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El castigo del penseque

Tirso de Molina

[Nota preliminar: presentamos una edición fonética de El castigo del penseque de Fray Gabriel Téllez (Tirso de Molina), Valencia, en casa de Pedro Patricio Mey, 1631, basándonos en la edición de Juan Eugenio de Hartzenbusch (Tirso de Molina, Comedias escogidas de Fray Gabriel Téllez (el Maestro Tirso de Molina), Madrid, Atlas, Biblioteca de Autores Españoles, 1944, pp. 70-89).]

PERSONAS



DON RODRIGO GIRÓN.
DIANA,condesa.
CASIMIRO,conde.
CHINCHILLA,lacayo.
LIBERIO,viejo.
CLAVELA,dama.
LUCRECIA,criada.
ROBERTO.
PINABEL,caballero.
FLORO,caballero.
LEONELO,caballero.
Acompañamiento.
Soldados.

La escena es en una ciudad de Flandes, inmediata al mar.

Campo con vista exterior de una ciudad; a un lado la casa de LIBERIO, extramuros.

Escena I

DON RODRIGO, CHINCHILLA.

CHINCHILLA
¡Gracias a Dios, señor mío,
que ha permitido que pises
tierra en flamencos países!
DON RODRIGO
Mala bestia es un navío.
CHINCHILLA
Más que mula de alquiler
5
si furiosa se desboca.
Pero, en fin, anda con toca.
Lo que tiene de mujer,
le deshonra.
DON RODRIGO
Por la vela,
la llamas mujer tocada.
10
CHINCHILLA
Y porque, cuando le agrada,
le sirve el viento de espuela.
Da al diablo tal caminar;
que si una vez tira coces,
no servirá el darle voces,
15
ni te podrás apear
mientras le dura el enojo;
sino que a la primera suerte,
con ser tan seca la muerte,
has de morir en remojo.
20
No hayas miedo, aunque lo mandes,
que me mezca la fortuna
segunda vez en su cuna.
DON RODRIGO
Ya estamos cerca de Flandes.
Términos parte con él
25
y con la antigua Alemaña
esta apacible montaña.
CHINCHILLA
Flandes todo es un vergel.
DON RODRIGO
¿Cómo lo sabes?
CHINCHILLA
Así
se nos vende en nuestra tierra
30
en lienzos. Allí una sierra;
un ameno valle aquí,
y en él dos gamos corriendo
(que también corren en Flandes
gamos pequeños y grandes);
35
vanle tres galgos siguiendo,
y al trasponer de una cuesta,
le atajan dos caballeros,
mostrando en él sus aceros.
Luego, con música y fiesta,
40
dos damas de cardenillo,
oyendo el amor sutil
de un galán de perejil
con un coleto amarillo,
que asentado en una puente
45
(a falta de silla o poyo)
por donde corre un arroyo
del orinal de una fuente,
en servillas se desvela.
Luego en un jardín están
50
tres damas con un galán
(que tocando una vihuela
las entretiene despacio),
porque el sol no las ofenda,
mientras sacan la merienda
55
de un almagrado palacio
con su puente levadiza,
seis torres y cien ventanas.
Acullá danzan pavanas,
que un flamenco soleniza...
60
Por cualquier parte que andes,
todo es fuente y frescura.
Esto es Flandes en pintura,
y por esto no hay más Flandes.
DON RODRIGO
No sabes tú lo que va
65
de lo vivo a lo pintado.
CHINCHILLA
A Flandes hemos llegado:
no nos llores duelos ya.
DON RODRIGO
Si en él no nos va más bien
que en Madrid, ¡buena venida
70
hemos hecho, por mi vida!
CHINCHILLA
Calla, y esperanza ten,
que si eres hijo menor,
y, como tal, maltratado
de un mayorazgo felpado,
75
rico por ser el mayor,
le heriste, con la licencia
que da un hablar descortés;
de hermanos segundos es
Flandes valerosa herencia.
80
¿No traes cartas de favor
para el Archiduque?
DON RODRIGO
Sí;
mas basta ser para mí...
CHINCHILLA
¿Pues de qué tienes temor?
DON RODRIGO
No está el Archiduque en Flandes.
85
CHINCHILLA
¡Muy buen despacho, por Dios,
para no tener los dos
un cuatrín!
DON RODRIGO
Desdichas grandes
me persiguen estos días.
No hay remedio. ¿Qué he de hacer?
90
CHINCHILLA
Si pudiéramos comer
desdichas tuyas y mías,
no echáramos el dinero
menos; porque con mandar
a la huéspeda guisar
95
cuatro desdichas, primero
que aquellas se digirieran
(si hay para ellas digestión),
porque hubiera provisión,
otras tantas acudieran,
100
y comiéramos los dos
desde hoy más nuestras desdichas.
DON RODRIGO
¿Tantas tengo?
CHINCHILLA
A ser salchichas,
a vernos viniera Dios.
DON RODRIGO
No he de ser en todas partes
105
desdichado.
CHINCHILLA
Ni hay lugar
donde no sepa llegar
con sus agüeros un martes.
Si caminaran a pie
las desgracias, imagino
110
que por huir las de un camino,
no nos siguieran.
DON RODRIGO
No sé,
aunque a Momblán he llegado,
dónde me pueda hospedar.
CHINCHILLA
Si no tienes que gastar,
115
vamos al mesón del Prado.
DON RODRIGO
¿Es tiempo de burlas este?
CHINCHILLA
¿Pues de qué quieres que sea?
DON RODRIGO
Cuando algún noble me vea
podrá ser que dé o que preste.
120
CHINCHILLA
¿«Preste» aquí? ¡Vocablo extraño!
Los negros lo entenderán,
que sirven al Preste Juan.
Un «preste» hace tanto daño
como tiña o pestilencia.
125
De «peste» a «preste» verás
que hay una letra no más.
En tan poca diferencia,
nadie se querrá apestar
por prestar.

