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ArribaAbajoEntretenimiento IX.

Sobre los Pescados particulares.


No es menos abundante el elemento del agua en los Pescados, que los de la tierra y el ayre, en los animales y volátiles. Estos se mantienen de los alimentos que les da la misma tierra; y á medida que varían, por causa del temperamento, ó por la de la sutileza del ayre, es menos estraño que se diversifiquen entre sí, y que los que se hallan en una region no sean comunes á otras. En el agua y en sus produciones parece que no debería ser tan sensible la variedad, por no constar de la convinacion de partes que constituyen aquella; no obstante se observa, que las produciones de animales aquatiles no son unas mismas; y que las especies que hay en unos Mares no son comunes á otros, si bien hay algunas que lo son. De esto debe inferirse, que ademas del temperamento, y de los pastos de que se alimentan concurre la generalidad de las semillas, ó su falta. El Mar del Súr es abundante de Pescados: la parte alta en sus Rios y Lagunas no lo es tanto en el Perú, y menos en la de Quito; sin que esto pueda atribuirse á ser mas templadas las aguas en unos que en otros, ni á la circunstancia de llevar mas rapidéz, porque en esto son iguales. Pero antes de explicarlo será bien decir algunas particularidades de aquellos Mares.

Las Ballenas son bastantemente comunes en el del Súr, no solo en la Bahía de la Concepcion, y de allí ácia mayor altura, sinó en los parages dentro de los tropicos, y hasta los 12, ó 13 grados de latitud. En Europa es regular irlas á buscas los que se ocupan en su pesca, á los climas frios del Norte, siendo raro verlas de los 40 grados ácia menos latitud. La causa de esta diferiencia no es facil averiguarla, porque si fuese por razon de ir á los Mares en donde no hay Sardina, las costas de Galicia son abundantisimas de ella, y no por esto se vén con frecuencia, como sucede en el Mar del Súr. Lo que allá se repara es que acuden á la Anchoba, ó Anchobeta, cuyo Pescado es abundantisimo, y que con este incentivo se vén en cantidad, y algunas quedan baradas en las playas, por ir en su seguimiento, y allí mueren, despues de mucha brega.

No es facil decir si las que allí frecuentan las costas de poca altura son con toda precision del mismo tamaño que las de los Mares de Europa, pero lo que no admite duda es que son parecidas en la figura, y disformes en el grandor, pues las hay tales, que puestas al costado de una Embarcacion de 700 toneladas cogen tanto espacio como las tres quartas partes de su largo, considerandolas desde el principio de la cabeza hasta la extremidad de la cola; de suerte que pueden estimarse á corta diferiencia de 25 varas de largo; y como entre ellas hay mayores y menores, no puede ser este tamaño regla fixa para tudas las de aquel Mar. Sus cabezas, como si fueran peñascos donde batiese el Mar, se hallan llenas por la parte superior de escaramujos y de conchas de varias especies que se pegan y hacen allí su procreacion, no menos que de verdín, al modo del que se cria en las mismas peñas, ó en las partes de los Navíos que baña el agua, despues de mucho tiempo de no haberse limpiado.

Este pescado monstruoso se sustenta de la Anchoba, y el modo de proveerse es digno de notarse. Se acerca á los parages en donde hay cardumen, esto es, que se halla en gran porcion por ser comederos; y allí, azotando el agua con la cola muchas veces, y batiendola á fuertes golpes, mata quanta puede alcanzar, que por ser grande y muy abierta tiene bastante extension: asi continúa hasta que el cardumen se divide huyendo de la persecucion, entonces come la que queda muerta, y buelve despues en busca de aquel para darle nueva embestida. Sucede en los Pescados lo que entre los animales terrestres, que unos andan separados, y otros en compañia: la Sardina y Anchoba son de la clase de estos segundos; y los parages en donde tienen comedero están tan poblados de ellas que no se vé otra cosa: de aquí viene que las matanzas que hace en la muchedumbre son correspondientes á lo que necesita para mantenerse.

