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ArribaAbajoOraciones, relaciones y coplas infantiles


    L'ignorance manque de foi.
(A la ignorancia le falta la fe.)


M. Raymond.                


Los hombres disipados y groseramente corrompidos se hallan menos apartados del reino de Dios que los filósofos soberbios y cuestionadores.


Legns.- (Examen del Cristianismo).                


La revelación ha sido dada para los sencillos de espíritu y de corazón, que creen porque «sienten» y no porque «saben».


Carlos Nodier.                


Ce sont les choses simples qui émeuvent le plus les coeurs profonds, et les esprits intélligents.


Alexandre Dumas.                


(Las cosas sencillas son las que más conmueven a los corazones profundos y a los entendimientos inteligentes).


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ArribaAbajoMáximas que repetía un excelente padre a sus hijos

Presencia de Dios.

Haz lo que hagas.

Busca a Dios en todas las cosas.

Los ojos en el cielo (al acostarte).

Aprende la mortificación, ahora que eres inocente.

No seas curioso sino para ser caritativo.

No disputes ni contigo mismo.

Huye de la distracción como de un grande enemigo.

Ociosidad... ni para descansar.

Busca los amigos entre los de tu estado.

Levántate temprano y tendrás buen humor.

El primer pensamiento para Dios (al levantarte).

Aprende a comer lo que no te gusta, y no busques con afán lo que te gusta.

Deja al mundo detrás de la puerta (al entrar en la iglesia).

Las revoluciones son la cobertura de la impiedad.

Todo lo que te sobra es de los pobres.

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Piensa que todo lo que tienes de malo es tuyo, y lo que tienes de bueno, es de Dios.

No maltrates a los animales, que no pueden pedir consuelo para los que sufren.

No digas jamás haré, sino hago; ni iré, sino «voy».

No observes las faltas del prójimo, sino de sus buenas obras.

No mires lo que has andado, sino lo que te falta que andar.

No mires a los que están más alto, sino a los que están más abajo.

En verano piensa en los herreros, y en invierno, en los que recogen la nieve.

No quieras nada, y lo tendrás todo.

No dispongas del día de mañana.

La cera se derrite, y cada gota ¡quién sabe lo que vale! (Cuando tardaba en vestirse para ir al templo).

El callar es azúcar.

Aprovechar el tiempo, que vale el cielo.

No te afanes por gozar.



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ArribaAbajoOraciones y relaciones infantiles

La más corta y primitiva es la que en Valencia enseñan las madres a sus niños al levantarlos por la mañana de su cama, y llevándolos medio desnudos y aún medio dormidos, y arrodillándolos ante una imagen de la Señora del Amparo, y haciéndoles balbucear estas palabras:

¡Madre, pan!




Oración de la mañana


Abajo    Bendita sea la luz del día
y el Señor, que nos la envía;
tenga usted muy buenos días.




Al acostarse


ArribaAbajo    A acostarme voy, sola y sin compaña,
la Virgen María está junto a mi cama;
me dice de quedo: mi niña, reposa,
y no tengas miedo de ninguna cosa.

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Otra


ArribaAbajo    Señora Santa Ana,
de Cristo abuelita,
duérmeme en tus faldas,
que soy chiquitita.
    Custodia mi sueño,  5
no dejes me aflija,
ni mal, ni desvelo,
ni la pesadilla.




Al irse a jugar ante una imagen de la Señora


ArribaAbajo    Madre mía querida,
vuestra esclava soy,
con vuestra licencia
a jugar me voy,
    Con vuestra mano bendita,  5
madre de mi corazón,
aunque soy pecadorcita,
echadme la bendición.




Después de comer


ArribaAbajo    Bendito sea el Señor,
que nos ha dado de comer
sin merecerlo.

 (Todos.) 

       Amén.
    Como nos da sus dones,  5
nos dé su gracia.
       Amén.
Dios se lo dé
al pobrecito que no lo tiene.
       Amén.  10

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Al ser de la oración


El ángel del Señor anunció a María.

(Se reza un Ave-María).


Aquí está la esclava del Señor en mí según su palabra.

(Se reza otra Ave-María).


El hijo de Dios se hizo hombre, y habitó entre nosotros.

(Tercera Ave-María).


Recibid, Virgen María,
estas tres Ave-Marías
que esta tu esclava te envía.

La primera, por los que están en la agonía.

La segunda, por los que están en pecado mortal.

La tercera, por los que están en la mar o en peligros de la tierra.


Las pongo en las manos vuestras,
para que nos sean perdonados
nuestras culpas y pecados.
       Amén.




Al oír la campanilla que anuncia el viático



(Un Padre Nuestro.)


En gracia te reciba el alma que te desea.

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A toque de ánimas


   Ánimas benditas fieles,
que en el Purgatorio estáis,
que amargas penas pasáis  25
y tormentos mil crueles;
el Señor que os redimió,
tenga por bien el llevaros
a la gloria que os ganó.




Al pasar el viático


    Jesucristo va a salir;
yo por Dios quiero morir,
porque Dios murió por mí.
Los ángeles, cantan;
la Virgen, lo adora;
bendito el Señor
que sale a estas horas.

Antes de haber, cual existen hoy, colegios para las niñas, había «amigas», en las que sólo se enseñaba la doctrina cumplidamente, coser y bordar con perfección, leer y escribir.

Como la enseñanza era sencilla, así lo eran también las arenguitas que en los exámenes (a los que sólo asistían contadas personas) decían las niñas, en las que no brillaba el arte por cierto, sino la más completa sencillez.

Vamos a trasladar aquí algunas, aunque insignificantes, pero graciosas.

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Téngase presente que las que hablan son oraderas de cuatro a seis años.



    Aquí vengo no sé a qué,
con mi barba de conejo.
¡Ay! ¡Quién se comiera a un viejo
que fuese de mazapán!
       ¡Ahá! ¡Ahá!
Como soy tan chiquitita, ya no sé más.