Escena II

ROBERTO. -DON RODRIGO, CHINCHILLA.

ROBERTO

(Para sí, en el fondo del teatro.)

Tarde he venido;
130
el tiempo me ha detenido,
él me puede disculpar.
Pero ¡cielos!, ¿no es Otón
este que a los ojos tengo?
A famoso tiempo vengo.
135
Llego a hablalle, que es razón.
Pero no; a su padre quiero
pedille de su venida
las albricias.

(Vase.)

Escena III

DON RODRIGO, CHINCHILLA.

CHINCHILLA
Por mi vida,
que para estar sin dinero,
140
es nuestra flema muy buena.
Busquemos una hostería,
pues si en ella el patrón fía
sobre prendas cama y cena,
hombre eres de muchas prendas,
145
pues que tu nombre y blasón
es don Rodrigo Girón.
Sobre ellas, pues no hay que vendas,
cenarás.
DON RODRIGO
Ya que he venido
a Flandes desde mi tierra,
150
serviré al rey en la guerra;
que el noble que es bien nacido,
sólo por sus hechos medra,
y con fama celebrada
saca fruto de la espada
155
como Moisés de la piedra.

Escena IV

LIBERIO, CLAVELA, LUCRECIA, ROBERTO. -DON RODRIGO, CHINCHILLA.

LIBERIO

(Hablando con ROBERTO al salir.)

¿Otón?
ROBERTO
Otón digo que es.
LIBERIO
Si él fuera, ya hubiera entrado.
Mas él es. ¡Ay hijo amado!

(Llegándose a DON RODRIGO.)

Dame los brazos. Ea pues,
160
deja a la naturaleza
hacer su oficio de amor.
DON RODRIGO
¿Habláis conmigo, señor?
LIBERIO
¿Pues con quién? ¡Buena simpleza!
¿Qué dudas? Dame los brazos.
165
DON RODRIGO
Darelos por cortesía.

(Abrázale.)

LIBERIO
¡Hijo mío! ¡Prenda mía!
Vuelve y dame más abrazos.
Clavela, abraza a tu hermano.
CHINCHILLA

(Aparte.)

Hecho me quedo un baulón.
170
CLAVELA
Llegad y abrazadme, Otón.
DON RODRIGO
Yo soy quien en eso gano.
Pero...
CHINCHILLA

(Aparte a su amo.)

Llega, majadero,
y deja peros ahora.
DON RODRIGO
Alto: abrazadme, señora.
175

(Abrázala.)

CHINCHILLA

(Aparte a su amo.)

Ese sí que es lindo pero.
LIBERIO

(A LUCRECIA.)

Prevéngase su aposento
y cena.

(Vase LUCRECIA.)

CHINCHILLA
Si hay que comer,
vamos.

(Aparte.)

Dios nos vino a ver.
LIBERIO
Loco me tiene el contento.
180
DON RODRIGO
¿Qué es esto, señora mía?
Señor, ¿qué es lo que decís?
CHINCHILLA

(Aparte a su amo.)

Calla.
CLAVELA
¿Que aún os encubrís?
DON RODRIGO

(Aparte.

¿Hay más extraña porfía?)
Yo llego en esta ocasión
185
desde Castilla...
LIBERIO
No quiero
sabella. Entremos primero;
que en buena conversación,
después de alzada la mesa
nos diréis ese suceso.
190
DON RODRIGO
Señores...
CHINCHILLA

(Aparte a su amo.)

¿Estás sin seso?
¿De esta ventura te pesa?
Hallas aquí padre y madre,
qué comer y qué cenar,
cuando acabas de llegar
195
sin blanca; llámase padre
tuyo un viejo, que en cajones
para que vivas triunfando,
le deben de estar maullando
gatos llenos de doblones,
200
¿y excúsaste, mentecato?
Di que eres Otón, Enrico,
Baldovinos, mono, mico,
Herodes y Mauregato.
LIBERIO
Si el temor de la desgracia
205
que de aquí te hizo huir,
hijo, te obliga a fingir,
no temas.
DON RODRIGO

(Aparte.)

¿No es linda gracia
aquesta?
LIBERIO
Porque Roberto
está delante de ti,
210
¡te disimulas así!
CHINCHILLA
Sí, por eso se ha encubierto.
LIBERIO
Ya no tienes que temer.
Cortó el cielo en años breves
la vida al duque de Clèves;
215
viuda queda su mujer,
moza, rica, y por su dote,
condesa de Oberisel.
CHINCHILLA

(Hablando aparte a un lado con DON RODRIGO.)