Es perseguida la Ballena de otros Pescados que tiene por enemigos, pero principalmente del Pexe Espada y Pexe Sierra: su defensa es con la cola, como que siendo de un tamaño disforme es la mejor arma de que se puede servir. El combate de uno con otro es entretenido por las bueltas y movimientos extraordinarios que hace con ella, y con la cabeza: unas veces saca fuera del agua la una, que parece salir un promontorio: otras la otra, como si fuese vela de Embarcacion, en donde rebervera el Sol como si diese en un espejo, y dexandola caer rabiosamente sobre el contrario, azota el agua fuertemente, levantandola en gruesos borbollones. Entonces se le percibe estár enfurecida, y lo denota no solo en la forma de moverse y manejarse, sino tambien en los mugidos roncos que despide, siendo tales que se perciben á la distancia de una legua de la Playa. Es cosa sabida ser este Pescado de la clase de los que arrojan por las trompas, ó aberturas que tienen sobre la cabeza, el agua que recibe por los conductos de las quijadas y agallas. Esto lo hacen al tiempo de sobrenadar en el agua, y la que levantan en penachos muy altos es en bastante porcion. Quando descubren la cabeza por estarse combatiendo, no son tan altos, ni tan abundantes los penachos, siendo la causa la agitacion que padece; pero quando no milíta este empeño, ni el de la pesca, parece que se recrea, porque con tranquilidad descubre la cabeza señoreandose en las aguas, y con el bufido, ó soplo despide los promontorios de ellas, que divididos en el ayre hacen una vista hermosa, á lo qual ayuda el reflexo del Sol que dá en ellos.

Asi como tiene combates con sus contrarios, y persigue á los que necesita para alimento, se exercita otras veces en retozos con sus semejantes: entonces se aproximan sacando la cabeza fuera del agua á un tiempo, se ponen muy cerca la una de la otra, y haciendo demostracion de quererse asir con la boca, se desembarazan como burlandose la que huye de la que acomete: otras veces se enroscan por las colas, y entre estos movimientos sacan del agua mucha parte del cuerpo con ligereza, como haciendo amago de saltar. Todos estos exercicios son por lo regular dilatados: en el combate suele mantenerse una mañana entera: en el retozo, ó juego con las de su especie lo mismo; y en la pesca permanece quanto le dura el hambre, ó halla cardumen en donde cebarse. Los dias serenos, quando el Sol está mas vivo, son por lo comun en los que dá señales de retozo: en los turbulentos y opácos es regular no parecer; y al nadar sobre las aguas para arrojarlas, saca la cola, despues de zambullir la cabeza, haciendo tantos remolinos como los que forma un Navío por su popa.

Tiene espiracion, que es con la que despide el agua: en ella suele arrojar eructos de tanta fetidéz que inficionan el ayre en dilatado espacio, siendo tan fastidiosos é insoportables que no se pueden resistir quando los repite mucho: este es efecto de la porcion de escrementos, ó materias indigestas que encierra en su estomago.

En Europa se ván á buscar á las partes frígidas del Norte, armandose Embarcaciones expresamente para ello, y esto se hace con el fin de convertirlas en aceyte, y de aprovechar sus agallas, que es lo que comunmente se llama Barba de Ballena. En las costas de la Nueva-Inglaterra se hacen tambien pesquerías con bastante espendio; y de lo que llaman Esperma se fabrican las velas que tienen este nombre, siendo de tanta, ó mas duracion que las de cera, con las vantajas de ser mas blancas, transparentes, no correrse, ni dár olor alguno: hacen la luz muy clara, y nada pesada para la cabeza. De lo que se saca de este Pescado se proporcionan distintas cosas para el uso de la vida y del comercio. En el Mar del Súr, donde sin trabajo y sin armamentos, ni costos pudieran hacerse pescas crecidas, aun dentro de las mismas Bahías, y sin apartarse de las costas, no se ha pensado en ello, y se desprecian las utilidades que facilitarían, no solamente á aquel Reyno, sino á la España, por las crecidas cantidades que se gastan en Barba y Cera del Norte para alumbrarse, y para el consumo de ambas Indias. En éstas se hace poco aprecio de lo que no es plata, ú oro, siendo esta la causa del abandono en que se advierten esta y otras especies de comercio, sin consideracion á que la plata se desaparece como los vapores de la tierra quando faltan las otras cosas necesarias para la vida, y que sin tener los medios de conservarla es un engaño de la aprehension. Allí podrian hacerse grandes pesquerías, sin mas trabajo que ir sobre ellas por las costas en Lanchas, con los atavíos necesarios. El Aceyte tendría el propio uso que se hace de él en las demás partes; y las Agallas, osamentas, y grasa producirían muchos quintales de Esperma, asi como en la Nueva-Inglaterra, donde son estas cosas parte de las minas que les proporcionan las riquezas que atraen con ellas.

