Fábulas literarias
Tomás de Iriarte
Ningún particular debe ofenderse de lo que se dice en común.
|
Nunca una obra se acredita tanto de mala, como cuando la aplauden los necios.
A tratar de un gravísimo negocio | |||
se juntaron los zánganos un día. | |||
Cada cual varios medios discurría | |||
para disimular su inútil ocio; | |||
y por librarse de tan fea nota | 5 | ||
a vista de los otros animales, | |||
aun el más perezoso y más idiota | |||
quería, bien o mal, hacer panales. | |||
Mas como el trabajar les era duro, | |||
y el enjambre inexperto | 10 | ||
no estaba muy seguro | |||
de rematar la empresa con acierto, | |||
intentaron salir de aquel apuro | |||
con acudir a una colmena vieja | |||
y sacar el cadáver de una abeja | 15 | ||
muy hábil en su tiempo y laboriosa: | |||
hacerla con la pompa más honrosa | |||
unas grandes exequias funerales, | |||
y susurrar elogios inmortales | |||
de lo ingeniosa que era | 20 | ||
en labrar dulce miel y blanca cera. | |||
Con esto se alababan tan ufanos, | |||
que una abeja les dijo por despique: | |||
«¿No trabajáis más que eso? Pues hermanos, | |||
jamás equivaldrá vuestro zumbido | 25 | ||
a una gota de miel que yo fabrique.» | |||
¡Cuántos pasar por sabios han querido, | |||
con citar a los muertos que lo han sido! | |||
¡Y qué pomposamente que los citan! | |||
Mas pregunto yo ahora: ¿los imitan? | 30 |
Fácilmente se luce con citar y elogiar a los hombres grandes de la antigüedad: el mérito está en imitarlos.
De Santo Domingo trajo | |||
dos loros una señora: | |||
la isla es mitad francesa, | |||
y otra mitad española. | |||
Así cada animalito | 5 | ||
hablaba distinto idioma. | |||
Pusiéronlos al balcón, | |||
y aquello era Babilonia; | |||
de francés y castellano | |||
hicieron tal pepitoria, | 10 | ||
que al cabo ya no sabían | |||
hablar ni una lengua ni otra. | |||
El francés del español | |||
tomó voces, aunque pocas, | |||
el español al francés | 15 | ||
casi se las tomó todas. | |||
Manda el ama separarlos, | |||
y el francés luego reforma | |||
las palabras que aprendió | |||
de lengua que no es de moda | 20 | ||
el español, al contrario, | |||
no olvida la jerigonza, | |||
y aun discurre que con ella | |||
ilustra su lengua propia. | |||
Llegó a pedir en francés | 25 | ||
los garbanzos de la olla, | |||
y desde el balcón de enfrente | |||
una erudita cotorra | |||
la carcajada soltó, | |||
haciendo del loro mofa. | 30 | ||
Él respondió solamente, | |||
como por tacha afrentosa: | |||
Vos no sois una PURISTA1; | |||
y ella dijo: A mucha honra. | |||
¡Vaya, que los loros son | 35 | ||
lo mismo que las personas! |
Los que corrompen su idioma no tienen otro desquite que llamar puristas a los que le hablan con propiedad, como si el serlo fuera tacha.
Trabajando un gusano su capullo, | |||
la araña, que tejía a toda prisa, | |||
de esta suerte le habló con falsa risa, | |||
muy propia de su orgullo: | |||
«¿Qué dice de mi tela el seor gusano? | 5 | ||
Esta mañana la empecé temprano, | |||
y ya estará acabada al mediodía. | |||
¡Mire qué sutil es, mire qué bella!...» | |||
El gusano con sorna respondía: | |||
«Usted tiene razón; así sale ella.» | 10 |
Se ha de considerar la calidad de la obra y no el tiempo que se ha tardado en hacerla.
