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Babilla. f. Cuando a consecuencia de una luxación o de una fractura, descuidadas o mal curadas, la coaptación o consolidación no se efectúan o se verifican viciosamente, se dice en lenguaje vulgar que esto acontece porque la parte afectada o el hueso han criado BABILLA. Ésta es en las fracturas el callo que formándose separadamente en cada fragmento impidió la unión. En las luxaciones es la linfa plástica que a consecuencia de la desgarradura de los   —41→   tejidos y de la hemorragia consiguiente, se organizó, y adhirió viciosamente las partes luxadas o los tejidos cercanos.

«Los diestros cirujanos componen el hueso luego que se disloca, y lo entablan luego que advierten la fractura, porque si no, cría babilla y se imposibilita la cura» (PENSADOR, Periquillo, tom. I, cap. 14, p. 184).

Se emplea también la frase metafóricamente (como en el texto citado) para expresar que se debe corregir a los niños desde pequeños, y extirpar en ellos cualquier vicio antes de que tome cuerpo.

Baboseado, da. adj. Tratado ya por muchas personas. Materia BABOSEADA, aquella sobre la cual se ha escrito mucho. Negocio BABOSEADO, el que se ha propuesto a varios, sin lograr concluirle con alguno.

Baboso, sa. adj. Soso, que se queda mirando con cara de bobo.

«Haces muy bien, niña, de entretenerte con esos babosos» (PENSADOR, Quijotita, capítulo 20).

Babucha. f. Especie de zapato de pala alta cerrada con un cordón. Hácese de paño o tela semejante, con punta de cuero, y es el calzado ínfimo de las mujeres pobres.

«Cambiando el zagalejo á media pierna por un túnico largo; el rebozo calandrio por un tápalo de lana, los zapatos de raso blanco por unas babuchas negras» (Astucia, tom. I, capítulo 14, p. 304). «La levita de un desvalijado se convertía en toquillas á la mañana siguiente, ó en cortes de babuchas y botines» (FACUNDO, Gentes, tom. I, cap. 14).

Bacinica. f. En México significa exclusivamente orinal.

«Salió á llevarles bacinicas» (Astucia, tomo I, cap. 15, p. 324). «La bacinica, tenía un dedo de sarro» (Id., tom. II, cap. 15, p. 129).

Cuba. PICHARDO, p. 32; MACÍAS, p. 119. Guatemala. Batres (art. Batidor, p. 131), cita un autor que usa esta palabra, al parecer en nuestra acepción.

Bachichas. f. pl. fam. Restos, sobras que dejan los bebedores en los vasos. Por traslación se dice de una cosa despreciable, es una BACHICHA.


«Porque yo no me ataranto
Soñándome caldo y sopa,
Y dispertando en cazuela
Con la bachicha y las sobras».


(G. PRIETO, Musa Callejera, «Romance», pp. 239-40)                


Bachillerear. a. joc. Dar repetidas veces y con insistencia el título de bachiller hablando con persona que le tiene: análogo a Señorear.

«Todo ese tiempo fué un continuo bachillereamiento. ¡Válgame Dios y lo que me bachillerearon ese día! Hasta las viejas y las criadas de casa me daban mis bachillereadas de cuando en cuando» (PENSADOR, Periquillo, tom. I, cap. 5, p. 57).

Bagacera. f. El patio donde, en los ingenios de azúcar, se seca al sol y se guarda el bagazo de la caña. Sólo la gente muy rústica dice gabazo y gabacera. La primera de estas palabras se registra en el Diccionario. Pichardo asegura que «nadie dice gabazo», y lo confirma Macías. La Academia usó antes esta palabra en el art. Fraile (4.ª acep.) y últimamente (12.ª ed.) la sustituyó con bagazo; pero llamar fraile a éste es cosa que jamás he oído, por más que esté en Terreros y en el Diccionario de Autoridades.

BAGACERA se usa en el Perú (ARONA, página 54), y en Cuba (PICHARDO, p. 32; MACÍAS, p. 122).

Bagre. m. Pez de río y aguas dulces: es pardo por ambos lados y blanquecino por el vientre; carece de escamas; la cabeza es grande respecto al cuerpo, y tiene en la parte inferior de la boca unos hilos como el barbo. Varía mucho en tamaño, y llega al de una vara. Su carne es blanca, y para muchos agradable, por más que tenga cierto sabor a cieno. Parece que según el tamaño varían las especies: el más común entre nosotros es el Ictalurus Dugesii.

«El río tiene muchos pescados bagres, de arroba» (Descr. de Iguala, 1579, MS.). «Son como barbos de Castilla, que en lengua mexicana llaman tlacamichin, y por otro nombre llaman bagres, y en la lengua tarasca llaman curucha» (Descr. de Tancítaro, 1580, MS.).

ALCEDO, Vocabulario de las Voces Provinciales de la América, en el tom. V de su Diccionario.

Río de la Plata. GRANADA, p. 97.

Bajo. POR LO BAJO. m. adv. Cuando menos; quedándose corto. Esta alhaja valdrá POR LO BAJO cien pesos. Fulano tendrá POR LO BAJO cincuenta años.

Las locuciones bajo el punto de vista,   —42→   bajo el aspecto, bajo la base, bajo el pie, aunque tan censuradas, se mantienen firmes y cuentan con el apoyo de buenos escritores. Abundantes ejemplos de ello pueden verse en el incomparable Diccionario de Construcción y Régimen del Sr. Cuervo, y pudieran añadirse muchos más. El escrupuloso Baralt, que censuró estas locuciones, dijo bajo un mismo aspecto en su discurso de recepción en la Academia Española. Ésta usó la frase bajo el punto de vista en el artículo CERÁMICA de la 11.ª edición de su Diccionario (1869). Después la condenó en su Gramática (1880), y a pesar de eso quedó en el artículo CERÁMICA de la 12.ª edición del Diccionario (1884). Tan usadas son estas frases, que van perdiendo su extrañeza, y acabarán por arraigarse como tantas otras incorrectas, y aun barbarismos, incrustados ya en la lengua. Acaso algunas de las frases en cuestión pudieran defenderse tomando a BAJO como equivalente de la preposición debajo de, que significa con sujeción a personas o cosas. Bajo el punto de vista puede significar con sujeción al punto que se ha elegido para contemplar el objeto: bajo la base viene a ser bajo la condición; bajo el pie es inadmisible. Mas como las frases correctas no han caído en desuso, las otras no han ganado prescripción, y lo más seguro es atenerse a aquéllas.

Bala. NI A BALA. m. adv. usado familiarmente para asegurar que de ninguna manera ni por fuerza alguna se hará o consentirá una cosa. No iré NI A BALA. No lo soltaré NI A BALA.

Balanzón. m. Es acá un recogedor de hoja de lata o cobre, a manera de pala o de cuchara, por lo común cuadrado, con mango corto y con rebordes, excepto en el lado opuesto al mango. Sirve para coger dinero o grano y echarle en sacos. Si se emplea para levantar la basura del barrido, se llama recogedor.

Balcarrotas. f. pl. Mechones de pelo que los indios dejan colgar a ambos lados de la cara, llevando el resto de la cabeza rapado. Hoy se ven muy rara vez.

«Fueron los muertos trescientos hombres, unos ahorcados por el pescuezo, otros por las balcarrotas, y otros á cuchillos» (Diario de GUIJO, 1658, p. 407). [No comprendo cómo se pueda ahorcar a alguien por las balcarrotas: tendría entonces la palabra otra acepción que no alcanzo; o ahorcar se toma aquí simplemente por colgar]. «No expresan los autores que estos indios tuviesen el uso de las balcarrotas» (BEAUMONT, de Crón. de la Prov. de Mich., pte. I, lib. I, cap. 8). «Tenían cepos y prisiones donde tenían presos á los indios, los azotaban, y por castigo los trasquilaban, esto es, les mandaban quitar las balcarrotas; que era la mayor infamia que entre ellos había» (ID., ib., cap. 25). «El P. Cavo dice que se les mandó tusar [a los indios], y que [falta un no] trajesen balcarrotas» (BUSTAMANTE, ad. al Diario de RIVERA, p. 73). [El P. Cavo no mienta las balcarrotas; dice simplemente que «el virrey mandó que á los indios se les cortaran las melenas, y que trajesen el vestido y cabello á su usanza». Esto fue con motivo del tumulto de 1692].

Cuervo (§ 778) trae BALCARROTA como equivalente de patillas, y eso parecen.

Baldosa. f. «Especie de ladrillo fino, cuadrado, de diferentes tamaños, que sirve para solar» (Dicc.). A esto llamamos acá solera, y BALDOSA se toma comúnmente por losa.

«Cayó sobre las baldosas [de un patio] sin exhalar un grito» (G. VIGIL, Cuentos, p. 28). «La fuente secular [...] con surtidor de granito [...] del cual salía grueso chorro de agua cristalina [...] que cuando el viento [...] le hacía pedazos inundaba las baldosas del contorno» (DELGADO, Angelina, IX).

Balear. a. vulg. Tirotear, y aun se entiende de un fuego nutrido. Úsase más como pronominal.

«Haciendo desde ellas [las trincheras] los estragos que pudieron, baleando de una parte y de otra todos los días» (Gaceta de México, abril, 1736).

Rivodó (p. 22) pone este verbo entre los que faltan en el Diccionario.

Baleo. m. vulg. Tiroteo, fuego de fusilería.

Balero. m. «Boliche. Juguete de madera ó hueso, á manera de cáliz, cuyo pie remata en punta y lleva pendiente de un cordón una bola agujereada que se lanza de abajo arriba, procurando recogerla dentro de la taza ó ensartarla por su agujero en el pie» (Dicc.).

  —43→  

«Todos los juegos tienen su temporada: cuándo se había de jugar á las canicas, cuándo al balero» (MICRÓS, Ocios y Apuntes, p. 14).

En francés bilboquet.

V. CANICA.

Balotada. V. CABRIOLA.

* Banas. f. pl. Amonestaciones matrimoniales. Algunos escriben erradamente vanas. Viene sin duda de bannum, que en la baja latinidad significaba edicto, bando, y se formó de la radical sajona ban. El vocablo sólo tiene hoy uso en la frase dispensa de BANAS, o sea la que el obispo concede para que en casos especiales se omita esa lectura pública. Años atrás era casi de rigor la dispensa de BANAS en los matrimonios entre personas de cierto viso; hoy rara vez se pide.

«El sábado le dijo su padre que ya estaba conseguida la dispensa de vanas» (PENSADOR, Quijotita, cap. 23). «Tomado el dicho á mi novia, presentadas las informaciones y conseguida la dispensa de vanas, sólo restaba...» (ID., Periquillo, tom. III, cap. 6, p. 96). «[Dejó] al cura dinero para que sin pérdida de tiempo consiguiese dispensa de vanas» (Astucia, tom. I, cap. 15, p. 359). «Hoy nadie se casa sin dispensa de banas. -Porque así todo el mundo sabrá que hubo dispensa de banas» (FACUNDO, Chucho, tom. II, cap. 3). «Sí, eso es lo que se llama dispensa de banas» (ID., Jamonas, tom. I, cap. 3).

Esta palabra apareció por primera vez en la 12.ª edición del Diccionario, como propia de México. No lo es, sino más bien, anticuada en España. Los frailes españoles del siglo XVI la traían y usaban.

«Que los casos dificultosos matrimoniales que determinaren, determinados los envíen á sus iglesias, para que allí se hagan las banas é solemnidades del matrimonio» (FR. ALONSO DE ESCALONA, Petición a la Audiencia, 1570, apud Cartas de Religiosos de Nueva España, p. 102). «Y así se les avisa, que mientras se examinan sus casamientos y se van haciendo las banas, se aparejen ellos y se confiesen, como lo hacen» (Cód. Franc. [1570], p. 98, y pp. 106, 107, 108, etc.).

