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ArribaActo III


Escena I

 

DOÑA ISABEL y DOÑA BEATRIZ.

 
DOÑA BEATRIZ
En fin, parece que Dios
todas las cosas ordena
a favor nuestro. Don Juan,
conociendo lo que arriesga
en quedarse, va a marchar; 5
la escuadra se hará a la vela
en esta mañana misma.
Ya, Isabel, estoy contenta,
ya se acabó mi temor;
tus inquietudes serena, 10
pues ya él se fue. No presumas
que tu marido sospecha
nada; no, yo le conozco,
sé su genio y sus ideas;
demás que, en tan breve tiempo, 15
no es posible que pudiera
haber llegado a saber
estas cosas. Tu prudencia
emendará lo demás;
él te quiere, y si te esmeras 20
en darle gusto, verás
como todo se remedia.
DOÑA ISABEL
Sí, Beatriz, así lo haré,
tú mi timidez ahuyentas;
conozco mi error, conozco 25
los peligros que me cercan
por una ciega pasión,
que ya desechar es fuerza.
¡Ay, hermana, estas paredes
me acusan, adonde quiera 30
que vuelva la vista...! ¡Oh cuánto
poder la verdad encierra!
DOÑA BEATRIZ
No es mucho, Isabel, que ahora
turbada y débil te sientas;
eres niña, y este golpe 35
te ha de causar mucha pena.
DOÑA ISABEL
Dígalo quien como yo
hubiese amado de veras.
DOÑA BEATRIZ
Después, Isabel, que borres
esas memorias funestas, 40
al cuidado de tu casa,
y de tu marido atenta,
libre de este sobresalto,
vida afortunada y quieta
lograrás, por más que ahora 45
imposible te parezca.
Sí, querida, no lo dudes:
el trato cariño engendra.
¡Qué feliz serás entonces!
Hoy lloras y te lamentas 50
de tu suerte; vendrá el día
que a ti te cause vergüenza,
y al acordarte dirás:
¡Señor!, ¿qué pasión fue aquella?
No estuve en mí, no es posible; 55
porque si pensado hubiera
el peligro, ni un instante
mi pundonor permitiera
tal exceso. ¿Y yo, engañada,
lloré de don Juan la ausencia? 60
¿Yo pude sentirlo, cuando
mi quietud logré por ella,
el amor de mi marido...?
¡Qué ceguedad! ¡Qué flaqueza!
DOÑA ISABEL
¡Ay Beatriz!
DOÑA BEATRIZ
Hermana mía,
65
¿qué temes? Nada hay que temas.
DOÑA ISABEL

 (Aparte.) 

¡Oh! ¡Qué mal hice en llamarle!
DOÑA BEATRIZ
¿Por qué, di, no te consuelas?
Si conoces la verdad,
no des lugar a que venza 70
la inclinación; siempre has sido
muy cristiana, muy honesta,
y muy prudente también;
y si lograrlo deseas...
DOÑA ISABEL

 (Aparte, haciendo que se va. 

¿Llamaron? Él es sin duda.) 75
¿Adónde iré?
DOÑA BEATRIZ
¿Qué te altera?
¿Por qué te vas, si es mi hermano?


Escena II

 

DON ROQUE y las dichas.

 
DON ROQUE

  (Aparte.) 

¿Qué entruchadas serán estas
de volver y de tornar?
¿Dónde está la bata vieja? 80
¿Cuánto va que no se han puesto
los pedazos de bayeta
en la espalda?
DOÑA BEATRIZ
¡Si dijiste
ayer que te los pusieran!
No ha habido tiempo de hacerlo. 85
DON ROQUE
Idos las dos allá fuera.
DOÑA BEATRIZ
¿Te quedas sin desnudar?
DON ROQUE
¿Qué don Juan?
DOÑA BEATRIZ
¡Que si te quedas
con ese vestido, o quieres
la bata!
DON ROQUE
Cuando la quiera,
90
yo sabré llamar.
DOÑA ISABEL
Beatriz,
de sobresalto estoy llena.
DOÑA BEATRIZ
¿Quieres algo?
DON ROQUE
No señora.
DOÑA BEATRIZ
¿Qué tienes?, ¿qué te molesta?
DON ROQUE
Nada. ¿Qué la importará, 95
que yo tenga lo que tenga?
¿No he dicho que me dejéis?
DOÑA BEATRIZ
Ven, Isabel.


Escena III

 

DON ROQUE y MUÑOZ.

