Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaG

Gabacera. f. vulg. Bagacera.

Gabazo. m. ant. Bagazo. Hoy le usa aquí el vulgo.

Gabera. f. Gradilla, galápago: molde para fabricar teja, ladrillo y adobe.

Bogotá. CUERVO, § 778, p. 587. Perú. ARONA, ps. 233, 259. Venezuela. RIVODÓ (p. 83), escribe gavera, y dice que es voz que se encuentra con frecuencia en las antiguas Ordenanzas de Andalucía. Y cita dos ejemplos: uno de las Ordenanzas de Málaga, y otro de las de Sevilla.

Gacetín. m. Imp. Instrumento pequeño de hierro o de latón, que consiste en un cajoncillo largo, angosto y profundo, a proporción de los tipos de imprenta que se colocan en él para formar una palabra o renglón, los cuales   —222→   se sujetan apretándolos con un tornillo que hay en uno de los extremos. Sirve para imprimir a mano alguna letra o palabra, y especialmente para numerar. Le usan también los encuadernadores para dorar los rótulos de los libros, y en ese caso tienen un mango en la parte opuesta a la cara del tipo.

Gacho, cha. adj. La primera acepción del Diccionario es: «encorvado, inclinado hacia la tierra»; la segunda: «dícese del buey ó vaca que tiene uno de los cuernos, ó ambos, hacia abajo»; la tercera, se refiere al caballo encapotado, y la última, corresponde al cuerno retorcido hacia abajo. Usamos las acepciones primera, segunda y cuarta. Se aplica, además, este adjetivo, y aun con especialidad, a la bestia que por enfermedad o accidente ha perdido la facultad de mover una o ambas orejas, y las trae siempre caídas. Caballo GACHO. Mula GACHA.

Gachupín, na. m. y f. En esta voz nos remite el Diccionario a CACHUPÍN, «español que pasa á la América Septentrional, y se establece en ella». La deriva del portugués cachopo, niño. Aquí nadie dice cachupín, sino gachupín, y se aplica, particularmente por la gente baja, a cualquier español. Se tiene por injuriosa, aunque al principio no lo era, y la usaban los españoles mismos; servía (como la de chapetón en la América Meridional), para designar al español recién llegado y aún no hecho a la tierra. Algunos quieren que la palabra sea tomada de la lengua mexicana, lo cual no parece fundado; otros la traen del portugués cachopinho, muchachito o rapazuelo.

«Por la mayor parte eran de gachupines las tropas que destinaban á esos puestos» (PENSADOR, Quijotita, cap. 30).


«Hoy en México á nosotros
Nos tratan ya con cariño,
Pues en vez de gachupines
Nos llaman gachupincitos».

.

(SOMOANO, p. 29)                


«Chapetón ó cachupín, es hombre nuevo en la tierra» (VARGAS MACHUCA, Milicia y Descrip. de las Indias, glosario).

Cuba. PICHARDO, p. 188. MACÍAS, p. 559. ARMAS, p. 70.

Gachuzo, za. adj. Gachupín. Se usa más como sustantivo, y es despectivo.

«Si le das una suaca á ese orgulloso gachuzo, te doy medio nuevo» (Astucia, tom. I, cap. 15, p. 343). «Vamos á azorar á los gachucitos sus cajeros» (Id., p. 353).

Gafo, fa. adj. «Amér. Dícese de la caballería que, por haber andado mucho sin herraduras por terreno duro, tiene la planta del casco irritada y no puede caminar sin dolor» (Dicc.). Es acepción nueva, que no se halla en la 11.ª edición del Diccionario, ni en ningún otro de los que he consultado, inclusos los hispanoamericanos, por lo cual convendría suprimirla. Ese GAFO es acá despeado, que el vulgo convierte en espiado (V.).

Gaita. Maula, aplicado a personas. No es mala GAITA fulano.

CONTEMPLAR GAITAS, templar gaitas (Dicc.). Úsase siempre en forma negativa, con enfado, para despedir a quien viene con una petición inoportuna: No estoy para CONTEMPLAR GAITAS.

«Pues buen genio tiene el niño para andar contemplando gaitas» (Diario de México, tomo VIII, p. 577).

* Gala. f. «Amér. Obsequio que se hace dando una moneda de corto valor á una persona por haber sobresalido en alguna habilidad» (Dicc.). Se usa mucho la voz en ese sentido, y acaso más en el de propina. Por lo que respecta a otros países hispanoamericanos, la encuentro solamente en Cuba.

«Le dí una galita á un corredor porque me los llevara á casa» (PENSADOR, Catrín, cap. 7). «Me alabaron los convidados y me dieron mis galas» (ID., Periquillo, tom. I, cap. 7, p. 70). «Lo que yo hice no sólo fué sin agravio, sino después de ofrecida por él una buena gala» (ID., ib., tom. II, cap. 4, p. 57). «Mediante una galita al cochero conseguí que desviándose del camino nos condujera al pie de un encinal» (Astucia, tom. II, cap. 3, p. 91). «Ya sabe vd. que como le doy sus galitas, y él es un buen muchacho, hace todo lo que le digo» (PAYNO, Fistol, tom. I, cap. 28). «¡Ah! ¡qué amigo! y ahora querrá también su gala» (FACUNDO, Isolina, tom. II, cap. 14).

Cuba. PICHARDO, p. 155; MACÍAS, p. 563.

Galaneta. f. Galanura, adorno.

«¿No sería útil que se extendiera esta galaneta á las rodillas y á las asentaderas [del   —223→   pantalón]?» (Diario de México, tom. II, página 431).

2. Alarde de habilidad y destreza.


«La garrocha al aire alzando,
Haciendo tres mil piruetas,
Que tenían por galanetas
Y lo estaban festejando».


(Chamberín, p. 15)                


Galantina. (Del francés galantine). f. Ave deshuesada, rellena de picadillo y otras cosas. Se sirve prensada y fría.


«Y una de esas antiguallas
Que imperan en las cocinas,
Me consulta galantinas,
Pudines y volován».


(G. PRIETO, Poes. fest., «Desengaño», p. 12)                


Galdrés. m. ant. Especie de capote que se introdujo en España, traído de Geldres (COVARRUBIAS).


«Ponle bien ese galdrés
Ponle de buena postura:
Miren qué linda hechura».


(GONZÁLEZ DE ESLAVA, col. I)                


El Diccionario de Autoridades escribe Galdre, y Terreros lo mismo.

Galeno. m. fam. Médico.

Perú. PALMA (Un reo de Inquisición. El latín de una limeña. Los Pacayares).

Galera. f. Edificio largo en proporción a su anchura, cubierto ordinariamente con tejado. En las haciendas se destinan las galeras a guardar semillas, aperos, etc., y en algunas partes suelen servir de habitación para los peones. Igual nombre se da a una sala de grandes dimensiones vacía y sin ornato.

«Hacen unas galeras largas, de un estado en alto las paredes [...] y allí arman maderos rollizos y mal labrados, y sobre ellos ponen paja mal puesta para defenderse del agua y del sol [...]. En una galera de éstas suelen habitar treinta y cuarenta personas» (Descripción de Tenamastlán, 1579, MS.). «Este monesterio ó casa deste dicho pueblo ha que se fundó cincuenta años: es de una galera de paja cubierta, con dos corrientes» (Descr. de Ameca, 1579, MS.). «Con el valor del gas que se quema inútilmente en la plaza, hay lo suficiente para pagar el arrendamiento de una galera con dos lámparas de petróleo» (FACUNDO, El Lujo y el Dormitorio público, p. 300).

2. Imp. Tabla o lámina delgada de latón, guarnecida con listones de madera por dos o tres lados. Sirve para ir poniendo las líneas que el cajista saca del componedor. La galera con fondo corredizo, que describe el Diccionario, se llama volanta.

Galerón. m. Galera o sala grande que suele servir de cárcel.

«Fué aprehendido y remitido al galerón con sus compañeros» (Diario de México, tom. IV, p. 275).

Galopina. f. Mujer que ayuda a la cocinera en su trabajo.


«Busca á Dominga: alaba unas cuartetas
Que trajo de D. Blas la galopina».


(Diario de México, tom. VIII, p. 422)                


Galpón. m. Voz que no se halla en el Diccionario, ni en el de Autoridades, ni en los de Terreros y de Salvá; pero que bien pudiera entrar en el primero, ya que le usan varios historiadores de Indias. No la mencionaríamos, puesto que aquí es desconocida, si no fuera por hacer notar el yerro de los que le atribuyen origen mexicano, y la creen perteneciente a la lengua azteca. Tales son Rodríguez (p. 229), Ortúzar (100), Granada (p. 223), y hasta el Glosario de la edición académica de Oviedo; otra prueba de que ese Glosario no merece confianza en cuanto a la filiación de las palabras, según dijimos en el art. COA. Paréceme no ser dudoso que pertenece a la lengua llamada de las Islas, y que de allá fue llevada por los españoles a otras partes de América, donde se arraigó, como en el Perú y Chile (Arona, p. 234; Solar, p. 66). Armas (p. 52) nos proporciona dos citas que he verificado; helas aquí, alargada un poco la primera:

«Este nombre galpón no es de la lengua general del Perú: debe ser de las Islas de Barlovento. Los españoles lo han introducido en su lenguaje, con otros muchos que se notarán en la historia» (GARCILASO, Com. Reales, advert.).


«A tal sazón los bárbaros sosiegan
En su galpón de paja ó rudo rancho».


(OÑA, Araneo domado, cant. IV)                


El error ha provenido, probablemente, de un pasaje de Oviedo, citado por Rodríguez.

«A la puerta de la sala estaba un patio   —224→   muy grande en que había cient aposentos de veinte é cinco ó treinta pies de largo, cada uno sobre sí en torno de dicho patio [...] y estos tales aposentos se llaman galpones» (Hist. Gen., lib. XXXIII, cap. 46).

Como Oviedo va tratando allí de las cosas de Nueva España, y el pasaje se encuentra en la descripción que se hace de ciertos aposentos de Moctezuma, se creyó que la voz era de la lengua azteca, sin reparar en que ésta carece de la letra g. Oviedo nunca estuvo aquí, y la voz que empleó no fue más que una aplicación que hizo de lo que había oído en las Islas, donde residió largo tiempo.

GALPÓN viene a significar lo que entre nosotros galera.

Galvanizar. a. fig. Reanimar, infundir vida aparente y transitoria en una corporación o institución que ha decaído por el transcurso del tiempo o mutación de las circunstancias, y que no puede ya subsistir.

Gallego. m. pr. de And. Galbana: pereza, flojedad; por alusión al viento gallego que la causa. Acá no se usa.

Gallera. f. Según el Diccionario, es en Filipinas, «edificio construido expresamente para las riñas de gallos». Eso se llama aquí plaza de gallos; y GALLERA es el lugar en que se tienen y cuidan los gallos de pelea.

«Aunque mi amarrador hubiera tenido una gallera tan grande como la plaza de toros, se habría quedado sin una pluma, según la demanda que ha habido de gallos» (MORALES, Gallo Pitagórico, p. 113).

