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Escena VIII

 

Dichos, MAQUICA, PEROTE, MARTÍN y acompañamiento de testigos para ir a la Iglesia.

 
PEROTE
¿Y bien, en qué quedamos? Ya en la iglesia 420
vestido está aguardando el padre cura
y la hora va a sonar.
ROQUE
Suene en buena hora,
pero lo que es por mí cante aleluyas,
que no quiero casarme.
PEROTE
¿Pues qué es ello?
ROQUE
¿Y el buen tío Perote lo pregunta? 425
PEROTE
¡Ah! ¿Será que mi hija...?

 (Reparando en RUPERTA.) 

ROQUE
Hable por ella
la cara que me pone de lechuza.
¿Mas a mí qué me importa? Tío Perote,
puesto que ella prefiere a la coyunda
que yo os diga una cosa...
MAQUICA
(¡Cielo santo!
430
¿Será aquello?)
PEROTE
¿Qué cosa?
ROQUE
Nada en suma,
pero si ella se empeña...
RUPERTA
¡Oh, no Visagra!
ROQUE
Pues ya que me ama y me prefiere, y jura
dar al olvido a mi rival...
RUPERTA
Lo juro,
por veintitrés faroles.
MARTÍN
¡Huy, qué bruja!
435
¡Y qué pronto ha olvidado!... ¡Ay, hijo mío!
Bien estás en presidio o en la tumba
para no escuchar esto.
PEROTE
El juramento
ha afligido a Martín y es cosa justa
no hablar de esto ya más en su presencia, 440
mas quien palabras da, fuerza es las cumpla.
El plazo de seis años convenido
va pronto a concluir. Si da la una
y tu hijo no está aquí...
MARTÍN
¡Que se jorobe!
ROQUE
Pues vamos a la iglesia.
RUPERTA
(Suerte injusta.)
445
ROQUE
¿Qué dices entre dientes?
RUPERTA
Que marchemos.
(¡Oh, si antes de llegar quedase viuda!)
 

(Vanse todos y queda MARTÍN.)

 
MARTÍN
¡Se han ido y me han dejado, y para Diego
ni un recuerdo de amor debí a esa mula!
¡Ah, mujeres!

 (Llorando.) 

Me voy a la taberna,
450
porque si no me moriré de murria.


Escena IX

 

Decoración de bosque.

 
 

DIEGO y ABEL atados a dos árboles. Seis Esquiladores de los cuales unos están rapando a los presos y otros tienen por el ronzal a una burra cargada de trapos, a la cual registran escrupulosamente. DIEGO escucha convulsivo el toque de un gran cencerro.

 
DIEGO
¡Ay! De esa campana el toque
dice que la boda es cierta
de la vaca de Ruperta
con el cabestro de Roque. 455
Pero asesinos, ¿qué hacéis?
¡Raparme a mí, voto a bríos!
ESQUILADOR 1.º
¡Firme! ¡A los dos, a los dos!
Y cuidado que soltéis
vosotros la burra.
DIEGO
¡Infames!
460
¡Salteadores de caminos!
ESQUILADOR 2.º
Como otra vez asesinos
o salteadores nos llames,
juro por tus mismas quejas
delante del Dios del cielo 465
que te corto, no ya el pelo,
sino también las orejas.
ABEL
¡Ay, ay! Pues lo que es a mí
ya me van cerca.
DIEGO
Matadme,
retorcedme, desolladme, 470
mas no me pongáis así.
¿Qué mal os he hecho yo
para que obréis de ese modo
y me atéis codo con codo,
y además de eso...?
ESQUILADOR 1.º
¿Pues no?
475
¿Hay más que de su lugar
volver a ver los amigos
y cual si fueran postigos
pasarse sin saludar?
DIEGO
Pero si no reparé, 480
si no os vi...
ESQUILADOR 1.º
¿Cómo que no?
¿Pues no te saludé yo
y con voz bien recia, a fe?
DIEGO
Pero si yo no lo oí,
si yo venía a casarme 485
y sólo en apresurarme
pensaba al llegar aquí.
¿No sabéis que mi deseo
es solamente abrazarla?
ESQUILADOR 1.º
¡Ea! Dejemos la charla 490
y prosiga el esquileo.
ESQUILADOR 3.º
Sí, y nosotros mientras tanto
descargaremos la burra.
DIEGO
¿Y no queréis que me aburra,
Dios mío, aunque sea santo? 495
Perdonad esos tapices
si no sois de pedernal
o cortadme las narices
y no me hacéis tanto mal.
Ved que estáis echando a tierra 500
una tela de paraguas
y con ella unas enaguas
de la reina de Inglaterra.
Ved...
ESQUILADOR 1.º
¿Qué dice este jumento?
¿Se nos burla? ¡Vive Dios! 505
Llevad la carga los dos
y echadla al río al momento.
ESQUILADOR 2.º
¡Bien dicho!