 
DON ROQUE
Muñoz, entra.
Conque el recado no es más...
MUÑOZ
¿Ahora salimos con esa? 100
Sí, señor, no es nada más,
que lo que dije allá fuera.
DON ROQUE
¿Que vaya y diga a su amo
que venga al punto?
MUÑOZ
Que venga.
DON ROQUE
¿Que los dos hemos salido? 105
MUÑOZ
Eso mismo.
DON ROQUE
¿Que le espera
sin falta, sin falta?
MUÑOZ
Cierto.
DON ROQUE
¿Y dices que estaba inquieta,
y lloraba?
MUÑOZ
¡No, que no!
DON ROQUE
¿Y qué otra cosa era aquella 110
que me empezaste a decir?
MUÑOZ
Eran alabanzas vuestras.
DON ROQUE
Conque, en efecto, ¿estantigua
me llamaron?
MUÑOZ
Y postema.
DON ROQUE
¿Y cenacho?
MUÑOZ
Y viejarrón.
115
DON ROQUE
¡Habrá mayor desvergüenza!
Conque, ¿todas esas flores
dijo de mí?
MUÑOZ
Y otras treinta.
DON ROQUE
¿Y luego le dio el recado?
MUÑOZ
La del recado no es esa. 120
DON ROQUE
Pues Isabel...
MUÑOZ
Isabel
no trató de esa materia.
Blasilla fue la que dijo,
que don Roque es un babieca,
que parece un espantajo, 125
que es sordo como una piedra,
que le corrompe el aliento,
que tiene hinchadas las piernas,
que no puede ser casado,
que...
DON ROQUE
Calla, por Dios, no quieras
130
que vaya allá, y de un porrazo
la mate. ¡Haya picaruela,
habladora, embusterona...!
MUÑOZ
Yo no sé si es embustera,
pero que lo dijo es cierto. 135
DON ROQUE
De suerte, que ya no queda
en esta casa ninguno
que mi tormento no sea,
mi repudrición... ¡Infame!
Si estoy por ir a cogerla 140
de los cabellos, y darla
a la pícara tal felpa...
MUÑOZ
Mal remedio.
DON ROQUE
¿Qué he de hacer?
¿Qué he de hacer? Si no me deja
la cólera discurrir... 145
Mira, Muñoz, la cabeza
la tengo como un tambor.
Señor, si este mozo intenta
salir hoy mismo de Cádiz,
para separarse de ella; 150
si le he dejado en la playa
aguardando a que viniera
el bote; si se despide
de mí; si el tiempo se acerca
de salir, que de un instante 155
a otro la señal esperan...,
¡San Antonio!, ¿para qué
le habrá mandado que venga?
MUÑOZ
Con el hijo de mi madre
pudieran venirse a fiestas. 160
DON ROQUE
Pues en tal caso, ¿qué harías?
MUÑOZ
Yo sé muy bien lo que hiciera.
DON ROQUE
Hombre, por San Juan bendito
te suplico...
MUÑOZ
Ya comienza
otra vez el pordioseo. 165
DON ROQUE
... que me digas lo que hicieras,
si fueras don Roque ahora.
MUÑOZ
Si fuera don Roque en esta
ocasión, no dejaría

  (Mientras MUÑOZ dice estos versos, DON ROQUE se pasea pensativo por el teatro.) 

vivir a Muñoz: le diera 170
mil quejas a cada instante,
porque no huele y acecha;
le pidiera parecer
una, cuatro, veinte, treinta
veces, y sin hacer nada, 175
ni resolver a derechas,
a mi escudero infeliz
le hiciera pagar la pena
de lo que otro cometió;
le acosara, le embistiera, 180
le matara... ¿No me oís?
DON ROQUE
Yo he de perder la cabeza
con estas cosas, Muñoz;
vaya no hay que darle vueltas,
lo que te he dicho has de hacer. 185
MUÑOZ
¿Qué he de hacer?
DON ROQUE
¿Ya no te acuerdas?
MUÑOZ
¿De qué, señor?
DON ROQUE
Es verdad.
¡Si estoy loco...!
MUÑOZ
¿Quién lo niega?
DON ROQUE
¡Ya se vé, si no lo he dicho...!
Mira, Muñoz, si ella espera 190
al don Juan, quizá no viene,
porque sabe o se recela
que estoy en casa; Ginés,
vaya, como si lo viera,
me habrá atisbado al entrar, 195
que si no...; pero mis tretas
me han de valer: corre, amigo,
corre, que en tu diligencia
consiste. Mira, ya sabes
dónde las llaves se cuelgan. 200
¿Conoces la del portón?
MUÑOZ
¿Cuál, señor?
DON ROQUE
Aquella vieja,
¿estás?
MUÑOZ
Ah, la del postigo
que cae a la callejuela.
DON ROQUE
Esa misma.
MUÑOZ
Si ha mil años
205
que por allí nadie entra
ni sale.
DON ROQUE
No importa nada;
tráeme la llave.
MUÑOZ
¿Y qué nueva
invención?
DON ROQUE
Ya la sabrás;
ten cuidado no te sientan. 210


Escena IV

 

DON ROQUE solo pasándose por el teatro.

 
¡Ay, señor, esto va malo,
malo, malo...! ¡Picaruela!
¿Si parecerá la llave?
Muñoz dice bien, no es ella
quien tiene la culpa; yo 215
yo la he tenido... Si fuera
decir... Pero sí, ¡enmendarse!:
cuando cumpla los ochenta.
¡Bien dice Muñoz! ¡Mal año
si dice bien! Él me inquieta 220
con sus cosas, pero encaja
unas verdades tan secas...
Si yo se lo hubiera dicho
antes, no me sucediera
este chasco, sí por cierto. 225
¡Pobre don Roque, qué buena
la hiciste! ¡Pobre don Roque!
Pero quizá si nos deja
este don Juan, puede ser
que lograra... Dios lo quiera. 230


Escena V

 

DON ROQUE y MUÑOZ.

 
DON ROQUE
¿Pareció?
MUÑOZ
Pareció.
DON ROQUE
¿Sabes
si alguna te vio cogerla?
MUÑOZ
Nadie ha visto nada.

  (MUÑOZ da una llave a DON ROQUE.) 

