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Antonio de Solís

Biografía de Antonio de Solís (1610-1686)

Detalle de una página de la «Vida de don Antonio de Solís», de Juan de Goyeneche.La biografía de Antonio de Solís (1610-1686) quedó perfectamente trazada en el minucioso y documentado estudio que llevó a cabo Frédéric Serralta en 1986. Con un primer apellido muy común en la época, lo que sí se sabe a ciencia cierta es que Solís nació en Alcalá de Henares el 18 de julio de 1610. Aunque poco más se conoce de sus primeros años, salvo que cursó los tres primeros cursos de cánones en la Universidad de Alcalá.

No llegó a terminar la licenciatura, quizá por seguir su vocación literaria, porque varias noticias acerca de composiciones poéticas lo sitúan en Madrid durante la década de 1630, gravitando en la órbita de las academias y cenáculos poéticos más cercanos al entorno cortesano de Felipe IV. Y así, como poeta diletante, se retrata el propio Solís en un romance a instancias de una academia, que puede fecharse en 1628:

Mis años son dieciocho,

la fe del bautismo valga,

pero no valga la fe,

callen cartas y hablen barbas.

Soy (con perdón) estudiante

y dicen que en Salamanca

con tres cursos deste humor

voy purgando la ignorancia.

Esto soy, y sobre todo,

soy poeta, gran desgracia. (Varias poesías, 1692, 81).

Portada de «Academias del jardín», de Salvador Jacinto, Madrid, 1630.De esta primera etapa madrileña, hay constancia de su participación en las Academias del jardín (1630) y en El buen humor de las musas (1630), ambas de Salvador Jacinto de Medina. Por parte de Juan de Goyeneche, el primer biógrafo de Solís -y quizá exagerando sus méritos-, obtenemos el dato de que estos son también los años en que Solís escribe su primera comedia, Amor y obligación: De edad de diecisiete años compuso la ingeniosa comedia de Amor y obligación. Asombra que hayan cabido en tan pocos lustros tan grandes discreciones y tantas. No se pulió Solís con el curso del tiempo. Siempre brilló diamante pulido (Serralta, 1986, 58).

Portada de una suelta de «La gitanilla de Madrid», de Antonio de Solís. Biblioteca Nacional de España.Solís se ajusta a la tendencia del momento y puede decirse que en la década de 1630 participa en muchas de las reuniones poéticas más notorias de la ciudad, como la Academia burlesca que se hizo en el Buen Retiro (1637) y el Certamen literario del Buen Retiro, a principios de 1638 (Serralta, 1986, 59-60). Además de su creciente visibilidad en los círculos y las redes poéticas de los ingenios de la Corte, cabe reseñar que por esos años Solís escribió su segunda obra teatral, La gitanilla (1632), una loa de presentación para la compañía de Prado (1635) y El doctor Carlino (1635), comedia basada en la homónima de Góngora y que formaba parte del repertorio de la compañía de Prado en julio de 1635 (Farré Vidal, 2013). De entre las colaboraciones poéticas de Solís en estos años, destaca también su participación en el volumen que se publicó en memoria de Juan Pérez de Montalbán, Lágrimas panegíricas a la temprana muerte del gran poeta y teólogo insigne Doctor Juan Pérez de Montalbán (1639), donde Antonio de Solís firmaba por primera vez como secretario del excelentísimo duque de Oropesa. La creciente y recién adquirida notoriedad de Solís en el ámbito cortesano explica que lograra entrar al servicio de la casa de Oropesa, un amparo que sin duda le reportaría una notable carga de prestigio social. De esta primera mención al cargo se deduce que el nombramiento pudo haberse producido entre finales de 1636, es el año de publicación de la Fama póstuma a la vida y muerte del doctor frey Lope de Vega Carpio -homenaje póstumo coordinado por Pérez de Montalbán-, donde Solís firmaba un soneto en el que no hacía mención al cargo, y principios de 1637 -fecha de la primera composición que dedica a la familia Oropesa- (Serralta, 1986, 65-66). Así, en esta primera época, de 1630 a 1637, los impresos demuestran cómo Solís participó de manera muy activa en las celebraciones colectivas más importantes que tuvieron lugar en Madrid y, además, en 1637 ya se presentaba como criado del V conde de Oropesa, Fernando Álvarez de Toledo y Portugal, escribiendo para la familia piezas de encargo: Loa para una comedia doméstica que se representó en la casa de los Excelentísimos duques de Oropesa (1636-1637) y Representación panegírica al decimosexto cumpleaños de Duarte Fernando Álvarez de Toledo, VII conde de Oropesa (1637).