 (Volviendo a cargar la burra.) 

ESQUILADOR 1.º
Sí, de ese modo
otra vez aprenderás
a saludar.
ESQUILADOR 2.º
Y detrás
510
echaréis la burra y todo.
 

(Los esquiladores que están cargando reciben un tronchazo.)

 
UNO
¡Ay! Me dejó derrengado.
ESQUILADOR 1.º
¡Mas qué veo, yo estoy tonto!
ESQUILADOR 2.º
¡Huyamos! ¡Huyamos pronto!
¡¡¡Es un sereno picado!!! 515

 (Huyen.) 

 

(Se oye un cuerno.)

 


Escena X

 

DIEGO, ZUMOLIMONA y ABEL.

 
DIEGO
¡Cielos! La voz de Satanás es ésa.
¿La conoces, Abel?
ABEL
¡Harto me pesa!
 

(Sale ZUMOLIMONA con su traje de peregrino, trayendo en las manos un cuerno y un chuzo.)

 
DIEGO
¡Zumolimona aquí!
ZUMOLIMONA
¿De qué te asustas?
¿Has olvidado ya lo que me gustas?
Cuando yo en una cárcel encerrada, 520
que siento recordar porque me aburro,
fui por un mal fregado condenada
a recibir doscientos sobre un burro,
¿no me libraste tú? Pues hoy resuelvo
pagarte aquel favor. Mi ingenio aguzo, 525
y la vida y los trapos te devuelvo.
Da gracias a este cuerno y a este chuzo.
Libre estás.
DIEGO
¡Infeliz! ¿Tú vida y trapos
vienes a devolverme con anhelo?
Huye, impía, o te doy cuatro sopapos. 530
¿Puedes tú acaso devolverme el pelo?
ZUMOLIMONA
No, Morcilla, y me alegro.
DIEGO
Pues entonces
apártate de mí.
ZUMOLIMONA
No me acomoda.
Quiero hablarte primero de la boda
de Ruperta con Roque.
DIEGO
¿Es cosa cierta?
535
ZUMOLIMONA
Lo que oyes.
DIEGO
¡Mula falsa! ¡Vil Ruperta!
Corro a Chinchón a darle cuatro lapos,
aunque su bruto esposo se sofoque.
¡¡¡Ella que espabilada con mis trapos
juró no obedecer a rey ni Roque, 540
se ha casado con Roque!!! ¡Mujer fiera!
Ahora conozco bien que me engañaba
con tanto juramento... Y si no fuera
porque puedo morirme, me mataba.
¡Zumolimona!
ZUMOLIMONA
¿Qué?
DIEGO
¡Desesperado
545
casi, casi de hacer estoy tentado
una barbaridad para vengarme!
ZUMOLIMONA
¿Una barbaridad?
DIEGO
Como lo digo.
ZUMOLIMONA
Habla.
DIEGO
Ya ves si yo estaré quemado
con esta suerte perra que maldigo, 550
que a pesar de lo bien que te conozco,
si quieres tú, me casaré contigo.
ZUMOLIMONA
Bien sabes que te quise, y tú altanero
me diste calabazas. No te quiero,
ni otra vez me propongas esos tratos. 555
¿Pudiera yo en conciencia, majadero,
dar mi mano a un pelón, a un vil trapero
que parece la esfinge de Pilatos?
DIEGO
¡Zumolimona!
ZUMOLIMONA
¡Ruin!
DIEGO
¡Zumolimona!
ZUMOLIMONA
¡Trasto!
DIEGO
¡¡¡Zumolimona!!! Ni ese traje
560
ni el sexo en que has nacido te autorizan
para ultrajar mi facha y mi linaje.
ZUMOLIMONA
¿Tu linaje? ¿Qué escucho? Mira el boloño.
Yo pensé que eras sólo algún zanguango.
¿Eres algún usía, algún retoño 565
descendiente quizás de Carlomango?