DON ROQUE
¿No?
Pues anda, y dila que venga.
MUÑOZ
¿A quién?
DON ROQUE
A Blasa.
MUÑOZ
¿A la niña
235
deslenguada y bachillera,
que os trató de podrigorio?
Pues ¿qué pretendéis con ella?
DON ROQUE
Entablar este proyecto,
con el cual, si no se yerra, 240
a los dos he de pillar;
confirmaré mis sospechas,
y entonces me han de pagar,
juro a tal, la desvergüenza.
Llama a Blasilla.
MUÑOZ
Ahí parece
245
que viene.
DON ROQUE
Pues salte afuera.
MUÑOZ
Con tanto preparativo,
tanto vaya, torne y vuelva,
se pasa el tiempo. Y ¿qué hará?
Lo que hizo cascaciruelas. 250


Escena VI

 

DON ROQUE y BLASA.

 
DON ROQUE
Oye Blasilla.
BLASA
Señor.
DON ROQUE

 (Aparte. 

Vamos a hacer la deshecha.)
Mira, yo voy a salir;
si a eso de las doce y media
no he vuelto, podéis comer, 255
que es señal que como fuera.
BLASA
¿Fuera, señor?
DON ROQUE
Sí, porque
un conocido me espera
para un asunto, y quizá
no querrá que a casa vuelva, 260
y me quedaré con él.
BLASA
Vaya, señor, que no os dejan
parar en casa.
DON ROQUE
Es preciso
hacer yo mis diligencias.
BLASA
Y nosotras encerradas 265
en esta cárcel estrecha;
si no es a misa, jamás
damos por ahí una vuelta.
DON ROQUE
Las mujeres recogidas
que tienen juicio y vergüenza, 270
se están en casa, y no son
busconas ni callejeras;
¡en casa, en casa! (Me voy,
que ya el enojo me ciega.)
 

(DON ROQUE se va muy enojado sin tomar el sombrero; a las voces de BLASA, vuelve, se le pone, y se va por la puerta del lado derecho.)

 
BLASA
Digo, señor, ¿y el sombrero? 275
¡Señor! Sí... ¡Qué paso lleva!
¡Señor! ¿Cuánto va que pierde
este viejo la chaveta?
Ya vuelve, gracias a Dios.
Tomad el sombrero.
DON ROQUE
Venga.
280


Escena VII

 

BLASA y después MUÑOZ.

 
BLASA
¡Qué singular es el hombre!
¡Y que haya mujer que quiera,
en lo mejor de su edad,
con una cara de perla,
dos ojos como dos soles, 285
y un chiste que a todos prenda,
enlodazarse en un viejo
tan carcamal y tan bestia!
¡Ay, Señor!, no; mejor es
morir de puro soltera, 290
que sufrir a un mamarracho
de un maridazo, alma en pena,
con más tachas y alifafes,
que el caballo de Gonela.
 

(Sale MUÑOZ y, al ver a BLASA, se detiene a la puerta.)

 
Qué es eso, señor Muñoz, 295
¿os asustan las doncellas?
Si os estorbo...
MUÑOZ
Sí me estorbas.
BLASA
¡Conque os estorbo! ¿De veras?
MUÑOZ
No tengo ganas de hablar.
BLASA
¡Conque me iré!
MUÑOZ
Cuando quieras.
300
BLASA
¡Qué ceño! Desde que estoy
en esta casa perversa,
nunca os he visto reír;
siempre con mal gesto.
MUÑOZ
Y ella
siempre hablar que te hablarás. 305
BLASA
Hago bien, que tengo lengua.
MUÑOZ
Hace mal.
BLASA
No, sino bien.
MUÑOZ
Vaya, no tengamos fiesta.
BLASA
Quiero hablar.
MUÑOZ
Calla.
BLASA
Sí quiero
hablar. ¡Dale! ¡Hay tal cansera! 310
¡Fastidiosazo de viejo...!
MUÑOZ
Mira...
BLASA
Cara de materia.
MUÑOZ
Si...
BLASA
Rodrigón, pitarroso,
Judas: ¡rabia, rabia!
MUÑOZ
Espera...


Escena VIII

 

MUÑOZ y después DON ROQUE.

 
MUÑOZ
¡Picarona! Bien se ve 315
que no hay en casa quien tenga
calzones. ¡Picaronaza,
atrevida, desenvuelta!
¡A mí...! Vaya, yo no entiendo
cómo he tenido paciencia... 320
El diablo sabe por qué.
 

(Sale DON ROQUE por la puerta del lado izquierdo.)

