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31

Ibidem.

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32

Ibid., p. 57.

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33

Ibid., pp. 57-58.

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34

Ibid., p. 58.

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35

Cfr. p. 296.

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36

Vázquez, significativamente apodado «Sucio Bascas», «Terciopelo», «género café», con su identidad sexual dudosa, representa la hibridez de cierta categoría de hombres. En su figura vemos, claro, el influjo de Quevedo. Ibid., pp. 42, 43, 64.

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37

Ibid., p. 42.

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38

Se descubre que tiene la orden de seguir al general por todos lados: Ibid., p. 44.

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39

«Las toses de la fondera, para darles a entender que los dejaba a solas y sus improperios al encontrar a Vásquez completamente borracho, tirado en el patiecito [...] que seguía a la trastienda, coincidieron con nuevos llantos de Camila. / -¡Vos sí que dialtiro sos liso -la Masacuata estaba hecha una chichigua-, desconsiderado, que sólo servís para derramarle a uno las bilis! ¡Bien dicen que con vos el que parpadea pierde! ¡Mucho que decís que me querés!... Se ve..., se ve... ¡Apenas di media vuelta te sembraste la garrafa! ¡Para vos que no me cuesta..., que lo salgo a fiar..., que me lo regalan!... ¡Ladronote!... ¡Salí de aquí o te saco a pescozadas!». Ibid., p. 88.

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40

«La voz de Vázquez era desagradable; hablaba como mujer, con una vocecita tierna, atiplada, falsa. Enamorado hasta los huesos de la fondera, luchaba con ella día y noche para que le diera un beso con su gusto, no le pedía más. Pero la fondera no se dejaba por aquello de que la que da el beso da el queso. Súplicas, amenazas, regalitos, llantos fingidos y verdaderos, serenatas, tustes, todo se estrellaba en la negativa cerril de la fondera, la cual no cedió nunca ni jamás se dio por las buenas. "Él que me quiera -decía-, ya sabe que conmigo el amor es lucha a brazo partido"». Ibid., p. 44.

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