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  —23→  

ArribaAbajoJornada segunda


ArribaAbajoEscena I

 

La misma decoracion de calle anterior, y con igual objeto. Pasa por ella MARTA, con una cesta llena de comestibles ó de ropa lavada, etc., y parándose tambien á intérvalos, dice.

 
[MARTA]
¡Vaya un frio, santo cielo!...
¡En verdad que el tiempo es malo!...
¡Tengo los dedos de palo!...

 (Soplándoselos.) 

¡y la nariz... como el hielo!...
¡Muy ingrato ve este suelo 5
quien no tiene una peseta!...
¡y gracias, si halla receta
contra los males, que pasa,
limpiando muebles de casa,
y haciendo á ratos calceta!... 10
Tuve un novio hace dos años,
rubio como una paloma,
pero inclinado á la broma,
y á picos pardos estraños...
Despues de mil desengaños 15
le hallé, entre botella y copa,
navegando, viento en popa
en barco que amo tenia,
y dije desde aquel dia...
¡sigamos lavando ropa!... 20
Porque, al fin, para casarme,
y pasar, tras de hambre, penas,
con nabos y berengenas
prefiero yo contentarme...
—24→
¿Qué sacaré de gastarme 25
en nupciales aparatos
lo que con sus malos ratos
gana una pobre criada?...
Si doy golpe en vago, nada...
¡mas me vale fregar platos! 30
 

 (Desaparece MARTA.) 



ArribaAbajoEscena II

 

Habitacion de TOMÁS. Un criado de DON DIEGO con una carta en la mano: poco despues entra MARTA, y luego SALVADORA.

 
CRIADO

 (Llamando.) 

¡Ah de casa!... ¿no responden?...
¡me gusta la confianza
con que los dueños se esconden!...
MARTA

 (Dejando la cesta encima de una silla.) 

¡Quién será este Sancho Panza!...
CRIADO
¿Tomás Ponce, vive aquí?... 35
MARTA
Si no ha muerto, aquí vivia...
CRIADO
Un recado le traía...
MARTA
Pues démelo usted á mí.
CRIADO
Es asunto que interesa,
y deseo verle pronto. 40
MARTA
Hombre, no sea usted tonto,
y no tenga tanta priesa.
SALVADORA

 (Asomándose.) 

¿Qué, trae alguna otra carta
de don Diego?
CRIADO
Verdad es.
 

 (Dándole la carta.) 

SALVADORA
Entonces, vuelva despues... 45
ó sino... no vuelva... ¡Marta!
pon el guisado á cocer,
y prepara la ensalada...
 

(Se va MARTA.)

 
CRIADO
Luego, pues, vendré á comer.
SALVADORA
Enfrente está la posada, 50
que no es mi casa un convento.
CRIADO
Dispense usted, señorita...
 

(Se va, y el perro le ladra.)

 
  —25→  
SALVADORA
¡Vaya!... ¡que este parlamento
me tiene ya asada y frita!...
Y es fuerza que el vuelo tomen 55
moscardas tan importunas,
sino, mientras que ellas comen,
voy yo á quedarme en ayunas.
Hace poco que un mastuerzo,
diciendo no tener ganas, 60
se tragó para su almuerzo
mas que cómo en dos semanas.
Ahora, esta otra alma en pena,
tambien de raza canina,
si se cuela en la cocina, 65
me deja, tal vez, sin cena.
¡De modo, que aquí en la Alcora
pagan siempre estas recetas
las inocentes chuletas
de la pobre Salvadora!... 70


ArribaAbajoEscena III

 

SALVADORA. BLAS, entrando con MIGUEL y otros. Despues TOMÁS. Luego MARTA.

 
BLAS
¿Dónde estan?... ¿las tienes fritas?...
SALVADORA
Sí, mas no son para tí,
que en todo caso hay visitas...
TOMÁS

 (Saliendo ahora.) 

¿Qué, ha venido alguno? Di...
SALVADORA
De muy poco tiempo acá 75
los correos no estan cojos.
 

 (Dándole la carta que tiene en la mano.) 

TOMÁS
¿Quién la trajo?
SALVADORA
Él lo sabrá.
TOMÁS

  (Llamando á MARTA.) 

¡Marta!... trae los anteojos...
Si no... tú la leerás...
que esto no es ningun exhorto. 80
 

 (A BLAS, que rehusa hacerlo.) 