    Aquí vengo no sé a qué,
por darle gusto a mi abuela,
y que me digan las gentes,
anda, niña, que eres fea.
No digo que soy bonita,
ni que tengo garabato;
pero tengo un no sé qué,
que engatusa a más de cuatro.

    Aunque me dicen mocosa,
tengo mi pelo peinado,
y lavadita mi cara;
tengo mi guiñar de ojos (los guiña),
tengo mi sacar de pata (saca el pie).
¿Y esta posturita es buena?
¿Y esta posturita es mala?
Pues más de cuatro quisieran
darme un besito en la cara.

    Yo soy doña Ana de Chaves,
la de los ojos hundidos,
casada con tres maridos;
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todos fueron capitanes;
murieron en las milicias.
Donde murieron mis padres
dejándome por herencia
manos blancas y ojos negros;
beso a usted las suyas, señor caballero.

    Aquí vengo a no sé qué
la maestra lo ha mandado.
¡Ay! ¡Jesús! Que me ha costado,
¿no se lo dije yo a usted?,
un granito de pimienta.
También hace su papel,
perdone vuestra merced,
que como soy tan chiquitita,
mi relación también lo es.



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ArribaAbajoAsuntos religiosos

Los Mandamientos



ArribaAbajo    Alma, atiende y escucha
estos cantares,
porque corrección tengas
de tus maldades.
    Observar diez preceptos  5
Dios ha mandado;
aquel que los guardare,
será premiado.


I

    Sobre todas las cosas
has de quererlo,
ni por el mundo entero
has de ofenderlo.


II

    Su santo nombre en vano
jurar prohíbe.
Con verdad y justicia,
sí, lo permite.
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III

    Santifica las fiestas
oyendo misa,
sin trabajar en cosa
por muy precisa.


IV

    Honrar a padre y madre
también previene,
y ensalza a quien a todo
respeto tiene.


V

    Si a alguno mal deseas,
o bien la muerte,
contra Dios has pecado
y gravemente.


VI

    Que seas puro y casto,
te manda el sexto
en palabras, en obras
y en pensamientos.


VII

    No quites nada a nadie,
porque lo hurtado
nunca luce, y lo mismo
lo mal ganado.
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VIII

    Al prójimo no trates
con falsedades,
mentiras, testimonios,
más con verdades.


IX

    El que en mujer ajena
pone el deseo,
al Cielo y a su prójimo
ofende a un tiempo.


X

    Ten siempre los sentidos
muy vigilantes,
para que el enemigo
no los contraste.
Caridad, fe, esperanza,
son los motivos
que hacen a Dios y al hombre
finos amigos.



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ArribaAbajoJesús al alma


ArribaAbajo    Si dejarte yo tu cruz
es prueba de amor muy clara,
¿por qué llegas a afligirte,
como si yo no ye amara?
    Aunque quieras tú dejarla  5
esa cruz, juzgo que no,
¿pues a ayudarte a llevarla
cuándo me he negado yo?
    Pues si a todos favorezco
y sus gemidos me inflaman,  10
¡cuánto más yo compadezco
a aquellos que a mí me aman!
    Si luego que el ser te di,
quise al cielo destinarte,
¿cómo he de dejar de amarte,  15
si te crié para mí?
    Si no dejé de llamarte
cuando de mí te apartabas,
ya que me buscas y alabas,
¿por qué no he de perdonarte?  20
    De que estás a mi cuidado
y no quiero condenarte,
la mayor prueba te he dado,
que fue morir por salvarte



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ArribaAbajoConversión de San Agustín


ArribaAbajo    Por las orillas del mar,
según lo afirman diversos,
se paseaba Agustín,
confuso su entendimiento,
por la disputa de Ambrosio,  5
sostenida en aquel tiempo.
    Va imaginando entre sí,
y estas palabras diciendo:
«¿Es posible el creer yo,
»es posible creer esto:  10
»Tres personas, sólo un Dios,
»sólo uno, y verdadero?
»Que así lo diga mi madre
»no me maravillo de eso,
»que palabras de mujer  15
»las más se las lleva el viento.
»Pero que lo diga Ambrosio,
»hombre de tanto talento,
»eso causa admiración
»y en gran confusión me ha puesto».  20
    Estando en estas razones,
vio cerca a un niño muy bello,
el que con una conchita
sacaba del mar soberbio
agua, con la que llenaba  25
un hoyito que había hecho.
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    «¡Cómo te estás regalando
»y te estás entreteniendo!
»¡Quién fuera como tú eres!
»¡Quién de tu edad y tu tiempo!  30
»¡Qué pensamientos me angustian
»y turban mi entendimiento!
»Di, niño, ¿qué hacer pretendes?»
    -Agotar el mar pretendo-
respondió el niño.
«Muy arduo
 35
»es, hijo mío, tu empeño.
»Mas te disculpa la edad,
»y no es mucho digas eso.
»Pero, niño, no te canses,
»es el hoyo muy pequeño,  40
»las aguas del mar son muchas,
»y no lograrás tu intento».
    Entonces respondió el niño:
«Más fácil es encerrarlas
»en aqueste hoyito estrecho,  45
»que no de Dios las grandezas
»en humano entendimiento».
Y aquel niño se ausentó
tales palabras diciendo.
    Entonces San Agustín:  50
«No te vayas, niño bello,
»que me salvas con lo dicho,
»que basta para el discreto».



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ArribaAbajoLa oración del simple

Había una mujer muy buena y muy devota que tenía un hijo buenísimo, pero tan simple y falto de memoria, que nunca había podido aprender sino esta oración:


ArribaAbajo    Señor mío Jesucristo,
dueño de mi corazón,
perdóname mis pecados,
que vos sabéis lo que son.
Todos a vos los confieso  5
con dolor y contrición;
oídme en penitencia,
leed en mi corazón,
y pues lo veis, traspasado,
echadme la absolución.  10

Siendo ya casi un hombre, su madre le llevó a confesar; pero examinado que fue por el confesor, este le dijo a la pobre que no podía confesarlo por ignorante y simple.