Señor, acota con él,
o no cenarás gigote.
220
DON RODRIGO
¿Pues qué he de hacer?
CHINCHILLA
Consentir,
comer, conversar, contar,
y a veces disimular,
porque te importa vivir.
Llegó una noche a una venta
225
un licenciado sin cuarto,
ni blanca; estaba de parto
la ventera, y no había cuenta
de dalle por ningún precio
un bocado de cenar,
230
ni cama en que se acostar,
porque era el parto muy recio,
y traía alborotada
la venta. Llegose y dijo
el estudiante: «De un hijo
235
la ventera está preñada.
Si quieren que luego para,
tráiganme tinta y papel,
y un ensalmo pondré en él
de virtud notable y rara».
240
Escribió solos dos versos;
cosiolo en un tafetán;
sacáronle vino y pan
y otros manjares diversos;
diéronle paja y cebada
245
a la bestia; parió luego
la ventera; mas no a ruego
de la oración celebrada.
Partiose, sin guardar cosa,
el estudiante, estimado
250
de todos y regalado;
la huéspeda, codiciosa
de ver lo que contenía
la tal nómina o papel
tan dichoso que con él,
255
cualquier preñada paría,
abriolo, y vio en él escrito:
«Cene mi mula, y cene yo,
siquiera para, siquiera no»:
y riyeron infinito.
260
Si padre y madre has hallado
cene mi amo y cene yo,
siquiera sea, siquiera no,
tu padre, agüelo o cuñado.
LIBERIO
Ea, hijo, ¿qué dudáis?
265
CLAVELA
Hermano, ¿qué os detenéis?
DON RODRIGO
Con la salva que me hacéis,
pues todos me aseguráis,
no es bien que mi fingimiento
dure más. Vuestro hijo soy.
270

(Sale LUCRECIA.)

LIBERIO
Otras mil veces te doy
los brazos. -¿El aposento

(A LUCRECIA.)

está prevenido?
LUCRECIA
Está,
y la cena que se enfría.
DON RODRIGO
Vamos, pues, hermana mía.
275
CHINCHILLA

(Aparte.)

Hermana carnal será.
LIBERIO
Lucrecia, ten tú cuidado
con este... ¿Cómo os llamáis?
CHINCHILLA
Chinchilla, porque os sirváis
de mí.
DON RODRIGO
Es muy leal criado.
280
LIBERIO
¿No llevaste, di, ninguno
desta ciudad?
DON RODRIGO
Señor, no.
CHINCHILLA
En Madrid me recibió
un viernes, día de ayuno,
que ha que dura un año entero.
285
¡Mire qué extraño rigor!
Mas no hay ayuno peor
que el ayuno del dinero.
LIBERIO
Entrad, hijo, y descansad.
CHINCHILLA

(Aparte a su amo.)

¡Ah, don Rodrigo! ¡Chitón!
290
LIBERIO
Hija, a vuestro hermano Otón
le dad la mano, y entrad.

(Vanse DON RODRIGO, CLAVELA, LIBERIO y ROBERTO; y al entrarse LUCRECIA, la detiene CHINCHILLA.)

Escena V

CHINCHILLA, LUCRECIA.

CHINCHILLA
Ce, si sabe el a, b, c,
que ésta es la tercera letra;
aunque la mujer penetra
295
otra mejor, que es la d,
dígame, doña rolliza,
su nombre.
LUCRECIA
Lucrecia.
CHINCHILLA
Basta.
¿Es Lucrecia por ser casta?
LUCRECIA
No, sino por ser castiza.
300
CHINCHILLA
Dígame por qué ocasión
nuestro dueño se ausentó,
y cuándo huyendo salió
de aquesta insigne región;
que yo no supe hasta aquí
305
que era de Flandes, ni el nombre
de Otón. Por un gentilhombre
de Nápoles le serví,
y se llamaba Lisardo.
Sáqueme de aquesta duda,
310
recetarele una muda
para ese rostro gallardo.
LUCRECIA
¿Impórtale mucho?
CHINCHILLA
Quiero
saber desto la maraña;
que como vengo de España,
315
por saber cosas me muero.
LUCRECIA
Pues sepa (y esteme atento)
que Liberio, mi señor,
es un hombre de valor,
de hacienda y merecimiento.
320
Tiene una hija doncella,
que es Clavela: ya la vio.
CHINCHILLA
No es mocosa.
LUCRECIA
No acertó.
Tiene una falta.
CHINCHILLA
¿Es doncella?
LUCRECIA
Sí.
CHINCHILLA
Pues que tú lo autorizas,
325
falta es, y más si hay engaño,
porque hay mujeres hogaño
como puentes levadizas.
LUCRECIA
Tiene un hijo, que es Otón,
pues que ya sabes su nombre.
330
CHINCHILLA
Y no tiene falta el hombre
en talle ni discreción.
LUCRECIA
Este tal habrá tres años
que en una casa de juego
mató un hombre, y huyó luego.
335
CHINCHILLA
¡Peligros del mundo extraños!
Pero, ¿por qué le mató?
Aunque en el juego se ofrecen
mil cosas que lo merecen.
LUCRECIA
No fue por el juego.
CHINCHILLA
¿No?
340
Prosigue, pues, con tu cuento.
LUCRECIA
Entró en los trucos un día,
al tiempo que se decía
un ligero pensamiento
de su hermana y un privado
345
de Carlos, duque de Clèves,
parando palabras leves
en obras...
CHINCHILLA
Está obligado
a no hablar el que pretende
tomar venganza, y la toma.
350
La honra es ley de Mahoma,
que con armas se defiende.
LUCRECIA
Hirió al privado de muerte,
y temiendo la venganza
del Duque y de su privanza,
355
escogió por mejor suerte
el ausentarse de aquí.
CHINCHILLA
Hizo bien.
LUCRECIA
Murió el de Clèves,
mudándose en tiempos breves
las cosas...
CHINCHILLA
Siempre es así.
360
LUCRECIA
Quedó viuda la Condesa,
y por no estar bien casada,
el segundarlo la enfada
y sólo el luto profesa,
aunque príncipes y grandes
365
no dejan de pretendella,
viéndola muchacha y bella,
y que en lo mejor de Flandes
es dote suyo el condado
de Oberisel, sin que quede
370
hijo alguno que lo herede.
CHINCHILLA
Sin hueso es ese bocado.
LUCRECIA
Después que el Duque murió,
no hay quien la venganza pida
a Otón.
CHINCHILLA
¡Dichoso homicida!
375
LUCRECIA
Que aunque en Momblán quedó
un hermano suyo, y tal,
que dél la Condesa fía
su hacienda y casa, y podría,
por ser hombre principal,
380
serle de harto daño a Otón,
amor que a imposibles vuela,
le enamoró de Clavela;
y es de modo su afición,
y lo que a Otón ha deseado,
385
que ha de dar envidias grandes,
cuando sepa que está en Flandes.
CHINCHILLA
A buen tiempo hemos llegado.
Y ¿llámase el tal amante
de Clavela...?
LUCRECIA
Pinabel.
390
CHINCHILLA
¿Buen talle?
LUCRECIA
No hay falta en él.
CHINCHILLA
Antes que pase adelante,
¿qué hay de mi amor?
LUCRECIA
¿Qué sé yo?
CHINCHILLA
¡Ay fregatriz! Ese gesto
me ha enamorado.
LUCRECIA
¿Tan presto?
395
CHINCHILLA
Mucho ha que me enamoró
el romance de Lucrecia;
y si viviera Tarquino...
LUCRECIA
¿Qué?
CHINCHILLA
Viviera; mas convino
que muriese. Acaba, necia;
400
que tú y yo habemos de ser
en la comunicación,
como el papel y el borrón,
que no se deja raer.
¿Hay ya voluntad?
LUCRECIA
Tantica.
405
CHINCHILLA
¡Qué buenos carrillos! Hinche.
LUCRECIA
¡Ay, qué Chinchilla y qué chinche!
CHINCHILLA
Chinche que pica.
LUCRECIA
Y me pica.

