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ArribaAbajo Capítulo III

Jujuy y los Valles del Sud y del Naciente



ArribaAbajo Título I

Descripción fisiográfica. Los indios



- I -

Descripción fisiográfica


La región que se extiende al sud de la ciudad de Jujuy y de los contrafuertes del Chañi, en donde están los departamentos de la Capital, San Antonio y El Carmen, es distinta de la Puna y La Quebrada, pues es baja en comparación de las anteriores ya que tiene mil doscientos metros sobre el nivel del mar en la ciudad   —LXX→   y ochocientos metros en la estación ferroviaria de Perico, el clima es cálido y la vegetación exuberante, está bien regada por los ríos: Grande, Chico, Alisos y Perico y por varios arroyos que echan sus aguas al primer río nombrado. Topográficamente es un valle extenso formado por las sierras de Zapla al naciente y por los desprendimientos del Chañi al sudoeste. Al naciente de la región citada y siguiendo el curso del río Grande, a contar del angosto de San Juancito (antiguo Pongo, del quichua puncu, puerta) se halla el valle inferior comprendido entre las serranías de Sapla al oeste y las de Santa Bárbara al este, corre en medio el río Grande con ese nombra hasta que se le reúne el Lavayén o Mojotoro y el de San Francisco después; allí están, los departamentos de Ledesma y San Pedro; más al oriente está el departamento de Santa Bárbara internado en el denominado Chaco salteño. En este valle bajo, el clima es cálido y húmedo y como está bien regado tiene una lujuriante vegetación tropical.




- II -

Noticias sobre los indios jujuys, ocloyas, osas y paipayas


En tiempos prehispánicos estas regiones estaban bien pobladas de indios, sus nombres no se saben con certeza y hasta tanto los estudios de arqueología, de etnografía antigua comparada y las fuentes históricas, hoy ignoradas, no nos saquen de dudas, diremos solamente que en la ciudad y quizás desde León a la confluencia, del río Chico con el Grande, vivieron los jujuis. Otras referencias a ocloyas, osas y paipayas, en el valle jujeño, se refieren siempre a tribus ya sometidas y sacadas de su «natural» como se decía.

Según las Ordenanzas de Alfaro estas tribus eran de tierras altas y fragosas, identificables con las montañas de Zental y Calilegua.

A qué raza pertenecieron estos indios no se sabe, Sotelo Narváez habla de los ocloyas y en efecto, dice en su carta, que a todas luces es de diciembre de 1582, (pues al referirse a Salta cuenta «habrá ocho meses que se fundó» y esta ciudad se levantó el 16 de abril de 1582:

Estará este valle de Salta del valle de Calchaqui como doce leguas y el de Xuxuy estará como otras quince, Valle es de poca gente, pero muy apacible, y que tiene dos ríos, el uno grande y de pescado, cazas y lo de más que los otros, los indios están en una tierra fragosa que llaman Ocloya tierra de mucho oro, a las vertientes de la cual está la gente que hemos dicho del Río Bermejo. Esta gente de Ocloya como a diez leguas del Valle (de Salta), es gente del Perú, confina con otra gente que llaman los Tobas, gente belicosa, más alta y desproporcionada que la dicha, los cuales los van apocando y robando cada día192.



El Visitador, don Francisco de Alfaro en 1611, al establecer la proporción de indios que deben mitar en San Salvador (Jujuy), alude a los ocloyas, osas y paipayas, pues mandó: «de los osas se den dos indios, de los paipaias, se den tres indios... Iten viniendo con los indios ocloyas den por hagora dos indios anssímismo a la dha Ciudad y mittá anssí mesmo, la cual mittá ha de uenir a servir desde primeros días del mes de Maio, hastta últimos de diziembre de cada año»193.

En 1634 hay una alusión a los osas y paipayas, pero ya adoctrinados, fuera de su tierra de origen; es la carta del obispo del Tucumán; fray Melchor Maldonado, de Saavedra, hecha en Esteco, el 28 de mayo de 1634 y la cual dice: «Pedro de Cáceres Saavedra es criollo desta provincia (del Tucumán) hijo y nieto de los primeros conquistadores della es cura propietario de los hoçes y paipaios dos leguas de la ciudad de San Saluador de Jujuy y por suspensión del cura propietario della de rresultas de la visita le nombre por ínterin en ella, sabe la lengua son eminencia y es de los más celosos hombres que e visto en todas las yndias»194.




- III -

El idioma de estos indios


Del idioma de estos indios no hay noticias concretas, se sabe que los ocloyas tenían lengua propia porque el padre Osorio que los evangelizó, hizo un vocabulario de esta lengua y también del toba, tonocote y quichua, según refiere Techo195.   —LXXI→   Del idioma de los jujuys, osas y paipayas se ignora, aunque es de suponer que ya a la venida de los españoles, en la segunda mitad del siglo XVI estos hablarían el quichua o idioma general. Ya vimos más arriba que los omaguacas hablaban o conocían el idioma de los incas, en 1596, según la declaración transcrita de Bartolomé Naharro. También parece que los osas y paipayas hablaban quichua poco después, así lo da a entender el obispo Maldonado cuando hablando del cura de estos indios dice: sabe la lengua y el idioma indígena obligatorio para los sacerdotes era el quichua, según las disposiciones del Sínodo, reunido en Santiago del Estero en 1597 y del que ya dimos noticias.




- IV -

Costumbres


De las costumbres de estos indios tampoco hay datos. Fray Reginaldo de Lizárraga, que como vimos anduvo en la región en 1600, dice hablando de los calchaquíes: «El vestido es como el de los omaguacas y chichas; los indios, con manto y camiseta; las indias, unas camisetas largas hasta los tobillos; no hay más vestidos»196. Es posible que este traje, que no es sino el unco, haya sido también el de los jujuys, osas y paipayas. Es curioso advertir que precisamente, frente a la ciudad, a la banda izquierda del río Grande, hay un lugarejo dicho Carahunco que en quichua quiere decir: unco de cuero.

Probablemente estos indios serían agricultores y cultivarían pequeñas parcelas con maíz y quinua, pues el clima y el suelo se prestan para ello.

Según el padre Ovalle197 «Jujuy es un lugar o provincia de gente muy belicosa a quienes los incas tuvieron siempre temor» esta noticia que el padre Ovalle da al referirse a la entrada del Adelantado Diego de Almagro, en 1536, es vaga pues más bien parece que se refiere a los omaguacas, pues estos estaban más próximos al camino seguido por Almagro. En las luchas habidas para conquistar la región no se dice que los jujuys, osas y paipayas se hayan revelado alguna vez.






ArribaAbajo Título II

Descubrimiento



- I -

Los jujuys en la entrada de Diego de Almagro


Una de las primeras noticias que tenemos de los jujuys es la que nos da el padre Lozano, tomadas posiblemente de Oviedo, aunque como dije de la noticia del padre Ovalle, es muy probable que no fueran precisamente los jujuys, pobladores del extremo sud de La Quebrada, sino los omaguacas, los que dieron el escarmiento a la gente de Almagro. Dice Lozano que conforme huyeron los dos españoles, aquellos de quienes dimos cuenta al hablar del descubrimiento de La Quebrada. «Los jujuies barruntaron lo que había de suceder, persuadidos de que los dos caballeros fugitivos traerían al ejército español y porque no les cogiesen desprevenidos convocaron toda la gente de la comarca por ausiliarles, hicieron solemnes sacrificios a sus ídolos, invocando con grandes plegarias su protección en defensa de la propia libertad: aderezaron sus armas, juntaron frecuentes consejos de guerra, para dar traza de resistir y ofender, parecioles lo más seguro para sí y nocivo de sus contrarios abrir en el campo circunvecino profundos fosos cuyo plan sembraban de agudas púas de madera fortísima, y la superficie cubrían de céspedes, para que ocultando a la vista el peligro, fuese inevitable el estrago de los caballos que allí cayesen»198.

Los españoles, en efecto, volvieron capitaneados por Salcedo y Chaves, pero se estrellaron ante la heroica defensa de los jujuys hasta que apurados por Almagro desistieron su propósito y se reincorporaron al ejército.

En el pasaje de Diego de Rojas, por la Puna, no se alude a los Jujuys, ni a la ida en 1543, ni al regreso en 1546. Las noticias históricas más fehacientes sobre estos indios arrancan de la entrada de Núñez de Prado y, en efecto, aquellos dos comisarios: Miguel de Ardiles y Nicolás Carrizo que él mandó desde Chicoana (En Calchaquí) en busca de Juan de Santa Cruz, pasaron por lo que es hoy Jujuy, como vimos al referirnos a los españoles que anduvieron por La Quebrada en 1550.



  —LXXII→  
- II -

Los Villagra pasaron por Jujuy en 1550


En la declaración de los cargos formulados por Núñez de Prado a Francisco de Villagra dicen tres testigos que los Villagra estuvieron en Jujuy. Pedro de Rueda refiere: (7.ª pregunta) «Después dende a ciertos días byo como estando el dicho Francisco Villagra en Xujui vyno allí el dicho Francisco de Villagrán etc.»199. Hernán Mexía declara: «estando este testigo en el campo del dicho Francisco Villagrán en el pueblo de Xuxuy vio como vinieron allí Gabriel de Villagrán etc.200. A la veynte e dos preguntas dixo que estando este testigo en Xuxuy viniendo por el camino se trataba en el Real del dicho Francisco de Villagrán que abían de venir por Tucumán o llevar toda la jente que estaba en Tucumán etc.»201.

Por último, Alonso de Arco dice que acompañó a Miguel de Ardiles y Nicolás Carrizo hasta echar los pasados de Omaguaca202.




- III -

Gobernadores anteriores a Zurita


Es sabido que el Tucumán entró a depender del gobernador de Chile, don Pedro de Valdivia, desde la fundación de la primera ciudad del Barco, hecha por Núñez de Prado en 1550, en el mismo lugar donde después se alzó Cañete, de Zurita (1559) y San Miguel, de Villarroel (1565). Dentro de esta dependencia, de Prado, trasladó la ciudad del Barco a Calchaquí (se supone que la ubicó donde hoy está San Carlos) en marzo o junio de 1551 y no contento con esa ubicación la llevó a orillas del río Dulce, un poco al sud de la actual ciudad de Santiago del Estero, en junio de 1552.

Valdivia sustituyó a Núñez de Prado por Francisco de Aguirre, quien vino en noviembre de ese año, prendió a de Prado y lo remitió preso a Chile a disposición de Valdivia.

