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ArribaAbajoCuclillos

Los cuclillos constituyen un género, cuyos caracteres particulares consisten en tener el pico mediano, bastante hendido o abierto, y levemente corvo, y además en ser su cola bastante larga. Son insectívoros y viajeros. Los cuclillos propiamente dichos tienen los tarsos cortos, y la cola compuesta solamente de diez penas. Estas aves disfrutan de cierta celebridad, por algunos hábitos particulares que han prestado y prestan todavía ocupación a los naturalistas: así es que no solo el cuclillo no construye nido para su cría, sino que pone sus huevos en nidos extraños, abandonando a sus propios dueños el cuidado de la incubación y cría de la prole. Solo depositan un huevo en cada nido, y su instinto les conduce a elegir los de aves insectívoras: además de esto, para que se vea hasta dónde llega la previsión del ave que nos ocupa, siempre la especie a quien prefiere es aquella cuyos hijos son más débiles que los del cuclillo. La causa de semejante fenómeno, único en la historia de las aves, es aún desconocida: unos creen que la hembra obra así para librar a sus hijos de la voracidad del macho; otros opinan que es efecto de la longitud y anchura del esternón, el cual en los cuclillos llega desde el pecho hasta los muslos, impidiendo así la comunicación del calor desde el cuerpo de la madre al huevo, condición indispensable en la incubación; acaso también pudiera la hembra romper los huevos con la presión de dicho hueso, puesto que la cáscara es sumamente delgada. Finalmente, otros lo atribuyen a la posición de la molleja, la cual quedaría comprimida en el acto de empollar. Séase por lo que fuere, la hembra coge su huevo con el pico, el cual es bastante ancho, y llevándolo medio tragado, va a depositarlo en los nidos de la curruca, de la nevatilla, del pitirrojo, del ruiseñor, del verderón, del tordo, o del mirlo siendo también muy notable que la empolladora se vuelve una madre tierna y cuidadosa para los parvulillos intrusos. Pero si el afecto de madre la ciega a punto de hacerle adoptar por suyos unos seres extraños introducidos en su familia, no sucede lo mismo por parte del cuclillito, quien casi siempre trata como enemigos a aquellos de quienes le han hecho hermano ilegítimo. Apenas salido del cascarón, emplea sus nacientes fuerzas en expulsar a sus comensales más débiles: para conseguirlo, se deja resbalar debajo de uno, lo coloca sobre su espalda, manteniéndolo así con las alas; luego se arrastra hacia atrás hasta el borde del nido, y echa su carga fuera; repitiendo la misma maniobra en los restantes, hasta haberlos precipitado todos. No obstante, alguna vez suele también vivir con ellos en buena armonía, lo cual dependerá tal vez de la cantidad más o menos abundante de alimento que puede la madre adoptiva suministrarle. Alguna vez sucede que es la madre del cuclillo, la que antes de depositar su huevo en el nido que quiere usurpar, cuida de destruir los que acaso en él encuentra. Los padres del cuclillito permanecen en un sitio cercano al nido que contiene su huevo; y el hijo cuando tiene ya fuerzas para volar abandona a sus abastecedores, y se junta a sus padres naturales, quienes se encargan de completar su crianza.

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CUCLILLO GRIS.

El CUCLILLO GRIS DE EUROPA, o CUCLILLO COMÚN (Cuculus canorus, LIN.). Tiene 11 pulgadas de longitud; sus partes superiores son de un matiz ceniciento azulado; más subido en las alas, y más claro en la garganta y el pecho; obsérvanse unas manchas blancas en las barbillas internas de las remeras; las rectrices, son negruzcas, manchadas de blanco, y de este mismo color en su terminación; las partes inferiores del ave son blanquizcas y rayadas transversalmente de negro; los bordes del pico, el iris, y los pies son amarillos. -Llega este pájaro a nuestros climas por abril, y se anuncia mediante un canto muy monótono, al cual debe su nombre. Habita en los bosques solitario, y cambia continuamente de lugar en busca de alimento, que consiste en insectos y orugas: hasta puede tragar las orugas velludas, lo que es imposible a otros pájaros. Es muy difícil aproximarse a esta ave, pues pasando de uno a otro árbol se mantiene siempre fuera del alcance del cazador. La carne del cuclillo es sabrosa. Por último, emigra viajando de noche y va a buscar bajo los trópicos el alimento que no pudiera hallar por acá durante el invierno.

El CUCLILLO SOLITARIO (Cuculus solitarius, CUV.). Pertenece al África, y es largo de 3 pulgadas; tiene las partes superiores negruzcas con las barbillas cenicientas en el extremo; las rectrices son blancas en su terminación, y la de las remeras es negruzca; las partes inferiores son coloradas; el pico oscuro y amarillento en la parte inferior de la base. Se ha llamado solitario porque en una grande extensión de territorio solo se encuentra una pareja. El macho despide de continuo su grito quejumbroso, cu-a-ac; la hembra una especie de arrullo que expresa el contento.

El CUCLILLO CHILLÓN (Cuculus clamosus, CUV.). Pertenece igualmente al África meridional; su longitud es 12 pulgadas; el plumaje negro azulado, las remeras son negras en su extremo; las rectrices graduales y blancas en la terminación; el pico negro, y los pies amarillentos. Esta ave tiene una voz fuerte y sonora, que se oye a larga distancia.

El CUCLILLO DORADO (Cuculus auratus, LIN.) Lo mismo que los antecedentes es propio del África. Tiene 5 pulgadas; sus partes superiores son de un verde dorado, con cinco listas blancas en la cabeza; las remeras de un castaño verduzco, con manchitas blancas; las rectrices también blancas en su terminación de este último matiz son además las partes inferiores; el pico y los pies oscuros y el iris de color anaranjado. El pico es en esta especie algo más deprimido que en las anteriores. No es difícil descubrir este magnífico pájaro, pues sin cesar se oye su canto.




ArribaAbajoCucales

Son especies del África y de las Indias que difieren de los cuclillos en tener la uña del pulgar larga, recta y puntiaguda; sobre todo se diferencian de los mismos por sus hábitos, puesto que empollan ellos mismos los huevos, que ponen en el hueco de algún árbol.

El CUCAL HUHU (Cuculus aegyptius, LATH.). Su longitud es de 13 pulgadas; las partes superiores son de un verde oscuro y con cambiantes; las coberteras de las alas son de un verde-rojizo; las remeras rojas y en su terminación verdes; la parte de encima de la cola de matiz castaño; las rectrices verdes con brillantes reflejos. Las partes inferiores son blanco-rojizas; el pico negro; el iris rojo y los pies negruzcos. Si el cazador mata el macho, la hembra escapa; pero si mata a la hembra de seguro tendrá también al macho, el cual acude a llamarla con acentos penetrantes. Estos pájaros tienen la costumbre particular de suspenderse de las ramas bajas de los árboles en sentido longitudinal.

Los INDICADORES. Lo mismo que a los cucales los separó Levaillant de los cuclillos propiamente dichos, de los que difieren, no solo por sus hábitos (pues empollan ellos mismos), sino por el pico alto, corto y casi cónico como el del gorrión, y por la cola compuesta de doce penas, y algo ahorquillada. Conócense dos especies: el pequeño, y el grande indicador. Este último (cuculus indicator, LATH.) tiene de alto 6 pulgadas, una pulgada más que el pequeño: las partes superiores de su cuerpo son pardo-rojizas; las coberteras de las alas están señaladas con una mancha amarilla; las remeras son de color castaño, y la cima de la cabeza parda; la garganta y el pecho son blanquecinos y el vientre blanco. Los indicadores se alimentan de miel, que hallan en los bosques, y siendo su voz chillona, su vuelo corto y su índole poco arisca, puede el hombre seguirlos. Así los africanos creen que esta ave llama al transeúnte para indicarle donde están las colmenas y participar ambos de este descubrimiento. El indicador anida en los huecos de los árboles, y especialmente pone sus huevos en la madera carcomida. Sáciase de miel y de cera, pero no ataca a las abejas aunque destruye bastantes defendiéndose de sus aguijones. Estas le hostigan con perseverancia dirigiendo sus miras a picarle en los ojos; no siendo raro hallar al pie de un árbol un indicador muerto de hambre por haberle cegado las abejas, imposibilitándole hasta para hallar un asilo.




ArribaAbajoBarbudos

Tienen el pico grueso y cónico, guarnecido de barbas recias dirigidas hacia delante; las alas cortas; el vuelo bastante pesado, aliméntanse de insectos, de frutas, y hasta a veces también de pajaritos.

El BARBUDO ELEGANTE (Bueco elegans, LIN.). Llamado también cabezón elegante, es una ave perteneciente a la América meridional, cuya talla es de 5 pulgadas 3 líneas. Tiene las partes superiores verdes; la cima de la cabeza, el mentón y la garganta coloradas y con los bordes azules; el pecho amarillo con una placa de color rojizo empañado, que desciende hacia el vientre; este y los muslos son verduzcos con rayas verdes; de este mismo color son las rectrices; los pies plomizos, lo mismo que el pico, el cual a más presenta un matiz amarillento en la punta y bordes de las mandíbulas. Vive este hermoso pájaro en las riberas del río de las Amazonas, en país tan agreste que ofrece mil obstáculos a los naturalistas; así es que se encuentra en muy pocos museos. Es insectívoro y gran destructor de moscas y de mariposas.




ArribaAbajoCurucús

Los curucús tienen barbas como los anteriores; el pico corto, más ancho que alto, corvo en la base y con arista superior corva y obtusa; los pies están cubiertos de plumas hasta los dedos; la cola es larga y ancha, y el plumaje fino y muy denso. Anidan en los huecos de los árboles; son insectívoros, y no vuelan sino por la mañana y al anochecer.

El CURUCÚ ROSALBA (Trogon variegatus, SPIX.) Pertenece a la Guyana, y tiene 7 pulgadas. Sus partes superiores son de un verde esmeralda; la garganta es verde, con un collar blanco; las partes inferiores son coloradas; las tres rectrices laterales listadas alternativamente de negro y de blanco; el pico y los pies oscuros. Es un pájaro muy raro.




ArribaAbajoAnis

El género de los Anis contiene dos especies pertenecientes a las regiones ecuatoriales. Difieren de las demás trepadoras por el pico grueso, comprimido, corvo, sin dentelladuras, y superado de una cresta vertical cortante. Hállanse en las comarcas húmedas y cálidas a bandadas de 15 a 20, siempre unidos y estrechados entre sí. Viven de maíz, de arroz, frutas, y sobre todo de insectos. A veces se dejan caer encima de la espalda de los bueyes, librándolos de las larvas de insectos parásitos que se alojan en su piel. Llegada la estación de la cría, no por ello dejan estos pájaros de vivir unidos, cuyo carácter excepcional de sociabilidad los distingue de los demás pájaros. Todas las hembras de la bandada empollan en un mismo nido, el cual es proporcionado al número de huevos que ha de contener, y sólidamente construido en las anchas bifurcaciones de un espeso matorral o de un árbol frondoso. Cada hembra pone en él cuatro huevos, redondos y verduzcos. A menudo acontece que en aquel pequeño falansterio los huevos se mezclan y confunden; entonces las hembras extienden sus alas protectoras sobre todos indistintamente, y cuando han nacido los polluelos los padres dan el pico a cuantos lo piden.

El ANI DE LOS PALETUVIOS (Crotophaga major) y el ANI DE LAS SABANAS (Crotophaga Ani, LATH.), tienen entrambos el plumaje negro con algunos cambiantes verdes y violáceos; el primero es del tamaño del grajo, y el segundo del de un mirlo.




ArribaAbajoTucanes

Caracteriza al extraño género de los tucanes un enorme pico, casi tan grueso y largo como el cuerpo del ave; corvo en la punta, y desigualmente dentellado en los bordes. Otro carácter particular ofrecen en su lengua, larga, estrecha y provista de barbillas laterales, como en una pluma. A primera vista pudiera creerse que el pico debe de incomodar con su peso al ave; pero como es sumamente esponjoso, es muy ligero, siendo una arma defensiva muy débil. Los tucanes pertenecen a los países cálidos de la América, donde viven en cortas bandadas, y se alimentan de insectos, frutas, huevos y hasta de pajaritos. Cuando han cogido con el pico el alimento, lo tiran al aire para que caiga en su gaznate por las simples leyes de la pesadez.

El TUCÁN TUCAL (Ramphastos tucanus, LATH.) Tiene 20 pulgadas de longitud; sus partes inferiores son negras con reflejos bronceados; las mejillas y parte anterior del cuello de color anaranjado; las coberteras de la cola de un amarillo sulfúreo; el pico tiene 4 pulgadas y media de largo; la mandíbula superior es verde, con tres manchas triangulares de color anaranjado en los lados, una línea amarilla superiormente, y en la punta es azul. De este color es la mandíbula inferior, con cierto matiz verde en su centro. Los pies son de color ceniciento-azulado. Las plumas de esta hermosa ave fueron en otro tiempo muy buscadas por las señoras del Brasil y del Perú, quienes adornaban con ellas sus vestidos; pero pasó ya esta moda.

El TUCÁN ARIEL (Ramphastos ariel, VIGORS.) Es una simple variedad del antecedente: tiene el pico negro con una faja amarilla en la base, y el arranque de la arista superior es azul.




ArribaAbajoPapagayos

Terminaremos el orden de las aves trepadoras tratando de los papagayos, caracterizados por un pico grueso y duro, redondeado por todos sus puntos, y envuelto en su base por una membrana en la que se abren los orificios de las narices; su lengua es gruesa, carnosa y redondeada; la estructura de la laringe inferior presenta mucha complicación; por lo que estas diferentes particularidades, unidas a la disposición de las narices, explican la facilidad que tienen estas aves de imitar la voz humana, no siendo esta, como dice Buffon, una facultad que coloque al papagayo entre los a animales superiores. Los papagayos son esencialmente trepadores; véseles pasar de rama en rama cogiéndose con el pico, lo mismo que con las patas, las cuales son robustas y provistas de fuertes y ganchosas uñas. No obstante esta disposición de las patas y del pico, no es el papagayo animal carnívoro, pues se alimenta de frutos, y en especial de almendras que monda diestramente. Cuando come se sirve de una de las patas para llevar el alimento a la boca, sosteniéndose con la otra. Estas aves viven en parejas durante la época de la cría; pero fuera de este tiempo van reunidos en bandadas. Recréanse a orillas de los arroyos, donde se bañan varias veces al día. Su voz natural es áspera y chillona; su plumaje presenta colores variadísimos, casi siempre puros y muy relucientes, entre los cuales predomina el verde, sigue a este el colorado, y en fin el azul y amarillo. En su mayor parte pertenecen a la zona tórrida; y los hay en ambos continentes, aunque en cada uno las especies son diferentes. A más en cada isla algo considerable hállanse especies particulares. Este numeroso género lo y han subdividido en varias secciones, fundándose generalmente en las formas de la cola.

Los Aras tienen la cola larga con sus penas graduales, y las mejillas desnudas de plumas; pertenecen a la América meridional, la mayor parte son de gran tamaño y ofrecen vivísimos colores.

El ARA COLORADO (Psittacus macao, LIN.). Tiene 50 pulgadas desde el pico hasta la cola; la cima de la cabeza es de un colorado muy vivo, lo mismo que la parte más superior de la espalda, el cuello, el pecho, el vientre y los muslos; las coberteras tienen un baño de azul, la piel desnuda de las mejillas es blanca, adornada con plumitas coloradas, dispuestas en líneas entorno de los ojos. Esta especie habita en las Antillas y en el Continente meridional; es poco arisca y se habitúa fácilmente a la cautividad, aunque en esta situación, según dicen, se halla muy propensa a padecer epilepsia.

El ARA ARACANGA (Psittacus Aracanga, LIN.) aseméjase al ara colorado, pero es 4 pulgadas menor; el color encarnado de su plumaje es menos subido y pasa a ser amarillo en el cuello y los hombros, el azul de las alas es más puro. Esta ave es muy común en la Guyana.

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El Ara aracanga.

Las cotorras-aras tienen la cola larga y las mejillas sin plumas.

La COTORRA-ARA VERSICOLOR (Psittacus versicolor, LATH.), llamada por Buffon papagayo de cuello colorado, tiene 9 pulgadas de longitud; las partes superiores verdes, la cabeza de color castaño, la frente azul lo mismo que el collar, las remeras son también de este color y exteriormente orilladas de verde, los tarsos rojos, las orejas grisáceas; el cuello, garganta y pecho de un castaño oscuro; el vientre, encima de la cola y las coberteras de color castaño purpurino, y el pico y los pies oscuros. Vive esta ave en Cayena, y se encuentra igualmente en el Brasil.

Las cotorras tienen la cola larga y las mejillas con plumas. La primera que se conoció en Europa, donde la trajo Alejandro de Macedonia, es la que lleva su nombre (Psittacus Alexandri, LIN.), o el de cotorra de cola asaetada, o de cotorra con collar. Tiene las partes superiores de color verde, la garganta negra y un collar de un encarnado muy vivo; los hombros de un rojo subido; las partes inferiores son de un verde claro; la parte inferior de las alas y la cola son amarillentas; y por último el pico rojo y las patas pardas. Las dos rectrices del medio de la cola sobresalen de mucho a las demás. Esta ave habita en las Indias orientales.

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NUEVA HOLANDA.

El Kakatoes de moño amarillo y la Cotorra omnicolor.

La COTORRA GUARUBA (Psittacus luteus, LATH.) es una especie del Brasil; tiene la cola gradual o escalonada; su tamaño es de 13 pulgadas; el plumaje amarillo; las rectrices intermedias verduscas, y azules en su terminación; lo mismo que los extremos de las rectrices laterales; el pico y los pies son de color oscuro. Esta linda cotorra es muy recelosa, siendo muy difícil aproximársele: pasa una parte del día en los campos de maíz, por la tarde vuelve a los bosques, los cuales, lo mismo que los llanos, le suministran abundante alimento. Gústanle sobremanera las almendras del Locytis ollaria.

Los cacatúas tienen la cola corta e igual, en la cabeza presentan un moño de plumas largas y estrechas que puedan levantar y bajar a su arbitrio. Su plumaje es blanco, y su habitación en los sitios pantanosos del Mar del Sud.

Los papagayos propiamente dichos tienen la cola corta e igual, y carecen de moño.

El PAPAGAYO GRIS (Psittacus erythacus, LIN.), es una especie del África, muy conocida: su plumaje es pardo ceniciento claro, excepto la cola, que es colorada, del vientre blanquizco, y el extremo de las remeras negruzco. Las membranas de los ojos y las mejillas parecen cubiertas de un polvo escamoso; el pico y los pies son negros, y la longitud total del ave es 15 pulgadas. Es la especie que en Europa merece la preferencia por su mansedumbre y su adhesión al dueño, unido a su facilidad en articular las palabras que le enseñan.

El PSITÁCULO CAICA BARRABANDO. (Psittacus barrabandii, KULH.), es una especie que tiene la cola corta, y la talla de 6 pulgadas y media; el plumaje es de un verde reluciente; la cabeza, parte superior del pecho y una porción de la garganta son negros, con los bigotes de color amarillo: lo restante del pecho es ceniciento; las piernas son de un amarillo dorado; las remeras de un azul negruzco con sus orillas verdes: las coberteras superiores de las alas azules; las inferiores, coloradas; las rectrices verdes y en su extremo azules; el pico y los pies, negruzcos. Esta ave habita en el Brasil y en la Guyana.

Todas las secciones del género que acabamos de explicar se unen entre sí por medio de insensibles transiciones; siendo la única que se separa por sus caracteres bien marcados el papagayo con trompa. Esta ave tiene la lengua cilíndrica, y terminada por una leve tumefacción, hendida en la punta, y capaz de prolongarse muy afuera del pico a modo de una trompa. Solo se conocen dos especies, pertenecientes a las Indias orientales; siendo una de ellas el microgloso negro (Psittacus aterrimus, LIN.): su magnitud es de 14 pulgadas; el color del plumaje, pardo-negruzco, más oscuro en la espalda y en las alas, y el pico y los pies cenicientos.