Guatemala. BATRES, 297.

En Cuba, gallería (PICHARDO, p. 157; MACÍAS, p. 556).

ALBOROTAR LA GALLERA, fr. fig. y fam. Levantar un bullicio, un alboroto entre personas que se hallaban tranquilas: suscitar chismes.


«De la gallera lustre y ornamento».


(FIDEL, en el Gallo Pitagórico, p. 387)                


Gallero. m. El aficionado a jugar gallos; el que con tal fin los tiene, cuida y prepara; el que los maneja en el acto de la pelea. A este último se da también el nombre de amarrador y el de soltador.


«Aquellas muertes de Dongo;
Que si Blanco era español;
Que su cómplice, gallero
Se llamó de profesión».


(G. PRIETO, Poes. fest., «Mi visita», p. 26)                


Cuba. PICHARDO, p. 157; MACÍAS, p. 567. Bogotá. CUERVO, § 662, p. 445. Venezuela. RIVODÓ, p. 191. Guatemala. BATRES, p. 297.

Gallina. NO ME LLEVARÁ OTRA GALLINA EL COYOTE. fr. fig. y fam. con que se expresa la firme resolución de no volver a caer en el error cometido.

Gallito. m. Min. Mineral muy rico en metal.

Gallo. GALLO CACAXTLERO. El muy ordinario, por alusión a los que de esa clase traen los indios en los cacaxtles para venderlos.

GALLO CHINAMPERO. El que por cobarde huye en la pelea, y no es propio para ella.

GALLO DE PAPADA. Nombre que daban los primeros conquistadores al guajolote. También le llamaban GALLO DE LA TIERRA.

«Item: por un gallo grande de papada de la tierra, seis reales de oro» (Actas de Cabildo, julio 21 1525). «Vamos á los que vendían gallinas, gallos de papada, conejos, liebres, venados y anadones» (B. DÍAZ, His. ver., cap. 92). «Pues desque hubimos entrado en las casas hallamos tantos gallos de papada y gallinas cocidas...» (ID., ib., cap. 177). «Y muchos gallos de la tierra, que en Castilla llaman gallipavos y ellos güexolotl» (Descr. de Cholula, 1581, MS.).

AQUEL GALLO. Persona que no se quiere nombrar, aunque ya se sabe quién es.

«Como es un refrán decir aquel gallo cuando se trata de una persona que no se quiere nombrar, se me salió de la boca sin sentir» (MORALES, Gallo Pitagórico, p. 463).

2. El diablo. Eufemismo que usaban antes los niños; por no permitírseles que llamaran por su propio nombre al espíritu maligno.

«Si Su Majestad permite que los pasemos [los males], no hay más que pedirle que nos dé sufrimiento para que no nos lleve aquel gallo» (MORALES, Gallo Pitagórico, p. 463).

DORMÍRSELE A UNO EL GALLO. Descuidarse en lo que le importa: no obrar a tiempo.

«Al que se le duerme el gallo ó la quiere echar de valientito, le apesta el pescuezo á lazo   —225→   de puerco» (Astucia, tom. I, cap. 6, página 105).

HABER COMIDO GALLO. Mostrarse agresivo: buscar camorra.

«Ha comido gallo: á todos insulta» (Astucia, tom. II, cap. 6, p. 163). «¡Hay tiros en la calle! gritaban desde el corredor. ¡Otro pleito! ¡Han comido gallo!» (FACUNDO, Baile y Cochino, cap. 8).

NO IRLE A UNO NADA EN EL GALLO. No tener interés alguno en un asunto.

«Sin que les vaya nada en el gallo» (MORALES, Gallo Pitagórico, p. 192).

PARARSE DE GALLO. Insolentarse, resistirse, mostrar resolución de no obedecer.

«Temo que el día menos pensado hasta á mí se me pare de gallo» (Astucia, tom. I, cap. 1, p. 9). «¡Cómo se enfullinaba cuando alguno se le paraba de gallito (MICRÓS, Ocios y Apuntes, página 17).

YA NOS COMEREMOS EL GALLO. Expresión de amenaza.

(FACUNDO, Gentes, tom. I, cap. 10).

GANE MI GALLO Y AUNQUE SEA RABÓN. Expresión con que se da a entender que lo importante es conseguir el fin, aun cuando se ponga tacha en el agente.

(MORALES, Gallo Pitagórico, ps. 16, 455).

2. El segundo albur que el montero saca de arriba de la baraja, después de haber echado de abajo las dos cartas del primero. En los montes de alta categoría no se usa ese GALLO.

«Empecé á echarles albur y GALLO» (Astucia, tom. I, cap. 9, p. 161).

Cuba. PICHARDO, p. 158; MACÍAS, p. 568.

3. Nota falsa en el canto.

«Entonces la mujer sería el cenzontle que antes de dar al viento sus cantares se acordara de la llave de do en primera, y se callara antes de atacar el bemol, por temor de hacer un gallo» (FACUNDO, Jamonas, tom. II, capítulo 6).

Gallón. m. En el primero de los artículos concernientes a esta palabra, dice el Diccionario: «Césped que se arranca de las paredes con una pala de metal, y del que se fabrican paredes muy firmes para las huertas». Donde dice de las paredes hay una errata evidente, no salvada en la fe. Debe decir de los prados, como se lee en el Diccionario de Autoridades. La voz GALLÓN es desconocida acá.

Gambusino. m. Min. Minero práctico que se ocupa en buscar yacimientos minerales. Aplícase especialmente a los que van en busca de oro a los placeres.

Gana. ES GANA. fr. fam. Es inútil, es imposible: no hay que empeñarse en ello.

«Pues yo no doy los perros: es gana, decía Pascual» (PENSADOR, Quijotita, cap. 1). «Frecuentemente decía á cada período: es gana, es gana» (Diario de México, tom. II, p. 310). «Vaya, ya dije que no comamos prójimo: es gana, es gana» (Id., tom. V, p. 192 bis). «Es gana: sobre que yo siempre dije que eras tú una chica de mucho juicio» (Id., p. 365). «Sobre que es gana» (Id., tom. VIII, p. 577).

HASTA LAS GANAS. expr. fam. Hasta lo último: con exceso. Úsase comúnmente con el verbo pagar, para dar a entender que uno pagó a otro cuanto quiso, y mucho más de lo justo.

«Restablecía la armonía, siempre alterada, entre los hijos del divino arte, y les pagaba hasta las ganas» (DELGADO, La Calandria, VII).

Ganado. m. «Conjunto de bestias mansas de una misma especie que se apacientan y andan juntas» (Dicc.). El Diccionario de Autoridades, con mejor acuerdo, omitió la palabra mansas, y dijo: «Nombre genérico á las bestias de una especie, que regularmente se apacientan juntas». En realidad, la definición, acá por lo menos, pudiera ser ésta: «Conjunto de animales cuadrúpedos que dan provecho al hombre, y están bajo su dominio»; porque no es necesario que esos animales sean de una misma especie, ni que se apacienten y anden juntos. Un dueño de GANADO puede serlo simultáneamente del de varias especies, manso o bravío, sea que ande y se apaciente reunido, o que viva disperso en una gran extensión de terreno, como se halla en muchos lugares de nuestro país. Por antonomasia llamamos GANADO al vacuno; otros tienen   —226→   nombres especiales, como caballada, mulada, burrada.

Ganancia. f. Cantidad de una mercancía que se da de más al que la compra en junto para revenderla al menudeo, a fin de que pueda darla al mismo precio que el fabricante en su tienda, y obtener alguna utilidad. Es como una especie de comisión, y llega en ciertos casos al extremo de igualar y aun exceder al valor de la compra. Úsase de ordinario dar GANANCIA en el pan, en los bizcochos, en el chocolate y en las velas. Al fin viene a salir del consumidor, porque las piezas gananciadas son algo más pequeñas que las de puerta, o de inferior clase. De puerta se llama lo que se hace para vender al menudeo en la fábrica. Trae la acepción Salvá, como prov. de México.

«En la panadería del Puente de Jesús María se dan seis onzas más en cada real de pan floreado, y su correspondiente ganancia» (Diario de México, tom. VI, p. 152 [252]. Y p. 376; tom. IX, p. 40).

Guatemala. BATRES, p. 299.

Gananciado, da. adj. Que se vende con ganancia. Pan GANANCIADO; velas GANANCIADAS.

Ganar. a. «Llegar al sitio ó lugar que se pretende: GANAR la orilla, la cumbre, la llanura» (Dicc.) Extendemos esta acepción, pues la aplicamos no solamente a llegar, sino a tomar apresuradamente una dirección; y entonces el verbo es neutro y vulgar.

«No salí sino cuando ya habían ganado todos para arriba» (FACUNDO, Mariditos, capítulo 9).

Ganchete. DE MEDIO GANCHETE. mod. adv. A, o de, medio mogate; mal hecho, a medio hacer, sin la perfección debida.

Cuba. PICHARDO, p. 159; MACÍAS, p. 514. Venezuela. RIVODÓ (p. 82), dice al ganchete, por mirar de reojo, y de medio ganchete, puesto en jarras a medias, con sólo un brazo, y mirando de reojo.

ANDAR DE MEDIO GANCHETE, fr. fam., andar de medio lado, con dificultad, indispuesto, por cansancio o por enfermedad.

Gandinga. f. ant. Adorno de traje, que ignoro en qué consistía.

«Dos chaquetas; una de pana negra, guarnecida de lantejuelas, con gandingas de listón de raso color de rosa, y ribeteada de cintas de oro» (Diario de México, tom. VIII, p. 44).

Gandul. m. El Diccionario le califica de adjetivo, «tunante, vagabundo, holgazán»; pero acá se usa como sustantivo (antes más que ahora), y se aplica a los indios bárbaros.

«Tomaron los padres salir con las vidas, que perdieron miserablemente cincuenta gandules y quince niños, todos cristianos» (MOTA PADILLA, Hist. de la N. Galicia, capítulo LXXIII, núm. 6). «Anduvo muy inconsiderado este capitán en castigar, sin grande averiguación, á estos pobres gandules indefensos» (BEAUMONT, Crón. de la Prov. de Mich., pte. I, lib. 2, cap. 6) «Eran como unos ciento y cincuenta gandules» (ID., ib., cap. 11). «No vieron los nuestros en todo el camino más de una cuadrilla de indios de hasta ciento y cincuenta gandules». «Son estos gandules muy salvajes». «Vivían como los gandules de los llanos de las vacas». «No encontró Coronado más que una cuadrilla de unos cincuenta gandules» (ID., ib., cap. 12).

Armas dice (p. 52), que se dio este nombre a una tribu de indios de Costa Firme.

V. ESCOLTERO.

Ganzuero. m. Ladrón que abre cerraduras con ganzúa.

Garambullo. m. Cereus garambullo. Cáctea del género cereus que lleva por fruto una especie de tunilla roja, a que se da el mismo nombre. Suele usarse en medicina vulgar como diurético y refrescante.