El fidedigno padre Valdecebro, | |||
que en discurrir historias de animales | |||
se calentó el cerebro, | |||
pintándolos con pelos y señales; | |||
que en estilo encumbrado y elocuente | 5 | ||
del unicornio cuenta maravillas, | |||
y el ave fénix cree a pie juntillas | |||
(no tengo bien presente | |||
si es en el libro octavo o en el nono), | |||
refiere el caso de un famoso mono. | 10 | ||
Éste, pues, que era diestro | |||
en mil habilidades, y servía | |||
a un gran titiritero, quiso un día, | |||
mientras estaba ausente su maestro, | |||
convidar diferentes animales | 15 | ||
de aquellos más amigos, | |||
a que fuesen testigos | |||
de todas sus monadas principales. | |||
Empezó por hacer la mortecina; | |||
después bailó en la cuerda a la arlequina, | 20 | ||
con el salto mortal y la campana: | |||
luego el despeñadero, | |||
la espatarrada, vueltas de carnero, | |||
y al fin, el ejercicio a la prusiana. | |||
De estas y de otras gracias hizo alarde, | 25 | ||
mas lo mejor faltaba todavía, | |||
pues imitando lo que su amo hacía, | |||
ofrecerles pensó, porque la tarde | |||
completa fuese, y la función amena, | |||
de la linterna mágica una escena. | 30 | ||
Luego que la atención del auditorio | |||
con un preparatorio | |||
exordio concilió, según es uso, | |||
detrás de aquella máquina se puso; | |||
y durante el manejo | 35 | ||
de los vidrios pintados, | |||
fáciles de mover a todos lados, | |||
las diversas figuras | |||
iba explicando con locuaz despejo. | |||
Estaba el cuarto a oscuras, | 40 | ||
cual se requiere en casos semejantes; | |||
y aunque los circunstantes | |||
observaban atentos, | |||
ninguno ver podía los portentos | |||
que con tanta parola y grave tono | 45 | ||
les anunciaba el ingenioso mono. | |||
Todos se confundían, sospechando | |||
que aquello era burlarse de la gente. | |||
Estaba el mono ya corrido, cuando | |||
entró maese Pedro de repente, | 50 | ||
e informado del lance, entre severo | |||
y risueño, le dijo: «Majadero, | |||
¿de qué sirve tu charla sempiterna, | |||
si tienes apagada la linterna?» | |||
Perdonadme, sutiles y altas musas, | 55 | ||
las que hacéis vanidad de ser confusas: | |||
¿Os puedo yo decir con mejor modo | |||
que sin la claridad os falta todo? |
Sin claridad no hay obra buena.
En cierta catedral una campana había, | |||
que sólo se tocaba algún solemne día. | |||
Con el más recio son, con pausado compás | |||
cuatro golpes o tres solía dar no más. | |||
Por esto, y ser mayor de la ordinaria marca, | 5 | ||
celebrada fue siempre en toda la comarca. | |||
Tenía la ciudad en su jurisdicción | |||
una aldea infeliz, de corta población, | |||
siendo su parroquial una pobre iglesita | |||
con chico campanario, a modo de una ermita, | 10 | ||
y un rajado esquilón pendiente en medio de él, | |||
era allí el que hacía el principal papel. | |||
A fin de que imitase aqueste campanario | |||
al de la catedral, dispuso el vecindario | |||
que despacio y muy poco el dicho esquilón | 15 | ||
se hubiese de tocar en tal cual función; | |||
y pudo aquello tanto en la gente aldeana, | |||
que el esquilón pasó por una gran campana. | |||
Muy verosímil es; pues que la gravedad | |||
suple en muchos así por la capacidad; | 20 | ||
dígnanse rara vez de despegar sus labios, | |||
y piensan que con esto imitan a los sabios. |
Con hablar poco y gravemente, logran muchos opinión de hombres grandes.
Esta fabulilla, | |||
salga bien o mal, | |||
me ha ocurrido ahora | |||
por casualidad. | |||
Cerca de unos prados | 5 | ||
que hay en mi lugar, | |||
pasaba un borrico | |||
por casualidad. | |||
Una flauta en ellos | |||
halló, que un zagal | 10 | ||
se dejó olvidada | |||
por casualidad. | |||
Acercose a olerla | |||
el dicho animal; | |||
y dio un resoplido | 15 | ||
por casualidad. | |||
En la flauta el aire | |||
se hubo de colar, | |||
y sonó la flauta | |||
por casualidad. | 20 | ||
¡Oh! dijo el borrico: | |||
¡Qué bien sé tocar! | |||
¿Y dirán que es mala | |||
la música asnal? | |||
Sin reglas del arte | 25 | ||
borriquitos hay, | |||
que una vez aciertan | |||
por casualidad. |
Sin reglas del arte, el que en algo acierta es por casualidad.