Madre e hijo se echaron a llorar amargamente al ver al segundo excluido del Santo Sacramento de la Eucaristía.

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Mientras el sacerdote se había revestido para decir misa, vio sobre el altar un letrero, que desapareció tan luego que lo hubo leído, y que decía:

Absuelve a ese penitente, cuyo confesor he sido yo cada noche.



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ArribaAbajoLa pasión de Jesucristo

Explicada con las piezas de que se compone el arado8



ArribaAbajo    Del arado cantaré,
de piezas le iré formando,
y de la Pasión de Cristo,
misterios iré explicando.
    La cama será la Cruz,  5
la que Dios tuvo por cama.
    El truhero que atraviesa
por el dental y la cama,
es el clavo que atraviesa
aquellas divinas palmas.  10
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    La telera y la chaveta,
ambas a dos forman cruz;
consideremos, cristianos,
que en ella murió Jesús.
    El timón que hace derecho,  15
que así lo pide el arado,
significa la lanzada
que le atravesó el costado.
    Las belortas son de hierro,
donde está todo el gobierno;  20
significa la corona
de Jesús el Nazareno.
    El yugo será el madero
donde a Cristo le amarraron,
y las sogas y cordeles  25
con que le ataron las manos.
    El barreno que atraviesa
la clavija del timón,
significa el que traspasa
los pies de Nuestro Señor.  30
    Los collares son las fajas
con que le tienen fajado;
los cencerros los clamores
cuando le están enterrando.
    Las toparras que se encuentra  35
el gañán cuando va arando,
nos significa las caídas
que dio Cristo hasta el Calvario.
    El surco que el gañán lleva
por medio de aquel terreno,  40
nos significa el camino
del Divino Nazareno.
    El gañán es Cirineo,
el que a Cristo le ayudaba
a llevar la Santa Cruz  45
de madera, tan pesada.
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    La semilla que derrama
el gañán por aquel suelo,
significará la sangre
de aquel Divino Cordero.  50
    Casados, que tenéis hijos
y habéis oído al arado,
atended a su crianza
y procurad enseñarlos.



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ArribaAbajoAl Ecce-Homo


ArribaAbajo    El lisonjero juez
que para su rey ha habido
por interés de su gracia
y por no perder su oficio.
    En un balcón de su casa,  5
azotado y escupido,
para que el pueblo le vea
puso al inocente Cristo.
    Después de noche tan fiera,
amanece el sol teñido  10
de sangre, y en vez de rayos,
puntas de juncos y espinos.
    A las llagas de su cuerpo,
pegado un rojo vestido,
que también lo hicieran rojo  15
si fuesen blancos armiños.
    Veis aquí, les dice, el hombre
a quien desde el cielo dijo
con su voz el Padre Eterno:
«Este es mi hijo querido,  20
»aquí le traigo enmendado».
¡Oh! ¡Qué extraño desatino!
Enmendar su hijo a Dios,
tan bueno y tan infinito.
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    Quita, quita, le responden  25
viejos, mancebos y niños.
Muera, muera, muerte infame,
pues hijo de Dios se hizo.
    ¡Ay! ¡Jesús! Hijo de Dios,
que este nombre y apellido  30
no lo tenéis vos hurtado,
pues sois igual con Dios mismo.
    Virgen santa, decid vos
lo que el ángel os ha dicho,
y de Cristo los profetas  35
dijeron por tantos siglos.
    Y que ese preso azotado
es aquel que cuando niño
adoraron los tres reyes,
y le llevasteis a Egipto.  40
    Abonadle, Virgen bella,
decid que de Dios es hijo,
que puesto que sois mi madre,
bien valéis para testigo.
    Abonada sois, Señora,  45
todo el bien de vos nos vino,
bienaventurados os llaman
cuantos son, serán y han sido.
    Decid vos que es el cordero,
Bautista, aunque sois su primo,  50
que quien por verdades muere,
bien merece ser creído.
    Decid, ángeles hermosos,
que este es el mismo que vimos
nacer de amor abrasado,  55
aunque temblando de frío.
    Decid Pedro, Juan y Diego,
que a su padre habéis oído,
que es su hijo, en el Tabor,
si el miedo os deja decirlo.  60
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    Llegad presto, que dan voces
en aquel falso concilio,
para que la vida muera,
que es Dios sin fin y principio.
    ¡Ay! Virgen, mirad que quitan  65
a un fiero ladrón los grillos,
y a Jesús ponen al cuello
la soga de mis delitos.
    Paréceme que decir
gloria de los ojos míos,  70
más quiere el mundo un ladrón
que a Vos, cordero divino.
    Mientras le dan la sentencia,
almas con tristes suspiros,
decid a su Eterno Padre  75
que se duela de su hijo.
    Señor, aquí está el esclavo,
yo soy de la muerte digno,
pero está cerrado el cielo,
no querrá su padre oíros.  80
    Y más que si Vos causáis
su muerte, estará ofendido
de que habléis por su inocencia,
siendo el dueño del delito.
    Volved a la Virgen Santa,  85
y acompañad su martirio,
que también mata el dolor
donde no llega el cuchillo.