Banca. f. «Asiento de madera sin respaldo, y á modo de una mesilla baja», dice el Diccionario; y según el mismo, Banco es «asiento de madera, por lo común, con respaldo ó sin él, en que pueden sentarse á un tiempo algunas personas». Acá trocamos estos términos. BANCA es el asiento de madera o de hierro, con respaldo, en que caben, por lo menos, dos personas: las BANCAS de los paseos, de los teatros, de las iglesias. Por banco entendemos un asiento tosco, de madera, por regla general sin respaldo. Si es para una sola persona le llamamos también banquillo, aunque no sea el famoso de los acusados. De la cualidad de tosco debe exceptuarse el del piano, que también es banco o banquillo.

En Chile se hace igual trueco (RODRÍGUEZ, p. 54). En Guatemala se usan indistintamente banco y banca (BATRES, p. 124).

Banco. m. V. BANCA.

Banderilla. PEGAR UNA BANDERILLA, pegar un petardo, un parche.

Banderillazo. m. Petardo, parche, floretazo, o sablazo, como dicen hoy en España.

«Acabó por cansarlos á peticiones y banderillazos, y llegó á palpar frío el fogón de su cocina» (ROA BÁRCENA, Noche al raso, III, p. 46).

Bandolonista. m. Que toca con destreza el bandolón.

«Dentro de pocos meses salí un buen bandolonista» (PENSADOR, Periquillo, tom. I, cap. 10, p. 117).

Bañadera. f. Tina para bañarse.

«Sendas tazas de café, tamañas que una bañadera» (DELGADO, La Calandria, IV).

* Barata. f. Venta que se hace, a precios bajos, de los efectos de una tienda, con el fin de despacharlos pronto.

Barba. HACER LA BARBA. fam. Adular, obsequiar con fines interesados.

«Siempre en los pueblos hay algunos pobretones que hacen la barba á los subdelegados» (PENSADOR, Periquillo, tom. III, cap. 9, p. 149). «Me esforzaba cuanto podía por hacerle una barba finísima» (ID., ib., tomo IV, cap. 7, p. 99).


«Yo soy el adulador
Más grande que en estos tiempos
Haga con todo descaro
Muy buena barba á su dueño».


(MORALES, Gallo Pitagórico, p. 537)                


V. CRESTÓN.

* Barbacoa. f. «Amér. Carne asada en un hoyo que se abre en tierra, y se calienta como los hornos» (Dicc.). Con esta significación, dudo que sea   —44→   voz de América: la tengo por propia nuestra. Aunque Cuervo la trae (§ 776), no expresa lo que significa; y como la cree procedente de Cuba y Hayti parece indicar con eso que la toma en el sentido que allá le dan, el cual, según Pichardo (p. 34) es «Lugar en alto inmediato al techo de algunas casas rústicas, cuyo piso le forma un tablado tosco, sin puerta regularmente, y destinado, por lo común, á guardar granos, frutos, etc.». Esta definición corresponde a nuestro tapanco. V. MACÍAS, p. 139, ARONA, p. 58, y el Diccionario de PÉREZ HERNÁNDEZ, ad verb.

«Los indios tarascos [...] solían aderezar su pan de maíz cociéndolo en barbacoa, esto es, haciendo un hoyo en la tierra, poniendo una cama de piedras abajo y lo llenan de leña, y cuando está bien encendida, después que está algo apagada, echan la carne cubierta con masa de maíz sobre las mismas brasas y piedras: tápanla luego con otras piedras ardiendo, vuelven á cerrar así el hoyo, dejando estar de este modo el tiempo necesario para que se cueza bien la carne y la masa del maíz; y cuando está de punto de asado, sacan su masa en barbacoa, que comen en lugar de pan con la carne» (BEAUMONT, Crón. de la Prov. de Michoacán, pte. I, lib. 3, cap. 1). [El uso común es asar así la carne sola, sin mezcla de ese pan de maíz].

Barbaján. m. Persona rústica y tosca en lenguaje y modales.

«Quítese de aquí el payo bruto, barbaján, majadero» (PENSADOR, Quijotita, cap. 1). «¿Qué podrá ser sino un inculto barbaján, y acaso un vicioso perdurable?» (ID., ib., capítulo 14). «Pues dice que es un viejo payo, muy barbaján, grosero y celoso» (ID., ib., cap. 23). «¡Cómo! ¿esa niña se apasionó del contrabandista, de ese barbaján (Astucia, tom. I, cap. 14, p. 301). «¡Maldito barbaján este! se quedó murmurando el Buldog» (Id., tom. II, cap. 1, p. 8). «No me nace de corazón para marido: es muy barbaján» (Id., tom. II, cap. 1, p. 42). «¡Qué bruto eres y qué barbaján (Id., tom. II, cap. 5, p. 123).

Cuba. PICHARDO, p. 34; MACÍAS, p. 140.

Barbear. a. fam. Adular, y también mimar, hacer caricias y halagos para granjear cariño.

2. Tomar una res vacuna, particularmente si es pequeña, por el hocico y el testuz o el cuerno, y haciendo fuerza con las manos en direcciones opuestas, torcerle la cabeza hasta dar en tierra con el animal. BARBEAR becerros.

Barbecho. m. En España se dice «firmar como en un barbecho»: acá suprimimos del todo el un y también con frecuencia el como: firmó en BARBECHO.

«Nuestra viuda firmó como quien firma en barbecho» (PENSADOR, Quijotita, cap. 37).

V. CUERVO, § 601.

Barbero, ra. adj. Adulador bajo y a veces también halagador, cariñoso, hablando de un niño.

Cabalmente reñir quiero.
-Verás si te sé sangrar.
-Con tanto y tanto adular
Has aprendido á barbero.

(ROD. GALVÁN, El Privado del Virrey, act. IV, esc. 2)                


«Yo tampoco me he podido enojar [...] [contra el muchacho]. -Es medio barbero» (FACUNDO, Gentes, tom. II, cap. 14).

Barbiquejo. m. Barboquejo.

«Alzó el sombrero de Pepe, y á pesar de tener el suyo puesto y afianzado con el barbiquejo, hacía ímpetus de ponérselo encima» (Astucia, tom. I, cap. 11, p. 221).

Venezuela. RIVODÓ, p. 137. Guatemala. BATRES, p. 127.

BARBIQUEJO es voz marítima (Dicc. Marít.).

Barcada. f. No significa más que cargamento o viaje de una barca; pero los primeros religiosos daban ese nombre a las compañías o grupos de sus hermanos de hábito que venían de España en un navío.

«A cabo de ocho ó nueve meses que habían llegado los doce primeros á México, vinieron á ayudarles en la segunda barcada Fr. Antonio Maldonado...» etc. (MENDIETA, Hist. Ecles. Ind., lib. III, cap. 29). «Estos siete nueves operarios con otros compañeros que vinieron en segunda barcada...» (BEAUMONT, Crón. de la Prov. de Mich., pte. I, lib. 2, p. 566). «Como sucesivamente venían copiosas barcadas de misioneros...» (ID., ib., pte. I, lib. 2, cap. 31).

Barceloneta. m. Dase en México este nombre a los franceses dueños o dependientes de tiendas de ropa, porque generalmente vienen de Barcelonette. Son por lo común jóvenes hábiles, honrados y trabajadores, que al cabo de algunos años de asiduo trabajo suelen reunir capitales respetables, con los cuales se retiran de los negocios, dejándolos a sus compañeros más adelantados,   —45→   quienes a su vez hacen lo mismo. También se oye decir Barceloneto.

E. Chabrand, uno de ellos, ha publicado un curioso libro intitulado: De Barcelonette au Mexique (París, 1892).

Barcina. f. En las dos acepciones que le da el Diccionario no es sólo de Andalucía, sino también muy usado en México. Una BARCINA de paja.

Es también la redecilla con que se cubre el hocico de un buey que trabaja en sembrados o en la trilla, para que no coma las plantas o la paja: lo cual fue prohibido en la Ley antigua. (Deuteronomio, cap. 25).

Bardaje. (¿Del ital. bardascia?). m. Sodomita pasivo.

«Y el que condenaba á estos por gente indigna de la vida que vivía, no se olvide del Emperador Adriano, que no sólo fué notado de este vicio, pero al mancebo que le servía de bardaje, después de muerto le hizo adorar como dios» (TORQUEMADA, Monarq. Ind., libro XII, cap. 11).

Traele el Diccionario de Autoridades apoyado con texto de Quevedo. Covarrubias dice bardaxa, y lo mismo Cristóbal de las Casas. También se halla en Camargo, Hist. de Tlaxcala, cap. 16.

Barilla o VARILLA. f. Conjunto de mercancías de un buhonero o gorgotero.

«Con mi barilla andaba de plaza en plaza» (Astucia, tom. I, cap. 13, p. 274).

Barillero o VARILLERO. m. Buhonero, gorgotero.

«Y ese prieto que se acaba de sentar, á quien le nombran el barillero, pues con el pretexto de vender chácharas se junta con los caminantes y los introduce bonitamente á las emboscadas que él ó sus aparceros tienen dispuestas» (Astucia, tom. I, cap. 12, p. 225). «Unos versos de mi puño y letra con mi firma, que copié de unos versos que había comprado á un barillero» (Id., tom. II, cap. 1, página 12). «Una tabla entera de botes de pomadas rancias que compraba á los barilleros» (Id., tom. II, cap. 5, p. 129). «D. Jacobo ha sido alternativamente impresor, varillero, ayudante del alcaide de la cárcel, por cierto mal negocio; después jicarero, encargado de pulquería, y últimamente ha sentado plaza de arbitrista» (FACUNDO, Ensalada de Pollos, tomo I, cap. 1). «El surtidor especial de la servidumbre de la casa era un varillero. Este varillero se llamaba Angulo» (Id., Gentes, tomo I, cap. 14).

Barra. f. «Rollo de oro, plata ú otro metal sin labrar» (Dicc.). Entre nosotros la barra de plata pura, plata mixta u oro tiene la forma de una artesa, y su peso legal máximo es de 135 marcos. Si son de plomo se llaman galápagos, si de fierro zamarras, etc.

Dice también el Diccionario: «Min. Amér. Acciones ó participaciones en que se dividía una empresa para el laboreo de alguna mina». Esa división subsiste todavía. BARRA es la unidad elegida para expresar la representación en la propiedad de las minas de compañía. Según la Ordenanza de 1793, esa propiedad se divide en veinticuatro BARRAS, unas aviadoras y otras aviadas. Las primeras son las que llevan anexa a la posesión la obligación de contribuir proporcionalmente a los gastos de la empresa; las segundas, sin tener esa obligación, tienen derecho a participar proporcionalmente de las utilidades, después que se han cubierto los gastos de explotación. En algunos minerales se usa otra especie de BARRAS, llamadas viudas, que disfrutan privilegios especiales, siendo el principal el de percibir la utilidad que les corresponde, antes de estar reembolsado el capital. Actualmente se acostumbra sustituir las BARRAS con acciones, que casi siempre se relacionan con la división en BARRAS, por ser ésta la más general y conocida.

Barrenar LA LEY es, en lenguaje periodístico, quebrantarla el poder público.

«No hay un arbitrio mejor para barrenar las leyes y dejar sin efecto las garantías de los ciudadanos, que las facultades extraordinarias» (MORALES, Gallo Pitagórico, p. 234).

Guatemala. Batres, p. 129, art. Bastardear, usa esa frase.

Barreno. LLEVAR o SEGUIR EL BARRENO, acomodarse al gusto o humor de alguno, aparentar que se aceptan sus opiniones, y se sigue su dictamen; ya sea por no convenir exasperarle, por burla, o por lograr algún fin.

«Como me vieron tan jovial, y que lejos de amohinarme les llevaba el barreno, se hicieron todos mis amigos» (PENSADOR, Periquillo,   —46→   tom. II, cap. 4, p. 67). «¡Cáspita! dijo el capitán, volviendo á tomar otro sorbo de vino, y llevándole el barreno, como suele decirse, á nuestro filósofo» (PAYNO, Fistol, tom. II, capítulo 8). «Le vamos á seguir el barreno» (Astucia, tom. I, cap. 15, p. 353).

BARRENO significa «vanidad, presunción ó altanería». Tal vez de esta acepción venga nuestra frase, que se asemeja mucho a la de halagar la vanidad.

Barrerse. pr. Hacerse a un lado violentamente el caballo, por haberse espantado con algún objeto.