«Algunos garambullos se mezclan de vez en cuando entre las palmas» (FACUNDO, Isolina, tom. I, cap. 1).

Garantías INDIVIDUALES. Derechos que la constitución y leyes de un Estado garantizan a los ciudadanos. Ortúzar dice, con razón, que «es de mucho uso; pero no tiene aún lugar en el Diccionario».

Perú. «Consigan vdes. del Sanedrín que declare la patria en peligro, y eche al huesero las garantías individuales» (PALMA, Traslado a Judas).

Garañón. m. «Asno grande destinado para cubrir las yeguas y las burras. || Camello padre» (Dicc.). Llamamos especialmente GARAÑÓN al caballo   —227→   padre: el asno destinado a cubrir las yeguas se llama burro manadero.

V. TERREROS.

Garapiña. f. Especie de cerveza hecha de un cocimiento de cebada con cáscaras de piña. Al tiempo de embotellarla se le pone azúcar, y se deja fermentar.

«Anda, mujer, que se acaba25
La garapiña temprano».

(El Hidalgo en Medellín, p. 18)                


Cuba. PICHARDO, p. 159; MACÍAS, p. 574.

Garbancero, ra. m. y fam. Criado o criada joven, de raza indígena o mestiza, que se emplea en el servicio doméstico. No es voz de mucho uso en la capital, y menos en el género masculino.

«No se le puede conceder más lugar, que de una buena garbancerita» (Astucia, tom. I, cap. 15, p. 333). «No merecía más calificación, que de una magnífica garbancera» (Id., p. 334). «Voy á enseñar á Diego Corrientes cómo corresponden las garbanceritas á sus caricias: ¿Vd. cree que sea tan indino, que ha dicho que sólo estoy buena para garbancera (Id., p. 343). «¿Pos qué tiene ora sed? preguntó con cierta intención erótica el más joven de los garbanceros». «Si la fregatriz hubiera contestado á secas que tenía ó no tenía sed, el garbancero habría dado la vuelta indiferente» (FACUNDO, Baile y Cochino, cap. 7).

V. GATA. PILHUANEJO.

Garbanzo. m. fam. Lo mismo que garbancera.

2. Como colectivo: conjunto de garbanceras.

«Pero cuando se trata de amor en nuestra servidumbre, ó como se dice aquí, entre garbanzos». «Francisca era lo que se llama, propia ó impropiamente, un garbanzo» (FACUNDO, Baile y Cochino, cap. 7). «Un grupo de calaveras, de esos que hacen alarde de su amor al garbanzo» (ID., Las narices, p. 144).

ESTE GARBANZO FALTABA EN LA OLLA. fr. fig. y fam. con que se manifiesta el placer que causa la llegada de una persona, a quien se echaba de menos y que viene como a completar la reunión.

«¡Ah! dijo, este garbanzo faltaba en la olla» (Astucia, tom. II, cap. 7 bis, p. 238). «Ahora sí se completó la tertulia: este garbanzo faltaba en la olla» (PAYNO, Fistol, tom. IV, cap. 7).

UN GARBANZO MÁS NO REVIENTA UNA OLLA. refr. con que se da a entender que donde hay mucho, nada influye un corto aumento; y su principal uso es persuadir o persuadirse a hacer lo que hacen muchos, aunque sea ilícito.

«Donde hay tanto ladrón ¿qué bulto haré yo? Ninguno ciertamente, porque un garbanzo más no revienta una olla» (PENSADOR, Periquillo, tom. II, cap. 4, p. 71). «Pues ánimo, Perico, que un garbanzo más no revienta una olla» (ID., ib., tom. IV, cap. 6, p. 75).

Gargantón. m. Cabestro con que suele rodearse el cuello del caballo de silla, y se cierra con un nudo que cae sobre el pecho, dejando colgar las puntas. Úsase como adorno; y desatado el cabestro, sirve para atar el caballo cuando el jinete se apea.

Garita. f. Entrada, puerta, de la ciudad.

«Previendo que al llegar á la garita la habrían de hallar cerrada» (R. BÁRCENA, Noche al raso, I, p. 30).

2. Oficina situada en cada una de las puertas de la ciudad, y en la cual se recauda el derecho que deben pagar los introductores de mercancías.


«Si no es que ya parezca
Cual entre tocas beata
Ó ermitaño en su cueva,
Ó en su garita el guarda».


(Diario de México, tom. VI, p. 452)                


Garitero. m. Empleado que en la garita recauda el derecho de introducción.

Garitón. m. Garita, 1.ª acep.

«[Había en la cárcel de la Acordada] garitones y multiplicados centinelas en la parte exterior del edificio» (G. OBREGÓN, México viejo, p. 26). «Junto á ellas [las puertas] había garitones para los centinelas» (ID., ib., p. 404).

Garniel. m. «Cinto de los arrieros, al que llevan cosidas unas bolsitas para guardar el dinero» (Dicc.). Los galleros dan aquí este nombre al estuche de cuero en que guardan las navajas de los gallos de pelea.

Garnucho. m. Papirotazo.

«Para nosotros, el Sr. Quirós era un inquisidor: ¿por qué nos daba garnuchos en las orejas?» (MICRÓS, Ocios y Apuntes, p. 17).

Garra. f. Extremidad del cuero   —228→   por donde, mediante un ojal, se le afianza en las estacas al estirarlo. Las garras sirven para hacer cola.

Río de la Plata. GRANADA, p. 224. Bogotá. «Pedazo de cuero endurecido y arrugado» (CUERVO, § 778, p. 538).

NO HAY CUERO SIN GARRAS, expr. fam. con que se advierte que todas las cosas tienen defecto o inconveniente; y también que en ellas no todo es de igual valor y provecho.

Garrafón. m. Damajuana: botellón.

Cuba. PICHARDO, p. 159; MACÍAS, p. 575. Venezuela. RIVODÓ, p. 83.

Garraspera. f. Carraspera. Muy común.

Garrocha. f. Aguijada, 1.ª acep. Vara larga con una punta de hierro de que se sirven los gañanes para arrear los bueyes. En el otro extremo tiene la aquexala. Nunca se usa aquí de la GARROCHA para arrear mulas.

Garrote. m. Freno, 2.ª acep. Galga, 5.º art. Aparato por medio del cual se comprime fuertemente un trozo de madera contra las ruedas de un carruaje, para moderar su movimiento o detenerle del todo.

DAR GARROTE: aplicarle a las ruedas.

Garrotero. m. Guardafrenos. En los ferrocarriles, el encargado de aplicar el garrote o freno a las ruedas, cuando el maquinista lo ordena.

2. Salteador que lleva por única arma un garrote, y sólo acomete a pasajeros indefensos.

Garrudo, da. adj. Forzudo, vigoroso.

«El muchacho es muy garrudo» (Astucia, tom. I, cap. 1, p. 9). «Aquí tengo en este garrudo joven un fuerte apoyo» (Id., tom. I, cap. 1, p. 13).

Gastarse. pr. El Diccionario no atribuye forma pronominal a este verbo sino en la acepción de consumir; mas no autoriza la frase, tan usada hoy en España, o a lo menos en Madrid, de: ME GASTÉ veinte duros en ropa; Entré a la fonda y ME GASTÉ diez pesetas; GÁSTATE en un sombrero. Lo gastado parece ser la persona, y no el dinero que se suelta. Son corrientes, en verdad, frases semejantes, como: Me comí diez ciruelas; Me compré unos zapatos; pero en estas frases no resulta anfibología, porque nadie se come ni se compra a sí propio; y claramente se expresa que se aprovecha o se adquiere alguna cosa. En el primer ejemplo es redundante el me; pero el segundo quedaría oscuro sin el pronombre, pues no se sabría para quién se habían comprado los zapatos. Cuando se usa el verbo GASTAR, no hace falta alguna el pronombre, porque el sentido queda perfectamente claro sin él, y por lo mismo, es corruptela ponerle.

GASTAR no equivale solamente a «destruir, asolar una provincia ó reino», sino que también se aplica en sentido metafórico a personas. De quien ha desempeñado un empleo o cargo sin dar muestra de habilidad, por lo cual ha perdido el favor público, se dice que ESTÁ GASTADO.

Gata. f. fam. Criada o artesanita joven y agraciada.

«¿Se acuerda vd. de la gata de las Gaxiolas? Gata es el nombre con que distinguen á las criadas jóvenes» (FACUNDO, Isolina, tomo I, cap. 3). «No sin que los muy gandules de los mozos echaran su cuarto á espadas acerca de las chicas del patio, y de las gatas y garbanceras que servían en tal ó cual casa». «Gozaba el Gabrielito [...] de mucho partido entre las garbanceras del barrio, y entre las gatas que vivían en seis cuadras á la redonda» (DELGADO, La Calandria, III). «Se llevaba en pos las miradas de las mujeres, no sólo de las gatas y garbanceritas, sino hasta de las muchachas pollas de altísimo copete» (ID., ib., XVII).


«Frente á una gata tan linda
De cinturita tan breve,
Que en un anillo cupiera,
Si fajárselo quisiese».


(G. PRIETO, Musa Callejera, «Romancito», p. 150)                


ANDAR A GATAS. expr. fam. Enamorar a las GATAS.


«De los Tenorios que andan
Por las plazuelas
Persiguiendo criadas
Y oliendo cestas,
Con mucha gracia
Dicen los mexicanos,
Que andan á gatas».


  —229→  

«Allí llaman gatas á las criadas y á las artesanitas» (SOMOANO, ps. 59, 92).

PEDIR LAS GATAS, fr. que al parecer significa pedir perdón. Nunca la he oído.

«Y por último, haber tenido que pedirle las gatas á mi maestro» (Astucia, tom. I, cap. 1, p. 20).

V. ENTRADOR.

Gatazo. m. «Engaño que se hace á uno para sacarle dinero ú otra cosa de valor» (Dicc.). Algo diferente es el sentido que tiene esta voz en la frase echar GATAZO, que es hurtar, arrebatando a excusas alguna cosa, como hace el gato cuando echa la zarpa y huye.

«Y nada menos por eso tuve empeño en echarle gatazo [al anillo]» (Astucia, tom. II, cap. 1, p. 12).

DAR GATAZO, fr. fam. Engañar con apariencias. De una mujer entrada en años que se pinta y adorna, se dice que todavía DA GATAZO, porque de esa manera disimula su edad y puede lograr un partido, o a lo menos lo procura.

Gatear. fr. fig. y fam. Enamorar a las gatas o criadas jóvenes.

Gato. m. En la 4.ª acepción que da la Academia a este nombre convendría añadir que hay también GATOS que funcionan por medio del agua, de igual manera que la prensa hidráulica, y se llaman asimismo hidráulicos.

GATO DE AZOTEA. fam. Persona muy flaca y desmejorada.

«Está la pobre tan descolorida y flaca, que parece gato de azotea» (PENSADOR, Quijotita, cap. 1).

DEFENDERSE COMO GATO BOCA ARRIBA. fr. fam. Defenderse con valor y brío; desesperadamente.

