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La transmisión textual de la «Estoria de España» y de las principales «Crónicas» de ella derivadas

Inés Fernández-Ordóñez


Universidad Autónoma de Madrid




ArribaAbajo«Estoria de España» («Versión primitiva» y «Versión crítica»)

Hoy sabemos que en el reinado de Alfonso y bajo su impulso se escribieron dos versiones de la Estoria de España. La primera redacción de la obra o Versión primitiva (h. 1270-1274) estaba terminada desde el prólogo hasta el último de los reyes de León, Vermudo III, o incluso hasta un poco más adelante, hasta el relato de la muerte del rey Fernando I. Desde ese punto en adelante, los testimonios indirectos que de ella conservamos sólo permiten constatar la degeneración progresiva de la labor compilatoria según avanza la historia, hasta que desde el reinado de Alfonso VIII el texto es simplemente una traducción de De rebus Hispaniae del arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada.

La segunda redacción de la obra o Versión crítica (h. 1282-1284) puede leerse desde el inicio de la historia de los bárbaros hasta la muerte de Fernando II de León, aunque hay motivos para suponer que esta segunda redacción también contendría la sección de la historia de los primeros dominadores.

Las dos redacciones derivan independientemente del arquetipo de la obra, hecho que se muestra no sólo en poseer cada una errores particulares inexistentes en la otra, sino en que ambas muestran reformas y arreglos con el objeto de mejorar el trabajo compilatorio originario que, debemos suponer, heredaron de ese arquetipo. El carácter más primitivo de la redacción más antigua se prueba por su fidelidad general a las fuentes de la obra, cercanía que contrasta con el alejamiento de éstas en la formulación verbal y en la estructura característica de la segunda.

La transmisión de la Estoria de España es sin duda una de las más complejas e intrincadas de la historia de nuestra literatura medieval, sólo equiparable a la de las Partidas. Una importante diferencia separa, sin embargo, la historia particular alfonsí de ese código jurídico: mientras que en las Partidas la inexistencia de trabajos dedicados a examinar la tradición manuscrita no nos permite conocer con seguridad cuáles fueron las varias versiones de sus textos ni en qué medida esas versiones son atribuibles a los juristas alfonsíes o a refundiciones posteriores, en el caso de la Estoria de España, gracias a los resultados obtenidos por Catalán a lo largo de cuarenta años de investigación (1962, 1992, 1997), ha sido posible deslindar el texto de las dos redacciones alfonsíes de la utilización tardía de las mismas por parte de historiadores post-alfonsinos para dar a luz diversos modelos de «crónica general de España». Esas crónicas se compusieron mezclando las dos versiones alfonsíes (a través de alguna de sus varias ramas manuscritas) entre sí y/o con fuentes de orígenes variopintos, y casi se puede decir que se crearon tantos tipos de «Crónica general de España» como combinaciones textuales eran posibles. La multiplicación de «crónicas» desacordes entre sí provocó que durante siglos nadie supiese cuál de entre todas ellas era el texto realmente debido a Alfonso X, confusión que se puede decir que casi ha durado hasta hoy (la única edición completa de la Estoria de España, la de Menéndez Pidal, bautizada desafortunadamente como Primera crónica general [1906, 19552, 19773], consagra un texto mixto que sólo es parcialmente alfonsí).

Al igual que las crónicas combinan textos de diferente procedencia, los testimonios de la Estoria de España (en sus dos redacciones) suelen caracterizarse por no derivar de un único prototipo textual, sino por empalmar diversos modelos textuales en distintas secciones de la obra, secciones identificables por los cambios en la adscripción del antígrafo empleado.

Existen, al menos, tres tipos de fronteras cruciales en la transmisión manuscrita de la Estoria de España. Por un lado están los límites marcados por las fronteras estructurales de la obra, que delimitan secciones elaboradas con autonomía por equipos de redactores relativamente desconectados, según prueban las diferencias de criterio compilatorio (cronológico, formulístico, por ejemplo), las contradicciones internas, la repetición de noticias mediante consulta independiente a la misma fuente, más otras muchas observaciones. Las varias fronteras estructurales hoy conocidas de la Estoria de España dividen la obra en las siguientes secciones: la historia primitiva de España y la de los cónsules romanos (capítulos 1-116, Primera crónica general); los cinco capítulos siguientes dedicados a César (capítulos 117-121); la historia imperial (capítulos 122-364); la historia de los pueblos bárbaros y godos hasta Eurico (capítulos 365-429); y la historia de los reyes godos a partir de Alarico II en adelante (capítulo 430).

A estas fronteras compositivas, creadas en la primera redacción de la obra y heredadas por la segunda, hay que sumar las fronteras que creó la Versión crítica tomando un criterio señorial. En efecto, la segunda redacción dividió el texto de la Estoria de España en cuatro partes: la primera comprende la historia de los primeros dominadores (capítulos 1-364); la segunda, la historia de los bárbaros y godos (capítulos 365-565); la tercera, la historia de los reyes asturleoneses y de León (de Pelayo a Vermudo III, capítulos 566-801); y la cuarta, la de los reyes castellanos (de Fernando I en adelante, desde el capítulo 802).

Por otro lado, junto a estos dos tipos, la tradición manuscrita señala asimismo otros límites surgidos en época post-alfonsí cuando el texto de alguna de las dos redacciones se tomó parcialmente como base para dar nacimiento a una crónica a través de la refundición. Es el caso, por ejemplo, de la Crónica o Versión retóricamente amplificada (1289), elaborada sobre un texto de la primera redacción que se iniciaba en el reinado de Ramiro I (capítulo 628). Otro ejemplo de este tipo de límite artificial, de gran importancia además, es el que introdujo en tiempos de Alfonso XI el formador del manuscrito facticio E2 al separar los dos últimos cuadernos del manuscrito original alfonsí E1 para que pasaran a dar cuerpo al inicio de E2 (añadiendo sendas notas de remisión en el uno y en el otro). Así quedó dividida la Estoria en dos volúmenes independientes: hasta la conquista de los moros en el reinado de Rodrigo y el señorío de Pelayo (capítulo 565, manuscrito E1 actual), y a partir del alzamiento de Pelayo como rey (capítulo 566, manuscrito E2).