DIEGO
Nada te importa a ti. Di si me quieres.
ZUMOLIMONA
Hazme el obsequio de decir quién eres.
DIEGO
¿Qué? ¿Te importa saberlo?
ZUMOLIMONA
¡Mucho, mucho!
DIEGO
Entonces no lo digo.
ZUMOLIMONA
Ni hace falta.
570
DIEGO
Pues un deseo bárbaro me asalta
de decirte quién soy. Escucha.
ZUMOLIMONA
Escucho.
DIEGO
Mi nombre es Diego Morcilla
y cuna Chinchón me dio,
cuyo pueblo se fundó 575
mucho después que Sevilla;
y cuyos muros sencillos,
porque sus glorias no robes,
fueron zurcidos de adobes
con guarnición de ladrillos. 580
Al darme la humana facha
quiso de Jesús el fallo
destinar a... lo que callo
un mozo y una muchacha;
y para gustar la copa, 585
dulce como el alajú,
nos dio... lo que sabes tú,
y nos dijo: «A vivir, tropa».
A esta voz, de gozo llenos
la Ruperta y yo vivimos, 590
que a un mesmo tiempo nacimos,
quince meses más o menos...
Con el amor más profundo
nos amábamos los dos,
tres días antes que Dios 595
pensara en hacer el mundo.
Y por pura consecuencia
era nuestro amor tan reuto,
que parecía un afeuto,
así... de reminiscencia. 600
Mas dicha de amor no dura,
que rompiéndome los cascos
me dio más de cuatro chascos
la tal Ruperta Asadura.
Tuve un rival, que acabar 605
con mis huesos pretendía.
ZUMOLIMONA
Pues ese rival, ¿qué hacía?
DIEGO
¿Qué hacía?... ¡¡¡Rivalizar!!!
El padre de mi futura,
dando rienda a su ambición, 610
«Vete, dijo, de Chinchón
a ver si logras ventura.
Si al volver tienes monedas
en darte a Ruperta estoy;
mas si no, no te la doy, 615
ingéniate como puedas.
Esto te lo digo yo;
y para que no haya engaños
volverás de hoy en diez años
a la una del reló». 620
Cogí mi cesta y mi gancho
después de llenar la tripa,
eché un sorbo y tomé pipa
diciendo: «¡Fuera, que mancho!».
Y marchando viento en popa 625
por mi Ruperta alentado,
desde entonces he dejado
sin trapos a media Europa.
Supe al llegar a Estambul
que un señor que murió en Siria 630
con más oro que Gaviria6
me mandaba ese baúl.
Con el cual libre y sin trabas
volvía, mas mi imprudencia
me llevó preso a Valencia, 635
en cuya cárcel estabas.
Allí por ciertos desquites,
que no debes olvidar,
supe que te iban a dar
doscientos y no confites. 640
Y aunque yo no tengo a fe
con el diablo arte ni parte,
urdí el plan de libertarte
y al punto te liberté.
Porque entre mí dije yo: 645
«Me da pena esa señora;
si la ahorcaran, en buena hora,
pero azotarla, eso no».
ZUMOLIMONA
¡Gracias!
DIEGO
Por estas razones
y otras a que yo no acudo, 650
conocerás...
ZUMOLIMONA
Yo no dudo
de tus bajas intenciones.
En premio soplarte quiero
mi chuzo y no por chiripa,
y hacerte una red la tripa, 655
Morcilla sin atadero.
 