ArribaAbajoOrden de las Gallináceas

El orden de las gallináceas es el más útil y provechoso al hombre de cuantos componen la clase de las aves; la mayor parte de sus especies son domésticas y pueblan nuestros corrales; las restantes especies silvestres nos suministran una caza muy apreciada.

Las gallináceas, cuyo tipo es la gallina común, tienen el pico corto o mediano y algo aguileño superiormente; los orificios de las narices abiertos en un ancho espacio membranoso que se halla en la base del pico, y cubiertos por una escama membranosa; su aire es pesado; las alas cortas y el vuelo difícil. La laringe inferior es muy sencilla, lo cual explica cómo las gallináceas tienen todas una voz desapacible. Estos animales son casi exclusivamente granívoros, tienen el buche muy capaz y la molleja llena de robustez. Hacen el nido sin artificio, y consiste por lo regular en un amontonamiento de paja. Sin embargo, esa aparente negligencia en la construcción de la cuna de su familia en nada perjudica a la prosperidad de esta, supuesto que apenas el pollito acaba de romper el cascarón, que se halla ya en disposición de correr por el suelo; de modo que un nido hecho con el mayor primor y arte hubiérales sido absolutamente inútil. Por lo demás, la madre pone en la incubación la mayor asiduidad, y cuando los polluelos han nacido vela sobre ellos con una solicitud que ha llegado a ser proverbial.

La familia de las palomas, de la que algunos ornitologistas han hecho un orden particular, ha sido colocada por Cuvier entre las gallináceas; aunque en verdad difiere por sus hábitos cuanto por su estructura. Las verdaderas gallináceas son polígamas; el macho no alimenta a la hembra durante la incubación, ni participa de este trabajo. Su vuelo es incompleto; buscan en el suelo su alimento escarbando de continuo, y se complacen echándose en el polvo. Casi nunca se abrigan en los árboles; sus dedos anteriores están unidos en su origen por una membrana corta y como dentellados en sus bordes. En las palomas sucede todo lo contrario: todas son monógamas, es decir, que cada macho tiene una sola compañera, vuelan perfectamente, y la mayor parte anidan en los árboles; tienen los dedos libres, y la cola compuesta de doce penas; al paso que la de las gallináceas propiamente tales consta de catorce y aún a veces de diez y ocho.


ArribaAbajoFamilia de las Palomas

Siendo las palomas bajo ciertos aspectos unos animales intermedios entre los páseres y las gallináceas, trataremos en primer lugar de ellas. A más de los caracteres generales que acabamos de indicar, tienen el pico comprimido, corvo en la punta, y desde la base de la mandíbula superior parte una membrana desnuda y blanda, en la que se abren los orificios de las narices, las que están cubiertas por una escama cartilaginosa algo entumecida. Tienen hábitos mansos y familiares; viven apareadas, y en cada pareja se observa una ternura y constancia admirables, en términos que no se disuelve nunca sino con la muerte de uno de los que la forman. El macho ayuda a la hembra en la construcción del nido y a empollar los huevos; que por lo regular no pasan de dos en cada puesta; aunque verifica muchas al año. Los pichoncitos no se hallan en disposición de andar desde que ven la luz, como acontece en los polluelos de las gallinas; sino que nacen ciegos y endebles, cubiertos de un ligero vello, y no abandonan el nido hasta hallarse del todo vestidos de plumas. Hasta entonces los padres los mantienen, desengurgitando el alimento a medio digerir y en forma de papilla en el pico de los pichones. Las palomas comen casi exclusivamente granos y bayas, aunque alguna vez también insectos; beben de un tirón metida la cabeza en el agua; al paso que las gallináceas la levantan a cada sorbo. Viven las palomas en las orillas de los bosques y en las inmediaciones de las aguas, y no acostumbran a reunirse en bandadas sino en las épocas de emigración, su vuelo es algo pesado y ruidoso, pero lo sostienen por mucho tiempo.

La familia de las palomas consta de tres géneros: 1.º Las palomas, que tienen las patas cortas, y el pico delgado y flexible; 2.º Las palomas-gallinas o colombi-gallinas, con los tarsos altos y los hábitos análogos a los de las gallináceas propiamente tales; y 3.º los colombares, los cuales forman una división muy marcada, caracterizada por un pico grueso y sólido, los tarsos cortos, y los pies anchos y bien contorneados.


ArribaAbajoColumbas

En Europa solo tenemos especies del género columba, de las cuales conocemos cuatro en estado silvestre que son: la paloma zorita, bravía, o agreste; el colombino, o pequeña zorita; la paloma torcaz o de roca, y la tórtola. Aunque todas son más o menos domesticables, la única verdaderamente doméstica es la zorita. Es muy apreciada, no solo por el exquisito sabor de su carne, y por otras cualidades de que luego hablaremos; sino también como un objeto de diversión y recreo: su reluciente plumaje, dulce arrullo, acompañado de extraños ademanes, y su amable índole la hacen tan propia para una estancia como para un palomar. No menos interesa la tórtola con sus suaves y amorosos hábitos; sin embargo, viene a enfriar algo la poesía de que la reviste nuestra imaginación, la idea de que los habitantes de los países fríos y húmedos de Europa le atribuyen la extraordinaria propiedad de atraer hacia ella los resfriados, catarros y reumatismo; y en consecuencia conservan junto a sí estos animales durante el invierno en sus mismas habitaciones. «Lo cierto es, dice Bechstein, que la tortolita en cuanto tiempo dura la enfermedad de sus amos ella también está enferma.» Esta simpatía puede explicarse por la acción del aire sofocado de las estancias calientes, en las que se mantienen encerrados los afectos de reumatismo. Pero vamos a particularizar dichas especies.

La ZORITA (Columba palumbus LIN.). Es la mayor de las cuatro especies mencionadas; y tiene la cabeza cenicienta, las partes laterales y superior del cuello de un verde dorado metálico cambiante en azul y cobrizo según los accidentes de la luz; vese a cada lado del cuello una semiluna blanca; el pecho es de un matiz violáceo; la parte superior de la espalda y las coberteras de las alas, ceniciento-parduzcas; las remeras primarias, pardas, con los bordes externos blancos; el pico amarillento; el iris amarillo, y los pies colorados y casi enteramente cubiertos de plumas. Aunque las zoritas viven en toda Europa, prefieren sin embargo los países meridionales. Llegan a la primavera y emigran en otoño; viajan por lo regular a bandadas; y alguna vez también solas y aisladamente. Albérganse con preferencia en los altos arbolados. Construyen con tronquitos su nido, de bastantes dimensiones y capacidad para contener juntos al macho y a la hembra.

Son aves muy agrestes, siendo imposible reducirlas a domesticidad; aunque al parecer poseyeron los antiguos el medio de lograrlo.

El COLOMBINO (Columba anas, LIN.). Comúnmente la llaman pequeña zorita; y en efecto lo es algo más que la antecedente. Su plumaje es gris-apizarrado; el pecho violáceo; los lados del cuello de un verde metálico y cambiante; tiene dos manchas negras en cada ala, regularmente en las penas bastardas y en las grandes coberteras. Los colombinos viajan a bandadas de trescientos a cuatrocientos en busca de climas templados, arreglando sus viajes conforme a las vicisitudes de las estaciones. Albérganse en los bosques, y anidan en las ramas o huecos de los árboles: son muy comunes en África.

La PALOMA TORCAZ o DE ROCA (Columba livia, BRISS.). Es aún más pequeña que las dos precedentes; tiene su plumaje un color gris-apizarrado; el contorno del cuello de un verde cambiante metálico; dos fajas negras en el ala, y el obispillo blanco; al paso que en el colombino es este de un blanco ceniciento; cuya particularidad principalmente es un distintivo de la torcaz. Anida con preferencia en las rocas, en las torres antiguas y en las ruinas; y nunca hace el nido en los árboles como las especies que anteceden siendo tal vez nosotros deudores a este instinto de la facilidad con que conservamos estas aves en los palomares. Las torcaces silvestres viven a bandadas; y aún dicen que siempre hay una de ellas que vigila por la seguridad de las compañeras cuando van en busca del sustento. En las comarcas pobladas de Europa es muy raro ver de estas aves en estado bravío; y solo las hallamos en tal estado de independencia en las islas del Mediterráneo. Entre nosotros, no solo se habitúan con facilidad al estado doméstico, sino que espontáneamente abandonan su libertad por la vida de nuestros palomares. Por consiguiente es el tronco y cepa principal de donde llevan su origen nuestras palomas domésticas, cuyas variedades de raza hanse multiplicado al infinito.

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Paloma torcaz.

Divídense las palomas domésticas, en unas que mantenemos siempre encerradas en el palomar y se llaman terrestres; y otras que casi pueden mirarse como libres, puesto que todos los días dejan su mansión y se desparraman por los campos; y tienen el nombre de voladoras. La variedad llamada Torcaz de palomar ha conservado del todo su plumaje y hábitos primitivos; y alguna vez vuelve a la vida independiente. La paloma mensajera es una variedad de pequeña talla, notable por su fecundidad, por la ligereza del vuelo, y sobre todo por la particular facultad que tiene de volver a hallar desde inmensas distancias el palomar en el cual nació, o aquel en donde tiene su cría. Los traficantes en palomos fundan en dicha propiedad un trato fraudulento. Cuando tienen noticia de que el comprador lleva intención de poner el ave en palomar abierto, se la venden por muy poco precio, pues saben que por mucha que sea la distancia, y por bien tratada que esté en su nueva habitación, ha de volverse a la antigua; de modo que hay paloma que se ha vendido diez veces por una misma persona. La Mensajera, llamada también paloma voladora, está muy difundida por París; es gris, azul, roja, negra, de color de canela, amarillento, variado con pintas blancas y negras, etc. Esta especie de paloma tiene el vuelo muy elevado, y reconoce fácilmente su palomar en medio de las innumerables chimeneas de la capital de Francia; de ella se servían, y aún se sirven, los orientales para llevar mensajes. Refiere Belón, que los marineros de Egipto y del Archipiélago griego criaban en sus embarcaciones de esta especie de palomas a fin de soltarlas así que llegaban a su destino; luego regresaban las aves al punto de donde el buque saliera, y anunciaban a las familias de la tripulación la prosperidad del viaje. En Siria, Arabia y Egipto, llevan palomas metidas en cestos a considerables distancias, y después, dejando a veces pasar mucho tiempo, se las suelta atándoles un billetito en el ala. Una vez libre el animal, se eleva primero verticalmente a una altura considerable, desde cuya región parece que emplea algunos instantes en orientarse sobre el rumbo que ha de seguir, y por último, se dirige sin vacilar directamente al punto donde dejó su antigua mansión. En el Mogol emplean las palomas como correos en las ocasiones de importancia o de urgencia: dichas aves viajan con asombrosa rapidez, y algunas veces las ven tendidas en la arena con el piquito abierto esperando el rocío que las refresque, y así tomar aliento. Empléanlas también en las poblaciones sitiadas para llevar pliegos y noticias, de que no faltan en la historia memorables ejemplos. En 1574 el Príncipe de Orange se sirvió de uno de estos correos, debiéndole la ventaja de hacer levantar el sitio de una de sus plazas fuertes; por lo que quiso que las palomas que habían salvado la ciudad fuesen alimentadas a costa de la población en un palomar construido a próposito para el caso; no solo esto, sino que quiso que después de muertas fuesen embalsamadas y custodiadas en la casa municipal, en demostración de eterno reconocimiento. Concíbese muy bien que estos correos se hayan empleado en asuntos que nada tienen que ver con la política; sobre lo que pudiéramos citar el ejemplo de cierto abogado joven, habitante en el arrabal de Saint Jacques, quien envió su anciano tío a pedir la mano de una señorita, que vivía con su padre en el valle de Montmorency. El bueno del tío se encargó muy gustoso de la comisión; pero como al joven le interesaba conocer pronto la respuesta; añadió al tío unos mensajeros suplementarios metiendo una paloma en cada bolsillo del redingote. Acaso se diga que bastaba con una; pero los amantes verdaderos son previsores; y el nuestro no contaba con las garras del gavilán. Las instrucciones de este tío de comedia clásica eran, que si la respuesta fuese favorable debía soltar la paloma, con cinta colorada que de antemano se le ató a la patita; y suponiéndola adversa soltaríalas sin cinta. Fue el amante al palomar, y a los doce minutos de la respuesta las palomas habían vuelto con sus cintas coloradas. Presúmase cuál sería la acogida del amante abogado.

Las palomas papudas, constituyen una raza bien marcada, la cual debe el nombre al hábito que estos animales tienen de hinchar el buche llenándolo de aire. El volteador, tipo de otra raza; elévase a grande altura, y luego da cinco o seis vueltas sobre sí mismo con la cabeza hacia atrás cual si tuviese vértigos; otras tienen el vuelo circular al modo de las aves de rapiña batiendo las alas: sus movimientos y aire participan de la influencia de la domesticidad: lo cierto es que por el solo efecto de la libertad tardan muy poco en perderse. La raza de las palomas monjiles, se conoce por la especie de toca que les desciende por los lados de la cabeza y por la espalda; aunque no tienen el vuelo rápido, por otra parte son muy familiares y fecundos. La paloma con collar es una variedad que se aproxima a la antecedente, pero es más pequeñita, su vuelo sostenido, aunque algo pesado, y acaba siempre por volver al palomar, sea cual quiera la distancia que de él la separe. Con alguna dificultad da el alimento a sus pichones a causa de la cortedad del pico: llega esta a ser tal en las palomas polacas, que los pobrecillos mueren de hambre, siendo necesario, si se quiere conservarlos, hacerlos criar por otras palomas de pico largo. Las palomas romanas se conocen en un cerco de piel desnuda, colorada y arrugada que tienen al rededor de los ojos; su plumaje es gris, pesado su vuelo, su andar torpe y su fecundidad mediana.

La TÓRTOLA (Columba turtur, LIN.). Vive en los bosques lo mismo que la zorita; se distingue por su manto leonado con manchas pardas, y su cuello azulado con una mancha a cada lado de color blanco y negro mezclados. Es la más pequeña de las cuatro especies silvestres que viven en Europa. Nos abandona a fines del verano para ir a invernar en los países meridionales. Busca albergue en los sitios más espesos, umbríos y frescos del bosque; de ordinario hace el nido en los grandes árboles, construyéndolo con tronquitos, y dándole una forma casi llana. Viven en parejas y reunidas en pequeñas bandadas; su arrullo tiene una expresión triste y plañidera, y desempeña maravillosamente su parte en el gran concierto de armonías de las vastas selvas, armonías que penetran en el corazón y le conmueven mejor y con más intensidad que los doscientos músicos del Conservatorio. El murmullo de las corrientes aguas; el blando susurro de las hojas que desde el piano gradualmente hasta el forte se modifican al infinito; el lejano ladrido de los perros, el balido de las ovejas, los mil cantos de los páseres parleros, interpolándose el estridente chillido del picoverde, y el triste graznido del cuervo, que contrasta con el alegre bullicio de los demás pájaros; todo ese conjunto de armónicos sonidos forma una sinfonía pastoril, que Beethoven mismo confesaría ser superior a la suya. Añádanse las pisadas en la seca hojarasca del ligero cervatillo, la rápida e instantánea carrera del jabalí al través de la maleza, derribando las ramas con estrépito, y acompañando su galope con un sordo gruñido; y así podrá comprenderse que en el seno de la naturaleza viviente puede estudiarse la historia natural mucho mejor que en un inanimado museo. Con todo, la vasta colección que forma el de París en el Jardín de las Plantas tiene una incontestable utilidad para el estudio de las formas del reino animal.

Las especies extranjeras son las siguientes.

La PALOMA RISORIA o TÓRTOLA CON COLLAR (Columba risoria, LIN.). Es originaria del África, lleva en la cerviz un collar negro. Críase en pajareras pues sus hábitos son mansos como los de la tórtola europea, aunque es aquella mucho más limpia; su arrullo se asemeja a la risa; pero tiene otros sonidos más tiernos para llamar a su compañera: cuando arrulla no da vueltas, como hace la paloma doméstica; en vez de esto da algunos saltitos hacia adelante, se para, llena su buche de aire y luego baja el pico hasta el suelo.

Entre las especies extranjeras debe contarse la columba arcuatrix de Temminch; especie perteneciente al sud del África, de que hemos ya hablado al tratar de las rapaces diurnas. Es menor que la zorita común, pues solo tiene 15 pulgadas de longitud total; las partes superiores son de color pardo violáceo; la frente negruzca, encima de la cabeza es gris-azul; la auréola de los ojos anaranjada; las mejillas grisáceas; el cuello de un gris vinoso, con los bordes de las plumas de un matiz más claro; una faja blanquizca con manchas negras en el pecho; las coberteras del ala y partes inferiores de un color pardo vinoso, salpicadas de manchitas blancas; el pico y pies amarillos. Por sus hábitos se asemeja mucho a la zorita; en su vuelo describe una serie de parábolas irregulares, acompañándolas con un canto muy agradable. Como es sabido, es el pasto predilecto del águila blanquizca, que le da una caza tan diestra como activa.

La PALOMA VIAJERA (Columba migratoria, LIN.). Distínguese de las precedentes por su cola larga y aguda; tiene el ave 22 pulgadas de longitud desde el pico hasta el extremo de las rectrices. La cabeza es de un azul apizarrado, cuyo matiz, salpicado de manchas negras y pardas, domina en todo el plumaje: el cuello presenta los colores más bellos; el dorado, el verde, la púrpura y la escarlata brillan con magníficos reflejos; el vientre es blanco puro; las dos rectrices medias son negras, y las demás blancas; el pico y las uñas negras y el iris anaranjado. Esta especie pertenece a la América del Norte; aliméntase con los frutos del álamo, del moral, de la encina, del haya, etc., y con trigo y arroz. Emigra del sud al norte, y del este al oeste, desde el Golfo de Méjico hasta la bahía de Hudson, cuyos viajes no solo se arreglan según las vicisitudes de la estación, sino a los medios de subsistencia que las comarcas por donde viaja pueden suministrarle.

La paloma viajera tiene un vuelo tan rápido que es un asombro: en Nueva York se han muerto de estas aves, y en la molleja se les halló arroz todavía no alterado por la digestión, arroz que solo podían haberlo comido en la Carolina; y como los alimentos más difíciles no pueden resistir más allá de doce horas a la acción del jugo gástrico en los animales, de ahí se dedujo que habían en seis horas corrido un espacio de 400 millas; es decir, 23 leguas por hora, o una milla por minuto.

No menos aventajada es su vista que su vuelo; puesto que desde las elevadas regiones del aire divisan las frutas y granos que pueden alimentarlas; y si por casualidad no han fructificado los árboles que las sustentaron el año anterior, se las ve pasar de largo hacia otras más fértiles comarcas.

Pero lo que más sorprende en las costumbres de la paloma que nos ocupa es el sin número de individuos que componen sus aéreas y viajeras legiones. Durante el otoño de 1813, recorriendo Audubon el Kentucki, vio pasar por encima de su cabeza 163 bandadas en el espacio de veinte minutos; finalmente, todas se juntaron, y ocultole la luz del sol una nube inmensa de palomas: durante esa eclipse de nueva especie caía como granizo el estiércol de los volátiles, los cuales con su vuelo producían un ruido monótono que provocaba al sueño. El cálculo que hizo Audubon para deducir el número de dichas aves arrojó una suma asombrosa. Supongamos, dijo, una columna de 1 milla de anchura, y supóngase que efectúe su paso en 3 horas: como su velocidad es 1 milla por minuto su longitud será de 180 millas, compuesta cada una de 1760 yards: si cada yard cuadrado lo ocupa un par de palomas, se hallará ser el número de estas aves 1.115.136.000. Consumiendo cada individuo diariamente medio cuarterón de frutos, el alimento de una bandada necesita 8. 712. 000 fanegas de granos cada día.