 
DON ROQUE
Muñoz, ya estamos de vuelta.
Buena prevención ha sido
que pasaras a esta pieza
para espantarlas; ninguna 325
me ha visto entrar: mi cautela
se logró completamente.
Al salir yo por la puerta,
vi al canalla de Ginés,
que estaba de centinela 330
en esa casa de al lado;
yo tuerzo la callejuela
fingiendo no haberle visto;
y él, que me observaba, apenas
me aparté un poco, marchó 335
sin duda a llevar las nuevas
a don Juan o don demonio.
MUÑOZ
Pero bien, ¿qué se granjea
con ese embrollo maldito
de vueltas y de revueltas, 340
y entrarse por el portón,
para que las niñas crean
que habéis salido de casa?
Que Ginés vaya ni venga,
¿qué importará?; ¿ni que juzgue, 345
que estáis dentro, o estáis fuera?
¡Cuidado, que más parecen
cosas de chicos que juegan,
que no de señor mayor!
DON ROQUE
Mira, Muñoz, esta treta 350
es para que si don Juan,
como le han dicho que vuelva,
por temor de hallarme aquí
se ha detenido, y espera,
para asegurar el lance, 355
billete, recado, o seña,
saliendo yo, desde luego
su duda se desvanezca;
porque si Ginés le avisa,
o están encargadas ellas 360
de hacerlo (que son el diablo),
vendrá sin remedio a verla,
y entonces...
MUÑOZ
Y entonces ¿qué?
Habrá una gran pelotera,
chillidos, voces, y adiós. 365
Se irá don Juan y ¿qué piensa
lograr, mi señor don Roque?
DON ROQUE
La cosa está ya dispuesta;
pero no nos detengamos
en balde, que el tiempo aprieta; 370
vete, por Dios, a tu cuarto...
MUÑOZ
Mucha diversión me espera.
DON ROQUE
... en tanto que yo la traigo
hacia acá. Pero ¿no es ella?
MUÑOZ
Ella misma, que al reclamo 375
de don Juan viene que vuela.
Voyme.


Escena IX

 

DON ROQUE y DOÑA ISABEL.

 
DON ROQUE
¿De qué te suspendes?
DOÑA ISABEL
Presumí que estabais fuera,
porque Blasa...
DON ROQUE
Sí, he salido
a dar por ahí una vuelta, 380
y... ¿Qué dices?
DOÑA ISABEL
Nada.
DON ROQUE
¿Qué?
DOÑA ISABEL
Nada, señor.
DON ROQUE
No se pierda
el tiempo.

  (DON ROQUE cierra con llave la puerta del lado izquierdo.) 

DOÑA ISABEL
Señor, ¿qué hacéis?
¡Ay de mí! La llave...
DON ROQUE
Deja
la llave, nada te importa la llave. 385
DOÑA ISABEL
Pero ¿a qué es esta
prevención?
DON ROQUE
Mira, Isabel,
yo sé que a don Juan esperas;
él va a venir.
DOÑA ISABEL
¡Señor!
DON ROQUE
Calla,
no me grites, que lo echas 390
a perder. Él va a venir;
yo me escondo en esa pieza;
tú, sentada en esta silla
de modo que yo te vea,
le has de recibir. Dirásle 395
que ni un punto se detenga
en mi casa; que a qué vienen
todas esas morisquetas
de hacer que se va, y quedarse;
que en su vida a verte vuelva; 400
y que aunque yo no sé nada,
es muy fácil que lo sepa...
Pero a la puerta han llamado;
siéntate, la silla vuelta
hacia este lado.

  (DON ROQUE pone una silla enfrente de la puerta de su cuarto.)  

DOÑA ISABEL
¡Ay de mí!
405
¡Dónde estoy! ¡Oh, suerte adversa!
Mirad, señor, lo que hacéis.
DON ROQUE
Isabelita, ten cuenta
con lo que te he dicho. Mira
que si noto alguna seña 410
o palabra, no podré
reportarme, aunque más quiera,
y tendremos que sentir.
DOÑA ISABEL
¡Ay infeliz! ¡Qué funesta
situación! Pero, es posible... 415
Advertid...
DON ROQUE
Vamos, que llega.
DOÑA ISABEL
Escuchadme.
DON ROQUE
Lo que he dicho
harás. Cuidado con ella.
 

(DON ROQUE se entra en su cuarto, cerrando la puerta. DOÑA ISABEL se sienta.)

 


Escena X

 

DOÑA ISABEL y DON JUAN.