Ya en el poder, Aguirre alzó de nuevo la ciudad del Barco y la fundó un cuarto de legua más al norte con el nombre de Santiago del Estero (julio o agosto de 1553). Muere Pedro de Valdivia y Francisco de Aguirre pasó a Chile, a fines de marzo de 1554, dejando de lugarteniente de gobernador a su primo don Juan Gregorio Bazán, encargado del Tucumán.




- IV -

En mayo de 1558203, viene con el título de gobernador don Juan Pérez de Zurita, nombrado por el sucesor de Valdivia en el gobierno de Chile, don García Hurtado de Mendoza. Zurita quiso asegurar las comunicaciones de Santiago del Estero con Copiapó y fundó dos ciudades en la línea recta que va de Santiago a Copiapó; Londres, en Quinmivil; Cañete, en el actual Pueblo Viejo, de Monteros (Tucumán) y con el fin de asegurar la pacificación de Calchaquí, o quizás con miras de favorecer el tránsito al Perú, fundó Córdoba de Calchaquí, según parece, en lo que hoy es San Carlos (Salta).

Fundación de Nieva (1561). «Como el general Zurita -dice Lozano- era incansable, andaba en continuo movimiento de una parte a otra, y de Londres despedidos muchos de los soldados para sus casas, partió al valle de Jibijibi (que hoy llaman Jujuy) con ánimo de fundar allí una ciudad porque le pareció sitio muy a propósito que podía servir de escala a los comerciantes que fuesen y viniesen del Perú como lo ha comprobado el tiempo»204.




- V -

En las diligencias de la fundación de una ciudad que se llamaría Nieva, en homenaje al nuevo virrey del Perú, conde de Nieva, andaba Zurita cuando llegó Gregorio de Castañeda, nombrado por Francisco de Villagra, el gobernador de Chile; Castañeda prendió a Zurita, como antes, Aguirre, había hecho con Núñez de Prado, lo prendió y lo apresó pero respetó la voluntad de Zurita de fundar Nieva, pues dice Lozano: «Allí Castañeda, hizo se poblase la nueva ciudad de Nieva, que tenía trazada Zurita, dejándola el mismo nombre, no porque aprobase lo que había dispuesto su émulo, sino por no irritar más con esa mudanza el ánimo del Virrey, sobre el pasado atrevimiento»205.

  —LXXIII→  

Continúa Lozano que es el único historiador antiguo que da noticias de la fundación de Nieva: «La ciudad era importante en aquel sitio para los fines declarados, y para su población dejó cuarenta soldados de los cuales fueron elejidos por alcaldes, Juan Rodríguez y Luis de Barrionuevo; por regidores Juan de Artasa, Cristóbal López, Álvaro Correa y Juan Fernández de San Pedro; por procurador y mayordomo Alonso López de Rivadeneira, y de los de más fundadores, solo halló hecha mención de Bartolomé Correa, Diego Rubira, Gaspar Rodríguez, Juan Navarro, Luis Gómez, Marcos de Victoria y Pedro Albanis, fuera de Cristóbal Barba, Juan de Carranza, Martín Monge y Pedro de Zárate, que siendo vecinos de Chuquisaca los había tiempo antes llamado el general Juan Pérez de Zurita para que viniesen a poblar la ciudad de Nieva, a causa de tener cédula de repartimiento o encomienda de indios en Casavindo, valle de Salta, Jujuy y Omaguaca. Principiose la ciudad a 20 de agosto de 1561, y quedó a cargo del capitán Pedro de Zárate, sujeto de notorio valor y fidelidad acreditada en las revoluciones modernas del Perú, en que sirvió con el puesto de capitán de caballos, contra el rebelde Francisco Girón, y en otras facciones de importancia»206.

El señor Roberto Levillier dice que «Gregorio de Castañeda andaba por Charcas enganchando gente. No sufriendo estorbo alguno por parte de la Audiencia, pasaría de La Plata a Potosí a los valles de Jujuy, terminaba su labor preliminar, hacia a fines de 1561»207.

Respecto al lugar preciso de la fundación no se sabe con seguridad aunque parece que fue en el mismo lugar donde hoy se alza la ciudad de Jujuy, así lo dan a entender varios documentos que veremos después.




- VI -

En cuanto a la duración de Nieva tampoco se tiene noticias claras; a este respecto dice Levillier «según cargo contenido en el proceso contra Villagra, fue asentada en Tujuy por la mañana y despoblada a la tarde, pretextando Castañeda que no se podía sustentar»208.

Confirma la creencia de Levillier, sobre la efímera vida de Nieva, el silencio de Alonso Díaz Caballero sobre esta ciudad. En efecto, en su carta al rey hecha en Potosí el 19 de enero de 1564 cita Londres, Cañete y Córdoba de Calchaquí, como fundadas por Zurita y destruidas por Castañeda en 1562 y no alude a Nieva209.

El licenciado Matienzo, en su carta del 2 de enero de 1566 dice, como hemos visto anteriormente; «de allí a Xuxui que son otras seis leguas a do ha estado poblado un pueblo de españoles que se decía Nieva que se despobló por el alzamiento de calchaqui y de allí a Salta que son ocho leguas etc.»210.






ArribaAbajo Título III

Fundación de la ciudad de San Francisco de Álava



- I -

El licenciado Matienzo y el virrey Francisco de Toledo, desean la fundación de una ciudad en el valle de Jujuy


Una vez abandonada Nieva, en 1561 o destruida, según da a entender Matienzo, en 1562, habían de pasar muchos años para que se vuelva a levantar otra ciudad en el mismo asiento.

Una ciudad en la entrada a La Quebrada era de suma importancia, pues lo exigía la necesidad de someter a los omaguacas, para dejar expeditivo el camino al Perú, por esa salida natural del Tucumán a las Punas.

En la carta del licenciado Matienzo, este oidor de la Audiencia, de Charcas, insinuaba a Felipe II la conveniencia de fundar una ciudad en este sitio «y en Tucumán se havían de hacer tres pueblos de más de los hechos lo qual yo he escrito al gobernador Aguirre que haga y él creo lo hará sino le faltare gente uno en Esteco otro en los comechingones, otro en Calchaquí y por acá se havía de azzer otro en Salta o en Xuxui que son muy lindos,   —LXXIV→   y fértiles valles y por allí podría aver otro camino más breve a la fortaleza de Gaboto»211.

A esta sugestión de Matienzo responden las instrucciones del virrey Toledo, dadas a don Gerónimo Luis de Cabrera y a Gonzalo de Abreu, pero antes veamos quiénes gobernaron el Tucumán después de Gregorio de Castañeda.

Castañeda fue el último gobernador dependiente de Chile, Francisco de Aguirre, que le sucedió, entró a gobernar en 1564 en virtud del nombramiento hecho por el conde de Nieva, virrey del Perú. La Real cédula que declaraba al Tucumán independiente de Chile fue dada el 29 de agosto del año anterior, esto es en 1563. Aguirre gobernó hasta marzo de 1566, pues en esa época y a una distancia de 63 leguas al sud de Santiago del Estero fue tomado preso «por un grupo de catorce soldados armados (de su propia gente), bajo el mando de Diego de Heredia, Gerónimo de Holguin y Juan de Berzocana, antiguos tenientes de Martín de Almendras»212 que murió, como vimos, en manos de los indios de Emahuar, Humahuaca.

Despachado Aguirre a Charcas quedaron en el gobierno los usurpadores Diego de Heredia y Juan de Berzocana. Poco les duró el mando pues fueron ajusticiados por Gaspar de Medina, secundado por Miguel de Ardiles y Nicolás Carrizo, en Santiago del Estero, que era entonces residencia de gobernadores y cabeza del Tucumán.

La Real Audiencia de Charcas, nombró para sustituir internamente a Aguirre, a Diego Pacheco quien estuvo en el gobierno hasta octubre de 1569, época en que se reintegró Aguirre. Poco tiempo permaneció Aguirre pues en setiembre de 1570, fue reemplazado por don Pedro de Arana, quien vino enviado por el virrey Toledo, para prender a Aguirre acusado de herejía.

Arana llevó preso a Aguirre y dejó en el Gobierno a Nicolás Carrizo quien mantuvo pacíficamente la gobernación hasta la llegada de don Gerónimo Luis de Cabrera, en julio de 1572.

A Cabrera, el fundador de Córdoba, le sucedió Gonzalo de Abreu, quien se hizo cargo del gobierno en marzo de 1574. Ahora volvamos al propósito de fundar una ciudad en Xuxuy.




- II -

Instrucciones sobre esta fundación dadas a los gobernadores Cabrera y Abreu


El virrey Francisco de Toledo, en una provisión fechada en el Cuzco, el 20 de setiembre de 1571, dio al gobernador don Gerónimo Luis de Cabrera, orden de fundar una ciudad en Salta «para que de estos reynos del Perú se pueda entrar a las dichas provincias sin el rriesgo y peligros que hasta aquí y de salir a estos rreynos a contratar y mercaderear conviene que se pueble un pueblo en el valle de Salta lo cual parece que hará bien el dicho don Gerónimo de Cabrera»213.

Cabrera no cumplió lo mandado y el Virrey repitió la orden a Abreu, diciéndole en su provisión fecha en La Plata, el 27 de octubre de 1573: «E porque el dicho don Gerónimo de Cabrera no ha tenido lugar a hacer la dicha población según me a escrito porque otras cosas que se le an ofrecido e agora a llegado a esta ciudad, Gonzalo de Abrego aquien su magestad a probeido por gouernador de la dicha prouincia por lo qual enbió a mandar al dicha don Gerónimo de Cabrera que le dexe el dicho cargo e conuiene al servicio de su magestad e bien de la dicha prouincia que se haga la dicha población por ende acorde de dar y di la presente por la qual encargo al dicho gouernador que luego por el año que viene de mill e quinientos y setenta y quatro haga poblar e pueble en el dicho valle de Salta el dicho pueblo de españoles».

Después, encareciéndole la fundación agrega, «lo cual a de cumplir primero en ante todas cosas que haga otra ninguna jornada porque en ello su magestad sera muy servido de más del bien e utilidad que rresultara a la   —LXXV→   dicha prouincia por el comercio que terna asegurándose como se asegura, el dicho caso con la dicha población y será deseruido de lo encontrario».