«Pero barrióse el hidalgo con todo y rucio» (ROA BÁRCENA, Noche al raso, V, p. 89). «El caballo se barrió con ímpetu desesperado» (FACUNDO, Gentes, tom. III, cap. 4). «Dijo mi caballo: por aquí, y que se barre» (ID., ib., tom. IV, cap. 3).

Barreta. f. No le usamos como diminutivo de barra, sino para designar especialmente la barra de hierro, de que se sirven los albañiles, terminada por un extremo en punta y por el otro en una especie de paleta. Ha venido a ser proverbial la barreta de la Reforma, por lo mucho que demolió.

Barrial. adj. Aplicado a la tierra gredosa o arcillosa, no está aquí anticuado: también se usa como sustantivo. En el sentido de barrizal o lodazal no se oye nunca. Verdad es que no usamos barro por el lodo del suelo.

Barriga. TENER BARRIGA DE ALMOFREZ, se decía familiarmente de quien come mucho, con alusión a lo mucho que cabía en los antiguos almofreces o almofrejes. La frase está anticuada, por no usarse ya los almofreces, y hoy se dice tener BARRIGA, o tripa, de músico.

A BARRIGA LLENA CORAZÓN CONTENTO, ref. que además de su sentido recto da a entender que una ganancia templa mucho un pesar.

«Ya se ve, que habrán oido decir que los duelos con pan son menos, y que á barriga llena corazón contento» (PENSADOR, Periquillo, tom. I, cap. 5, p. 56).


«El sabio y el gañán ese portento
Celebran exclamando:
¡Barriga llena, corazón contento!».


(FACUNDO, La Digestión)                


Barrilaje. m. Conjunto de barriles. Jamás decimos barrilame ni barrilería (1.ª acep.).

Bartolina. f. Calabozo estrecho, oscuro e incómodo.

«Se providenció por S. E. que la Nobilísima Ciudad diese sitio competente para fabricar una casa [cárcel] con las viviendas necesarias, calabozos, bartolinas, pulguero y demás necesarias» (Diario de CASTRO SANTA-ANNA, 1757, tom. III, p. 123). «A la presidenta de la cárcel la metieron en una bartolina» (Diario del ALABARDERO, 1782, p. 145). «Mandó el Sr. Virrey Gálvez que sacaran á D. Pedro Varón, que era cachupín, que estaba también en capilla, el cual estuvo ocho horas, y lo metieron en una bartolina» (Id., 1784, p. 189). «Su franqueza le valió su primera persecución política, pasando algún tiempo en la ex-Inquisición en la bartolina llamada del Diablo» (ZARCO, pról. al Gallo Pitagórico, p. VIII). «Una horrorosa bartolina que por su hediondez, poca luz y sabandijas en que abundaba, había quedado en total abandono» (Astucia, tom. II, cap. 7 bis, p. 227).

V. SEPARO.

Basalicón. m. Así llamamos todos al ungüento que según el Diccionario vulgar es Basilicón. En el de Autoridades (1.ª ed.) se dice que Basilicón es lo mismo que BASALICÓN. En Terreros hallamos que «muchos dicen en castellano BASALICÓN». Salvá considera como anticuada esta forma, que también se usa en Cuba (PICHARDO, p. 53; MACÍAS, p. 146).

Basto. m. Más usado en plural. Piezas de cuero sobre que descansa el fuste de la silla de montar, y defienden el lomo de la cabalgadura. Hácense de diferentes formas, y ordinariamente se forran de jerga o de zalea de cordero.

Batallero, ra. adj. fam. Bullebulle.

Batiboleo. m. fam. Bulla, batahola.

«Cuando regresé me encontré todo en revolución, los muebles en el patio, mi ropa asoleándose, mucho batiboleo de indios acarreando agua» (Astucia, tom. II, cap. 3, p. 66).

Batiburrillo. m. fam. Batiborrillo, baturrillo.

Lo mismo en Chile (RODRÍGUEZ, p. 59), en Cuba (PICHARDO, p. 53; MACÍAS, p. 150) y en Guatemala (BATRES, p. 130).

Bazar. m. «Tienda en que se venden productos de varias industrias, comunmente á precios fijos» (Dicc.).

Aquí se conoce por BAZAR la tienda   —47→   en que se compran y venden objetos de todas clases, casi siempre usados.

Bebidas. En este artículo comprenderemos los nombres de muchas bebidas y bebistrajos endiablados que antiguamente se usaron, algunos de los cuales todavía se gastan. En la Gaceta de México correspondiente al mes de febrero de 1736 hallamos: «El 18 se publicó y fijó en los sitios más públicos de esta Corte, de orden de S. E. Illma., y á súplica del capitán D. Sebastián de Aziburu y Aréchaga que administra el Asiento general del pulque blanco, un bando en que se incluye otro del Exmo. Sr. Marqués de Casa-Fuerte, Virrey que fué de estos Reinos, fecho en México á los 23 de Diciembre del año pasado de 1724, por el cual, conformándose con las Reales Cédulas, Leyes y Ordenanzas de S. M., se prohiben en un todo (bajo las penas de perdimiento de bienes, galeras, azotes y destierro) las aguardientes de maguey, de caña, de miel, cantincara, ololinque, mistelas contrahechas, vinos de coco, sangre de conejo, vinguíes, tepaches, mezcales, guarapo, vingarrote y demás, sean las que fueren, aunque por sus nombres no se expresen, por componerse de asquerosos, nocivos ingredientes, de que se originan graves y frecuentes ofensas del Altísimo, notorio daño á la salud, y grande quebranto al Asiento del Pulque, pues hoy se vende menos que antes, por la abundancia que de los sobredichos brebajes se despende; y asimismo se manda librar despachos de ruego y encargo á los Illmos. Sres. Obispos, sus Provisores, Jueces Eclesiásticos, etc., para que publicando censuras contra los transgresores, concurran á lo que es tan del servicio de ambas Majestades».

D. Manuel José Garay escribió en 1787 una obra que no llegó a imprimirse, y cuyo título es Breve Compendio del Juicio Criminal, y fácil método de sustanciar las causas. Lo que hay allí de curioso es la nomenclatura de las bebidas embriagantes, cuyo uso y abuso caía bajo la jurisdicción del juez privativo de bebidas prohibidas, que lo era el capitán de la Acordada. Helas aquí al pie de la letra:

  1. Aguardiente de S. Luis de la Paz. De uva.
  2. Id. de frutas, v. gr. durazno, pera, etc.
  3. Id. de uva silvestre, fermentado con la raíz llamada xixique.
  4. Binguí. Bebida fermentada extraída de la cabeza del maguey, asada y fermentada en una vasija que haya tenido pulque.
  5. Bingarrote. Aguardiente destilado del binguí.
  6. Cerveza, compuesta de cáscaras de piña, clavo, pimienta, cominos, culantro y azúcar, fermentada en un barril que haya tenido aguardiente.
  7. Charagua. Bebida fermentada de pulque viejo, dulce, chile colorado y hojas de maíz tostadas, fermentada al calor de un fuego suave.
  8. Charape. Bebida fermentada de pulque, panocha blanca, canela, clavo y un poco de maíz infundido dentro de un lienzo. Se fermenta medio día.
  9. Chilocle. Bebida fermentada de pulque, con chile ancho, epazote, ajo y sal.
  10. Chiquito. Bebida fermentada de tuna cardona.
  11. Chamuco. Id. de ciruela ú otra fruta, fermentada con agua y panocha.
  12. Copalotle. Id. de semilla de Pirú, madura, con pulque tlachique, fermentada por uno ó dos días.
  13. Coyote. Id. de pulque ordinario, miel prieta y palo de timbre.
  14. Excomunión. El mezcal, que se prohibió con esta censura eclesiástica por el Sr. Elizacochea, obispo de Michoacán.
  15. Guarapo. Bebida fermentada, compuesta del jugo de la caña de azúcar ó de maíz, con pulque, miel y una caliente de maíz. Se fermenta por cuatro días.
  16. Mantequilla. Id. de pulque con aguardiente y azúcar.
  17. Mezcal. Aguardiente destilado de la cabeza de cierta especie de maguey que no produce pulque, asada y fermentada. Á esta especie de maguey llaman en la Misteca yahuitziuque. Suele agregársele pulque y timbre, y se fermenta en cueros.
  18. Mezcal cola. El mismo, de la segunda destilación.
  19. Mezcal de pulque. Id. destilado del pulque tlachique, fermentado con miel de piloncillo.
  20. Mezcal resacado de cola. El mismo, destilado hasta reducirlo á la cuarta parte.
  21. Nochocle. Bebida fermentada de tuna, pulque fuerte y agua.
  22. Obo. Id. de esta fruta, que es una especie de ciruela silvestre.
  23. Ojo de gallo. Id. de pulque blanco, con agua y miel prieta, hervida con pimienta, anís y chile ancho, fermentada un día.
  24. —48→
  25. Ostoche. Id. de jugo de caña de maíz, con pulque ó panocha y palo de timbre.
  26. Peyote. Id. de una especie de biznaga que se cría en terreno seco y estéril, fermentada. Para darle más fortaleza se le echan unas hojas de tabaco y rebanadas de peyote. La usan particularmente los indios medio gentiles en sus bailes idolátricos.
  27. Polla ronca. Id. de pulque blanco, con zarzamora, capulín, pimienta y dulce.
  28. Ponche de pulque. Mixtura de pulque con agua de limón, clavo y nuez noscada.
  29. Pulque de coyol. El jugo de la palma llamada coyol.
  30. Pulque de obos. Composición de pulque mezclado con el obo, endulzado y colado.
  31. Cuauchán. Mixtura del pulque tlachique con la frutilla del Pirú, fermentado por cuatro ó seis días.
  32. Quebrantahuesos. Bebida fermentada del jugo de la caña de maíz, con la simiente de aquel nombre, tostada, y la del Pirú, fermentada por tres días.
  33. Revoltijo. Id. del jugo de la tuna y cáscara de timbre, ó la raíz llamada del pulque. Después de fermentado se le agrega mezcal.
  34. Rosoli. Aguardiente destilado de arroz, garbanzo tostado, cebada, canela y pulpa de cidra.
  35. Sendechó. Bebida extraída del maíz amarillo germinado y fermentado durante una noche. Después se pone á hervir durante el día, con piloncillo.
  36. Sidra. Bebida de manzana ó pera, fermentada durante tres meses.
  37. Sisique. Aguardiente destilado de pulque.
  38. Tecuín. Bebida fermentada de maíz negro tostado y piloncillo. Fermentado por dos días.
  39. Tecolio. Pulque mezclado con gusanos de maguey, tostados y reducidos á polvo.
  40. Tejuino. Bebida fermentada de tuna, con cáscara de timbre.
  41. Timbirichi. Id. de la fruta de este nombre.
  42. Vino de caña de maíz. Id. del jugo de ésta, endulzado con piloncillo.
  43. Vino de mezquite. Aguardiente destilado de la fruta de este nombre.
  44. Vino de palma. Bebida fermentada, extraída de los dátiles asados en barbacoa.
  45. Vino resacado. Aguardiente destilado del tronco del maguey, asado como para mezcal, fermentado en pulque.
  46. Vino de salvado. Id. destilado de esta sustancia, endulzada y fermentada.
  47. Vino tepeme. Bebida fermentada extraída de las pencas de un maguey angosto y silvestre, hervida con palo de mezquite. Bebida de indios.
  48. Vino de tuna. Aguardiente destilado de la tuna, mezclado con arrope de la misma.
  49. Yagardiza ó ponche de cidra. Bebida compuesta de agua endulzada, con limón ó naranja y cidra.
  50. Zambumbia. Bebida fermentada de cebada, endulzada con miel de furos ó panocha.
  51. Iliztli. Bebida fermentada del zumo de la caña en vasija de barro, mezclado de algunas yerbas irritantes.
  52. Tepache. Bebida compuesta de pulque blanco mezclado con miel de panocha hervida con anís.
  53. Tepache de ciruelas pasadas. Bebida extraída de esta fruta seca, infundida en agua hasta que se desbarata. Dilata la operación tres ó cuatro días.
  54. Tepache común. Bebida formada de los sedimentos que deja el pulque, desleidos en agua, con miel prieta, pimienta y una hoja de maíz.
  55. Chinguirito. Aguardiente destilado de la miel de caña de azúcar.
  56. Pulque.