BLAS
A mal punto por luz vas,
que tambien tiro algo corto:
—26→
y digo tanta torpeza
cuando pretendo leer,
que no sé cómo hay cabeza... 85

 (A SALVADORA.) 

mira lo que ocurrió ayer.
Estábamos yo y Miguel

 (Marcando á este.) 

con otros varios amigos
leyendo por esos trigos
las noticias de un papel. 90
Tratábase en él del goce
de las patrias garantías,
y otras varias letanías
que todo el mundo conoce.
Y entre las líneas que cito, 95
de la libertad un salmo
andaba por allí escrito...
con cada letra de á palmo...
Ya sabeis que no soy lerdo;
pero, amigo, es la verdad, 100
que por leer «li-ber-tad»
dije... dije... ¡no me acuerdo!...
¡Debió ser pifia muy rara,
lo digo sinceramente!
cuando con tanta algazara 105
la recibió aquella gente.
TOMÁS
¡Vamos, algun disparate
de tres ó cuatro bemoles!
MIGUEL
Pimiento en vez de tomate...
BLAS
O nabos quizá por coles... 110
Aunque, si bien lo penetras,
no es muy dificil, al cabo,
en nombres de iguales letras,
tomar por la oreja el rabo.
Y como yo, al leer, opino 115
que lo escrito solo es tinta,
si me atasco en el camino,
nunca me paro en la pinta.
TOMÁS
Y en eso no vas tan mal,
porque, Blas, acaso, acaso... 120
tambien sale así del paso
quien nos guia del ronzal.
—27→
Pues cercado de zozobras,
con tanta espina y abrojos,
entre sus escritos y obras 125
nadie encuentra...
MARTA

 (Saliendo con ellos y se vuelve.) 

¡Los anteojos!...
TOMÁS
Ya la leeré despues...

 (Tomando dos y hojeando la carta.) 

¡Jesus! ¡cuánto garabato!...
¿No sabes, Blas, qué hora es?...
BLAS

 (Llamándolo aparte.) 

La de hablar los dos un rato. 130
TOMÁS
¿Pues qué ocurre?
BLAS
¡Viva Riego!...
¿Qué ha de ocurrir?... que es preciso,
entre usted, Juan, yo y Narciso,
la cama hacerle á don Diego.
TOMÁS
¿Qué está malo?... no sabia... 135
BLAS
¡Malo! ¡malo!... pero hay cura...
TOMÁS
Tú dirás, pues...
BLAS

 (Aparte. 

¡Juraria
que esta breva está algo dura!)
Ya sabe usted que es notorio
que en los pueblos de esta plana 140
debe sacarse mañana
un alma del purgatorio...
 

(TOMÁS se chupa el dedo.)

 
¿Y eso?... ven acá, Mariano:

 (Llamando á uno de sus compañeros.) 

¿por qué se chupa usté el dedo?
TOMÁS
No tengo otro dulce á mano, 145
y me arbitro como puedo.
BLAS

 (A MARIANO.) 

O yo soy muy incapaz,
ó el buen Tomás tiene ganas...
TOMÁS
De que respeteis sus canas
dejándole estar en paz. 150
BLAS
¿Le pido á usted guerra yo?
TOMÁS
Fuera, en efecto, simpleza;
porque al rodar la cabeza
siempre quiero decir: no.
A lo que venís barrunto, 155
—28→
que hoy el que no corre, vuela;
y llegais cuando en su punto
tiene el arroz la cazuela.
BLAS
Entonces lo probaremos...
si usted licencia nos dá. 160
TOMÁS
Pero no te gustará...
BLAS
Eso, Tomás, lo veremos.
TOMÁS
Harto estoy ya de estos cabos,
y veo, al fin de mis dias,
que quien siembra chirivías, 165
no puede, Blas, coger nabos.
Veinte años pasados van,
en que de los labradores
pájaros de mil colores
chupan la sudor y el pan, 170
y abriendo á todos la puerta,
nos dejan, con su hambre franca,
sin rama verde en la huerta,
ni en el bolsillo hoja blanca...
¿Cómo, pues, aunque me empales, 175
la cama á nadie yo haria,
cuando en circunstancias tales
temo quedar sin la mia?...
La una vez, quién lo fué ya,
ser diputado apetece, 180
y á todo el mundo le ofrece
de otro Moisés el maná.
Con la humildad de un cordero,
manso el Pueblo, sube y baja,
por poner en una caja 185
el nombre de este embustero...
Sale triunfante del paso,
va á Madrid, hace su agosto...
pero lo que es en tu vaso
no entra una gota de mosto... 190
Ni por mas que lo procuras,
la molestia hay quien se tome
de decir si estan maduras
las brevas, que el tal se come.
Baja este, y á tus narices 195
sube de pavo otro moco,
diciendo: «que de aquí á poco,
—29→
todos seremos felices...»
Por supuesto, sí á él le votas,
que sino, no hay nada bueno; 200
y con el zapato ageno
se calza tambien sus botas.
Vuela, á su vez, este tordo;
si le hablas, se hace el pandorga,
y si le escribes, el sordo... 205
que, al cabo, quien calla, otorga.
Y mientras que en su teatro
se cuela el hombre muy tieso,
éste, tú, yo y mas de cuatro
quedamos... royendo el hueso... 210
Con que, á don Diego vé y vota,
si desocupado estás...
BLAS
Pero, mire usted, Tomás...
TOMÁS
Hoy no veo, ni una jota.
SALVADORA
Y yo, con mi buena vista, 215
y con mi oido de lince,
te repito veces quince,
que imposible es tu conquista.
Mi Tomás... no votará.
BLAS
¿Eso por qué?
SALVADORA
Porque no.
220
BLAS
¿Y á tí, mujer, qué te va?
SALVADORA
Mas que á tí... sí.
BLAS
Pero... yo...
en fin... oid dos palabras.