(Vase.)

Escena VI

DON RODRIGO. -CHINCHILLA.

DON RODRIGO
Si la historia de Amadís
verdad pudiera haber sido,
410
si me hubiera convertido,
Chinchilla, en don Belianís,
pudiera ser que entendiera
que andando yo enamorado,
llegué a un castillo encantado,
415
mudándome una hechicera
talle y cara; mas no es vana
esta historia, si lo fue
esotra, pues que ya hallé
aquí padre y una hermana.
420
CHINCHILLA
Un conde Partinuplés
eres.
DON RODRIGO
Entra y lo verás.
CHINCHILLA
Alegre y ufano estás.
DON RODRIGO
No quisiera que después
pagáramos por entero.
425
CHINCHILLA
¿Cómo?
DON RODRIGO
Si me han recebido
aquí por Otón fingido,
y viniese el verdadero,
¿qué he de hacer?
CHINCHILLA
Ya se habrá muerto.
DON RODRIGO
Además de que no sé
430
la causa por que se fue.
CHINCHILLA
¡Donoso temor por cierto!
De todo estoy informado;
Lucrecia lo desbuchó:
ya sé por qué y cuándo huyó
435
tu original o traslado.
Vámonos a pasear;
que si has cenado, bien puedes,
no nos oigan las paredes,
que aun ellas saben soplar.
440
DON RODRIGO
¡Ay, qué Clavela, oh Chinchilla!
¡Qué amor, qué conversación!
¡Qué cara, qué discreción!
CHINCHILLA
¿Hate dado ya papilla?
¿Hay babera?
DON RODRIGO
No me pesa
445
del parentesco que he hallado
aquí.
CHINCHILLA
Habrante preguntado
muchas cosas sobre mesa.
DON RODRIGO
Muchas.
CHINCHILLA
¿Y tú respondido
ad Galatas?
DON RODRIGO
Por no dar
450
con todo en tierra, y quedar
descubierto y conocido,
le dije que me dolía
la cabeza, y que después
respondería.
CHINCHILLA
Esa es
455
discreta bellaquería.
Mas ¿cómo te has escapado
de los dos?
DON RODRIGO
Envió por ella,
por lo que gusta de vella,
la condesa de este estado.
460
CHINCHILLA
Es una viuda gentil,
según me han dicho, señor.
¡Ojalá me hiciera amor...!
DON RODRIGO
¿Qué?
CHINCHILLA
Aforro de su monjil.
Ven, y darete razón
465
de lo que quieres saber.
DON RODRIGO
En fin, ¿que Otón he de ser?
CHINCHILLA
O ayunar, o ser Otón.

(Vanse.)

Escena VII

Sala en el palacio de la CONDESA.

La CONDESA, con unas cartas; CASIMIRO, PINABEL, FLORO.

CONDESA

(A CASIMIRO.)