Las bandadas viajeras se mantienen a una altura muy superior al alcance de la mejor escopeta. Desde que algún gavilán amenaza la retaguardia, estréchanse las filas formando una masa compacta, la cual ejecuta las más hermosas evoluciones en los aires; ya precipitándose hacia la tierra con el ímpetu de un torrente; ya, cuando sus giros y rodeos han desconcertado al enemigo, roza casi el suelo con una velocidad inconcebible, y levantándose otra vez como una majestuosa columna, vuelve a sus undulaciones, imitando en el aire, aunque en desmesurada escala, la sinuosa marcha de la serpiente.

Desde que las palomas divisan de lejos una suficiente cantidad de alimento en los árboles o en los campos, dispónense a hacer alto; y entonces se las ve volar circularmente para explorar los alrededores; de manera que sus giros en planos de diferentes inclinaciones hacen brillar alternativamente los bellísimos colores de su plumaje. Según en qué posición, se ve a toda la bandada revestida de azul claro; al que en un momento se sustituye un matiz purpúreo subido; y luego desaparecen entre la espesura de los árboles, que en un abrir de ojos dejan sin ningún fruto. Al medio día descansan, y hacen la digestión posadas en los árboles; pero al ponerse el sol se elevan todas a un tiempo para ir a pasar la noche tal vez a cien leguas de donde comieron.

La constancia con que vuelven a dormir en un mismo sitio les ha sido fatal desde que el hombre se ha posesionado de las soledades de América. Las palomas escogen para ello un bosque de altos árboles; pero allí mismo se prepara durante la noche una horrible escena de destrucción. Pueblos enteros de cazadores y granjeros van a esperar allí antes de ponerse el sol; unos llegan con carros vacíos, que se llenarán dentro de pocas horas; otros conducen piaras de cerdos para cebarlos allí mismo con la sabrosa y nutritiva carne de paloma; cada cual hace sus preparativos; cárganse las escopetas, enciéndense las hachas, los hornillos están llenos de azufre, cuyo vapor mefítico debe derribar las aves; todo en fin se halla dispuesto; cuando a eso de las nueve óyese un clamor general diciendo: ¡Aquí vienen! Llegan en efecto; y su paso mueve el aire como la brisa precursora del huracán. Abátense innumerables legiones encima de los árboles, y entonces empieza una escena de carnicería y confusión imposible de describir: la gritería de los hombres, los repetidos tiros, el estallido de las ramas superiores de los árboles, que se rompen y desgajan bajo el peso de las infelices aves, que se desploman sobre las que ocupan las ramas que están debajo; todo ese terrible tumulto excita una penosísima sensación en el naturalista, quien solo con el objeto de observar permite alguna vez la destrucción de un ser dotado de vida. Durante tan atroz carnicería van llegando nuevas bandadas, y palomas a millones, hasta media noche que llegan las últimas a la selva; pero el estrago y la matanza continúan hasta que amanece el día siguiente. Así que los primeros rayos del sol doran las copas de los árboles, las bandadas abandonan el bosque, y van en busca de alimento, sin que en su infinito número aparezca diminución sensible. Entonces cambia la escena: a la algazara y confusión nocturna, suceden los aullidos de los lobos, zorras, linces, euguares, que acuden a participar del festín que el hombre les ha preparado; así como también con el mismo intento se ven descender de los aires águilas, halcones, buitres y cuervos, y todos se aprovechan de aquella noche de destrucción.




ArribaAbajoColombares

Los colombares forman un género bien señalado en la familia de las palomas; distínguense por su pico grueso y fuerte, complanado lateralmente; sus tarsos son cortos, y sus pies anchos. Solo se conocen algunas especies, pertenecientes todas a la zona tórrida del antiguo continente.




ArribaAbajoColombi-gallinas

El género colombi-gallinas forma transición entre las demás palomas y las verdaderas gallináceas; tienen los tarsos altos y buscan su alimento en el suelo como los gallos, sin subir nunca a los árboles, y el pico es delgado y flexible. El colombi-gallina HOCCO o PALOMA CORONADA (Columba coronata, LIN.). Vive en el Archipiélago Índico; es enteramente azul apizarrado, con color marrón y blanco en el ala; adórnale la cabeza un crestón vertical formado de plumas largas y delgadas. Esta especie es doméstica en Java, pero en Europa nunca ha sido posible domesticarla.






ArribaAbajoFamilia de las Gallináceas

Hemos estudiado comparativamente los caracteres distintivos de las verdaderas gallináceas; vamos ahora a dar a conocer los principales géneros, y las especies más interesantes de esta familia.


ArribaAbajoAléctores

Los Aléctores son grandes gallináceas de América, semejantes a nuestros pavos; tienen la cola ancha y redondeada, compuesta de grandes y recias penas; viven en los bosques, donde se alimentan de los renuevos de los árboles y de los frutos; en ellos anidan y se posan en sus ramas; son aves sociables y tienen grande disposición a la domesticidad. El género hoccos, perteneciente a esa pequeña tribu, está caracterizado por un fuerte pico, rodeado en su origen de una membrana, en la cual se abren los orificios de las narices; adorna su cabeza un penacho de plumas erizadas, largas, delgadas y arroladas en su extremo superior.

El MITU-PORANGA (Crax alector, LIN.). Es de la talla del pavo; su plumaje es negro; el vientre blanco, y la cera del pico amarilla. Vive reunido en numerosas bandadas en los bosques de la Guyana; su índole es mansa y nada recelosa, de suerte que pueden matarse fácilmente muchos hasta a tiros, toda vez que no huyen más allá de uno a otro árbol. Así, muy al contrario, los que se aproximan a los sitios poblados se vuelven ariscos, y ya no andan reunidos. Por lo demás, pueden domesticarse, y en las Colonias se come carne de los jóvenes, que es muy blanca y delicada.

Los Pauxi tienen el pico más corto y grueso; y la piel de su origen se halla cubierta de plumas cortas y densas como terciopelo.

El HOCCO DE MÉJICO (Crax pauxi, LIN.). Tiene las partes superiores negras con reflejos verduzcos, y el borde de cada pluma de un negro puro; la cabeza y el cuello están guarnecidas de plumitas aterciopeladas y de un negro apagado; las rectrices son negras, y sus extremidades blancas; las partes inferiores son negras con cambiantes; el abdomen es blanco puro; el pico rojo-oscuro, y tiene en la raíz una especie de casco casi del tamaño de la cabeza, de color azul-claro, y de consistencia como de piedra. Este pájaro vive a bandadas, como los hoccos, en las vastas selvas de la América meridional; hace sus puestas en el suelo; es de índole pacífica y nada bullicioso, por lo mismo puede domesticarse con facilidad, en cuyo estado vive en buena armonía con las demás gallináceas.

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Hocco de Méjico.




ArribaAbajoPavones

Los pavones tienen una garzota y moño; las coberteras de la cola en el macho son más largas que las rectrices, cuyo número es de diez y ocho.

El PAVOS COMÚN o PAVO REAL (Pavo cristalus, LIN.). Es originario del Norte de la India; y fue Alejandro magno quien lo remitió a Europa, donde sin la menor dificultad se domestica. La especie silvestre se mantiene en la más densa espesura de los bosques. Hace sus puestas la hembra en el suelo, en huecos diestramente ocultos; lo que no impide que los mamíferos carniceros los encuentren, puesto que les gustan muchísimo los huevos. Muy conocido y observado es el pavo real doméstico, ya cuando hace la rueda delante de la hembra, ya cuando sube a un travesaño y deja pendiente su magnífica cola; pero los individuos silvestres tienen aún el plumaje más brillante, y la cola mucho más poblada. El plumaje que vamos a describir es el del pavo de Indias. Este tiene la cabeza, cuello, garganta y pecho de un azul lustroso con reflejos verdes; la garzota que adorna su cabeza es de un verde cambiante en azul; las pequeñas coberteras de las alas de un verde oscuro con visos dorados; y las medias de un azul brillante con orillas verdes; siendo las mayores de un negro verduzco, y su extremo rojo cobrizo; las diez remeras primarias son pardo ferruginosas, y las demás pardas, exteriormente guarnecidas de un verde bronceado, excepto las de la muñeca que son enteramente pardas; las coberteras de la cola muy largas, y sobrepasan de las rectrices; tienen sus barbas desunidas, y en su extremo presentan un ojo brillante; las partes inferiores son negruzcas, con visos dorados; los muslos de un gris negruzco y de bronce, con una faja leonada en la rodilla. La longitud de esta ave es de 4 a 5 pies; es decir, de medio pie más que el pavo doméstico. Es sabido que la hembra no está adornada con la hermosa librea del macho. En estado de domesticidad, hace una puesta al año, que consta de diez a doce huevos, los cuales empolla por espacio de treinta días.

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EL PAVO REAL.

El PAVÓN DEL JAPÓN o DE JAVA (Pavo Japonensis, BRISS.). Tiene la cola casi tan hermosa como la del pavo común; sus partes superiores son de un azul negruzco metálico, con el borde de cada pluma de un verde dorado, que termina en una franja negro-lustrosa; la coronilla de la cabeza se ve adornada con plumas pequeñas, aterciopeladas, de verde dorado, con reflejos azules; y en especial con una garzota compuesta de veinte plumas largas y delgadas, de tallo blanquizco y con barbillas de cada lado sueltas y destriadas, que reuniéndose en el extremo forman una hermosa barbilla verde-azulada y dorada muy brillante; el cuello, la garganta, y parte anterior del pecho están cubiertos de plumas de un azul verdusca reluciente, con un cerco dorado, y los bordes con franjas azules; las coberteras menores y medias del ala son verdes con reflejos azules; las mayores de un negro verduzco, con los bordes de un verde dorado; las remeras de un leonado marrón, con su tallo y extremidad de un negro verduzco; las coberteras superiores de la cola son de un vistoso verde-dorado brillante, cruzado a trechos por líneas leonadas; las rectrices de un negro verduzco unduladas y en su extremo parduzcas; las partes inferiores negras con reflejos dorados; el pico y los pies negruzcos. Esta hermosa ave, del tamaño de 5 pies y 6 pulgadas, habita en el Japón.

Los pavones llamados laphophorus son iguales a los anteriores, sin más diferencia que el no prolongarse las coberteras de la cola hasta más allá de las rectrices, como sucede en aquellos.

El PAVÓN RADIANTE (Laphophorus refulgens, TEMM.). Es del tamaño como un pavo, y negro; la garzota y las plumas de la espalda con diferentes cambiantes de dorado, cobrizo, záfiro y esmeralda; las penas de la cola rubias; la hembra es de color pardo con matices grises y leonados: esta magnífica especie se alberga en las montañas del Norte de la India.




ArribaAbajoPavos

El género de los pavos se distingue muy fácilmente por la piel desnuda y apezonada que les cubre la cabeza y la cerviz, como también por los apéndices carnosos, de los cuales el uno le cuelga a lo largo del cuello, y el otro, situado en la frente, es capaz de prolongarse y encogerse según la agitación interna en que el macho se encuentra; debajo del cuello se observa un pincel formado de pelos recios; las coberteras de la cola no son tan largas como en el pavón, y se enderezan del mismo modo cuando el animal hace la rueda.

El PAVO COMÚN (Meleagris gallo pavo, LIN.). Todo su plumaje es pardo-oscuro, con los bordes de las plumas del cuello, garganta, espalda y escapulares, que despiden reflejos azulados; los pies pardo-rojizos; las uñas y el pico negros; el iris rojo-parduzco; su talla es de cuatro pies, y su plumaje varía mucho con la domesticidad. Es muy irascible; y la simple vista de un objeto encarnado lo pone furioso.

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Pavo común.

Los pavos son originarios de América, y hasta a mediados del siglo XVI no se naturalizaron en Europa, y lo fueron a causa de la sabrosidad de su carne, de su magnitud y de su fecundidad. Los primeros los llevaron a España unos misioneros en 1552; y diez y ocho años después, con motivo de las bodas de Carlos IX, se comieron en Francia los primeros pavos. El pavo común se encuentra en estado silvestre en varios puntos del interior de la América septentrional; en particular abundan en las inmensas praderas inmediatas al Ohio, al Misisipí y al Misuri: véseles caminar y emigrar a pie de unas a otras comarcas según abundan las frutas y granos de que se alimentan. Los machos viajan a bandadas desde diez hasta ciento; y las hembras se adelantan por separado con sus hijos o en unión con otras familias, y evitan con cuidado el dar con los machos, quienes embisten a los hijos y aún a veces los matan: a pesar de esto, todos siguen una misma dirección. Cuando llegan a las riberas de un río, páranse en el punto donde el terreno es más alto, y allí permanecen uno o dos días como deliberando; luego suben a los árboles, y a una señal dada por su guía o jefe, arrancan el vuelo para trasladarse a la orilla opuesta. Los viejos llegan con facilidad al término, aun cuando el río tenga de ancho la tercera parte de una legua; pero los jóvenes caen al agua, y acaban la travesía a nado. A fines de invierno, las hembras sepáranse de los hijos, los cuales son ya adultos, y aquellas se aplican a los cuidados de la puesta e incubación. En un nido de hojarasca seca colocada en el suelo ponen de diez a quince huevos, los cuales han de defender de los cuervos, gatos silvestres, y hasta de los pavos machos. Sucede a menudo reunirse varias hembras para empollar y criar los pollos de mancomún. Los pavos domésticos son menores que los silvestres; su plumaje es negro, al paso que en estado natural es pardo verduzco con visos cobrizos; también la carne de los domésticos es menos sabrosa que la de aquellos; sin embargo, es muy estimada, y por esto en nuestros campos crían gran número de estas aves. En el mediodía de Francia por lo regular los matan antes de llegar a tres años, pues con la edad vuélvense malos y coriáceos.

El PAVO OCELADO (Meleagris occellata, CUV.). Es esta una especie de pavo descubierta en la bahía de Honduras, notable por la brillantez de sus colores que rivalizan con los del pavón, y sobre todo por los espejuelos de color de zafiro, con cercos dorados y de color de rubí, que adornan su cola.




ArribaAbajoPintadas

Las pintadas tienen también la piel de la cabeza desnuda, barbas carnosas debajo de los carrillos, y la cola corta y pendiente; las plumas del obispillo comunican al cuerpo una forma convexa y prominente, y además presentan por lo regular una cresta callosa; los pies no tienen espolones.

La PINTADA MELEÁGRIDA (Numida meleagris, LIN.). Es procedente del África; su plumaje es apizarrado y cubierto en todas partes de manchas negras y blancas. En estado silvestre viven estas aves reunidas en grandes bandadas en lugares pantanosos. Ya en tiempo de Aristóteles se hallaban aclimatadas en Europa, y los romanos tenían en grande estima su carne, que en efecto es exquisita. Perdióse la raza en la edad media; pero los portugueses la connaturalizaron de nuevo así entre nosotros, como en la América meridional. No obstante, es difícil criar pintadas al lado de otras gallináceas; pues su índole chillona, pendenciera y tiránica las hace la plaga del corral donde se crían.




ArribaAbajoFaisanes

Componen el género faisanes aquellas especies que están caracterizadas por tener las mejillas en parte implumes, y guarnecidas de una piel colorada, y las penas de la cola variamente dispuestas a modo de tejado.

El GALLO DOMÉSTICO (Phasianus gallus, LIN.) y su hembra, llamada GALLINA, forman una especie que la domesticidad ha hecho variar al infinito: sus caracteres distintivos son la cresta colorada, carnosa, festoneada, y a menudo configurada a modo de corona que adorna la cabeza: y los dos apéndices de la misma sustancia y color que cuelgan de cada lado de la mandíbula inferior. La cola compónese de catorce rectrices, levantadas en dos planos verticales; entre las cuales las dos intermedias, más largas y sumamente encorvadas en el macho, caen formando un penacho flotante. Los tarsos se hallan provistos de largos, fuertes y acerados espolones. La gallina es mucho más pequeña que el gallo, no tiene como este el cuello y parte extrema de la espalda poblado de plumas largas y delgadas. No conocemos la patria originaria del gallo doméstico; créese que desciende de alguna de las especies aún vivientes en la actualidad en estado silvestre en el Indostán e isla de Java: una de ellas llamada Gallo de Sonnerat, es notable por las plumas del cuello en el macho, las cuales tienen el tallo que va ensanchándose hacia abajo en tres discos sucesivos de una sustancia córnea, y la cresta dentellada; la otra, llamada gallo de Bankira, solo lleva en el cuello largas plumas caídas de un rojo dorado. La tercera especie es el gallo ajamalas, el cual es negro, con el cuello verde cobrizo, con mallas negras; la cresta, lisa o no dentada; y debajo de la garganta se ve una especie de tallo sin barbas laterales: por lo demás, el gallo doméstico ha sufrido infinitas modificaciones; aún sin contar las variedades de color y de tamaño. Hay razas en que sustituye a la cresta un moño de plumas erizadas; y es el gallo con moño: otras tienen los tarsos, y hasta los dedos, cubiertos de plumas; tal es el gallo de Bentham: otra variedad constituye el gallo negro, y es notable por el color negro de su cresta y de las barbas; finalmente hay otras variedades monstruosas, que tienen cinco y seis dedos en los pies. Los gallos domésticos se avienen a toda suerte de alimentos; ocúpanse sin cesar en escarbar la tierra y los estercoleros en busca de qué comer; los granos, larvas e insectos que encuentran bastan casi a su manutención, y en nuestras granjas es raro que necesiten un suplemento de alimentación sino durante el invierno. A más de los restos de la mesa que se les echa, arréglanles criaderos de gusanos; para lo cual amontonan en algún hoyo sustancias animales, como sangre, tripas, etc., que atraen una multitud de moscas, cuyos huevos pronto convierten toda aquella masa de corrupción en un montón de gusanos. La fecundidad de las gallinas no se prolonga mucho más allá de cuatro años; pero dura todo el año, excepto en el invierno, que es la estación de la muda. La gallina que no está ocupada en empollar puede poner un huevo diario; y por término medio una gallina da más de 50 huevos el año. Después de haber puesto cierto número, manifiesta deseos de empollarlos con un canto particular, entonces se le dejan una docena, y se le arregla en un sitio tranquilo y quieto un nido con paja quebrantada. Al cabo de veinte días de incubación, el polluelo rompe la cáscara a beneficio de un martillito, del que provisionalmente tiene provisto el pico. La clueca prodiga a los pollos los cuidados más tiernos, asiduos y previsores; los abriga debajo de las alas; búscales el alimento, y defiéndelos con valor del ave de rapiña y demás enemigos; el gallo no cuida ni de la incubación, ni de la cría de los pollos.

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La clueca y los polluelos.

Se ha encontrado un medio de hacer nacer los huevos de gallina sin necesidad de empollarlos la madre; para esto no hay más que ponerlos en un horno cuya temperatura no exceda ni baje de la del cuerpo de una gallina; lo cual practican con muy buen éxito en Egipto: lo mismo se ha conseguido en Francia, aunque semejante medio no ha dado todas las ventajas que del mismo se prometieran.

No necesitamos alabar la hermosura del gallo doméstico; cuantos han puesto los pies en un corral pueden haber observado las maneras graves, altivas y elegantes de esta magnífica ave; que contrastan con el aire humilde, aunque no sin gracia, de las gallinas que forman su harén. El hombre ha aprovechado en su interés el carácter celoso y enemigo de toda rivalidad que tiene el gallo; y ha hallado medio de convertir en gladiadores a tan animosos animales, lanzándolos unos contra otros después de armar sus garrones con cuchillitos de acero bien templado. Las peleas de gallos han llegado a ser una diversión nacional en Inglaterra, y a ellas las personas de todas clases y condiciones muestran una afición extremada: he ahí las atrocidades del circo romano reducidas a miniatura; aunque no menos odiosas, no obstante sus diminutas proporciones, que si se tratase de una lucha entre leones o elefantes. Que dos gallos rivales se disputen a espolonazos el imperio de un corral, obedece a su natural instinto, y el espectáculo que ofrecen sus ataques, muy rara vez mortales, pueden por un instante gustar al observador; pero excitarles un furor facticio con licores espirituosos, añadir el puñal a las armas con que los dotó la naturaleza, hacer ruinosas apuestas sobre el valor y fuerzas de esas pobres aves, aplaudir con frenesí un golpe bien dado que acaba de partir el cráneo de uno de los combatientes, extenderlo palpitante en la arena contando con afanosa curiosidad las heridas del vencedor, que tal vez no podrá ya más entrar en lucha; todo esto debe confesarse sumamente indigno de un pueblo civilizado. Debemos apresurarnos a decir que tan triste diversión ha quedado limitada al pueblo inglés, y que no obstante numerosas tentativas nunca ha encontrado acogida en el público francés.