«Y bien que se defendían como gatos boca arriba, animándose á la lid» (MORALES, Gallo Pitagórico, p. 341).

ECHAR EL GATO A RETOZAR. fr. fam. Darse suelta, echarse a robar; substraer repetidas veces un dependiente parte del dinero que pasa por su mano; faltar a la fidelidad debida en el manejo de intereses ajenos.

«Les habrá mandado ese muchacho que echen su gato á retozar por otro lado, para que no comprometan á su padre» (Astucia, tom. I, cap. 8, p. 140). «El otro dependiente también echó su gato á retozar, y fué á tener á Belem» (FACUNDO, Mariditos, cap. 9).

A HONDEAR GATOS DE LA COLA. fr. vulg. para despedir con desprecio o enfado.

«Le contestó enfadado, que se fuera á hondear gatos de la cola» (Astucia, tom. II, cap. 8, p. 292). [Hondear se toma aquí por remolinear como una honda. De ordinario pronuncian jondear].

EL GATO ESCONDIDO Y LA COLA DE FUERA. fr. fam. con que se moteja al que cree tener bien oculta una cosa, y no advierte que está a la vista de todos.

«¡Qué vivo es José! Tiene el gato muy escondido y con la cola de fuera» (Astucia, tomo II, cap. 7, p. 178).

HIJO DE GATO CAZA RATÓN, refr. que enseña que los hijos heredan la índole y costumbres de sus padres, y obran a ejemplo de ellos.

«El hijo del gato caza ratón, dice el refrán» (PENSADOR, Periquillo, tom. II, cap. 11, página 185).

SIENTE UN GATO QUE OTRO ARAÑE. refr. equivalente al de: ¿Quién es tu enemigo? El de tu oficio.

(PENSADOR, Periquillo, tom. II, cap. 2, p. 72; cap. 10, p. 177).

HASTA LOS GATOS QUIEREN ZAPATOS (Dicc.). Acá solemos decir: Hasta los gatos quieren zapatos y los ratones calzones.

Gavilán. m. Crecimiento anormal de la uña, particularmente de la del dedo gordo del pie, en una de sus orillas laterales, y que se encaja en la carne.

Cuba. PICHARDO, p. 161; MACÍAS, p. 578.

Gaza. f. Voz marítima usada ya en el lenguaje común con la significación de ojo, círculo, óvalo que se hace con un cordel o cinta. En especial se llama así la corrediza que se forma con la reata para arrojarla sobre lo que se quiere lazar.

Cuba. PICHARDO, p. 162; MACÍAS, p. 580.

Gazapo. m. Descuido, incorrección en el lenguaje. Acaso corrupción de gazafatón o gazapatón.

Gaznatada. f. «Golpe violento que se da con la mano en el gaznate».   —230→   Nosotros, desentendiéndonos de la etimología, no exigimos que la GAZNATADA haya de darse en el gaznate, y la hacemos sinónimo de bofetada. El Diccionario de Autoridades le da por correspondencia latina colaphus, lo cual parece legitimar nuestra interpretación.

«Sin decirme una palabra, le fué á romper las quijadas á puras gaznatadas» (Astucia, tom. I, cap. 3, p. 43). «Le dió tan fuerte gaznatada, que lo tiró sobre un maguey, de costillas» (Id., tom. I, cap. 15, p. 333). «Si yo fuera ese hombre, ya le hubiera dado una gaznatada por coqueta» (Id., tom. II, cap. 9, p. 299).

Guatemala. GAZNATADA, GAZNATÓN. «Úsase mucho entre nosotros por bofetada, bofetón» (BATRES, p. 300).

Gaznatón. m. Gaznatada recia: bofetón.

«Al sentirse agraviado me dió un fuerte gaznatón que me aventó á gran distancia» (Astucia, tom. I, cap. 10, p. 185).

Guatemala. BATRES, p. 300.

Gendarme. m. Guarda, agente de policía en las ciudades, que ha substituido ventajosamente en ese oficio, al sereno, al diurno, y al aguilita.

«Un momento después, D.ª Candelaria estaba rodeada de tres gendarmes». «Así lo hizo un gendarme, mientras otro golpeaba la puerta con su garrote» (FACUNDO, Fuereños, cap. 16).

Género. m. Cierto paso de caballo, que ya no se conoce, a lo menos con ese nombre.

«Un caballo colorado mascarillo, tresalbo, de un cuerpo regular, buenos anchos, de género, que quiebra en sobrepaso nadado» (Diario de México, tom. VII, p. 370). «Un caballo de color borcelano, chico, doble, de género» (Id., tom. VIII, p. 300).

Genioso, sa. (MAL). adj. De mal genio.

«Era mal geniosa, severa, regañona, irascible á veces» (DELGADO, La Calandria, XV).

Genique. m. Voz que usa el historiador Mota Padilla (V. CADE), y parece equivaler a Henequén ó Nequén. La trae el Diccionario Marítimo como sinónimo del Abacá de Filipinas. Dice que el GENIQUÉ o GENIQUÉN de Veracruz es la pita del maguey, que elaborada en cables y cuerdas toma aquel nombre.

Gente. f. Nombre colectivo que significa pluralidad de personas, y que no tiene plural sino cuando se trata de pueblos, clases o reuniones de gente. Al Mesías se da el nombre de «El deseado de las GENTES», esto es, de todos los pueblos. Por lo mismo no debe usarse como sinónimo de persona, cual lo hacemos de continuo, diciendo: Ahí van dos GENTES; Vino una GENTE a buscarte. El Diccionario de Autoridades dice que significa alguna vez persona en singular, «como cuando la ronda encuentra á un hombre solo y le pregunta qué gente?». Mas en esto va errado, porque la misma pregunta se hace a una persona que a un grupo, y tiene por objeto averiguar a qué clase pertenece la una o el otro; es decir, si se trata de paisanos o de militares.

«Un grupo ó puñado de gentes, entre hombres y mujeres» (Diario de México, tomo VIII, p. 293). «Me parecía el hecho más bárbaro [...] que hubiese gentes que estuviesen á mirarlos con indiferencia» (Id., página 294).


«Si por dicha cazares
Aquí hay proporción buena,
Y buscaremos gentes,
Si por desgracia juegas».


(ID., p. 310)                


«Familiarizar á las gentes con las obras maestras de la escultura antigua» (FACUNDO, La teoría y la práctica, p. 200). «Contra el generalizado vicio de la embriaguez, y contra el espíritu de esas gentes que desean vivir en un país de bendición» (ID., Las botellas, p. 15). «Las gentes encontraron [...] que el cumplimiento, objeto principal del código, era un tanto cuanto embarazoso». «Entonces las gentes vuelven sobre sus pasos, reconociendo la necesidad de los cumplimientos» (ID., Los cumplimientos, ps. 67, 71). [El mismo autor intituló una de sus novelas Las gentes que son así].

Es común decir GENTES, por familia o parentela: Mis GENTES, tus GENTES; aunque el Diccionario enseña expresamente que en casos tales debe usarse el singular.

«Sin necesidad de privarles de su libertad y del lado de sus gentes» (Diario de México, tom. I, p. 211).


«Y he sufrido tantos daños,
Y he perdido tantas gentes».


(FACUNDO, La Asociación Gregoriana, p. 263)                


GENTE se llama también el conjunto de los trabajadores de una hacienda.

Cuba. PICHARDO, p. 162; MACÍAS, p. 581.

  —231→  

HACERSE GENTE. fr. fam. Adquirir bienes y representación en la sociedad.

HACER GENTE a uno, fr. fam. Sacarle del polvo, instruirle, darle posición.

Perú. «Ya que los lampeños han sido tan desagradecidos con el que los hizo gentes, he recurrido al chicote» (PALMA, La fiesta de San Simón).

SER GENTE. fr. fam. Tener representación en la sociedad. Comúnmente se dice del que tuvo bajos principios, y se ha elevado.

Giote. (Del mex. xiotl, empeine o sarna. MOL.). m. Empeine, 2.º art., 1.ª acep. Con este nombre se conocen vulgarmente varias enfermedades de la piel, como eczemas, líquenes, pinto blanco, etc.

«Hay otros [árboles] que llaman quauhxiotes, que quiere decir árboles de lepra; y éstos tienen la corteza como lepra de acá, que es ordinaria, llamada xiote, que es á manera de empeine, que traen el cuero apostillado» (Descr. de Ixcatlán, 1579, MS.). «¿Cuántas veces vemos niños, hijos de padres robustos, llenos de sarna, granos, escrófulas, giotes, etc. (PENSADOR, Quijotita, cap. 2).


«Las escaras que le cubren
La piel, y nombre le han dado
De escamas, es una lepra
Que abunda en el obispado
De Oaxaca, por Pochutla
Y los pueblos comarcanos,
Allí le llaman giote...».


(Diario de México, tom. III, p. 470)                


Giro, ra. adj. ant. «Hermoso, galán» (Dicc.). Hoy decimos GIRO al que está fuerte, sano, ligero. Fulano estuvo enfermo; pero anda ya muy GIRO.

2. Aplícase al gallo que tiene amarillas las plumas de la golilla y de las alas, y negras las del cuerpo.

Cuba. PICHARDO, p. 213; MACÍAS, p. 730 (ambos escriben jiro). Bogotá. CUERVO, § 596. Venezuela. RIVODÓ, p. 252. Guatemala. BATRES, p. 298.

Glasear. a. «Dar al papel el brillo del glasé en una máquina con dos cilindros, colocados horizontalmente uno encima de otro, y que giran en el mismo sentido». Así se lee en el Diccionario; pero si los cilindros giraran en el mismo sentido, sería imposible la operación: giran en sentido contrario.

Glicerina. f. El Diccionario dice que «se empleó en perfumería». También, y acaso más, en medicina (Farmacopea Mexicana, p. 180).

Gloria Patri. m. Diez: cuenta más gruesa que se pone en el rosario para dividir las decenas.

DE GLORIA PATRI, fam. De tres al cuarto; de medio pelo. Casita de GLORIA PATRI.

En Chile dicen de gloria patria, en igual sentido (RODRÍGUEZ, p. 231).

Glorieta. f. Lo que el Diccionario llama GLORIETA es acá cenador o kiosco. Por GLORIETA entendemos una plazoleta, comúnmente circular, que se forma en un paseo, rodeada de árboles, y por lo común, también de asientos. En el centro suele haber una fuente, estatua o sitio para música.

Cuba. MACÍAS, p. 582.

Golilla. f. Cerco de plumas que rodea el cuello del gallo, y que éste eriza en forma circular cuando se irrita y se dispone a la pelea.

«Vaya, vaya: por vida de [...]. No levantes golilla, gallito mío» (MORALES, Gallo Pitagórico, p. 128). «No levantes tanta golilla: cálmate un poco» (ID., ib., p. 187). «Otros levantando todavía golilla, cantaban con entusiasmo» (ID., ib., p. 353). «Se acordaron de que eran gallos y levantaron golilla» (ID., ib., p. 423).

Cuba. PICHARDO, p. 163. MACÍAS, p. 583.