¡Que mi hermano, el duque Arnesto,
con el conde Casimiro
470
quiera casarme, y para esto
me escriba con vos! Me admiro.
Para casarme es muy presto.
Un año ha que visto luto
por mi esposo, y vierto llanto
475
que no tiene el tiempo enjuto;
y no es bien, cuando él es tanto,
hacer agravio a su luto.
Viuda soy, moza y mujer,
con un condado a mi cargo,
480
que, aunque sola, podrá ser
que con el discurso largo
del tiempo venga a tener
para regille prudencia;
y cuando esta me faltare,
485
no está lejos su presencia,
con que los daños repare
de mi poca suficiencia.
Cuanto y más que mis vasallos
no se quejan hasta ahora
490
de que no sé gobernallos;
que al fin, como su señora
legítima, sé estimallos.
Pues yo no tengo heredero,
no le estará a Arnesto mal
495
serlo mío: al fin, no quiero
dar en el mundo señal
de que fue el amor ligero,
que tuve al duque de Clèves,
mi señor, mientras vivió.
500
Esto quiero que le lleves
por respuesta.
CASIMIRO
¿Con un «no»
a dar la muerte te atreves
a un enfermo, que contando
los términos de su vida,
505
el «sí» dulce está aguardando,
la esperanza entretenida
entre las dudas de un «cuándo»?
Por los dos puedes traer
el luto que has escogido,
510
y vendrá, señora, a ser
por un esposo fingido,
y otro que lo quiso ser.
Mal pagas la voluntad
de Casimiro, a quien llevo
515
el fin de su verde edad.
CONDESA
Si no pago como debo
al Conde la voluntad,
por no quedar obligada
a pagalla, no la admito.
520
Yo he quedado escarmentada,
y con deseo infinito
de no vivir mal casada;
y así el Conde que encareces,
busque a su contento esposa,
525
haciendo sus ojos jueces;
porque el casarse no es cosa
que se ha de probar dos veces.
Aquesto escribo a mi hermano,
y aquesto propio le di.
530
CASIMIRO
Mira, señora, que es llano
que si le niegas el sí
de tu idolatrada mano,
ha de arriesgar (aunque ofenda
el amor, que es su homicida)
535
su Estado, porque se entienda
que quien arriesga la vida
por ti, arriesgará la hacienda.
Mira que te ha de cercar
en Momblán.
CONDESA
No me amenaces;
540
que quien no puede obligar
a la voluntad con paces,
con guerra no ha de bastar.
CASIMIRO
Por rogártelo tu hermano...
CONDESA
Que no hay ruegos para mí.
545
Pártete; acaba.
CASIMIRO

(Desviándose y hablando aparte con FLORO.)

¡Qué en vano,
colgada el alma de un sí,
di entrada al amor tirano!
¡Ay cielo!
FLORO
¿Qué hemos de hacer?
CASIMIRO
¿Qué? Morir, desesperar,
550
rabiar, sentir, padecer.
FLORO
Mucho puede él porfiar;
pero date a conocer;
que si a ver si su belleza
igualaba con su fama
555
veniste; si amor empieza
a dar materia a tu llama,
y principio a su flaqueza;
el saber que tú has venido,
quizá le dará cuidado;
560
que si ausencia causa olvido
en el amante obligado,
¿qué hará en el no conocido?
CASIMIRO
No, Floro; que amor desnudo
con las armas suele hacer
565
lo que sin ellas no pudo.
A Momblán he de volver
cuando en el silencio mudo
esté el descuido acostado.
Mil tudescos, como sabes,
570
en escuadrón concertado
traigo, que serán las llaves
de su alcázar torreado.
Seré esta noche con ellos
de aquesta Troya Sinón,
575
y de sus despojos bellos
otro Paris.
FLORO
La ocasión
te dé, señor, sus cabellos.

(Vanse los dos.)

Escena VIII

La CONDESA, PINABEL.

CONDESA
Nadie espere, Pinabel,
tener de mi esposo nombre,
580
pues murió el Duque con él;
que en la libertad de un hombre
libre, soberbio y cruel,
no estriba bien la flaqueza
de una mujer, a quien ves
585
con mocedad y riqueza;
porque es locura el ser pies
la que puede ser cabeza.
Cansada de estar casada
estoy. ¡Gracias a los cielos,
590
que no lloro despreciada,
ya desdenes, ya desvelos
de una afición mal pagada!
Si en el conyugal amor
hubiera penas iguales
595
para el esposo agresor,
y sus obras desleales
tocaran en el honor,
como las de una mujer;
perseverara en los dos
600
el recíproco querer;
pero que en la ley de Dios
iguales vengan a ser
los delitos del marido
y la esposa; y que en el suelo
605
haya el vulgo establecido
venganza en leyes del duelo
para el esposo ofendido,
y no para la mujer,
esa es terrible crueldad,
610
suficiente a deshacer
a amor, que sin igualdad,
no sabe permanecer.
PINABEL
Dios conserve a Vuexcelencia
en esta opinión honrada,
615
que es digna de su prudencia.
CONDESA
El ser dos veces casada
juzga el mundo a incontinencia.
Yo viviré con cuidado
de no adquirir este nombre.
620
PINABEL
Si no hay gobierno alabado
en una casa sin hombre,
¿qué hará donde hay un Estado?
CONDESA
Hombre tiene, Pinabel,
aquesta ciudad en vos,
625
para regirse por él;
y gobernando los dos,
seguro está Oberisel.
PINABEL
A Vuestra Excelencia beso
los pies por tanto favor.
630
CONDESA
De vuestra prudencia y seso
conozco el mucho valor,
y sé que en cualquier suceso
no hará falta el Duque muerto
de quien fuisteis tan querido.
635
PINABEL
Si a servir, señora, acierto
a Vuexcelencia, habré sido
muy dichoso.
CONDESA
Aquesto es cierto.
PINABEL
Y para podello hacer
mejor, pues que Vuexcelencia
640
casada no quiere ser,
le vengo a pedir licencia...
CONDESA
¿Es para elegir mujer?
PINABEL
Es para que intercesora
Vuexcelencia sea con ella.
645
CONDESA
¿Es muy hermosa?
PINABEL
Señora,
en vuestra presencia bella
no puede serlo el aurora;
mas de vos abajo, vuela
su fama por todo Flandes.
650
CONDESA
¿Quién es?
PINABEL
Clavela.
CONDESA
¿Clavela?
Méritos tiene muy grandes.
Pero en eso, ¿qué recela
vuestro amor? ¿No fue homicida
su hermano del vuestro?
PINABEL
Fue
655
el que le quitó la vida,
y con su hacienda heredé
su amor. Quiero que le pida
a su padre Vuexcelencia
le mande me dé la mano;
660
y usando de su clemencia,
alce el destierro a su hermano,
sin hacelle resistencia.
CONDESA
Envialdos a llamar.
PINABEL
Ya, señora, eso está hecho,
665
y poco pueden tardar
los dos.
CONDESA
En vuestro provecho
sois vigilante.
PINABEL
En amar,
¿quién no lo es?
CONDESA
La elección
que habéis hecho me contenta,
670
que en belleza y discreción
Clavela la fama aumenta
de la flamenca nación.
PINABEL
Ella misma entra, señora,
a estimar y agradecer
675
tal merced.
CONDESA
Intercesora
con ella os tengo de ser,
pues que tanto os enamora.