Tanto las fronteras generadas en la primera redacción como las introducidas explícitamente por la segunda, o las creadas artificiosamente por algún cronista posterior, se ven, a veces, corroboradas por la tradición manuscrita, ya que en esos puntos no es extraño que los códices cambien de prototipo, terminen o empiecen su texto.

Por ello parece necesario, con el fin de mejorar la comprensión de la transmisión textual, separar la exposición en varias secciones que encuentran su apoyo en las fronteras antes señaladas. Para la primera redacción o Versión primitiva, los cambios fundamentales en la trasmisión textual fuerzan a dividir las situaciones a considerar en las siguientes secciones:

  1. La historia de los primeros dominadores, bárbaros y godos hasta finalizar el reinado de Eurico (desde el prólogo hasta el capítulo 429).
  2. La historia de los reyes godos desde Alarico hasta el año 3 del señorío de Pelayo (capítulos 430-563).
  3. La historia desde el año 4 del señorío de Pelayo hasta el año 18 de Alfonso II (capítulos 564-616).
  4. La historia de los reyes astur-leoneses desde el año 18 de Alfonso II hasta el fin de su reinado (capítulos 616-627).
  5. La historia de los reyes astur-leoneses y leoneses desde el reinado de Ramiro I hasta terminar el reinado de Vermudo III (capítulos 628-801).
  6. La historia de los reyes castellanos y leoneses hasta la conquista de Córdoba por Fernando III (capítulos 802-1049).

En el caso de la segunda redacción o Versión crítica, las relaciones textuales permanecen y sólo varía la nómina de manuscritos existentes en cada sección. Atendiendo a las modificaciones en los testimonios presentes, pueden delimitarse cuatro situaciones textuales diversas:

  1. Desde el prólogo a la estoria de los pueblos bárbaros hasta el fin de la historia de los reyes godos (capítulos 365-565).
  2. La historia de los reyes astur-leoneses y de León (desde Pelayo hasta Ordoño II, capítulos 566-677).
  3. La historia de los reyes de León (desde Fruela II hasta Vermudo III, capítulos 678-801).
  4. La historia de los reyes de Castilla y León (desde Fernando I hasta el fin del reinado de Fernando II, capítulos 802-996).

Otro problema general que afecta a la transmisión manuscrita de la Estoria de España reside en el hecho de que en ocasiones el texto de las dos redacciones alfonsíes, al haber actuado como fuente para la constitución de alguna «Crónica general de España», se ve conservado por algún testimonio sin entidad física que debemos reconstruir e identificar como el manuscrito perdido de la Estoria de España empleado por el formador de esa crónica. Esos manuscritos perdidos sólo pueden reconstruirse a través del cotejo de los testimonios que forman la tradición particular de esa crónica. Por ejemplo, el manuscrito perdido de la Estoria de España que sumarió don Juan Manuel en su Crónica abreviada. En esos casos remitiremos a las crónicas que aprovecharon como fuente ese testimonio perdido para la nómina de los testimonios que conservan el texto en cuestión.

En conjunto, la Estoria de España (en sus dos redacciones) se nos ha transmitido en los siguientes testimonios directos (esto es, que transcriben literalmente partes del texto):

  • B, manuscrito 2022, Biblioteca de la Universidad de Salamanca.
  • C, manuscrito 12837, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Cah, manuscrito 9/5651, Biblioteca de la Real Academia de la Historia (Madrid).
  • Ce, manuscrito 1526, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Cf, manuscrito 2684, Biblioteca de la Universidad de Salamanca.
  • Crónica de veinte reyes.
  • Crónica fragmentaria.
  • Crónica general vulgata.
  • Cs, manuscrito 1865, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • E1, manuscrito Y-I-2, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo (El Escorial, Madrid).
  • E2, manuscrito X-I-4, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo (El Escorial, Madrid).
  • Eg, manuscrito 17769, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Eh, manuscrito 1487, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Ei, manuscrito 1195, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Ej, manuscrito 11.13.3, Biblioteca de la Real Academia de la Historia (Madrid).
  • Estorias del fecho de los godos.
  • F, manuscrito 2628, Biblioteca de la Universidad de Salamanca.
  • G, manuscrito X-I-11, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo (El Escorial, Madrid).
  • I, manuscrito 10134ter, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • L, manuscrito 1298, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Min, manuscrito Z946.02/fC881, Biblioteca de la Universidad de Minnesota (Minneapolis).
  • N, manuscrito II/2063, Biblioteca de Palacio Real (Madrid). Nn, manuscrito II/1264, Biblioteca de Palacio Real (Madrid).
  • O-F, manuscrito 828, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Q, manuscrito 5795, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Qq, manuscrito Z-III-3, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo (El Escorial, Madrid).
  • R, manuscrito II-2038, Biblioteca de Palacio Real (Madrid).
  • Ss, manuscrito 40, Biblioteca de la Caja de Ahorros (Salamanca).
  • St, manuscrito D. 1262 a, Biblioteca Real (Estocolmo).
  • T, manuscrito M-550, Biblioteca Menéndez y Pelayo (Santander).
  • To, manuscrito 104, Biblioteca de Castilla-La Mancha (Toledo).
  • U, manuscrito 158, Biblioteca de la Universidad Complutense (Madrid).
  • Uu, manuscrito 645, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • V1, manuscrito 1343, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • V2, manuscrito 1277, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Vv, manuscrito 8213, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • X, manuscrito 10213 + 10214, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • Y, manuscrito Y-II-11, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo (El Escorial, Madrid).
  • Z, manuscrito X-I-7, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo (El Escorial, Madrid).