- III -

El virrey Toledo comisionó a Pedro de Zárate la fundación de una ciudad que se llamaría San Francisco, en el valle de Jujuy, el 4 de abril de 1575


Gonzalo de Abreu, llegó a Santiago del Estero, como hemos visto, en marzo de 1574 y no se apuró a cumplir lo dispuesto por el Virrey; en vista de esto, don Francisco de Toledo, encomendó la fundación a Pedro de Zárate, el 4 de abril de 1575, esto es al cumplirse el año del mandato de Abreu. En esta provisión después de advertir que Cabrera y Abreu no cumplieron dice: «e confiando de vos Pedro de Zárate vecino de la ciudad de la plata que soys persona de autoridad e confianza y que abeis seruido a su magestad y que concurren en vos las partes y calidades que para ello se rrequiere os e nombrado e probeido por nuevo poblador de una ciudad que se ha de llamar la ciudad de San Francisco en el dicho valle de Salta o Jujuy o Calchaquí donde os parexiere que conbiniere para los efectos que se pretenden y por justicia de la dicha ciudad y jurisdición y por mi lugarteniente de capitán general en las cosas de la guerra que en buestro distrito se ofrecieren y por lo que en esto abeys de seruir a su magestad entre las otras cosas que se os an concedido e mandado que se os de confirmación por dos vidas de los indios de Omaguaca que tuuo en encomienda Juan de Villanueba y por su fin y muerte subcedió en ellos doña Petronila de Castro mujer legítima del dicho Pedro de Çarate»214.




- IV -

Zárate funda San Francisco de Álava, el 13 de octubre de 1575


Con esta provisión, Pedro de Zárate, buscó gente, en La Plata y Potosí para llenar su cometido, más de cincuenta dice el testigo Blas Ponce fueron los que conquistó para la fundación. Con ellos se dirigió al valle de Jujuy; parece ser que siguió el camino del Despoblado, por la Puna y al llegar al extremo sud de las Salinas Grandes entró al Valle de Jujuy por Purmamarca, porque el capitán Pedrero de Trejo que acompañó a Zárate no habla de los omaguacas sino de los indios de la Quebrada de Puromamarca al referir a la guazavara de que fueron objeto. Ele aquí la relación del capitán Juan Pedrero de Trejo «después desto fue el dicho mi parte en compañía del general Pedro de Çárate a la población que hizo en el Valle de Jujui e yendo a la dicha población le salieron tres esquadrones de yndios de emboscada en la quebrada de Puromamarca donde tubieron mui apretados los enemigos al dicho general y sin duda lo mataran si en particular el dicho capitán; Joan Pedrero de trexo no le socorriera como valeroso soldado matando como mató al curaca que los acaudillaua y por auerles muerto el dicho curaca de los enemigos los desbarató e uyeron con que libró al dicho general del rriesgo en que estaua y quedó vitorioso el exército de vuestra alteza y el paso libre y desembarazado para pasar a delante a poner en efeto la poblaçón conque realmente se hizo en el dicho Valle de Jujui»215.

«Zárate llegó al Valle de Jujuy y allí el 13 de octubre de 1575», declara Pedro Sotelo Narváez, fundó la ciudad encargada por el Virrey, a la cual puso por nombre San Francisco, de la nueva provincia de Álava. Luis Pinelo, escribano de la gobernación, da fe en San Clemente (fundada por Abreu en Calchaquí), de la fundación de Álava en estos términos: «estando en el Valle de Jujuy por principio del mes de octubre del año pasado de setenta y cinco no me certifico a quantos del dicho mes sería (Sotelo Narváez dice que fue el 13) el dicho general Pedro de Zárate fundó en el dicho valle y asiento de Calchaqui (sic) en nombre de su magestad una ciudad la qual puso por nombre San Francisco de la nueva provincia de Álaba y alçó y hincó rrollo tomando posesión en nombre de su magestad y nombró sucesivamente alcaldes y rregidores de la dicha ciudad con los quales después de haber hecho la solenida de juramento de derecho en tal caso necesario se juntó cabildo el dicho general Pedro de Zárate todo en virtud de ciertas provisiones que ante mí   —LXXVI→   presentó del excelente señor don Francisco de Toledo virrey de los reynos del Pirú según que todo lo suso dicho más largamente consta y parece por los autos de fundación que cerca della ante mí pasaron que dejé en poder del escribano público y del cabildo de la dicha ciudad de San Francisco a que me refiero y para que dello conste di el presente siendo testigos el general Juan de Garay (el fundador de Buenos Aires) y Pedro Sotelo Narbáez y Gaspar de Rrojas residentes en esta dicha ciudad (De San Clemente, en Calchaquí)216».

El lugar preciso donde estuviera edificada Álava no se sabe pero es de suponer, que habiendo Pedro de Zárate asistido a la fundación de Nieva, como refiere Lozano, pues que tenía encomienda en Omaguaca, eligiría el mismo sitio donde estuvo Nieva para hacer su fundación.




- V -

Álava fue destruida por los indios el 25 de mayo de 1576. Culpabilidad de Abreu


La duración de este asiento de españoles fue escasa, aunque no tan extremada como la de Nieva, pues alcanzó a vivir hasta el 25 de mayo del año siguiente, esto es, de 1576, en que fuera destruida.

La fundación de Zárate se hubiera sostenido perfectamente porque tenía hombres y armas pero la traidora política de Abreu no permitió que se mantuviera, toda vez que no la había fundado él y era un avance a su jurisdicción, puesto que sin consultarle, el virrey Toledo, la mandó levantar.

En la carta que Abreu remite al rey desde San Clemente, el 20 de marzo de 1577 cuando ya Zárate no era sino un simple subordinado suyo, trata de justificarse echando toda la culpa a Zárate pero, como el diablo hace la olla pero no la tapa, según dice el refrán, en esa misma carta refiere los pasos que dio Zárate para sustentar su ciudad, en efecto, cuenta Abreu: «Estando previniéndome de lo necesario para mi jornada al allanamiento de lo de Calchaquí... boluieron a lo propio el bicario de aquella ciudad con el sarjento y otros soldados con cartas de creencia del dicho Pedro de Çárate para poder tratar conmigo lo que viesen que combenía sobre la guerra y demás substento del dicho su pueblo y comunicado sobre ello difiniose ser la llaue y remedio de toda la tierra el allanamiento de Calchaquí»217.

Los emisarios regresaron sin la ayuda de Abreu a avisar la resolución a Zárate, éste sacó «veinticinco hombres de los cincuenta que tenía»218, y se fue, con ellos, a ver al gobernador en Santiago pero llegó tarde, según dice el taimado gobernador en párrafos siguientes de su carta. Allí, en Santiago, enfermó Zárate y cuando se repuso de su indisposición tomó el camino de regreso pero en el viaje se topó con su gente que huía de Álava, pues dice Abreu: «Otro día como salid della llegaron mensajeros que el viernes pasado que se contaron XXV de mayo dieron yndios en la ciudad de Sant Francisco y así por el poco recato que huuo por no se ordenar como combenia para su defenza permitó Dios por nuestros pecados que los yndios lleuasen lo mejor y así de doce personas que hauia murieron los 15 sin los yndios y servicio que faltó aunque desto fue poco y entre los muertos fue el uno un vezino de Esteco. Los que truxeron las nueuas fueron el dicho vicario y otros que con él quedaron lo qual visto por el dicho Pedro de Çárate cesó su viaje y se boluió a la dicha ciudad de nuestra señora de Talabera y de allí dende algunos días a la de Santo Domingo donde yo estaua donde procurando el conçuelo al trauajo y remedio a lo subcedido comence a dar horden para hasta venir en lo que al presente quedo»219.

Muy bien sabía Abreu que en disminuyendo los defensores de Álava los indios la incendiarían y por eso insistía en atraer la atención de Zárate quien confiado, al parecer, prestó oídos al gobernador y desatendió la ciudad.

La lucha en Álava, según refiere Levillier, fue ardua. «Tenemos noticias del combate que estos sustuvieron por la información de méritos y servicios   —LXXVII→   del capitán Cristóbal Barba Cabeza de Vaca y su hijo Diego. Refiere el testigo Diego Múñiz Ramírez que en un encuentro con los indios, Cristóbal Barba, herido, salió de entre los indios con mucho trabajo y riesgo de su vida. Regresó al fuerte, y allí se esforzo porque saliese a pelear "pues era en seruicio de Dios nuestro señor y de su magestad" e diciéndole Gaspar Rroxas vecinos de esta ciudad que estaua mal herido le dixo el dicho capitán que también estaua herido e que auían de salir a pelear e morir en seruicio de su magestad e con esto se boluió a los yndios de guerra juntamente con el dicho Gaspar de Rroxas e segunda, vez vio este testigo caído en el suelo al dicho capitán barba e los yndios de guerra cargaron sobre él e le quitaron lo que traya e le mataron a lançadas y ansí mismo mataron a otros soldados y este testigo y seis a siete españoles que quedaban biendo sus compañeros muertos salieron de aquel balle e peligro a uña de cauallo»...220

En el juicio de residencia que le formó Hernando de Lerma a Abreu y que terminó con la condena a muerte de garrote, la misma que él había dado a Cabrera, su antecesor, se le formula entre muchos otros, este cargo: «Yten se le haze cargo que teniendo poblado el capitán Pedro de Zárate en nombre de su magestad por orden del señor visorrey el Valle de Jujuy el dicho Gonzalo de Abreu maliciosamente con palabras finjidas y ofrecimientos cautelosos de socorro de gente e bastimientos le enbió a llamar y obligó a que viniese a esta ciudad con treynta honbres con yntento de que ser despoblase la dicha poblaçon e tener cerrado el camino que no se pudiese entrar ni salir en esta governación porque auiendo venido el dicho Pedro de Çárate por persuación y engaño del dicho Gonzalo de Abreu no sólo le faltó en los ofrecimientos que le hizo mas le detubo en esta ciudad muchos días e meses de que rresultó mucho daño.

Yten se le hace cargo que por averle hecho el dicho Gonzalo de Abreu al dicho Pedro de Çárate los dichos ofrecimientos y el venido a esta ciudad con los dichos treynta honbres entendiendo ser ayudado y faborecido el dicho Gonzalo de Abreu los yndios del dicho pueblo dieron sobre los pocos españoles que en el auían quedado y los mataron y fue causa que se despoblase y se despobló y se quitase el trato y comercio y paso de estas prouincias con las del Perú que tanto se pretende y de que su magestad se sirue.

Yten se le haze cargo que pretendiendo que no ouiese efeto la dicha poblasón el dicho Gonzalo de Abreu ynducía e persuadía al dicho Pedro de Çárate a que se fuese con él a la jornada de linlin que en aquella sazón quería hacer y trató así mismo de llebarle la gente y soldados que avía traydo atrayendolos e persuadiéndoles con falsas promesas y ofrecimiento»221. Después de intentar en vano, Gonzalo de Abreu, de fundar San Clemente222, resolvió salir en busca de la ciudad de los Césares y de allí volvió con las manos vacías, como dice el Dr. M. Lizondo Borda223.