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ArribaAbajoRelaciones religiosas


ArribaAbajo   A la sombra de un olivo
está la Virgen María,
dándole el pecho a su niño,
y el niño no lo quería.
¿Dime, por qué lloras, niño,  5
por qué lloras, alma mía?
    -No lloro por los azotes,
ni por lo que me dolía;
lloro por los pecadores
que mueren todos los días,  10
que el infierno ya esta lleno,
y la gloria está vacía.
    La Virgen se está peinando
al pie de Sierra Morena,
los cabellos son de oro,  15
la cinta de primavera.
Por allí pasó San Juan,
diciendo de esta manera:
¿Cómo no canta la blanca?
¿Cómo no canta la bella?  20
-¿Cómo quieres que yo cante,
si me hallo en tierra ajena,
y un hijo que yo parí,
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más blanco que una azucena,
me lo están crucificando  25
en una cruz de madera?
Si me lo queréis bajar
aprisa, en una carrera,
a Nicomedes, a Juan
y a María Magdalena,  30
también las otras Marías,
la Verónica con ellas,
y los dos santos varones
suban por una escalera,
y bajen a mi Jesús,  35
mi norte, guía y estrella.
    Santa Ana parió a María,
y María parió a Dios;
diga usted, ¿cuál de las dos
parió con más alegría?  40
Unos dicen que Santa Ana,
y otros dicen que María.



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ArribaAbajoActo de amor compuesto por una monja


ArribaAbajo    Crucificado Amor,
en quien mi amor descansa,
cuando de amar las penas
me tienen más penada.
    Crucificado Dueño  5
de aquesta vil esclava,
que a honor de fiel esposa...
tu inmenso amor exalta.
    Mansísimo Cordero,
que cuando más te ultrajan,  10
sufriendo con silencio,
más tu inocencia clama.
    Jesús, amado mío,
vida y bien de mi alma,
a quien mi amor redujo  15
a ser blanco de infamias.
    Cuando en la cruz te miro
entre mortales ansias,
de tres clavos pendiente,
vertiendo sangre tanta.  20
    La que ofreces amante
en cinco fuentes claras,
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para regar la tierra
estéril de mi alma.
    Cuando miro tu frente,  25
de espinas taladrada,
y que tus ojos ciega
la sangre que los baña.
    Cuando miro tus labios,
en quien la esposa santa  30
quiso imprimir los suyos,
a fuer de enamorada.
    Cárdenos, desunidos,
la sed que te aquejaba
de padecer, explican.  35
¡Oh, Piedad Soberana!
    Cuando así te contemplo,
lleno de angustias tantas,
y tu sagrado cuerpo
hecho todo una llaga.  40
    Si heridas te penetran
tus piadosas entrañas,
a mí herida me dejan
el corazón y el alma.
    Herida de tu amor,  45
herida y traspasada
de un ardiente deseo
de estar crucificada.
    En la cruz con mi Cristo,
mi bien y mi esperanza,  50
mi amor, mi rey y esposo
y centro de mis ansias.
    ¡Oh, mi Jesús benigno!
¡Quién se viese engolfada
en ese mar amargo  55
y dulce a quien te ama!



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ArribaAbajoSaetas de Semana Santa


ArribaAbajo    Viendo Cristo que su muerte
se venía tan cercana,
llamó a su Madre prudente,
con discretas palabras,
se despidió de esta suerte:  5
-Quedad con Dios, madre mía,
vuestra bendición espero,
porque ya es llegado el día
que enclavado en un madero,
se cumplan las profecías.  10
También de mi padre espero
que me dé su bendición,
que voy a Jerusalén
a padecer mi pasión.
    -Hijo, si te fuese grato,  15
por ti padeciera yo
tu pasión por aliviarte.
-No. Madre; quedad con Dios,
que no puedo consolar
tal sentimiento y dolor.  20
    Llegó al huerto, hizo oración
por todos los que vivían,
y en santa contemplación,
gotas de sangre corrían
para nuestra redención.  25
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Por el pecador pedía,
entre angustias anegado,
en mortales agonías,
un ángel le ha confortado,
que el Padre Eterno le envía.  30
    Nuestro amado Redentor,
en quien se halla todo bien,
por el hombre pecador,
se acercó a Jerusalén,
conducido por su amor.  35
Con una pompa imperial
va el humilde caminante,
para librarnos del mal
a Jerusalén triunfante
entró el pastor celestial.  40
    Puesto Jesús en la mesa,
el pan bendice, diciendo:
«Este es mi cuerpo», promesa
y gran milagro estupendo,
que al Serafín embelesa.  45
    Con el cáliz en la mano,
hizo igual ofrecimiento,
y sus labios soberanos
han dejado al Sacramento
para el bien de los cristianos.  50
Ya le llevan al Calvario,
al son de ronca trompeta,
y el inicuo de Pilatos
le ha leído la sentencia.
La cruz le pone por cama  55
aquella gente maligna,
y luego, por cabecera,
una corona de espinas.
El Sol se vistió de luto,
y la Luna se eclipsó,  60
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los elementos temblaron
cuando murió el Redentor.
    Una corona le ponen
de espinas setenta y dos,
que le traspasan las sienes,  65
y a su madre el corazón.
    De tal manera lom vio,
que a San Juan le preguntó:
«¿Cuál de los tres es mi hijo,
»que no lo conozco yo?»  70



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ArribaAbajoCoplas de Nochebuena


Arriba   De frío tiritando
Jesús niño está,
demostrando al mundo
su santa humildad.
    Su tierna cabeza  5
quiere recostar
en un vil pesebre
do pajas están.
    Los palacios deja,
porque quiere dar  10
al género humano
lección de humildad.
    A grandes ciudades,
ved como no va,
prefiriendo a ellas  15
un pobre portal.
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    Almas puras, ¿qué os detiene
para venir con fervor
a los campos de Belén
a ver nacer esta flor?  20
    Todos le llevan al niño,
yo no tengo qué llevarle;
le llevo mi corazón,
que le sirva de pañales.
    Entre pajas nació Dios,  25
que tanto amó la pobreza.
Pues si el mismo Dios la amó,
¿quién de ser pobre se queja?
    La Virgen María
su pelo tendió;  30
hizo una cadena
que al cielo llegó.
    La Virgen María
va pisando nieve,
pudiendo pisar  35
rosas y claveles.
    ¡Viva la Virgen pura,
viva la Nazarena,
viva nuestra alegría,
viva la Nochebuena!  40
—227→
    Los Reyes Magos vinieron
guiados por una estrella,
y yo, Señora, he venido
guiado por tu luz bella.
    La Virgen va caminando  45
por los montes de Judea;
Santa Isabel la recibe
en su casa, placentera,
y San Juan Bautista,
que en su vientre estaba,  50
se hincó de rodillas,
y a Dios adoraba.