Testimonios indirectos del texto de la obra son la Versión amplificada de 1289, la Crónica abreviada de don Juan Manuel (h. 1320-1325), la Crónica de Castilla (ant. a 1295), la Refundición de la Crónica de 1344 de c. 1400, la Crónica general de España de 1404 y el Repertorio de Príncipes de España de Pedro de Escavias (1468-1469). Todas estas crónicas emplearon como fuente manuscritos hoy desaparecidos de la Estoria de España. En unos casos fueron notablemente ampliados (Versión amplificada), abreviados (Crónica abreviada, Repertorio de Príncipes) o novelados (Crónica de Castilla); en otros, aunque puedan transcribir a veces literalmente el texto de la Estoria de España, éste ha sido traducido al gallego-portugués (Refundición de la Crónica de 1344 de c. 1400, Crónica general de España de 1404). Por todo ello, sólo ofrecen un testimonio indirecto de la historia particular alfonsí.

Testimonios de los que se tienen noticias históricas y que se encuentran actualmente perdidos son:

  • (I) El manuscrito I1, primer volumen de I que contenía la primera redacción desde el prólogo hasta la pérdida de España, habiéndola copiado de E1; este códice perteneció al marqués de Santillana y a Jerónimo Zurita y de él da noticia el marqués de Mondéjar.
  • (2) El manuscrito J1, que era copia de E2 desde Pelayo a Ordoño II y que como primera parte de J perteneció al marqués de Mondéjar hacia 1700.

ArribaAbajoPrimera redacción (o Versión primitiva)

Dado el carácter incompleto y/o mixto de la mayor parte de los testimonios, las relaciones entre ellos varían según los testimonios disponibles en cada caso y los cambios de antígrafo, creando diversas situaciones textuales a considerar a lo largo de la obra.


ArribaAbajoLa historia de los primeros dominadores, bárbaros y godos hasta finalizar el reinado de Eurico (desde el prólogo hasta el capítulo 429)

En esta sección el conjunto de testimonios que transmiten la primera redacción se agrupan en dos familias fundamentales: aquellos testimonios que derivan del códice del scriptorium alfonsí E1 y aquellos otros que descienden del arquetipo sin intermediación de ese códice. A los primeros se les ha agrupado bajo la denominación «versión regia» (dado el carácter regio de E1) y a los segundos bajo el nombre «versión vulgar». Las variantes que caracterizan a los testimonios de la «versión vulgar», si exceptuamos las que muestran lecturas heredadas del arquetipo y los errores acaecidos en el curso de la transmisión, no pasan de ser un conjunto de pequeñas innovaciones puntuales. Entre ellas, sólo sobresale por su entidad reformadora la modificación del sistema cronológico en el prólogo de la estoria de los godos. Por ello, más que de «versión vulgar», quizá sea más oportuno hablar de familia de testimonios «vulgar».

Los testimonios que copiaron a E1 son: C (e indirectamente las copias de éste, Cs y la familia U, X, V y Uu), R, O-F, el prototipo de la Crónica general vulgata, el antecesor común de los manuscritos hermanos Z y Min, y otros descripti como Ei y Eg (aparte de copias tardías como Ej).

Los testimonios integrantes de la «versión vulgar» son: Q, el antígrafo común a Qq y a St (y las copias de éste B, N y Nn) el prototipo de la familia constituida por Y, To, T, L y las Estorias del fecho de los godos. Testimonio indirecto de esta rama dan el Libro I de la Crónica abreviada y la Refundición de la Crónica de 1344. Como única excepción a estos agrupamientos conviene puntualizar que desde el año 3 de Eurico (capítulo 425, página 241b52) la mayor parte de los testimonios «vulgares» cambian de modelo textual y emplean un códice derivado de E1 hasta finalizar el reinado (capítulo 429). Sólo L y las Estorias del fecho de los godos contienen en estos capítulos el texto de la rama «vulgar».

Hay que señalar, por último, que tanto E1 (y descendientes) como la rama «vulgar» proceden de un modelo común que contenía varios nimios errores de los que están exentos dos manuscritos hermanos que sólo conservan la historia de los primeros dominadores: Cf y Cah. Como estos manuscritos presentan además algunas variantes singulares, se ha aventurado su pertenencia a la segunda redacción.

Esta sección ha sido editada por Menéndez Pidal tomando como base E1 (PCG).

Esquema sobre la «Estoria de España»




ArribaAbajoLa historia de los reyes godos desde Alarico hasta el año 3 del señorío de Pelayo (capítulos 430-563)

En esta sección la tradición manuscrita sigue agrupándose en dos familias de parecidas características: E1 y sus derivados (la «versión regia») y el grupo de manuscritos que derivan del arquetipo sin mediación del códice regio (la «versión vulgar»).

Desde Alarico la familia de E1 mantiene en términos generales el número y la identidad de los testimonios que la componen: C y sus copias (Cs, de un lado, y U, X, V, de otro), O-F y R (que descienden con C de un modelo común), la Crónica general vulgata, Min, Ei y Eg. A éstos se suman ahora dos testimonios anteriormente «vulgares»: Y y una nueva copia de C, la segunda mano de B.

La rama «vulgar» pierde, en cambio, ocho representantes: desaparecen Q, Qq, St (y sus tres copias) y cambian de prototipo la Crónica abreviada desde el Libro II y la Refundición de la Crónica de 1344. La pérdida se compensa en parte por la incorporación de dos manuscritos hermanos de T: G y Z.

La «versión vulgar» mantiene el comportamiento de la sección anterior: junto a errores particulares y a variantes que muestra su derivación del arquetipo sin intervención de E1, conserva con bastante fidelidad la primera redacción y sólo innova en algunos detalles. Entre ellos el más significativo es el que da cuenta del traslado de los restos del rey godo Bamba desde Pampliega a la iglesia de Santa Leocadia la Nueva de Toledo realizado por Alfonso X en 1274, variante que sugiere una vinculación del reformador con Toledo y su diócesis, y que por proporcionarnos la fecha post quem de esta rama textual, la hace merecedora del nombre de Versión enmendada después de 1274. Otras innovaciones propias de la Versión enmendada son dar preferencia a la duración del reinado del rey Rodrigo del Tudense (siete años en lugar de los tres del Toledano) y separar la historia de los reyes godos de la historia de los reyes astur-leoneses y posteriores encabezándola con el título de Estoria de los fechos de los reyes de España (capítulo 564, año 4 del señorío de Pelayo). Esta división viola el criterio alfonsí de continuidad en el imperium del solar hispánico, por lo que es muy probable que el historiador que la introdujo no trabajara ya bajo las órdenes del rey Sabio.