Tienen algunos un gracioso modo | |||
de aparentar que se lo saben todo: | |||
pues cuando oyen o ven cualquiera cosa, | |||
por más nueva que sea y primorosa, | |||
muy trivial y muy fácil la suponen, | 5 | ||
y a tener que alabarla no se exponen. | |||
Esta casta de gente | |||
no se me ha de escapar, por vida mía, | |||
sin que lleve su fábula corriente, | |||
aunque gaste en hacerla todo un día. | 10 | ||
A la pulga la hormiga refería | |||
lo mucho que se afana, | |||
y con qué industrias el sustento gana; | |||
de qué suerte fabrica el hormiguero; | |||
cuál es la habitación, cuál el granero, | 15 | ||
cómo el grano acarrea, | |||
repartiendo entre todas la tarea; | |||
con otras menudencias muy curiosas, | |||
que pudieran pasar por fabulosas, | |||
si diarias experiencias | 20 | ||
no las acreditasen de evidencias. | |||
A todas sus razones | |||
contestaba la pulga, no diciendo | |||
más que éstas u otras tales expresiones: | |||
«Pues... ya... sí... se supone... bien... lo entiendo... | 25 | ||
ya lo decía yo... sin duda... es claro; | |||
ya ves que en eso no hay nada de raro.» | |||
La hormiga, que salió de sus casillas | |||
al oír estas vanas respuestillas, | |||
dijo a la pulga: «Amiga, pues yo quiero | 30 | ||
que venga usted conmigo al hormiguero, | |||
ya que con ese tono de maestra | |||
todo lo facilita y da por hecho, | |||
siquiera para muestra | |||
ayúdenos en algo de provecho.» | 35 | ||
La pulga, dando un brinco muy ligera, | |||
respondió con grandísimo desuello: | |||
«¡Miren qué friolera! | |||
¿Y tanto piensas que me costaría? | |||
Todo es ponerse a ello... | 40 | ||
Pero... Tengo que hacer... Hasta otro día.» |
Para no alabar las obras buenas, algunos las suponen de fácil ejecución.
Por entre unas matas | |||
seguido de perros | |||
(no diré corría) | |||
volaba un conejo. | |||
De su madriguera | 5 | ||
salió un compañero, | |||
y le dijo: «Tente, | |||
amigo, ¿qué es esto?» | |||
«¿Qué ha de ser? responde. | |||
Sin aliento llego... | 10 | ||
Dos pícaros galgos | |||
me vienen siguiendo.» | |||
«Sí, replica el otro, | |||
por allí los veo... | |||
Pero no son galgos.» | 15 | ||
«Pues ¿qué son?» -«¡Podencos!» | |||
«¡Qué! ¿Podencos dices?» | |||
«Sí, como mi abuelo.» | |||
«Galgos y muy galgos: | |||
bien visto lo tengo.» | 20 | ||
«Son Podencos: vaya, | |||
que no entiendes de eso.» | |||
«Son galgos, te digo.» | |||
«Digo que podencos.» | |||
En esta disputa | 25 | ||
llegando los perros, | |||
pillan descuidados | |||
a mis dos conejos. | |||
Los que por cuestiones | |||
de poco momento | 30 | ||
dejan lo que importa, | |||
llévense este ejemplo. |
No debemos detenernos en cuestiones frívolas, asunto principal.
Yo leí, no sé dónde, que en la lengua herbolaria | |||
saludando al tomillo la hierba parietaria, | |||
con socarronería le dijo de esta suerte: | |||
«Dios te guarde, tomillo: lástima me da verte, | |||
que aunque más oloroso que todas estas plantas, | 5 | ||
apenas medio palmo del suelo te levantas.» | |||
Él responde: «Querida, chico soy, pero crezco | |||
sin ayuda de nadie. Yo sí te compadezco; | |||
pues, por más que presumas, ni medio palmo puedes | |||
medrar, si no te arrimas a una de esas paredes.» | 10 | ||
Cuando veo yo algunos que de otros escritores | |||
a la sombra se arriman y piensan ser autores | |||
con poner cuatro notas, o hacer un prologuillo, | |||
estoy por aplicarles lo que dijo el tomillo. |
Nadie pretenda ser tenido por autor sólo con poner un ligero prólogo, o algunas notas a libro ajeno.