 
DOÑA ISABEL
¡Ay, desgraciada de mí!
¡Ay qué angustia! ¡Quién pudiera 420
avisarle! No hay remedio.
DON JUAN
¡En fin, Isabel, ordenas
que volviendo a verte ahora,
nuevo tormento padezca!
¿A qué fin, Isabel mía, 425
me detienes, si no espera
alivio nuestro dolor?
Pero, ¿qué pesar te aqueja?
¿Qué tienes? Enjuga, hermosa,
esas lágrimas; en ellas 430
harto me dices; no ignoro
de tus ojos la elocuencia.
Ya sé, mi bien, ya sé cuánto
esta partida te cuesta;
pero...
DOÑA ISABEL
Don Juan, ¿qué decís?,
435
¿qué decís? Idos, no sea
que mi esposo...
DON JUAN
No receles,
que no está en casa, no temas;
y Ginés quedó advertido
de avisarme cuando venga. 440
DOÑA ISABEL
En cualquiera ocasión debo
serle fiel. Ved que si llega
a saber vuestra porfía...
DON JUAN
Cielos, ¿qué mudanza es esta?
¿Qué lenguaje que no entiendo? 445
Isabel, haz que yo sepa
estos enigmas, que el alma
tengo de tu voz suspensa.
Tú me llamaste, y ahora...
DOÑA ISABEL
¿Yo os llamé?
DON JUAN
¿Qué? ¿Me lo niegas?
450
¿Me lo niegas? ¡Ah, cruel!
Pues...
DOÑA ISABEL
Callad.
DON JUAN
Tú harás que pierda
el sentido, ingrata. ¿Cómo
cupo en ti tanta fiereza?
DOÑA ISABEL
Ignoro lo que decís. 455
DON JUAN
¿Lo ignoras...? Pero no quieras
apurar mi sufrimiento,
Isabel, de esa manera.
DOÑA ISABEL
Ya he dicho os vayáis; hacedlo;
no por vos, señor, padezca 460
mi decoro.
DON JUAN
¡Ah fementida
mujer, que así mi firmeza
pagas! ¿Para esto quisiste
que viniese? ¿Para esa
nueva traición que tenías 465
contra mi vida dispuesta?
Si ya me aparté de ti,
si ya mi fuga resuelta,
propuse no verte más,
¿a qué me dices que venga, 470
a qué? Yo viví engañado;
rindiéronme tus finezas...
¡Ah, qué pronto se persuade
un hombre lo que desea!
Yo, enamorado de ti, 475
juzgué tus palabras ciertas,
tanto, que pudo igualar
mi cariño a tu belleza;
¡y así me pagas!
DOÑA ISABEL
Mirad
lo que decís, pues si llega 480
vuestra ceguedad a tanto
que alguno de casa os sienta,
mi esposo...
DON JUAN
Sí, ya lo sé.
Le has dicho ya que no tema,
que el amor que me mostraste 485
fue mentirosa apariencia;
y que para convencerme
vas a hacer la mayor prueba
de iniquidad; le ofreciste
ultrajarme, y a mis penas 490
añadir el más acerbo
dolor que añadir pudieras.
¿Se lo has prometido así?
Cumple, cumple tu promesa...
Pero, aleve, ¿qué disculpa 495
me das? ¿Ninguna te queda?
¡Callas, infiel, porque sabes
que callando me atormentas!
Adiós, sí, me voy; con eso
quedas, Isabel, contenta. 500
Sí, me voy; no volveré
a verte más, no lo temas.
Y acaso llegará el día,
que de horror y susto llena,
te acuerdes de mí, oprimida 505
con la memoria funesta
del pérfido triunfo... ¡Adiós!
Voy a morir; nada anhela
tu amante, sino acabar
la vida, que ya detesta. 510
Ni seré tan infeliz
que, cuando aspiro a perderla,
no lo consiga al impulso
de tempestades deshechas.
Así pudiera olvidar 515
mi error pasado y mi pena,
tus alevosos cariños...

  (Saca unos papeles y los hace pedazos.)  

¡Ah! ¿qué digo? No... Perezcan,
perezcan; yo las creí
alivio de mis tristezas. 520
Tuyas son... ¡Traidoras cartas!
Míralas: tuya es la letra.
No quede memoria alguna.
DOÑA ISABEL
¿Qué hacéis? ¡Ay de mí!
DON JUAN
No, deja,
déjame.
DOÑA ISABEL
¡Cielos! Señor...
525
DON JUAN
No las quiero, no. Me acuerdan
tus engaños.
DOÑA ISABEL
¡Infelice,
qué nueva desdicha es esta!
Idos, señor.
DON JUAN
Sí, cruel.
Ya es tiempo: libre te quedas. 530
DOÑA ISABEL
Don Juan... Si... ¡Pobre de mí!
¡Pobre de mí!, yo voy muerta.
 

(Vase DON JUAN por la puerta del lado derecho; DOÑA ISABEL abre la de la parte opuesta, y se va haciendo extremos de dolor.)

 


Escena XI

 

DON ROQUE solo.

 
Mejor será... Sí, es mejor.
Hasta que embarcar le vea...
Vamos allá, no se escurra 535
y tengamos otra fiesta.
¡La Isabelica y su alma!
Esta es echadiza.

  (Viendo a DOÑA BEATRIZ que sale.) 



Escena XII

 

DON ROQUE, DOÑA BEATRIZ y después DOÑA ISABEL.

 
DOÑA BEATRIZ
Espera.
DON ROQUE
Voy de prisa.
DOÑA BEATRIZ
¿Y Isabel?
¿La has visto?
DON ROQUE
¿No sabes de ella?
540
¡En los infiernos!

 (Vase.) 

DOÑA BEATRIZ
¿Qué puede
haber sucedido? En esta
pieza no está; presuroso
va mi hermano: alguna nueva
desgracia ocurrió. ¡Si acaso 545
ha venido, y se la lleva!
DOÑA ISABEL
Beatriz, hermana, ¡ay de mí!
DOÑA BEATRIZ
¿Qué es esto, Isabel, que llena
de dudas me tienes?
DOÑA ISABEL
Esto
es sufrir penas acerbas, 550
esto es nacer infeliz...
¿Qué haremos? Llama... No, deja;
es mejor que... Yo no sé.
No estoy en mí.
 

(DOÑA ISABEL va hacia la puerta del lado derecho, por donde salieron DON JUAN y DON ROQUE, DOÑA BEATRIZ la detiene.)