Golondrino, na. adj. Aplícase a la bestia mular negra que tiene el hocico y la verija de color leonado subido.

«Una mula prieta golondrina» (Diario de México, tom. II, p. 462; y tom. VIII, ps. 420, 500). «Dos mulas: un retinta nueva, de carga, y la otra golondrina» (Id., tom. VI, página 456).

Golpe. m. Instrumento de hierro, semejante a un mazo, y con mango de madera, que sirve para partir piedras, y los mineros le emplean para quebrar el mineral.

2. Damos igual nombre al portero de golpe, que es «el que en la cárcel cuida de una segunda puerta, que suele tener pestillo de ruido para notar cuando se mueve» (Dicc.).

Golpiza. f. fam. Acción y efecto de   —232→   golpear a una persona: tunda. Análogo a cueriza, tranquiza, paliza, etc.

Gomitar. a. Vomitar. Forma anticuada española, que el vulgo retiene todavía.

«En espacio de dos ó tres horas le sobrevino un disenteria internal, é gomitó é desmayó» (Pesquisa secreta contra Cortés, MS.) .

Cuervo, (§ § 666, 689), dice que pertenece a la monserga vulgar de Bogotá. Guatemala. BATRES, p. 301.

Gómito. m. Vómito. Forma antigua; hoy del vulgo.

«Para provocar á gómitos, una raíz que en zapoteco llaman cuanalaa, y en mexicano chichicpatli: dado á beber y desleída en agua provoca á los gómitos que dije» (Descr. de Tecuicuilco, 1580, MS.).

Gorbetear. n. Picotear: levantar y bajar continuamente la cabeza el caballo.


«Si un extraño lo montaba
Iba inquieto gorbeteando».


(Chamberín, p. 10)                


Gorbeteador, ra. adj. Que gorbetea.

«Sírvase decirme provisionalmente qué precauciones se practican al tiempo de domar los caballos, para que no salgan picoteros, ó (como acá decimos) gorbeteadores» (Diario de México, tom. VII, p. 313).

Gorda. f. Tortilla de maíz mucho más gruesa que la común, y que por lo mismo, dura más tiempo sin endurecerse.

«Hay mucha variedad en la hechura de las tortillas, pues unas hay que las hacen muy gordas, del espesor de un dedo, que llaman gordas, y las cargan los indios y los rancheros de las haciendas, para usar de ellas en sus caminatas» (BEAUMONT, Crón. de la Prov. de Mich., pte. I, lib. 3, cap. 1). «¿Traen tortillas? -Traigo unas gordas y refino» (FACUNDO, Gentes, tom. I, cap. 18).

V. TLECUILE.

Gorguz. m. Puya de la garrocha.


«En la grama y trébol
De un vistoso llano,
Resarciendo quiebras
Se hallaba un buey flaco;
Cuando se le acerca
Muy acelerado
Y haciendo corbetas
Un gordo caballo.
Fija éste la vista
En el bruto manso,
Que en la piel descubre
Del gorguz mil rasgos».


(BASURTO, Fáb. VI)                


Gormijo. m. fam. Pequeñuelo; dim. de PEQUEÑO, 2.ª acep. Niño de muy corta edad.

Gotero. m. Aparato pequeño, por lo común de vidrio, que sirve para verter un líquido gota a gota. Le hay de diversas formas, y es de mucho uso en medicina y en farmacia.

Gracejada. f. Chiste, donaire falso, sin gracia y de mal género. Decir, hacer GRACEJADAS.

Guatemala. BATRES, 310.

Gráfico, ca. adj. fig. Que expresa al vivo; que describe fielmente; como si lo pusiera a la vista. Palabra, expresión, descripción GRÁFICA. También se usa en España, según texto de Valera (J.) que cita Ortúzar, p. 165.

Grajeado. m. Bizcocho de huevo con granos de azúcar por encima.

«Dividía en cuatro rebanadas largas un grajeado» (FACUNDO, Gabriel, tom. I, cap. 3).

Granadita, o GRANADITA DE CHINA. f. «GRANADILLA. f. Flor de la hierba pasionaria» (Dicc.). La GRANADITA no es la flor, sino el fruto de la pasionaria, o flor de la pasión, como llamamos vulgarmente a esa planta (Passiflora edulio). Terreros dice con más exactitud: «GRANADILLA FRUCTÍFERA, planta de América cuyo fruto se llama también granadilla: es ovalado, mayor que un huevo, con una cáscara fuerte y amarilla, la cual se separa del resto, y queda una camiseta blanca que encierra un fruto jugoso y sano». La GRANADITA es mucho mayor que un huevo; la cáscara exterior es amarilla, delgada y recia; quitada, queda como un saquito formado de una substancia blanca y esponjosa, que se confita de diversas maneras. El interior está lleno de una pulpa muy tierna, casi glutinosa, que envuelve multitud de pepitas de color oscuro; esta parte se come en su estado natural: es dulce y fresca.

Creo que la GRANADILLA de que habla el Diccionario no es la nuestra, sino producto de otra variedad de pasionaria, cuyo fruto no llega a término: no cuaja. La flor de nuestra planta no es azul, sino de varios colores.

  —233→  

Perú. ARONA, p. 248. Guatemala. BATRES, p. 302.

Grande. adj. Damos nueva acepción a este adjetivo, pues le empleamos para significar que una persona es ya de edad.

«Una cocinera que sea grande en edad» (Diario de México, tom. III, p. 280). «Pérez vivía con una señora grande» (FACUNDO, Chucho, tom. I, cap. 6).


«Ya es señor grande
Don Trinidad».


(G. PRIETO, Poes. fest., «La Sacamisa», p. 115)                


V. ENFERMARSE.

Preferimos decir MÁS GRANDE, en vez de mayor.

«El Don Tranquilino es seis ú ocho años más grande» (Astucia, tom. I, cap. 13, p. 285). «Ya pronto se le quitará ese gravamen [de mi hermana], pues es más grande que yo» (Id., tom. II, cap. 2, p. 64). «Una hija que por desgracia perdí, la más grande, era mi encanto» (Id., tom. II, cap. 12, p. 304). «Solares mandó despejar la sala, encargando al más grande de sus hijos, que se llevara á los demás» (FACUNDO, Gabriel, tom. I, capítulo 17).

V. CHAPARRÓN.

PAPÁ GRANDE, MAMÁ GRANDE dicen sin excepción los niños, en vez de abuelo, abuela.


«No hay allí abuelos ni abuelas,
Son señores respetables
A quienes sus nietos llaman
Papá grande y mamá grande».


(SOMOANO, p. 27)                


Grandulón, na. adj. Grandillón, grandullón.

Venezuela. RIVODÓ, p. 143. Buenos Aires. SEIJAS, p. 62.

Granjeador, ra. adj. Gitano (3.ª acep.): que sabe atraerse las voluntades.

«Era no sólo bonita sino muy hacendosa, humilde y granjeadora» (PENSADOR, Quijotita, cap. 11).

Granjear. a. Ganar la voluntad de una persona. Nuestro uso de este verbo corresponde a la última de equivalente a CAPTAR, que le da la Academia, con la particularidad de que captar y GRANJEAR piden que se exprese la cosa que se capta o GRANJEA; mientras que nuestro GRANJEAR tiene por complemento directo la persona misma cuya voluntad, estimación, etc., se GRANJEA, como se ve en los siguientes ejemplos.

«Simplicio costeaba el gasto, y á todos nos granjeaba el pobrecito» (PENSADOR, Catrín, cap. 6). «Barrí, sacudí é hice cuanto pude por granjearlo» (ID., Periquillo, tom. II, cap. 11, p. 196). «El pobre me granjeaba contándome lo que oía hablar de mí en la casa de su amo» (ID., ib., tom. III, cap. 1, p. 24). «Esta súplica la acompañó con el estuche que le había yo comprado, con el que se dió por muy granjeado el maestro [barbero] Apolinario» (ID., ib., tom. III, cap. 2, p. 29).

Grasas. f. pl. Metalurg. Natas o escorias. Productos de la escorificación de los minerales de plata que se benefician por el método de fundición, y se forman en el lecho de fusión del horno. Son silicatos de fierro con azufre, y algo de plomo accidentalmente. Entran como fundentes en la formación de la revoltura, en proporción media de ciento cincuenta por ciento, respecto al mineral.

Dase igual nombre a la substancia, compuesta de los mismos elementos, que se forma en la mufla, en el fenómeno de la escorificación en los ensayes del mineral de plata.

Grasero. m. Escorial. Sitio destinado en las haciendas de fundición para depositar las grasas.

2. El montón que con ellas se forma.

Gratis. adv. m. Muy usado es por acá decir DE GRATIS, añadiendo un de superfluo. Lo mismo en Bogotá, según Cuervo, § 381.

Gratuito, ta. adj. Sin razón, sin pruebas ni fundamento: cargo GRATUITO; aseveración GRATUITA.

ORTÚZAR, p. 167.

Grávido, da. «adj. poét. Cargado, lleno, abundante. Dícese especialmente de la mujer en cinta» (Dicc.). En la 12.ª edición del Diccionario apareció por primera vez este adjetivo con ambos géneros y como propio del lenguaje poético. Aquí es ya viejo y del lenguaje común algo pulido; pero sólo en la terminación femenina, y aplicado exclusivamente a la mujer en cinta; la masculina es desconocida, y nadie se atrevería a usarla.

  —234→  

«Casi á un tiempo estuvieron grávidas las dos hermanas» (PENSADOR, Quijotita, cap. 1). «Dime, ¿es cierto ó me parece que está grávida? -No os entiendo. -Que está en cinta ó embarazada, como suelen decir» (ID., Noches, III, p. 45). «Luego que [...] esta le dijo que estaba grávida [...] ya no la volvió á ver» (ID., Periquillo, tom. IV, cap. 13, página 172).

De paso advertiremos, para gobierno de extranjeros, que la palabra preñada se tiene por soez y jamás se usa entre gente culta; si se trata de mujeres, se dice comúnmente embarazada, y si de bestias, cargada.

V. GUANAJA.

Gregorito. m. fam. Burla, chasco pesado; molestia, pejiguera. Es voz moderna.

«Estos dioses penates se llaman bolichada, negocitos que no faltan, la de buenas, se hizo la mía, proyectitos, entompeatada, gregorito, busca legal, echar tratarla, cambalachear, ingeniarse, buscar la mosca, no ser manco, etc.» (FACUNDO, Isolina, tom. II, cap. 12). «Quedarse: he aquí un gregorito reservado por la suerte en la naturaleza, entre todas las hembras, sólo á la mujer» (ID., Jamonas, tom. I, cap. 7). «Van á jugarle un vinatero ó un gregorito, como se ha dicho después, á los vinateros mismos» (ID., Las botellas, p. 11). «No faltaba más, decimos que con ese gregorito en el cuerpo [...] se pusiera á leer gacetillas insulsas» (ID., El regidor y la gacetilla, p. 204). «¡Ah! ¿pues sabe vd. que es un gregorito (ID., Gentes, tom. II, cap. 13).