Louis Meunier, «Naumaquia en el estanque del Buen Retiro» (1630). Museo de Historia de Madrid.En lo que atañe a su producción teatral para palacio, la primera noticia a tener en cuenta para abordar los acercamientos de Solís en sus pretensiones de mecenazgo regio es su participación, en 1640, en una comedia escrita en colaboración con Rojas Zorrilla y Calderón. Se desconoce el título de la comedia, pero por el comentario de León Pinelo sabemos que debía haberse estrenado la noche de San Juan de 1640 en el Retiro:

hubo en el Retiro muchos festines, y entre ellos una comedia representada sobre el estanque grande, con máquinas, tramoyas y toldos, todo fundado sobre las barcas; estándose representando, se levantó un torbellino de viento tan furioso que lo desbarató todo (Tomado de Serralta, 1986, 71).

«Un bobo hace ciento», de Antonio de Solís. Escena del montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico en 2011.Pellicer, en un aviso correspondiente al 3 de agosto del mismo año, aportaba más detalles sobre una nueva puesta en escena de la comedia colaborada, precisando que se programó para festejar el cumpleaños de la Reina, en el estanque del Buen Retiro. El informador concluía diciendo que fue un acto de gran celebridad (Pellicer, Avisos históricos, 1965, 179). En 1640, además de su estreno como dramaturgo en palacio, Solís también obtuvo notoriedad en los corrales con El amor al uso. Son también de esas fechas la comedia Amparar al enemigo (1642) y tres entremeses, todos fechados en torno a 1643: Los trajes, El despejado y la gallega y Las vecinas.

A partir de estos datos, podemos establecer una cronología según la cual, durante la primera década de 1630, Antonio de Solís se estableció como poeta en la Corte, una ocupación con la que accedió al cargo de criado y secretario del Conde de Oropesa. Los siguientes años, a partir de 1643, Solís, siguiendo al de Oropesa por sus sucesivos nombramientos como virrey, se trasladó primero a Pamplona (de 1643 hasta 1645) y, más tarde a Valencia, donde permaneció hasta aproximadamente 1650 (Serralta 1986, 79-83). En estos años escribió una comedia y su correspondiente loa para una representación particular de los condes: Eurídice y Orfeo (1643-1644).

De regreso a Madrid, Solís empezó a escribir teatro para palacio de una forma más o menos continuada y con un creciente protagonismo. En un primer apartado puede distinguirse la redacción de jornadas en comedias colaboradas: El pastor Fido, con Coello y Calderón, entre 1651 y 1652 y La renegada de Valladolid, con Monteser y Diego de Silva, en 1655. En un segundo bloque pueden considerarse sus piezas de teatro breve: Loa para la comedia Dar tiempo al tiempo, de Calderón, en 1651; Entremés El retrato de Juan Rana, de 1652; Loa para la comedia La renegada  de Valladolid, en 1655; Loa y entremeses para la Fiesta de Pico y Canente, comedia de Luis de Ulloa y Pereira, de 1656: Loa para la comedia Pico y Canente; Juan Rana, poeta; Los volatines y Sainete con que se dio fin a la comedia de Pico y Canente. El tercer bloque estaría compuesto por comedias con sus correspondientes loas y entremeses: Loa para la comedia Las amazonas y Las amazonas, en 1655; Loa para la comedia Eurídice y Orfeo,  Eurídice y Orfeo y Sainete de las Fiestas bacanales, 1655 -una reescritura de su fiesta particular a los Condes de Oropesa-; Loa para la comedia Un bobo hace ciento y Un bobo hace ciento, en 1656. Por último, cabe considerar el estreno de otras dos comedias en 1657: El alcázar del secreto y La gitanilla.

De este sintético esbozo pueden extraerse algunas conclusiones. Se observa como, desde su llegada a Madrid en 1630 hasta 1655, Solís fue compaginando puestos administrativos con una creciente producción dramática al servicio de la familia del Conde de Oropesa y de Felipe IV. El año de 1655 es para Solís de una actividad frenética, del que da buena cuenta el ácido comentario de Barrionuevo que, en un aviso correspondiente al 10 de febrero, afirmaba que: sábado y domingo representaron al rey dos comedias de don Antonio de Solís, criado del de Oropesa. Hízole merced de oficial segundo de Estado y título de secretario suyo, que en esta era se premian solo los gracejos (Barrionuevo, I, 110).

Retrato del infante Felipe Próspero de Austria (1657-1661),   tercer hijo de Felipe IV y Mariana de Austria (Velázquez, 1659). Museo   de Historia del Arte (Viena).La trayectoria de Solís en los escenarios de palacio obtuvo el aval definitivo en 1658. Después de colaboraciones puntuales en la Corte, con algunas piezas de teatro breve, un par de jornadas de comedias escritas en colaboración y apenas cuatro comedias representadas en palacio, Antonio de Solís recibió de parte del Marqués de Liche una encomienda determinante para su carrera: el diseño de la jornada principal para conmemorar el nacimiento del príncipe Felipe Próspero, la fiesta de Triunfos de Amor y Fortuna prevista para el 27 de febrero de 1658 -con loa, dos entremeses y un sainete, además de la comedia-.