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ArribaAbajoRefranes y máximas populares

Recogidos en los pueblos de campo


El que por necesidad juega, por necesidad pierde.

Hay muchos tunos de un mismo pelo.

Una mano lava la otra, y las dos la cara.

El que dispone de su caudal antes de su muerte, merece que le den con una porra en la frente.

Trabajo hecho marchante aguarda.

Lo que no se empieza no se acaba.

El vino sobrante es para el ayudante.

Predicar a niños, confesar a monjas y espulgar a perros es tiempo perdido.

A un alevoso, dos traidores.

Lo mismo da morir de moquillo que de garrotillo.

Si por beber no he de ver, adiós luz.

  —230→  

Ni Cristo pasó de la cruz, ni yo paso de aquí.

Los viejos son como los cuernos: duros, huecos y retorcidos.

Donde yeguas hay potros nacen.

Debajo de ceniza están las ascuas.

La peseta, la vela y el entierro, por donde quiera.

A la pesca y a la caza, cachaza.

En cama de galgos no busques mendrugos.

¡Qué buen pueblo de pesca si tuviera río!

No es zorra, ni lobo, ni anda el camino, pero bebe buen vino.

No hay mejor andar que no parar.

En un cortijo grande, el que es tonto se muere de hambre.

En el cortijo que no hay chiquichanca ni casero, el último lava el caldero.

Mientras descansas, machaca granzas.

Ese es maestro de todas las ciencias y oficial de cosa ninguna.

Después de vendimias, cuévanos.

Al zorro durmiente nunca le canta grillo en el vientre.

Tú, que no sabes, me das lecciones.

Al paño, con el palo, y a la seda con la mano.

Sin espuela y freno no hay caballo bueno.

Sácame de hora y no me saques de paso.

  —231→  

Se aplicó la vieja a los berros, y no dijo verdes ni secos.

Asno de muchos, lobos se lo comen.

Aunque no bebo en la taberna, huélgome en ella.

Aunque callo, piedras apaño.

Quien es ruin en su villa, también lo será en Sevilla.

Una cautela con otra se quiebra.

Ayunar o comer truchas.

Becerrita mansa, que de todas vacas mama.

Buena vida, padre y madre olvida.

Cántaro que muchas veces va a la fuente, deja el asa o la frente.

Derrama la harina y recoge la ceniza.

El campo fértil, si no descansa se hace estéril.

El mentir quiere memoria.

El que ha de morir a oscuras, aunque tenga el padre cerero.

En casa del tamborilero todos son danzantes.

Eso quiere la mona, piñoncitos mondados.

Estos cuidados no matan al rey.

Júntate con buenos, y serás uno de ellos.

Robar para dar por Dios.

La cabra de mi vecina da más leche que la mía.

La muerte no perdona ni al Rey, ni al Papa, ni al que no tiene capa.

La verdad adelgaza, pero no quiebra.

  —232→  

Lo bien ganado se lo lleva el diablo, y lo mal ganado, a ello y a su amo.

Los dedos de la mano no son iguales.

Más vale acostarse sin cenar que amanecer con deudas.

Paga lo que debes y sanarás del mal que tienes.

Mucho vale y poco cuesta, a mal hablar buena respuesta.

No es bueno para silla ni para albarda.

No extiendas la pierna más de lo que alcanza la manta.

No lo quiero, no lo quiero, pero échamelo en el sombrero.

Púsose a santiguar y se sacó un ojo.

Un solo golpe no derriba un roble.

Por tomar autos y dar traslados a ninguno han ahorcado.

Al que bueyes ha perdido, cencerros se le antojan.

Quien tiene dinero pinta panderos.

Quien recibe a dar se obliga.

Quien traza el mal, lo padece.

Riña por San Juan, paz para todo el año.

La pereza es llave de la pobreza.

Si el que bien sirve no medra, el que mal sirve ¿qué espera?

Si quieres holgura, sufre amargura.

Quien no sabe de mal no sabe de bien.

  —233→  

Si te da el pobre, es porque más tome.

Trasnochar y madrugar no caben en un costal.

Súfrase quien penas tiene, que tiempo tras tiempo viene.

Tiempo ni hora no se atan con soga.

Unos levantan la caza y otros la matan.

Siembra gratitud y recogerás desengaños.

Ni enfermo que siga así, así, ni guardar dinero en zaquizamí.

El burro que más trabaja, más pronto rompe el aparejo.

Ni volver de noche esquina, ni meterte en lo que hace la vecina.

No compres casa en esquina, ni cases con mujer que no entre en la cocina.

En muriendo el arriero se sabrá de quién es la recua.

Para destetar al potro, matar la yegua.

Si quieres saber quién es el chiquichanca, derrama el agua.

No hay mejor menguante que el hacha por delante.

Ni mujer, aunque mala, que no rece, ni saludar a pobre que enriquece.

Ni faltar al que te presta, ni subir corriendo escala o cuesta.

Ni a hombre que hablando mire al techo, ni en posada alguna usar el lecho.

  —234→  

Ni vestirse de prestado, ni tratar con moza de soldado.

Ni bajar corriendo la escalera, ni casarse con hija de mesonera.

Pan y queso, mesa puesta es.

Perdonar al malo es decirle que lo sea.

Para su mal supo la hormiga volar.

Por huir del humo dio en las brasas.

Puercos con frío y hombres con vino hacen gran ruido.

Cual es el varón, tal la oración.

Cual más, cual menos, toda la llana es pelos.

Cuando el dinero habla todos callan.

Cuando no aprovecha la fuerza, sirva la maña.

Quien abrojos siembra, espinas coge.