(Suplementos MSS. a la Biblioteca de Beristain, por D. José F. RAMÍREZ)                


En esta lista faltan algunos de los nombres mencionados en la Gaceta, como cantincara, ololinque y sangre de conejo. Los dos primeros me son desconocidos. Sangre de conejo se llama todavía el pulque compuesto o curado con tunitas coloradas, lo que le da color rojo.

La raíz del pulque era la corteza de la planta llamada por los indios ocpatli o medicina del vino (de octli, pulque, y patli, medicina), que Hernández describe en el cap. 52 del lib. XVI. Añadían esa corteza al pulque para darle mayor fuerza, y por tal razón fue prohibido repetidas veces su uso, con graves penas.

«Cocido este licor [aguamiel] en tinaja, como se cuece el vino, y echándole unas raíces que los indios llaman ocpatli, que quiere decir medicina ó adobo de vino, hácese un vino tan fuerte, que á los que beben en cantidad embeoda reciamente» (MOTOLINÍA, Hist. de los Indios de N. España, trat. III, cap. 19).

En sus lugares haremos especial mención de las bebidas más usadas hoy.

Becerraje. m. Conjunto de becerros.

Belducazo. m. Herida dada con belduque.

«Saque pronto esa cajita, y enséñenos lo que tiene dentro, ó yo le saco las tripas de un belducazo» (PAYNO, Fistol, tom. II, cap. 12).

Belduque. m. Cierto cuchillo grande y puntiagudo. Parece que el nombre le vino de fabricarse estos cuchillos   —49→   en Bois-le-Duc (Holanda), que los españoles convertían en Bolduque. Hoy sólo el pueblo usa esta voz.

«Hiciéronles los Padres muchas caricias, diéronles sayales, cuchillos, velduques, navajas y otros utensilios y dijes» (Noticia de la California, tom. II, p. 324). «Marcharon algunos á cortar maderas para lanzas [...] en cuyas puntas acomodaron los dos soldados algunos cuchillos belduques» (Id., p. 411). «Padre (decían unos) danos maíz: Padre, otros, danos frazadas: otros, danos velduques, danos sayal» (Id., p. 473). «Veremos, dijo Culebrita; y dando un paso atrás echó fuera un belduque de más de una tercia de largo» (PAYNO, Fistol, tom. II, cap. 13). «Mi padre se puso de intermedio, y desenvainando un belduque que llevaba en la bota, le dijo con mucha socarra...» (Astucia, tom. I, cap. 9, página 176). «Volví á entrar á la sala empuñando frenético mi belduque» (Id., tom. II, cap. 6, p. 160). «¿Y quién le pegó? -Pos dizque un tal Machuca. -¿Con arma? -Pues yo creeré que con belduque» (FACUNDO, Baile y Cochino, cap. 8). «¡Mire! tanto belduque que me encajaron por aquí» (ID., Gentes, tom. III, cap. 3).


«La mano llevó al belduque;
Pero al fin la esquina tuerce».


(G. PRIETO, Musa Callejera, «Romancito», p. 152)                



«Camisa de puro lino
Y el belduque en el refajo».


(ID., ib., «Romance», p. 293)                



«Esto esperaba, maldito
Dijo echando espumas Chano,
Y desenvaina el belduque
Que llevaba en el refajo».


(ID., ib., «Romance», p. 296)                


Bogotá. (CUERVO, § 778).

Chile. «El cuchillo ordinario, de hoja comunmente puntiaguda, y con mango de madera y de una sola pieza» (RODRÍGUEZ, p. 59).

No hay que confundir a BELDUQUE con Balduque (cinta angosta que comúnmente sirve para atar legajos), aunque ambos nombres tienen igual origen.

Bellaco, ca. adj. Dícese de la cabalgadura que tiene resabios y es muy difícil de gobernar.

Río de la Plata. GRANADA, p. 106.

Bellota. f. Adorno de pasamanería que consiste en una piececita de madera, más o menos semejante a una bellota, y cubierta de hilo de seda o de lana. Un fleco con BELLOTAS.

Bembrillo. m. Membrillo. Trueco antiguo que se explica por el cambio común de labiales, de que cita ejemplos Cuervo en el § 680. V. BOFO.

«Frutas de Castilla hay duraznos, bembrillos, albarcoques». «Frutales, como son durazno, bembrillo, pera, albarcoque». «Hay árboles de durazno, bembrillo, manzano...» (Descr. de Citlaltepec, 1579, MS.).

En otro tiempo se dijo también bimbrera, por mimbrera. El Diccionario de Autoridades usa bimbres por mimbres en la definición de ALHAMEL; y le da artículo especial, con la ortografía vimbre, lo mismo que Covarrubias y el Vulgar.

Berbén. m. Escorbuto; mal de Loanda.

«Habiendo contraído en el viaje el común accidente de berbén, murió el día 24 á las once de la noche» (Gaceta de México, febrero 1739). «Movido este punto del pecho catolicísimo de nuestro rey, apiadándose de tantos vasallos cristianos que mueren de la enfermedad de berbén» (Noticia de la California, tomo II, p. 163). «Á algunos empezaba á afligir el mal de Loanda ó vervén» (Id., p. 358). «El Padre Ugarte no se había mojado desde la costa de los seris, ni se hallaba tocado del vervén» (Id., p. 363). «D. Antonio de Herrera se halló acometido de nuevo accidente que agravó el mal principal de vervén» (Id., p. 455).

V. TERREROS, ad verb., y art. LOANDA.

Berengo, ga. adj. Bobo, cándido. Dícese que este nombre vino del apellido del virrey D. Félix Berenguer de Marquina (1800-1803), quien era tenido por de pocos alcances, aunque de excelentes intenciones.

«Á cada paso me salía con que era insulso, insípido, berengo» (Astucia, tom. II, cap. 5, p. 115). «Á cada paso eran los regaños, tratándome de sandio, berengo, imbécil» (Id., p. 123).

Berrendo. m. Animal mamífero del orden de los rumiantes, familia de los bobidos, tribu de los antilopinos, que se encuentra en los Estados del Norte de la República. Tiene de color castaño la parte superior del cuerpo, y el vientre blanco. Es semejante al ciervo en lo esbelto, en la clase de pelo y en la cornamenta, que es ramosa. Vive salvaje, formando rebaños numerosos.

«Habiendo reconocido en este viaje muchas tierras, en algunas muchos berrendos, que son carneros cimarrones sin lana» (Gaceta de México, abril 1722). «En este intermedio se hallaron espaciosísimos llanos en que se mantiene   —50→   abundancia de berrendos (que como se ha dicho son como carneros sin lana), aunque se aprovechan de ellos los naturales muy poco, por la dificultad de su caza» (Id., junio 1722). «Salieron los soldados esta tarde á cazar, y trajeron un berrendo, de que abunda esta tierra: son animales como cabras monteses, que tienen las astas algo mayores que las cabras» (FR. FRANCISCO PALOU, Noticias de la Nueva California, pte. II, cap. 11). «Los verrendos son como cabras monteses: se llaman en ópata cubida. Andan en manadas, sólo en tierras limpias, y cuando no están pastando andan el uno tras del otro, por muchos que sean» (Rudo Ensayo... de la Provincia de Sonora, cap. III, sec. 5.ª). «También se encuentran venados, liebres, conejos y verrendos, que no dejan de abundar, aunque los indios matan muchos en sus cacerías» (Noticia de la California, tom. I, página 44).

Berrinchudo, da. adj. Que hace berrinches con frecuencia.

Guatemala. BATRES, p. 134.

Bestializado, da. adj. Convertido en bestia: más enérgico que embrutecido.

«Que el viejo, aunque no quiera, ha de ser sabio y muy prudente, con la mucha vida que ha vivido, por las experiencias grandes que tiene de las cosas de la vida; si ya no es que es tan torpe y tan bestializado con los vicios de ella, que no atiende á lo que la razón le dicta y enseña» (TORQUEMADA, Mon. Ind., libro XI, cap. 18).

Betabel. (Del francés betterave; del latín beta?). m. Mucho más usado que remolacha.

(MOTA PADILLA, Hist. de la N. Galicia, cap. XCIII, n. 9).

Bibliotecario. m. Autor de biblioteca (2.ª acep.). Está en Terreros.

Bicicleta. f. Especie de biciclo, del cual se distingue en que tiene dos ruedas medianas de casi igual diámetro, colocadas una tras otra. El movimiento se da con los pies a un eje separado que le trasmite a la rueda trasera por medio de una cadena sin fin. Es una plaga para los transeúntes, aparecida en México de poco tiempo acá.

Biciclo. m. Variedad del velocípedo, que, como su nombre lo indica, consta sólo de dos ruedas grandes, o de una grande y otra mucho más pequeña, colocadas en línea, una tras otra.

RIVODÓ, p. 51.

Bicha. f. El Diccionario no trae más que «BICHA. f. ant. Bicho». Acá llamamos ahora BICHA a una figura pequeña de mujer, que de ordinario sostiene un candelero. En esta forma se ponen en las barandillas de la crujía y del presbiterio en las catedrales.

«Se compone [la lámpara] de seis vichas que afianzan la cristería con sus resaltos y sobrepuestos de arquitectura: sobre las seis vichas salen otras tantas columnas que abrazan el manípulo [?] con otras seis vichas y sus sobrepuestos, hasta el remate» (Gaceta de México, agosto 1729). «Es preciso ver sus soclos y vasas [...] relieves, vichas [de un retablo]» (Id., junio 1735).

Cualquiera que consulte solamente el Diccionario vulgar creerá que esta acepción de BICHA es un provincialismo nuestro. Pero bien antigua es en castellano. En el Diccionario de Autoridades (1.ª edición) se lee:

«BICHO, ó BICHA. s. m. y f. Ciertas figuras de hombres ú de bestias, que se rematan de medio cuerpo abajo, cuando se fingen enteras, en otra forma de la que tuvieron al principio: como en follajes, peces, ó algún otro animal, según la idea que mejor ó más proporcionada parece al pintor, ó escultor, para mayor adorno de los lugares en que los emplea, que por lo ordinario suelen ser portadas de casas, grutas de jardines, y en la pintura en los cuadros de arquitectura. Lat. Monstrosæ figuræ eminentes, seu extantes in sculptura, aut pictura. CALD. COM. Fieras afemina Amor, Jorn. I. Revestidos de sobrepuestas bichas y florones de oro, en que venían sentados».

A esta autoridad puede añadirse otra, que aunque parece moderna, viene de documento del siglo XVII:

«Gaspar Ginés, entallador [recibió], por dos culebras, dos leones, seis bichas, las armas reales, y la figura del Santo Rey que coronaba la popa, 24 ducados» (FERNÁNDEZ DURO, El Arte Naval, p. 26).

También se encuentra la palabra en el Índice de los Términos privativos del Arte de la Pintura, que trae Palomino en su Museo Pictórico (1715): «Vichas. s. f. Figuras de medio arriba mujeres con alas, y de medio abajo terminan en pescado ó aves; de que se usa en follajes y otros adornos»; artículo que copió D. D. A. R. D. S. [Don Diego Antonio Rejón de Silva] en su Diccionario de las Nobles Artes (1788). Le adoptó asimismo Terreros, variando la redacción, y añadiendo: «Otros llaman también   —51→   vichas, etc., á los salvajes ó figuras que se proponen sosteniendo con sus espaldas alguna portada ó cosa equivalente».

En la segunda edición del Diccionario de Autoridades desapareció aquel artículo de la primera, sin duda por haberse creído que esa acepción era demasiado técnica para entrar en el Diccionario vulgar, y ha continuado desterrada de él. Las BICHAS de acá son simples figuritas de mujer, sin cambios ni añadiduras. V. el Diccionario Marítimo.

Bigardón, na. adj. Bigardo (2.ª acep.), que aquí no se usa. Es más bien sustantivo.

«Eres tamaño bigardón, y no sabes aún trabajar en nada» (Astucia, tom. I, cap. 13, p. 269).