Gaspar de Haro, VII marqués del Carpio y de Heliche   (1629-1687). Grabado de finales del siglo XVII. Biblioteca Nacional de   España.El promotor de la fiesta de Triunfos, junto a la infanta María Teresa, fue el Marqués de Liche. Así consta, de manera explícita, en las dos relaciones que se ocuparon de describir el festejo: Rodrigo Méndez Silva concluía que todo estaba dispuesto por el incomparable desvelo y curiosa atención del Excmo. Marqués de Heliche, a quien meritísimamente se deben los aplausos de tan majestuosas y alegres demostraciones (Rodrigo Méndez Silva, Gloriosa celebridad de España en el feliz nacimiento y solemnissimo bautismo de su deseado principe don Felipe Prospero, hijo del gran monarca don Felipe IV y de la esclarecida doña Mariana de Austria, Madrid, por D. Francisco Nieto de Salcedo a costa de Domingo Palacios y Villegas, 1658, fol. 32v.) y Luis de Ulloa, por su parte, remataba la relación diciendo que

Dispusolo todo el Marqués de Heliche, cuyo cuidado de lo que tiene a cargo del servicio y gusto de su Majestad no puede referirse y el encarecerlo está seguro de parecer adulación, porque como lo posible excede tanto a lo verisimil, hay cosas que no caben en la imaginación ni pueden fingirse, y en ellas la verdad llega donde no pueda alcanzar la lisonja. (Fiestas que se celebraron en la Corte por el nacimiento de Don Felipe Prospero Principe de Asturias. Haze memoria dellas al Rey nuestro Señor (Dios le guarde) poniendolas en las manos del Excelentisimo Señor Marques de Heliche, Don Luis Ulloa y Pereira, [s. l.] [s. n.] [1658], ¶¶¶3r.).

Grabado de la primera edición de la «Historia de la conquista de México», de Antonio de Solís. Madrid, 1684.Aprobación de Antonio de Solís a la Parte XIII de las   «Comedias nuevas escogidas de los mejores ingenios de España», Madrid,   1660.El éxito fue rotundo y después Solís apenas escribió la Loa para la comedia Hipomenes y Atalanta, de don Francisco Antonio de Monteser (1659), un Baile perdido (1660) y un fragmento de una comedia que dejó inacabada: Amor es arte de amar (1660). Como seña de que el dramaturgo empezaba a ser considerado como un escritor de prestigio es su primera aprobación, en los preliminares de la XIII Parte de Comedias nuevas escogidas de los mejores ingenios de España (Madrid, Francisco Serrano, 1660). Aunque más significativo será que en 1660 encabezara la terna propuesta por los miembros del Consejo de Indias para suplir la vacante que dejaba la muerte de León Pinelo en el puesto de Cronista de Indias. Al año siguiente, en 1661, Felipe IV rubricaba su nombramiento como historiador de Indias y, además, recibía otra merced real, el ascenso a oficial segundo de la Secretaría de Estado; una promoción que, unida al cargo de secretario del rey, le reportó una importante mejora en su retribución anual. Dicho nombramiento supuso que abandonara la escritura dramática para centrarse exclusivamente en la redacción de la Historia de la conquista de México, que no terminaría hasta casi dos décadas después, en 1682. Dicha merced supuso que Solís dejara de escribir poesía y teatro, pero no puede olvidarse que al convertirse en accidental historiador, adquiría un célebre reconocimiento social, debido, sin duda, a sus méritos teatrales. Así parecen atestiguarlo las palabras de un anónimo contemporáneo:

Hoy vive, y yo le conozco, un caballero de esa noble familia de Solís, llamado Don Antonio, persona más ilustre aún por su elevado ingenio, que es tenido en esta Corte por uno de los mayores, que ha escrito muchas comedias, y entre ellas una muy celebrada que no ha mucho se representó en esta, titulada El doctor Carlino (en Noticias genealógicas de varios apellidos, citado por Luis A. Arocena, 1963, p. 63).

Fuentes citadas

  • Arocena, Luis A., Antonio de Solís, cronista indiano. Estudio sobre las formas historiográficas del barroco, Buenos Aires, Editorial Universitaria, 1963.
  • Farré Vidal, Judith, «Convenciones del género de capa y espada en la década de 1630: El doctor Carlino, de Antonio de Solís», Anuario Calderoniano, 6 (2013), pp. 95-109.
  • Pellicer, José de, Avisos históricos, Madrid, Taurus, 1965.
  • Serralta, Frédéric, «Nueva biografía de Antonio de Solís y Rivadeneyra», Criticón, 33 (1986), pp. 51-157.
  • Solís, Antonio de, Varias poesías sagradas y profanas que dejó escritas (aunque no juntas ni retocadas) don Antonio de Solís y Rivadeneyra, Oficial de la secretaría de Estado y Secretario de Su Majestad y su Cronista Mayor de las Indias, recogidas y dadas a luz por don Juan de Goyeneche. Dedicadas a la excelentísima señora doña Josefa Álvarez de Toledo y Portugal Téllez Girón, hija de los excelentísimos señores condes de Oropesa. Con privilegio. En Madrid, en la imprenta de Antonio Román, 1692.

Judith Farré Vidal
CSIC

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