 
DOÑA BEATRIZ
Escucha, espera...
¿Adónde vas?
DOÑA ISABEL
A evitar
555
que le mate.
DOÑA BEATRIZ
¿A quién? Sosiega
el temor.
DOÑA ISABEL
Pues ¿no ha salido
detrás de él? No me detengas,
déjame que vaya, ¡ay triste!
DOÑA BEATRIZ
¿Adónde?
DOÑA ISABEL
A morir; no queda
560
otro remedio, Beatriz;
ni hay mujer a quien suceda
mayor desgracia... Don Juan
vino.
DOÑA BEATRIZ
¿Qué dices?
DOÑA ISABEL
Sí. En esa
pieza se ocultó tu hermano; 565
todo lo ha visto. Él se aleja
culpando mi ingratitud...
¡Ay, Beatriz!, no se me acuerda
lo que le dije; ni supe,
ni era fácil que advirtiera... 570
¡Mísera!, ¿qué pude hacer?
DOÑA BEATRIZ
¿En fin, Isabel, te deja?
Pues si en él se va el peligro,
no así desmayes, ni cedas
tan pronto a la desventura, 575
que acaso tú propia aumentas.
DOÑA ISABEL
Es verdad, ya lo conozco.
Pero, ¡ay de mí!, cuando venga,
¿qué le diré?¿Quién podrá
persuadirle a que me crea? 580
Si está airado contra mí,
y confirmó su sospecha
este acaso, no es posible
que a mis razones atienda.
¡Infeliz! ¿Y vivo? ¿Y vivo? 585
¿Cómo hay en mí resistencia?
DOÑA BEATRIZ
No a la desesperación
te entregues de esa manera;
y piérdase todo, como
la esperanza no se pierda. 590
¿Se fue don Juan? Lo demás
nada importa; cuando vuelva
tu marido, yo sabré
aplacarle.
DOÑA ISABEL
En vano intentas
templar mi dolor, en vano, 595
que está celoso, y es fuerza
que ni escuche mi disculpa...
DOÑA BEATRIZ
Basta, Isabel. ¿No te acuerdas
de que ha de volver mi hermano?
¿Qué es esto? Ven allá fuera; 600
vamos.
DOÑA ISABEL
¿Para qué, Beatriz?
DOÑA BEATRIZ
Para evitar que te vea;
yo estaré con él primero.
DOÑA ISABEL
Vamos... ¡El tiro de leva...!
 

(Suena un cañonazo; DOÑA ISABEL cae desmayada sobre una silla.)

 
Ya se va... Beatriz... ¡Dios mío! 605
DOÑA BEATRIZ
¿Qué te da, hermana...? No alienta.
Isabel... ¡Válgame Dios!
No vuelve... Si llamo, es fuerza
que esto se publique... ¡Blasa!
Estas resultas esperan 610
tales casamientos. ¡Blasa!
Será preciso que venga.
Pero ya vuelve... ¡Isabel!
DOÑA ISABEL
¡Ay de mí!
DOÑA BEATRIZ
¿Qué sientes? Prueba
si te puedes sostener; 615
iré por agua.
DOÑA ISABEL
No, espera;
no te vayas.
DOÑA BEATRIZ
No me iré;
apóyate en mí.
DOÑA ISABEL
¡Qué pena!
DOÑA BEATRIZ
Llora, suspira; que ahora
nadie nos ve.
DOÑA ISABEL
Si pudiera
620
suspirar... pero no puedo.
DOÑA BEATRIZ
¿Qué sientes?
DOÑA ISABEL
No sé... quisiera...
DOÑA BEATRIZ
¿Qué?
DOÑA ISABEL
Nada, déjalo ya...
Mejor estoy... ¡Qué funesta
venida!
DOÑA BEATRIZ
Vaya, mujer,
625
¿otra vez de eso te acuerdas?
DOÑA ISABEL
Ya se fue; ya se acabó
el afán.
DOÑA BEATRIZ
Isabel, deja
eso, por Dios.
DOÑA ISABEL
Ya se fue...
¡Triste de la que se queda! 630
No volveremos a vernos
jamás... ¡Quién me lo dijera!
Mucho le quise, Beatriz,
mucho le quise.
DOÑA BEATRIZ
Si empiezas
de nuevo con estas cosas, 635
te abandono.
DOÑA ISABEL
¡Ay!, ¿tú me dejas?
DOÑA BEATRIZ
Pues ¿qué quieres, Isabel,
si tú propia te atormentas,
ni atiendes a mi razón,
ni esos extremos moderas? 640
Si viene mi hermano ahora,
y de este modo te encuentra,
¿qué le dirás, infeliz?
DOÑA ISABEL
Que estoy a todo dispuesta;
que acabo de separarme 645
de aquel que quise de veras...
Me engañaron; se valieron
de astucias, para que diera
un sí... ¡Perverso, cruel
hombre! ¿Qué hiciste? ¿Así entregas 650
mi mano a quien no he de amar?
¡Ay, Dios!
DOÑA BEATRIZ
¡Isabel!
DOÑA ISABEL
Me ciega
el furor... yo lo conozco...
¡Ay, Beatriz! Tengo vergüenza
de mí misma... En fin, se va 655
creyendo que le desprecia
su amada, que le aborrece...
¡Ah!, no es verdad, no lo creas;
te quiero, mi bien, te adoro.
No dudes de mi firmeza; 660
primero y último amor
es el que en mi pecho alberga.
Soy infeliz, no mudable.
Digna fue de tus finezas
Isabel, ¡ay!, y la vida 665
la ha de costar esta ausencia.
DOÑA BEATRIZ
Hermana, ven... Me parece
que ha entrado; no te detengas.
DOÑA ISABEL
¡Desgraciada! ¿Adónde, adónde
iremos que no me vea? 670
¡Cómo evitaré su enojo!
Helado temor me cerca;
si viene, ¡mísera yo!
DOÑA BEATRIZ
Vamos, Isabel.
DOÑA ISABEL
Si fuera
posible... Pero ¿qué digo? 675

  (Después de una larga suspensión.) 