Escena IX

LIBERIO, CLAVELA, LUCRECIA. -La CONDESA, PINABEL.

LIBERIO
En que tenga Vuexcelencia
memoria de nuestra casa
680
y nos traiga a su presencia,
todos los límites pasa
nuestra dicha.
CONDESA
La experiencia,
Liberio, que resplandece
en vos, que tenga memoria
685
de vuestras canas merece,
y de Clavela, que es gloria,
que como sol resplandece.
CLAVELA
Por no quedar corta, callo,
estimando la ventura,
690
que en vos, gran señora, hallo.
CONDESA
No es bien que tanta hermosura,
y tan prudente vasallo,
dejen de participar
de mi privanza y favor;
695
y que toda esta ciudad
estime vuestro valor
y alabe vuestra beldad,
y yo, que soy su señora,
no la goce.
CLAVELA
Mi vergüenza
700
responderá por mí ahora.
PINABEL
Su rostro hermoso comienza
a imitar la blanca aurora.
CONDESA
Ya sé que el dar muerte Otón
a Enrico, de Pinabel
705
hermano, fue la ocasión
que perdiésedes por él
el favor y estimación
que el Duque, que tiene Dios,
hizo en negocios de peso,
710
Liberio noble, de vos;
pero aquel triste suceso
podéis convertir los dos
en un pacífico estado,
como queráis. Pinabel,
715
en vez de estar agraviado
y pedir venganza dél,
que alcance me ha suplicado
le dé Clavela la mano:
ya sabéis que por la suya
720
regirse mi Estado es llano;
y para que restituya
la paz a su muerto hermano
Liberio, el modo mejor
y más común, es juntar
725
prendas de sangre y amor,
de quien puede resultar
tanta nobleza y valor.
Pues yo intercedo, no creo
que habrá aquí dificultad.
730
LIBERIO
Cuando en tan dichoso empleo
faltara la calidad
y la nobleza que veo
en Pinabel, gran señora,
y no interesara yo
735
su amistad y paz que ahora
a tan buen tiempo llegó;
basta ser intercesora
Vuexcelencia para hacer
de nosotros a su gusto.
740
No tengo que responder;
sólo, si os parece justo,
será con el parecer
de Otón, mi hijo, que está
en Momblán.
PINABEL
¡Válgame el cielo!
745
CONDESA
Si es discreto, él lo tendrá
por bien.
LIBERIO
Comunicarelo,
y él vendrá, señora, acá
a besar a Vuexcelencia
los pies.
CONDESA
Clavela, ¿no habláis?
750
CLAVELA
Si está dada la sentencia
en el pleito que tratáis,
gran señora, en la presencia
de mi padre, ¿qué he de hablar?
Serviros sólo apetezco.
755
CONDESA
Venid, que os quiero enseñar
mi alcázar.

(Vanse todos, menos PINABEL.)

PINABEL
Si es que merezco,
Amor, el cielo gozar
de tan bella perfección,
términos acorta y plazos;
760
que es muerte la dilación
de sus amorosos lazos.
Voy a ver y hablar a Otón.

(Vase.)

Escena X

Plaza delante del palacio de la CONDESA.

DON RODRIGO, CHINCHILLA.

DON RODRIGO
¿Hay sucesos semejantes?
CHINCHILLA
Cuando los llegue a saber
765
Madrid, los ha de poner
en sus novelas Cervantes.
Aunque en el tomo segundo
de su manchego Quijote
no estarán mal, como al trote
770
los lleven por ese mundo
las ancas de Rocinante,
o el burro de Sancho Panza.
DON RODRIGO
Basta, que la semejanza
deste Otón, tan importante
775
para mi necesidad
y aumento de los cuidados,
hoy libres y enamorados,
tiene toda la ciudad
engañada y persuadida
780
que soy Otón.
CHINCHILLA
Lindo cuento
es llegar de ciento en ciento
a darte la bienvenida,
y decir uno espantado:
«¿Cómo no me conocéis,
785
si ha tantos años que habéis
mi lado y mi casa honrado?»
Y otro decir: «No entendiera
que con tanta brevedad
las leyes de la amistad,
790
Otón, el tiempo rompiera»;
y tú, mascando entre dientes
ambiguas satisfacciones,
como quien reza oraciones,
dar los brazos a parientes
795
que en toda tu vida viste.
DON RODRIGO
Con todos cumplo callando,
lo que dicen otorgando.
Tú en aquesto me metiste.
¿Qué he de hacer?
CHINCHILLA
El callar sabe
800
vencer. No ha faltado loco
que viéndote hablar tan poco,
dijo: «¡Qué necio y qué grave
que viene el señor Otón!»
Yo respondí, aunque lacayo:
805
«Como Otón no es papagayo,
no habla aquí de ostentación,
ni hay pena para los mudos».
Mas nada hubo como ver
el llegarte el mercader
810
a pedir los cien escudos,
y tú, muy disimulado,
decir: «No penséis, señor,
que como el mal pagador,
de la deuda me he olvidado.
815
Venid a casa mañana;
que mi padre os los dará».
DON RODRIGO
En esto estoy puesto ya.
La hermosura desta hermana
en Momblán me ha detenido;
820
que si no, yo deshiciera
con mi ausencia esta quimera.
CHINCHILLA
¿Hate Cupido escupido?
DON RODRIGO
Desmandados pensamientos
han dado en ser estudiantes,
825
y como son principantes,
andan en los rudimentos.
Pero en escuelas de amor,
con poca dificultad
alcanza en su facultad
830
borla y grado de doctor
quien, para que no se excuse,
el alma ofrece en propinas.
CHINCHILLA
Ya parece que declinas
con Clavela a musa, musæ;
835
pero no querrás pasar
con el estudio adelante,
por más que seas estudiante.
Si llegas a conjugar
con ella...
DON RODRIGO
No sé, por Dios,
840
lo que te responda en eso.
Que es hermosa te confieso.
CHINCHILLA
¡Noramala para vos!