«Pues nada, que Chole y Chucha
Nos dieron un gregorito...».


(SOMOANO, p. 28)                


Cuba. «Chasco ó petardo. Es término de mucho uso en México, y que por lo mismo, ha dado á conocer la inmensa emigración cubana» (MACÍAS, p. 589).

Greña (En). mod. adv. Que está sin purificar o sin recibir el último beneficio, como: trigo en GREÑA, el que no está trillado; sebo en GREÑA, el que se halla como salió de la res, etc.

Greta. f. Almártaga: litargirio. Óxido de plomo que se forma en el vaso durante la afinación de los plomos que contienen la plata recogida de los minerales argentíferos en el horno de fundición. Salvá trae la voz como anticuada; aquí no lo es.

«Semanariamente salen de este [mineral] porciones de plomos y gretas» (Gaceta de México, febrero 1729). «Consúmense de greta catorce mil quintales, que valen cuarenta y dos mil pesos» (Id., enero 1736). «Se conducen más de cuatro mil mulas, otros tantos caballos, porciones de sebo, pieles, queso, vino para decir misa, barros, plomo, greta y otra máquina de ingredientes» (MOTA PADILLA, Hist. de la N. Galicia, cap. LXII, núm. 6). «Como descubridor y restaurador de aquellas vastas serranías y minerales, en los que se incluyen toda especie de producciones, como de oro, plata, plomo, greta y acero» (Diario de México, tom. VII, p. 360).

2. También se llama así, vulgar e impropiamente, a las grasas que se forman en la mufla, y que los alfareros emplean para vidriar el barro.

Gringo, ga. m. y f. El Diccionario dice solamente que GRINGO equivale a griego en la fr. fam. hablar en GRINGO, hacerlo en un lenguaje ininteligible. No la aplica, pues, a personas. Sin embargo, ya se usaba así en España hace más de un siglo. En Terreros leemos: «GRINGOS, llaman en Málaga á los extranjeros que tienen cierta especie de acento que los priva de una locución fácil y natural castellana; y en Madrid dan el mismo y por la misma causa, con particularidad á los irlandeses». Y en Salvá: «Apodo que se da al que habla una lengua extraña. En la América Meridional llama así la plebe á todos los extranjeros, señaladamente á los italianos». El uso en México es llamar GRINGOS a los extranjeros que no son de raza latina, y más especialmente a ingleses y norteamericanos.

«Ya creía [yo] descubrir [en el cuadro] todas las perfecciones anatómicas y de tono y colorido, y hasta la atmósfera de que acababa de hablar el gringo [un inglés]» (ROA BÁRCENA, Noche al raso, IV, p. 68).


«Tienes túnico ¡qué gracia!
Gastas botines de raso,
Porque el gringo de tu hermano
Ya te está cevilizando».


(G. PRIETO, Musa Callejera, «Romance», p. 295)                



«Se citaron con nosotros
Y se fueron con el gringo».


«En México se llama gringos á todos los extranjeros [esto no es exacto], menos á los españoles, por considerarnos de la familia, como realmente somos» (SOMOANO, ps. 28, 88).

La voz parece haberse extendido por   —235→   toda la América Española. Batres dice (p. 303), que es «americanismo que se usa para denominar á los ingleses ó yankees». Arona (p. 251), califica de disparate cuanto dice Salvá, y en su concepto, gringo, gringa, no es más que inglés, inglesa. Ortúzar, chileno, dice (p. 167), que gringo es apodo con que se designa regularmente a los ingleses. Rodríguez (p. 232), lo mismo. Granada (p. 228), asienta que es término vulgar con que se moteja al extranjero cuya habla difiere totalmente de la castellana, como el inglés, el alemán, el francés, el italiano, y que no se dice nunca gringo al español, al hispanoamericano, al brasileño ni al portugués.

El origen de la palabra es desconocido. Ramírez, en sus Noticias Históricas y Estadísticas de Durango (p. 79), dice que nosotros la hemos visto inventar, sacándola quizá de un disparate. Como era ya conocida hace mucho tiempo en España, y anda por casi toda la América española, no puede ser invención nuestra y reciente. Igual objeción puede hacerse al origen que se le atribuyó en un periódico de la capital.

«Habían llegado á Mazatlán (Est. de Sinaloa) unas embarcaciones inglesas, y los marineros saltaron, y como cosa natural para los marineros ingleses, se pusieron una turca, y algunos de ellos se paseaban en las calles, cantando una canción inglesa, cuyo estribillo comenzaba así: "Green grow the rushes". Los mexicanos que los oyeron después de repetidas veces, al verlos pasar cantando la canción, decían: allí vienen los gringos. Después de esta fecha se generalizó la palabra en este puerto, y después en todo el país» (El Tiempo, agosto 2, 1893).

No se dice cuál fue esa fecha. La anécdota podrá ser cierta; pero no nació de allí el GRINGO. Y a propósito de esta palabrita: ¿a qué conducen esos apodos despectivos de gachupín, gachuzo, gabacho, gringo, yankee, con que se insulta a los extranjeros, y que engendran enemistades y aun riñas? Apenas pueden pasar en conversación muy familiar o en algún artículo jocoso; pero usarlos en público o estamparlos en escritos serios, arguye falta de cultura, y es cursi en grado superlativo.

Añadiré de mi cuenta una conjetura, por lo que valiere. Los irlandeses, como católicos, no tenían que temer persecuciones religiosas en España, y por, lo mismo, acudían allá muchos. Aún conservan apellidos irlandeses varias familias españolas. Por Terreros sabemos que en Madrid se daba con particularidad a los irlandeses el nombre de gringos. El escudo de armas de Irlanda es una arpa con el mote Erin go bragh. Erin es el nombre antiguo de la isla, y el go bragh significa [...]. Si pronunciamos las dos primeras palabras del mote eringo, tendremos una muy semejante a gringo.

(O'Higgins 36.º virrey del Perú era irlandés, 1796-1800).

«Aquello de tener el pelo rubio colorado (D. Demetrio O'Higgins, irlandés) y de hablar el castellano no con mucho acento de gringo, dió al principio motivo para que el pueblo no lo creyera muy católico-apostólico-romano» (PALMA, «De cómo a un intendente le pusieron la ceniza en la frente». 3, 316).

Griterío. m. Gritería.

ORTÚZAR, p. 167.

Grullo, lla. adj. Color de caballo, que tira a ceniciento más o menos oscuro.

«Seis mulas grullas, nuevas y fuertes» (Diario de México, tom. I, p. 326). «En dos por tres ene tienen á pie, sin más avío que un grullito» (Astucia, tom. I, cap. 9, p. 163).

2. fam. Peso duro.

«Ya veremos: yo sé muy bien que tiene sus doce mil grullos» (FACUNDO, Gentes, tom. I, cap. 13).

Grupada. f. V. Cabriola.

Grupera. f. Así llamamos siempre a la baticola.

Guacamole. (Del mex. «Ahuacamulli, guisado de aguacates: aguacate y mole». MEND.). m. Ensalada de aguacates, jitomate, cebolla cocida y chiles verdes. La trae Salvá como pr. de Cuba.

Cuba. PICHARDO, p. 168; MACÍAS, p. 601; ARMAS, p. 69. Costa Rica. «Huacamol [...]. La palabra es poco usada aquí: es más de Nicaragua   —236→   y del resto de Centro América» (FERRAZ, p. 71).

Guacamote. (Quauhcamotli seu Yuca. HERN. Manihot utilissima. POHL Manihot aipi. Farm. Mex., p. 70). m. Yuca: dulce, mandioca, especie de camote basto, largo y delgado, con un corazón que parece pábilo. Cómese cocido, y es casi insípido. Su fécula puede servir como sucedáneo del arrou-root, y también se saca de ella almidón.

«La raíz y cabeza del maguey cocida también usan, y otras raíces que llaman quauhcamotes, que es el cazabe» (Descripción de Zumpango, 1582, MS.). «Cocidas como el camote ó guacamote, son más sensuales» (MOTA PADILLA, Hist. de la N. Galicia, cap. XCIII, núm. 10).

Guácaro. m. Especie de casaquilla corta que se usó antiguamente.

«Fué grande la sorpresa de las señoras [...] al ver á D. Primitivo á caballo, de guácaro color de haba» (Astucia, tom. I, cap. 2, p. 24).


«Lleva el hombre gran sombrero
De vicuña con hebilla,
Sus pantalones de cuero
Su huácaro de indianilla
Y una panza de usurero».


(D. Simplicio, tom. I, núm. 1)                


Cuba. Pichardo (p. 188), dice que así se llamaba antiguamente la levita. MACÍAS, página 602.

Guachinango. m. Pez de mar, notable por su color rosa subido, casi rojo, cuando está crudo, y que desaparece en el cocimiento. Se trae de Veracruz, y es el de mayor consumo en esta capital. En Cuba tiene el mismo nombre, y también el de pargo.

2. m. y f.. Apodo que aplican en Veracruz a los originarios de las poblaciones arribeñas o distantes de la costa. En Cuba a los mexicanos en general; y metafóricamente a la persona astuta, zalamera o lisonjera con interés (TERREROS. SALVÁ).

«¿Qué, soy acaso algún sastre?
¡Háyase visto! Mulatos,
Jibaros: criollos al fin:90
¿Somos todos guachinangos,
O polizones?».

(El Hidalgo en Medellín, p. 77)                


3. adj. Perteneciente al guachinango (2.ª acep.) o propio de él.

«Pasó [una actriz] á la Habana. Notó sin duda que allí, como en todos los países donde se habla el castellano, advierten no sólo el defecto referido, sino también aquel tonillo afectado y humilde que vulgarmente llaman guachinango» (Diario de México, tom. VII, p. 107).

Cuba. PICHARDO, p. 169; MACÍAS, p. 603. Rivodó (p. 87) copia a Pichardo.

Las etimologías que atribuyen a este nombre no satisfacen. Según Mendoza, es nombre geográfico, y viene del mexicano Cuauhchinanco, que se deriva de cuauhtla, bosque, chinamil, seto y co, lugar de; y en efecto, hay en Jalisco un pueblo de este nombre. Pero falta saber por qué pasó al pez y a las personas. Macías dice, hablando de aquel: «Especie de pargo colorado como los cachetes de los arribeños» Si admitimos esta explicación, podríamos decir que por ser general el color quebrado en los habitantes de las costas y de las Antillas, les llamó la atención el más fresco de algunos arribeños, y aplicaron al pez rojo el nombre que ya daban a aquellos. Mas ¿por qué los llamaron guachinangos? ¿El nombre pasó del pez a los arribeños, o viceversa? Macías asegura que Bernal Díaz se atrevió a decir que guachinango era voz indígena de Cuba en la significación de extranjero. No recuerdo el pasaje; pero la voz es indudablemente mexicana. El uso común es escribir con H el nombre del pueblo, y con G el del pez y el apodo.

Guadañero. m. Dueño o conductor de guadaño.

Cuba. PICHARDO, p. 165; MACÍAS, p. 605.