(ZUMOLIMONA acomete a DIEGO y éste monta en la burra y huye.)

 
Abel, Abel, de tu arrimo
necesito, sé quién eres.
ABEL
Dame el chuzo y di qué quieres;
¿tú no sabes que te estimo? 660
ZUMOLIMONA
Sí, toma ese chuzo, Abel,
cógelo, Abel, con presteza,
y de Diego la cabeza
traerás enganchada en él.
ABEL

 (Cogiendo el chuzo.) 

¿Sí, eh? Llegó tu sentencia. 665
Vierta su zumo el limón.

 (Apuntándola.) 

ZUMOLIMONA
¿Qué haces, Abel?
ABEL
Con urgencia
cumpliré la comisión
que traje desde Valencia.
¡Muere!
ZUMOLIMONA
¿Qué oigo?
ABEL
Ya en acecho
670
de ti me canso de andar,
a fin de hacerte purgar
las malas obras que has hecho.
¡Muere!
ZUMOLIMONA
¡Pero, cómo apuntas
sin piedad de la que llora! 675
ABEL
No, mala casta, ya es hora
que las pagues todas juntas.

 (La hiere y ella cae.) 

Ya de esa sierpe di fin;
cumplido está mi papel.

 (Vase.) 

ZUMOLIMONA

 (Expirando.) 

¡Ay! Ahora veo que Abel 680
era... peor que Caín.


Escena XI

 

Un cuarto muy oscuro, adornado como la situación de la familia lo exige.

 
 

MAQUICA y RUPERTA.

 
RUPERTA
No me digas tú nada.
MAQUICA
¿Nada?
RUPERTA
Nada.
¿Qué me puedes decir? ¿Que me he casado
y debo sucumbir a mi marío,
aunque sea un cuadrúpedo y un zafio? 685
Ya lo sé.
MAQUICA
¡Qué talento el de esta chica!
¿Dónde demonios aprendiste tanto?
RUPERTA
Ahí verás tú si estoy adelantada.
Sé tanto como tú, mas sin embargo
dicen que ya llegó Diego Morcilla. 690
MAQUICA
Piensa que es un borrego el que ha llegado
y cuélgalo en el clavo del olvido.
RUPERTA
Madre, ¿le has visto tú? ¿Vendrá muy majo?
MAQUICA
No lo creas, mujer, viene en camisa.
RUPERTA
Así le quiero yo.
MAQUICA
Ya estoy trinando.
695
RUPERTA
¡Morcilla mío! ¡Conque está tan pobre!
¡Qué días de vigilia habrá pasado!
Quizá habrá el infeliz por esas tierras
sufrido lo que Cristo en el Calvario.
MAQUICA
Poco menos.
RUPERTA
¿Qué dices?
MAQUICA
Que muy cerca
700
del Calvario está ya, pues viene calvo.
RUPERTA
¿Viene calvo?
MAQUICA
Y sin pelo. Por lo mismo
te digo que le olvides.
RUPERTA
Pero al cabo,
cuando me acuerdo yo de aquellos días
que pudieran volver aunque pasaron, 705
bien que seguir intento tus consejos
olvidando a Morcilla, es todo en vano.
Si el corazón me dice que lo cumpla
la cabeza me dice lo contrario.
MAQUICA
¿Eso dices, mujer? ¡Pero qué diantre, 710
hoy mesmo te has unido con un asno
para salvarme a mí! Gracias, chiquilla.
Perteneces a Roque, éste es el caso.
Yo estoy contenta ya; si tu marido
tiene de tu conducta algún reparo, 715
ésa, bien lo sabe él, no es cuenta mía.
Allá se las avenga y, mientras tanto,
pues que saliste ya de mi dominio
y no debo cargar con tus pecados,
te pido por favor que hagas en todo... 720
tu santa voluntad. Adiós. Me najo.