De los Pescados que abundan mas en aquel Mar es uno el que llaman Chita: su calidad es delicada, y se conduce fresco sin sal para el consumo de la parte alta. Su tamaño es como de media vara, y tiene de ancho cosa de una tercia, haciendo figura quasi obal: su carne es en hojas, y éstas muy blancas, al modo de la Corbina; y el grande expendio que hay de el, asi fresco, como salado, acredita su abundancia; la que tambien se verifica de otras especies que son comunes.

De los Pescados de Rios, los de la parte alta, por lo comun, se reducen á dos clases, que son Preñadillas y Bagres, y solo se distinguen en que las primeras son pequeñas, no excediendo de pulgada y media, ó dos; y los segundos los hay hasta de mas de tercia: unos y otros son de cabeza chata y redonda, de pellejo que tira á obscuro, y sin escama, sobre el qual hay una baba pegajosa, que para comerlos es necesario quitarla estregandolos mucho con ceniza, porque de lo contrario les comunica olor y gusto fastidioso. La carne es blanca, delicada, y sabrosa, y no tienen mas espinas que la de en medio. En los Rios, que corren por aquellas quebradas, es en donde los hay, pero no con mucha abundancia. En el Reyno de Quito, aunque en algunos de sus Rios se crian Preñadillas, los mas de ellos no tienen Bagres, siendo asi, que ni en temperamento, ni rapidéz tienen desigualdad. Solo ácia la parte de Cuenca se encuentran de ellos, cuyo temperamento es desde 13 hasta 15 grados de calor, constantemente todo el año: dos grados mas que el de Iscuchaca, en Invierno, y uno mas fresco que el mismo en Verano; pero sin llegar á aquel parage hay cerca de la Ciudad de Quito muchas quebradas, en cuyos terrenos se cria la Caña de Azucar, que requiere clima mas cálido que el de Cuenca, y sin embargo de ello no los crian; de lo que se debe inferir, que el no haberlos es por faltarles la especie. Tienen tambien los Rios de las Quebradas de la parte alta del Perú un anfivio, que llaman Zaramagullon: este es todo negro, el cuello largo, y el pico al modo del de los Patos, pero mas estrecho: su tamaño es como el regular de aquellos, y la pluma tan pequeña, que es un medio entre pluma y pelo: en su carne sobresale mucho el gusto de marisco, de que se infiere que se mantiene con las Preñadillas, ó con los Bagrecillos chicos.

En los lagos situados en partes frígidas, superiores al terreno en que están las poblaciones, no se encuentra especie alguna de pescados, dexandose entender no ser adaptado el clima para ellos por causa de la mucha frialdad.