Más allá de las islas Filipinas | |||
hay una, que ni sé cómo se llama, | |||
ni me importa saberlo; donde es fama | |||
que jamás hubo casta de gallinas | |||
hasta que allá un viajero | 5 | ||
llevó por accidente un gallinero. | |||
Al fin tal fue la cría, que ya el plato | |||
más común y barato | |||
era de huevos frescos; pero todos | |||
los pasaban por agua (que el viajante | 10 | ||
no enseñó a componerlos de otros modos). | |||
Luego de aquella tierra un habitante | |||
introdujo el comerlos estrellados. | |||
¡Oh qué elogios se oyeron a porfía | |||
de su rara y fecunda fantasía! | 15 | ||
Otro discurre hacerlos escalfados. | |||
¡Pensamiento feliz! Otro rellenos... | |||
¡Ahora sí que están los huevos buenos! | |||
Uno después inventa la tortilla, | |||
y todos claman ya: ¡qué maravilla! | 20 | ||
No bien se pasó un año, | |||
cuando otro dijo: «Sois unos petates: | |||
yo los haré revueltos con tomates.» | |||
Y aquel guiso de huevos tan extraño, | |||
con que toda la isla se alborota, | 25 | ||
hubiera estado largo tiempo en uso, | |||
a no ser porque luego los compuso | |||
un famoso extranjero a la Hugonota. | |||
Esto hicieron diversos cocineros; | |||
pero ¡qué condimentos delicados | 30 | ||
no añadieron después los reposteros! | |||
Moles, dobles, hilados, | |||
en caramelo, en leche, | |||
en sorbete, en compota, en escabeche. | |||
Al cabo todos eran inventores, | 35 | ||
y los últimos huevos los mejores. | |||
Mas un prudente anciano | |||
les dijo un día: «Presumís en vano | |||
de esas composiciones peregrinas. | |||
¡Gracias al que nos trajo las gallinas! | 40 | ||
Tantos autores nuevos | |||
¿no se pudieran ir a guisar huevos | |||
más allá de las islas Filipinas? |
No falta quien quiera pasar por autor original cuando no hace más que repetir, con corta diferencia, lo que otros muchos han dicho.
A orillas de un estanque | |||
diciendo estaba un pato: | |||
«¿A qué animal dio el cielo | |||
los dones que me ha dado? | |||
Soy de agua, tierra y aire. | 5 | ||
Cuando de andar me canso, | |||
si se me antoja, vuelo, | |||
si se me antoja, nado.» | |||
Una serpiente astuta, | |||
que le estaba escuchando, | 10 | ||
le llamó con un silbo, | |||
y le dijo: «Seor guapo, | |||
no hay que echar tantas plantas; | |||
pues ni anda como el gamo, | |||
ni vuela como el sacre, | 15 | ||
ni nada como el barbo. | |||
Y así tenga sabido | |||
que lo importante y raro | |||
no es entender de todo, | |||
sino ser diestro en algo.» | 20 |
Más vale saber una cosa bien, que muchas mal.
Si querer entender de todo | |||
es ridícula presunción, | |||
servir sólo para una cosa | |||
suele ser falta no menor. | |||
Sobre una mesa cierto día | 5 | ||
dando estaba conversación | |||
a un abanico y a un manguito | |||
un paraguas o quitasol; | |||
y en la lengua que en otro tiempo | |||
con la olla el caldero habló2, | 10 | ||
a sus compañeros dijo: | |||
«¡Oh, qué buenas alhajas sois! | |||
Tú, manguito, en invierno sirves; | |||
en verano vas a un rincón: | |||
tú, abanico, eres mueble inútil | 15 | ||
cuando el frío sigue al calor. | |||
No sabéis salir de un oficio, | |||
aprended de mí, pese a vos, | |||
que en el invierno soy paraguas, | |||
y en el verano quitasol.» | 20 |
También suele ser nulidad el no saber más que una cosa; el extremo opuesto del defecto reprendido en la fábula anterior.
De sus hijos la torpe avutarda, | |||
el pesado volar conocía, | |||
deseando sacar una cría | |||
más ligera, aunque fuese bastarda. | |||
A este fin muchos huevos robados | 5 | ||
de alcotán, de jilguero y paloma, | |||
de perdiz y de tórtola toma | |||
y en su nido los guarda mezclados. | |||
Largo tiempo se estuvo sobre ellos. | |||
Y aunque hueros salieron bastantes | 10 | ||
produjeron por fin los restantes | |||
varias castas de pájaros bellos. | |||
La avutarda mil aves convida | |||
por lucirlo con cría tan nueva; | |||
sus polluelos cada ave se lleva, | 15 | ||
y hete aquí la avutarda lucida. | |||
Los que andáis empollando obras de otros, | |||
sacad, pues, a volar vuestra cría. | |||
Ya dirá cada autor: «Esta es mía.» | |||
Y veremos qué os queda a vosotros. | 20 |
Muy ridículo papel hacen los plagiarios que escriben centones.