Escena XII

 

RUPERTA.

 
RUPERTA
¡Ya mamá se arrepintió!
Después que el lazo me echaron
la víctima aquí soy yo;
entre todos la mataron 725
y ella sola se murió.
Cuando te digan mi unión
quizás te atonte el porrazo.
¡Morcilla mío, perdón
si dejé tu corazón 730
en situación de reemplazo!
Se empeñó mi estirpe toda
y complacerla procuro,
aunque a mí no me incomoda
comer el pan de la boda, 735
que a buen hambre, no hay pan duro.
Creerás hallarme en mis trece,
pero aunque a Roque detesto,
mi mano su amor merece.
Quien no parece, perece, 740
y así a rey muerto, rey puesto.
Y pues mi alma se desvela
en mostrarte su interés,
vuela, mi Morcilla, vuela,
porque en la mesma cazuela 745
que comen dos comen tres.
¿Mas mi estómago qué siente?
¡Ay! Calmaré sus estragos
con un chico de aguardiente.

 (Bebe.) 

Me achispé... Mientras reviente 750
pasemos la vida a tragos.

 (Se echa sobre el albardón.) 



Escena XIII

 

RUPERTA, dormida, y MORCILLA, que entra por la gatera de la puerta del fondo.

 
DIEGO
Me desollé el bandullo en la gatera.
Media pelleja se dejó mi panza.
Desconozco el lugar; mas sí, ¿este cuarto
en tiempo más feliz no era una cuadra? 755
Pero... ¿qué me revela este horroroso
retortijón atroz de mis entrañas?
¿Si estará aquí Ruperta? Mas, ¡qué miro!
¡Un bulto!... Alguna espuerta de cebada...
Pues es de hembra su rostro y faldas lleva. 760

 (Acercándose.) 

Que debe ser mujer es cosa clara.
¡Es ella! Pero, ¿qué oigo?... ¡Está soñando!
¡O quizás de los nervios atacada
por mí...! ¡Roncando está como un marrano!
Huele a aguardiente... ¿Si estará borracha? 765
¡Oh, cuán bello es el rostro del semblante
de la fisonomía de su cara!
¡Despierta!
 

(RUPERTA despierta y al ver a DIEGO huye espantada después de bostezar.)

 
RUPERTA
¡Ay!, ¡ay!... ¡Es él! ¡Gran Dios! ¡¡Morcilla!!
DIEGO
¡Llega!
¡Te daré un apretón, Ruperta amada! 770
RUPERTA
No.
DIEGO
Pues dos te daré.
RUPERTA
(Si mi marido
se arrimase hacia aquí...) ¡Lárgate, escapa!
¿Y te atreviste a entrar?
DIEGO
¡Por la gatera!
RUPERTA
¿Te trasquilaron?
DIEGO
Sí.
RUPERTA
¡Vaya una estatua!
¿Y a qué viniste aquí?
DIEGO
Se me ha olvidado;
775
son los amantes de memoria flaca.
Mas ya que estoy aquí, porque he venido,
deja... ¡Te miro como nunca, maja!
¡Qué diciéndome están tus pelendengues!
Mas te quisiera ver desarrapada 780
como ibas, ¡ay!, cuando tus gordas piernas
de la media en la red mal encerradas
reventaban sus grillos, asomando
la carne pura mofletuda, blanca,
y rota y sucia y desgreñado el pelo, 785
y con medio refajo andando en chanclas.
Mas, ¡ah!, ¡qué dicha!, ¡mi sortija es ésta!
La besaré... ¡Qué miro! ¡Ésta es plata!
¡De plomo era la mía!
RUPERTA
¡Ay!
DIEGO

 (Con furor.) 