Los faisanes propiamente dichos, tienen la cola larga y escalonada, con las penas dobladas cada una de ellas en dos planos, cavalcando entre sí como las tejas de un tejado.

El FAISÁN COMÚN (Phasianus colchicus, LIN.). Es la especie conocida de más antiguo: tiene las partes superiores de un pardo-marrón con visos rojizos, purpúreos y blancos; la parte superior de la cabeza de un verde oscuro; circuye los ojos una membrana colorada callosa; de cada lado de la cabeza levántase un copete de plumas a modo de unos cuernos; la garganta y parte interior del cuello son de un verde metálico relumbrante; el pecho y parte superior del vientre purpúreos con negro cambiante; lo restante de las partes inferiores es rojizo; las remeras son pardas con manchas rojizas triangulares; las rectrices de un gris oliváceo, con los bordes pardos y rayados de negro; el pico negro y el iris garzo o amarillo. Esta ave, cuya longitud es de 34 pulgadas, abunda en el Cáucaso, y en las pantanosas llanuras vecinas del mar Caspio. Aliméntase de frutas, granos, e insectos; pasa la noche posada en los árboles y anida en los arbustos; sus huevos son más pequeños y endebles que los de gallina, gris verduzcos con manchitas pardas. Dícese que el faisán fue introducido en Grecia a consecuencia de la expedición de los argonautas a la Cólquide. En el día se crían en todas las comarcas templadas de Europa, pero su cría requiere muchos cuidados.

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FAISÁN COMÚN.

El FAISÁN DORADO (Phasianus piclus, LIN.). Es originario de la China, lo mismo que el antecedente; es un ave magnífica, la cual creyó Cuvier fuese el fénix descrito por Plinio; adórnale la cabeza un hermoso moño dorado; circuye el cuello un collarcito anaranjado con mallas negras; la parte superior de la espalda es verde; el obispillo amarillo; el vientre de color de fuego; las alas son rubias, con una hermosa mancha azul, la cola parda, muy larga y con manchas grises.

El FAISÁN CON COLLAR (Phasianus torquatus, TEMM.). Esta especie pertenece a la China, y su longitud es de 29 pulgadas. Sus partes superiores son negruzcas con visos amarillos y rayas blancas la cima de la cabeza leonada con un baño verde; dos rasgos blancos fórmanle las cejas; la cerviz con sus partes laterales y la garganta presentan un magnífico verde con matices violáceos, y un ancho collar blanco se extiende por los lados del cuello; las coberteras de la cola son de un verde claro; las partes inferiores de un amarillo blanquizco manchado de violáceo; el pecho purpúreo con visos violados; el vientre negro con cambiantes; las coberteras del ala grises, con visos verdes; las rectrices oliváceas con anchas undulaciones negras; los pies grises, y el pico y las pupilas amarillos.

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Faisán con collar.

El FAISÁN CORNUDO (Meleagris satyrus, LATH.). Pertenece al Himalaya, es del tamaño de un gallo, y su cabeza está casi desnuda; tiene detrás de cada ojo un cuernecito delgado, y debajo de la garganta una papada que puede hincharse, según las disposiciones internas del ave; el plumaje es colorado, brillante y con manchitas oblongas blancas.




ArribaAbajoTetraos

El numeroso género de los tetraos está caracterizado por una membrana implume y las más veces colorada que ocupa el lugar de las cejas.

El UROGALLO, o GRAN GALLO SILVESTRE, (Tetrao urogallus, LIN.). Lo mismo que todos los de su especie carece de espolones: es la especie mayor del orden de las gallináceas; su plumaje es de color apizarrado con rayas finas y negruzcas al través. La hembra es leonada, con líneas pardas transversales. Vive esta ave en los elevados bosques, y se alimenta de frutos y renuevos de los árboles. El macho goza de la facultad de erizar las plumas de la cabeza a modo de moño, y de hacer la rueda con la cola extendida.

No obstante de ser muy recelosa, permite que se le aproximen en la época de la cría, si para adelantarse uno aprovecha el instante en que está cantando. Por lo demás no ha sido posible criarla en domesticidad.

La ORTEGA COMÚN o POLLA DE LOS AVELLANOS (Tetrao bonasia, LIN.). Es algo mayor que las perdices: su plumaje se halla variado de pardo, blanco, rojo y gris; cerca del extremo de la cola se ve una faja negra; de este mismo color es en el macho la garganta; adorna la cabeza una especie de moño pequeño. La ortega varía accidentalmente de un blanco puro con algunas plumas pardas, a un matiz más o menos ceniciento. Gustan las ortegas de los poblados y altos bosques de abetos o de alerces: en ellos en verano se alimentan de frutas de mirtilo, de frambuesas, etc., y en invierno con los retoños de los árboles. Estas aves más tiempo emplean caminando por el suelo que volando; y cuando se ven perseguidas prefieren esconderse a huir. Su carne es muy delicada; pero hasta ahora no ha sido posible domesticarlas.

Los lagopedos, vienen a ser tetraos de cola redonda o angular, cuyos dedos y piernas están cubiertos de plumas.

El LAGOPEDO COMÚN, o PERDIZ BLANCA DE LOS PIRINEOS (Tetrao lagopus, LIN.). Se alberga en los altos montes del centro y del norte de Europa, donde vive de frutos y de retoños; su plumaje varía según las estaciones; en invierno es blanco, con una lista negra a los lados de la cara, y en verano es leonado con rallitas negras. Durante el frío se mantiene en madrigueras que se abre debajo de la nieve; por lo que el vulgo la llama perdiz de nieve.

Las perdices son tetraos con tarsos y dedos implumes.

La PERDIZ GRIS (Tetrao perdix, LIN.). Es la especie más común en el norte de Europa; tiene 12 pulgadas de largo; las partes superiores rojizas, con rayas transversales pardas y negras; la cabeza y las coberteras de las alas presentan los mismos matices; y a más un rasgo longitudinal blanquizco; la frente, las mejillas y la garganta de un rojo claro; obsérvase entre el ojo y la oreja de cada lado un espacio sin plumas, rojo y granujiento; el cuello y partes inferiores son cenicientas, con rayas angulosas negruzcas; el macho tiene el pecho adornado de una gran mancha rubia de figura semilunar; las remeras son pardo-cenicientas con manchas blanquizcas; la cola consta de veinte rectrices, de las cuales las cinco de cada lado son de un bello rojo, con los bordes blanquizcos; y las restantes rayadas de negro, con manchas de un rojo claro sobre un fondo gris; el pico y los pies son ceniciento-azulados.

Las perdices grises son sociables, viven en familia, sin alejarse mucho del sitio donde han nacido; gústales el país llano, los campos sembrados de trigo; y solo se refugian en los matorrales cuando el cazador o un ave de rapiña las persigue. La época de la cría empieza para ellas a fines de invierno; y entonces disuélvense las compañías para dar lugar a la formación de parejas. Efectúan la puesta en mayo, en nidos situados en los campos de trigo o en los prados, y consistentes en un montón de paja o de yerba groseramente dispuesto; en ellos pone cada hembra diez y ocho huevos de un gris verduzco. La hembra sola cuida de la incubación, y mientras la verifica cáenle las plumas del vientre. Los perdigoncillos corren ya desde el instante en que salen de la cáscara; y entonces el macho toma parte en el cuidado de criarlos; haciendo macho y hembra provisión del alimento favorito, a saber de crisálidas de hormigas: después el régimen de los hijos se vuelve vegetal, y entonces comen granos, en especial de trigo, que desentierran con grande destreza hasta cuando el suelo se halla cubierto de nieve. Mientras los perdigoncitos son todavía tiernos, cuéstales mucho tanto al macho como a la hembra, dejarlos cuando se acerca un enemigo; pero si el peligro se hace inminente, el macho parte primero, despidiendo un grito particular, volando con pesadez y como herido del ala, algunos instantes después huye la hembra, y se aleja mucho más, siempre en dirección opuesta a la que tomó el macho; sin embargo, vuelve corriendo por el suelo entre los surcos hacia donde dejó sus hijos acurrucados bajo la yerba; los reúne, y huye otra vez con ellos, en caso de no haber aún pasado el peligro. La voz de llamamiento de estas aves es agria y semejante al nido de una sierra. La caza que más se usa con las perdices, cuya carne es un manjar muy estimado, se hace con escopeta y con perros perdigueros.

La PERDIZ ROJA (Perdrix rufa, LIN.). Es algo mayor que la gris; y se halla con más frecuencia al mediodía que en el norte de Europa: tiene las partes superiores de un gris pardo y verduzco; la frente de un ceniciento azulado; la nuca de un gris rojizo; las mejillas, garganta y parte superior del cuello blancas, lo mismo que un rasgo o pincelada que hay detrás de cada ojo; extiéndese una faja negra por el pecho y lados del cuello, formada de un sin número de manchas y de rayas; las remeras son pardas, con los bordes posteriores leonados; y las rectrices rubias, excepto las cuatro intermedias que son de un gris parduzco; las plumas que visten los costados son ceniciento-azuladas en su origen, y con rayas negras, rojas y blancas en sus extremos; finalmente, el pico y los pies son colorados.

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Perdiz roja.

La perdiz roja gusta de los terrenos elevados, como son las pendientes de los collados; aunque a veces se encuentra en los llanos y a orillas de los bosques. Viven muchas familias reunidas; y cuando son perseguidas huyen por partes en distintas direcciones para después reunirse en un punto común. En lo demás sus hábitos son iguales a los de la especie que antecede.

La BERTAVELLA, o PERDIZ GRIEGA (Perdix saxatilis, LIN.). Solo se diferencia de la perdiz roja en ser de mayores dimensiones, y más cenicienta en su plumaje. Vive a lo largo de las cordilleras de montañas del mediodía de Europa; y su carne es preferible a la de la antecedente.

Las codornices son más pequeñas que las perdices; tienen el pico pequeño; la cola corta, baja y como cubierta por las plumas del obispillo; no tienen las cejas rojas, y carecen de espolones.

La CODORNIZ COMÚN (Tetrao cothurnix, LIN.) Tiene las partes superiores variadas de pardo y de gris, con una estría blanquizca o rojiza en el centro de cada pluma; la parte superior de la cabeza es parda y rojiza: vense tres rayas blanquizcas, de las cuales las de los lados rodean los ojos; la garganta es negra; el pecho rojizo; el vientre y muslos, blanquizcos; el pico negro, y los pies de color de carne; la longitud del ave 7 pulgadas y media; la hembra tiene el pecho blanquizco salpicado de manchas negras redondeadas.

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Codorniz común.

Las codornices, cuya conformación parece pesada y poco a propósito para el vuelo, son célebres no obstante, por sus emigraciones: llegan a Francia por la primavera, salen en el otoño, y atraviesan el Mediterráneo dirigiendo su rumbo a Egipto, Siria y África. En dicha época se reúnen en numerosas bandadas, y vuelan lo más común a la claridad de la luna o del crepúsculo. Cuando en su travesía encuentran un peñasco o una isla, bajan a ella para tornar descanso; así es que su caza produce mucho en algunas islas del Archipiélago. Es el instinto de emigración tan profundamente innato en esas aves, que una codorniz enjaulada desde su nacimiento, sufre en la época del paso una inquietud y agitación que no la deja un momento de sosiego; y da en la jaula tales saltos, que se rompería la cabeza si el techo no fuera de lienzo. Excepto en la época del viaje viven estos pájaros aislados. El macho no toma parte en el cuidado de la cría; la hembra hace su puesta en tierra y casi siempre en medio de los trigos, la cual consta de ocho a doce huevos. Nunca se posan en los árboles; y se alimentan de granos, semillas e insectos. Cázanse las codornices con escopeta y con perros, y también con redes y lazos atrayéndolas con la imitación de su canto.








ArribaAbajoOrden de las Zancudas

Las aves que constituyen el orden que va a ocuparnos presentan como carácter común la parte inferior de las piernas implume; a cuya disposición en general va adjunta la longitud de los tarsos; circunstancia que les permite entrar en el agua hasta cierta profundidad sin mojarse las plumas, seguir el vado y pescar el sustento por medio de un pico y cuello largos, a proporción de las piernas: de ahí procede el nombre que se les ha dado de aves ribereñas. No obstante, se han colocado entre las zancudas otras aves que viven muy lejos del agita; tales como los avestruces; por otra parte hanse admitido como zancudas aves de piernas no muy largas, pero que por sus hábitos acuáticos no deben separarse de las ribereñas. Consta el orden de las zancudas de cinco familias principales y de algunos géneros separados.


ArribaAbajoFamilia de las Brevipenas

Su carácter consiste en la extrema cortedad de las alas que les hace imposible el vuelo: los músculos encargados de sus movimientos, lo mismo que los huesos en que están implantados, son delgados y débiles; pero en compensación las piernas son largas y robustas, y los músculos de estas partes presentan enorme espesor; por lo que las brevipenas corren con extraordinaria velocidad. Sus hábitos son distintos de los de las ribereñas, pues viven en lugares secos, comen yerbas y granos, y su pico mediano y poco agudo les da cierta semejanza a las gallináceas. Componen esta familia dos solos géneros, que son los Avestruces y los Casoares.


ArribaAbajoAvestruces

Los avestruces, no obstante la cortedad de las alas, las emplean a modo de velas para correr con mayor velocidad; carecen de pulgar; tienen el pico complanado, y la lengua corta y redondeada. Las plumas de estas aves son muy buscadas por su tallo delgado y sus largas barbas. Conócense dos especies.

El AVESTRUZ DE ÁFRICA (Struthio camelus, LIN.). Solo tiene dos dedos, de los cuales al extremo le falta la uña y es corto. Es la mayor y más corpulenta de todas las aves; tanto, que llega a 7 y a 8 pies de altura. El macho es negro, hermoso con interpolación de blanco, y grandes plumas de este color en las alas y la cola: en la hembra en lugar del negro se presenta un gris uniforme. Las plumas hermosas, anchas y ondeantes con que adornan las señoras su tocado pertenecen al macho de esta especie.

El avestruz es célebre desde la más remota antigüedad, vive a bandadas en los desiertos arenales del África y de la Arabia. Es herbívoro y de una excesiva voracidad; teniendo tan obtuso el sentido del gusto, que traga sin distinción guijarros y pedazos de hierro, de cobre o de vidrio; de donde nació el error vulgar sobre que esta ave goza de la propiedad de digerir los metales. En las regiones intertropicales el avestruz no empolla los huevos, contentándose con ponerlos en la arena bajo el calor del sol; pero fuera de los límites de los trópicos se hace la incubación de un modo regular y constante. Cuando llega la época de la cría, júntanse varias hembras y hacen sus puestas en un hoyo común, el cual a veces contiene hasta sesenta huevos. Cada avestruz pone doce, y cada huevo pesa unas tres libras. Durante el día empollan las hembras alternativamente, y por la noche las reemplaza el macho, puesto que entonces no se trata ya solo de mantener el calor en la nidada, sino de defenderla de los chacales y otras fieras. La incubación dura de treinta y seis a cuarenta días, y no siempre interrumpe la puesta; pero los huevos tardíos los ponen aparte para que sirvan de alimento a los pollos cuando nazcan. El avestruz, que algunos naturalistas presentan como un animal estúpido, es muy vigilante y astuto para evitar la persecución de los cazadores. Su carrera aventaja a la del mejor caballo, y al mismo tiempo que corren arroja tras de sí piedras con gran fuerza; pero la industria humana ha sabido inutilizar todos sus medios de defensa; rodéanlos los cazadores montados en veloces caballos y estrechando poco a poco el cerco, se envían mutuamente los avestruces, que huyendo de unos dan con otros, hasta que cansados ya de fatiga los matan a garrotazos.

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Avestruz.

EL NANDÚ o AVESTRUZ DE AMÉRICA (Struthio Rhea, LIN.). Es la mitad más pequeño que la especie precedente, y se diferencia sobre todo en los pies, los cuales tienen tres dedos, todos con uñas; su plumaje no es tan denso, de color grisáceo y más o menos pardo en la espalda; el macho tiene una línea negra que se extiende a lo largo de la cerviz. Esta ave vive en parejas, o en pequeñas bandadas en las llanuras de la América meridional; corre con una extrema velocidad, y nada con no menor destreza. Sus plumas no tienen el valor que las de su congénere del África, pues solo se emplean en hacer plumeros de quitar el polvo. Cogido joven se domestica perfectamente.




ArribaAbajoCasoares

Los casoares tienen las alas aún más cortas que los avestruces, las cuales de nada les sirven para correr; pero sus pies, que tienen tres dedos con sus uñas, gozan de mucha agilidad. Estas aves viven en la Nueva Holanda y en el Archipiélago Índico, representan en estos países al avestruz; pero a primera vista ya se les distingue de este en las barbas de las plumas, que caen a modo de crines.

El CASOAR CON CASCO (Struthio casuarius, LIN.). Después del avestruz es la mayor de las aves; habita en el Archipiélago Índico, y sus plumas en su mayor parte son dobles, puesto que de cada caño nacen dos tallos; las alas tienen cinco penas débiles, desprovistas de barbas, semejantes a aguijones, y son para esta ave unas verdaderas armas: el pico está deprimido por los lados; en la cabeza y eso una eminencia huesosa en forma de casco, guarnecida, lo mismo que la parte superior del cuello, de una piel desnuda de color azul celeste y de color de fuego. No come granos, y sí solo frutas y huevos.

El Casoar de Nueva Holanda no lleva casco, tiene el pico deprimido y carece de espolones.






ArribaAbajoFamilia de las Presirrostras

La segunda familia de las zancudas contiene géneros de altas piernas o zancos; sin pulgar, o situado este a cierta altura y muy corto, de modo que no toca al suelo; el pico mediano y bastante recio para escarbar la tierra en busca de lombrices, y las alas aptas para el vuelo.


ArribaAbajoAbutardas

Las abutardas tienen el aire de las gallináceas; el andar pesado; las alas les sirven menos para volar que para apresurar su carrera, y entonces rozan el suelo con suma velocidad: comen yerbas, lombrices y demás insectos; nunca suben a los árboles, y hacen la puesta en un hoyo en el suelo entre la yerba.

La GRANDE ABUTARDA (Otis tarda, LIN.). Es la mayor de las aves de Europa: su plumaje es amarillo, y cruzado en la espalda transversalmente por rayas negras, y grisáceas en la cabeza, cuello y pecho: el macho tiene prolongadas las plumas de las orejas, formando como una especie de bigotes. La abutarda llega en invierno a los extensos llanos de Provenza y de Champaña, donde vive reunida en bandadas, y permanece hasta la primavera, época en que se juntan las parejas: unas van a pasar el verano en países menos cálidos; las demás se quedan entre los trigos, y hacen allí su nido y su puesta en el suelo: esta especie es muy buscada como una de las mejores piezas de caza.

La PEQUEÑA ABUTARDA o GALLARÓN (Otis tetrax, LIN.). Es la mitad más pequeña que la antecedente y mucho menos común; al paso que es mayor su estima. Llega a nuestro país por la primavera, y se va en otoño: encuéntrase en Beauce y en Berry, y por lo regular se alberga en los campos de avena o centeno: en el mediodía de Europa es sedentaria.

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Abutarda pequeña o Gallarón.




ArribaAbajoPluviales

El género de los pluviales consta de aves que también carecen de pulgares aunque tienen el pico deprimido y entumecido hacia la punta.