El Libro II de la Crónica abreviada constituye un testimonio indirecto de un estado textual análogo al contenido en Cf y Cah en la primera sección, ya que carece de los errores propios de E1, así como de las innovaciones de la rama «vulgar».

Esta sección ha sido editada por Menéndez Pidal tomando como base E1 (PCG).

Esquema sobre la «Estoria de España»




ArribaAbajoLa historia de los reyes astur-leoneses desde el año 4 del señorío de Pelayo hasta el año 18 de Alfonso II (capítulos 564-616)

A finales del señorío de Pelayo tiene lugar una nueva reorganización de la tradición manuscrita, si bien los testimonios persisten en una doble agrupación. Por una parte, siguen estando los herederos del manuscrito regio E1, del que como sabemos formaban parte los dos primeros cuadernos de E2, E2a, hasta que esta mano finaliza a mitad de una frase en el año 18 de Alfonso II el Casto (PCG, capítulo 616, página 350a10): C y sus copias (Cs, de un lado, y B, U, X, V, de otro), O-F (tercera sección) y R (que descienden con C de un modelo común). Por otra parte, están los manuscritos que derivan del arquetipo sin intermediación de E1 + E2a: aparte de los testimonios hermanos T, G y Z, así como el Libro II de la Crónica abreviada, se incorporan ahora a este grupo Min (que desciende del mismo antígrafo que T, G y Z) e Y. También emplearon ejemplares no relacionados con E1 + E2a la Crónica fragmentaria y el Repertorio de príncipes de Pedro de Escavias. El manuscrito refundido por Escavias se emparenta con la familia constituida por T, G, Z y Min, mientras que el códice reelaborado por la Crónica fragmentaria parece ser hermano de Y.

No pocos testimonios pasan a copiar la segunda redacción: es el caso de L y del manuscrito hermano de éste empleado por las Estorias del fecho de los godos (desde el capítulo 564), y también el de la Crónica general vulgata (desde el capítulo 566).

Las pequeñas variantes características de la llamada Versión enmendada después de 1274 en el señorío de Pelayo parecen continuar durante el reinado en Y y en algún otro testimonio, mientras que T, G y Z las desconocen desde que Pelayo es rey (capítulo 566). De ahí que la rama textual que desciende del arquetipo con independencia de E1 + E2a, a falta de innovaciones características, y sólo provista de variantes que permiten corregir algunos errores del códice regio, no pueda agruparse bajo un subarquetipo.

Por último, entre la nómina de testimonios de esta sección no hay que olvidar las copias sacadas de E1 cuando ya habían sido desgajados sus folios finales, como Ei, o de E2 cuando el códice ya había sido constituido, como I y Eh.

Esta sección ha sido editada por Menéndez Pidal tomando como base E1 + E2 (PCG).

Esquema sobre la «Estoria de España»




ArribaAbajoDesde el año 18 de Alfonso II hasta terminar ese reinado (capítulos 616-627)

Privados del testimonio del códice original alfonsí E1 + E2a, la tradición textual de la Estoria de España deja de dividirse en los dos grandes grupos que hasta este punto la habían caracterizado. Los manuscritos derivados del regio que continúan cambian todos ellos su modelo textual: O-F y R pasan a transcribir la segunda redacción integrándose en la Crónica general vulgata y B, U, V y X copian desde este punto la Crónica fragmentaria.

Ofrecen, pues, un testimonio directo de la primera redacción Y, la familia formada por T, G, Z y Min, y el manuscrito manejado por la Crónica fragmentaria para construir su peculiar versión de la historia. A éstos debemos añadir el proporcionado por la mano E2b que a mediados del siglo XIV enlazó el final original de E1 + E2a con el códice del siglo XIII que contiene la Versión amplificada (copiada por la tercera mano de E2, E2c), así como las copias de E2, los manuscritos I y Eh. Testimonio indirecto nos siguen dando la Crónica abreviada, tal como venía sucediendo anteriormente, y el Repertorio de príncipes de Pedro de Escavias, testimonios que no varían su ubicación textual.

Esta sección ha sido editada por Menéndez Pidal tomando como base E2b (PCG).

Esquema sobre la «Estoria de España»




ArribaAbajoLa historia de los reyes astur-leoneses y leoneses desde el reinado de Ramiro I hasta terminar el reinado de Vermudo III (capítulos 628-801)

Son dos las novedades que arroja esta sección respecto de la anterior: la principal es la aparición de la Versión amplificada de 1289 conservada en el manuscrito del siglo XIII E2c (mano tercera actual del manuscrito E2), versión que amplifica retóricamente y glosa un testimonio de la primera redacción muy cercano del arquetipo. Al estar contenida en un códice realizado con lujo regio, E2, esta versión ha sido denominada en ocasiones «versión regia». Frente a esta versión de tiempos de Sancho IV, el texto contenido en los restantes testimonios ha sido llamado «versión vulgar» o Versión concisa, aunque en realidad es simplemente el representante genuino de la primera redacción. La Versión amplificada se integra, pues, en la nómina de testimonios indirectos en esta sección.

La segunda novedad es la desaparición de las características refundidoras de la Estoria de España propias de la Crónica fragmentaria. Los manuscritos B, U, V y X, que transmitían esa Crónica anteriormente, pasan a transcribir literalmente la Versión amplificada (años I y 2 de Ramiro I, capítulos 628-629, páginas 358b47-360b28) e inmediatamente después la primera redacción, de modo que pueden considerarse testimonios directos de la Estoria de España hasta que terminan al fin del reinado de Ordoño II.

El resto de testimonios integrantes de la primera redacción continúa inalterado: Y y la familia formada por T, G, Z, Min (este último se incorpora desde el año 6 de Alfonso IV a la Crónica de veinte reyes) y el manuscrito empleado por Pedro de Escavias. Esta familia se singulariza por haber copiado del manuscrito E2 la Versión amplificada desde el comienzo de Ramiro I hasta el año I de Alfonso III (capítulos 628-645).

