a mí me quiera
ha de ser al gusto mío,
ha de salir a la calle
cuando se lo haya alvertido.

(Córdoba y Buenos Aires).


1410 Cuando la mula se para
y no quiere caminar,
así son estas mujeres
cuando tratan de olvidar.

(Córdoba).

  -20-  
1411 A la mujer y a la mula
con un palo se acobarda,
a la mujer y a la cabra
no hay que darles soga larga.

(Córdoba y Buenos Aires).


1412 La mula cuando recula
es seña que va a cocear;
la mujer, como la mula,
recula para olvidar9.

(Córdoba y Buenos Aires).


1413 Las niñas de estos años
son muy bonitas,
pero son más pedigüeñas
que almas benditas.

(Santiago del Estero y Córdoba).


1414 La piedra que rueda lejos
no sirve para cimiento,
la mujer que es querendona
no le traten casamiento.

(Santiago del Estero y Córdoba).


1415 La mujer se parece
a la enredadera,
que cuanto más se cría
más se enrieda.

(Catamarca y Buenos Aires).

  -21-  
1416 No es cierto eso que dicen
que a veces la mujer llora;
son los ojos los que pagan:
la mujer no llora nada.

(Catamarca y Córdoba).


1417 Las muchachas de Dolores
son blandas de corazón,
por eso es que muchas veces
encuentran su perdición10.

(Buenos Aires y Córdoba).


1418 Los demonios son los hombres,
según dicen las mujeres,
sin embargo están deseando
que el demonio se las lleve11.

(Buenos Aires).


1419 La mujer chiquitita
corre peligro,
como quirquincho'i bola
junto al camino12.

(Santiago del Estero).


1420 El amor chiquitito
es un regalo,
más bien chico y bueno,
no grande y malo.

(Catamarca).

  -22-  
1421 Decís que no me quieres
por ser muy chica,
más chica es la pimienta
¡y a ver si pica!

(Catamarca).


1422 Ninguna niña bonita
a ningún mozo desprecie,
también la soga por gruesa,
de una vuelta se destuerce.

(Córdoba).


1423 A la bonita, quererla,
si no darle de comer,
porque comiendo se olvida
y con hambre quiere bien.

(Córdoba y Buenos Aires).


1424 La mujer que quiere a dos
cuál será su pensamiento,
cuando se junten los dos
¿cómo irá a dar cumplimiento?

(Santiago del Estero y Córdoba).


1425 La niña que quiere a dos
los tiene como hermanitos,
uno se lleva la jaula
el otro los pajaritos.

(Córdoba).

  -23-  
1426 Cuando dos quieren a una
y los dos están presentes,
el uno cierra los ojos,
el otro aprieta los dientes13.

(Santiago del Estero).


1427 Yo sé que tú tienes dueño,
y así con dueño te quiero:
quien adora prenda ajena,
tiene un amor verdadero.

(Catamarca).


1428 Flor de chañar,
flor de mistol,
prenda con dueño
se goza mejor.

(Santiago del Estero).


1429 De querer quisiera
a la más bonita
pero no con dueño,
Dios no permita.

(Santiago del Estero y Buenos Aires).


1430 No te enamores,
vidalitá,
del amor ajeno,
cuando menos se piensa,
-24-
vidalitá,
se aparece el dueño.

(Santiago del Estero).


1431 Yo no me enamoro
vidalitá,
del amor ajeno,
y si me enamoro,
vidalitá,
no me importa el dueño.

(Santiago del Estero).


1432 Si alguno me solicita
con buen fin y es caballero,
si me quiere a mí solita
hei de averiguar primero.

(Córdoba).


1433 El cigarro que se apague
no lo vuelvas a prender,
a mujer que abandonaste
no la vuelvas a querer.

(Santiago del Estero y Buenos Aires).


1434 No te cases con viuda,
vidalitá,
porque es desacierto,
debajo'el almohada,
-25-
vidalitá,
te suspira el muerto.

(Córdoba).


1435 Yo le pregunté a un casado,
-¿Casado qué tal te va?
y él me contestó diciendo:
¡Casate vos y verás!

(Catamarca y Buenos Aires).


1436 A mí me dio un consejo,
un viejito pasiandero,
que el amor de los casados
lo machaque en el mortero.

(Córdoba y Buenos Aires).


1437 En ningún hombre casado
pongás nunca tu querer,
porque al fin de la partida
te lo lleva la mujer.

(Santiago del Estero y Córdoba).


1438 En la punta de la cumbre
suspiraba un tero-tero,
y en el suspiro decía:
qué lindo es vivir soltero.

(Santiago del Estero y Catamarca).

  -26-  
1439 No hay vida más desgraciada
que la del pobre soltero,
la pasa de casa en casa
haciendo torear los perros.

(Córdoba y Buenos Aires).


1440 Si tenís amor nuevo
gastarás oro,
y si no lo gastas
andarás solo.

(Santiago del Estero).


1441 Desecha todo temor,
viví alegre y placentero,
que el que fue primer amor
siempre ha sido verdadero.

(Córdoba).


1442 Amor viejo ya no sirve,
amor nuevo me he'i buscar,
al viejo lo he'i echar al fuego,
y al nuevo lo he'i estimar.

(Catamarca).


1443 El amor es altanero
sólo cuando va triunfando,
antes anda el pobrecito,
limosnero, suplicando14.

(Catamarca).

  -27-  
1444 El amor es un niño
que cuando nace,
mientras más chiquitito
más satisface.

(Córdoba).


1444a  El amor es un mocito
que cuando nace,
con cualquier cariñito
se satisface.

(Córdoba y Buenos Aires).


1445 El amor es un niño
que va creciendo,
cuanto más le van dando,
más va queriendo.

(Córdoba).


1446 El amor es una planta
que nace del corazón,
si lo regás con desprecio
se secará con razón.

(Santiago del Estero).


1447 El amor y los campos
son casi iguales,
que faltándole riego
son secadales15.

(Catamarca y Buenos Aires).

  -28-  
1448 Son secadales, sí,
pero en lloviendo,
el amor y los campos
van floreciendo.

(Catamarca).


1449 Es el amor, vidita,
como la sombra,
que mientras más se aleja
más cuerpo toma.

(Buenos Aires).

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