Bigotera. f. JUGAR UNA BIGOTERA, pegar un chasco; jugar una mala pasada; dejar burlado a alguno.

Bilma. (Escrito también VILMA). f. Es muy usado por Bizma, y se califica de disparate; será, si acaso, forma anticuada.

«Es provechoso el zumo que de él sale [del ocotzoquahuitl], que es aceite espeso para sahumar y para heridas de cabeza, y para echar vilmas» (Descr. de Hueytlalpan, 1581, MS.). «Hay otra goma á que llaman tecomahaca, que es medicinal para toda frialdad, puesta como bilma» (Descr. de Zacatula, 1580, MS.). «Tienen asimismo unas cortezas de un árbol pequeño que llaman tecomasúchil, las cuales dicen que son buenas para el que tuviere dolor de pechos, de golpes, ó hinchazón, que lo muelen, y hecho una bilma con suchiolocotl, es bueno y sanan con ello» (Descr. de Huaxtepec, 1580, MS.). «¿Quién creerá que estas frívolas lisonjas eran las vilmas medicinales que aquellos tunantes aplicaban á mis golpes y magullones?» (PENSADOR, Periquillo, tom. I, cap. 8, p. 87).


«¿Que mire tu salita de alcancía
Y tus sillas con bilma, y un poblano
Petate do la alfombra presumía?».


(G. PRIETO, Poes. fest., «Contra el gran tono», p. 89)                


«BIZMA, lo mismo que bilma» (COVARRUBIAS).

Úsase en Cuba (PICHARDO, p. 53).

Bimbalete. (¿Corrupción de guimbalete?). m. Palo redondo, largo y rollizo, que sirve para sostener tejados, y otros muchos usos.

«El 16, en que se había puesto un volador de veinticinco varas de alto delante del obraje que llaman de Cansino, plazuela que hace espalda á el Colegio de Loyola, acaeció la muerte lastimosa de cuatro, de nueve indios que (ya próximos á desprenderse del seisavo en que estaban y sirve de devanadera á los cordeles de que penden para volar girando en su circunferencia) se tronchó el bimbalete por tres partes, y vinieron al suelo, sin que por lo intempestivo del suceso se pudiese evitar tan grande estrago» (Gaceta de México, agosto 1736). «La danza y baile que entre seis ú ocho forman sobre la punta de un palo [...] al modo de vinvalete, es tan horrible y espantoso, que llena de congojas y sustos al que lo mira» (GRANADOS Y GÁLVEZ, Tardes Americanas, p. 114).

Bimestral. adj. Que se hace o publica cada dos meses: periódico bimestral.

Binar. n. Decir dos misas (y aun tres) un sacerdote en los días festivos. Es concesión que se hace en atención a la escasez de clero.

Bingarrote. m. V. Bebidas.

«Suelen usar de otros brevajes que llaman Vingarrote, tepachi, tejuino, sin embargo de las censuras y penas contra los que tales bebidas fabrican» (MOTA PADILLA, Hist. de la N. Galicia, cap. LXV, n.º 3).

Binzas. f. pl. Llaman así los campesinos á los cordones espermáticos.

Birote. m. Pan compuesto solamente de harina, agua, sal y levadura.

«Dos birotes, un pambazo, y el alpiste para los pájaros: no se dilate» (MICRÓS, Ocios y Apuntes, p. 57).

Bisemanal. adj. Lo que se hace u ocurre dos veces por semana. Periódico BISEMANAL.

«Es de notar que la palabra bisemanal se ha introducido en el uso con una significación especial, pues se entiende como si fuera semisemanal, cuando parece que debiera ser cada dos semanas. Es curioso que igual cosa pasa en francés» (RIVODÓ, p. 52).

Por nuestra parte no hallamos esa anomalía. Semanal es lo «que se hace ó sucede semanalmente». Si a este adjetivo añadimos el bi = bis, dos veces, ya se deja entender que se hace o sucede dos veces semanalmente, o sea dos veces cada semana. Bimestral, trimestral, semestral, bienal y trienal, no se derivan directamente de mes o de año, sino de bimestre, trimestre, semestre, bienio y trienio,   —52→   que son ya voces compuestas, y la desinencia en al indica pertenencia a esos períodos. Si dijéramos bisanual todos entenderían que se trataba de dos veces cada año; pero no es necesaria la palabra porque tenemos ya semestral, que es su equivalente en la mayor parte de los casos. Lo mismo sucede con bimensual; súplese bien con quincenal, aun cuando en rigor no es equivalente exacto.

Bistec. m. Biftec. Los españoles han suprimido la s del original, y nosotros la f: váyase lo uno por lo otro; pero nosotros hemos suavizado más la áspera pronunciación del original.

Bitoque. m. Grifo, llave de agua: cánula de jeringa.

«Cada vecino toma el agua que necesita de cada uno de los bitoques de su uso privado» (FACUNDO, El Aguador, p. 68). «Tomas de agua con llave ó bitoque, ó simplemente un chorro continuo sin depósito» (ID., ib., página 80). «No tenía [el agua] más salida que la abierta de un bitoque» (ID., Vistazos, p. 149).

Bizbirindo, da. adj. Vivaracho, alegre, regocijado. Úsase también como sustantivo.

«¿Qué hace Vd. con una bizbirinda como esta, más que quererla?» (Astucia, tom. I, cap. 15, p. 327). «Eran tres pollas, que por lo delgadas de carnes, y lo bizbirindas y alegres, debían ser tres bailarinas de primera fuerza» (FACUNDO, Baile y Cochino, cap. I). «Pero en fin, eran unos ojitos bizbirindos y expresivos» (ID., ib., cap. 5).

Bizcar. n. Mirar bizco. Trae la voz Terreros.

«Entretanto, una mujer pecosa que bizcaba del ojo izquierdo, formaba el centro de un corrillo en el corredor» (FACUNDO, Ensalada de Pollos, tom. I, cap. 7). «Cisneros, que bizcaba del ojo izquierdo, tenía el derecho más reluciente que de costumbre» (ID., Gabriel, tom. II, cap. 1).

Bizcochería. f. Tienda en que se venden bizcochos y algunos otros comestibles, como chocolate, panales, etc.

«Les aconsejé que buscasen con empeño una velería, chocolatería ó bizcochería que traspasar» (PENSADOR, Quijotita, cap. 35). «Nunca le faltaba ó una estanquillera ó una dueña de bizcochería que lo auxiliara para la compra de guantes blancos» (PAYNO, Fistol, tom. III, cap. 2).

V. PLATÓN.

Biznaga. f. Planta de la familia de las cácteas, notable por estar reducida a un tallo muy corto, casi cilíndrico y sin hojas. Es planta propia de tierras más que templadas, y crece sin cultivo en los terrenos áridos. Las hay de varias especies; pero la más usada para acitrón es la Mamillaria sphærica. El acitrón es el tallo descortezado y confitarlo.

«Mencionaré la bisnaga. Esta es una mole vegetal en que se comprehende innumerable variedad: unas, en su mayor incremento, no llegan al tamaño de una naranja; otras crecen hasta seis varas, de forma que, vistas á distancia, parecen grandes peñascos. Lo particular de esta planta [...] es el que carece de hojas» (ALZATE, Gaceta de Literatura, febrero 15, 1788).


«Cuelgan de entre aquellas rocas
Toscas bisnagas salvajes».


(G. PRIETO, Poesías festivas, «Placeres campestres», p. 100)                


Blanqueada. f. Acción y efecto de blanquear.

«En toda revolución queda el palacio bastante agujerado, y aun á veces con un pedazo menos. El que gana le tapa los agujeros del mejor modo que puede, le da su blanqueada y su pintada, y ya lo tienes pintiparado para otra revolución» (MORALES, Gallo Pitagórico, páginas 327-8).

Blanquillo. m. Eufemismo que usan solamente los indios y la gente baja, en vez de huevo.

«Comeremos muchos blanquillos, buenos pollos» (Astucia, tom. II, cap. 13, p. 387).


Allí tampoco se puede
Llamar á los huevos, huevos;
Hay que llamarlos blanquillos...


(SOMOANO, p. 19)                


Bloc o Bloque. (Del inglés block). m. Trozo grande de piedra, natural ó artificial. Se dice; por lo común, del que está toscamente labrado en forma rectangular, como los que se destinan á formar el asiento de obras hidráulicas,

«Una cierta exaltación frenética y desgreñada levanta con soplo brutal y poderoso masas enormes de apóstrofes, invectivas, prosopopeya y visiones apocalípticas que ruedan como bloques de granito disparados por manos de gigantes» (MENÉNDEZ Y PELAYO, Ideas Estéticas, tom. V, p. 395).

La Academia no da entrada a bloc o bloque pero sí a blockhaus, en la singular forma castellanizada blocao.

  —53→  

2. Dase también el nombre de bloc a un librillo en blanco cuyas hojas, ligeramente adheridas unas a otras por un costado, pueden arrancarse con facilidad a medida que se necesitan para escribir recados o dar apuntes en ellas.

Boa. f. Rollo largo de piel (y a veces de pluma) con que las mujeres se rodean el cuello para abrigarse, dejando colgar por delante las puntas.

Bobo. (Huro nigricans). m. Pez de río cuyo mayor tamaño se acerca a dos pies de largo y cuatro o seis pulgadas de ancho. Su piel es negra y sin escamas: su carne blanca y con pocas espinas. Según Alcedo, se le dio el nombre de BOBO «por la facilidad con que se deja matar á palos en las orillas, acudiendo en tropas á las migas de pan que echan, y muchas veces con sólo mover el agua».

«Todos los años infaliblemente [...] baja por el río una cantidad increible de pescado, á quien llaman los españoles bobos, que es uno de los buenos é regalados pescados que hay en este reino» (Descr. de Veracruz, 1580, MS.).

Guatemala. BATRES, p. 135.

Bobón, na. adj. Aumentativo de bobo; sin gracia.

«Todo el día se está la muy bobona ó en la cocina, ó con la almohadilla, ó con el libro en la mano» (PENSADOR, Quijotita, cap. 6). «Los muy bobones se endrogan» (ID., ib., cap. 20).


«Más vale fea y con gracia,
Que no bonita y bobona».


(Copla popular)                


V. DESPULSARSE.

Boca. f. «Boca de fuego: cualquier arma que se carga con pólvora, y especialmente la escopeta, la pistola, el trabuco, etc.» (Dicc.). Por mi parte creo haber oído siempre aplicar esta denominación a las piezas de artillería, y no a las armas portátiles.

ABRIR TANTA BOCA, quedarse pasmado.

HACERSE DE LA BOCA CHIQUITA, rehusar con afectado desdén aquello mismo que se desea.

SABER LA BOCA A MEDALLA, haber estado mucho tiempo sin hablar.

«No obstante, á eso de las once Anita dijo, por lo bajo siempre, que le sabía la boca á medalla: con lo cual deseaba explicar, probablemente, ese sabor particular que se tiene cuando por un forzado silencio las secreciones de la boca han sido escasas» (FACUNDO, Gentes, tom. IV, cap. 2).

Bocadillo. m. Plato de dulce compuesto de leche con azúcar, hervida y batida hasta darle la consistencia necesaria para que pueda cortarse. Suele añadírsele coco o huevo, y entonces toma el nombre de BOCADILLO de coco, de huevo, etc..

Bocadito. m. dim. Por modestia designa la gente pobre con este nombre la comida. Cuando una infeliz mujer viene a arrimarse con otra igual, ésta no solamente la recibe, sino que suele asegurarle que no le faltará el BOCADITO, es decir, que además de darle alojamiento partirá con ella su comida.

V. ARRIMARSE.

Bocamanga. f. La abertura de la manga por donde saca la cabeza el que lleva aquella embrocada. Algunos extienden este nombre a la dragona (V.).

Bocarada. f. vulg. Bocanada.

«Al empezar á proferir una maldición, una bocarada de espumosa sangre que arrojó por la boca le privó de la vida» (Astucia, tom. II, cap. 6, p. 151). [El autor de este texto juzgó necesario advertir que las BOCARADAS se arrojan por la boca].