«Calla tú, pajarillo vocinglero, | |||
(dijo el cisne al jilguero). | |||
¿A cantar me provocas, cuando sabes | |||
que de mi voz la dulce melodía | |||
nunca ha tenido igual entre las aves?» | 5 | ||
El jilguero sus trinos repetía, | |||
y el cisne continuaba: «¡Qué insolencia! | |||
¡Miren cómo me insulta el musiquillo! | |||
Si con soltar mi canto no le humillo, | |||
dé muchas gracias a mi gran prudencia.» | 10 | ||
«¡Ojalá que cantaras! | |||
(Le respondió por fin el pajarillo): | |||
¡Cuánto no admirarías | |||
con las cadencias raras | |||
que ninguno asegura haberte oído, | 15 | ||
aunque logran más fama que las mías!...» | |||
Quiso el cisne cantar, y dio un graznido. | |||
¡Gran cosa! Ganar crédito sin ciencia, | |||
y perderle en llegando a la experiencia. |
Nada sirve la fama, si no corresponden las obras.
Harta de paja y cebada | |||
una mula de alquiler | |||
salía de la posada; | |||
y tanto empezó a correr, | |||
que apenas el caminante | 5 | ||
la podía detener. | |||
No dudo que en un instante | |||
su media jornada haría; | |||
pero algo más adelante | |||
la falsa caballería | 10 | ||
ya iba retardando el paso. | |||
«¿Si lo hará de picardía?... | |||
¡Arre!... ¿Te paras? Acaso | |||
metiendo la espuela... Nada, | |||
mucho me temo un fracaso... | 15 | ||
Esta vara, que es delgada... | |||
Menos... Pues este aguijón... | |||
Mas ¿si estará ya cansada? | |||
¡Coces tira... y mordiscón! | |||
¡Se vuelve contra el jinete!... | 20 | ||
¡Oh qué corcovo, qué envión! | |||
Aunque las piernas apriete... | |||
Ni por esas... ¡Voto a quién! | |||
Barrabás que la sujete... | |||
Por fin dio en tierra... ¡Muy bien! | 25 | ||
¿Y eres tú la que corrías?... | |||
¡Mal muermo te mate, amén! | |||
No me fiaré en mis días | |||
de mula que empiece haciendo | |||
semejantes valentías.» | 30 | ||
Después de este lance, en viendo | |||
que un autor ha principiado | |||
con altisonante estruendo, | |||
al punto digo: «¡Cuidado! | |||
Tente, hombre, que te has de ver | 35 | ||
en el vergonzoso estado | |||
de la mula de alquiler!» |
Los que empiezan elevando el estilo, se ven tal vez precisados a humillarle después demasiado.
Estábase una cabra muy atenta | |||
largo rato escuchando | |||
de un acorde violín el eco blando. | |||
Los pies se le bailaban de contenta; | |||
y a cierto jaco que también suspenso | 5 | ||
casi olvidaba el pienso, | |||
dirigió de esta suerte la palabra: | |||
«¿No oyes de aquellas cuerdas la armonía? | |||
Pues sabe que son tripas de una cabra | |||
que fue en un tiempo compañera mía. | 10 | ||
Confío ¡dicha grande! que algún día, | |||
no menos dulces trinos | |||
formarán mis sonoros intestinos.» | |||
Volviose el buen rocín y respondiola: | |||
«A fe que no resuenan esas cuerdas | 15 | ||
sino porque las hieren con las cerdas | |||
que sufrí me arrancasen de la cola. | |||
Mi dolor me costó, pasé mi susto, | |||
pero al fin tengo el gusto | |||
de ver que lucimiento | 20 | ||
debe a mi auxilio el músico instrumento. | |||
Tú, que satisfacción igual esperas, | |||
¿cuándo la gozarás? Después que mueras.» | |||
Así, ni más ni menos, porque en vida | |||
no ha conseguido ver obra aplaudida | 25 | ||
algún mal escritor, al juicio apela | |||
de la posteridad, y se consuela. |
Hay muchos escritores que se lisonjean fácilmente de lograr fama póstuma, cuando no han podido merecerla en vida.