Guadaño. m. Bote pequeño que sirve para trasportar mercancías y personas de los buques a tierra y viceversa. Úsase en Veracruz.

«La furiosa marejada [...] estrelló un guadaño contra las puertas del muelle». «Se perdieron enteramente [...] siete guadaños» (Diario de México, tom. VII, ps. 63, 91).

Cuba. PICHARDO, p. 169; MACÍAS, p. 605.

Guagua (De). m. adv. De balde.

Cuba. PICHARDO, p. 169; MACÍAS, p. 605.

Guajada. f. fam. Tontera, bobería, necedad; acción propia de un guaje o bobo.

Guaje. (Del mex. uaxin. SIM. Hoaxin. HERN. Acacia. Crescencia alata.   —237→   COLM. esculenta). m. Árbol grande que crece en las tierras calientes y produce unas vainas comestibles, a pesar de su mal olor.

«Hay otro árbol silvestre que se dice guajin: éste cría unas vainas de á palmo, y dentro de ellas unos granos verdes de la hechura de la lenteja, tres veces mayor. Estos comen los naturales con maíz tostado: hieden á ajos» (Descr. de Tenamastlán, 1579, MS.). «Huajin, que es una comida de poca substancia» (Descr. de Ameca, 1579, MS.).

2. Calabazo compuesto de dos cuerpos casi esféricos, el uno mayor que el otro, y unidos por un cuello corto. Le usan mucho los caminantes para llevar provisión de agua u otra bebida.

«Contribuían los indios á sus caciques con oro en barras y en platones, y en ciertas medidas, como de guajes, calabazas y tecomates» (BEAUMONT, Crón. de la Prov. de Mich., pte. I, lib. 1, cap. 27).

V. CALABAZA.

3. adj. Bobo, sandio. Muy usado.

«Yo á todos les fingía que era un guaje propio para tomar agua» (Astucia, tom. I, cap. 9, p. 165). «Ya no bailarás con ese bestia que se ha medio tratado por guaje» (Id., p. 169). «No seas guaje, dijo D.ª Rufina» (Id., p. 178). «Tú fuiste un guaje» (Id., tom. I, cap. 12, p. 148). «Te han visto cara de guaje» (Id., tom. I, cap. 14, p. 248). «No seas guaje: aquí está la lumbre» (Id., p. 312). «Se mordió los labios de coraje de haber sido tan guaje» (Id., p. 333). «¿Penas? ¡Ah, guaje! ¡Ten ánimo! ¡Adiós!» (DELGADO, La Calandria, XIII).

HACER GUAJE A UNO, fr. fam., engañarle como a un bobo.

«Pero no, mialma, que no la hagan á vd. guaje» (FACUNDO, Baile y Cochino, cap. 5).

HACERSE GUAJE, fr. fam., hacerse el bobo, el desentendido.

«¡Adiós! Hazte guaje» (DELGADO, La Calandria, XXXVIII).

NO NECESITAR GUAJES PARA NADAR, fr. fam. No necesitar de calabazas para nadar; tener uno bastante industria para manejarse por sí solo.

«No necesitamos guajes para nadar» (Astucia, tom. I, cap. 15, p. 343).

Guatemala. «A las baratijas, chismes ó utensilios menudos llaman guajes» (BATRES, página 308).

Guajear. n. Fingirse guaje o bobo, para engañar.

«Me siguió haciendo más preguntas, y yo como guajeando, contestándole satisfactoriamente» (Astucia, tom. II, cap. 5, p. 116).

Guajolote. (Del mex. uexolotl, gallo. MOL. Uexolotl. SIM. Huexollotl. MEND.). m. Pavo. El Diccionario escribe mal, guajalote.

«Han sido abundantes de ganados que llaman cíbolos, y también de conejos, liebres, venados, osos y otros animales de caza, y guajolotes ó pavos» (MOTA PADILLA, Hist. de la N. Galicia, cap. LXXIII, núm. 6). «Quién había que entendía por loco, quién por burro, quién por guajolote» (PENSADOR, Periquillo, tom. I, cap. 2, p. 19). «Yo correspondí más esponjado que un guajolote: ya se ve, tal era mi vanidad» (ID., ib., tom. I, cap. ..., p. 55). «Piropo que el aficionado ha recibido mil veces, y que lo ha dejado más ancho que un guajolote» (FACUNDO, Isolina, tom. II, cap. 8). «El afligido guajolote no pudo reprimir un grito de alegría» (DELGADO, La Calandria, XI).

2. adj. fig. Bobo, sandio, necio, tonto.

«Yo soy el tal Pípilo, aunque no muy guajolote» (PENSADOR, Periquillo, tom. IV, capítulo 9, p. 118). «Los liberales guajolotes se dejan llevar de esa opinión, y crían cuervos para que les saquen los ojos» (MORALES, Gallo Pitagórico, p. 498).

CABILDO DE GUAJOLOTES. Reunión de necios. Para ponderar una necedad, se dice: Eso no se ha visto u oído ni en cabildo de GUAJOLOTES.

(MORALES, Gallo Pitagórico, p. 586).

Guamúchil. (Inga pungens. COLM. Unguis Cato. WILD). m. Árbol bastante corpulento, del género mimosa. El fruto, a que se da el mismo nombre, es comestible.

«Tienen otro género de árboles que llaman quamochitl: éste es muy alto: la hoja es menuda y verde, y colorada y redonda, del tamaño de un real sencillo, echa un fruto en una vaina torcida, de un dedo de ancha, y dentro hace unos botones blancos y entreverados de encarnado, con una pepita del tamaño y hechura de una lenteja grande: es negra como un azabache: tiene el fruto sabor estítico, que participa de dulce: son del tamaño de avellanas grandes: pasados al sol vienen á perder aquella aspereza, y á quedar dulces, aunque no mucho. Es árbol muy crecido: la madera sería buena para hacer cajas y todas las demás cosas que aquí suelen hacer de ella: aprovéchanse los naturales de ella para quemar, que hay muncha» (Descr. de Tenamastlán, 1579, MS.). «Huamustli, que es un género de fruta en unas vainas, áspera y mala de digerir» (Descr. de Ameca, 1579, MS.). «Zapote de diversas clases, guamúchil, granadillas» (MOTA PADILLA,   —238→   Hist. de la N. Galicia, cap. XCIII, número 9).

Guanaja. f. Como noticia curiosa para la historia del teatro en México, y también como explicación de la voz objeto de este artículo, copio lo siguiente:

«En estos tiempos, y aun mucho después del incendio del coliseo, se hacían las representaciones por las tardes; aunque alargándose hasta después de la oración, se iluminaba el teatro y el patio, como sucedió la víspera del fuego. Las representaciones no sólo se hacían en el teatro principal, sino en los arrabales de la ciudad, á cuyos lugares daban el nombre de guanajas, y de este modo llamaban también á las funciones que daban de balde los lunes y jueves en el coliseo á todo género de personas, lo que cesó con motivo de haberse dado tres días de guanajas en celebridad de hallarse grávida la Reina Nuestra Señora, por el desorden de la plebe, que á las nueve de la mañana estaba apoderada de todo el coliseo, en cuya virtud se limitó la guanaja á los concurrentes abonados que asistían los días festivos, porque sólo en ellos había representación de paga. En 1707 ya había aquellas guanajas de los barrios, que se daban en asiento como en el coliseo» (Diario de México, tom. VIII, p. 82).

Guangoche. m. Tela burda y rala, hecha de ixtle. Suele servir para abrigo exterior de fardos.

«En su tiempo [del Conde de Revillagigedo el 2.º], las mulas que salían del matadero con las carnes para las carnicerías, dió orden de que llevasen la carne tapada con unos guangoches» (Diario del ALABARDERO, apénd., MS.). «Tirada en un pedazo de petate, y puesto encima un guangoche» (Astucia, tom. II, capítulo 7, p. 190).

En Chile: gangocho significa tela gruesa de cáñamo ó esparto (ORTÚZAR, p. 161). Guatemala. «Son unos morrales que se usan para recolectar el café durante la cosecha» (BATRES, p. 310).

Guangochudo, da. adj. fam. Hablando de vestidos, muy holgado; mayor de lo que conviene a quien lo lleva.

«O quién sabe si será como los cívicos de allá, con una levita muy guangochuda» (Astucia, tom. II, cap. 9, p. 296).

Guanta. f. vulg. Disimulo, fingimiento. HACER LA GUANTA, engañar a uno con demostraciones falsas para encubrir otra intención, o burlarse de él. V. ZANGUANGA en el Dicc.

«No se sorprenda vd. porque es tompeate [bobo], y estamos haciéndoles la guanta» (Astucia, tom. I, cap. 15, p. 354).


«Ora ando descaminado
Porque tu amor me ataranta,
Y si me ves con enfado,
Ó cuando me haces la guanta,
Bebo del endemoñado».


(G. PRIETO, Musa Callejera, «Carta leperócrata», p. 163)                



«Y no lloro sus engaños,
Y no sus malas partidas,
No que me hiciera la guanta...».


(ID., ib., «Romance», p. 246)                


Guantón. m. Guantada recia; bofetada.

Bogotá. CUERVO, § 712. Ecuador. CEVALLOS, p. 70. En Chile se entiende por guantón: «puñete, puñada, puñetazo, mojicón, cuando se da en la cara: guantazo, guantada, si se da con la mano abierta». ORTÚZAR, p. 168; RODRÍGUEZ, p. 238. Guatemala. BATRES, página 309.

Guapo, pa. adj.

Guarache. m. Cacle: sandalia tosca de cuero.

«¡Tú de mi alma! ¡como si hubiera visto los pies á un indio con guaraches!» (FACUNDO, Baile y Cochino, cap. 5).

Hallo escrito guaracha; mas no la he oído.

«Un sombrero de petate y unas guarachas» (PENSADOR, Periquillo, tom. IV, capítulo 8, p. 104).

Guardamonte. m. Pieza de cuero de chivo, y alguna vez de oso, con pelo (y mientras más largo mejor), que se coloca sobre el anca del caballo, afirmada al borrén trasero de la silla (teja), y cuelga mucho a ambos lados. Sirve para evitar que se manche con el sudor del caballo el zarape, cuando se lleva recogido y atado con los TIENTOS. Hoy se le da más bien el nombre de vaquerillo, y es frecuente substituirle con las cantinas.

2. Guardabosque.

Guardapelo. m. Especie de relicario, comúnmente con vidrio, en que se guarda un rizo del pelo de persona querida. Las mujeres usan llevarle al cuello pendiente de una cadenita, y los hombres, aunque rara vez, como dije, anexo a la cadena del reloj.

«Ya es un guardapelo esmaltado que juguetea á cada movimiento, como el cascabel de un gato, sobre un ligero hoyito que Amalia tiene en la garganta» (FACUNDO, Jamonas, tomo I, cap. 2).