El CURLAS TERRESTRE (Charadrius oedicnemus, LIN.). Tiene la extremidad del pico abultada tanto superior como inferiormente y las fosas nasales se extienden solo hasta la mitad de su longitud; es del tamaño de la chocha perdiz; tiene el plumaje gris leonado, con una mancha parda en el centro de cada pluma; un rasgo pardo debajo de cada ojo, y el vientre blanco. Esta ave vive en las tierras secas y pedregosas, donde se nutre de caracoles e insectos. A fines de otoño júntanse los curlis a bandadas de trescientos a cuatrocientos, y emprenden su emigración hacia el mediodía.

El PLUVIAL DORADO (Charadrius pluvialis, LIN.). Es una especie común que vive en numerosas bandadas y habita a orillas del mar, en los pantanos y en las embocaduras de los ríos. Se le ha dado el nombre de pluvial, porque llega a nuestro país en el tiempo de las lluvias, que coincide con los dos equinoccios; hállase esparcida esta ave casi por toda la tierra; su plumaje es negruzco, con puntos amarillos; la garganta y el vientre blancos; el pico entumecido solamente en la mandíbula superior, y ocupando los dos tercios de la longitud de esta la abertura de las ventanas nasales, lo cual lo hace muy endeble. En invierno abunda este pluvial en las orillas del mar, siguiendo constantemente la línea de las aguas; despide un grito frecuente, y da patadas en la arena para hacer salir los gusanos marítimos y otros animalejos que forman su sustento. Va a hacer el nido y la puesta en las regiones boreales.

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Pluvial dorado.




ArribaAbajoAves frías

Las aves frías, tienen el pico de los pluviales; pero tienen pulgares, los cuales por otra parte son tan diminutos, que no pueden tocar al suelo: los tarsos son como escamosos.

El AVEFRÍA CON MOÑO (Tringa vanellus, LIN.). Es una especie elegante de las dimensiones de la paloma; su plumaje es negro bronceado con reflejos metálicos, lo cual junto a la garzota larga y delgada que le corona la cabeza, le ha valido el nombre de pavoncito silvestre. Llega a Francia reunido en grandes bandadas por la primavera; su vuelo es vigoroso y elevado; da vueltas con gracia por encima de las lagunas, pantanos y otros lugares húmedos, los que frecuenta en busca de gusanos, que sabe sacar con destreza de la tierra: es muy arisco, y al elevarse despide un grito seco y cortado: hace la puesta en abril y a fines de otoño. Las familias de las avefrías, dispersas por los sitios pantanosos, se juntan en bandadas de quinientos a seiscientos individuos, y emprenden su viaje al mediodía.




ArribaAbajoOstreros

Los ostreros, tienen el pico largo, recto, puntiagudo y muy resistente y fuerte; las fosas nasales no ocupan más que la mitad de su longitud, y los orificios de la nariz se ven abiertos en el centro a manera de una simple cisura. Los tarsos son reticulados, y los pies no tienen más que tres dedos.

El OSTRERO EUROPEO (Haemotopus ostralegus, LIN.). Llámanle algunos urraca marítima, por su plumaje negro y blanco: es una ave de las dimensiones del pato, cuyo pico y pies son de color encarnado muy vivo. Habita a orillas del mar, y sigue constantemente a la ola que le trae gusanos y moluscos, de que se alimenta: auxiliado del pico llega a abrir las conchas bivalvas y arrancar de ellas sus habitantes; vuela y corre veloz, y nada con bastante soltura; anida en los llanos pantanosos; vive solitaria durante la cría, y viaja reunida en bandadas.




ArribaAbajoCorredores

Los corredores, así llamados por su velocidad en la carrera, son aves de alas cortas, piernas altas, y pico delgado y cónico. A veces vemos aparecer en Francia una especie de este género originaria del África septentrional, y cuyos hábitos son desconocidos; tal es el Charadrius gallicus de Linneo, de plumaje leonado claro y vientre blanquizco. El Cursorius anaticus de Latham, especie del mismo género que fue traída de las Indias, es gris parduzca con el pecho rojo. Estas especies tienen detrás de cada ojo un rasgo blanco y otro negro.






ArribaAbajoFamilia de las Cultrirrostres

Aquellas zancudas cuyo pico es grueso, largo, fuerte, cortante y puntiagudo, forman la familia de las cultrirrostres, palabra que significa pico en forma de cuchillo: se ha dividido esta familia en tres géneros principales, a saber: las grullas, garzas, y cigüeñas.


ArribaAbajoGrullas

Las grullas tienen el pico recto y poco hendido; las piernas como escamosas, los dedos medianos, con el pulgar que apenas toca al suelo.

El AVE TROMPETA, o AGAMI (Psophia crepitans, LIN.). Es una especie de la América meridional,algo mayor que una gallina. Debe su extraño nombre a la facultad que tiene de producir sonidos sordos y profundos, semejantes a la voz de un ventrílocuo: tiene el plumaje negruzco, con reflejos violáceos, brillantes en el pecho; y el manto ceniciento, con visos leonados en la parte superior. Este animal hace el nido en el suelo al pie de un árbol; su vuelo es difícil, pero muy rápida su carrera; es mansa y fácil de cazar, pues se atrae imitando su canto. Domestícase a punto que cobra apego al dueño y le sigue como un perro; gusta de que le halaguen, y puede guardar un rebaño o una bandada de volatería de corral; por último, a todas estas prendas añade la de ser su carne un manjar sabroso.

La GRULLA CORONADA, o AVE REAL (Ardea pavonina, LIN.). Esta es una hermosa especie del África, de 4 pies de altura y de esbelto talle. Su plumaje es ceniciento en las partes superiores; su vientre negro; el obispillo leonado, y blancas las alas; corónale la nuca un hacecillo de plumas delgadas, largas y amarillas, las cuales a su arbitrio abre en abanico. Esta ave tiene la voz resonante como trompeta: críanla en estado de domesticidad en algunas casas de África, manteniéndola con granos; aunque en estado silvestre frecuenta los pantanos, y vive de peces.

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Grulla coronada.

La DONCELLITA DE NUMIDIA (Ardea virgo, LIN.). En el tamaño y la figura es semejante a la grulla coronada: tiene el plumaje ceniciento, el cuello negro, y adornan su cabeza dos garzotas blanquizcas, formadas por la prolongación de las plumas delgadas que le cubren los oídos. Se le da el nombre de señorita, o doncellita por su porte elegante y sus afectados y extraños contorneos. Habita en las costas orientales y occidentales del África, en Egipto, Numidia, costas de Tripoli y en el litoral del mar Caspio. Es de índole sociable y fácil de domesticar. Viaja a bandadas de doscientos o trescientos individuos, formando en las regiones aéreas una falange triangular. Llegadas a término del viaje, desde luego permanecen asociadas; después se dispersan en parejas, y aún dura algún tiempo que se reúnen al anochecer y al amanecer, y se entregan a toda especie de juegos: unas bailan juntas; otras se las apuestan a correr, haciendo unos movimientos en extremo grotescos. Pasadas algunas semanas disuélvense estas reuniones, y cada pareja permanece aislada.

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Doncellita de Numidia.

La GRULLA COMÚN (Ardea grus, LIN.). Esta especie es originaria del norte, y su longitud pasa de 4 pies; la piel que cubre la cabeza es implume y colorada, y la garganta negra; lo restante del plumaje es ceniciento: adornan el obispillo varias plumas levantadas y crespas, parte de ellas negras. La grulla es célebre por sus emigraciones del Norte al sud en invierno, y del sud al norte en la primavera. Viaja a bandadas muy numerosas dispuestas en forma de un triángulo, cuyo ángulo anterior ocupa el guía: este hace oír por intervalos su voz, a la cual responden todas las demás de la bandada. De su voz y de su vuelo sacaron antiguamente los griegos indicios de variaciones atmosféricas. El vuelo de las grullas es alto y sostenido; al paso que hallan dificultad en arrancarlo. Duermen reunidas, con la cabeza bajo del ala, y siempre queda una en vela observando si amenaza algún riesgo. Anidan en los terrenos bajos y pantanosos de las comarcas septentrionales; siendo no menos notable su afecto materno que su instinto sociable.

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GRULLA CENICIENTA.




ArribaAbajoGarzas

El género de las garzas tiene por caracteres: el pico hendido hasta los ojos; los cuales están rodeados de una piel desnuda que se extiende por la mandíbula; las piernas como escamosas; los dedos, incluso el pulgar, bastante largos; y la uña del dedo medio cortante y dentellada en su borde interno. Estas aves viven a orillas de los ríos y pantanos, donde se alimentan de moluscos, insectos y ranas, destruyendo muchos peces. Permanecen horas enteras inmóviles a la orilla del agua, con el cuerpo recto, el cuello recogido, y casi oculta la cabeza entre los hombros. Son de un carácter melancólico y huraño, y huyen a la aproximación del hombre. Su vida es casi siempre solitaria, pues solo se reúnen en la época de la puesta y de la emigración.

La GARZA REAL (Ardea major, LIN.). Es una ave grande, cuyo pico es más largo que la cabeza, y casi tan ancho como alto en su origen; el cuello delgado, y en su parte inferior guarnecido de plumas colgantes y largas; el plumaje ceniciento azulado; adórnale la nuca un moño negro; la parte anterior del cuello es blanca, salpicada de manchas negras; el cuerpo delgado; las alas grandes, cóncavas, y tan vigorosas en el vuelo que se eleva esta ave hasta perderse de vista. De día mantiénese solitaria y al descubierto, acechando una presa a orillas del río; y por la noche se recoge en las altas y espesas arboledas, volviendo a parecer antes de salir el sol. Su nido consiste en un área formada de juncos o de tronquitos, que dispone en la cima de los árboles más altos, donde hace su puesta de cuatro huevos de un hermoso color verdemar. La hembra los empolla con constancia, mientras el macho le trae los productos de la pesca. La garza real cuando un ave de rapiña la persigue trata siempre de escaparse volando más alto que su enemigo.

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La garceta.

Las garzotas, son garzas en que a cierta edad las plumas de la espalda se les alargan y adelgazan. Tenemos en Europa dos especies, ambas blancas, cuyas plumas las usan como adorno las señoras.

La PEQUEÑA GARZOTA, o GARCETA (Ardea garzetta, LIN.). Habita en los confines del Asia, y es ave de paso en el mediodía de Francia; es la mitad más grande que la garza, y sus plumas delgadas no pasan de la cola.

La GRANDE GARZOTA, o GARZA BLANCA (Ardea alba, LIN.). Hállase comúnmente en Asia, en el este de Europa, en Alemania, y en la América septentrional.

Los cangrejeros, son garzas de breve tamaño y pies cortos: a este grupo pertenecen los siguientes.

El BLONGIOS (Ardea minuta, LIN.). Es poco mayor que el rascón; y tiene el plumaje leonado, con la parte superior de la cabeza, la espalda y las penas, negras. Hállase con frecuencia en Suiza y en los países montuosos de Francia, donde llega en la época en que las yerbas son bastante altas para prestarle abrigo: regularmente se mantiene cerca de los estanques.

El CANGREJERO DE MAHÓN (Ardea comata, LIN.). Guarda un término medio entre las garzotas y los cangrejeros: es un ave del norte de Europa de espalda rojiza, y las alas, el vientre y la cola blancos.

El BUTOR (Ardea stellaris, LIN.). Tiene el pico más alto que ancho y muy deprimido lateralmente; las plumas del cuello anchas y separadas, lo que le hace parecer más grueso; el plumaje leonado dorado, con manchas negruzcas; el pico y los pies verduzcos. Esta ave no es rara en Francia: por lo regular se mantiene oculta entre los cañaverales, inmóvil y con el pico elevado. Cuando la atacan se defiende con valor, dando terribles picotazos al enemigo. Su voz es terrible, y le ha valido el nombre de butor, corrupción de Bos taurus, que en latín significa toro.




ArribaAbajoCigüeñas

El género de las cigüeñas difiere de los dos precedentes por su pico largo, recto y fuerte, redondeado, puntiagudo y sin surcos: los dedos anteriores son palmeados, es decir, reunidos por una membrana hasta la primera articulación. Estos animales tienen la laringe poco desarrollada; por lo que son silenciosos, y el ruido resultante del choque de sus largas mandíbulas es casi lo único que se les oye. Viven en los pantanos, donde se alimentan en especial de reptiles; su andar es lento y mesurado; y gracias a la disposición particular de las rodillas, la que hemos ya explicado, pueden dormir de pie con una pata encogida; su vuelo es vigoroso y viajan en número considerable.

La CIGÜEÑA BLANCA (Ardea ciconia, LIN.). Esta especie es la más común en Francia y otros países de Europa: es una grande ave de plumaje blanco; las remeras son negras; el pico y los pies colorados. En invierno emigra al África, y regresa por la primavera. Gústale albergarse en nuestras poblaciones, en las torres y campanarios, donde hace el nido.

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Cigüeña blanca.

En todos los pueblos es mirada la cigüeña con respeto, sin duda por los servicios que hace al hombre destruyendo las serpientes y otras alimañas dañinas. Hasta se cree en ciertos países que no puede dejar de prosperar y ser feliz la casa donde se domicilian alguna de dichas aves. Los egipcios castigaban con la pena capital al que matase alguna cigüeña: los antiguos orientales le atribuían, en vista de su amor materno, virtudes que no ha confirmado la experiencia; y en una antigua leyenda árabe hay un precepto concebido en estos términos: «Corre al desierto, hijo mío, y observa a la cigüeña; la cual lleva sobre sus espaldas a su anciano padre, cuidale en sus achaques, y provee a sus necesidades: la piedad filial es más dulce que el incienso de Persia ofrecido al sol, más delicioso que los perfumes aromáticos que un viento tibio hace exhalar de las llanuras de la Arabia.»

Los marabutos son especies de África y de las Indias que tienen debajo del cuello y en el centro un apéndice carnoso, semejante a una morcilla; tienen el pico aún más grueso que el de las cigüeñas ordinarias. Estas aves, no obstante su fealdad, son muy buscadas por las plumas que tienen debajo de las alas, con las cuales se construyen esos ligeros y bellos penachos conocidos con el nombre de marabutos. El ancho pico de que les proveyó la naturaleza les sirve también para coger pájaros al vuelo.

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MARABUT.

Las espátulas difieren de las demás cigüeñas en la extraña forma del pico, el cual es complanado y en su extremo se ensancha formando un disco redondeado como una espátula o cuchara; semejante pico carece de consistencia, por lo que solo puede remover el limo o pescar pececillos.

La ESPÁTULA BLANCA (Platalea leucorodia, LIN.). Es enteramente blanca y con moño: hállase en todo el antiguo continente, y anida en los altos árboles.

La ESPÁTULA ROSADA (Platalea aiaia, LIN.). Pertenece a la América meridional; tiene la cara sin plumas y su plumaje presenta un rosado vivo de diversos matices, que se vuelven más subidos con el tiempo.






ArribaAbajoFamilia de las Longirrostras

La familia de las aves zancudas longirrostras distínguese en el pico largo, delgado y endeble, que el ave apenas puede emplear más que en remover el fango en busca de lombrices e insectos de que se mantiene. Todas las zancudas que componen esta familia tienen unas mismas formas e iguales costumbres.


ArribaAbajoIbis

Los Ibis tienen el pico casi cuadrado en su base, corvo, y sin muesca en la punta.

El IBIS SAGRADO (Ibis religiosa, CUV.). Esta especie es célebre desde la antigüedad; pues los sacerdotes de Egipto la colocaban en sus templos. Encuéntrase en toda el África; es del tamaño de una gallina, su plumaje blanco, con algo negro en los extremos del ala y del obispillo; el pico y los pies son negros, lo mismo que toda la parte desnuda de la cabeza y del cuello. Siendo adorado entre los Egipcios, vagaba libre por sus ciudades. El que daba muerte a alguna de estas aves, aunque fuese involuntariamente, era condenado a la pena capital. El culto que se dio al Ibis fundábase en un sentimiento de gratitud, pues suponían que impedía la entrada en Egipto a una multitud de serpientes, que sin ella le habrían infestado. Afirmaban los sacerdotes que Mercurio vino al mundo en forma de ibis para civilizar a los hombres.

El IBIS ROJO (Scolopax rubra, LIN.). Habita en la América meridional, y es notable por el vivo colorado de su plumaje, que da realce al extremo negro de las penas. Este color tan hermoso no lo adquiere el ave hasta los dos años; las jóvenes primeramente están cubiertas de un plumón negruzco, que se vuelve ceniciento, y luego blanquecino cuando empiezan a tomar el vuelo. El ibis colorado no viaja, vive a bandadas en los sitios pantanosos, en la desembocadura de los ríos, y se domestica con suma facilidad.

El IBIS VERDE (Scolopax falcinellus, LIN.). Esta es una hermosa especie perteneciente al mediodía de Europa, y al norte del África; su cuerpo es de color de púrpura, con manto verde-oscuro. Opina Cuvier que es el ave que los antiguos llamaron ibis negro para diferenciarlo del ibis sagrado que presenta blancas varias partes del plumaje.




ArribaAbajoBecadas

Las becadas tienen el pico recto y algo entumecido, blandujo en la punta y surcado en toda su extensión por los orificios de las narices; no tienen los pies palmeados; la cabeza es comprimida, y los ojos, muy grandes, se hallan situados hacia atrás, lo cual comunica a estas aves una fisonomía estúpida.

La BECADA COMÚN (Scolapax rusticola, LIN.). Es conocida de todos; su tamaño como el de la perdiz; el plumaje superiormente variado de manchas y fajas grises, rojas y negras; y en las partes inferiores gris, con líneas transversas negruzcas; el carácter específico consiste en cuatro fajas anchas y negras que se suceden en dirección transversa detrás de la cabeza. La becada es común en casi todo el antiguo continente, y se halla también en el nuevo. Durante el verano habita en las altas montañas, en otoño desciende a las espesas selvas bajas, y entonces es muy buscada de los cazadores por cuanto ha engordado bastante. Es de carácter arisco, y ve mejor de noche que de día: anda mal, arranca el vuelo con pesadez, y después de haber salvado con rapidez un corto espacio se abate con precipitación y como aplomada.

La BECACINA (Scolopax gallinago, LIN.). Es más pequeña que la becada, aunque tiene más largo el pico; tiene en la cabeza dos anchas fajas longitudinales negruzcas, el cuello salpicado de pintas pardas y leonadas; el manto es negruzco con dos fajas longitudinales leonadas; sus alas son pardas, con ondas grises y el vientre blanquizco con ondas parduzcas en los costados. Esta especie, que se encuentra en todos los puntos del globo, vive en sitios pantanosos y a orillas de las aguas; vuela muy alto, y hasta después de haberla perdido de vista se oye distintamente su voz.

La SORDA, o PEQUEÑA BECACINA (Scolopax gallinula, LIN.). Es casi la mitad más pequeña que la antecedente; solo tiene una faja negra en la cabeza; el fondo del manto presenta reflejos de un verde bronceado; en la nuca tiene un medio collar gris; y los costados manchados de pardo, lo mismo que el pecho. Esta especie, cuya carne es excelente, lo mismo que la de la becada, permanece todo el año en nuestras comarcas.

El BECACÍN COCORLI (Scolopax subarcuata, LIN.). Es una especie diferente de las becadas propiamente dichas, por su pico algo arqueado; hállase en todos países y en todos es rara; su plumaje de invierno es negruzco superiormente y en las partes inferiores con undulaciones grises y blanquizcas: en verano tiene la espalda manchada de negro y de leonado, las alas grises, y la parte inferior del cuerpo roja. Lo mismo que todos sus congéneres, son los becacines aves esencialmente nadadoras, viven en cortas bandadas, revoloteando en las inmediaciones de las aguas; y cambiando de sitio a menudo, no obstante abundar en alimento el limo, que contiene larvas y moluscos en gran cantidad. Al parecer buscan una temperatura constantemente uniforme; y emigran hacia entrambos equinoccios a lo largo de la ribera del mar. Construyen el nido con negligencia en medio de las altas yerbas del litoral, y así el macho como la hembra empollan los huevos.

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Becacín cocorli.