 (Llama en secreto á TOMÁS y á SALVADORA.) 

«Sabed que me han prometido
un estanco y treinta cabras.» 225
 

(SALVADORA se marcha amostazada al oir esto, y se sienta al otro estremo con la labor, ó haciendo calceta, etc.)

 
TOMÁS
¡Válgame el Niño perdido!...
¿Y sabes tú si el reparto
de la promesa irá en pos?
BLAS
Yo sé que estoy sin un cuarto,
y sigo al que ofrece dos. 230
TOMÁS
¡Ah!... pues si es esa la idea,
ríndele culto á tu santo,
mientras yo en otro altar canto
—30→
el Domine labia mea.
 

 (Le vuelve la espalda.) 

MARTA
Á Blas una mujer busca. 235
BLAS
¿Me busca á mí una mujer?...
¿Y qué quiere?... voy á ver.
 

(MARTA hace un gesto de ignorancia, y BLAS se marcha.)

 


ArribaAbajoEscena IV

 

Dichos, menos BLAS.

 
TOMÁS
¡Vaya una salida chusca!...
¡Por atrapar él su estanco
y treinta pares de cuernos, 240
nos mete en estos infiernos!...
Vamos, Miguel, seas franco.
¿Te parece á tí arreglada
la conducta del tal Blas?
MIGUEL
¿Yo qué he de decir, Tomás? 245
De esas cosas no sé nada.
TOMÁS

 (Con mucha energía.) 

Pues el saber os importa,
aunque á mal muchos lo tomen,
que es de nuestro mal el fómen
ver los que amasan la torta 250
que otros, al fin, se la comen.
Los que allá en los barrios bajos
oyen contar con franqueza
de la patria los trabajos,
y aventuran su cabeza 255
á la voz de cuatro majos,
que á salvarla les exhorta...
esos amasan la torta.
Y otros pájaros mas gordos
de diferente ralea, 260
que estar suelen siempre sordos
á todo lo que no sea
llenar de truchas ó tordos
su descomunal abdómen...
—31→
hé aqui los que se la comen. 265
 

(Señal de asentimiento por parte de los demas.)

 
Los que en cualquier trance amargo,
en que el pobre pueblo se halle,
sin ver de su data el cargo
se lanzan luego á la calle,
armados de fusil largo, 270
ó de carabina corta...
esos amasan la torta.
Y los que, al mirar que estalla
la popular chamusquina,
salpicada de metralla, 275
se esconden en la cocina
mientras dura la batalla,
temiendo que los emplomen...
hé aquí los que se la comen.
 

(Idem.)

 
En fin, los hombres honrados, 280
de miras no interesadas,
que, valientes y esforzados,
levantan las barricadas
sin prever los resultados,
si luego el proyecto aborta... 285
esos amasan la torta.
Y otros séres de almas frias,
que entonan cien aleluyas
y aplauden mil sinfonías,
abriendo un palmo las suyas 290
cuando á dichas baterías
no hay bocas ya que se asomen...
hé aquí los que se la comen.
 

(Señalando con toda intencion á BLAS, que entra otra vez.)

 


ArribaAbajoEscena V

 

Dichos. BLAS.