¡Asaduras!
RUPERTA
¿Morcilla, no sospechas?
DIEGO
No caigo. Habla.
790
RUPERTA
Pues oye desdichado...
DIEGO
Revienta presto.
RUPERTA
(Temo me dé una coz.)
DIEGO
Endina, acaba.
RUPERTA
¡Me casaron!
DIEGO
¿Con quién?
RUPERTA
¡Con mi marido!
DIEGO
¿Cómo?
RUPERTA
¡En latín!
DIEGO
¡Pues lleva buena alhaja!
RUPERTA
¿No te irrita?
DIEGO
Es verdad, sentirlo debo.
795
¡Pérfida! Me olvidaste, vil, ingrata,
te violentaron.
RUPERTA
No, que aún tengo virgen...
DIEGO
¿Cómo?
RUPERTA
¡La voluntad!
DIEGO
¡Tú voluntaria
con él te aparejaste! Pero al menos
di que me amas...
RUPERTA
¡No puedo, estoy casada!
800
Repara dónde estás: estas paredes...
DIEGO
No temas, no, que las paredes no hablan.
¡Si viene ese heliogábalo, de un viaje
con San Marcos le envía mi navaja!
Mas, ¿cómo fue el traspaso?
RUPERTA
¡Es un misterio!
805
Los secretos respeta de una dama.
Aquí corrió tu muerte y yo me dije:
«Pues muerto el perro se acabó la rabia».
Con esa y mil razones, di, ¿no hicieras
tú lo mesmo en iguales circunstancias? 810
DIEGO
¡Nunca jamás, nunca!, pues perseguida
fue también mi pureza; una africana
vendedora de dátiles, la mesma
que de mi muerte dio la nueva falsa,
me persiguió, pero jamás rendida 815
se vio a su halago mi pureza casta.
Mil y mil veces me rogó, ¡fue en balde!
Me ofreció una paliza soberana
en prueba de su amor, ¡también en vano!
Bien que ya tengo callo en las espaldas. 820
RUPERTA
Perdóname Morcilla.
DIEGO
No, no quiero
si no dices primero que me amas.
RUPERTA
¿Y me obedecerás?
DIEGO
Sí, te lo juro.
RUPERTA
Yo te amo y ¡vete!
DIEGO
¡No me da la gana!
RUPERTA
Lárgate por piedad. Yo no soy mía 825
y las esposas son depositarias
del honor de los hombres.
DIEGO
Así anda ello.
RUPERTA
Morcilla, lárgate.
DIEGO
¡Ruperta, ingrata!
Agarré la ocasión por los cabellos,

 (Cogiéndola del pelo.) 

aunque hay algunos que la pintan calva. 830
RUPERTA
Que a mi marido llamaré... ¡Socorro!
DIEGO
Ya es tarde.
RUPERTA
¿Hubo camorra?
DIEGO
Pero larga.
RUPERTA
¡Sangre quizás!
DIEGO
De las narices suyas
en rojo borbotón tal vez aún mana.
Oye: tras del corral, sobre el estiércol 835
con tres más al cané jugando estaba;
llego, me ve; le embisto, admite ufano;
le arrimo dos guantadas y a mí se agarra,
mas debajo cayó; los dos luchando
a trompazos, mordiscos y patadas. 840
Ya ciego de furor jura y se muere,
como un novillo se revuelve y brama.
Del gañote le cojo, media vuelta
le doy y del ombligo en la antecámara
tal solfa le arrimé que ya tullido 845
lo mesmo que un cangrejo se espatarra.
Le perdono y, traidor, al levantarse
de un patatazo me torció la cara.
¡Maldito el bestia que perdones siembra
si ha de coger cosechas de patatas! 850
RUPERTA
¡Ay, Diego! ¡Ojalá Dios, al ver los muros
de la altiva Chinchón bizco quedaras
y al llegar a mis puertas patizambo!
¿Amor me exiges? Óyeme y prepara
tu alma a viajar... ¡Morcilla!... ¡¡¡Te aborrezco!!! 855
DIEGO
¡Mas muerto!