Escena XI

PINABEL. -DON RODRIGO, CHINCHILLA.

PINABEL
Los brazos que a la venganza
pudieran dar otro tiempo
845
debida satisfacción
y muerte al atrevimiento,
por el amor enlazados
que a prendas del alma tengo,
y de quien vos sangre sois,
850
para abrazaros ofrezco.
Seáis, Otón, bien venido.
DON RODRIGO
¿Qué es esto, señor? Teneos.

(Aparte a él.)

Chinchilla, huyamos de aquí;
que cada instante me veo
855
en un mar de confusiones.
CHINCHILLA

(Aparte a DON RODRIGO.)

Con la industria y el silencio
podrás salir bien de todo.
Disimula, si eres cuerdo.
PINABEL
Si pesadumbres pasadas,
860
que en paces trocar deseo,
os obligan a no hablarme,
romped al enojo el velo;
que en mí no bastan agravios
de un hermano, por vos muerto,
865
a que, olvidadas pasiones,
no os salga, Otón, al encuentro.
Los cielos quieren que sea
amigo y pariente vuestro.
No neguéis a Pinabel
870
lengua y brazos.
CHINCHILLA

(Aparte a su amo.)

Ya di en ello.
Este es, señor, el hermano
de aquel muerto caballero,
causa de ausentarse Otón,
y de todo este embeleco.
875
Háblale y dale los brazos,
pues ya te he contado el cuento
de la historia.
DON RODRIGO
Pinabel,
si he dudado en responderos,
la novedad lo ha causado
880
que en vuestras palabras veo,
y aguardo de vuestras obras.
¡Gracias a Dios y a los tiempos,
que mudan las voluntades!

(Abrázale.)

PINABEL
La priesa de mis deseos
885
atropella las palabras.
Sabed que el amor, tercero
entre enojos criminales
eternas paces ha puesto
en pasiones ya olvidadas;
890
y hablando claro, yo quiero
a vuestra hermana Clavela
tanto, como al movimiento
circular el primer móvil,
y como la piedra al centro.
895
La Condesa, mi señora,
a mi intercesión y ruegos,
se la pidió a vuestro padre,
y respondió el cortés viejo
a medida de mi gusto
900
(como de su entendimiento
y prudencia se esperaba).
A vos, Otón, remitiendo
la ejecución de mi dicha;
pues siendo noble, no creo
905
dejaréis de efetüarla,
y estimar mi sangre y deudo.
Vamos, amigo, a palacio,
donde Clavela y Liberio
con la Condesa os aguardan.
910
DON RODRIGO

(Aparte con su criado.)

¡Ay Chinchilla! ¿qué es aquesto?
CHINCHILLA
Atambores en cuaresma.
DON RODRIGO

(Aparte.

Por la puerta de los celos
entré en vuestra casa, amor:
no saldré de ella tan presto.)
915
La dicha que se nos sigue
a nosotros en teneros
por pariente y por amigo,
es notorio y manifiesto.
Cuando a esta parte, no hay duda
920
sino que seré el primero
que por honrar nuestra sangre,
trate vuestro casamiento.
Sólo hay un inconveniente,
que la industria hará ligero,
925
suspendiendo algunos días
las bodas.
PINABEL
Siglos eternos
serán los breves instantes.
Pero, ¿qué estorbo hay?
DON RODRIGO
Yo vengo
de Madrid, corte de España,
930
patria y madre de extranjeros.
Profesé en ella amistad
con un noble caballero,
que porque en Flandes nació,
quiere bien a los flamencos.
935
Es don Rodrigo Girón
su nombre, a quien amo y quiero
como a mí mismo, porque es
conmigo un alma.
CHINCHILLA

(Aparte.)