 
BLAS
¡Yo no me he comido nada!...
pero... don Diego ha venido, 295
y á todo nuestro partido
voy á anunciar su llegada...
—32→
Volveré luego, Tomás...
 

(Se marcha, haciendo seña á los demas para que le sigan.)

 
TOMÁS
Bien: pero, aunque poco valgo,
si es que de mí esperas algo... 300
muy equivocado estás.


ArribaAbajoEscena VI

 

SALVADORA. MARTA. TOMÁS.

 
 

(Al salirse BLAS y los otros compañeros se oye la trompeta del pregonero público y su voz muy lejana, que no se comprende. SALVADORA continúa sentada, haciendo calceta ó cualquiera otra labor, acompañada de MARTA. Es de noche. TOMÁS se pasea inquieto.)

 
SALVADORA

 (Á MARTA, y hace como que escucha.) 

Asómate á la ventana...
mira lo que es ese bando...
MARTA
 

(Despues de haber salido y vuelto á entrar.)

 
La votacion de mañana,
que anuncian...
TOMÁS
¡Siempre votando!
305
¡Y á pesar de tanto voto,
ni en la tierra ni en el cielo
puede encontrar hoy consuelo
el que lleva el calzon roto!...
 

 (Se marcha.) 



ArribaAbajoEscena VII

 

SALVADORA. MARTA.

 
MARTA
Señora, ¿y por qué separan 310
de esa fiesta á las enaguas?...
SALVADORA
¡Entonces sí que sopláran
las electorales fraguas!...
Y no creas sin embargo,
aunque en verdad poco brilla, 315
que de plumas con mantilla
el catálogo no es largo:
pues sóbre nuestra importancia
—33→
es tanto lo que se ha escrito
allá por París de Francia 320
y otros puntos, que no cito,
que, sin volver las espaldas
á imberbes habladurías,
muy huecas en nuestros dias
pudieran estar las faldas. 325
MARTA
¡Ah! ¡si nuestra condicion
murmurar nos permitiera!...
¡cuántos motivos nos diera
de los hombres la ambicion!...
¡Cuántas culebras y sapos 330
soltáran sus escondrijos,
al aire dando los trapos
de los tristes Adan hijos!...
SALVADORA
Pero, Marta, mujer eres,
y hasta que otro buey no ruja, 335
serán siempre tus que-haceres
«calceta... rueca... y aguja.»
MARTA
Tengo en la mente muy fijo,
pues no es mi memoria escasa,
lo que mi padre me dijo 340
al dejarme en esta casa...
«Si tu anzuelo busca, anguila
       hila,
Si un pez quieres que se agarre,
       barre, 345
Si, aun así, nadie te tose,
       cose
Y si no suena la aldava,
       lava.
Porque hoy en esta almadrava, 350
do hay tantas cañas pescando,
la que algun barbo, al fin, clava,
solo lo consigue, cuando...
hila, barre, cose y lava.»

  —34→  

ArribaAbajoEscena VIII

 

Entra ahora DON DIEGO en trage de lujo, y al reparar en las mujeres se queda algo cortado, quitándose el sombrero, etc.

 
DIEGO
Ya que franco el paso encuentro... 355
¿Se puede entrar en la sala?
SALVADORA
La pregunta no está mala
despues de meterse dentro.
DIEGO
Señora... llegué á la puerta,
y al verla á medio entornar... 360
abríla, y...
SALVADORA
Se quedó abierta.
¡Marta! vuélvela á cerrar.
 

(Lo hace.)

 
DIEGO
¿Vive en esta habitacion,
don Tomás Ponce y Garrido?
SALVADORA
Si usted no le quita el don, 365
no conozco á mi marido.
DIEGO

 (Aparte. 

¡Muy linda es la labradora!)
¿Si usted la esposa es del amo,
será... doña Salvadora?
SALVADORA
Sin el don... así me llamo. 370
DIEGO
Bien: con el don ó sin él,
que al fin y al cabo estas cosas
no ponen á las hermosas
su corona de laurel...
SALVADORA
¡Marta!... ¿tengo algo en el moño? 375
 

 (Llevando á él la mano.) 

MARTA
No veo, señora, nada.
SALVADORA
¡Ah!... me pensé...
DIEGO

 (Aparte. 

¡Qué taimada!...
¡y fresca como el otoño!...)
Vengo de mi dicha en pos,
con deseos impacientes, 380
por saber... pero...: ¡qué dientes!...
¡No se ría usted, por Dios!...
que, al mirar, entre el carmin,
esos dos rastros de perlas...
le asalta á un mortal... en fin... 385
la tentacion de...
SALVADORA
¡Cogerlas!
—35→

 (Aparte.) 