Saliendo del colmenar, | |||
dijo al cuclillo la abeja: | |||
«Calla, porque no me deja | |||
tu ingrata voz trabajar. | |||
No hay ave tan fastidiosa | 5 | ||
en el cantar como tú: | |||
cucú, cucú, y más cucú: | |||
y siempre una misma cosa.» | |||
-«¿Te cansa mi canto igual? | |||
(El cuclillo respondió): | 10 | ||
pues a fe que no hallo yo | |||
variedad en tu panal. | |||
Y pues que del propio modo | |||
fabricas uno que ciento | |||
si yo nada nuevo invento, | 15 | ||
en ti es viejísimo todo.» | |||
A esto la abeja replica: | |||
«En obra de utilidad | |||
la falta de variedad | |||
no es lo que más perjudica. | 20 | ||
Pero en obra destinada | |||
sólo al gusto y diversión, | |||
si no es varia la invención, | |||
todo lo demás es nada.» |
La variedad es requisito indispensable en las obras de gusto.
Tuvo Esopo famosas ocurrencias. | |||
¡Qué invención tan sencilla! ¡Qué sentencias!... | |||
He de poner, pues que la tengo a mano, | |||
una fábula suya en castellano. | |||
«Cierto, dijo un ratón en su agujero: | 5 | ||
no hay prenda más amable y estupenda | |||
que la fidelidad: por eso quiero | |||
tan de veras al perro perdiguero.» | |||
Un gato replicó: «Pues esa prenda | |||
yo la tengo también...» Aquí se asusta | 10 | ||
mi buen ratón, se esconde, | |||
y torciendo el hocico, le responde: | |||
«¿Cómo? ¿La tienes tú? Ya no me gusta.» | |||
La alabanza que muchos creen justa, | |||
injusta les parece | 15 | ||
si ven que su contrario la merece. | |||
«¿Qué tal, señor lector? La fabulilla | |||
puede ser que le agrade y que le instruya.» | |||
«Es una maravilla: | |||
dijo Esopo una cosa como suya.» | 20 | ||
«Pues mire usted: Esopo no la ha escrito: | |||
salió de mi cabeza.» «¿Con que es tuya?» | |||
«Sí, señor erudito: | |||
ya que antes tan feliz le parecía, | |||
critíquemela ahora porque es mía.» | 25 |
Alguno que ha alabado una obra ignorando quién es su autor, suele vituperarla después que lo sabe.
Cobardes son, y traidores, | |||
ciertos críticos que esperan, | |||
para impugnar, a que mueran | |||
los infelices autores, | |||
porque vivos, respondieran. | 5 | ||
Un breve caso a este intento | |||
contaba una abuela mía. | |||
Diz que un día en un convento | |||
entró una lechuza... Miento, | |||
que no debió ser un día. | 10 | ||
Fue, sin duda, estando el sol | |||
va muy lejos del ocaso... | |||
Ella, en fin, se encontró al paso | |||
una lámpara (o farol, | |||
que es lo mismo para el caso). | 15 | ||
Y volviendo la trasera, | |||
exclamó de esta manera: | |||
«Lámpara, ¡con qué deleite | |||
te chupara yo el aceite, | |||
si tu luz no me ofendiera! | 20 | ||
Mas ya que ahora no puedo, | |||
porque estás bien atizada, | |||
si otra vez te hallo apagada, | |||
sabré, perdiéndote el miedo, | |||
darme una buena panzada.» | 25 | ||
Aunque renieguen de mí | |||
los críticos de que trato, | |||
para darles un mal rato, | |||
en otra fábula aquí | |||
tengo de hacer su retrato. | 30 | ||
Estando, pites, un trapero | |||
revolviendo un basurero, | |||
ladrábale (como suelen | |||
cuando a tales hombres huelen) | |||
Dos parientes del Cerbero. | 35 | ||
Y díjoles un lebrel: | |||
«Dejad a ese perillán, | |||
que sabe quitar la piel | |||
cuando encuentra muerto a un can, | |||
y cuando vivo, huye de él.» | 40 |
Atreverse a los autores muertos, y no a los vivos, no sólo es cobardía, sino traición.
En la orilla del Tajo | |||
hablaba con la rana el renacuajo, | |||
alabando las hojas, la espesura | |||
de un gran cañaveral y su verdura. | |||
Mas luego que del viento | 5 | ||
el ímpetu violento | |||
una caña abatió, que cayó al río, | |||
en tono de lección dijo la rana: | |||
«Ven a verla, hijo mío: | |||
por de fuera muy tersa, muy lozana; | 10 | ||
por dentro, todo fofa, toda vana.» | |||
Si la rana entendiera poesía, | |||
también de muchos versos lo diría. |
¡Qué despreciable es la poesía de mucha hojarasca!