Cuando truena, llover quiere.

Quien come y deja, dos veces pone la mesa.

Donde grandes ollas quiebran, buenos cascos quedan.

Dime de lo que presumes, y te diré de lo que careces.

Dando gracias por agravios negocian los hombres sabios.

Para fiestas iba la zorra, y llevaba el jopo ardiendo.

El que mal come, a la cara le sale.

Beneficios a corporaciones, sufragios por condenados.

  —235→  

Guarda que comer y no qué hacer.

No eches pan a perro que se le cae la cola.

Al freír será el reír, y al pagar será el llorar.

Si quieres vivir en paz, ni prestes dinero ni interés en hermandad.

El que se mete debajo de la hoja, dos veces se moja.

Caracoles, higos y brevas, agua no bebas.

El que se come el queso y se bebe la leche, que le busque el pasto a las ovejas.

Deja el vicio por un mes, y él te dejará por tres.

El que nada desea, todo le sobra.

El que mucho teme, algo debe.

Ninguno que beba vino le llame borracho a otro.

Enero caliente, al diablo lleva en el vientre.

En febrero busca la sombra el perro, y en marzo, el perro y su amo.

El que tiene y da no está obligado a más.

El que da lo que ha menester, el diablo se ríe de él.

Amistad de yerno, sol de invierno.

El tío de la zamarra parece que se cae, pero se agarra.

Por los pies del difunto se sacan las albarcas.

Satisfacción sin tiempo, sospecha al canto.

A junta de rabanades, oveja muerta.

No por miedo de gorriones se deja de sembrar cañamones.

  —236→  

De tejas abajo, cada uno come de su trabajo.

El diablo, harto de carne, se metió a fraile.

El rosario en la mano y el diablo en la faldriquera.

No adoptes hijos que no has tenido ni mujer de otro marido.

Después de mujer maldita, hábito de Santa Rita.

No esta el horno para pasteles

No hay más yesca que la que arde.

Vanidad y pobreza, todo en una pieza.

No puede con la fe de bautismo en palpeles.

A quien Dios se lo da, San Pedro se lo bendiga.

El que desea mal a su vecino, el suyo viene de camino.

Gato con guante no caza ratón.

Arriero que cambia la bota, o sabe a la pez o está rota.

En casa del regente, la mujer tengas por pariente.

Cuando la carreta se quiebra en el llano, de atrás le viene el daño.

Buena gente tiene el conde si no se esconde.

Caída soñada, sangría dada.

No te arrimes a señor ni a baranda de corredor.

De la viña del vecino sabe mejor el racimo.

El que crea un caudal no lo suele gastar.

Mesa puesta, cuestión resuelta.

  —237→  

Lo que hace la zorra en un año lo paga en una hora.

Si cuando chico come grano, ¿qué será cuando marrano?

Para ser pobre no se necesita empeño.

Ave que vuela, a la cazuela.

Que convenga, que no convenga, Dios quiere que todos tengan.

Cuando el sargento juega a los dados, ¿qué harán los soldados?

Chanzas, cuantas quieras; pero no llegar a las alforjas, que se desmigaja el pan.

La yesca de Triana, arde cuando le da la gana.

Más vale mal afeitado, que bien desollado.

Quien no coge la gotera, ha de hacer la casa entera.

No quiero morir de cornada de burro ni de patada de gorrión.

Tarde le viene la salud al enfermo.

Más vale dejar en muerte a un pillo un duro, que pedir en vida una peseta a un hombre de bien.

No es lo mismo decir moros vienen, que cátalos ahí.

Andar por las ramas sin irse al tronco.

Dure lo que dure como cuchara de pan.

De mis puntadas te reirás, pero de mi dinero comerás.

Dale alpiste al canario y verás cómo canta.

  —238→  

Dos pájaros en una espiga, hacen mala liga.

Al buen Diez, meterlo en casa.

De esto que nada nos cuesta, llenemos la cesta.

El buen paño, en el arca se vende.

El papel escrito no tiene empacho.

Lo que no se empieza, no se acaba.

Mal juzga del arte el que en él no tiene parte.

Quien a su enemigo popa, a sus manos muere.

Quien bien está, no se mueva.

El que tiene cuatro y gasta cinco, no ha menester bolsillo.

El que va a casar fuera de su lugar, o va engañado o va a engañar.

Quien huye del trabajo, huye del descanso.

Quien no habla, Dios no le oye.

Quien mucho duerme, poco medra.

Ya se murió el borrico y quien lo arrea.

Quien no tiene suegra ni cuñado, es bien casado.

Quien pronto se determina, pronto se arrepiente.

Quien promete, en deuda se mete.

Quien pueda ser libre, no se cautive.

El que no quiere cuando puede, cuando quiere no puede.

Quien sólo come su gallo, sólo ensilla su caballo.

  —239→  

Quien tiene bien comenzado, tiene mucho acabado.

Rábanos y queso, tienen la corte en peso.

Reniego de la viña que vuelve hacerse majuelo.

Reniego de la uva que en agraz madura.

Reniego de cuentas con parientes y deudos ausentes.

Reprender a viejos y espulgar vellón, dos necedades son.

Reprende vicios ajenos quien está lleno de ellos.

Rey y enamorado mal se compadecen.

Ruego de Rey, mandato es.

Salió del lodo y cayó en el arroyo.

Salamanca a unos sana y a otros manca.

San Miguel de las uvas, vienes tarde y poco duras.

Siempre prometes en duda, pues a dar nadie te ayuda.

Si quieres aprender a orar, entra en la mar.

Si quieres bien casar, casa con tu igual.

Si quieres buen consejo, pídeselo a hombre viejo.

Si quieres ser pobre sin sentir, lleva obreros y échate a dormir.

Si quieres tener buena fama, no te halle el sol en la cama.

  —240→  

Si las píldoras bien supieran, no las doraran por fuera.

Si quieres tener enemigos, presta dinero.