ArribaAbajoAvocetas

Las Avocetas, que Cuvier pone a continuación de las becadas, podrían considerarse como aves nadadoras, en atención a la conformación palmeada de sus pies; al paso que la altura de los tarsos, la longitud y desnudez de las piernas, el pico largo, delgado y elástico, y sobre todo sus hábitos, las aproximan a las zancudas que acabamos de estudiar. El carácter más sobresaliente de su organización es la marcada curvatura de la parte superior del pico.

La AVOCETA DE EUROPA (Recurvirrostra avocetta, LIN.). Es la única especie que habita en Europa: encuéntrase comúnmente en Holanda: es ave muy hermosa, de aire alto y esbelto; su plumaje blanco, con tres fajas negras en el ala; los pies son plomizos. En invierno frecuenta las orillas del mar, donde, como las precedentes especies, se alimenta de lombrices, moluscos y pececillos, que saca del limo con el pico: es muy arisca y escapa de las asechanzas del cazador lo mismo nadando que volando. Hace su puesta en el barro endurecido de las riberas, en un hueco guarnecido de antemano con algunas yerbas, y pone dos o tres huevos, que el hombre apetece como un bocado exquisito.

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Avoceta de Europa.

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ESPÁTULA DE COLOR DE ROSA.






ArribaAbajoFamilia de los Macrodactylos

De las zancudas que componen esta familia, unas tienen los dedos de desmedida longitud, otras anchos con grandes bordes; pero en todas se hallan perfectamente libres: entrambas disposiciones les permiten caminar por entre las yerbas de los pantanos sin hundirse, y también les facilitan el nadar. Varios géneros de esta familia tienen las alas espolonadas: solo hablaremos de los Kamichis, aves que viven apareadas en los campos pantanosos de la América meridional; tienen en cada ala dos recios espolones, que son para el animal una arma ofensiva muy poderosa; las piernas reticuladas; los dedos largos, y las uñas fuertes, en especial la del pulgar.

El KAMICHI CON CUERNOS (Palamedea cornuta, LIN.). Es mayor que una oca, su plumaje negruzco, con una mancha roja en la espalda; en la parte superior del borde libre del ala tiene un espolón óseo, triangular y puntiagudo, de 1 pulgada y media de largo; y hacia su parte media otro más pequeño terminado en punta obtusa; a más de estos apéndices, tiene encima de la cabeza un tallo córneo, delgado, móvil y de unas 3 pulgadas de largo; los pies no son palmeados. En la Guyana llaman a esta ave Camucho, a pesar de ser allí bastante rara y hallarse solo en ciertos lugares inmediatos al mar, donde hace oír a largas distancias su fuerte voz. Aliméntase con yerbas tiernas, y a veces con granos.

El CHAIA DEL PARAGUAY (Parra Chavaria, LIN.). Es una especie de camichi, del cual se ha hecho un género distinto: carece de cuerno; pero en compensación tiene una corona de plumas que puede erizar: así la cabeza, como la parte superior del cuello, cúbrelas una especie de plumón; tienen un collar negro, y lo restante del plumaje plomizo y negruzco, con una mancha blanca en el borde del ala y otra en la base de algunas de las grandes penas: los dedos externos presentan cierta palmeadura bastante marcada. Esta ave es del tamaño de un gallo, aunque parece mayor a causa de cierta disposición de tejido celular subcutáneo el cual se hincha de aire términos que toda la piel inclusa la de las piernas, cruje bajo la presión de los dedos. El Chaia se mantiene de yerbas acuáticas, lo mismo que el camichi, pero es más domesticable que este último. En tal estado se apega al corral y cobra afición a las aves que tiene por compañeras; acompáñalas al campo y las vigila, lo mismo que el más fiel de los perros; si se presenta un halcón, lo embiste y rechaza a espolonazos. Los habitantes de Cartagena se aprovechan de sus prendas domésticas, dejando su volatería bajo la vigilancia de esta ave con la más completa confianza.


ArribaAbajoFúlicas

Las fúlicas constituyen un género en que el pico se prolonga en una especie de escudo que cubre la frente.

La POLLA DE AGUA (Fulica chloropus, LIN.). Tiene muy largos los dedos, y provistos de un festón muy estrecho; superiormente es el plumaje pardo oscuro, y en las partes inferiores gris apizarrado, los muslos, vientre y borde externo de las alas blancos: tiene de 12 a 14 pulgadas de largo: hállase esparcida casi por toda Europa; vive en las aguas tranquilas; nada y se zabulle muy diestramente, durante el día se mantiene oculta entre las cañas, y sale al anochecer en busca del sustento, que consiste en vegetales, lombrices, insectos y moluscos; su vuelo ni es alto, ni rápido, ni sostenido. La hembra hace la puesta en un nido de juncos groseramente entrelazados; y cuando interrumpe la incubación para ir en busca de la comida, cubre los huevos con yerba: hace tres puestas al año.

La SULTANA (Fulica porphyrio, LIN.). Es una hermosa ave acuática de brillantes colores, y de 18 pulgadas de longitud: las partes superiores son de un azul turquí con relucientes reflejos, lo mismo que las coberteras de las alas y que las remeras; las mejillas, garganta, partes anterior y laterales del cuello son de un pardo azul verduzco claro; la cerviz, el vientre y los muslos de un azul oscuro; las coberteras de debajo la cola blancas; el pico colorado, lo mismo que la gran placa que tiene en la frente al nivel de la arista del pico: los pies son de un rojo claro, siendo en ellos el dedo medio más largo que el tarso. Esta especie es originaria de África, y gradualmente la connaturalizaron en el mediodía de Europa a lo largo de las costas del Mediterráneo. Esta ave corre con velocidad, siendo sus hábitos semejantes a los de la polla de agua; sin embargo, al régimen animal prefiere comer granos de arroz o de maíz, los cuales lleva a la boca con un pie, mientras se sostiene con el otro.

La FÚLICA DE EUROPA (Fulica atra, LIN.). Esta ave, llamada también zarceta, nos conduce a tratar de las aves esencialmente nadadoras del orden de las palmípedas: tiene el plumaje lustroso e impermeable; los dedos ensanchados por una especie de festones, cuya conformación explica la vida acuática de esta zancuda, la cual se encuentra allí donde hay estanques; su plumaje es apizarrado oscuro; la placa de la frente blanca, lo mismo que el borde de las alas, pero aquella se vuelve colorada en la época de la puesta. En el verano las fúlicas viven dispersas; pero en el invierno se reúnen en numerosas bandadas en los grandes lagos cuyas aguas muy rara vez se hielan: durante el día vuelan muy poco, y solo al anochecer vuelan de uno a otro estanque: si el cazador las obliga a levantarse de día, no se apartan mucho del agua, lo que permite tirarles con facilidad.




ArribaAbajoRascones

Los rascones se distinguen por la falta de placa en la base del pico, lo que es característico del género; y no todos son acuáticos.

El RASCÓN DE EUROPA (Rallus aquaticus, LIN.). Tiene el pico largo, y el plumaje pardo leonado con manchas negruzcas superiormente; en las partes inferiores ceniciento-azulado, y en los costados se ve rayado de negro y de blanco. Su longitud es de 9 pulgadas; abunda en Francia, donde se mantiene oculto en los juncales a orillas de las aguas; nada bien, y corre ligero por encima de las hojas del nenúfar y del potamogetón. Come langostines e insectos, y su carne sabe a marisco.

El RASCÓN TERRESTRE o DE RETAMALES (Rallus crex, LIN.). Tiene 10 pulgadas de largo; su plumaje es pardo-leonado, con manchas negruzcas en las partes superiores, y grisáceo en las inferiores; las alas son coloradas y los costados rayados de negruzco. Vive y anida en los campos y matorrales; corre con velocidad por la yerba, y despide un grito semejante al sonido crex, que sirvió a Linneo para formar el nombre específico del ave que nos ocupa. Va en busca de alimento por la noche, y este, tanto consiste en granos o semillas como en insectos. Vulgarmente le llaman rey de las codornices, porque se le ve llegar y partir juntamente con estas; porque vive solitario en unos mismos sitios, y por ser algo más grueso que las mismas, y aún parece que les sirva de guía. Es fácil oír por la noche su graznido, pero casi nunca se le ve volar. Su puesta consta de ocho a doce huevos grises, verduzcos y con manchitas de un pardo claro; y la hace simplemente en la desnuda tierra. Es la hembra tan constante en la incubación, que a veces muere bajo la hoz del segador por no abandonar los huevos.

El PEQUEÑO RASCÓN MANCHADO (Rallus porzana, LIN.). Las partes superiores de esta especie son pardo-oliváceas con estrías blancas; las inferiores de un oliváceo oscuro, con pintas cenicientas y blancas; la frente, cejas y garganta de un gris azulado; las sienes teñidas de negro; los bordes de las rectrices medias, blancos; el pico verduzco, y colorado en la base, y los pies amarillos; su longitud de 7 a 8 pulgadas. Los individuos jóvenes tienen la garganta y la parte media del vientre cenicientas; la cara llena de puntos blancos y pardos. Vive en los estanques, los cuales no abandona sino en el tiempo más crudo del invierno; nada y se zabulle perfectamente, anda solitario, hace el nido de juncos, los cuales adhiere a las cañas; y este nido queda flotante subiendo y bajando, conforme lo verifica el nivel del agua, aunque nunca se sumerge ni es arrastrado por la corriente. Esta ave engorda en otoño y es muy buscada de los gastrónomos.

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Pequeño rascón manchado.




ArribaAbajoChionis

Los Chionis, a pesar de contarse entre las aves zancudas, no tienen las piernas más largas que las gallináceas; la única especie conocida es la Chionis necrophaga de VIEILLOT; la cual vive en la Nueva Holanda, es del tamaño de la perdiz, y tiene el plumaje enteramente blanco. Permanece a orillas del mar y se alimenta de los animales muertos que arrojan las olas.




ArribaAbajoGiarolas

Las giarolas o perdices de mar, tienen el pico semejante al de las gallináceas; las piernas medianas, y las alas largas y puntiagudas; vuelan a bandadas, chillando a orillas de las aguas, donde se alimentan de lombrices e insectos: tal es la GIAROLA DE EUROPA (Glareola austriaca, LIN.); cuyo plumaje es pardo superiormente, y blanco en las partes inferiores, tiene una especie de collar al rededor del cuello, y el origen del pico y los pies rojizos.




ArribaAbajoFlamencos

Terminaremos el orden de las zancudas con un género caprichoso que se separa de todos los de la clase de aves, y no obstante sirve de transición de las zancudas a las palmípedas; tal es el de los Fenicópteros o Flamencos. El cuerpo de estas aves es pequeño, y sus piernas de una altura desmedida, lo mismo que la longitud del cuello; los tres dedos delanteros son palmeados hasta el extremo; la cabeza es pequeña y con un pico grueso; la mandíbula inferior forma un canal como medio cilindro, y la superior, complanada y con arrugas transversales, encaja perfectamente en la otra; ambas están guarnecidas en sus bordes de laminitas transversas muy finas, casi semejantes a las de los patos.

El FLAMENCO DE LOS ANTIGUOS (Faenicopterus ruber, LIN.). Hállase esparcido por el antiguo continente a una latitud inferior a 40º. Llega anualmente a nuestras costas del mediodía en numerosas bandadas; su talla es de 4 pies, el plumaje de un bello color de rosa, con las alas y la espalda de un colorado intenso; las remeras negras; el pico amarillo, y en el extremo negro, y los pies pardos. Cuando el ave es joven tiene el cuerpo blanquizco, y únicamente son coloradas las alas, lo cual expresa la voz griega phenicopterus, que significa alas de fuego: los modernos han sustituido este nombre por el de Flamencos. Aliméntanse de mariscos, insectos y huevos de pescado; los cuales pescan apoyando en el suelo la superficie superior del pico; y removiendo con un pie el limo que llevan a la boca, y junto con el limo la presa de que se alimentan y que detienen las laminillas de las mandíbulas.

No son menos extraordinarios los flamencos por sus hábitos que por su conformación: viven siempre a bandadas, dispuestas y alineadas como los batallones de nuestra milicia; cuya formación conservan así cuando pescan, como cuando vuelan, y hasta cuando descansan o duermen. Cuando se hallan en tierra, según dicen, colocan una centinela que vigila por la seguridad del batallón; y si asoma algún peligro, despide el vigilante una voz como de trompeta, a cuya señal se pone en fuga con el mismo orden la bandada. Es un imponente espectáculo el que forman estas magníficas aves al llegar una bandada a Europa para pasar en ella el verano: véselas cómo van acercándose, formando en los aires con su calculada y regular formación un triángulo como de fuego. Al llegar a los llanos pantanosos que constituyen el término de su viaje, retárdase su vuelo, se ciernen en el aire algunos instantes, y en seguida trazando una espiral cónica se apean. Luego de terminado tan majestuoso descenso, forman sus filas; colocan la centinela, y dan principio a la pesca. Los flamencos construyen en el suelo pantanoso un nido de tierra alto, en forma de un cono truncado y cóncavo en el vértice, y en él ponen los huevos; pero como la longitud de las piernas fuera un obstáculo para la incubación impidiéndoles el agacharse, salvan este inconveniente cabalgando sobre él como montados en un caballo. Vamos a terminar la historia de estas aves con un caso gastronómico; es su lengua muy carnosa y crasa; por lo que los antiguos la miraban como un exquisito manjar; de tal suerte, que el emperador Heliogábalo mantenía constantemente unas compañías de hombres con encargo de procurarle lenguas de flamencos, para que así nunca pudiesen faltarle: ¡véase a las invencibles legiones convertidas en proveedoras de la cocina de un monstruo!... ¡Oh antiguo Senado que previste que con el tiempo había de ser Roma señora del mundo, y que a este objeto dirigiste tus miras por espacio de siete años con tal constancia y circunspección, nunca pudiste presumir el uso que había de hacer el pueblo romano de su poderío! Pero es admirable que en medio de tamaña decadencia moral del imperio no se hubiese este ya desplomado por sí mismo; pues debe notarse que la corrupción, engendrada por el lujo, databa ya de una época muy anterior al reinado de Heliogábalo; que tres siglos antes Cicerón en casa de Lúculo asistió a una cena en el salón de Apolo. Todavía volveremos a mencionar esa degradación de costumbres al trazar la historia de los peces.








ArribaAbajoOrden de las Palmípedas

Las fúlicas y los flamencos nos acaban ya de anunciar el orden de las palmípedas; y muchas veces al considerar las transiciones que unen entre sí las familias del reino animal, nos viene a la memoria el axioma de Linneo de que la naturaleza no hace saltos (natura non facit saltum). Las aves de que vamos a tratar son nadadoras por esencia: tienen las patas cortas y situadas hacia atrás del cuerpo; los tarsos comprimidos para mejor hender las aguas; los dedos reunidos por una membrana, o palmeados, a fin de oponer mayor superficie a la resistencia de dicho elemento, el plumaje denso y empapado en un humor untuoso que le hace impenetrable a la humedad, permite al ave nadar sin mojarse; el cuello más largo que las piernas, lo cual aunque en tierra hubiera sido incómodo, constituye una preciosa ventaja en unos animales destinados a vivir en la superficie de las aguas, y a buscar en su fondo el alimento; el esternón largo y que protege perfectamente a las vísceras en los choques y roce con el medio en que viven estos animales: circunstancias que todas indican una vida exclusivamente acuática en los palmípedos; y hasta algunos carecen de la facultad de volar, y andan con mucha molestia: la mayor parte son marítimos. Las palmípedas forman cuatro familias bien caracterizadas.


ArribaAbajoFamilia de los Buzos

Los Buzos tienen pequeñas alas, de modo que vuelan muy poco o nada; las piernas cortas y situadas mucho más atrás que en las demás aves, lo que les obliga a guardar una posición vertical, y hace su andar vacilante; pero esta misma disposición es muy favorable para nadar, y en especial para zabullirse; así es que las aves de esta familia se sumergen perfectamente auxiliándose de las alas como si fueran aletas.


ArribaAbajoSomorgujos

El género de los somorgujos tiene por carácter el pico liso, recto, comprimido y puntiagudo, con los orificios de las narices a los lados.

Los Grebos, en lugar de verdaderas palmeaduras, tienen los dedos ensanchados por membranas laterales; las alas muy estrechas, y en el estado de reposo se ocultan debajo de las coberteras; no les es más fácil andar que volar; pero en compensación nadan con primor; unos viven en agua dulce, otros en las riberas marítimas, y todos se alimentan con pececillos, crustáceos e insectos: anidan en medio de los juncos o en el hueco de una peña escarpada. De las cuatro especies europeas pertenecientes a esta subdivisión del género somorgujos, no describiremos más que la mayor, y es la siguiente:

El GREBO CORONADO (Colymbus cristatus, LIN.). Es del tamaño de un pato; pardo-negruzco superiormente, y blanco plateado en las partes inferiores, con una faja blanca en el ala. Cuando es adulto tiene un moño que es susceptible de erizarse, y la parte superior del cuello rodeada de un collarcito ancho y rojo, con los bordes negros. Los somorgujos propiamente dichos tienen los pies como las palmípedas comunes, es decir, unidos los dedos anteriores por una membrana y terminados por puntiagudas uñas, viven en el norte, y llegan a nuestros climas en invierno.

El GRAN SOMORGUJO (Colymbus glacialis, LIN.). Tiene 2 pies y medio de longitud; la cabeza y el cuello son de un negro cambiante en verde, con collar blanquecino; la espalda pardo-negruzca, con puntos blancos, y blancas las partes inferiores. Vive siempre en el agua, en donde 5 veces se mantiene sumergido, sin salir más que de cuando en cuando, que asoma la cabeza fuera para respirar: vuela muy bien pero raras veces, y emigra por el agua, cuyo elemento tan solo abandona en la época de la cría, y entonces hace el nido en las rocas de algún islote.

Son los Guillemotes unos somorgujos que carecen de pulgar; tienen las alas aún más cortas que los precedentes, de tal modo que apenas pueden volar; mantiénense de peces y cangrejos, y hacen la puesta en las rocas y peñascos escarpados.

El GRAN GUILLEMOTE (Colymbus troile, LIN.) Es del tamaño de un pato; sus remeras secundarias son blancas en el extremo, y forman una línea blanca en el ala. Habita esta ave en el fondo del norte, y anida en las rocas de las costas de Inglaterra y Escocia; apareciendo en Francia en los inviernos muy crudos.

Es sumamente curioso el aspecto que presentan los retiros donde se albergan los Guillemotes; al visitar esas profundas cavernas que han excavado los siglos a lo largo de las costas del Océano; y al penetrar con gran trabajo por entre los aguazales y resbaladizas algas bajo sus sombrías bóvedas; preséntanse a la vista a centenares los guillemotes parados en los nichos de las paredes, estrechándose y saludándose como mandarines chinos, viviendo en inofensiva compañía con los pingüinos y las paviotas, comensales más turbulentos, de quienes luego trataremos. No construyen nido, pues simplemente ponen sus huevos en el borde saliente de una roca, que tal vez tiene debajo un abismo; y aunque los guillemotes se apiñen y empujen, no por ello sufren los huevos el menor desarreglo.




ArribaAbajoPingüinos

Los caracteres de los pingüinos, por los que constituyen su género, consisten en la falta del dedo pulgar y en la compresión del pico, que es vertical, cortante en el dorso y con surcos transversos.

El FRAILECILLO (Alca arctica, LIN.). Es un pingüino cuyo pico es más alto que largo; su tamaño el de una paloma; la parte superior de la cabeza y el manto son negros; y sus partes inferiores blancas; de ahí el nombre de frailecillo. Sus alitas apenas tienen fuerza para sostenerle por algunos instantes en el aire; vésele rozar entre volando y andando por la espumosa espalda de las olas. Son sus hábitos semejantes a los de los guillemotes. Llegan a nuestros países en marzo, y se vuelven en otoño. Encuéntrase más especialmente en los desiertos islotes de Inglaterra y de Bretaña; donde se apoderan de las madrigueras de los conejos, o abren con el pico y las uñas huecos en tierra ligera y arenosa; en ellos la hembra pone un huevo único, blanco y que a pesar de ponerlo en el suelo y sin preparación alguna, lo defiende con encarnizamiento.