Cierto lobo, hablando con cierto pastor, | |||
«Amigo, le dijo: yo no sé por qué | |||
me has mirado siempre con odio y horror. | |||
Tiénesme por malo, no lo soy a fe. | |||
¡Mi piel en invierno que abrigo no da! | 5 | ||
Achaques humanos cura más de mil: | |||
y otra cosa tiene: que seguro está | |||
que la piquen pulgas ni otro insecto vil. | |||
Mis uñas no trueco por las del tejón, | |||
que contra el mal de ojo tienen gran virtud. | 10 | ||
Mis dientes, ya sabes cuán útiles son, | |||
y a cuántos con mi unto he dado salud.» | |||
El pastor responde: «Perverso animal, | |||
¡maldígate el cielo, maldígate amén! | |||
Después que estás harto de hacer tanto mal, | 15 | ||
¿qué importa que puedas hacer algún bien? | |||
Al diablo los doy | |||
tantos libros lobos como corren hoy. |
El libro que de suyo es malo, no dejará de serlo porque tenga tal o cual cosa buena.
El águila y el león | |||
gran conferencia tuvieron | |||
para arreglar entre sí | |||
ciertos puntos de gobierno. | |||
Dio el águila muchas quejas | 5 | ||
del murciélago, diciendo: | |||
«¿Hasta cuándo ese avechucho | |||
nos ha de traer revueltos? | |||
Con mis pájaros se mezcla, | |||
dándose por uno de ellos; | 10 | ||
y alega varias razones, | |||
sobre todo, la del vuelo. | |||
Mas, si se le antoja dice: | |||
-Hocico, y no pico, tengo. | |||
¿Como ave queréis tratarme? | 15 | ||
Pues cuadrúpedo me vuelvo. | |||
Con mis vasallos murmura | |||
de los brutos de tu imperio; | |||
y cuando con éstos vive, | |||
murmura también de aquéllos.» | 20 | ||
«Está bien, dijo el león: | |||
Yo te juro que en mis reinos | |||
no entre más.» «Pues en los míos, | |||
respondió el águila, menos.» | |||
Desde entonces solitario | 25 | ||
salir de noche le vemos; | |||
pues ni alados ni patudos | |||
quieren ya tal compañero. | |||
Murciélagos literarios, | |||
que hacéis a pluma y a pelo, | 30 | ||
si queréis vivir con todos, | |||
miraos en este espejo. |
Los que quieren hacer a dos partidos, suelen conseguir el desprecio de ambos.
«Aunque se vista de seda | |||
la mona, mona se queda.» | |||
El refrán lo dice así, | |||
yo también lo diré aquí: | |||
y con eso lo verán | 5 | ||
en fábula y en refrán. | |||
Un traje de colorines, | |||
como el de los matachines, | |||
cierta mona se vistió); | |||
aunque más bien creo yo | 10 | ||
que su amo la vestiría, | |||
porque difícil sería | |||
que tela y sastre encontrase: | |||
el refrán lo dice: pase. | |||
Viéndose ya tan galana, | 15 | ||
saltó por una ventana | |||
al tejado de un vecino, | |||
y de allí tomó el camino | |||
para volverse a Tetuán, | |||
esto no dice el refrán, | 20 | ||
pero lo dice una historia | |||
de que apenas hay memoria, | |||
por ser el autor muy raro; | |||
(y poner el hecho en claro | |||
no le habrá costado poco.) | 25 | ||
Él no supo, ni tampoco | |||
he podido saber yo, | |||
si la mona se embarcó, | |||
o si rodeó tal vez | |||
por el istmo de Suez: | 30 | ||
lo que averiguado está | |||
es que por fin llegó allá. | |||
Viose la señora mía | |||
en la amable compañía | |||
de tanta mona desnuda, | 35 | ||
y cada cual la saluda | |||
como a un alto personaje, | |||
admirándose del traje | |||
y suponiendo sería | |||
mucha la sabiduría, | 40 | ||
ingenio y tino mental | |||
del petimetre animal. | |||
Opinan luego al instante, | |||
y nemine discrepante, | |||
que a la nueva compañera | 45 | ||
la dirección se confiera | |||
de cierta gran correría, | |||
con que buscar se debía | |||
en aquel país tan vasto | |||
la provisión para el gasto | 50 | ||
de toda la mona tropa. | |||
(¡Lo que es tener buena ropa!) | |||
La directora, marchando | |||
con las huestes de su mando | |||
perdió, no sólo el camino, | 55 | ||
sino, lo que es más, el tino. | |||
Y sus necias compañeras | |||
atravesaron laderas, | |||
bosques, valles, cerros, llanos, | |||
desiertos, ríos, pantanos; | 60 | ||
y al cabo de la jornada | |||
ninguna dio palotada. | |||
Y eso que en toda su vida | |||
hicieron otra salida | |||
en que fuese el capitán | 65 | ||
más tieso ni más galán. | |||
Por poco no queda mona | |||
a vida con la intentona; | |||
y vieron por experiencia | |||
que la ropa no da ciencia. | 70 | ||
Pero sin ir a Tetuán, | |||
también acá se hallarán | |||
monos que, aunque se vistan de estudiantes, | |||
se han de quedar lo mismo que eran antes. |
Hay trajes propios de algunas profesiones literarias, con los cuales aparentan muchos el talento que no tienen.