Ésta es ya mucha bajeza,
mucho abatimiento es éste;
aquí le espero resuelta.
A quien todo lo ha perdido,
¿qué peligro le amedrenta? 680
Quita; ya no voy contigo;
aquí le aguardo.
DOÑA BEATRIZ
¿Qué intentas?
DOÑA ISABEL
No sé, no sé. Pero estoy
prevenida a cuanto venga.
No soy culpada, pues ¿cuándo 685
ha temido la inocencia?
Ánimo, corazón mío,
que en esta terrible prueba
está tu bien o tu mal.
Él es.
DOÑA BEATRIZ
¡Isabel!
DOÑA ISABEL
Ya llega.
690


Escena XIII

 

DON ROQUE, MUÑOZ y dichas.

 
MUÑOZ
Pero yo ¿qué le he de hacer?
DON ROQUE
Es que quiero que las veas;
a ver por dónde la toman.
MUÑOZ
Si la cosa está ya hecha,
¿qué diablos han de decir? 695
¿Ni qué importa...?
DON ROQUE
Buena pieza,
ya se fue don Juan; cumplió
por último su promesa:
vaya bendito de Dios.
Ello es regular que tengas, 700
ayudada de mi hermana,
tu amiga y tu consejera,
buena porción de mentiras
y de embolismos dispuesta
para el caso; pero ya 705
conozco todas sus tretas
y las tuyas. Sí, por cierto;
me ha enseñado la experiencia.
DOÑA BEATRIZ
¿Qué quieres decir con eso?
DON ROQUE
¡Eh!, ¿no lo dije? Ya empieza. 710
Pero hablemos de una vez.
Ya has visto que no te queda
disculpa alguna, ya has visto
que lo sé todo; y que es fuerza,
no siendo yo ningún tonto, 715
que esto me enfade y me duela.
¿Es regular...?
DOÑA ISABEL
Sí, señor.
Bien decís: vuestra sospecha
es justa, no he de negarlo;
pero sabed...
DON ROQUE
¡Bueno fuera
720
que lo negaras!
MUÑOZ
¡Pues digo,
que se morderá la lengua!
DOÑA ISABEL
Sabed que yo, desgraciada,
oprimida, con violencia
os di la mano de esposa; 725
no hay remedio, ya soy vuestra.
Pero don Juan... Sí, señor,
le quise, fue verdadera
nuestra pasión.
DOÑA BEATRIZ
Isabel,
¿qué es lo que dices?
DOÑA ISABEL
No fuera
730
justo engañaros; le amé.
Así lo quiso mi estrella.
Él igualmente... Dejad,
dejadme, señor, que vierta
estas lágrimas, que todo 735
lo que callo dicen ellas.
En fin, engañado vos,
yo sin tener quién volviera
por mí, fui víctima triste
de la avaricia perversa 740
de mi tutor.
DON ROQUE
Digo, ¿y cómo
entonces, que conviniera
hablarnos a todos claro,
callaste como una muerta?
DOÑA ISABEL
¡Ah, señor!, con tantos años 745
¿aún no tenéis experiencia
de lo que es una muchacha?
¿No sabéis que nos enseñan
a obedecer ciegamente,
y a que el semblante desmienta 750
lo que sufre el corazón?
Cuidadosamente observan
nuestros pasos; y llamando
al disimulo modestia,
padece el alma, y... No importa, 755
con tal que calle, padezca.
El respeto, la amenaza,
la edad inocente y tierna,
la timidez natural,
las siempre falsas o inciertas 760
noticias del mundo... ¡Ay, triste!
No soy yo sola; no es ésta
la primera vez que pudo
la autoridad indiscreta
oprimir la voluntad. 765
DON ROQUE
Muy bien. Y toda esa arenga
¿qué quiere decir?
DOÑA BEATRIZ
¿Tan necio
serás que no lo comprendas?
Quiere decir que si acaso
estás airado con ella 770
por lo que viste, ya han hecho
cuanto apetecer pudieras
separándose los dos.
¿Qué más disculpa deseas?
Ya no hay motivos de enojo. 775
DON ROQUE
Cierto, es una friolera;
no ha habido nada; no importa
nada; no vale la pena.
¿Es verdad? Lo que yo he visto
no ha sido nada ¿eh? ¡Parlera 780
de Satanás!
DOÑA ISABEL
Ya os he dicho
que le he querido, y que fuera
mentir negároslo yo;
pero si alguno sospecha
que a mi decoro falté, 785
es ilusión que le ciega.
No, señor; el cielo sabe
que de iniquidad tan fea
estoy inocente; yo
supe con débiles fuerzas, 790
si no vencer mi pasión,
evitar efectos de ella.
Le llamé para decirle
que en su patria se estuviera,
donde parientes y amigos 795
aliviaran sus tristezas,
recelando que si ahora
apresurado se ausenta,
su mismo pesar le mate.
¡Cuántos peligros le cercan! 800
Despreciado va de mí:
¡infelice!, ¿quién dijera,
que yo le quise tanto...?
¡Ah, mi afecto me enajena!
Pero no, no se malogren 805
los instantes. Ya deshecha
esta amistad, acabada
la causa de vuestra queja,
vos satisfecho quedáis,
yo triste, asombrada, llena 810
de dolor... ¡Ah!, ya se fue,
ya se logró vuestra idea;
se logró, pero, ¡qué golpe
tan terrible! ¡Qué violenta