En algunos breves fragmentos contamos, además, con otros testimonios: Vv, en los años finales de Alfonso III y los reinados de García y Ordoño II, también miembro de la familia anterior, y la Estoria breve del fecho de los godos, que siguió a la Estoria de España en parte de la historia de Fernán González (capítulos 684-696).

Testimonio indirecto sigue proporcionando la Crónica abreviada.

Esta sección ha sido editada parcialmente por Campa (1995), desde Fruela II hasta Vermudo III (corresponde a PCG, capítulos 678-801), tomando como base el manuscrito T, que fue anotado y corregido con sus hermanos Y, G, Min y Z.

Esquema sobre la «Estoria de España»




ArribaAbajoLa historia de los reyes castellanos y leoneses hasta la conquista de Córdoba por Fernando III (capítulos 802-1049)

En esta sección no se nos han conservado testimonios directos de la primera redacción de la Estoria de España, por lo que el conocimiento del texto resulta más escaso que en las secciones anteriores. Los testimonios indirectos a que se ve reducida la tradición textual son: la Versión amplificada de 1289, la Crónica de Castilla y el manuscrito F. La Crónica de Castilla y el manuscrito F, que arrancan a partir de la llegada al trono de Fernando I, derivan de un modelo común caracterizado por mezclar la Versión amplificada con otro texto también derivado del arquetipo de la Estoria de España y más conciso, quizá un testimonio de la primera redacción. Los detalles de ese texto mixto, que fue muy refundido por la Crónica de Castilla, están aún pendientes de estudio.

Esta relación entre los tres testimonios se mantiene desde Fernando I hasta el reinado de Urraca (capítulos 802-996), ya que a partir del reinado de Alfonso VII la Crónica de Castilla cambia de prototipo para seguir una traducción de la Historia gothica del Toledano relacionada con la contenida en la segunda redacción de la Estoria de España o Versión crítica. Desde ese punto y hasta la conquista de Córdoba (capítulos 997-1049), donde presumiblemente terminaba la Estoria de España (o lo que se había conseguido escribir de ella), sólo contamos con la Versión amplificada y con F. Pero desde poco después del comienzo del reinado de Fernando III (capítulo 1035, página 719a42), la Versión amplificada sólo nos es conocida por una reelaboración posterior de su texto: la Crónica particular de san Fernando.

Por último, es necesario precisar que otro de los testimonios indirectos de la Estoria de España, que en las secciones anteriores se había revelado de gran valor por derivar de un texto cercano al arquetipo, invierte desde Fernando I su importancia: se trata de la Crónica abreviada, que en su Libro III desciende ahora bien de F, bien de la Crónica de Castilla, bien de la Crónica particular de san Fernando.

Esquema sobre la «Estoria de España»






ArribaAbajoSegunda redacción (o Versión crítica)

La transmisión manuscrita de la Versión crítica nos permite acceder a su texto desde el inicio de la historia de los pueblos bárbaros hasta finalizar el reinado de Fernando II de León (corresponde a PCG, capítulos 365-996). En la casi totalidad de su extensión hoy conocida el representante más cercano al arquetipo es siempre el manuscrito Ss, el cual, pese a su alta derivación textual, no está exento de numerosos errores particulares como es esperable en un manuscrito no lujoso y tardío. Salvo este manuscrito, ninguno de los restantes testimonios está presente a lo largo del texto completo, por lo que pueden diferenciarse varias secciones según los testimonios sucesivamente existentes. No obstante, las relaciones textuales entre ellos parecen mantenerse siempre las mismas.


ArribaAbajoDesde el prólogo a la estoria de los pueblos bárbaros hasta el fin de la historia de los reyes godos (capítulos 365-565)

En esta sección contamos con un testimonio directo, el manuscrito Ss y como testimonios indirectos, con la gallega Crónica general de España de 1404 y la portuguesa Refundición de la Crónica de 1344 de h. 1400.

De ellos, sólo la Crónica de 1404 conserva el texto de la segunda redacción en la historia de los pueblos bárbaros y primeros capítulos de los godos (capítulos 365-388, hasta página 217b26), punto donde se incorpora Ss. La Refundición de la Crónica de 1344 se les suma desde el año 4 del reinado de Alarico y hasta que comienza el de Rodrigo, donde cambia de prototipo. Los dos textos en lengua gallego-portuguesa proceden de un modelo común, del que heredaron varios errores.

Entre muchas reformas menores, las principales innovaciones de la Versión crítica respecto de la primera en la historia gótica son:

  1. La reforma del sistema cronológico del prólogo a la estoria de los godos e introducción de las sincronías correspondientes a los reyes de Francia y a los pontífices a partir de la consulta de la Chronographia de Sigeberto Gemblacense.
  2. La sustitución de la hitación de Bamba procedente del Tudense por la versión más extensa del Liber chronicorum del obispo Pelayo
  3. Desde el punto de vista ideológico, la adición de dos párrafos interesantes: en uno se defiende la ley escrita del código de Eurico frente a la costumbre, en perfecta consonancia con lo estipulado en el Fuero real, el Espéculo o las Partidas; en el otro se censura la sublevación del infante Sancho y los del reino contra Alfonso X como dato de estricta actualidad. Este párrafo nos permite fechar la segunda redacción con bastante seguridad entre los años 1282 y 1284.

Esquema sobre la «Estoria de España»




ArribaAbajoLa historia de los reyes astur-leoneses y de León (desde Pelayo hasta Ordoño II, capítulos 566-677)

Los testimonios que nos transmiten el texto de la segunda redacción en esta sección son: Ss, L, las Estorias del fecho de los godos, la Crónica general vulgata, la Crónica de 1404 y la Refundición de la Crónica de 1344. Sin embargo, no todos ellos heredaron las mismas porciones textuales ni las reflejan con idéntica fidelidad. Entre ellos, sólo el manuscrito Ss conserva al completo el texto y sin otras innovaciones o errores que las propias de la reproducción manuscrita.