- VI -

En el cabildo abierto habido en Santiago del Estero, el 23 de julio de 1581, Lerma pone a discusión el emplazamiento de una ciudad en el norte


En junio de 1580 llegó el nuevo gobernador, Hernando de Lerma, quien fue nombrado por Felipe II, en real cédula expedida el 13 de noviembre de 1577. Con Lerma se vuelve a hablar de fundar una ciudad que respondiera a la ideología del virrey Toledo, esto es, de levantarla en los valles de Jujuy, Salta o Calchaquí; para tal efecto convocó cabildo abierto, en Santiago del Estero, el 23 de julio de 1581 y allí pidió a los vecinos notables que manifestaran sus pareceres sobre si se debía fundar en Calchaquí o Salta. Las opiniones se repartieron entre estos dos valles, pero Santos Blasques, da su opinión contraria a los otros, pues desea que se   —LXXVIII→   haga la fundación en el Valle de Paspala, que sería la región jujeña llamada Palpalá: «Santos Blasques vezino e rregidor desta dicha ciudad dixo que a su parescer se podría poblar el pueblo en el valle de Paspala entre el rrío de Ciancas y Jujuy que es el camino rreal del Pirú y más cómodo para las grangerías y contratación del Pirú conforme a lo que a entendido del auto por su señoría proueyedo y este es su voto y parece y lo firmo -Santos Blasques»224.

Gerónimo García de Xara, opina que se debe fundar «una legua o dos arriba o abajo del rrío de Viancas (Lavayen)225 o en el propio rrío de Viancas porque se asegura el camino destas prouincias con las del Pirú y que allí es lugar abundoso de pescado y rríos, pastos, leña y madera»226.

Alonso de Cepeda, «dixo, que le parece que entre el rrío de los Sauzes y el de Viancas (Vaqueros) ques en el valle de Salta camino rreal del Pirú se puede poblar muy bien porque ay tierras y acequias y andenes hechos del tiempo del ynga y madera y todo en abundancia de manera que se puede anpliar el pueblo mucho»227.

Lerma, después de oír a todos se resuelve por el valle de Salta y fija los primeros días de febrero de 1582, para iniciar la jornada desde Santiago del Estero. Antes de la fecha fijada, el 20 de enero, inicia el apresto en Santiago y después en Nuestra Señora de Talavera y el 16 de abril de 1582 dio por fundada la Ciudad de Lerma en el Valle de Salta.

Lerma luchó mucho para sustentar su ciudad. Ya vimos al historiar La Puna cómo lidió él y Tristán de Tejeda, en Casavindo, con los indios de la región que se habían revelado.

La zona jujeña recibió con la fundación de Lerma una valiosa ayuda porque ya era fácil levantar un asiento de españoles en el lugar de las destruidas Nieva y Álava, pues la gente de la ciudad de Lema acudiría a defenderla, en caso de apuro. Lerma, en su azaroso gobierno no pudo hacerlo, la misión de fundar una ciudad en Jujuy estaba reservada al nuevo gobernador, don Juan Ramírez de Velazco.

Lerma hizo un mal gobierno, fue acusado de excesos, los vecinos de Santiago del Estero llevaron la queja a la Audiencia de Charcas y ésta dispuso enviar a Francisco de Arévalo Briceño para prenderlo y remitirlo preso a Charcas. Briceño vino y cumplió su orden en octubre de 1584. Quedó en el gobierno como interino Alonso de Cepeda y cuando el rey nombró a don Juan Ramírez de Velazco, como gobernador del Tucumán, por cédula del 20 de marzo de 1584, éste se apresuró a nombrar   —[LXXIX]→   como lugarteniente suyo, encargado de la gobernación, a don Pablo de Guzmán que se hizo cargo el 30 de marzo de 1586.




- VII -

Ramírez de Velazco llega al Tucumán en 1586


Guzmán gobernó poco por que el 17 de julio de este mismo año de 86, llegó a Santiago, el gobernador Velazco. Al pasar por La Puna, ya vimos que, comisionó a su maestre de campo, Hernán Mexía de Miraval, para que sometiera a casavindos y cochinocas levantados y les dio escarmiento por haber muerto en Moreta, a un mercedario y a varios españoles.

Ramírez de Velazco es un benemérito a quien el Tucumán debe no solamente la fundación de algunas de sus ciudades, sino la consolidación militar, social y moral de la conquista, según advierte Levillier228, sirvió al rey desde la edad de 16 años y pudo decir a su soberano al cumplir su mandato, en su carta fecha en La Plata en 1596: «Dejo poblada en Tucumán tres ciudades y traydo a conocimiento de Dios más de doscientas myl ánimas y descubierto la mayor riqueza de plata que ay en las yndias (en esta andaluzada, alude a las minas de plata de Famatina, La Rioja) todo a mi costa y sin gastar a vuestra magestad un peso, con lo qual quedé tan pobre que no tuve con qué sacar de aquella tierra a mi muger y hijos229. El diez de julio de 1592 escribía a su rey: «a cinco años que no me quito las espuelas acudiendo a la conquista desta tierra»230.




- VIII -

El Padre Alonso de Barzana y San Francisco Solano


Fue amigo y compañero de Ramírez de Velazco aquel Santo misionero al lingüista jesuita padre Alonso de Bárzana quien sabía todas las lenguas del Perú y las principales del Tucumán y a los sesenta y tres años andaba entre los chiriguanos enseñándoles el Evangelio de Paz y de la Vida231.

En época de Velazco, en 1690, llegó San Francisco Solano, de quien quedan mellas imborrables en la tradición popular. «Parece incomprensible, dice fray Gabriel Tommasini, sus cronistas no están de acuerdo en fijar el año en que el Santo entró en Tucumán, no aciertan a trazar el itinerario que siguió en sus excursiones apostólicas, no llegan a conocer el número de pueblos que evangelizó, ni han descubierto cuándo puso fin a su misión»232.

En Jujuy se dice que la vertiente de Agua Bendita situada a pocos kilómetros al norte de Tumbaya, en la margen izquierda del río Grande, es un recuerdo de San Francisco Solano y Misa Rumi, que es un lugarejo situado, en el departamento de La Rinconada, a una legua de la margen derecha del río San Juan, en el camino de La Rinconada a Lípez, es también otro recuerdo del Santo. Allí está una piedra plana, de regulares proporciones, puesta a manera de mesa en la cual según es tradición recogida por el padre redentorista Luis Lorber, San Francisco, celebró el sacrificio de la misa, entre 1590 que entró y 1693 que es el año probable de su salida del Tucumán233.




- IX -

Ramírez de Velazco desea fundar una ciudad en Jujuy y comisiona a Pedrero de Trejo


El gobernador Velazco, en carta al rey fecha en Nuestra Señora de Talavera, el 19 de febrero de 1588, dice: «voy caminando con ejército de cien españoles y seiscientos yndios amigos a la ciudad de salta valle de Calchaquí y provincias de Omaguaca y Casavindo»234. Con esto deja advertir su intento de someter la región con miras de fundar una población, según el deseo del virrey Toledo. Ramírez no fue a Jujuy porque se desvió a Calchaquí y después a Lamatina, pero, como en su plan estaba la fundación de un asiento en la puerta de salida al Alto Perú que lo era Jujuy, comisionó a Juan Pedrero de Trejo con ese fin.





  —LXXX→  

ArribaAbajoTítulo IV

Fundación de Jujuy



- I -

Provisión de Ramírez de Velazco dada a Francisco de Argañarás para fundar una ciudad en Jujuy


Pedrero de Trejo estuvo, como vimos, en la fundación de Álava y conocía perfectamente con qué indios tenía que vérselas en la fundación que se le encomendaba y parece ser que por falta de compañeros dio largas a la misión, pero Ramírez de Velazco que ya veía próximo el fin de su periodo de gobierno, apretó los pasos y comisionó a don Francisco de Argañarás y Murgía la anhelada fundación y en efecto dice Ramírez de Velazco en el auto de comisión de Argañarás, dado en Santiago del Estero, el 25 de enero de 1593. «Por cuanto, por convenir mucho al señor de Dios Nuestro Señor y de su Magestad, hacer población de ciudades, Villas y lugares de Españoles, en partes donde se consigue mucha utilidad y provecho; y yo di orden y mandé que en nombre de su Majestad se poblase en el Valle de Jujui una ciudad de Españoles, y di poder y comisión al Capitán Juan Pedrero de Trejo para que en nombre de su Majestad y en el mío hiciese, fundare y poblase, y se le dieron comisión para lo poder hacer, según por ellas consta a que me refiero; y soy informando que dicho capitán Juan Pedrero de Trejo no puede hacer la dicha población, según y como se ofreció y yo se la mandé, por falta de gente, y conviene que en todo caso se haga la dicha población en el dicho Valle de Jujui... atento que al presente no puedo ir en persona por estar ocupado en asuntos del servicio, encargo de justicia y gobierno... a vos don Francisco de Argañarás que sois caballero conocido y persona que en bos concurren las partes y calidades que para lo susodicho y otras mayores ecsijen y se requiere, y por que hai jentes que con vos de voluntad quieren ir; y porque de mi parte me habéis ofrecido hacer la dicha población, y prestar y costear en ella y la sustentar el tiempo de seis años, socorriendo a los que tuvieren necesidad en alguna parte de Vuestra hacienda: he acordado de vos cometer y encargar la dicha población».

Más adelante le advierte a Argañarás que si alguna estancia de las repartidas a pobladores de Salta en Jujuy, no estuvieren pobladas, las dé por vacas, «y mando al dicho Juan Pedrero de Trejo, que os dé y entregue todos los papeles que se le dieron y entregaron para hacer la dicha población»235.




- II -

Preparativos de Argañarás


Dura era la misión de Argañarás, pues debía levantar su ciudad en medio de una región infestada de indios bravíos. Sabía que ellos destruyeron Nieva y Álava, sabía que Pedrero de Trejo asistió de su intento y sobre todo contaba con poca gente para tamaña empresa. Estaba en Santiago cuando recibió la comisión de Ramírez de Velazco, de Santiago pasó a Nuestra Señora de Talavera, (En el Vencido, ocho leguas al sud de El Quebrachal. Dto. de Anta, Salta) para terminar sus preparativos, equipar bien su gente, enganchar a algunos más y proveerse de armas y bastimentos.