Parece que los pescados mas grandes deberían tener mayor resistencia al frio que los pequeños; y que aquel clima en donde empieza á haber proporcion para la susistencia de estos vivientes habia de verificarse en aquellos que son de mas corpulencia, con respecto á la cantidad de agua que llevan los Rios, para que pudiesen nadar; pero no sucede asi, siendo muy al contrario, que los mas pequeños son los que se crian en ellos. En aquellos, cuyo clima es mas frio que el de las quebradas, como de 5 á 6 grados sobre la congelacion, se crian unos Pescaditos tan chicos, que aun no llegan al tamaño de media linea; llamanles Chiches: son de la hechura de un Besuguito, y abundan tanto, que no tienen numero; nadan por la superficie del agua, y los Indios los pescan con unos cedacitos, ó esterillas de junco, metiendolas en el agua como para espumarla: hacen de ellos unas tablillas de media quarta de largo, y quatro dedos de ancho, con medio de grueso, poniendolos en prensa para que se únan unos con otros, y despues los preparan al humo: sirven asi para condimentar las comidas, á las quales comunican un ligero gusto de marisco, que se acomoda al paladar de aquellas gentes agradablemente. En Lima, como en todo el Perú, se hace considerable consumo de ellos, entrando en el numero de las especerías. No se encuentran en todos los Rios, siendo señalados en los que los hay, y se cogen en donde hacen remanso. Nunca llegan á crecer mas de aquel tamaño; y los hay tambien en temperamentos algo cálidos. La circunstancia de estár en la superficie del agua dá á entender, que viven de los insectos imperceptibles del ayre que se mantienen de la misma agua.

     Los antiguos Indios usaban del Chiche para aderezar sus comidas, y de ellos lo aprendieron los Españoles; siendo la Esterilla, en su hechura, y el modo de usarla, semejante á lo que acostumbraban para otros fines, y ellos son los que se ocupan en este genero de pesca, que pide bastante paciencia, habiendose de mantener en el agua hasta la rodilla, en cuya forma ván andando lo largo del Rio, y espumando el agua, como queda dicho, para sacarlos. Quando están vivos se les nota algun movimiento, pero sin saltar mucho, tal vez porque su pequeñéz no se lo permite.

No se reconocen en aquellos Rios otras especies de pescados mas que estos, y es natural que sea por no haber en ellos la semilla correspondiente; pues asi como los que se han nombrado subsisten, pudiera haber otros, que en Rios de climas frígidos, y de bastante corriente no faltan.

Dexando los Países Australes, se pasará á dar noticia de algunas particularidades en los de la parte del Norte de la Equinocial: y empezando por la Habana, será lo primero la infeccion de la Ciguatera; esta es una enfermedad, que comuníca el pescado quando se halla maleficiado de ella, y con particularidad cierta especie, que dicen ser mas propensa á el que las otras: basta comer una vez de él, para contraher el mal. Esto se atribuye, á que come la fruta que llaman Manzanilla, la qual es de las que crian aquellos campos, y se tiene por venenosa; á lo que corresponden los efectos que causa; por esta razon está prohibida la venta de los que llaman Ciguatos, y dicen que se conoce en que tiene los dientes amarillos; y poniendole en la boca quando está cociendo algo de plata, toma el color de cobre. Los efectos de este mal consisten en laxitud de todo el cuerpo; ponerse el color pálido, el semblante abatido y macilento, la vista triste, dolores fuertes en las coyunturas y huesos por todo el cuerpo, y enflaquecerse sensiblemente, acompañandolo la inapetencia á comer, y disgusto á todo. Sino se procurase atajar el progreso, terminaría fatalmente. El remedio que comunmente practícan, es, usar del Aguardiente bebido, y de algunos apositos que aplican para mitigar los dolores: la parte espirituosa de este licor aníma los espiritus, pone en movimiento la sangre para que se sacuda del humor maligno que la inficiona, y se restablece la naturaleza, pero no sin que se tarde algunos dias, y aun meses en ello.

Esta qualidad nociva de los pescados no se conoce en las costas de Cartagéna, Tierra-Firme, ni en las otras de aquella parte, sin embargo de haber por allí el arbol del Manzanillo con abundancia, y de tenerse su fruta lo mismo que en la Habana por venenosa, y reputarse hasta su sombra por dañosa; siendo digno de notar, que en los pescados afectos á este vicio no queden señas del veneno en la carne, ni se adviertan á la vista desmedrados y enfermos.