Y un cuerpo.
DON RODRIGO
Mil veces, comunicando
940
los dos, le dije el suceso
que me desterró de Flandes,
la hermosura encareciendo
de Clavela de tal suerte,
que aunque el amor es perfeto
945
y entra al alma por los ojos,
aquella vez entró dentro,
como fe, por los oídos;
y fue con tan grande extremo,
que está pretendiendo un cargo
950
en Flandes, sólo por esto.
Prometile a la partida,
por la fe de caballero,
si hallaba a Clavela libre,
aguardar un año entero
955
su venida, sin casalla;
pero en Madrid, que es el cielo
de ocasiones amorosas,
y yo ausente, que era el cebo
de su amor, ya habrá el olvido
960
con él sus milagros hecho;
que a la mudanza en la corte
le dan casa de aposento.
No he dicho nada hasta ahora
a mi padre; que lo dejo
965
para tratarlo despacio,
por ser negocio de peso.
Escribirele esta noche
que Clavela, como es cierto,
está con vos concertada;
970
y aunque las bodas suspendo
por guardalle la palabra,
se han de poner en efeto.
Que suelte, y dé al desposorio
lugar. ¿Qué decís?
PINABEL
Que temo
975
de mi desdicha que venga
a estorbar mi casamiento
don Rodrigo, con las alas
de sus mismos pensamientos,
que le traerán por los aires,
980
para que llegue más presto.

(Tocan arma dentro.)

Pero, ¿qué alboroto es este?
DON RODRIGO
Tocar a rebato siento.
PINABEL
¡Válgame Dios!, ¿qué será?

Escena XII

LEONELO. -DON RODRIGO, PINABEL, CHINCHILLA.

LEONELO
¡Notable caso!
PINABEL
Leonelo,
985
¿qué enemigos nos asaltan,
cuando estamos libres dellos?
LEONELO
El palatino del Rin,
Casimiro, que viniendo
curioso o enamorado
990
hoy a Momblán encubierto,
a saber por experiencia
si son encarecimientos
o verdades los que alaban
nuestra condesa hasta el cielo;
995
perdido por su hermosura,
y a su amor correspondiendo,
conforme su pretensión
y cartas del duque Arnesto;
en saliendo de Momblán,
1000
con un escuadrón tudesco,
que en el bosque le esperaba,
la vuelta ha dado, resuelto
de conquistar por las armas
la que no alcanzaron ruegos;
1005
y no ha sido poca dicha
de que no haya entrado dentro,
cogiéndonos descuidados.
PINABEL
¿Hay mayor atrevimiento?
Pero la Condesa es esta.
1010

Escena XIII

La CONDESA, acompañamiento. -Los mismos.

PINABEL
Señora...
CONDESA
¿Que el mensajero
era del Duque mi hermano
Casimiro, el Conde?
LEONELO
El mesmo
que nuestra ciudad asalta.
CONDESA
Como no asalte mi pecho,
1015
poco importa. Pinabel...
DON RODRIGO
Los pies, gran señora, beso
a Vuexcelencia.
CHINCHILLA

(Aparte.)

¡Por Dios,
que es gentil hembra en extremo
la viuda!
CONDESA
¿Sois vos, Otón?
1020
DON RODRIGO
Y humilde vasallo vuestro.

(Aparte al criado.)

¡Qué hermosa mujer, Chinchilla!
CONDESA
Mucho me he holgado de veros.
Yo prometí a vuestro padre
daros, Otón, en viniendo,
1025
la plaza de secretario.
Ya podéis servirla.
DON RODRIGO
Vuelvo
a besar a Vuexcelencia
los pies.
CHINCHILLA

(Aparte con su amo.)

Hucha de secretos
eres. ¿Qué seré yo?
DON RODRIGO
Calla.
1030
CONDESA
¿Querrá el Conde poner cerco
a Momblán?
LEONELO
Así se dice.
CONDESA
Id, Pinabel, repartiendo
soldados por las murallas,
que los que en presidios tengo,
1035
y los que de los Estados
del Duque mi hermano espero,
humillarán la arrogancia
de aqueste amante soberbio.

(Vase PINABEL.)

Escena XIV

La CONDESA, DON RODRIGO, LEONELO, CHINCHILLA, acompañamiento.

DON RODRIGO
Si en vez del papel y tinta
1040
que me dais sin merecello,
me concedéis, gran señora,
que escriba con el acero
hazañas, con que os sirváis,
con vuestra licencia trueco
1045
la plaza de secretario
por la de soldado vuestro.
CONDESA
Secretario y capitán
podéis ser. Venid, tratemos
lo que importa en este caso,
1050
porque sepa el Conde necio
que si en la constancia imito
a la viuda de Siqueo,
en fortaleza la igualo.

(Vase con su acompañamiento.)

Escena XV

DON RODRIGO, CHINCHILLA.

DON RODRIGO
¡Hay tal mujer!, ¡hay tal cielo!
1055
CHINCHILLA
¿Qué te parece?
DON RODRIGO
Un milagro,
y entre crepúsculos negros
de aquel luto, me parece
un sol que está amaneciendo.
CHINCHILLA
¿Hate enamorado ya?
1060
DON RODRIGO
¿Tengo yo merecimientos
para tal ángel?
CHINCHILLA
Patudo.
¿Y Clavela?
DON RODRIGO
En ese empleo
me ocuparé, que es mi igual.
CHINCHILLA
¡Bueno ha estado el embeleco
1065
con que a Pinabel burlaste!
DON RODRIGO
El amor es todo enredos.
CHINCHILLA
Vamos, señor secretario.
DON RODRIGO
Si me fía sus secretos,
mil veces dichoso yo.
1070
CHINCHILLA
Chamuscado te has al fuego
de la viuda.
DON RODRIGO
Así es verdad.
CHINCHILLA
Parecerás pie de puerco.
DON RODRIGO
¿Por qué?
CHINCHILLA
Porque se chamusca.
DON RODRIGO
¡Ay viuda hermosa!
CHINCHILLA
¡Ay babero!
1075
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