 (Cae en tierra.) 

RUPERTA
¿Has trompezado?
DIEGO
¡Siento unas vascas!
¡Me aborrece!
RUPERTA
¡Gran Dios!
DIEGO
Ya de mi vida
siento Ruperta que el candil se apaga.
Adiós.

 (Cae.) 

RUPERTA
¡Cielos! ¡Se ha muerto! ¡Madre! ¡Roque!

 (Gritando y golpeando en la puerta.) 



Escena XIV

 

Dichos, ROQUE, MAQUICA, PEROTE, MARTÍN, que entran precipitadamente.

 
RUPERTA
¡Se ha muerto, socorredle!
ROQUE
El patatazo
860
que le pegué tal vez le aturullara
el sentido.
PEROTE

 (Cogiéndole el pulso.) 

Ya el muerto... está difunto.
RUPERTA
Yo de su pronta muerte fui la causa.
Pues bien, rancho dejad... Morirme quiero.
MAQUICA
Mira que es caso serio.
RUPERTA
No oigo nada.
865
Tú me lloraste ajena...

 (Con frialdad.) 

Tuya muero.
Adiós.

 (Cae.) 

MAQUICA
Murió, me caigo accidentada.

 (Cae.) 

MARTÍN
Yo también.

 (Cae.) 

ROQUE
¡Vive Dios! ¿No habrá un albéitar?
¡Ay!

 (Cae.) 

PEROTE
Las fuerzas a mí también me faltan.

 (Cae.) 

 

(Pausa.)

 
DIEGO
¡Si pensará la bestia que me he muerto! 870

 (Mirando a hurtadillas y alzando la cabeza.) 

RUPERTA
Piensan los tontos que espiché y se engañan.

 (Mirando a hurtadillas. En toda esta escena deben esforzar la caricatura.) 



Escena XV

 

Entra MARITORNES, seguida de varios músicos con instrumentos de Navidad.

 
MARITORNES
¡Ármese aquí el jaleo! ¡Vaya un cuadro!
¡Ni el valle Josafá! Éste de cañas
resucita a los muertos, antídoto

 (Señalando un botijo que trae.) 

que les hará volver.

 (Se lo aplica a la boca.) 

RUPERTA
Le echó la zarpa.
875
MAQUICA
Morcilla fue el electo.
MARITORNES
¡Cómo empina!
PEROTE
No lo suelta.
ROQUE
Un embudo es su garganta.
MARITORNES
Basta, basta.

 (Queriendo quitarle el botijo, que él defiende con una navaja.) 

RUPERTA
¿Y yo no resucito?
MAQUICA
¿Y tu suegra?
VARIOS
¿Y nosotros?
MARITORNES
¿Y tu papá?
DIEGO
¡Vaya una melecina! ¡Ya no hay! Ea, 880
con el botijo la trigedia acaba.

 (Lo arroja.) 

 (Cogiendo a RUPERTA de la mano y dirigiéndose ambos al público.)  

Esto raya en historia estrambótica,
que al auditorio dejará estático;
sin embargo, la cosa es verídica.
RUPERTA
Calla, que harto lo sabe este público. 885
DIEGO
Si alguien lo duda aún, tumba artística
se conserva en Chinchón del heroico
afecto de este par de energúmenos,
que fueron en amor dos fenómenos.


 
 
FIN DE LA PARODIA
 
 




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