La Tortuga es muy comun en aquella Isla, y se vende su carne del mismo modo que la Baca: la pesca grande de estas se hace en la parte Occidental en los baxos de Santa Isabél, y en otros parages de ella, que el Mar tiene poco fondo: para ello se echan al agua los Pescadores, y siguiendolas, se abrazan con la que encuentran, y la trastornan, poniendolas boca arriba, cuya diligencia les quita la facultad de nadar. En este modo las colocan en las embarcaciones, para llevarlas á la Habana, y allí las ponen en corrales de estacadas que tienen hechos dentro del agua, para que se conserven vivas, hasta que llega el tiempo de matarlas, para venderlas. La carne es blanca como la de la Gallina, pero de mas consistencia. En la estacion del Estío busca este animal las playas de arena, para poner sus huevos en ella, y el instinto les hace elegir los parages donde peligren menos con los Pescadores que las persiguen: las Islas de los Caimánes son de las que mas se pueblan; y luego que sacan las crias, se buelven con ellas á los antiguos comederos.

Tambien abundan aquellas costas de Careis; y aunque estos son parecidos á aquellos, por ser una de las especies de ellas, hay mucha diferiencia en la carne, siendo nociva para la salud, en vez que la otra no lo es: las costas y demás Islas de aquel Mar, particularmente las que están entre la Equinocial y el Trópico de Cancer, son abundantes de las primeras; pero fuera de las inmediaciones de la Habana no son frecuentes los Careyes. En el Mar del Súr no son tan generales las Tortugas; y en la Luisiana son bien raras; pero en los Rios que entran en el Misisipi las hay, cuyo grandor es hasta de media vara; siendo muy pequeñas respecto del tamaño que tienen las del Mar, y particularmente desde la Habana, ácia Cartagéna y Tierra-Firme.

El Rio Misisipi, sin embargo de ser uno de los grandes de la América, y de tener la profundidad que se ha dicho antes, es pobre de pescados, y entre las pocas especies que tiene el que mas abunda es despreciable. Este es uno, que llaman Barbudo, de la figura del Bagre; los hay muy grandes, y tienen alguna semejanza en el vientre á los Taburones. La carne es muy floja, flemosa, y de un gusto insípido; por esto solo la come la gente pobre y los Negros. Los lagos que por la parte del Norte forman la Isla en que está el Nuevo Orleans, y son formados de la entrada que hace el Mar entre la costa firme de la Movila y la Isla, tienen abundancia de pescados, siendo de estos de los que se abastece la Ciudad. Las aguas del Rio son frias en todo tiempo, cuya circunstancia puede ser causa de la escasez que tienen de pescados en especies y en cantidad.

No sucede asi con los Camarones y con los Langostinos, de los quales parece estár sembradas las tierras con sus semillas; segun la abundancia y facilidad conque se procrean, multiplicandose sin termino. Cada especie de estas tiene su tiempo; y es tanto lo que hay de ellos, que vulgarmente dicen allí ser el Maná del País, porque en realidad se suple la necesidad de aquellas gentes, sirviendoles en parte de alimento y de gusto. Con las lluvias en tiempo de Verano, que son copiosas, se llenan de agua los parages desiguales, y los hoyos de donde se ha sacado alguna tierra, que luego se encuentran con los Langostinos en bastante numero; pero consumida el agua, porque dexa de llover, buelve á quedar el parage seco, sin indicios de haber en ellos tales animales. La causa de esto parece no ser otra, que comunicarse las semillas con las mismas aguas del Río, quando estas en las crecientes rebosan por las orillas, ó por medio de los caños, ó cequiones que abren para los molinos; y esparcidas por la tierra, se recogen en las lagunillas, y procrean en ellas con brevedad: allí es regular ir por la tarde á pescar los Langostinos que han de servir de cena: cada familia envia algun muchacho de sus esclavos, y estos hacen la provision que se necesita, sin que se reconozca menos abundancia en todo el tiempo que es regular haberlos; pasado éste, no buelven á verse hasta el año siguiente.

Quando concluye el tiempo de los Langostinos, empieza el de los Camarones; no siendo menos abundantes que aquellos: y aunque estas especies las hay en otras muchas Provincias y en los Rios del Perú, no son frecuentes como en la Luisiana.

De los otros pescados, que son ordinarios en los Mares y costas, hay abundancia; pero la Isla de Cuba lo es en Conchas y Arborizaciones Marinas, de las quales hay variedad de especies, cuya descripcion y noticia pedia un Tratado particular.