Porque amo tu cuerpo como se ama la
tierra |
Richi
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II |
| Porque amo tu cuerpo como se ama la tierra. | | | | Amo tus manos despobladas, | | | | la estepa árida de tus manos. | | | | Te amo como se ama la tierra dura y sin entrañas, | | | | la tierra rellena de metales y silencio | | | | y de huesos y sangre atrapada y las voces subterráneas
de los muertos. | | |
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| Alto es tu cuello | | | | como los muros de Novgord son altos, | | | | como las torres de San Pablo en Moscú son altas. | | |
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| Tus ojos son como las fosas de Nemrod, | | | | como los valles de la muerte en Gizeh. | | |
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| Por encima de las estepas de Kajastán, | | | | donde enloquecidas aúllan las hordas, | | | | de la dorada Kiev, de altos tejados, de cúpulas
doradas, | | | | por encima de la ciudad negra de Calcuta, | | | | de los montes sagrados de Libia, | | | | yo amo tu cuerpo como se ama la tierra. | | |
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| Sobre el puente colgante de Brooklyn, | | | | sobre las torres negras de Escocia, | | | | entre las brumas de Irlanda, | | | | donde reposan los huesos de los reyes: | | | | tú heredas la tierra. | | | | Heredas Praga, Viena y Florencia. | | | | París será tuya, las iglesias de Bizancio. | | | | Las cúpulas de Roma, los alminares de Tánger | | | | donde el muezdín entona santos versos de
cólera. | | | | Los ponientes de la ciudad prohibida de Pekín | | | | tendrás en herencia, las auroras de Oslo, | | | | tuya será la luz. | | |
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—8→
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| De Samarcanda a las setenta y dos naciones, | | | | de la ciudad redonda a Damasco, | | | | yo amo tu cuerpo como el Nieper, | | | | vasto y frío como la tundra, | | | | perfumado como los palacios de Nínive. | | |
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| Tu boca es como las puertas de Jerusalén, | | | | como las puertas de Jericó. | | | | Alta como las murallas de Babilonia, | | | | más alta que las chimeneas más altas, | | | | que los hornos de Berlín, | | | | que la isla de Manhattan. | | |
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III |
| Ven, he puesto mi corazón por encima de los
hombres; | | | | es semejante a uno de aquellos acueductos | | | | hechos de piedra sobria, que otros pueblos levantaron | | | | con los huesos roídos de la tierra. | | | | En ellos fluye el agua negra de mi sangre | | | | en turbios canales, | | | | del frío pozo de mis órganos a los
depósitos huecos del cráneo. | | |
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| Mira, éste es el árbol duro de mis
entrañas, | | | | mis vísceras son las raíces que pueblan la
tierra; | | | | de las ramas de mis costillas | | | | penden mis órganos como frutos. | | |
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| Semejante al árbol que amontona en círculos su
pasado | | | | se amontona la carne sobre mis huesos. | | |
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| He levantado mi carne entre los siglos, | | | | las edades de la tierra llevo escritas en los huesos, | | | | he guardado en mí toda la memoria de la tierra. | | |
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—9→
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| Las naciones son huéspedes de mi boca, | | | | todas las razas pueblan mi carne, | | | | mi médula es el magma rojo que fluye de la tierra. | | | | Hay en mí valles secretos | | | | y mundos olvidados | | | | para los hijos de los hombres. | | |
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| Me dejaré llevar río abajo, | | | | donde escondes los bosques antiguos, | | | | a la tierra en que fluyen siete ríos de siete
manantiales | | | | de la nueva Jerusalén | | | | predicha por los viejos profetas. | | |
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| Wisa -hija de la tierra-, | | | | muéstrame tus entrañas de bronce, | | | | los ríos de metal fundido, | | | | las capas calizas de la tierra, | | | | los manantiales subterráneos que fluyen de la
tierra. | | |
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| Iré al Este, a la tierra de mis padres, | | | | cruzaré las tierras altas del continente, | | | | me mezclaré con los pueblos salvajes, | | | | adoraré a los viejos dioses perdidos de la
cólera, | | | | beberé, sediento, negros licores | | | | y me será dada a conocer la ciencia de la vida. | | |
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| Iré al Este, a la tierra de nuestros padres, | | | | me desnudaré, | | | | me abandonaré a tus ojos como al ocaso de las tierras
árticas, | | | | beberé de los pozos de tu boca... | | | | porque sólo tú eres la hija de la tierra, | | | | porque sólo tú posees | | | | las llaves del mundo del silencio. | | |
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