separación! Mucho vale 815
la virtud, pues tanto cuesta.
En fin, señor, por vos sólo,
por una pasión tan necia,
y una aborrecida unión,
de vuestra edad tan ajena, 820
yo perdí mi libertad,
y él a la muerte se acerca.
Pero este esfuerzo cruel
algún galardón espera.
Sí, que tanto sacrificio 825
bien merece recompensa.
Ya está resuelto; apartada
de vos, en la más estrecha
clausura vivir intento,
si es vida la que me resta. 830
Allí...
DOÑA BEATRIZ
¿Qué has dicho, Isabel?
DON ROQUE
Mujer, ¿qué clausura es esa?
¿Qué?... Vaya, sosiégate.
¡Jesús! ¡Creo que era buena
la invención!
DOÑA BEATRIZ
Hermana...
DOÑA ISABEL
No,
835
ya lo he pensado y no queda
otro arbitrio. ¿Cómo quieres
que mi trato no le ofenda?
Lleno de desconfianzas
vivirá; por más que quiera 840
tranquilizarse, jamás
podrá borrar sus sospechas.
Cada acción será un delito,
cada palabra una prueba
contra mí: su edad, su genio... 845
No es posible que convengan
para vivir en quietud
circunstancias tan opuestas.
Es preciso separarnos.
En tu casa, mientras llega 850
el lance, estaré contigo.
Vos, señor, haced que sea,
si fuere posible, hoy mismo.
Yo os lo suplico, si queda
alguna reliquia en vos 855
de aquella afición funesta
que me habéis tenido.
DON ROQUE
Vamos,
no hablemos de esa materia;
yo me olvidaré de todo,
y...
DOÑA ISABEL
No, no señor; es fuerza
860
que esta merced me otorguéis.
DON ROQUE
Tú, Beatriz, tendrás con ella
más autoridad; por Dios,
persuádela.
DOÑA BEATRIZ
Ya no es ésta
ocasión, ni hallarse pueden 865
razones que la contengan.
Basta que no te ofendió;
basta que elegir pretenda
el medio de no ofenderte
jamás; y pues limpio queda 870
tu honor, déjala vivir
en donde no te aborrezca.
DON ROQUE
¿Conque yo me he de quedar
sin mujer por una tema?
¿Conque yo tengo la culpa? 875
Isabel...
DOÑA ISABEL
Estoy resuelta;
hacedlo, y a vuestro honor
importa que no se extienda
el caso por la ciudad:
el sigilo y la presteza 880
convienen.
DON ROQUE
Tenéis razón...
Matadme; ya nada resta
sino morirme de rabia.
DOÑA ISABEL
No. Vivid, señor, y sea
con mucha felicidad, 885
que yo habitaré contenta
en la soledad que abrazo
porque, retirada en ella,
tengamos quietud los dos.
Vamos, Beatriz.
DOÑA BEATRIZ
No difieras
890
un instante lo que pide.
DON ROQUE
¡Muñoz!
MUÑOZ
¡Otra moledera!
DON ROQUE
Pero tú, Muñoz, ¿qué dices,
hombre, por Dios?
MUÑOZ
Si entendiera
que pudiese haber quietud 895
sin encierro, torno y verjas,
no os aconsejara tal;
pero ¡si es tan manifiesta
la dificultad, que nadie
habrá que no la comprenda, 900
si es preciso! ¡Aunque ella fuese
una Santa Dorotea...!
Vamos, eso es tan palpable,
que no merece la pena
de gastar tiempo. ¿Se va? 905
Muy bien pensado. ¿Se encierra?
Lindamente; a vos os quita
quebraderos de cabeza,
y ella en no viendo jamás
esa cara, está contenta. 910
Conque abreviarlo, y agur.
DON ROQUE
¿Conque ello ha de ser por fuerza?
MUÑOZ
No, sino de bien a bien.
DON ROQUE
¡Beatriz!
DOÑA BEATRIZ
En vano me ruegas.
DON ROQUE
¡Isabel!
DOÑA ISABEL
No, no os escucho.
915
DON ROQUE
Pero ¿es posible que quieras...?
DOÑA ISABEL
No me sigáis; apartad,
que en vos se me representa
un tirano aborrecido.
Lejos de vuestra presencia 920
podré vivir; pero ved,
que si un error os empeña
en obligarme a ceder,
no bastará la prudencia,
y es temible una mujer 925
desesperada y resuelta.

 (Vase.) 

DOÑA BEATRIZ
Ya lo has visto; no la apures.
DON ROQUE
Haré todo lo que quiera;
dejadme vivir en paz,
dejadme... y Dios la haga buena. 930
DOÑA BEATRIZ
Pero...
DON ROQUE
Sí, mañana mismo
haremos la diligencia,
mañana... Y que me perdone,
que yo la perdono a ella.


Escena XIV

 

DON ROQUE y MUÑOZ.

 
DON ROQUE
¡Válgame Dios, qué muchacha, 935
válgame Dios!
MUÑOZ
No creyera...
DON ROQUE
Calla, que en cuanto me digas
tendrás razón; pero deja
que reniegue de mí mismo,
pues yo, por mi ligereza 940
he sido causa de todo.
Ya lo pago, y aunque
tarde, reconozco ahora
que no son edades estas
para pensar en casorios. 945
MUÑOZ
¡Si muchos lo conocieran...!
Pero sí: ¡cuanto más viejos,
más niños y más troneras!





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