El PINGÜINO COMÚN (Alca pica, LIN.). Tiene el pico largo, y en figura de hoja de cuchillo, hallándose cubierta su base hasta los orificios de la nariz por las plumas. Esta ave es del tamaño de un pato, superiormente negra, y en las partes inferiores blanca, con una línea de este mismo color en el ala, y dos en el pico: a más el macho tiene la garganta negra, y un rasgo blanco que va desde el ojo al pico. A veces se presenta en nuestras costas durante el invierno, y solo vuela rozando la superficie del agua: anida a bandadas en los huecos de las rocas inmediatas al Océano.




ArribaAbajoMancos

Las especies que forman el género, de los mancos aún se hallan menos favorecidas de la naturaleza con respecto a las alas; pues las tienen cortas y guarnecidas con simples vestigios de plumas semejantes a escamas; las patas se hallan situadas enteramente hacia atrás, de modo que solo pueden sostenerse estas aves puestas en posición vertical. Las aves mancas tienen pulgar dirigido hacia la parte interna; no van a tierra más que para la cría; y solo arrastrando el vientre pueden llegar al lugar donde tienen el nido.

El GRAN MANCO (Aptenodites patagónica, LIN.). Es del tamaño de una oca; superiormente de color apizarrado, y blanco inferiormente, con la cara negra, rodeada de una corbata de color de limón. Encuéntrase reunido en numerosas bandadas en las cercanías del estrecho de Magallanes, y en las islas de la Oceanía; pues, lo mismo que todos sus congéneres pertenece al hemisferio antártico.






ArribaAbajoFamilia de las Longipenas

Las longipenas son así llamadas a causa de la longitud de sus alas y de la consiguiente fuerza de su vuelo: son aves de alta mar que encuentran en todas partes los navegantes.


ArribaAbajoPetrelos

El género de los Petrelos, tiene el pico engarabitado en la punta, y los orificios de las narices reunidos en un tubo extendido en el dorso de la mandíbula superior. El pulgar se halla representado por una uña puntiaguda, implantada en el talón; las especies de que consta este género, son casi todas ellas antárticas; mantiénense constantemente distantes de la tierra, y su vuelo resiste a la fuerza de los vientos; pero al amenazar un huracán van a refugiarse en las vergas de las embarcaciones; así se les ha llamado aves de tempestad; no se zabullen, y nadan raras veces; pero en su rápido vuelo rozan la superficie del agua, deslizándose por ella con las alas abiertas. Anidan en los huecos de los peñascos; y cuando las inquietan arrojan al enemigo un líquido untuoso, de que siempre tienen provisto el estómago.

El QUEBRANTA HUESOS o PETRELO GIGANTE (Procellaria gigantea, LIN.). Es la mayor de cuantas especies se conocen, y aún más gruesa que la oca; tiene el plumaje negruzco; la hallamos desde el Cabo de Hornos hasta el de Buena Esperanza; aliméntase, como sus congéneres, con insectos y moluscos, y de la carne de los peces y cetáceos muertos que arrojan las olas o van flotantes en el agua.

El FULMAR (Procellaria glacialis, LIN.). Habita en el hemisferio boreal aunque alguna vez se presenta a nuestras costas es del tamaño de un pato; tiene el plumaje blanco con el manto ceniciento, y el pico y los pies amarillos.




ArribaAbajoAlbatros

Son los Albatros las aves más macizas entre las marítimas; su pico, fuerte, grueso y cortante, termina en un gran garabato; en sus pies falta el pulgar, y hasta la breve uña que notamos en los petrelos. Todos pertenecen al hemisferio austral; véseles seguir por muchos días a los buques que van a toda vela; desafían las tempestades, columpiándose encima de las olas, y cuando se cansan buscan el reposo y hasta se duermen flotantes encima de las olas. Son muy voraces, y se sacian de animales vivos o muertos. Poseen mucha fuerza y no menor cobardía, tal que las obligan a huir basta las paviotas.

El ALBATROS DEL CABO DE BUENA ESPERANZA (Diomedea exulans, LIN.). Los navegantes le han dado el nombre de Carnero del Cabo, a causa de su corpulencia y de su plumaje blanco, excepto en las alas, y a más porque abunda especialmente en los dos Cabos que terminan por la parte del Sud los dos grandes continentes del globo. Hace cruda guerra a los peces volantes; forma el nido de un montón de tierra, y los huevos que pone tienen un sabor agradable. Su voz se asemeja a un rebuzno.




ArribaAbajoPaviotas

Distínguense las Paviotas en el pico largo, puntiagudo y comprimido, con la mandíbula superior encorvada en la punta; en el centro de la mandíbula se ven los orificios de las narices, estrechos, largos y al trasluz. Estas aves viven en alta mar; pero especialmente hormiguean en las costas; y aún a veces se internan en tierra, lo cual es presagio de mal tiempo. Son chillonas, voraces y cobardes; nadan y vuelan perfectamente, y se arrojan con velocidad a su presa, que consiste lo mismo en peces vivos que en los muertos. Cuando estas aves son mayores que el pato llámanse goelandios; y cuando no, gaviotas o paviotas propiamente dichas.

El GOELANDIO DE MANTO NECRO (Larus noevius y larus marinus, LIN.). Cuando joven tiene el plumaje con manchas blancas y grises; pero con el tiempo se vuelve completamente blanco con manto negro; el pico es amarillo, con una mancha colorada debajo, y los pies rojizos.

El BURGOMAESTRE (Larus glaucus, GMEL.). Solo difiere del precedente en que tiene el manto gris.

La GAVIOTA DE PIES AMARILLOS (Larus fuscus, LIN.). Es enteramente blanca, con el manto negro, y los pies amarillos.

La GAVIOTA DE PATAS AZULES (Larus cyanorhynchus, MEYER.). Es de un hermoso blanco, con el manto ceniciento claro, las remeras primarias negras, con manchas blancas en el extremo, y el pico y las patas de color plomizo. Estas aves viven principalmente de las conchas que arrastran las arenas.

La GAVIOTA DE INVIERNO (Larus hybernus, larus ridibundus y larus erythropus, LIN.). Diferénciase de la precedente en que tiene negra la extremidad de la cola, y las alas en la primera edad del ave manchadas de pardo y de negro; tiene los pies colorados.

Todas las precedentes especies de paviotas viven reunidas a los pingüinos y guillemotes en las concavidades cavernosas del litoral del Océano; en ellas mueven un bullicio que aturde, interrumpido de repente por un general silencio, y que luego empieza de nuevo con mayor fuerza; los machos y las hembras llevan sus pollitos al espeso y corto césped de las peñas, donde los alinean formando numerosas filas; y todas aquellas bolas cubiertas de plumas, al parecer idénticas a los ojos de un observador extraño, tienen no obstante cada cual su fisonomía particular, lo que hace que los padres nunca equivocan cuáles son sus hijos. De cuando en cuando vese a una ave vieja que recorre las filas fijar en una de dichas bolas su penetrante mirada, y luego poner a los pies de su hijo el alimento ya triturado de antemano.




ArribaAbajoPico-tijeras

El género de los pico-tijeras es notable por la extraña forma del pico, cuyas mandíbulas de figura complanada se corresponden por sus bordes como las ramas de unas tijeras.

El PICO-TIJERAS NEGRO (Rhyncops nigra, LIN.). Es del tamaño de una paloma; tiene el plumaje blanco, y la parte superior de la cabeza y el manto negros, con una faja blanca en el ala, y las rectrices laterales blancas en su porción externa; el pico y los pies rojos. Esta especie pertenece a los mares de las Antillas; y solo puede alimentarse de la presa que hace con la mandíbula inferior volando y rozando en la superficie del agua; pues no le permite más la conformación del pico.






ArribaAbajoFamilia de las Totipalmas

Las aves que contiene esta familia de las tolipalmas, son palmípedas por excelencia, puesto que la membrana que une sus dedos se extiende también del interno al pulgar. Nadan perfectamente, vuelan bien, y son las únicas palmípedas que se posan en los árboles. Bajo la denominación de pelícanos reunió Linneo a cuantas aves presentan en la base del pico algún espacio desnudo de plumas; no obstante, existen notables diferencias que las separan en distintos géneros.


ArribaAbajoPelícanos

Los pelícanos propiamente dichos tienen la mandíbula inferior larga, recta, complanada, y corva en la punta; pero lo que hace el pico muy extraordinario es la mandíbula inferior, cuyas ramas son flexibles, y en ellas se halla adherida una especie de bolsa formada por una membrana desnuda y elástica.

El PELÍCANO COMÚN (Pelecanus anocrotalus, LIN.). Es ave grande, de la magnitud del cisne; su longitud es de 5 a 6 pies, de los cuales se lleva ya 1 pie y medio tan solo el pico; la extensión de las alas 12 pies de envergadura, y en su bolsa caben más de veinte azumbres de agua; el plumaje es blanco o ligeramente rosado, según la edad; y las remeras negras: así el contorno de los ojos como la garganta carecen enteramente de plumas.

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PELÍCANO.

El pelícano llamado onocrotalo, a causa de la semejanza que se ha hallado entre su voz y el rebuzno, vive a orillas del mar, lagos y ríos en los países orientales de Europa, en Asia, África y América: come peces, con que llena la bolsa como en depósito para irlos tragando sucesivamente a medida que se opera la digestión; vuela muy bien y a veces a grande altura; aunque por lo regular se columpia por encima de las olas, en el intervalo que va desde la oleada que se estrella o revienta y la inmediata: cuando divisa un pez que le convenga, húndese en el agua. Con frecuencia reúnense varios pelícanos para cazar en común; y se alinean formando una media luna, cuya parte cóncava corresponde a la orilla, y en esta disposición van avanzando lentamente hacia dicha orilla batiendo por intervalos el agua con las alas y con el cuello tendido; y teniendo cuidado de que entre uno y otro medie un espacio igual a la longitud de las alas extendidas; luego van estrechando o cerrando la media luna que forma su alineación, de modo que los peces quedan circunvalados en un reducido espacio; y entonces empiezan la comida. Las primicias del banquete recogiéronlas ya los grebos, quienes nadando en el espacio circunscrito por la semiluna antes de estrecharse, se zabulleron en pos de los peces aturdidos y espantados; al paso que los restos del festín se reparten después entre centenares de paviotas y de cuervos marinos, que aguardan puestos en un montón de algas y de confervas que las olas arrojan a la playa. Terminada la pesca de los sociables pelícanos, van estos a agacharse en las peñas para hacer la digestión en reposo. A veces pasan también la noche en los árboles, pero nunca anidan en ellos, sino en tierra, en un hoyo que rodean de yerbas. Pone la hembra de dos a cuatro huevos, y alimenta los polluelos desembuchando los peces a sus pies, después de haberlos tenido algún tiempo en maceración dentro de la bolsa. Del mismo modo les trae el agua, y como al querer vaciar la bolsa aprieta el pico en su pecho y salen a veces materias sanguinolentas, probablemente se originó de ahí la vulgar creencia de que el pelícano se abre el pecho para alimentar con su propia sangre a los hijos. «El pelícano, dice el P. Raimond el viajero, no solo puede llegar a ser familiar, sino dócil: uno vi entre los salvajes, tan bien adiestrado, que por las mañanas, después de haberle engalanado al gusto caribe, es decir, pintándole de rojo con achiote, íbase a pescar, y por la noche volvía llevando en la bolsa tal cantidad de pescado, que sus amos comían la mayor parte.»




ArribaAbajoCormoranes

Los cormoranes tienen el pico largo y comprimido; la mandíbula superior ganchosa, y la interior obtusa; la piel de la garganta poco dilatable, y la uña del dedo medio dentada a modo de una sierra; la cola es redondeada y consta de catorce penas.

El CORMORÁN COMÚN (Pelecanus carbo, LIN.). Esta especie es del tamaño de nuestras ocas; tiene el plumaje pardo-negruzco, con undulaciones negras en la espalda, y con mezcla de blanco en la extremidad del pico y parte anterior del cuello; el contorno de la garganta y las mejillas son blancas en el macho, que también lleva moño en la nuca. Esta ave muestra gran destreza en zabullirse, y va tan rápida entre dos aguas que persigue y alcanza a las anguilas: tiene el vuelo veloz y sostenido; pero puesta en el suelo anda muy mal. Hallámosla en ambos continentes, no siendo rara tampoco en Francia. Anida en los huecos de las peñas, en los árboles o entre los juncales. En la China le enseñan a pescar, lo mismo que al pelícano, en provecho de su dueño; pero como la tentación de tragar la presa pudiera ser más poderosa que la idea del deber, pónenle en la parte inferior del cuello un anillo, que solo permite el paso a los diminutos pescadillos.




ArribaAbajoFragatas

Distínguense las fragatas de los demás pelícanos, en la bifurcación de la cola y la desmedida longitud de las alas; a más sus mandíbulas se encorvan ambas en la punta, y las palmeaduras de las patas son escotadas.

La FRAGATA COMÚN (Pelecanus aquilinus, LIN.). Su plumaje es negro con mezcla de blanco en la garganta y cuello, siendo el pico colorado. La envergadura de las alas es de 10 a 12 pies. Solo vive en las regiones tropicales, y es tan vigoroso su vuelo, que se la encuentra en alta mar, a más de 400 leguas de toda tierra: su alimento en especial consiste en peces volantes, y a más da caza a las aves locas para obligarlas a desembuchar o vomitar la pesca, la cual coge la fragata con tal presteza, que no tiene tiempo de caer al agua.




ArribaAbajoAves locas

Las aves locas se diferencian de las fragatas y de los cormoranes en que tienen el pico recto, puntiagudo y dentado a modo de sierra en los bordes.

El AVE LOCA DE BASANO (Pelecanus bassanus, LIN.). Es una especie que abunda en las costas septentrionales de Europa; es de la magnitud de una oca; su plumaje es blanco; las remeras primarias negras, lo mismo que los pies, y el pico verduzco. El nombre locas dado a estas aves procede de la estupidez con que se dejan atacar por las fragatas, que las envisten para confiscar su presa.




ArribaAbajoFaetonte

Los faetontes pertenecen a un género reducido, cuyo carácter consiste en dos penas largas y delgadas que forman parte de la cola.

El FAETONTE COMÚN (Phaeton cloereus, LIN.). Es del tamaño de una paloma; y tiene el plumaje blanco, la espalda, rabadilla y coberteras de las alas, rayadas de negro; las dos rectrices medias negras en su origen, y el pico colorado. Goza de un vuelo vigoroso, y como nunca se extralimita de la zona tórrida, la aparición de este pájaro anuncia a los navegantes hallarse muy cerca de aquella región; y de ahí también nació el nombre de ave de los trópicos que se le ha dado.






ArribaAbajoFamilia de las Lamelirrostras

Con esta familia termínase el orden de las palmípedas y juntamente la clase de las aves. Sus caracteres consisten en el pico grueso, y cubierto de una membrana suave, en lugar de tener una consistencia córnea, cual en otras hemos visto; en que se hallan provistos los bordes de las mandíbulas de laminitas o dientes, y en que la lengua es también dentada. Son en su mayor parte aves de agua dulce, nadan con soltura y elegancia, zambúllense con igual gracia y destreza; pero su andar es penoso y desmañado. Consta esta familia de dos numerosos géneros; a saber, los patos y los mergos.


ArribaAbajoPatos

El género patos se ha subdividido en cisnes, ocas o gansos, y patos propiamente dichos; y se distingue de los mergos en la anchura y tamaño del pico, provisto de laminitas transversas, destinadas a permitir la salida del agua cuando el ave ha cogido la presa. Los cisnes tienen el pico tan ancho en la raíz como en el extremo, aunque en aquella es más alto que ancho; ábrense casi en su centro los orificios de las narices, y tienen el cuello muy largo. Las ocas o gansos tienen el pico más corto que la cabeza, y más estrecho en el extremo que en su origen, el cual es más ancho que alto, y el cuello de mediana longitud. Los patos tienen el pico casi de igual anchura en toda su extensión, y en la raíz es mayor que la altura, estando a ella aproximados los orificios de las narices.

Las dos especies europeas son el cisne de pico rojo y el de pico negro.

El CISNE DE PICO ROJO (Anas olor, LIN.). Tiene el pico rojo con los bordes negros, y encima de la raíz una protuberancia redondeada; su plumaje es blanco de nieve. Esta especie se ha domesticado y forma el adorno de nuestros estanques y surtidores. En estado silvestre la hallamos en los mares interiores de la Europa oriental, donde vive de semillas acuáticas y de peces; vuela muy alto y rápido y emplea sus alas como una arma ofensiva excelente. Sus hábitos son tranquilos y suaves; hace la puesta en febrero en un gran nido que arregla la hembra con juncos y cañas, y en el cual pone seis huevos de un blanco que tira a verde. La incubación dura seis semanas, y si el macho no toma parte en ella, al menos vela al lado de su compañera para evitar todo peligro; tiene tal fuerza en las alas que de un aletazo bien dado puede fracturar la pierna a un hombre.

Dejó Buffon escrito sobre el cisne un magnífico capítulo, del cual vamos a citar los pasajes más notables, que nos harán apreciar con exactitud las cualidades de este genio brillante. Siendo un escritor incomparable cuando describe lo que el mismo ha observado, redúcese a un elocuente poeta cuantas veces atribuye a los animales sentimientos y hábitos imaginarios.

«En toda sociedad, sea de animales, sea de hombres, la fuerza hace tiranos, la benévola autoridad hace reyes: el león y el tigre en la tierra, el águila y el buitre en los aires, reinan solo por medio de la guerra, dominan por el abuso de la fuerza y por la crueldad; mientras el Cisne es el rey de las aguas por los títulos de un imperio de paz, como son: grandeza, majestad, suavidad, unido al poder, al valor y a la fuerza, con voluntad de no abusar de estos últimos, y sí emplearlos únicamente en la propia defensa. Sabe luchar y vencer; pero jamás empieza el ataque; como rey pacífico de las aves acuáticas, desafía a los tiranos del aire; aguarda al águila, sin provocación y sin miedo; rechaza sus ataques oponiendo a sus armas la resistencia de sus plumas, y los repetidos y fuertes golpes de un ala que al propio tiempo le sirve de escudo, y con frecuencia el triunfo corona sus esfuerzos. Por otra parte no tiene más enemigo, pues las demás aves guerreras le respetan, de modo que está en paz con la naturaleza. Vive antes como un amigo que como un rey en medio de sus numerosos pueblos acuáticos, todos los cuales al parecer se conforman con su ley; y es simplemente el jefe, el primer habitante de una república tranquila, donde los ciudadanos nada tienen que temer de un dueño que solo pide para sí lo que concede a los demás, paz y libertad.»

He ahí el retrato de un rey constitucional en toda la belleza de la palabra; pero no es posible dejar de ver que Buffon al escribir esta utopía política, perdió de vista el cisne cuya historia nos refiere. En rigor puede llamarse al águila tirano de los aires, pues todas las aves están expuestas a ser víctimas de su voracidad; pero el Cisne dista muchísimo de ser rey de las aguas, pues la más débil lo desafía impunemente. ¿En qué abusan de la fuerza el águila y el tigre? Necesitan una presa viviente, y se apoderan de la misma por los medios que la naturaleza les ha dado. El cisne es piscívoro; obedece a su instinto sin remordimientos como sin crimen; y hasta si se toma en cuenta el número de las víctimas, es el cisne mucho más feroz que el tigre, pues este devora muchas menos gacelas que pececillos aquel... Dejemos empero todas esas ficciones, que la sana razón no puede sufrir, y apresurémonos a admirar la poesía cuando se funda en la realidad.