La Crónica de 1404 sigue como fuente la Versión crítica, si bien refundiendo su texto con intensidad mayor que antes, hasta poco después de empezar el reinado de Alfonso I, en que la abandona definitivamente (desde el capítulo 582). A su vez, la Refundición de la Crónica de 1344 también se atiene a la segunda redacción desde el segundo año de Pelayo y hasta el final del reinado de Alfonso I (capítulos 568-591) (aunque suprimiendo toda la materia referente a Al-Andalus y las noticias del Papado y del Imperio). Ambas crónicas derivan, al igual que en la historia gótica, de un antígrafo común.

La Crónica general vulgata transcribe la Versión crítica como base fundamental desde Pelayo a Vermudo III (capítulos 566-801), aunque en algunos fragmentos puntuales la sustituye por haber colacionado con un manuscrito de la primera redacción emparentado con la familia formada por T, G, Z, Min, etc. También las Estorias del fecho de los godos emplearon un antígrafo de la Versión crítica desde Pelayo (capítulo 564), pero en este caso lo fueron combinando en extensos pasajes con el Toledano romanzado. Los testimonios de la segunda redacción aprovechados por la Crónica general vulgata y las Estorias del fecho de los godos descienden de un modelo común del que heredaron errores diversos. El manuscrito L es hermano del empleado por las Estorias, y como él, empieza a seguir la Versión crítica desde el año 4 del señorío de Pelayo (capítulo 564), pero no sabemos cuál sería su extensión original porque termina trunco a la mitad del reinado de Alfonso II.

El número y la intensidad de las reformas que la Versión crítica introdujo sobre el texto que heredó de la primera redacción se dispara desde esta sección. A partir de aquí la Versión crítica no se limita a «perfeccionar» con glosas o consulta de fuentes algunos pasajes, sino que ofrece una estructura alternativa al relato de la primera redacción: La historia concerniente a los árabes y los relatos de procedencia poética fueron reubicados en el casillero analístico y modificaron su posición relativa en la sucesión narrativa de la obra atendiendo a razones de verosimilitud y de crítica cronológica interna. Otra característica constante de la segunda redacción que hace acto de presencia por vez primera en esta sección es la actitud crítica hacia las fuentes poéticas, que conduce con mucha frecuencia a extractarlas por motivos esencialmente ideológicos.

Esta sección ha sido críticamente editada por Fernández-Ordóñez (1993) transcribiendo como base el manuscrito Ss, que fue anotado y corregido con los restantes testimonios.

Esquema sobre la «Estoria de España»




ArribaAbajoLa historia de los reyes de León (desde Fruela II hasta Vermudo III, capítulos 678-801)

Novedad de esta sección es la aparición en el árbol genealógico de la Crónica de veinte reyes. Bautizada así por empezar con el reinado de Fruela II prescindiendo de la historia anterior, nos conserva la Versión crítica desde ese punto hasta terminar el reinado de Fernando II (capítulos 678-996). A diferencia de las crónicas anteriores, en que siempre se reconoce una labor adicional refundidora sobre el texto de la segunda redacción, la Crónica de veinte reyes no es sino una rama textual que transcribe literalmente la Versión crítica sin otras modificaciones que los errores típicos de la transmisión manuscrita y sin otra particularidad que la de haber enlazado el final de la Versión crítica con el texto de la Crónica de Castilla.

Salvo en un par de variantes nimias y de fácil origen poligenético (en las que se agrupa con la familia de manuscritos conocida como Crónica de veinte reyes), el manuscrito Ss aparece como el representante más cercano al arquetipo de la segunda redacción, ya que carece de los yerros propios del prototipo de esa familia y de los conjuntivos que agrupan a la Crónica general vulgata y a las Estorias del fecho de los godos. Es, además, el único que conserva en toda su extensión el texto de la Versión crítica.

Las líneas refundidoras características de la Versión crítica en la sección anterior se mantienen constantes en ésta: reestructuración del discurso histórico acompañado de una nueva datación de los acontecimientos y actitud crítica hacia las fuentes poéticas.

Esta sección ha sido editada críticamente por Campa (1995) siguiendo como base el manuscrito Ss, que fue anotado y corregido con varios testimonios de la familia de Veinte reyes.

Esquema sobre la «Estoria de España»




ArribaAbajoLa historia de los reyes de Castilla y León (desde Fernando I hasta el fin del reinado de Fernando II, capítulos 802-996)

Esta última sección se caracteriza por la desaparición del testimonio que venían aportando la Crónica general vulgata y las Estorias del fecho de los godos. Al concluir la historia de los reyes de León termina también la General vulgata, y las Estorias abandonan como fuente la Versión crítica (salvo algún breve pasaje excepcional). Los únicos testimonios presentes son, pues, Ss y la familia de manuscritos conocida como Crónica de veinte reyes.

En la historia de los reyes de Castilla la composición de la Versión crítica no había concluido, según se deduce de la repetición, con diversa redacción y ubicación cronológica, de noticias procedentes de la misma fuente. Manteniendo idéntica posición relativa en el stemma que en secciones anteriores, el manuscrito Ss refleja con mayor fidelidad que el resto de testimonios ese estado inconcluso.

Aunque la técnica refundidora y las preocupaciones que inspiran la composición de la Versión crítica parecen permanecer estables en esta parte de la obra, es preciso matizar que en ella carecemos del término adecuado de comparación que ofrecería un testimonio directo de la primera redacción.

En esta sección contamos con la edición crítica de Campa (1995) antes mencionada.

Esquema sobre la «Estoria de España»








ArribaAbajoVersión (o Crónica) amplificada de 1289

Elaborada en tiempos de Sancho IV (ya que incluye una actualización de 1289 en que se alude además al rey), la llamada Versión retóricamente amplificada se escribió empleando como fuente un texto de la primera redacción de la Estoria de España que empezaba en el alzamiento del rey astur-leonés Ramiro I y que finalizaba tras contar la conquista de Córdoba por Fernando III, punto en que concluía su principal fuente, De rebus Hispaniae de don Rodrigo Jiménez de Rada. Ese texto de la Estoria de España fue sistemáticamente transformado con glosas y amplificaciones retóricas y completado con la consulta ocasional a las fuentes latinas, Rodrigo Jiménez de Rada y Lucas de Tuy, y a veces, la Chronica Adefonsi Imperatoris, aunque manteniendo la estructura originaria de la primera redacción.