Úsase también en Bogotá: «En bocarada, que decimos en lugar del castiza bocanada, el cambio es más bien morfológico, debido á la analogía de cucharada, llamarada» (CUERVO, § 685). Y en Guatemala (BATRES, página 135).

Bocina. f. Cada una de las piezas de metal que, en forma cilíndrica, sobresalen hacia fuera en las mazas ó cubos de las ruedas de un carruaje.

Cuba. PICHARDO, p. 45; MACÍAS, p. 174.

Tal vez sea derivado, por cierta semejanza, de bocil o bocín, «pieza redonda de esparto que se pone por defensa al rededor de los cubos de las ruedas de carros y galeras».

Bodega. f. «En los puertos de mar, pieza ó piezas bajas que sirven de almacén á los mercaderes» (Dicc.).

No solamente en los puertos de mar sino en la ciudad de México y en toda la República se llaman BODEGAS esos   —54→   almacenes. Las BODEGAS son puramente depósitos de efectos; no se hacen ventas en ellas y mucho menos al menudeo; nunca se ha dado tal nombre a las tiendas de comestibles, aunque lo diga Somoano, p. 37.

Bodoque. m. Chichón, bollo; hinchazón de forma redonda que aparece en cualquier parte del cuerpo: Tengo un BODOQUE en el brazo.

2. Bulto duro que se forma en una cosa blanda.


«Y aquella cama... ¡qué cama!
Toda bodoques y bolsas».


(G. PRIETO, Musa Callejera, «Romance», p. 238)                


3. Cosa mal hecha: Esto es un BODOQUE.

Bofo, fa. adj. De uso constante en vez de fofo.

«En todas las lenguas es común el cambio de las labiales entre sí (b, p, f, v, m). Ejemplos en nuestro lenguaje bogotano son bofo, corrupción de fofo, budín, de pudín ó pudingo...» (CUERVO, § 680).

Guatemala. BATRES, p. 135.

Boje. m. y f. Simple, bobo.

BOJE se llama también (según Salvá) al boj, y como de esta madera suelen hacerse peines, de ahí se originó sin duda la frase vulgar (poco usada ya) de «vender peines de boje», por «estar haciendo una simpleza, ó el papel de bobo»

«Mis relaciones no pasaban más que de amoríos vagos, cambiar prendas, cobrar celos; propiamente vender peines de boje» (Astucia, tom. II, cap. I, p. 11). «Los conservaré siquiera para memoria de que he estado vendiendo peines de boje en el gobierno del Estado» (Id., tom. II, cap. 7 bis, p. 245).

Bojedad. (De boje). f. Simpleza, bobería.

Bola. f. Palabra muy usada para designar toda reunión numerosa de gente en desorden; diversión bulliciosa, riña en la calle, tumulto, revolución.

«Se comenzó á armar la bola de hombres y mujeres» (PENSADOR, Periquillo, tomo IV, cap. 7, p. 93). «¿Conque tú andabas también en la bola (MORALES, Gallo Pitagórico, página 464).


«Y el de las selvas rey, siempre temido,
Sacudió la melena soberana,
Rugió feroz y... comenzó la bola».


(PLAZA, «Los Cornudos»)                


Por antonomasia se dio este nombre a la terrible «guerra de tres años» (1857-60), a que siguió la «guerra de la segunda independencia» (1861-67), ambas de imperecedera memoria.

«Capistrán pasó de reo á héroe, y decía muy ufano y muy para sí: mi vida esta en la bola» (FACUNDO, Ensalada de Pollos, tomo II, cap. 10). «La tesorería flaquea; á la bola! Concha me ha derramado la bilis; á la bola! La revolución ha tomado cuerpo; á la bola! Corro riesgo de quedarme de coronel; á la bola (ID., ib., cap. últ.). «Más de una vez oí en la tienda de los Gonzagas la voz profética de Severo, que con humos de sabio previsor, creía y afirmaba, que antes de mucho se armaría la bola» (SANCHO POLO, La Bola, cap. 3). «¡Y cómo sus cortas inteligencias confundían la revolución con la bola lamentablemente» (ID., ib., cap. 8). «La revolución es hija del progreso del mundo, y ley ineludible de la humanidad: la bola es hija de la ignorancia, y castigo inevitable de los pueblos atrasados» (ID., ib., cap. 21). [Allí mismo puede verse lo que era aquella bola].


«Doliente, mohino
Por tan dura broma
Buscando la muerte
Largóse á la bola.


(PLAZA, «Talento en las corvas»)                



«Se lanza como otros munchos,
Y cuando acabe la bola
Ó es jefe... de faja verde...
Ó conquista una poltrona».


(G. PRIETO, Musa Callejera, «Romance», p. 239)                


HACERSE BOLA, perder el orden, la formación; dícese de la tropa y de cualquier reunión.

«Es necesario reglamentarlo también, para no hacernos bola...» (Astucia, tom. I, cap. 7, p. 131). «Voltearon caras, se hicieron bolas» (Id., tom. II, cap. 7 bis, p., 199).


«Madre aquí... No se hagan bolas».


(G. PRIETO, Musa Callejera, «Serenata», p. 244)                


V. CARNEAR.

PARAR LA BOLA, abochornar, correr a alguno en son de broma.

«Decían mis compañeros que yo le paraba la bola á cualquiera» (PENSADOR, Periquillo, tom. I, cap. 4, p. 49). «Tiene su gusto en pararle la bola, como dicen, á cualquiera en la mejor concurrencia» (ID., ib., tom. I, capítulo 7, p. 75). «Les va á pegar su susto y despojarlas para pararles la bola» (Astucia, tom. I, cap. 15, p. 344).

DAR o DARLE A LA BOLA, atinar.

  —55→  

BOLA, se halla también por cólera. Desusado.

«Esta risa acabó de rematar á Eufrosina, quien estuvo por levantarse de la silla, y lo hubiera hecho, si el coronel, conociendo la terrible bola que tenía, no la hubiera sosegado» (PENSADOR, Quijotita, cap. 8). «Viéndome en tal apuro, hube de ceder á la violencia de mi estrella, y disimular la bola que tenía» (ID., Periquillo, tom. I, cap. 6, p. 62).

HALLARSE LA BOLITA DE ORO, lograr una buena fortuna.

«Á la verdad que mi mismo marido dice que se halló en mí la bolita de oro» (Diario de México, tom. I, p. 30). «En fin, yo me hallé la bolita de oro con mi nuevo amo» (PENSADOR, Periquillo, tom. IV, cap. 6, p. 82).

Bolea. f. fam. Puñetazo.

«Qué ha sucedido? -Que Machuca el pagador había asestado una bolea descomunal al pobre de Perico, y lo había postrado en tierra sin sentido» (FACUNDO, Baile y Cochino, capítulo 8). «Acababa de recibir una bolea en el ojo izquierdo, que le hizo caer en tierra» (ID., Chucho, tom. II, cap. 2). «Resultándole del examen de este iris epidérmico la convicción de que la bolea había sido de la mejor calidad» (ID., ib., tom. II, cap. 2). «No estará tan contento como nuestro compañero, que recibió la bolea más bien dada que yo he visto» (ID., Isolina, tom. II, cap. 4).

Boleras. f. pl. No se halla esta voz en el Diccionario; pero aquí fue bien conocida y se leía con frecuencia en los carteles de teatro cuando se usaban estos bailes. No soy competente para decidir si las BOLERAS y el bolero del Diccionario son o no sinónimos.

«Unas boleras por Sr. Andrés Castillo» (Diario de México, tom. I, pp. 16, 20). «Yo soy amante de cantar boleras; por tanto, quiero unos versos de mucha idea y sentido» (Id., p. 394). «Estoy trabajando por aprender á hacer la octava que piden estas boleras» (PENSADOR, Periquillo, tom. I, cap. 10, página 123).

V. CAMPESTRE.

2. fig. Ilusiones, opiniones infundadas, palabras engañosas: Esas son BOLERAS. Más comúnmente se dice en ese caso BOLERAS manchegas, que equivale a música celestial.

Boleta. f. Cédula impresa que se reparte a los votantes en las elecciones primarias para cargos públicos, a fin de que en el reverso escriban el nombre de su candidato.

Boletero. m. El que vende boletos.

«Sin saber cómo, Pico desorientado llegó al teatro de Oriente: el boletero había sido sargento de su compañía: circunstancia que hizo innecesario el boleto de entrada, de manera que Pico entró con su perro» (FACUNDO, Isolina, tom. I, cap. 1).

Perú. «El boletero y la boletería que nos recuerdan los teatros, las estaciones de ferrocarriles, la plaza de toros, el tranvía, etc., tampoco existen» [en España] (ARONA, p. 66). [Boletería no se usa acá].

Boleto. m. Billete (4.ª acep.). Tarjeta cuya presentación da derecho a entrar en carruajes públicos, espectáculos o reuniones.

«El joven recibe un boleto» (FACUNDO, Isolina, tom. II, cap. 13). «Repetir la tramitología de sacar boletos» (ID., Pachuca, página 123).

Perú. «Para los españoles todo lo que nosotros llamamos boleto es billete» (ARONA, p. 63). «El Diccionario no trae esta palabra de tantísimo uso entre nosotros» (ID., p. 66).

Chile. RODRÍGUEZ, p. 63. Guatemala. BATRES, p. 136).

V. BOLETERO.

BOLETO DE EMPEÑO. La cédula que los prestamistas sobre prendas dan a la persona que recibe el préstamo.

Boliche. m. El juego de bolos, y el lugar donde se juega.

«Boliche, lo mismo que bolín, en el juego de bolos, y también se toma por el mismo juego» (TERREROS).

Bolista. m. Que acostumbra andar metido en bolas (revoluciones). Raro.

«El borrador [...] resultó flojo, débil, y sin el nervio que caracterizó siempre mi pluma de bolista» (SANCHO POLO, La Bola, cap. 9). «Á fuer de bolista me coloqué en el sitio que me dió la gana» (ID., ib. cap. 11).

Bolón. m. Aumentativo de Bola. Gran reunión de gente apretada, revuelta y desordenada.

«Era un bolón atroz: les habían robado la bolsa con seis reales: no se podía andar» (MICRÓS, Ocios y Apuntes, p. 189).

Bolsear. a. Extraer del bolsillo de alguno el ladrón ratero las monedas u otros objetos. A fulano lo BOLSEARON ayer en la Catedral.

Guatemala. BATRES, p. 138.

Bomba. f. Así llaman algunos al sombrero de copa alta.

«Á mí me cortaba el paso un amigo, ó quizá   —56→   un personaje empingorotado, de bomba y anteojos, para estrecharme la mano» (SANCHO POLO, El Cuarto Poder, cap. 3). «¡Bonito que se vería con la levita y la bomba (DELGADO, La Calandria, X). «Deponen la blusa azul y el desastrado fieltro, para vestir jaquette, y calarse la bombita» (ID., ib. XVII).

Cuba. PICHARDO, p. 46.

Bombástico, ca. adj. Aplicado a estilo o frase, ampuloso.

Venezuela. RIVODÓ, p. 53.

Bombilla. f. Cucharón (2.ª acep.).

Bonanza. f. En las minas la acumulación anormal y extensa de mineral de alta ley en la masa del criadero que le contiene. Cuando esta acumulación es poco extensa, toma el nombre de clavo; si es normal, se llama criadero rico, o más generalmente labor rica; y cuando no es anormal ni extensa, labor en frutos, o labor de disfrute.

«En menos de quince días estuvo [la mina] en bonanza» (Astucia, tom. II, cap. 1, p. 39).

Boneta. f. Sombrero pequeño y sin alas, que suelen usar las mujeres.

«¡Vaya! todas esas, por ir á lucir la boneta, serían capaces de darte cinco pesos» (FACUNDO, Fuereños, cap. 5).