Tantas veces da la gota en la piedra, que hace mella en ella.

Todo se acaba menos el amor a Dios.

Amor y más amor, sólo a Dios Nuestro Señor.

Va el Rey donde puede y no donde quiere.

Venid piando y volveréis cantando.

Vístase a un palo y parecerá algo.

Una res mala a todo el rebaño daña.

Zorrilla que mucho tarda, caza aguarda.

Zamarra mala, dentro la lana, y zamarra buena, la lana por fuera.

Zumba con el desigual en casa y zumbará contigo en la plaza.

En la casa de razón sale primero el mayor.

Cosa de huerta no entra en cuenta.

De mala cepa, nunca buen sarmiento.

En ahogándose el niño, se ciega el pozo.

Al cazador, leña, y al leñador, caza.

Si la víbora viera y el liso oyera, no hubiera hombre que al campo saliera.

A buena voluntad nunca falta facultad.

A buen criado no le falta amo.

Cosa mal guardada de ladrones, bien robada.

Al que ha de dar no le bastan cien ojos.

  —241→  

Y al que ha de recibir le bastan dos.

El agua lejana no apaga fuego vecino.

Al humo, al agua y al fuego, se le hace lugar luego, luego.

Hay quien padece por necesidad; pero el rico avaro, por voluntad.

A un ciego mal puede enseñársele el camino.

A hombre gordo, camisa larga.

Al amigo de tu vino, no le quieras por vecino.

Quien asno nace, asno muere.

Quien bien cena, bien duerme.

Quien juega de burlas, pierde de veras.

El que limpia su caballo, no es lacayo.

Al que no quiere caldo, darle taza y media.

A largo camino, se conoce el hombre.

No hay miel sin hiel.

El amor reina sin ley.

Bando de pueblo dura un día.

Quien canta en viernes, llora en domingo.

El que compra a un magistrado, es fuerza que venda a la justicia.

El que cuenta sin Dios no sabe de cuentas.

A buen hambre no es menester salsas.

El buen trigo hace el pan bueno.

Cabeza grande, cerebro flaco.

Canta la rana que no tiene ni pelo ni lana.

Uno hace mal asiento.

  —242→  

Carne hace carne.

Vino hace sangre, y el pan mantiene.

El que a la guerra muchas veces va, deja la piel o la dejará.

Un diablo caza a otro y Satanás a todos.

Un buen consejo no se puede pagar.

Un barbero hace la barba a otro.

Un buen huir salva la vida.

Una onza de favor vale más que una libra de justicia.

Lo poco espanta y lo mucho amansa.

Más vale buena fama que cama dorada.

Adonde te quieren mucho no entres a menudo.

Ese se parece al perro de la Meca, que antes que le den se queja.

Cuando el lobo da en la dula, guay del que no tiene más que una.

Gobierna tu boca según tu bolsa.

Lo mismo es a cuestas que a hombros.

Sanan llagas y no malas palabras.

No hay caballo, por bueno que sea, que no tropiece.

Eso sucederá en la semana que no traiga viernes.

Al hierro caliente, batir de repente.

Buen abogado, mal vecino.

Si cantas al asno te responderá a coces.

  —243→  

No es tan pronta la cura como la herida.

Una pared blanca sirve al loco de carta.

Los locos hacen banquetes para los cuerdos.

Manos generosas, manos poderosas.

Nuevos Reyes, nuevas leyes.

Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa.

No llevarán al asno al agua si no tiene gana.

Quien caminando lleva prisa, en camino llano tropieza.

La desconfianza aparta el engaño.

Más vale la salsa que los caracoles.

El lobo y la vulpeja son de una conseja.

Meter aguja y sacar reja.

Arco siempre armado, o flojo, o quebrado.

Achaques en viernes por comer de carne.

Malhechores y encubridores pagan por igual.

A la res vieja, aliviarle la reja.

Al malo por rigor y al bueno por amor.

Al que yerra perdonarle una vez, mas no después.

A mula vieja, cabeza nueva.

A pan duro, diente agudo.

Quien es de vida, el agua le es medicina.

A quien mucho tememos, mucho queremos.

A quien no le sobra el pan, no críe can.

Ayer vaquero y hoy caballero.

  —244→  

Barba a barba honra se cata.

El que a tu casa no va, de su casa te echa.

Bien baila el que la fortuna le hace el son.

Bien se huelga el lobo con la piel de la oveja.

Boca de hiel, corazón de hiel.

La buena mano del rocín hace caballo, y la mano ruin del caballo hace rocín.

Buen corazón quebranta mal aventura.

Buenas son mangas después de Pascuas.

Bueno es un pan con un pedazo.

Cada cuba huele al vino que tiene.

Cada carnero por un pie se cuelga.

Todos los días olla amarga el caldo.

Cada gallo canta en su muladar.

Eso es cantar mal y por fino.

Comida de hidalgos poca y manteles blancos.

Con pequeña brasa se quema una casa.

Dais por Dios al que tiene más que vos.

Desde la copa hay peligro hasta la boca.

De mañana en mañana pierde el carnero la lana.

Dios me dé contienda con quien me entienda.

Donde hay fuerza derecho se pierde.

Donde se piensa que hay tocino, no hay estacas.

Dulce es la guerra para el que no va a ella.

  —245→  

El bien aviva y el mal amortigua.

El tonto si es callado, por sesudo es reputado.

El hisopo del herrero, cuándo en el agua, cuándo en el fuego.

E que no duda no sabe cosa alguna.

El trigo y la mujer, al candil, parecen bien.

En casa de mujer rica, ella manda y ella grita.

Entre prometer y dar, tu hija has de casar.

Estorninos y pardales, todos quieren ser iguales.

Se fue el pájaro, y se quedó con las plumas.

La vanagloria florece, más no engrandece.

Ebro traidor, naces en Castilla y riegas a Aragón.

Hidalgo como el Rey, dinero no tanto.