¡Marta!... ¡habrás de estar alerta,
que este nuevo pretendiente,
si estoy con la boca abierta,
me va á dejar sin un diente! 390
DIEGO
No he comprendido ese canto.
SALVADORA
Ni yo de usted la otra copla.
DIEGO
¿Sabe usted qué es fuego?...
SALVADORA
¡Sopla!...
DIEGO
Lo necesito algun tanto.
SALVADORA
¿Qué, hay que apagar algo?...
DIEGO
¡Mucho!
395
¡Ardiendo estoy sin rebozo!
SALVADORA
¡Divinos cielos, qué escucho!...
¡Marta!... mételo en el pozo.
DIEGO
No, no...
SALVADORA
Si la llama prende...
DIEGO
En ciertos casos el agua 400
aviva mas que una fragua
lo que con rayos se enciende.
SALVADORA
¿Rayos dice usted? ¿y es cierto?
DIEGO
Rayos, sí... ¡candentes!... ¡rojos!...
pero, señora... soy muerto... 405
si no cierra usted los ojos.
SALVADORA
Mil gracias por la merced
de mi requiescat in pace!...
Ciérrelos, si gusta, usted,
que yo le pondré: aquí yace. 410
DIEGO
¿Aquí yace?... ¿no mas eso?...
¿Será usted tan poco amable?...
SALVADORA
Bien... alargaré el proceso:
«Un caballero apreciable,
que tuvo muy poco seso.» 415
DIEGO
Y quién no lo perdería,
al ver... ¡oh! lengua... ¡detente!...
SALVADORA
¿Qué ha visto usted?...
 

 (Alarmada.) 

DIEGO
¡Me estasía
ese marcial continente!...
SALVADORA
Mire usted que soy ya vieja, 420
y requiebros tan estraños
hacen muy mala pareja
con quien tiene...
DIEGO
¿Cuántos años?
—36→
¿veinte y cinco?... ¿veinte y seis?
todo lo mas... veinte y siete. 425
SALVADORA
¡Apriete un poquito, apriete!
DIEGO
¡Bah! no me convencereis...
á treinta no llega usted.
SALVADORA
Y bien: que llegue ó que no,
podré saber, al fin, yo... 430
la causa de...
DIEGO
Suponed
que buscaba á don Tomás...
SALVADORA
No está en casa: vendrá pronto.
DIEGO
Pues ya que hay sillas detrás...
SALVADORA
Quien no se sienta, es un tonto. 435
 

(Se sienta DON DIEGO.)

 
DIEGO
Con el debido permiso...
SALVADORA
Corriente: yo soy muy franca...
DIEGO
Y muy graciosa... y muy blanca...
SALVADORA
¿Y qué mas?
DIEGO
Será preciso,
ó desea usted acaso 440
gozándose en mi querella,
que descifre, paso á paso,
las galas con que me abraso
de esa peregrina...
SALVADORA
¿Estrella?
DIEGO
¿Querrá usted?...
SALVADORA
Sí que lo quiero.
445
DIEGO
Que mi labio balbuciente,
amoroso y placentero,
trace con pincel ardiente
el brillo de ese...
SALVADORA
¿Lucero?
DIEGO
¿Ni tendrá por importuna 450
mi indiscreta sutileza,
al indicar, de una en una,
las mil gracias que á esa?...
SALVADORA
¿Luna?
DIEGO
¿Cercan de piés á cabeza?...
 

 (Se queda parado.) 

SALVADORA
Adelante... que me agrada 455
mucho ese idioma español...
y, ó yo dél no entiendo nada,
—37→
ó con otra pincelada
veré salir pronto...
DIEGO
¡El sol!
SALVADORA
¿Ya está fuera?
DIEGO
Aun no ha salido;
460
tal vez saliendo esté ahora...
Mas, dígame usted, señora...

 (Acercando algo la silla.) 

¿cuándo vendrá su marido?
SALVADORA
Antes que salga... la aurora.
DIEGO

 (Acercándose un poco mas.). 

¡Y bien!...
SALVADORA
¡Mire, que me pisa!...
465
DIEGO
Es que estoy... algo rehacio...

 (Se levanta.) 

porque tengo... ¡tanta prisa!
¿se ríe usted?... ¿y esa risa?...
SALVADORA
Es... porque estoy muy despacio.
DIEGO

 (Aparte. 