Bonetería. f. He aquí una palabrita que ha cundido como mancha de aceite. Por todas partes se ven tiendas de BONETERÍA con tamaños letreros; se anuncian artículos de BONETERÍA, etc., etc. BONETERÍA no es más en castellano que el taller donde se fabrican bonetes y la tienda en que se venden; y en nuestras BONETERÍAS no se hallará un bonete ni para un remedio. Lo que sucede es que hemos traducido del francés al gabacho la palabra bonneterie, que por allá no se reduce a los bonetes, sino que significa taller donde se hacen y tienda en que se venden artefactos tejidos de punto, como medias, calcetines, camisas interiores, etc., a lo cual se agregan acá infinitos artículos que nada tienen que ver con la tal BONETERÍA.

Boquetero. m. Empleado de las cárceles que, colocado en el primer postigo o boquete, registra a los presos que llegan y los introduce al edificio.

«¡Ahí va ese reo! gritó otra vuelta el boquetero» (Astucia, tom. II, cap. 7 bis, p. 217).

Boquiflojo, ja. adj. Boquirroto.

Borcelana. f. Lo mismo que bacinica.

«El día 28 del pasado se perdió en la calle de las Escalerillas núm. 12 una borcelana de plata» (Diario de México, tom. I, p. 284). «Una borcelana cascada» (PENSADOR, Periquillo, tom. II, cap. 1, p. 20).

BORCELANA se usa en Canarias, en el sentido de aljofaina, palangana (ZEROLO, página 58).

Bordo. f. Así llaman los agricultores al reparo, por lo común de céspedes y estacas, que forman en los campos para represar las aguas llovedizas, o las que derraman los arroyos en las crecientes; sea para que formen aguajes que sirvan en la seca, o para enlamar las tierras. Se hacen también para prevenir inundaciones en las labores.

Guatemala. BATRES, p. 140.

V. AGUAJE.

Bornear. a. En el juego de boliche o bolos es arrojar la bola por el lado derecho de la mesa, imprimiéndole con la mano cierto movimiento de rotación calculado de manera que la bola vaya describiendo una curva, y tomando de través los palos, derribe mayor número de ellos.

Borrachín. m. Borracho por costumbre; pero no con exceso hasta caer.

«Desde allí estuvo pendiente, mirando á D. Epitacio platicar con varios borrachines» (Astucia, tom. I, cap. 2, p. 34). «Sí, sí, vamos, decía el borrachín» (Id., tom. I, cap. 15, p. 354).

Cuba. PICHARDO, p. 47; MACÍAS, p. 188, art. Borracho.

Borrasca. f. En las minas es la ausencia de mineral útil en el criadero.

V. CABALLETE.

Borrego. m. fam. Pajarota, noticia balsa. BORREGO lanudo, embuste de marca mayor.

Cuba. MACÍAS, p. 188.

SALIR BORREGO, resultar falso lo que se había creído verdadero; no cumplirse una cosa anunciada o prometida.


«Pero el programa salió borrego».


(PLAZA, «Cuento»)                


  —57→  

«Y aunque al fin sale borrego
La aspiración masculina,
Más segura es la rutina,
No siempre el amor es ciego».


(G. PRIETO, Poesías festivas, «Un Retrato», p. 69)                



«... Cada cual eleve un ruego
Allá á la notaría
Ó al registro civil, para que el día
Que cada cual nació salga borrego».


(M. PEREDO, El fin del año)                


SOLTAR UN BORREGO, esparcir una noticia falsa.

TOPAR EL BORREGO, lograr una pretensión o negocio cuando se da a conocer con cierto disimulo, sin proponerle abiertamente. Vino fulano a ver si TOPABA EL BORREGO; pero no TOPÓ.

Boruca. f. Bulla, algazara. La Academia, en la última edición de su Diccionario, ha quitado a esta voz la nota de prov. de Andalucía, que antes llevaba. En México es muy usada.

«Pasada la boruca, Camila alzó por alto su copa» (Astucia, tom. I, cap. 15, p. 337). «Victorina [...] percibió algo de la boruca, y se puso á ver por una ventana» (Id., tom. II, cap. 6, p. 165).

METER BORUCA, meter a bulla.

«No sólo se excusó con la charla, y metió boruca, sino que abandonó el campo abochornado» (Astucia, tom. II, cap. 9, p. 303).

HACERSE BORUCA, aturdirse con cualquier ocupación, en especial bulliciosa, para alejar el recuerdo de algún pesar.

EL DÍA DEL JUICIO DESPUÉS DE LA BORUCA, nunca jamás.

Boruquiento, ta. adj. Bullicioso, animado, alegre, ruidoso.

«Parece muy avisada, veterana, bizbirinda y boruquienta» (Astucia, tom. I, cap. 15, página 331). «Seres boruquientos» (FACUNDO, La Vida de Noche, p. 181).

Bota. f. DE CAMPANA o CAMPANERA. Parte del traje de rancheros y charros, que consistía en una pieza grande de gamuza con que se envolvía la pantorrilla, sujetándola abajo de la rodilla con un atadero, y bajaba hasta tocar a la espuela. En la parte exterior tenía corte diagonal y avanzaba hasta la punta del pie, lo que le daba cierta semejanza con una media campana. Las había también de lujo, primorosamente bordadas de seda y metales, con ataderos de estas mismas materias. Hoy se ven rara vez, y solamente en los campos: las de lujo han desaparecido del todo.

«Unas buenas botas picadas y bordadas de oro y azul» (PENSADOR, Quijotita, cap. 15). «Se fué presentando en medio de la sala con su buena manga, paño de sol, botas de campana, y demás aderezos de un campista decente» (ID., Periquillo, tom. I, cap. 6, p. 61). «Desenvainó un cuchillo de la bota campanera» (ID., ib., tom. IV, cap. 9, p. 117). «Ponte estas calzoneras y mis botas de campana» (Astucia, tom. II, cap. 1, p. 33).

V. CACHA. MANGA.

BOTA FEDERICA, bota fuerte y alta, ensanchada en la boca.

«Cuando algún pobre recluta se descuidaba con un botón de la casaca, ó con dejar de dar bola á sus pesadas botas, que todavía llaman federicas, entonces ardía Troya» (PAYNO, Fistol, tom. III, cap. 7).

Botellón. m. «aum. de BOTELLA» (Dicc.). Por BOTELLÓN entendemos garrafón o damajuana, esto es, botella muy grande de vidrio forrada de mimbre, que se usa mucho para envasar vinos y licores.

Botón. m. Tope de hierro, y más comúnmente de cuerda o cerda liadas en forma de bola, que se pone en la pica o gorguz de la garrocha para que no penetre en la piel del animal más de lo necesario para arrearle o detenerle.

2. Pareja de bueyes o de mulas que a prevención se sitúa en algún mal paso o cuesta, con el fin de agregarla al tiro de los carros que por allí transitan y ayudarle a vencer el obstáculo.

Box. (Del ingl. box, puñetazo, particularmente en la cara u oreja). m. Vocablo inglés de reciente introducción, que significa el ejercicio del pugilato.

Boxeador. m. No significa solamente «que boxea» o contiende a puñetazos, púgil, sino también una pieza de metal, semejante en su objeto al antiguo cæstus, con que se guarnece parte de la mano, y constituye un arma terrible si la maneja un púgil diestro; mas no es permitida en los pugilatos concertados a manera de espectáculo público, en los países donde estos se toleran.

Boxear. (Del ingl. to box). n. Contender   —58→   a puñetazos. Nos falta en castellano el verbo correspondiente, porque no considero tal ni he oído nunca el pugilar que trae Rivodó (p. 54).

Boxeo. m. Pugilato.

Bozal. m. Usamos esta palabra en el sentido que la Academia da a bozo (3.ªacep.). El BOZAL se hace rodeando con lazo, reata o cabestro el cuello del animal, sin apretarle; y después de cerrado este collar con nudo que no sea escurridizo, se pasa el cabo sobrante al rededor del hocico, sirviendo el resto como rienda única o como cabestro para conducir la bestia el que la lleva de reata.

Cuba. PICHARDO, p. 48; MACÍAS, p. 191. Chile. RODRÍGUEZ, p. 68.

V. BURRO.

Bozalillo. m. No es diminutivo de bozal, sino una especie de jáquima fina hecha de cerdas torcidas que se pone a la caballería debajo de la cabezada; y de la parte que rodea la boca pende la falsarrienda. Sustituye al cabezón de serreta, no usado aquí.

Braceador. adj. Aplícase al caballo que bracea: llamábanse también caballos de piso. Los hubo antiguamente, y eran muy estimados como caballos de paseo, pues no servían para otra cosa. Hoy ya no se hallan.

Chile. RODRÍGUEZ, p. 68.

Bracear. n. Levantar mucho y sacar hacia fuera los caballos las manos, cuando van a trote corto, golpeando con ellas el suelo fuertemente.

Chile. RODRÍGUEZ, p. 68. Río de la Plata. GRANADA, p. 119.

Braguero. m. Cuerda muy apretada con que se rodea el cuerpo del toro en el lugar correspondiente a la cinchera de las caballerías, y de la cual se ase fuertemente con ambas manos el que le monta en pelo.

Bramadero. m. Estaca gruesa que se clava en los corrales u otros sitios, y a la cual se atan o afrontilan las reses vacunas para domarlas o matarlas.

Cuba. PICHARDO, p. 49; MACÍAS, p. 192.

Bramura. f. ant. Fiero, peste, bravata, muestra de grande enojo.

«Estaba tan enojado el Diego Velázquez, que hacía bramuras» (B. DÍAZ, His. verd., cap. 24). «Pateaba el caballo y relinchaba y hacía bramuras [...] y los caciques creyeron que por ellos hacía aquellas bramuras del relinchar y el patear» (ID., ib., cap. 35). «También se ahogaron dos caballos, y el uno era de un soldado que se decía Solís Casquete, que hacía bramuras por él, é maldecía á Cortés y á su viaje» (ID., ib., cap. 179).

Según el Diccionario, BRAMURA es un equivalente anticuado de bramido, mas por estos pasajes de Bernal Díaz parece que las BRAMURAS eran algo más que bramidos, porque entre aquellas se cuenta el patear del caballo.

* Brasero. m. Fogón (1.ª acep.). Lugar donde se enciende el fuego en las cocinas. Hay también braseros portátiles, y antes de la invención de los fósforos era de rigor en las casas el BRASERITO de barro, de porcelana o de plata para uso de los fumadores.

Bravato, ta. «adj. ant. Que ostenta baladronería y descaro» (Dicc.). Parece que también se aplicaba a los trajes ostentosos.

«Tiene [México] bizarros caballos y muchedumbre de coches: muchas damas y bravatos trajes» (DR. JUAN DE BARRIOS, Verdadera Medicina, Astrología y Cirujía).

Bravo, va. El Diccionario da BRAVÍO y BRAVO. El primero tiene, entre otras acepciones, esta: «Feroz, indómito, salvaje. Regularmente se dice de los animales cerriles ó que andan por los montes, y están por domesticar ó domar». En BRAVO hallamos: «Hablando de animales, fiero ó feroz». De donde parece resultar que animal bravío es el que anda salvaje, y que por no haber sido domesticado conserva su fiereza; y BRAVO el que por su propia naturaleza la tiene, y no la pierde del todo, aunque esté sujeto al hombre. Covarrubias no trae Bravío. En BRAVO dice: «si es animal, como el toro, vale sañudo, animoso, que acomete á la gente y á los caballos, y mata, hiere y derrueca hombres. Animal bravo, en cuanto se distingue del doméstico, ó por naturaleza ó por arte, y lo mesmo decimos de las aves, así de las de rapiña como de las demás». Esta distinción   —59→   entre bravío y BRAVO no es muy clara ni se observa generalmente (V. Dicc. de Aut.). Acá no es necesaria, porque para nada usamos de bravío: decimos león BRAVO, toro BRAVO. Indio BRAVO es el no reducido a vida civil. Para los animales salvajes o bravíos, susceptibles de ser domesticados, tenemos otros nombres, como cerrero, mesteño, alzado, rejiego.

«De los animales bravos é campesinos se hallan en el territorio de esta ciudad algunos, aunque en poca cantidad y poco feroces» (Descr. de Veracruz, 1580, MS.).

Cuba. PICHARDO, p. 53; MACÍAS, p. 194.

Brazada DE PIEDRA. Medida que sirve de unidad para la venta de las piedras de mampostería, las cuales se colocan de manera que formen un paralelipípedo de cuatro varas de largo, dos de ancho y una de grueso, que es la BRAZADA.