Honra al bueno para que te honre y al malo para que no te deshonre.

Mujer hermosa, loca o presuntuosa.

La mujer y la gallina por andar se pierden aína.

La zorra no se anda a grillos.

Libre es la cabra del arado.

Lo que se aprende en la cima siempre dura.

Mal ajeno no cura mi dolor.

Más vale comprar que rogar a ruines.

Más vale amigo en plaza que dinero en casa.

  —246→  

Más vale vergüenza en cara que mancha en el corazón.

Mayor mal es el que se descubre que el que se cubre.

Mozo vergonzoso, el diablo lo lleva a palacio.

El Alfonso y vos Alfonso, ¿cuánto va de Alfonso a Alfonso?

Mucho prometer es señal de poco dar.

Mujer que habla latín, rara vez tiene buen fin.

No hay mejor cirujano que el acuchillado.

No con quien naces, sino con quien paces.

No sabe gobernar el que a todos quiere contentar.

Nunca de cuervo buen huevo.

Al que no tiene, el Rey le hace libre.

Quien viejo engorda, dos mocedades goza.

Son como las ovejas de San Pedro, que pagan unas por otras.

Donde pasaste tu mocedad, no lo dejes por mejorar.

Al que se convida le quitan la vida, y al que es haragán lo dejan descansar.

A la tórtola y al moral no los engaña el temporal.

Guarnición y crin dan venta al rocín.

El que quiera saber mentiras en él.

Ayúdate tú y Dios te ayudará.

Si vas a Beas pon tu capa donde la veas.

  —247→  

La mujer y la gata es de quien las trata.

Mi casa y mi hogar cien ducados valen.

Ese sabe lo que todo el mundo ignora e ignora lo que todo el mundo sabe.

Las faltas de los médicos las tapa la tierra.

El que en la juventud come sardinas, en la vejez le salen las espinas.

Nadie toca el tambor sino el que lo tiene.

No vive el leal más que lo que quiere el traidor.

Más vale camino largo que trocha corta.

Eso es como las plantillas de Guillenserren, que si no hacen mal no hacen bien.

Según es el penitente es menester absolverlo.

Ese médico es como el hijo del doctor Galeno, que al que no estaba malo lo ponía bueno.

La miel está buena, pero amarga la cera.

El que no caza no asa.

Como es el paño se compran los botones.

Según es el mesón, así son los huéspedes.

A tu gusto burro, y llevaba la carga a palos.

Esa mosca no aguarda el Rey que se la quite otro.

Encargos sin dinero, descanso de mi rocín.

El que quiera higos de Lepe, que trepe.

Lo que es del agua, el agua se lo lleva.

Un hoy, vale más que dos mañanas.

  —248→  

Desde que tengo ovejas, todos me dan los buenos días.

El que quiera ponerse rico con su carreta, que la guíe él mismo.

A cocina grasa, testamento magro.

Tanto cuesta mantener un vicio como criar dos hijos.

Las trampas llevan la mentira a cuestas.

Nunca es larga la Cuaresma para el que tiene que pagar en Pascua.

Una palabra deja caer una casa.

Se espera como agua en Mayo.

El que siembra poco, no puede esperar gran cosecha.

Más vale saliva de veterano que betún de quinto.

Los enemigos del hombre son tres: espuerta, alcuza y mujer.

El que no sirve para San Miguel, sirve para diablo a sus pies.

En casa de señorío no hagas nido.

Eso es como la lluvia, que por donde pasa moja.

Lodos en mayo, espigas en agosto.

En mayo frío ensancha tu silo.

En el mes de mayo deja la mosca al buey y toma al asno.

En el mes de mayo el mastín es galgo.

  —249→  

Agua por mayo, pan para todo el año.

Agua de mayo mata cochino de un año.

La mejor cepa en mayo me la echa.

Por Santa Cruz toda viña reluz (reluce).

Por San Urbano, el trigo ha hecho el grano.

Guarda pan para mayo y leña para abril.

En junio hoz en puño para lo seco, más no lo maduro.

El heno corto o largo, por junio ha de estar segado.

Cebada granada, a los ocho días segada.

Pocas veces escardar, pocas espigas al segar.

Ajo, ¿por que no fuistes bueno? Porque no me halló San Martín puesto.

Bendígate julio, pues mayo no pudo.

Desde San Bernabé, al centeno se le corta el pie.

El día de San Bernabé dijo el Sol aquí estaré.

Por la Magdalena recoge tu higuera.

Arada de agosto a la estercada da en rostro.

Agosto y vendimia no es cada día y sí cada año.

En agosto trilla el perezoso.

En agosto uvas y mosto.

Por Santa María ves a ver a tu viña, cuál la hallares tal la vendimia.

Por Santa María de agosto repasta la vaca un poco.

  —250→  

Por la de septiembre, aunque al vaquero le pese.

La primera lluvia de agosto apresura el mosto.

Por agua del cielo no dejes tu riego.

Por San Gil nogueras concluir.

Mes que entra con abad y sale con fraile, guárdale el aire (septiembre).

Septiembre, o lleva los puentes o seca las fuentes.

La viña donde se hiele, y la tierra donde se riegue.

Vendimia en enjuto cogerás vino puro.

Ni viña en bajo, ni trigo en cascajo.

Por San Mateo vendimian cuerdos y sandíos (sandios).

Agua por San Mateo, puercas vendimias y gordos borregos.

Por San Urbán vendimia tu nogal.

Por septiembre las gallinas vende, y por Navidad, vuélvelas a comprar.

En octubre podarás, mas la encina dejarás.

Por San Vicente toda el agua es simiente.

Por San Vicente abra la mano la simiente.

Cávame en polvo y víname en lodo, darte he vino hermoso.

Cávame que llore encavado, y bíname que cierna embinado.

Por San Lucas, azafrán a pellucas.

Por San Lucas mata tu puerco y tapa tus cubas.



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