«Siempre acostumbra hacer el vulgo necio | |||
de lo bueno y lo malo igual aprecio: | |||
yo le doy lo peor, que es lo que alaba.» | |||
De este modo sus yerros disculpaba | |||
un escritor de farsas indecentes; | 5 | ||
y un taimado poeta que lo oía, | |||
le respondió en los términos siguientes: | |||
al humilde jumento | |||
su dueño daba paja, y le decía: | |||
«Toma, pues que con eso estás contento.» | 10 | ||
Díjolo tantas veces, que ya un día | |||
se enfadó el asno, y replicó: «Yo tomo | |||
lo que me quieras dar: pero, hombre injusto, | |||
¿piensas que sólo de la paja gusto? | |||
Dame grano, y verás si me lo como.» | 15 | ||
Sepa quien para el público trabaja, | |||
que tal vez a la plebe culpa en vano; | |||
pues si en dándola paja, come paja, | |||
siempre que la dan grano, come grano. |
Quien escribe para el público, y no escribe bien, no debe fundar su disculpa en el mal gusto del vulgo.
Bien habrá visto el lector | |||
en hostería o convento | |||
un artificioso invento | |||
para andar el asador. | |||
Rueda de madera es | 5 | ||
con escalones; y un perro | |||
metido en aquel encierro | |||
le da vueltas con los pies. | |||
Parece que cierto can | |||
que la máquina movía, | 10 | ||
empezó a decir un día: | |||
«Bien trabajo, y ¿qué me dan? | |||
¡Cómo sudo! ¡Ay, infeliz! | |||
Y al cabo, por gran exceso, | |||
me arrojarán algún hueso | 15 | ||
que sobre de esa perdiz. | |||
Con mucha incomodidad | |||
aquí la vida se pasa: | |||
me iré, no sólo de casa | |||
mas también de la ciudad.» | 20 | ||
Apenas le dieron suelta, | |||
huyendo con disimulo, | |||
llegó al campo, en donde un mulo | |||
a una noria daba vuelta. | |||
Y no le hubo visto bien, | 25 | ||
cuando dijo: «¿Quién va allá? | |||
Parece que por acá | |||
asamos carne también.» | |||
«No aso carne, que agua saco.» | |||
El macho le respondió. | 30 | ||
«Eso también lo haré yo. | |||
Saltó el can, aunque estoy flaco. | |||
Como esa rueda es mayor, | |||
algo más trabajaré. | |||
¿Tanto pesa?... Pues ¿y qué? | 35 | ||
¿No ando la de mi asador? | |||
Me habrán de dar, sobre todo, | |||
más ración, tendré más gloria. | |||
Entonces el de la noria | |||
le interrumpió de este modo: | 40 | ||
«Que se vuelva le aconsejo | |||
a voltear su asador, | |||
que esta empresa es superior | |||
a las fuerzas de un gozquejo. | |||
¡Miren el mulo bellaco, | 45 | ||
y qué bien le replicó! | |||
Lo mismo he leído yo | |||
en un tal Horacio Flaco, | |||
que a un autor da por gran yerro | |||
cargar con lo que después | 50 | ||
no podrá llevar; esto es, | |||
que no ande la noria el perro. |
Nadie emprenda obra superior a sus fuerzas.
Oyendo un tordo hablar a un papagayo, | |||
quiso que él, y no el hombre, le enseñara; | |||
y con sólo un ensayo | |||
creyó tener pronunciación tan clara, | |||
que en ciertas ocasiones | 5 | ||
a una marica daba ya lecciones. | |||
Así, salió tan diestra la marica | |||
como aquel que al estudio se dedica | |||
por copias y por malas traducciones. |
Conviene estudiar los autores originales, no los copiantes y malos traductores.