«A la noble soltura y facilidad, a la libertad de sus movimientos en el agua, debemos reconocerlo, no solo como el primer navegante alado, sino como el más bello modelo que puede ofrecer la naturaleza al arte de la navegación. En efecto, su alto cuello y elevado y redondeado pecho parecen figurar la proa de un navío que hiende las olas; su ancho vientre representa la quilla; el cuerpo, inclinado hacia delante para surcar las aguas, levántase hacia atrás formando una verdadera popa; la cola es el timón: las patas anchos remos, y sus grandes alas medio extendidas y suavemente impelidas por el viento son las velas que dan impulso a aquel buque viviente, buque y piloto en una pieza.»

El CISNE DE PICO NEGRO (Anas cignus, LIN.). Es idéntico al precedente en lo respectivo a las formas externas; solo que el pico es negro y en su raíz amarillo; el plumaje blanco, y tiene manchas grises y amarillentas; pero su organización interna ofrece notables diferencias. En el cisne de pico negro, la tráquea, en vez de ir directamente a los pulmones, se encorva y penetra en una cavidad de la quilla del esternón. Por efecto de semejante disposición, la voz de esta ave es mucho más sonora que la de su congénere; pero no por ello se crea que llegue a cantar, pues cuanto se ha dicho sobre el canto del cisne moribundo no pasa de ficción poética. Esta especie vive al norte de nuestro hemisferio, aunque en los inviernos rígidos desciende a bandadas a los países templados y entonces se deja ver en nuestras costas.

La OCA DEL CANADÁ (Anas canadensis, LIN.). Esta lamelirrostre pertenece también al género cisnes; es una hermosa especie que, permaneciendo estacionaria al sud de los Estados Unidos, es ave de paso en el Canadá. Tiene el cuello y cuerpo más largos y delgados que nuestra oca doméstica; el plumaje pardo-oscuro, más claro en el vientre, y más subido en la cola y la cabeza; el pico y los pies plomizos, y en el cuello ostenta una corbata blanca.

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Oca del Canadá.

Es imponderable el valor y la vigilancia que muestra el macho de esta última especie, o de la oca del Canadá, mientras está empollando la hembra. Mantiénese de pie con la cabeza erguida junto al nido, que está colocado en el suelo, rodeado de cañas y alfombrado de juncos y yerbas secas; pasea sus miradas escrutadoras por todo el contorno; presta atento oído al más leve susurro; y por más que la zorra, el zarigue, o el ratón se arrastren cautelosos por la yerba, son descubiertos y batidos, teniendo que emprender la fuga. Audubon observó por tres años seguidos a una de esas aves que tenía el nido junto a un lago situado a corta distancia del Bio Verde. «Cuantas veces, dice, iba a visitar el nido del ave, veíame esta aproximar como llena de indignación, erguíase en toda su estatura para mirarme, y parecía medirme de la cabeza a los pies. Cuando ya solo distaba pocos pasos, sacudía con fuerza la cabeza; y elevándose al aire, dejábase caer directamente hacia mí: de suerte que por dos veces me sacudió un aletazo en el brazo derecho al extenderlo yo maquinalmente para apartar o evitar el golpe; y fue con tal fuerza, que por algunos instantes creí tener de resultas fracturado el brazo. Después de aquella violenta demostración, íbase otra vez al nido, y pasaba afectuosamente la cabeza y cuello al rededor del cuerpo de la hembra, volviendo otra vez a mirarme en actitud amenazadora.»

Tienen las ocas las piernas más altas y no tan separadas como los patos, así también andan con mayor facilidad y desembarazo. En general nadan poco y sin zabullirse; la mayor parte comen yerbas y semillas, y de día permanecen en los prados, hasta que al anochecer acuden a los ríos y estanques. Viven unidas, y mientras comen y duermen queda una vigilando, con el cuello tendido y la vista en acecho para descubrir si hay algún riesgo, en cuyo caso no deja de avisar a sus compañeras. El vuelo de estas aves es alto; viajan a bandadas formando una sola hilera cuando son pocas, y dos filas divergentes cuando son en mayor número. Siempre que la que va al frente del triángulo se siente cansada, cede su puesto a la inmediata, y va a colocarse al extremo, o a la cola.

La OCA COMÚN (Anas anser, LIN.). Ha llegado a ser un ave de corral, donde ha adquirido mil diferentes colores. Su procedencia viene de una especie de ganso silvestre de plumaje gris con manto pardo undulado de gris y el pico anaranjado, cuya patria se halla en las regiones orientales de Europa, y de ellas se esparce en invierno por todas las partes centrales y meridionales de dicho continente. Muy rara vez pasa de los 53º de latitud norte. No obstante las variaciones que el estado de domesticidad ha hecho sufrir a esta especie, es muy fácil reconocerla en el pico de color anaranjado uniforme, y en las alas que no llegan a la extremidad de la cola. Anida en los matorrales y pantanos en un terromontero de juncos, y la puesta consta de seis a ocho huevos verduzcos.

La oca doméstica abunda menos desde la importación de los pavos, que son preferidos por su mayor volumen y sabrosidad de su carne; sin embargo en muchos países es todavía objeto de los cuidados del agricultor; pues no solo da utilidad la oca como un buen alimento, sino que suministra plumas para escribir, y para rellenar colchones y almohadas. Las remeras sirven para la escritura, y para arrancarlas al ave no aguardan a que muera, sino que se las quitan cuando entra en la muda; en cuanto a las plumas pequeñas, se las arrancan del vientre, de la espalda, y del obispillo, haciendo esta operación dos o tres veces cada verano. Para engordar una oca bastan quince días, y un mes para las adultas. Por lo regular se dedican a ello a fin del otoño, y para apresurar esta operación las encierran en un lugar oscuro y tranquilo.

Pero el hombre no se contenta con desplumar a la oca mientras vive, y con cortarle la cabeza después de haberla engordado a la fuerza; sino que ha encontrado el medio de comunicar a este desgraciado palmípedo una enfermedad artificial que causando una muerte lenta, da tiempo a uno de sus órganos para desnaturalizarse, y con esto adquiere un gusto delicioso. Para obtener dicho resultado, encierran el ave en una jaula oscura y estrecha, de modo que no pueda revolverse; aliméntanla durante un mes con maíz en abundancia; después se mezcla con los alimentos aceite de adormidera, el cual obra como estupefaciente: con esto en breve los tejidos de la víctima quedan engurgitados de grasa, en términos que casi le impide la respiración. Entonces, por efecto del ahitamiento, opresión y tristeza, el hígado del animal adquiere un crecimiento enorme, y sufre una alteración mortal: así es como se obtiene un hígado gordo, que no es otra cosa que un órgano canceroso con que se hacen pasteles para los glotones. Pero el arte de preparar pasteles de hígado gordo fuera estéril, sino se hubiese encontrado el arte de comerlos; así es que sobre tan interesante materia existen principios generales y especiales teorías, de que haremos gracia al lector, aún cuando pudiéramos referir una erudita conferencia que a nuestra presencia tuvo lugar entre un magistrado, un miembro del Cuerpo legislativo y un doctor en medicina; caballeros los tres del Bajo Imperio, gloriándose todos de pertenecer a la secta de Epicuro, a esa secta que aceleró la ruina de la república romana. Dichos tres personajes discutieron largamente sobre el proceder masticatorio que debía emplearse para hacer que el pastel se derritiese en la boca de manera que produjese más voluptuosa titilación en las papilas nérveas de la lengua y del paladar. No trataremos de dar a conocer las altas consideraciones fisiológicas las ingeniosas observaciones y las osadas hipótesis con que cada cual apoyaba y defendía su opinión: pero aseguramos que en tan memorable sesión se hizo un gasto de ingenio mayor que el necesario para hacer una ley buena, o para hallar un remedio a la gota.

En el otoño llega a nuestras comarcas otra oca muy semejante a la que antecede; pero tiene las alas más largas que la cola, algunas manchas blancas en la frente, el pico anaranjado, y en la raíz y el extremo negro: tal es la OCA DE LAS COSECHAS (Anser segetum, MEYER. -Anas albifrons, LIN.). Es gris, con el vientre negro y la frente blanca también aparece en Francia durante el invierno.

La OCA HIPERBÓREA (Anas hiperboreus, LIN.). Llámanla también oca de nieve y oca de los Esquimales: tiene blanco el plumaje; el pico y los pies rojos; las penas de las alas, negras en su extremidad; en el individuo joven se halla más o menos mezclado el color gris. Las hiperbóreas emigran del norte al sud en invierno, y del sud al norte en verano, a grandes bandadas bulliciosas que desde lejos se anuncian con aguda y penetrante vocería. Los habitantes de las regiones glaciales las matan a centenares, las despluman, les sacan las vísceras y las meten amontonadas en hoyos profundos, donde nunca se corrompen, y les sirven de provisiones de invierno.

El BERNACHO (Anas leucopsis, BECHST.). Es una oca cuyo pico es más corto y delgado que en las ordinarias, no pareciendo fuera de los bordes de las mandíbulas las laminitas; tiene esta especie el manto ceniciento; el cuello negro; la frente, mejillas, garganta y vientre blancos; el pico negro y los pies grises. Vive en las regiones situadas más allá del círculo polar ártico, y llega a Francia en el invierno. Durante mucho tiempo esta especie fue célebre las fábulas que sobre la misma se referían, pues decíase que nacía de un árbol lo mismo que un fruto, y se creyó que los moluscos pedunculados que a menudo se ven en maderos flotantes en el mar, eran bernachos en su edad primera.

El CEREOPSIS DE NUEVA HOLANDA (Cereopsis cinereus, LATH.). Es una oca muy semejante a los bernachos, de pico todavía más pequeño, aunque su membrana es más ancha y llega hasta a cubrir parte de la frente. Es del tamaño de una oca pequeña; su plumaje gris ceniciento casi en todas sus partes y más oscuro en las superiores; las coberteras de las alas son negruzcas, las remeras mayores y las rectrices, pardo-oscuras en sus extremos; y la parte desnuda de las piernas y los tarsos de color anaranjado: en la cara anterior del pie tiene esta ave una placa triangular, y los dedos y uñas son negros. Es el Cereopsis especie única en su género, y también muy rata en los museos: en el de Francia existieron algunos vivos, y en el de Londres se ve uno en la actualidad.

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Cereopsis de Nueva Holanda.

Los patos propiamente dichos tienen las piernas más cortas y situadas más hacia atrás que en las ocas, y también más corto el cuello; es mayor su embarazo al andar, y son más acuáticos.

La FULGA (Anas nigra, LIN.). En los bordes del pulgar tiene una membrana; el plumaje, que cuando el ave es joven es grisáceo, vuélvese cuando adulta enteramente negro; el pico es ancho con una protuberancia en su origen encima de la mandíbula superior. Las fulgas viven en ambos continentes, y prefieren para su permanencia las partes septentrionales, de donde descienden en el invierno impelidas por los vientos del norte a nuestras costas marítimas, y entonces puede decirse que llegan casi a cubrir la superficie del mar. Revolotean de un punto a otro, muéstranse en el agua, y desaparecen a cada instante: su alimento consiste en almejas y otras conchas bivalvas. Jamás vuelan, como no sea por encima de las olas del mar; casi no pueden andar, pero nadan perfectamente, y tan aprisa como los petrelos. Su carne sabe a pescado y es muy desagradable; con todo, los marineros la apetecen, y cazan estas aves con redes de anchas mallas.

El EIDER (Anas mollissima, LIN.).Tiene el pulgar lo mismo que la fulga; el pico estrecho en su parte anterior, y en la posterior sube hacia la frente, donde presenta una escotadura causada por un ángulo de plumas; el plumaje es blanquizco, con la parte superior de la cabeza, el vientre y la cola negro; la hembra es gris con rasgos pardos. El tamaño de esta ave es casi el de la oca; vive en los mares glaciales, anida en las rocas que baña el agua del mar, y se alimenta con peces e insectos acuáticos.

Los eiders permanecen en el mar durante todo el invierno, y no van a tierra sino por la noche; de modo que su vuelta a la costa cuando se efectúa de día se considera como anuncio de tempestad. Así el macho como la hembra trabajan de mancomún en la construcción del nido, cuya base se compone de fucus. La hembra lo cubre así en el fondo como en los bordes con plumón que se arranca del vientre, y con el mismo cubre los huevos cuando sale a tomar alimento durante la incubación; el macho no toma parte, pero se mantiene junto al nido vigilando los huevos, en número de cinco a seis; son de un verde oliváceo y muy sabrosos, a veces hay diez en un solo nido, pero pertenecen a dos hembras, que empollan juntas con la mejor armonía. En Islandia, Laponia y en los mares del norte, donde se encuentran tales nidos a centenares, el recinto que los eiders eligen con preferencia para hacer sus puestas es una propiedad que se conserva con sumo esmero y se transmite por herencia, pues en él se recoge la más preciosa pluma. Cuando se quitan los huevos junto con el plumón que los envuelve, la hembra guarnece otra vez el nido y hace otra puesta; si se los quitan también esta vez, pone otros huevos, y en tal caso el macho suministra el plumón que acolcha el nido. Es menester respetar esta tercera puesta; de lo contrario, los eiders abandonarían el sitio para siempre.

Los demás ánades o patos que vamos a estudiar no tienen el pulgar rodeado de una membrana; sus piernas están situadas no tan atrás, y andan con menor dificultad; sumérgense muy rara vez y se alimentan de semillas y plantas acuáticas.

El ÁNADE ESCUDADO (Anas clypeta, LIN.). Tiene el pico largo, la mandíbula superior ancha en extremo y encorvada transversalmente formando un perfecto medio cilindro, y las laminillas son tan largas y delgadas que parecen pestañas. El plumaje es verde claro en la cabeza y cuello; blanco en el pecho; pardo negruzco en la espalda, y rojo en el vientre, con las alas variadas de azul claro, verde, blanco y negro. Esta hermosa especie, cuya carne es excelente, nos llega del norte por febrero, se esparce por nuestros pantanos y se alimenta de lombrices.

El PATO ORDINARIO (Anas boschus, LIN.). Tiene los pies y el pico amarillos; en el macho la cabeza y el obispillo se hallan adornados de un hermoso verde metálico con cambiantes, y las cuatro penas medias de la cola se encorvan en forma de semicírculo. Esta especie es el tronco de todas nuestras variedades domésticas: habita al norte de ambos continentes. A mediados de otoño empieza a parecer por nuestros campos en pequeñas bandadas, que cada día van aumentando; y por la tarde se les ve pasar formados en triángulos regulares por las elevadas regiones del aire. Los patos silvestres se mantienen en los estanques, donde se alimentan de pececillos, ranas y semillas; si las aguas se hallan ya ocupadas por otros, vanse a orillas de los bosques, y comen bellotas y trigo verde. Cuando el frío es muy intenso dirígense hacia el sud, para volver en febrero, y pasan al norte. Por la primavera se dividen en parejas, y anidan en las matas de juncos de los pantanos, y a veces también en los matorrales; algunos ponen en los árboles, en los nidos que abandonaron las cornejas. La incubación dura un mes, y todo este tiempo el macho permanece junto al nido para defenderlo de los demás patos. Los ánades que se crían en domesticidad salidos de huevos silvestres hallados en los juncos son ariscos como sus padres, y anhelan sin cesar por obtener libertad; pero cuando la cautividad se perpetúa durante varias generaciones, bórrase al cabo el instinto y el animal se vuelve manso y familiar. Ninguna ave de corral es más fácil de alimentar, pues basta con suministrarle agua y un lecho, lo demás él sabe buscárselo; así da grandes utilidades a su amo. La carne del ánade lo mismo que sus plumas son objeto de grande comercio.

El ÁNADE ALMIZCLADO (Anas moschata, LIN.). Llámanle impropiamente Pato de Berbería. Procede de América, donde vive todavía en estado silvestre y se posa en los árboles: se le ha connaturalizado en nuestros corrales. Conócese por las carúnculas coloradas que tiene en la cabeza; es dos veces mayor que el pato ordinario, y más difícil de mantener; además despide cierto olor de almizcle procedente de unas glándulas que tiene debajo del obispillo, y que se comunica a la carne.

El TADORNO COMÚN (Anas tadorna, LIN.). Tiene el pico complanado en el extremo, y convexo en la raíz; es entre todos los ánades el que presenta colores más vivos: tiene el plumaje blanco, con la cabeza verde, y al rededor del pecho ostenta un ceñidor de color de canela; las alas son variadas de negro, blanco, rojo y verde. Esta ave es común en las orillas del mar Báltico, y del mar del Norte: anida en las dunas, y a menudo en las madrigueras que han abandonado los conejos.

LA CERCETA (Anas querquedula, LIN.). Apenas se diferencia del ánade común, como no sea por el tamaño; el plumaje presenta rasgos negros sobre un fondo gris, una faja blanca a los lados de la cabeza, y un espejuelo verde ceniciento en las alas. Esta ave abunda en nuestros estanques durante el otoño y la primavera, y en verano va a empollar al norte.




ArribaAbajoMergos

Llegamos ya al género de los mergos, último de la familia de las lamelirrostres. Las especies de este género tienen el pico delgado, casi cilíndrico, provisto en sus bordes de puntas dirigidas hacia atrás y semejantes a los dientes de una sierra. En lo demás, los mergos tienen el aire y hábitos de los ánades o patos; en verano permanecen en el norte, y en invierno aparecen en nuestros países. Su vuelo es elevado, veloz y sostenido; nadan perfectamente, sacando fuera del agua solo la cabeza, y empleando las alas como remos para aumentar la velocidad.

El MERGO VULGAR (Mergus mesanger, LIN.). Es del tamaño del pato; tiene el pico y los pies colorados; el macho viejo tiene la cabeza de color verde oscuro, adornada con una especie de moño; el manto negruzco, con una mancha blanca en el ala; el cuello y partes inferiores son blancas, con un ligero baño rosado; los individuos jóvenes y las hembras son grises con la cabeza rubia.

Hemos expuesto los caracteres de todas las familias, y señalado los hábitos de las especies más interesantes de las aves. No obstante las innumerables diferencias que estos seres ofrecen, tanto en su forma como en sus dimensiones, plumaje, canto y costumbres, constituyen el grupo más natural, es decir, el mejor caracterizado del reino animal. Hemos visto que si el grado de inteligencia de las aves es poco elevado, en compensación sus instintos, en especial el de la maternidad, presentan un maravilloso desarrollo. Entre sus numerosas especies, que ascienden nada menos que a más de 8000, hemos visto algunas menos favorecidas al parecer por la naturaleza que la mayor parte de las demás, cuya organización es más apta y poderosa para el vuelo, la natación, la carrera, o los medios de ataque y defensa; pero esa inferioridad aparente dista de ser imperfección; puesto que el animal, por incompleto que a primera vista nos parezca, reúne todas las condiciones análogas a su existencia; y la naturaleza no fue madrastra para con ellos toda vez que puso en debida proporción las facultades y los medios de satisfacción con las necesidades respectivas. En cuanto al objeto o misión providencial que cumplen y desempeñan las aves en el inmenso teatro de la creación, es fácil de comprender para todo observador que considere y examine con los ojos del entendimiento; pues sin hablar de que llenan de delicias los campos, adornándolos y dándoles animación y vida, es imposible desconocer la grande utilidad y provecho que de ellas reporta la especie humana. Las gallináceas, la mayor parte de los páseres, de las palmípedas y de varias zancudas, nos proporcionan sabroso y sano alimento; y si los páseres granívoros nos causan algún perjuicio (lo que tal vez sea una sustitución desconocida de un mal mayor), no podemos dudar de los beneficios que nos reportan los páseres picofinos y trepadores con la destrucción de millares de insectos importunos o dañinos, de que aquellos se alimentan. Hasta las mismas rapaces nos prestan servicios, unas comiendo carnes corrompidas que infestarían el ambiente; otras librándonos de mamíferos roedores o de ponzoñosos reptiles. En resumen, el estudio de las aves no cede a los demás en punto a religiosa filosofía; y si al hablar de los hábitos e industria de los insectos el ánimo del lector se eleva con mayor entusiasmo hacia el Criador del universo, será porque el hombre tiene mayor propensión a admirar lo perfecto en los objetos pequeños que en los de mayor bulto. (Natura maxime miranda in minimis).








 
 
FIN DEL TRATADO DE LAS AVES