Desde el punto de vista ideológico, la Versión de 1289 revela un distanciamiento del pensamiento político alfonsí observable tanto en las glosas y comentarios que introduce como en los pasajes que omite. Las principales diferencias respecto de la Estoria de España se perciben en que:

  • 1.º, no comparte el neo-goticismo de la monarquía castellano-leonesa,
  • 2.º, es partidaria de Castilla (frente a León) como reino aspirante a la hegemonía política peninsular,
  • 3.º, encarece el valor de la aristocracia y de los prelados como élites que colaboran en el gobierno del reino, contribuyendo a sostener el poder del rey.

La consulta por parte del autor de esta Versión de fuentes que estaban en la Catedral de Toledo, como la Chronica Adefonsi Imperatoris, así como la relevancia que alcanza en algún pasaje esa iglesia, ha hecho pensar que en su elaboración intervino la escuela catedralicia toledana y su arzobispo, Gonzalo Pérez Gudiel, bajo la inspiración directa de Sancho IV.1

Debemos a Catalán la identificación de la Versión amplificada y el estudio de sus principales características, así como la reconstrucción de su transmisión textual (1962, 1992, 1997).

El manuscrito original de la Amplificada estuvo constituido por los folios de letra del siglo XIII integrados actualmente en el manuscrito E2: fols. 23-79, 82-198 (mano tercera o E2c) y 257-320 (mano quinta o E2e). La Versión amplificada alcanzó gran relevancia en la transmisión textual de la Estoria de España porque ese códice que originalmente la contenía fue aprovechado en tiempo de Alfonso XI, probablemente por Fernán Sánchez de Valladolid, para formar el volumen facticio regio escurialense E2, del que constituyó la principal base y que se compuso para proporcionar una continuación al relato incompleto del códice original del scriptorium de Alfonso X, E1, de la primera redacción de la Estoria de España.

Pero ya antes de integrarse en E2, esta Versión había sido traducida al gallego-portugués, a lo más tarde, durante el reinado de Fernando IV (1295-1312). Esa Versión gallego-portuguesa de la Amplificada proporcionó el fundamento principal de la Crónica General de 1344 del conde Pedro Alfonso de Barcelos y de la Crónica de 1404, escrita en gallego, en sus relatos de la historia de los reyes de León (de Ramiro I hasta Vermudo III, PCG, capítulos 628-801).

El testimonio de la primera redacción que fue refundido en la Amplificada contenía, entre Ramiro I y Vermudo III, un texto que podemos considerar compilatoriamente terminado (salvo en pequeños detalles como la historia del conde castellano Garcí Fernández), y por tanto, idéntico al que nos transmiten los testimonios directos de la primera redacción de la Estoria de España como Y, T, G, Z, Min, B, X, U y V.

Sin embargo, desde que comienza la historia de los reyes castellano-leoneses, esto es, desde Fernando I en adelante, el texto que fue la base de la amplificación no estaba completamente perfilado, y bien puede considerarse un «borrador» o un «cuaderno de trabajo». Según el grado de compilación alcanzado, debemos diferencias variar secciones:

1. Desde Fernando I hasta la muerte de Urraca (capítulos 802-967) el texto de la primera redacción que alcanzó a conocer la Versión amplificada había combinado contrastivamente las fuentes disponibles y creado una estructura analística a la que se habían incorporado las noticias extra-peninsulares referentes al papado y al imperio. Pero ese texto no había alcanzado todavía el grado de perfección deseado, según nos revelan las llamadas «lagunas compilatorias», pasajes donde se suspende la técnica historiográfica usual del taller alfonsí creando «huecos» que fueron rellenados, en distintas épocas, para evitar la solución de continuidad en el relato que su existencia creaba. Las lagunas compilatorias que han sido señaladas por la crítica son:

  1. Desde finales del año 35 de Fernando I hasta el año 2 de Sancho II, relato de la muerte de Fernando I (PCG, páginas 491b28-495b15).
  2. Desde el año 17 al 22 de Alfonso VI, relato de la conquista de Toledo, entrada de los almorávides y batalla de Uclés (capítulos 867-885, páginas 538a28-556b3).
  3. Desde empezado el año 25 hasta el año 41 de Alfonso VI, toda la historia valenciana del Cid (capítulos 896-962, páginas 565a29-643b7).

Mientras que las lagunas 1 y 2 fueron «rellenadas» por el mismo copista de E2, que copió la Versión amplificada, E2c, la laguna 3 fue ocultada por un copista que trabajó en el siglo XIV, E2d (fols. 199-256).

2. Desde Alfonso VII hasta Sancho III (capítulos 968-987) el texto que sirvió de base a la amplificación se limitaba a combinar De rebus Hispaniae de Rodrigo Jiménez de Rada con el Chronicon mundi de Lucas de Tuy, olvidando por lo general el manejo de otras fuentes, así como encajar el relato histórico en el casillero analístico.

3. Desde Alfonso VIII hasta la conquista de Córdoba por Fernando III, donde debía acabar originariamente la Versión amplificada (capítulos 988-1049), el texto base de la amplificación es una simple traducción de De rebus Hispaniae. Puesto que el códice original de la Amplificada, E2e termina poco después de comenzado el reinado de Fernando III (capítulo 1035, página 719a42), sólo podemos conocer esta Versión desde ese punto hasta su presumible final, tras la conquista de Córdoba, a través de un testimonio indirecto, la Crónica particular de san Fernando.