Refiere Juan Rodríguez, que acompañó a Argañarás que: «algunas personas trataron con el que no fuese a ello por el grande peligro de la guerra poniéndole delante los subcesos malos que avian tehenido los pobladores que antes avían ydo a poblar, no cejó el dicho don Francisco antes diciéndole los dichos peligros se le acrescio y leuantó el ánimo»236. Sancho. Pérez Morillo y Juan Chaves, también testigos de la fundación de Jujuy hablan de los inconvenientes que tuvo que vencer Argañarás. Cuenta el primero: «muchos de la dicha gouernación de Tucumán y los de la ciudad de Lerma del Valle de Salta se fueron a la mano e procuraron estoruarle el dicho viaje e poblacón por el daño e peligro en que se ponía poniéndole por delante los acresentamientos lastimeros que auían subcedido en la dicha población en tres vezes que auía sido poblada o quatro en que todas vezes se auía despoblado e muerto a los pobladores con mucha crueldad especialmente   —LXXXI→   a los que hauían quedado en el dicho valle de Jujui donde no se escaparon sino dos o tres a fuerza de cauallos e que aliende de el peligro en que se ponían él y a sus soldados rresultaua mucho daño a la dicha poblazión de Salta porque estaua cerca e los yndios ser como son tan belicosos y estar tan ceuados y carniceros en matar e destroçar a los españoles que auían ydo otras uezes a poblar y con todo el dicho capitán don Francisco de Argañarás nunca se les puso cosas de las pasadas por delante»237. Argañarás fue a Salta, allí hizo pregonar la próxima fundación en Jujuy, el 29 de marzo de 1593 y después de terminados los últimos preparativos llegó al Valle de Jujuy, al parecer el 17 de abril, con treinta españoles según dice Levillier y sentó su real. Había en el campamento: «muchos caballos cargados de matalotaje, como diesiocho carretas cargadas que jamás an llegado a este dicho Valle, si no es ahora, y mucho ganado de vacas, bueyes y obejas y cabras y mucho servicio de yndios e yanaconas, caballos regalados para la guerra y otras cosas necesarias y tocantes para ella», tal reza la declaración del escribano Rodrigo Pereira que da fe de lo visto en el real de Argañarás el 17 de abril de 1593238.




- III -

El lunes 19 de abril de 1593, por la mañana, fundó San Salvador


El día 18 de abril (Domingo de Pascua) habría andado buscando el sitio más conveniente para la fundación, él con sus soldados y capitanes, como dice el acta de fundación239 y el día siguiente, lunes 19 de abril, de 1593, fundó la ciudad.

Dice el acta: «se hizo un hoyo en este dicho asiento donde cerca de él stava un palo puesto y dixo que en nombre de la Santíssima Trinidad padre e hijo y espíritu santo tres personas y un solo Dios verdadero y, de la gloriosa Uirgen María su bendita madre y de el apóstol Santiago luz y espejo de las Españas y de el bienaventurado seráphico padre Sant Francisco y en nombre de su majestad como su capitán y de su señoría de el dicho governador Juan Rramírez de Velasco capitán general de estas dichas prouincias por su magestad e como leal criado e vassayo suyo por uirtud de la comissión poderes e ynstrución que para ello tiene de su señoría mandaua e mando poner e puso el dicho palo por picota en el dicho hoyo que ansí está hecho el qual fue fijado e puesto en alto según e como se acostumbra a hazer en las demás ciudades desta gobernación y demás rreinos e señoríos de su magestad en su real nombre con mero e misto ymperio y entera jurisdición donde dixo que señalaua e señalo que fuese la plaça pública de esta dicha ciudad y en medio de la quadra de la dicha plaça e que de oy dicho día en adelante para siempre xamás se nombre e llame esta dicha ciudad Saluador de Uelasco en el Valle de Jujuy provincias de Tucumán e pongan todos los autos y escripturas que se hizieren e que en el dicho rollo e picota se execute justicia públicamente contra los delinquentes y malhechores e mandaua e mando que ninguna persona de ninguna suerte e calidad que sea osado de lo quitar mudar ni rremouer so pena de zuerte natural y perdimiento de todos sus bienes aplicados para la cámara de su magestad y de ser auidos por traydores a su rreal corona e que la yglesia mayor desta dicha ciudad sea su nombre y aduocación sant Saluador por cuanto oy dicho día segundo de pasqua de rresurreción se a fundado y establecido esta dicha ciudad y estando su merced el dicho capitán en este asiento susodicho echo mano a su espada y haziendo las ceremonias acostumbradas echo taxos e rrebezes y dixo en vos alta si auía alguna persona que contradijera el dicho asiento e jurisdición y no hubo contradición de persona alguna la qual dicha fundación y ciudad dixo que hazía e hizo con cargo y aditamento que si arecciere y se hallare otro asiento en mejor comarca más fértil y prouechoso   —LXXXII→   para la dicha poblazón y comberssión de los naturales que se pueda passar trasladar e mudar por su persona o por su señoría del dicho gouernador o por la persona que en nombre de su magestad gouernare estas prouincias izo quitándole el nombre a la dicha ziudad ni a la yglesia ni a nadie sus cassas y solares y ansí en esta forma quedó fixado el dicho árbol de justicia y tomada la dicha possessión todo lo cual que dicho es por mandato de su merced de el dicho capitán se leyó e pregonó públicamente en altas e ynteligibles bozes por boz de Juan yunga ladino y en señal de la dicha possessión en nombre de su magestad se dispararon arcabuzes y otros rregozijos que se hazen en cassos semejantes subiendo mucha gente de a cauallo para el dicho efecto y de como así paso su merced del dicho capitán lo pidió por testimonio a mí el presente escriuano para ynformar a su magestad e a sus rreales audiencias y a su señoría testigos que fueron pressentes, el muy rreberendo padre Johan Funte rrector de la compañía del nombre de Jesús: de esta gouernación y el capitán Francisco de Uenauente, y Pedro de Godoy, Juan de Segura y Lorenzo de Herrera, Miguel García y Marco Antonio, Francisco Falcón, Juan Méndez, Bartolomé de Cáceres, Gabriel García de Valverdi, Juan Muñoz de Verón, Juan Sandi, Antonio Luján y otros vecinos y soldados que presente se hallaron, de esta Gobernación, y su merced la firmó de su nombre don Francisco de Argañarás. Ante mí -Rodrigo Pereira-. Escribano»240.




- IV -

Nombramiento de Autoridades


Hecha la fundación, «luego incontinenti este dicho día mes y año susodicho, su merced nombró: Alcaldes Ordinarios: a Pedro de Godoy y a Lorenzo de Herrera. Regidores a: Juan de Segura, Miguel García de Valverde, Francisco Falcón y Marco Antonio. Procurador General, a Francisco de Benavente. Mayordomo, a Juan Núñez Galvart. Alguacil Mayor, a Juan de Segura; los hizo jurar a todos los nombrados y les entregó las varas, símbolos de autoridad, después, él mismo juró ante el cabildo usar y ejercer fielmente el oficio de Teniente de Gobernador241.

Terminadas estas ceremonias fueron a la Iglesia Mayor, la cual no sería sino un simple ramadón y allí «se celebró el culto divino y todo el publo oyó misa en señal de posición de la dicha Iglesia y sitio de ella y quedó para adelante en ella se señalase entretanto que se edificara más popular y este fue el primer edificio que se hizo en esta dicha ciudad242.

El lunes siguiente, 26 de abril, inició el reparto de mercedes a los vecinos y pobladores. Había bautizado con el nombre de Campo de Buena Vista a la llanada que hoy ocupan los cuarteles y de allí, como punto inicial, concedió solares para huertas y otras heredades; dio tierras para chácaras (chacras) en lo que hoy es el distrito de la Capital y en los actuales departamentos de San Antonio y El Carmen.




- V -

Política de Argañarás para sustentar su fundación


La fundación ya estaba hecha pero los indios atisbaban desde la espesura del bosque circunvecino los movimientos de la gente de Argañarás y esperaban alguna circunstancia favorable para dar el golpe sobre el flamante asiento.

Mientras Argañarás estaba preparando el fuerte para defensa de la ciudad, su gobernador Ramírez de Velazco terminaba su gobierno, no solamente el que le correspondía por real cédula sino un segundo, puesto que reemplazó al gobernador Agustín de Ahumada, hermano de Santa Teresa que había sido nombrado por el rey, el 18 de enero de 1589. Como Ahumada falleció antes de hacerse cargo siguió Ramírez de Velazco sin interrumpir, su gobierno, hasta mayo del año que tratamos, de 1593, en que entró a reemplazarle el gobernador don Hernando de Zárate, nombrado por el rey para ocupar las gobernaciones del Tucumán y Río de la Plata. Los contratiempos para Argañarás, originados por los indios, no se hicieron esperar y en efecto, cuenta Sancho Pérez Morillo, uno de los testigos de su probanza   —LXXXIII→   de méritos: «dende algunos días después de poblada uio este testigo que auiendo embiado los anaconas a cortar madera para cosas necesarias de la dicha poblazón los yndios enemigos como tan crueles e ceuados al hacer mal y daño mataron a cuatro o cinco yndios yanaconas e hirieron a otros y luego el dicho capitán don Francisco procuró hazer castigo de el dicho subceso y auisó al gobernador de la provincia de Tucumán que hera en la dicha sazzón don Fernando de Çárate»243.