Entonces... tendré paciencia... 470
y... ¡lléveme Barrabás!)
Pero... ¿vendrá don Tomás?...
SALVADORA
Si usted no le dá escelencia,
tal vez tarde un poco mas.
DIEGO
Señora... ese tratamiento 475
lo guardaba el alma mia
para el mas bello portento...
¡para usted!
SALVADORA
¡Quién lo diria!...
¡Escelente pensamiento!...

 (Se levanta.) 

      ¡Já! ¡já! ¡já! 480

 (Se ríe dirigiéndose á MARTA y le dice aparte:) 

¡Me obliga á reir sin ganas,
y á no ser tan insensato,
me estuviera dos semanas
oyendo á este candidato!...
DIEGO
No hable usted en voz tan baja, 485
porque soy algo teniente...
MARTA
Tiene razon: fuera paja...
y al grano directamente.
DIEGO
¿Y cómo encontraré el grano?
MARTA

 (Aparte á SALVADORA, que se ríe con MARTA.) 

¡Vaya una estraña pregunta!... 490
Pasándose usted la mano...
—38→
de la nariz por la punta.
DIEGO
¿Qué, se ríe usted de mí?...
SALVADORA
¡Marta!... ¡no eres cosa buena!
DIEGO
¿Le ha dicho á usted algo?
SALVADORA
Sí:
495
que llueve...
MARTA
Pero no truena.
DIEGO
¿Llueve mucho?
SALVADORA
Poca cosa:
yo no me mojo á lo menos.
DIEGO
Lo siento; porque hay terrenos,
en que es mas linda una rosa 500
con el agua y...
SALVADORA
¡Con los truenos!
¡Si tendré la cara sucia,
y querrá usted que me lave!...
Voy á verlo, voy... ¡quién sabe!
¡Me habla usted con tanta astucia! 505
 

 (Se marcha.) 



ArribaAbajoEscena IX

 

DON DIEGO. MARTA.

 
DIEGO
Irá á mirarse al espejo,
por ver si está bien peinada...
¡Lástima que esté casada
con un marido tan viejo!...
No es muy tonta, pero en fin, 510
sus instintos labradores
han cogido aun pocas flores
del cortesano jardin.
Y es preciso interesarla,
que me tiene mucha cuenta... 515
Veremos si la sirvienta
me ilumina con su charla.

 (A MARTA.) 

¡Muchacha!... ¿siempre riendo?
MARTA
Me río... de mis apuros.
DIEGO

 (Sacando el bolsillo y dinero de él.) 

¿Te hacen falta cuatro duros? 520
  —39→  
MARTA
Señor... yo compro y no vendo.
DIEGO
¿Qué compras?... ¿puede saberse?
MARTA
Lo que venden por las plazas,
y en casa suele comerse.
DIEGO
¿Y qué vendes?...
MARTA
Calabazas.
525
DIEGO

  (Ofreciéndole cuatro duros.) 

Vamos, toma... que te aprecio.
MARTA
¿En cuánto... en veinte pesetas?
valgo mas...
DIEGO
No hables tan recio.
MARTA
Ni en mil.
DIEGO
Demasiado aprietas.
¿Estás mucho tiempo aquí?... 530
MARTA
¿Aquí?... desde que entró usté.
DIEGO
¡No es eso!
MARTA
¿En la casa?
DIEGO
Sí.
MARTA
Estoy... desde que yo entré.
DIEGO
¡Es muy torpe tu talento!
MARTA
De una pobre labradora... 535
DIEGO
Dime, ¿y qué labras ahora?...
MARTA
Lo que es en este momento...
el honor de mi señora.
Pero hácia aquí vuelve ella.


ArribaAbajoEscena X

 

Dichos. SALVADORA.

 
SALVADORA

 (Sorprendiéndole con el dinero en la mano.) 

¿Y eso?... ¿Cómo usted tan franco? 540
DIEGO
¿Yo?... mandaba á la doncella...
por cigarros al estanco.
SALVADORA
¿Es cierto?
DIEGO
No me equivoco...
ya ve usted... ¡cosa de humo!...
SALVADORA

 (A MARTA.) 

¿Y tú?
MARTA
Lo pensaba un poco...
545
ya ve usted... ¡como no fumo!...
SALVADORA
Bien está: márchate fuera.
 

 (Se marcha.) 


  —40→  

ArribaAbajoEscena XI

 

SALVADORA. DON DIEGO.

 
DIEGO

 (Aparte.) 