Junto a los folios originales de 1289, empleados como soporte fundamental de la elaboración del códice facticio E2 a mediados del siglo XIV, se han conservado varios testimonios descripti de ese códice. Contamos además con fragmentos de la Amplificada incorporados por los prototipos de dos familias de testimonios: la compuesta por los manuscritos B, U, X y V, y la formada por los códices T, G, Min, Vv y Z (más el ejemplar resumido por Pedro de Escavias para componer su Repertorio de príncipes, 1468-1469). Pueden considerarse testimonios directos:

  1. B, manuscrito 2022, Biblioteca de la Universidad de Salamanca.
  2. E2, manuscrito X-I-4, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo (El Escorial, Madrid).
  3. Eh, manuscrito 1487, Biblioteca Nacional de Madrid.
  4. Ej, manuscrito 11.13.3, Biblioteca de la Real Academia de la Historia (Madrid).
  5. F, manuscrito 2628, Biblioteca de la Universidad de Salamanca.
  6. G, manuscrito X-I-11, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo (El Escorial, Madrid).
  7. I, manuscrito 10134ter, Biblioteca Nacional de Madrid.
  8. J, manuscrito 1347, Biblioteca Nacional de Madrid.
  9. Min, manuscrito Z946.02/fC881, Biblioteca de la Universidad de Minnesota (Minneapolis).
  10. T, manuscrito M-550, Biblioteca Menéndez y Pelayo (Santander).
  11. U, manuscrito 158, Biblioteca de la Universidad Complutense (Madrid).
  12. V2, manuscrito 1277, Biblioteca Nacional de Madrid.
  13. Vv, manuscrito 8213, Biblioteca Nacional de Madrid.
  14. X, manuscrito 10213 + 10214, Biblioteca Nacional de Madrid.
  15. Xx, manuscrito 7583, Biblioteca Nacional de Madrid.
  16. Z, manuscrito X-I-7, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo (El Escorial, Madrid).

Testimonio indirecto nos dan la Crónica particular de san Fernando, que empleó como fuente el final de la Versión amplificada, así como la Crónica de Castilla, que heredó, al igual que el manuscrito F, un texto mixto que se elaboró combinando la primera redacción con la Amplificada.

Además, la Versión amplificada alcanzó amplia difusión en el occidente de la Península Ibérica. Debe considerarse testimonio indirecto la traducción al gallego-portugués conservada tanto en manuscritos independientes como integrada en la Crónica general de España de 1344 y en la Crónica de 1404. Esa traducción conoció la Versión amplificada en su estado original (cuando comenzaba en Ramiro I) y la siguió hasta finalizar el reinado de Vermudo III. A partir de ese punto continuó la historia desde Fernando I traduciendo la Crónica de Castilla.

  • A, manuscrito 8817, Biblioteca Nacional de Madrid.
  • A', manuscrito 2497, Biblioteca de la Universidad de Salamanca.
  • Ae, manuscrito 643, Biblioteca Nacional de Madrid.

Testimonios perdidos de la Versión amplificada de los que se tiene reseña histórica son:

  • 1. El manuscrito Gran que en 1591 entregó a la Capilla Real de Granada el visitador enviado por Felipe II y que comenzaba en el rey Ramiro de León.
  • 2. El manuscrito J1, que era copia de E2 desde Pelayo a Ordoño II y que, como primera parte de J, perteneció al marqués de Mondéjar hacia 1700.

La Versión amplificada fue editada por Menéndez Pidal (PCG), al tomar como base de su edición de la Estoria de España el manuscrito E2. Los fragmentos de esta Versión (E2c + E2e) comprenden el texto desde el inicio del reinado del rey astur-leonés Ramiro I hasta el año 25 de Alfonso VI, donde se interrumpe al hablar de los castillos que eran pecheros del Cid, y justo antes de relatar la llegada de los almorávides a la Península (PCG, páginas 358b39-426a18 [fols. 23-79], páginas 429a39-565a29 [fols. 82-198]). El texto de la Versión amplificada sólo se reanuda al final del reinado de Alfonso VI, en el año 42, y continúa hasta poco después de comenzado el reinado de Fernando III (PCG, páginas 643b9-719a42 [fols. 257-320]).

Según ha demostrado Catalán (1997), todos los testimonios derivan directa o indirectamente de E2c (+ E2e), cuyo texto copiaron en diversas épocas.

Descienden de una copia muy antigua, anterior a que E2c se acoplara en el códice facticio E2a a mediados del siglo XIV (pero posterior a una mano del siglo XIV correctora de E2c) el manuscrito Xx y la traducción al gallego de la Versión amplificada (conocida como Versión gallego-portuguesa), conservada en el manuscrito A (A1) y en la Crónica general de España de 1344. De A1 derivan a través de un nudo común la Crónica general de 1404 y de A', y de éste su retraducción al castellano, Ae. También copiaría a E2c en este estado original el manuscrito perdido Gran.

La Versión amplificada (E2c + E2e) fue combinada con un texto, hoy perdido, de la primera redacción. Esa singular combinación, todavía no suficientemente estudiada, fue heredada por el manuscrito F y por la Crónica de Castilla, que nos proporcionan, por tanto, un testimonio indirecto de esta Versión.

El manuscrito E2 también fue empleado esporádicamente para completar algunos pasajes. El formador del prototipo común a los manuscritos T, G, Z, Min, Vv y al códice resumido por Pedro de Escavias en su Repertorio de príncipes de España copió a E2 en un fragmento, los capítulos correspondientes al reinado de Ramiro I y al año I de Alfonso III (PCG, capítulos 628-645, páginas 358a39-368b52). A su vez, el modelo común a los manuscritos B, U, X y V siguió el relato amplificado al principio del reinado de Ramiro I (desde PCG, capítulos 628-629, página 358b47, hasta la mitad del año 2 de ese rey, página 360b28), cuando E2c ya había sido integrado en E2.

Ese mismo estado es al que accedieron las copias de E2 acabadas en el siglo XV, I y J, y en el siglo XVI, Eh.

Es seguro, en cambio, que la Crónica particular de san Fernando conoció la Versión amplificada (E2e), a la que empleó como fuente para los primeros años del reinado de Fernando III, antes de que se integrase en E2, ya que la Crónica particular fue, a su vez, fuente de la Crónica abreviada de don Juan Manuel, redactada hacia 1320-1325.

Esquema sobre la «Estoria de España»



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