Argañarás dio pruebas de ser un hábil organizador, pues no era fácil conseguir que los españoles que lo secundaron en la fundación, se quedaran tranquilos frente al constante peligro de las guazavaras de los indios. Él repartió mercedes en abundancia a todos sus compañeros pero esto no era suficiente pues que nadie vivía tranquilo en sus heredades. Jujuy estaba a dos pasos de Salta y sobre el camino al Perú y sus pobladores muy bien podrían abandonar a Argañarás en cualquier momento, por eso, para sustentar la ciudad en tan difíciles circunstancias el fundador se mostró pródigo en dádivas y ofertas para allegarse la confianza de los que estaban poblando y sobre todo para atraer los pobladores; cuenta Pedro Díaz de Herrera, vecino de Jujuy «que muchos soldados se salían de la gouernación de Tucumán a estas de el Pirú de aburridos y verse constreñidos de necesidad y a pie y como podían y pasando por la dicha poblazón el dicho capitán don Francisco de Argañarás husaua con ellos de tanta equidad que se dolía de sus trauajos y los rrecogía, y alvergaua en su casa e se esmeraua en los rregalar y dar todo lo nescesario para su sustento o quando quería algún soldado pasar adelante le daua todo auiamiento de manera que no quedaua ningún soldado desproueído ni desconsolado de todos cuantos yban por su casa e poblazón y ansí muchos se quedauan en la dicha poblazón por el buen tratamiento que les hazía el dicho capitán que no auía día de esta uida que no hiziese amasar una o dos fanegas de pan de trigo para el sustento de los soldados que le costaua la fanega cinco o seis y siete pesos de manera que no cesaua día ninguno de que dexase de hazer el dicho gasto sin las vacas carneros de Castilla y aues que se gastaua en el sustento de los soldados y esto muy hordinario y mediante lo suso dicho los soldados le amauan e querían tanto que no discrepauan un punto de lo que les hordenaua y mandaua, y los thenía a todos tan aprendados que izo oviera cosa en el mando que dexasen de hazer por el dicho capitán aunque arresgasen las vidas en ello rrespeto de lo que tiene dicho y declarado demás de quando algún soldado hazía su casa para se recoger los animaua de tal manera que él mismo con sus propias manos ayudaua a hacer las casas e amndaua a sus anaconas cortar la madera e todo lo nescesario con que hazían las casas de los dichos soldados los quales están tan contentos e gratos al seruicio de su magestad que sino fuera por el dicho capitán don Francisco de Argañarás no parara soldado ninguno en la dicha poblazón de Jujui e mediante el suso dicho esta la tierra poblada de el dicho valle y los yndios quietos los enemigos e pacíficos e así este testigo se quedó en la dicha poblazón de Jujui por soldado e conquistador de ella»244.

Con la idea de contener los probables avances de los indios fundó, al parecer en los primeros días de la ciudad, un fuerte en Palpalá, este sería el límite de las chacras   —LXXXIV→   por la parte sudeste pues hasta allí y siguiendo el camino de la gobernación repartió solares de quinientos pies de cabezada y de largo todo lo que da la faja de tierra hasta el río Grande o de Omaguaca como se le llamaba en esos años. Orillando el camino de carretas iría una acequia para riego, que el vecino Marco Antonio se encargó de nivelar245.

En 1594 repartió numerosas mercedes para siembra y cría de ganado, no solamente en los alrededores de la ciudad, sino en Arroyo Blanco (Río Blanco) Sapla, Palpalá, El Remate, Los Alisos, Valle de Perico, en el camino a Salta, en Purmamarca, el Volcán, en la Quebrada de los Reyes y en la Puna.

Estas estancias pronto empezaron a prosperar y así en agosto del mismo año de 1594 ya había una cerca de la ciudad, que estaba sembrada de trigo246.




- VI -

Pacificación de la región. Prisión de Viltipoco


En 1595, según las probanzas, y según da a entender Lozano, Argañarás prendió a Viltipoco, curaca de los omaguacas, en Purmamarca. A Laissa, cacique principal de los churumatas, lo prendió en ese mismo año, en el Chaco, según la declaración de Juan de Chaves, pues dice: «Francisco de Argañarás le prendió en una tierra muy fragosa e montuosa de más de quarenta leguas de la tierra adelante donde se auía metido y rresidió con los dichos indios (chiriguanos del Chaco Gualamba) al qual después de preso y a sus capitanes los dio y entregó al capitán Juan Rrodríguez su enconmendero y asimesmo otros caciques que prendió en la dicha sazón les entregó el dicho capitán don Francisco de Argañarás a los vezinos sus enconmenderos de la ciudad de Salta lo cual hizo en presencia del gobernador don Pedro de Mercado de Peñalosa que quedó a la dicha sazón en la dicha ciudad de San Salvador mientras el dicho capitán don Francisco pase a la prisión e conquista de los yndios en rresguardo de la dicha población y la dicha prisión fue tan estimada del dicho gobernador e demás capitanes y soldados que se autorizó y dijo dello mucho notando el mucho valor e generoso ánimo de el dicho capitán don Francisco de Argañarás y que se atreuió a ello con tan poca gente»247.

Aunque Mercado de Peñalosa estuvo al parecer en San Salvador, en noviembre de 1594, según se ve, en su auto de confirmación del título de teniente de gobernador a Argañarás248, la prisión de Viltipoco y de Laisa debe haber sido hecha antes de noviembre del año 1595, pues entonces estuvo algún tiempo Mercado de Peñalosa en Jujuy pues dice en su auto sobre el servicio de mitas: «aviendo mandado hazer algunas corredurías en las cuales se han traído algunos principales»249.

De acuerdo al orden en que los testigos de las probanzas describen los hechos de armas de Argañarás, la pacificación de los indios de Casavindo y Cochinoca se hizo después de la prisión de Laissa, esto es, en diciembre del 9, aunque a su encomienda de la Pampa de Quera se la adjudicó en enero del año anterior250.




- VII -

Servicio de mitas en la ciudad


En el Auto del gobernador don Francisco de Mercado de Peñalosa dado en oportunidad de su visita a San Salvador, el 13 de noviembre de 1595, al parecer como dije después de la prisión de Viltipoco y Laissa dispone «que para que los pobladores de San Salvador tengan algún servicio de indios para poderse sustentar y para guarda de sus ganados», se traigan indios mitayos. A más de los de Yala, perteneciente al cacique Alonso Osal:

Del pueblo de Tiliara6 leguas de la ciudad5 indios
Del pueblo de Pumamara8 leguas de la ciudad5 indios
Del pueblo de Chucumataa3 leguas de la ciudad5 indios
Del pueblo de los ocloyas--5 indios
Del pueblo de Umaguaca--8 indios
Del pueblo de Casavindo y Cochinocaa25 leguas de la ciudad12 indios

  —LXXXV→  

Establece también que a cada uno de estos indios «para que no sean desfraudados del sudor de sus trabajos» se les debe pagar un real y la comida por día y no habiendo plata se les dará maíz, cotizando la fanega a tres pesos; a falta de maíz se les pagará en ovejas de Castilla avaluando cada una en ocho reales. La comida debía ser de maíz, carne y sal»251.

Estos indios debían repartirse a los vecinos más pobres y a los conventos, pero parece que las disposiciones de Mercado de Peñalosa no se cumplieron porque el Gobernador, don Francisco Martínez de Leyva, en Auto fecho en Santiago del Estero, el 17 de agosto de 1601 dice: «Don Francisco de Mercado Peñalosa, mi antecesor, dio orden para que los indios más cercanos de la dicha ciudad viniesen algunos de ellos de mita a la plaza de ella y después de la dicha orden, no se guarda, y deja de venir los dichos indios para darlos como los dan a las minas de otras partes, la dicha ciudad y vecinos de ella y los dichos naturales reciben notable daño y perjuicio y vienen a disminución; por tanto la presente mando al Capitán, mi lugarteniente de la dicha ciudad de Jujuy que haga guardar e cumplir y ejecutar la orden que el dicho don Francisco de Mercado, mi antecesor tenía dada»252.

El Visitador don Francisco de Alfaro reglamentó el servicio de mita en esta forma, estando en San Salvador el 15 de enero de 1611253.

De los indios de cochinocas se den 2 indios
De los indios de casauindosse den 3 indios
De los indios de umaguacasse den 4 indios
De los indios de tilcarasse den 2 indios
De los indios de pulmamarcasse dé 1 indio
De los indios de Alonso de Tovarse den 2 indios
De los indios de osasse den 2 indios
De los indios de paipaiasse den 3 indios
De los indios de ocloyasse den 2 indios




- VIII -

Argañarás señala sus servicios al rey y le pide mercedes


En carta de Argañarás fecha en La Plata, el 24 de diciembre de 1596 pedía al rey: que se le reciba información de sus servicios, que se le haga merced de concederle el cargo de Capitán y Justicia Mayor de San Salvador por dos vidas, el título de Adelantado para las tierras que conquistase, el gobierno del Tucumán por seis años, y cuatro mil pesos de plata ensayada como ayuda de costas. Parece que vio defraudadas sus esperanzas y dejó el gobierno ese mismo año en poder del teniente de gobernador, Pedro de Godoy.

Con la ida de Argañarás Jujuy sufriría indudablemente, puesto que él era el alma de su fundación, sin embargo cuenta fray Reginaldo de Lizárraga que anduvo por ahí en 1600 que: «en breve tiempo ha crecido mucho, y los padres Teatinos tienen allí ya una casa, y para el poco tiempo que ha se pobló, rica en ganados y estancias. Es del mismo temple quel de Salta»254.

Estas haciendas de que habla Lizárraga y que fueron dadas como mercedes por Argañarás en 1594, a los vecinos de San Salvador, fueron con el tiempo creciendo y según parece ya a principio del siglo XVII, dieron origen a pequeños núcleos de población indígena, regidos por los mismos encomenderos y por curas doctrinantes. Así nacieron en este siglo las que después fueron las villas de San Antonio, El Carmen, Perico y Palpalá que hoy conocemos en plena prosperidad.

Dijimos ya que al gobernador Ramírez de Velazco, sucedió en el gobierno del Tucumán don Fernando de Zárate en 1593, a éste le siguió don Pedro de Mercado de Peñalosa, quién se hizo cargo del gobierno en 1594, fue nombrado por real cédula, fecha en Madrid el 26 de abril de 1593, gobernó hasta 1600, año en que entregó el mando a su sucesor don Francisco Martínez Leyva, quien fuera nombrado para el cargo en Madrid, el 16 de enero de 1599.

  —LXXXVI→  

A Leyva le sucedió en 1603 don Francisco de Barrasa y Cárdenas, hasta fines de 1605, en que entró a gobernar el Tucumán, el capitán Alonso de la Rivera.

A Alonso de la Rivera le sucedió en abril de 1611, don Luis de Quiñones Osoria y a éste, en 1619, el chuquisaqueño don Juan Alonso de Vera y Zárate quien entregó el mando en junio de 1627 a don Felipe de Albornoz.