  —239→  

Guardarraya. f. En Cuba llaman así al «espacio limpio ó calle que se deja en los cuadros de café, cañaverales y otras siembras, para transitar, y si son rectas se llaman carriles». En las haciendas del Estado de Morelos llaman carriles a esas guardarrayas, sean o no rectas; y este nombre se usa solamente en la frase dar GUARDARRAYA, que significa poner fuego a la hoja seca o tlazol que queda en los cuadros de los campos de caña ya cortados, tomando las precauciones necesarias para que el fuego no pase a los otros.

Cuba. PICHARDO, p. 179; MACÍAS, p. 639.

Guardatierra. m. El individuo que en algunas haciendas extensas tiene por oficio vigilar los linderos para evitar usurpaciones, impedir el corte de árboles y destrucción de cercas, y acotar los terrenos arrendados para siembras.

Guardia. Estar de GUARDIA. fr. fam. Que significa haberle acontecido a alguno en un día muchos lances desagradables.

«D. Manuel estaba ese día de guardia, porque después de haber hecho á Lázaro, le costó la merienda y los veinte pesos, dándose á Judas de haber sido tan necio» (Astucia, tomo I, cap. 15, p. 359).

Guardón, na. adj. Guardoso: que gusta de guardar y acumular sus ahorros.

Guarnés. m. No le da la Academia otra acepción que la de Guadarnés, «lugar ó sitio donde se guardan las sillas y guarniciones de los caballos ó mulas, y todo lo demás perteneciente á la caballeriza». Por acá equivale a guarniciones de animales de tiro. Ese GUARNÉS ya no sirve.

Guasanga. f. Bulla, zambra, barahunda, vocerío. Salvá le trae como pr. de Cuba; pero lo es también de México y de Colombia.

«... En la fonda
He padecido infinito:
Sesenta conté de mesa,
¡Qué guazanga! ¡qué de gritos!».

(El Hidalgo en Medellín, p. 52)                


Bogotá. CUERVO, § 598. Cuba. PICHARDO, p. 180; MACÍAS, p. 642; ARMAS, p. 82. Guatemala, riña, pelotera (BATRES, p. 313).

Guatepeor. m. Ciudad imaginaria que se ha inventado para formar un juego de palabras con Guatemala. Salir de Guatemala para entrar en GUATEPEOR, significa, en estilo jocoso, librarse de un mal para caer en otro mayor, o dejar una cosa y tomar otra menos aceptable.

(MACÍAS, p. 646).

Perú.


«Salimos de Guatemala
Y entramos en Guatepeor:
Cambia el pandero de manos,
Pero de sonidos no».


(PALMA, Los caballeros de la capa)                


Guaya. f. El Diccionario trae esta palabra, hoy desusada, que, siguiendo a Covarrubias, deriva de guay, y define así: «Lloro ó lamento por una desgracia ó contratiempo. Hacer uno la guaya, fr. Ponderar los trabajos y miserias que padece ó fingirlas para mover á compasión». Covarrubias dice: «Guaya, lo mismo que guay, y el uno y el otro nombre tienen origen del ay, empezando á formar con la letra gutural g de que usan mucho los hebreos, y así cuando ellos lloran decimos que hacen la guaya». Conforme a lo asentado por Covarrubias usó aquí la palabra González de Eslava:


«Hombre vestido con saya,
juraré que es de linaje
De los que hacen la guaya».


(Col. VII)                


Respecto a etimología, oigamos a Eguilaz: «Guaya, cast., basc. y port. guaia». De [el árabe] «guayas, canto de dolor», en P. de Alcalá, «dolor» en R. Martin.


«E fasemos guayas en son dolorido
Disiendo: Huerfanas é biudas quedamos».


(Cancionero de Baena, p. 295)                


Guayaba. f. fam. Además del fruto del guayabo, significa, en estilo familiar, mentira, embuste.

Bogotá. CUERVO, § 598. Perú. ARONA, página 256. Cuba. PICHARDO, p. 182. MACÍAS, p. 648. Guatemala. BATRES, p. 309.

Guayabero, ra. adj. fam. Que acostumbra decir mentiras o embustes.

Cuba. PICHARDO, p. 182; MACÍAS, p. 649.

Guayín. m. Carruaje ligero de camino, de cuatro ruedas y otros tantos asientos, cerrado con cortinillas de cuero.

  —240→  

«Que nos preparen un carruaje cualquiera, un carricoche, un guayín ó demonios» (Astucia, tom. I, cap. 3, p. 91).

Güero, ra. adj. Así decimos, casi sin excepción, en vez de rubio, y también se usa mucho como expresión de cariño. Se escribe güero y huero; pero siempre se pronuncia güero. V. CUERVO, § § 666, 689.

«Quien hubiere hallado un niño güerito de edad de cuatro años, en camisita, que se perdió...» (Diario de México, tom. I, p. 125; II, ps. 264, 361, 396 et alibi). «Miren quien va á decidir: esta preciosa güerita que viene en seguimiento de su tata» (Astucia, tom. I, cap. 7, p. 129). «Otro que anda ahí de la barba güera» (Id., tom. I, cap. 9, p. 164). «Este huero azafranado, que le llaman el Cuachichil» (Id., tom. I, cap. 12, p. 225). «No se me enfosque, huerita linda» (Id., tom. I, capítulo 15, p. 347). «Es huerita, caballero, con el pelo quebrado» (Id., tom. I, cap. 16, página 387). «Era una huerita como de dieciocho años» (Id., tom. II, cap. 5, p. 144). «Alto, huero, de barba poblada» (Id., página 122). «Que mi huero Enrique ocupe un lugar en su amante corazón» (Id., tom. II, cap. 7 bis, p. 202).

V. ARAÑA.

Guijo. m. Mango de hierro que, afirmado en cada uno de los extremos del eje de madera de una rueda hidráulica, descansa sobre la chumacera. Igual nombre se da a la punta de hierro de un árbol vertical, que descansa y gira sobre el tejuelo.

En Cuba llaman guijo al eje de hierro que atraviesa las mazas o moledores de un trapiche (PICHARDO, p. 184; MACÍAS, p. 653). Aquí se llama flecha.

Guiquilite. «m. pr. Méj. Añil, por la planta» (Salvá). Jamás he oído tal nombre.

Guitarrear. n. Andar de haragán, tocando aquí y allá una guitarrilla.

«Muchos [indios] se hacen haraganes, que no puede aprovecharse de ellos su república, dando en jugar y guitarrear, que éste es un artículo de la doctrina que en la escuela de los españoles han aprendido» (MENDIETA, Hist. Ecles. Ind., lib. IV, cap. 33).

Guitarrería. f. Obrador en que se fabrican guitarras y otros instrumentos de esa clase; y tienda en que se venden.

«Frente á la iglesia de la Merced, junto á la botica se halla la tienda guitarrería de Cristóbal de Oñate del Castillo, quien tiene un surtido de bandolones y guitarras, que pasan de ciento y cincuenta, de todas maderas y precios» (Diario de México, tom. IX, p. 724).

Gurbia. f. Así decimos de ordinario, en vez de gubia (formón de media caña). El Diccionario trae «GURVIO, VIA. adj. Que tiene alguna curva. Aplícase regularmente á los instrumentos de hierro ú otro metal».

«Suntuosidad y acierto en un todo, que á esmeros de la magnificencia y continuado afán de los artífices ejecutó el cartabón y el compás [...] la gurbia y escofina» (Gaceta de México, sept. 1737).

Bogotá. CUERVO, § 692. Cuba. PICHARDO, p. 188.

ES UNA GURBIA; NO ES MALA GURBIA: se dice del sujeto astuto, matrero, doble.

Gurrumino, na. m. y f. Muchachuelo de corta edad. No he oído la acepción ofensiva que, como pr. de México, le atribuye Salvá.

«¿A dónde vas, gurrumino?... -Según eso vd. conoce á mi papá. -Sí, gurrumino... ya ves como hasta á ti te conozco, gurrumino» (Astucia, tom. II, cap. 7 bis, p. 235).

Gurupiada. f. Paga o gratificación que se da al gurupié.

«Este arbitrio suele proporcionar una buena gratificación ó gurupiada» (PENSADOR, Periquillo, tom. II, cap. 2, p. 27).

V. MUERTO.

Gurupié. m. El que en el juego del monte reproduce en otro lugar de la mesa, con cartas despuntadas, el albur que saca el tallador, para que le vean los apuntes distantes y hagan allí sus apuestas; paga las que ganan y recoge las que pierden, y a veces suple al tallador.

En Cuba dicen gurrupié (PICHARDO, p. 187). MACÍAS (p. 660), cree que es palabra castellana, y que viene de gurupa (o grupa) y de pie. Rivodó (página 88), asienta que viene de gurupa. Me parece que es sencillamente corrupción del francés croupier, que significa lo mismo.


«Y á Gestas por gurupié
Lo pondréis, por ser bellaco».


(Diario de México, tom. II, p. 456)                


 

«Mesa grande cuadrada, con dos bujías, carpeta y porción de moneda en oro y plata, colocada al último del foro: el montero y gurrupié se verán sentados [...].

 
—241→
Cayetana.-
... Digo, amigo,
Don Soplillo, mis diez pesos.
Gurupié.-
Aguárdese vd., si quiere,
No he de quedarme con ellos».

(El Hidalgo en Medellín, p. 35)                



«Monteros y gurupiés
Que vayan á los avernos...».



«Un gurupié barajando
Es jefe de foragidos,
Que con cuarenta bandidos
A los puntos va robando».


(Don Simplicio, tom. II, núm. 7)                


«Me proporcionó que fuera su gurupié; ganando dos pesos diarios» (PENSADOR, Catrín, cap. 7). «Y aunque no sea franco ni gane, el gurupié no puede perder nunca su trabajo, como no sea tonto» (ID., Periquillo, tom. II, cap. 2, p. 27). «¿Qué tal será la cosa que para acomodarse de talladores ó gurupiés con sus mercedes se hacen más empeños que para entrar de oficial en la mejor oficina» (ID., ib., tom. II, cap. 3, p. 52). «Los talladores y gurupiés eran personas de importancia» (PAYNO, Fistol, tom. I, cap. 7).

Gusano. MATAR EL GUSANO, fr. fam. Contentar en parte un antojo. Cuando un niño codicia una golosina, y no se quiere o no conviene que la coma, se le da una pequeña parte de ella para que mate el GUSANO.

Gusto. AL QUE POR SU GUSTO MUERE, HASTA LA MUERTE LE SABE. refr. usado para expresar con desprecio y enfado, que se deja a uno que haga cuanto le agrade, y sufra sin quejarse las consecuencias a que voluntariamente se expone.

«A mí no me gusta meterme en la vida de nadie; que á cada uno se lo lleve el diablo, si es de su gusto, que el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe» (PAYNO, Fistol, tomo I, cap. 11). «¡Allá se lo haiga! El que por su gusto muere...» (DELGADO, La Calandria, XIV).


«Y luego con tono grave
Esta sentencia profiere:
Al que por su gusto muere,
Hasta la muerte le sabe».


(RODRÍGUEZ GALVÁN, La sanguijuela y el cerdo)                






... Hasta aquí dejó arreglado el autor.