¿Quiere que nos deje solos?
La ocasion, sin duda, espera
de firmar los protocolos. 550
SALVADORA
¡Caballero!...
DIEGO
¡Prenda mia!...
SALVADORA

 (Aparte.) 

¡Qué necio!... ¡Válgame Dios!...
Ya estamos solos los dos...
que era lo que usted queria.
DIEGO
Si mi corazon no miente, 555
creo que al fin he vencido...:
SALVADORA
¡Como es usted tan valiente!...
DIEGO

 (Aparte.) 

Ataquémosla de frente,
y es negocio concluido.
Señora...
SALVADORA
Señor...
DIEGO
Me obliga
560
mucho tan grata merced.
SALVADORA
¿Qué es eso, qué?... diga usted...
DIEGO
¡Qué quiere usted que yo diga!...
Estas pupilas de fuego...
y ese rostro encantador... 565
¿qué revelan desde luego?...
 

 (Muy apasionado.) 

SALVADORA

 (Con mucha intencion.) 

Que es mi marido elector...
y usted... el señor don Diego.
DIEGO

 (Sorprendido en alto grado.) 

¡Vaya una ocurrencia rara
y de malicia no poca!... 570
¡Si tendré escrito en la cara
el nombre que usted invoca!...
SALVADORA
En la cara no: en la boca.
DIEGO
¡Señora!... ¿y podré saber
qué quiere darme á entender 575
esa entonacion tan séria?...
SALVADORA
Sí: que aunque pobre mujer,
tengo voto... en la materia.
—41→
Y por mas que poco valgo,
y estoy de esperiencia falta, 580
ya ve usted, señor hidalgo,
que á veces la liebre salta
donde menos piensa el galgo.
DIEGO
Pero, señora, ¿esto qué es?
¿Cómo trocó usted tan pronto 585
por su desden mi interés?...
SALVADORA
¡Hombre, no sea usted tonto!...

 (Aparte. 

¡Dios mio, y qué torpe es!...)
Mire usted: al poco rato
que entró en esta habitacion, 590
conoció mi buen olfato
que era usted el candidato
de la presente eleccion.
Y queriendo poner tasa
al mal humor que á una asedia, 595
mientras la velada pasa,
hizo un papel... de comedia
la que es ama de su casa.
DIEGO
Por cierto, á fé, que en mal dia
quien tan rendido os adora 600
mereció, señora mia...
SALVADORA
Suprimid la señoría,
que soy solo... Salvadora.
DIEGO
Salvadme, pues, del naufragio
que advierto entre mil escollos, 605
si pierdo vuestro sufragio...
SALVADORA
Qué bien dice aquel adagio:

 (Aparte.) 

«¡el hambre sueña con bollos!»
DIEGO

 (Aparte. 

No saliendo de este apuro,
mucha impericia denoto...) 610
Señora... os amo... ¡lo juro!...
SALVADORA

 (Riéndose.) 

Muy bien: mas no doy el voto.
DIEGO

 (Aparte.) 

Aun queda un medio seguro.
Ni quiero votos, ni nada...
y si por un desvarío 615
pedíle el suyo á mi amada....
hoy á esos piés... está el mio.
 

(Se arrodilla, y aparece TOMÁS en el acto.)

 

  —42→  

ArribaAbajoEscena XII

 

Dichos. TOMÁS.

 
TOMÁS
¿Y á qué hora es la votada?...
DIEGO

 (Aparte levantándose.) 

¡Tomás!... ¡estoy aterrado!...
TOMÁS

 (Con calma.) 

¡Vamos!... ¿qué me dice usté? 620
DIEGO
Como llevo este calzado...
iba andando... resbalé...
y... héteme aquí...
 

(Se arrodilla ante TOMÁS de una manera ridícula.)

 
TOMÁS
¡Arrodillado!
¡de bien particular modo!...
DIEGO
Solo estoy aquí... un momento. 625
Como llueve...
TOMÁS
¡Sí!... ¡y hay lodo!...
¡Desde el contiguo aposento
lo estuve escuchando todo!

 (Con resolucion.) 

¡El sombrero... y á la calle!
DIEGO
Pero, señor... fué una broma... 630
TOMÁS
Nada... nada; punto y coma...
antes, don Diego, ¡que estalle
el volcan que al pecho asoma!
¿Y usted ya de mí qué espera?
cuando es cosa bien sencilla 635
que mal diputado hiciera
el que dobla la rodilla...
¡ante un ídolo cualquiera!
DIEGO

  (Tomando el sombrero.)  