ArribaAbajoTítulo V

La obra de Ledesma Valderrama



- I -

(1623). Su primera incursión a los ocloyas


Desde la salida de Argañarás, en 1596, la jurisdicción de Jujuy fue administrada por un teniente de gobernador; durante el gobierno de Vera y Zárate, ocupaba el puesto de Teniente, el vecino de Jujuy don Martín de Ledesma Valderrama. Este distinguido caballero se ocupó de la conquista del valle del río San Francisco y así lo vemos actuar en 1623. En el archivo de Jujuy hay un documento interesante que da testimonio de la actividad de Ledesma en ese año. «Por el mes de noviembre del año pasado de mil seiscientos veinte y tres fueron con el capitán Martín de Ledesma, Justicia mayor desta ciudad, todos los feudatarios de ella y demás moradores de esta ciudad a la probincia de los indios ocloyas, cada uno a su costa, a reducir los dichos indios y hacer padrón dellos, conforme a hordenanza, los quales yndios con sus caciques y principales salieron con sus mujeres e hijos a rrecibirlos; base con los españoles y con el dicho capitán los quales entraron a sus tierras hasta donde xamas había llegado español ninguno, y queriéndolo rreducir a parte cómoda y donde ellos pidieron conforme a hordenanza lo dispone porque, donde están y an estado es tierra estéril e instable y áspera. Ellos mismos caciques e yndios pidieron que se defiriese la dicha rreducción para este presente año para el mes de junio pasado, y por el dicho mes los señores Alcaldes que están presente despacharon persona combiniente a satisfacción de los dichos yndios para que conforme a lo concertado se señalase traza de pueblo y rreducción en el río de catalde que fue donde los dichos caciques querían, y abiéndosele señalado a los caciques el sitio donde abían de tener su yglesia y púestale una cruz los caciques principales fueron a traer su gente al dicho sitio para hacer sus casas...»255. En junio del año siguiente, 1624, fue efectivamente un personero pero no pudo fundar la reducción o pueblo porque el encomendero don Juan Ochoa de Zárate se había llevado al cacique a La Plata; dejó una cruz plantada y regresó a la ciudad de Jujuy.




- II -

(1626). Fundación de la ciudad de Guadalcázar, en la margen derecha del Bermejo


Años después y al parecer por orden del virrey del Perú, don Diego Fernández de Córdoba, marqués de Guadalcázar, hizo otra entrada al Chaco con el intento de fundar allí un pueblo. Así lo hizo y en 1626, sin que se pueda fijar por ahora el mes y día; fundó un asiento de españoles con el nombre de Santiago de Guadalcázar en la margen derecha del Bermejo.

Al partir para hacer la fundación dejó en Jujuy de reemplazante «para que en mi tribunal administrase justicia por el tiempo de mi ausencia» al vecino de la ciudad Juan Antonio de Buenrostro y después de fundar Guadalcázar regresó a Jujuy dejando a la flamante ciudad con cincuenta soldados, a cargo del Sargento Mayor, Juan Bázquez de Tapia pero, al llegar se encontró con que don Martín de Argañarás y Murgia lo había desposeído del cargo de Teniente de gobernador y como si ese contratiempo fuera poco le llegó nuevas de Juan Bázquez de Tapia avisándole que indios tobas le mataron dos españoles. Ledesma solicitó al Cabildo que lo ayudara a castigar a los revoltosos y responsabilizó a los alcaldes y al pueblo de lo que sucediera, en un oficio presentado al Cabildo de Jujuy, el 19 de enero de 1627256.




- III -

(1631). Destrucción de Guadalcázar


Santiago de Guadalcázar se sostuvo hasta 1631, año en que los indios la destruyeron por completo, así vemos en las carta que el gobernador don Felipe de Albornoz remite al rey desde San Miguel del Tucumán, el 15 de noviembre de 1631   —LXXXVII→   «está esta provincia (del Tucumán) cercada por todas partes de indios de guerra que no cesan de hacer el daño que pueden, con muerte que estos días han hecho de algunos españoles en la jurisdicción de Santa Fee, que está muy vecina de esta provincia que parte con ella términos, ayudando a su avilantez el haber estos días por falta de fuerza y de socorro desamparado la población que tenía hecha en el chaco el general Martín de Ledesma que hizo con orden y licencia del Virrey destos reynos (don Diego Fernández de Córdoba, marqués de Guadalcázar), en que con gran celo y deseo del servicio de Vuestra Magestad ha consumido el dicho general todo su caudal y hacienda, porque estos indios se comunican unos con otros, y del maese de campo Joan Bázquez de Tapia que le mataron con otros soldados, han quedado muy victoriosos que no es de poco cuidado para esta provincia por estar tan vecinos della, en particular a la ciudad de Jujuy, y entradas y salidas que han hecho a ella después de la población abriendo y cursando caminos que antes ignoraban y no sabían»257.




- IV -

La reducción de los ocloyas


Destruida la ciudad de Santiago de Guadalcázar fundada por Ledesma, en 1626, la región quedó sin pueblo de españoles hasta 1638, en que el misionero jesuita padre Gaspar Osorio se estableció en la reducción de los ocloyas, situada sobre el río Normenta, dos leguas más cerca de Jujuy, con respecto al anterior asiento de los ocloyas258. Al año siguiente, en abril el padre franciscano Juan de Chaves, ocupó esa reducción y el padre Osorio fuese a fundar otra más al norte, camino de Guadalcázar, donde fue asesinado cruelmente por los indios259.

En 1640 la doctrina y pueblo de los ocloyas, de Normenta, se movió otras dos leguas quedando así a sólo ocho de Jujuy260. La nueva población fue asolada por los indios en 1647261 pero se rehízo dos años más tarde, en 1649. Allí fue cura doctrinante el padre Nicolás Carrizo hasta 1700, en que falleció.

Sobre el lugar donde estuvo fundada la ciudad de Guadalcázar no se sabe a ciencia cierta; en un mapa de 1759262 figura: Guadalcázar, ciudad asolada, sobre el río Bermejo; en el presentado al rey en 1774, por don Antonio Josef del Castillo263, también figura Guadalcázar como ciudad destruida por los indios, a la margen derecha del río Bermejo.

El último pueblito de ocloyas es el que vive en la actualidad al norte de Jujuy en el departamento de la Capital.



  —LXXXVIII→  
- V -

El Fuerte de Ledesma se funda el 23 de julio de 1710


Ledesma, el Fuerte de Ledesma, como se le llamó data del siglo XVIII como se verá. En el expediente de la visita del obispo del Tucumán don Juan Sarricolea y Olea, practicada en Jujuy, en febrero de 1726, el vecino de Jujuy don Martín de Liendo, dice hablando del fuerte de Ledesma: «Hará dos años poco más o menos se puso (de cura de los ocloyas) al Licenciado don Agustín de Iriarte, por nombramiento del Ilustrísimo don Alonso del Poso, y consulta que para ello hizo a dicho Licenciado don Agustín de Iriarte por Capellán del dicho fuerte de Ledesma, cuia administración a visto tocarle al cura de esta ciudad desde que dicho fuerte estaba en el paraje que llaman del Pongo, distante diez leguas de esta ciudad, y que hoy se ha constituido en el sitio que llaman de Ledesma que dista de esta ciudad, treinta leguas y de mal camino arriesgado a la invasión de los indios enemigos por lo cual se necesita de llevar escolta de gente armada, para la defensa de las vidas, y por el tiempo presente de aguas hay que pasar diferentes ríos caudalosos que imposibilitan el tránsito muchas veces, lo que no sucede por el camino de Ocloya donde se evitan estos riesgos y con menos distancia para la administración, y socorro de sacramentos, por estar a su parecer, como catorce leguas con el río que está de por medio que suele traer caudalosas avenidas»264.

Don Martín de Liendo, que da esta noticia, estuvo en la traslación del fuerte de El Pongo a Las Pampas de Ledesma y en efecto, en la campaña que el gobernador don Esteban de Urizar de Arespacochaga, hizo contra los indios del Chaco, el tercio que obraba sobre el Chaco salteño y jujeño estaba dirigido por el general don Antonio de la Tijera, quien tenía como sargento mayor a Martín de Liendo. Dice el padre Tommasini, con datos sacados de un legajo conservado por el sabio historiador R. P. Pablo Cabrera, que la campaña se emprendió desde el fuerte de El Pongo, el 26 de junio de 1710 y que en esa oportunidad fue trasladado este fuerte a La Pampa de Ledesma. La primera piedra puesta en lo que es hoy Ledesma, data del 23 de julio de ese año, de 1710, «terminándose, su construcción al finalizar la campaña militar, esto es en febrero del año siguiente (1711) y agrega: El general Tijera, devotísimo del misterio de la Virgen del Rosario, puso su obra bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario que pasó a ser titular del pueblo levantado sobre la misma superficie. El fuerte fue dotado de las comodidades necesarias, con capacidad para cien plazas, sin que le faltara una buena capilla y vivienda para el capellán. La construcción que así quedaba establecida, con el curso del tiempo debía transformarse en la actual población laboriosa y progresista de Ledesma»265.








ArribaAbajo Capítulo IV

Jujuy en los siglos XVII y XVIII


  —LXXXIX→  

ArribaAbajo Título I

Jujuy en el siglo XVII



- I -

Noticias de Lizárraga y del Gobernador Alonso de Rivera


La primera noticia que tenemos de Jujuy en el siglo XVII es la que hemos visto de fray Reginaldo de Lizárraga, en la cual hallamos que a los siete años de haberse fundado ya estaba en buen pie de prosperidad266.

En 1607, dice el gobernador del Tucumán don Alonso de Rivera, en carta al rey fecha en Santiago del Estero, el 19 de marzo que «La ciudad de San Salvador en el valle de Jujuy tiene ocho vecinos con 690 yndios uno tiene 200, otro tiene 100 y tres de a 60, uno de 30 y dos de a 20267». Más adelante y al referirse al comercio de productos del Tucumán decía que se vende «lienzo, alpargatas, calcetas, sobremesas, sobrecamas, pellones, pavilo para hacer velas, sombreros y pocos cordobanes y badana, mulas y ganado mayor de todo los géneros». Estos productos salen todos para el Alto Perú por el camino de Jujuy, pues dice: «El camino para Chuquisaca se camina todo el año hasta Xuxui y las Juntas, en carretas y de allí (de Jujuy) a Chuquisaca quedan 120 leguas poco más o menos y se camina en recuas de mulas y en caballos con mucha comodidad de aguadas y pasto todo el año y los vecinos y moradores (los vecinos son los encomenderos solamente) estantes y habitantes de esta provincia sacan a vender al Perú todo los géneros arriba dados y hallan plata en llegando por ellos conque se proveen de lo que han menester para sus cosas y hallan crédito de diez y doce y veinte mill pesos para retorno de ropa de Castilla»268.

Ya vimos que Lizárraga también alude a este comercio cuando refiere que oyó en los charcas el refrán que dice: «De hombres y caballos del Tucumán, no hay que fiar»269. A los productos indicados faltaría agregar los tintes vegetales y el maíz que ya se vendía en gran escala, a los minerales de Potosí, como vimos anteriormente.

De todo el movimiento comercial, Jujuy tenía necesariamente que aprovechar, pues aunque El Carmen y San Antonio no tuvieron la importancia ganadera del Valle de Lerma, para el engorde de mulas, destinadas al Perú, sin embargo resultarían beneficiados por el gran consumo de mulas para el transporte de mercaderías pues como dice de Rivera, desde Jujuy al norte los productos del Tucumán se transportaban a lomo de mula.