Brevete. m. Marbete.

«El color de los licores se armoniza con el de los brevetes y contraseñas, marcas y etiquetas de Ultramar» (FACUNDO, Las prosperidades nuestras, III, 222).

Brillantina. f. «Especie de pomada para lustrar el pelo, y especialmente los bigotes. La Academia ha dado pase á bandolina que tiene una significación análoga» (RIVODÓ, p. 55). Úsase en México.

Brin. m. Tela gruesa de lino: úsase comúnmente para forros, y para pintar sobre él cuadros al óleo.

«Unas [ropas] eran gruesas, como angeo ó brin» (TORQUEMADA, Monarq. Ind., libro XIII, cap. 34).

«BRIN, tela útil para tiendas de campaña, etc.» (TERREROS).

Perú. «En Cuba como entre nosotros se entiende por brin una tela ordinaria de hilo y tejido grueso» (ARONA, p. 69).

Cuba. «Tela ordinaria de hilo y tejido grueso, parecido á la Rusia, de uso preferente para pintar al óleo» (PICHARDO, p. 49; MACÍAS, p. 196).

Venezuela. RIVODÓ, p. 125. Guatemala. BATRES, p. 144.

Bruja. m. fam. Miserable, hambriento, petardista. En algunas partes dicen también estoy brujo, por estoy arrancado.

«Pico estuvo reducido por algún tiempo á la condición de bruja. Todos los habitantes de México conocen á los brujas poco más ó menos como conocen las costumbres del perro callejero. Los brujas no son más que perros sociales. El perro espera un hueso: el bruja espera una peseta. El perro husmea la carne, y el bruja las casas de juego» (FACUNDO, Isolina, tom. I, cap. 1). «Ahora sí, exclama un bruja» (ID., ib., tom. II, cap. 12). «Está á los diez años en aptitud de prestaros, brujas encanijados, [...] algunos importantes servicios» (ID., ib., tom. II, cap. 13). «El portal es el manantial de las pesetas. El paseo de los brujas» (ID., Gabriel, tom. I, cap. 9).

2. f. Arranquera.


«Entonces la bruja
Trocóse en bambolla».


(PLAZA, «Talento en las corvas»)                



«Yo que una bruja singular afronto».


(ID., «El tonto y el sabio»)                


3. vulg. Partera intrusa, no recibida.

Buchaca. f. Tronera en las mesas de billar. Como antiguamente había debajo de cada tronera una bolsa para impedir que la bola cayese al suelo, se dio, sin duda, el nombre de BUCHACA a la tronera misma, corrompiendo la voz burchaca o burjaca, bolsa grande que los peregrinos y mendigos suelen llevar colgada al cuello, para echar en ella las limosnas.

V. PICHARDO, p. 53; MACÍAS, p. 199.

Buche. m. Bocio, papera: relajación de la glándula tiroides.

«El mal de buche ó relajación de la garganta, que todas aquellas gentes padecían por beber el agua pútrida» (Astucia, tom. II, capítulo 8, p. 289).

Budín. m. Plato de dulce que se prepara con bizcocho o pan deshecho en leche, añadiéndole azúcar, licor y frutas secas, cocido todo en baño de María.

Falta esta voz en el Diccionario: la he oído mil veces en Andalucía.

Bogotá. CUERVO, § 680. Ecuador. CEVALLOS, p. 41. Guatemala. BATRES, p. 145.

Budinera. f. Vasija de cocina hecha de cobre o hierro estañado, semejante a la cacerola, pero con tapadera suelta, sin mango y más honda.

Parece que aunque esta palabra no está en el Diccionario, corre en España.

«En París hay reinas de la moda que en veinte años apenas modifican sensiblemente la hechura del sombrero que mejor cuadra á su belleza. Ven las extravagancias y no las siguen:   —60→   dejan pasar la budinera, el plato, el farol, etc.» (D.ª EMILIA PARDO BAZÁN, Mantillas y Sombreros).

Buey. SACAR EL BUEY, o EL TORO, DE LA BARRANCA, ejecutar una cosa muy difícil.

«El muchacho no es tonto: en un santiamén se aprende la lección: pero con tantas faltas no sacará buey de barranco» (DELGADO, La Calandria, VII).

BUEY DE AGUA, cantidad de agua que pasa con velocidad determinada por un buque o data de una vara cuadrada.

HÁGASE LA VOLUNTAD DE DIOS EN LOS BUEYES DE MI COMPADRE, ref. «Por los bueyes que son de mi padre, siquiera aren, siquiera no aren» (Dicc.). Da a entender lo poco que nos interesa el perjuicio o daño ajeno.

Bufarse. pr. Abolsarse una pared por haberse separado de ella el revocado en algunas partes. Por extensión se dice de otras cosas, como de un papel mal pegado, y que se arruga. Acaso esta acepción venga de que BUFAR significa soplar, y vidrio BUFADO es el que por medio del soplo forma una ampolla o vejiga muy delgada; así como la pared o papel que se BUFA hace también unas a manera de vejigas.

Bufet. m. Voz francesa, buffet. En los bailes, mesa cubierta de fiambres, pastelillos, vinos, etc., y a la cual acuden los convidados a tomar algo cuando les parece. Suele servirse también allí té, café y bebidas refrescantes.

Buharro. m. Especie de búho; probablemente lo mismo que buhardo.

«Hay venados [...] águilas, buharros, halcones» (Descr. de Justlavaca, 1580, MS.). «Hay halcones, gavilanes, buharros» (Descr. de Quauhtlatauca, 1579, MS.). «Hay de ordinario patos reales bravos, corvejones, cuervos, buharros» (Descr. de Citlaltepec, 1579, MS.). «Hay halcones, gavilanes muy grandes, lechuzas, mochuelos, buharros» (Id.). «Hay aves bravas, como son halcones, gavilanes, cernícalos y buharros y águilas» (Descripción de Zumpango, 1582, MS.).

«Buharrillo, buharro, ó como escriben otros, buarillo, buaro, especies de buho» (TERREROS).

Buja. f.. «BUJE, m. Pieza cilíndrica de hierro ó de cobre que guarnece interiormente el cubo de las ruedas de los carruajes, para disminuir el rozamiento de los ejes» (Dicc.).

Buldog. (Del ing. bull-dog; de bull, toro, y dog, perro. Webster cree que se le llamó así, o porque se le destinaba a hacer presa en los toros, o por el gran tamaño de su cabeza). m. Así llamamos todos a un perro de presa, muy notable por su hocico achatado, gran cabeza y repugnante catadura. Aunque no muy corpulento, es verdaderamente temible por su mucho arrojo y ferocidad. Ignoro cuál es su nombre castellano, si le tiene; pero las señas, salvo la corpulencia, corresponden al alano, que también se llama dogo. Úsase comúnmente el nombre como epiceno; mas los que quieren distinguir la hembra, la llaman buldoga, y según el femenino doga que la Academia da a dogo, parece que así debe ser; bien que en este caso el dog nada tiene que ver con los dogos, porque sólo es el nombre genérico de perro en inglés. Los franceses le llaman bouledogue, que es el propio nombre inglés con ortografía francesa.


«Se va á pegar á mi oreja,
Unido, como un buldog».


(G. PRIETO, Poesías festivas, «Mi visita», p. 25)                


Cuba. PICHARDO, p. 51; MACÍAS, p. 201.

Bullir. a. Embromar, dar cantaleta.

«Rabiaba por bullir á Pomposa acerca de la buena vida que había entablado» (PENSADOR, Quijotita, cap. 28).

BULLIR UN CABALLO, volverle y revolverle para conocer sus cualidades: hacerle mal como antiguamente se decía.

V. ARRANCAR.

Buñuelero, ra. m. y f. Buñolero, ra.

Burlote. m. Entre jugadores, el monte o partida más pequeña, que alguno de ellos pone, acabada por cualquier motivo la primera.

«Se puso á tallar, diciendo: tírenle á este burlotito» (PENSADOR, Periquillo, tom. II, cap. 3, p. 44). «Señores, si á Vdes. les parece, pondremos burlote: yo las tejo. -Sí, sí, contestaron, brulote» (Astucia, tom. I, cap. 9, p. 161). «La mamá, que conocía el burlote, y que se preciaba de saber jugar, adicionó el   —61→   proyecto» (FACUNDO, Venus, Birján, etc., II, 77).

En Cuba Borlote (PICHARDO, p. 47; MACÍAS, p. 187).

Buró. m. Voz tomada del francés bureau. El Diccionario la trae, conforme a su origen, por «especie de escritorio ó papelera»; pero aquí han dado en llamar así a la mesa de noche.

«El libro de misa que te regaló tu tía está en el cajón del buró» (MICRÓS, Ocios y Apuntes, p. 1).

Burocracia. f. neol. El conjunto de los empleados, considerado como cuerpo del estado que ejerce influencia en los negocios públicos.

Venezuela. RIVODÓ, p. 55.

Burocrático, ca. adj. neol. Perteneciente o relativo a la burocracia.

Venezuela. RIVODÓ, p. 55.

Burrero. m. Dueño o arriero de burros; por lo común se reúnen ambas calidades en la misma persona.

Burro. m. Escalera de manó compuesta de dos unidas por arriba con una bisagra, de suerte que, apartándolas por abajo, quedan en forma de atril, y se sostienen sin arrimo. Las hay también con escalones en una de ellas solamente.

2. Juego de muchachos, en que uno se agacha apoyando las manos en las rodillas, y los demás saltan sobre él, poniéndole las manos sobre la espalda, y abriendo las piernas. Terreros le llama daba la mula. En francés cheval fondu.

V. CHABACANO.

3. Cerquillo o fleco de pelo que dejan caer las mujeres sobre la frente. Por fortuna va desapareciendo.

«Tenía el pelo negro, y se lo tusaba en línea horizontal, para formar lo que ella llamaba su burrito» (FACUNDO, Noche buena, IV). «Con esa poca gracia con que muchas de nuestras pollas dejan crecer su burrito sobre las cejas» (ID., Baco, etc., p. 38).



«Y se baja los pelos de la crisma
También sobre la frente
En forma de burrito
Que en Clara ó Leonor es tan bonito...

Después de tanto esmero
En el burro, en el cuello y la corbata,
De contramaestre inglés lucen la pata».


(FACUNDO, Los Apretados)                


METERSE COMO BURRO SIN BOZAL o SIN MECATE, fr. fig. y fam., entrar de rondón, hóspite insalutato, como Pedro por su casa, como trasquilador por iglesia.

«¿Por qué se vienen metiendo como burros sin bozal (Astucia, tom. II, cap. 8, p. 276).

ESTE BURRO ES MI MACHO, suele decirse para motejar al que se encapricha en sostener un absurdo patente.

Busca. f. Provecho que se saca de algún empleo o cargo, además de los emolumentos anexos a él. Úsase comúnmente en plural, y siempre en mala parte.

«Hay señorito de estos que tiene de sueldo diariamente seis, ocho y diez pesos, amén de sus buscas, que esas serán las que quisieren» (PENSADOR, Periquillo, tom. II, cap. 3, página 52). «De todo lo que había tenido que manejar le quedaba un pico que con toda conciencia él llamaba busca legal» (FACUNDO, Baile y Cochino, cap. 4). «Con esto y las buscas de que hablaremos después, Elena y su hijito Chucho no le llegaban á ver las orejas al diablo de la miseria» (ID., Chucho, tom. I, cap. 1). «La protección consistía en cajas en el juego, y en otras buscas» (ID., Fuereños, cap. 15). «Esos dioses penates se llaman [...] busca legal» (ID., Isolina, tom. II, cap. 12). «¿Y las buscas? En eso no hay buscas» (ID., Jamonas, tom. II, cap. 12).

Buscar. a. fam. Irritar, provocar.

«Mira, Rosa, no me busques: estoy de un humor de todos los demonios, y hago una barbaridad» (Tomado de un periódico).

Buscavidas. f. pl. Además de las acepciones que le da el Diccionario, tiene aquí la de persona que anda acusando a otras para procurarles algún mal. V. VIDA.