Pues bien: no me desanimo:
que en cosas electorales, 640
cuando se pierde un arrimo...
SALVADORA

 (Irónicamente.) 

Puede encontrarse el de un primo,
de influencias especiales.
DIEGO
¿Y qué primo es ese?... ¡Hola!
comprendo, al fin, cuanto pasa... 645

 (Dándose una palmada en la frente.) 

TOMÁS
¡Dale, bola!... ¡dale, bola!...
—43→
¿Le habrá de echar de mi casa
el cañon de esta pistola?...
 

(Sacándola del bolsillo de los zaragüelles, y apuntándole á DON DIEGO, que se marcha.)

 
SALVADORA
No hagas caso de bravatas,
ni en un conflicto nos metas 650
que en la cuestion de que tratas,
á quien busca papeletas,
no votando... ¡ya le matas!
 

(Quitándole la pistola, y disparándola por la ventana.)

 
Disparémosla hácia el cielo...
que allí no llega la bala... 655


ArribaAbajoEscena XIII

 

A la esplosion del tiro acude MARTA alborotando, y se deja caer en una silla medio desmayada. Ladra el perro, y entra un vecino á preguntar qué sucede.

 
VECINO
¿Qué es esto?
SALVADORA
Nada, Carmelo.
MARTA
Señora... ¡yo estoy muy mala!
¡Un susto tengo de muerte!...
VECINO
Pero, en fin, sepamos qué es...
TOMÁS
Nada... nada... ya lo ves... 660

  (A MARTA.) 

No lo tomes tú tan fuerte.
Descolgando la chaqueta
que tenia... allá detrás...
vino al suelo una escopeta...
salió el tiro... y... nada mas. 665
VECINO
¿Pero no hay desgracia grave?
TOMÁS
Ni desgracia, ni fortuna.
VECINO
Me alegro.
TOMÁS
A mí mal me sabe
no llorar, al menos, una.

  —44→  

ArribaEscena XIV

 

Dichos, BLAS, MIGUEL, ANTONIO y todos los demas que hayan tomado parte en las escenas anteriores.

 
BLAS

  (Entrando con los demas.) 

 (A TOMÁS.) 

¿Don Diego está por aquí? 670
TOMÁS
No lo he visto.
SALVADORA

 (Interrogada por BLAS con la vista.) 

Yo tampoco.
BLAS
Pues si me ha dicho hace poco...
¿No es verdad, Antonio?...
ANTONIO
Sí.
TOMÁS
No le nombreis, ni aun en broma,
para que esto en paz concluya. 675
TOMÁS
¿Pues y la votada?...
TOMÁS
¡Toma!...
esa cuenta es cuenta tuya.
BLAS
¡Conforme está el pueblo entero,
por vida de Belcebú!...
TOMÁS
Quien conforme está... eres tú, 680
que el otro no es mas que un cero.
BLAS
Un desengaño, y bien gordo,
verá usted, si no está ciego...

 (Volviéndose á los compañeros.) 

¿A quién quereis?...
TODOS

 (Gritando.) 

¡¡¡A don Diego!!!
TOMÁS
Es que yo estoy tambien sordo... 685
No vengas con farsas, Blas;
ni con pueblos, ni... en resúmen,
¿yo votar?... aunque me emplumen,
ni mañana, ni jamás...
El Pueblo, segun discurro, 690
retrato es muy parecido
del niño que hace de burro
para que otro alcance un nido.
Y mientras muy satisfecho
sirve de cabalgadura 695
esperando en tal postura
un pájaro en su provecho,
atrapa el otro la breva,
en el seno se la mete,
—45→
baja, le pega un cachete, 700
y hasta la paja se lleva.
Y en pago de su trabajo,
deja al pobre compañero
llorando allí, boca abajo,
sin pájaro... y sin sombrero. 705
BLAS
¡Bah! ¡bah! ¡bah!... sea usted franco...
no busca usted la paz, no.
TOMÁS
¿Y tú, Blas, qué buscas?
BLAS
¿Yo?...
el bien del pueblo...
TOMÁS
¡El estanco!
SALVADORA

 (Colocándose entre los dos.) 

¡Vaya!... ¡no deis mas que hablar, 710
Blas Mendoza y Tomás Ponce!...
¡que son lo menos las once,
y es hora ya de cenar!...
y de al Público rogar
disimule sus agravios, 715
ya que de rústicos labios,
entre algunas necedades,
salen á veces verdades...
que no las dicen los sabios.




 
 
FIN.
 
 


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