- II -

Noticias de Ledesma Valderrama sobre el estado edilicio de la Ciudad


Desde el punto de vista edilicio la ciudad de Jujuy parece que marchaba muy lentamente porque en 1613 dice Martín Ledesma Valderrama, en la petición que formula a la Audiencia de Charcas en nombre de la ciudad, pidiendo indios mitayos «es imposible sustentarse sin la dicha mita, por no haber como no hay quien siembre y coja las comidas ni guarde los ganados y que forzosamente se arruinarán y caerán los pobres y pocos edificios que aquesta ciudad tiene, no teniendo indios que los reparen; y siendo tan pobres como son los vecinos y moradores de ella a vuestra Alteza pido y suplico me mande dar su carta y provisión real»270.

El gobernador don Felipe de Albornoz (gobernador del Tucumán desde 1627 a 1637) en su relación hecha en Santiago del Estero el 28 de diciembre de 1628 decía al rey: «La ciudad de San Salvador de Jujuy tiene por partidos el de Omaguaca, Cochinoca, Casavindo, ocloyas y ossas, son pocas las encomiendas   —XC→   y pueblos que serán, hasta seis o siete son de ochenta y de a cien yndios»271.




- III -

Jujuy está al nivel de las otras ciudades del Tucumán


En las ciudades del Tucumán muchos cargos públicos eran vendibles; cuando alguno vacaba por muerte o renuncia salía el cargo en remate. «El remate -dice el señor Jaimes Freyre- se efectuaba en Potosí. Los títulos se otorgaban en Lima y la confirmación en Madrid» en la relación citada del Gobernador Albornoz dice refiriéndose a estos cargos vendibles: «En la ciudad de San Salvador de Jujuy Juan Ochoa de Zárate es Alférez Real que habrá un año que se le remató en dos mil pesos corrientes, está a tiempo de traer confirmación»272.

«Hernando Díaz Caballero es Fiel Ejecutor habrá ocho años que se le remató e seiscientos pesos corrientes, no tiene confirmación de Su Magestad y le usa del dicho tiempo a esta parte.

Pedro Sánchez Olguin es Depositario General por remate que había un año que en él se hizo estable usando, no tiene confirmación está en tiempo de traerla costó seiscientos pesos corrientes.

Juan Ochoa de Zárate, el mozo, es Aguacil Mayor con voz y voto...

Hay otros tres regimientos vendidos y rematados en Juan Gaitán, Francisco Morillo, Juan Bautista Abarca, no los usan por no haber traído título de Virrey»273.

Por los precios pagados por estos cargos en poco inferiores a lo pagado en Santiago del Estero que era la cabeza de la gobernación, e igual o mayor de los pagados en Córdoba y San Miguel, vemos que Jujuy no estaba en inferioridad de condiciones a las otras ciudades. En estos años, como lo advierte el señor James Freyre274, emigraban muchos indios del Tucumán para el Alto Perú, a trabajar en las minas de Potosí y las ciudades se veían privadas de sus servicios indispensables. Jujuy como las otras sufriría sus consecuencias pues ya vimos cómo protestaba Ledesma Valderrama en 1613.




- IV -

Impresiones del obispo Maldonado en 1634


Otra relación interesante del estado social de Jujuy en el siglo XVII nos la da el obispo del Tucumán, fray Melchor de Maldonado, en 1634, dice el Obispo, fray Melchor de Maldonado. «Esta ciudad de Jujuy tendrá cincuenta casas y en ella y sus pueblos de indios y haciendas habrá tres mil ánimas por los padrones»275 refiriéndose a la vida espiritual añade. «No tenía aquella ciudad iglesia y servíase la parroquia de San Francisco, mal, sin lámparas, que no ardían había dos años que no se ponía olio a los niños, y casi seis que no se habían consagrado ni traído de otra parte; remediose esto trayéndolo yo; hallé la iglesia casi desnuda, mudé el Santísimo Sacramento a una ermita, hice la sacristía, di para labrar la iglesia quinientos pesos, rehícela de ornamentos y cosas de plata, poco, porque he caminado mucho». «Halle esta tierra tan sin disciplina y sin conocimiento a la yglesia lo mismo es a Vuestra Majestad que por dar autoridad a la libertad del matrimonio tan atropellada aquí que es la causa de los trabajos que padecen diciendo yo misa de pontifical amonesté a una doncella principal mucho en esta tierra cuyo casamiento habían los parientes con violencias procurando impedir, me dijo uno de ellos en la misma iglesia que callase, y después de misa por vencer aquellas dificultades pedí al pueblo fuese acompañándome a hacer aquel matrimonio por impedir revoluciones y de la casa del mismo deudo en presencia de toda la ciudad me tiraron a matar tres piedras, que si no me meto en el lado me derriba la última en la sien izquierda. Esta es la cristiandad de estas partes». Más adelante agrega. «Un vecino de Jujuy, llamado Juan Ochoa Zárate quitó con violencia una criatura de ocho meses del pecho a la   —XCI→   madre, porque se quería casar con otro indio y aunque la justicia se la mandó volver por la leche no quiso y murió la criatura»276.




- V -

Los Luracataos de Calchaquí son extrañados a San Antonio, en 1659


Aunque el comercio era promisor en aquellos años de mediados del siglo XVII, los vecinos encomenderos no podían asistir de continuo a sus haciendas porque ardía la guerra contra los indios de Calchaquí y todos aquellos que poseían tierras e indios debían alistarse para la defensa común. Ya vimos cómo Guadalcázar, fundada por Ledesma cae en 1631 en manos de los indios.

Calchaquí se alzó por dos veces, la primera fue entre 1630 y 1636 y la segunda entre 1657 y 1666. El cacique Juan Chelemín fue el jefe del gran alzamiento, como se le llamó a la primera y Bohorquez, el falso inca, el de la segunda.

Jujuy intervino eficazmente en la última guerra de Calchaquí. Cuando el 14 de octubre de 1559, el gobernador Alonso de Mercado sometió a los Hualfines, en Hualfin (Salta), estuvo presente con el cargo de Capitán, el vecino de Jujuy don Juan Castillo Gallinato. Refiere el padre Hernando de Torre Blanca, que fue intérprete de esa campaña, entre otros pormenores de la acción, que en esa emergencia: «Sacáronse todos los pulares y luracataos y después de todos ellos salió el señor Gobernador y entró a la ciudad de Salta, a los diez y siete del corriente (noviembre)»277.

Fue en esa oportunidad que los luracataos fueron extrañados de Calchaquí y traídos a Jujuy para fundar con ellos un pueblito de indios que lleva el nombre de Luracatao, en el departamento de San Antonio, no lejos del lugarejo dicho La Cabaña, cerca del camino a Salta.




- VI -

Jujeños beneméritos en la guerra de Calchaquí


El gobernador don Alonso de Mercado, en la casa del 20 de diciembre de 1669, señalando los servicios de los beneméritos en las campañas contra Calchaquí y el Chaco, nombra a los siguientes vecinos de Jujuy; don Juan Castillo Gallinato278, don Diego de Carvajal, quién también estuvo en la campaña contra los gualfines y luracataos el 59279. Juan de Amurátegui quien estuvo en la defensa del fuerte de San Bernardo y en la lucha contra los indios del Chaco y además, «fabricó a su costa el fuerte de Ocloya» en la frontera del Chaco280.

Estas continuas guerras apocaron la población de Jujuy y por eso pudo decir el gobernador del Tucumán don Ángelo de Peredo, en su carta a la reina doña María Ana de Austria, fecha en Jujuy, el 18 de marzo de 1671: «La ciudad de Esteco, no llega a treinta indios los que tiene, la de Jujuy y Rioja y San Juan de la Rivera de Londres (Catamarca) tendrán entre todas de seiscientos a setecientos»281.




- VII -

Informe del obispo Dávila y Cartagena en 1690 sobre Jujuy


De fines del siglo XVIII tenemos otra noticia que nos habla del estado social de Jujuy, nos la da el obispo del Tucumán don Juan Bravo Dávila y Cartagena, en su carta sobre su visita episcopal a Salta y Jujuy, hecha en Salta el 21 de octubre de 1690. Dice el secretario del Obispo, licenciado don Luis de Cartagena y Mioño. «Del dicho pueblo y doctrina de Humahuaca pasó su Señoría Ilustrísima en prosecución de su visita a la ciudad de San Salvador de Jujuy, y habiendo predicado y enseñado a los indios en la forma referida, visitó al cura de la Matriz el doctor Antonio Vieyra de la Mota, quien exhibió los libros de la fábrica, baptizados, casados y difuntos, y en cada uno se puso la forma con que se han de asentar las partidas con claridad que no la tenían. Así mismo demostró los libros de las cofradías, que son las del Santísimo Sacramento, la de Nuestra Señora del Rosario, la de San Roque, la de San Pedro y la de las Benditas Almas del Purgatorio, y en el convento de San Francisco hay una de San Antonio de Padua, y se confirmó otra en el convento de Nuestra Señora de las Mercedes de una hermandad del santo escapulario de Nuestra Señora y   —XCII→   se hizo inventario de los bienes de la iglesia y de sus ornamentos y de los que tienen las cofradías, y habiendo precedido el acto de contrición en las personas adultas confirmó su Señoría Ilustrísima setecientas y cincuenta entre grandes y pequeñas.

En esta ciudad de Jujuy dispuso Su Señoría Ilustrísima hacer las honras y exequias de la Reina nuestra señora doña Mariana Luisa que Dios tiene en el cielo con la mayor ostentación y decencia que cupo en la posibilidad que la demostró un túmulo de alta magnitud, cubierto de cumbres y alfombras carmesíes, adornado de tarjas y gran número de velas en candeleros de plata, cirios y hachas de cera, rematando esta pira de luces una corona curiosamente adornada a que concurrieron todas las religiones, y cada una dijo una misa cantada y responsos, y después los religiosos sacerdotes las dijeron rezadas, habiéndoles dado la limosna de todas su Señoría Ilustrísima, y a los demás clérigos que las dijeron mientras se cantaba la vigilia con sonora música, y con la misma se dijo la misa mayor y responso último, a que asistió su Señoría Ilustrísima con el cabildo secular y todas las personas de la ciudad, manifestando en todo con su obrar su Señoría Ilustrísima el grande afecto, amor, lealtad, y fidelidad que tiene al Rey nuestro señor»282.




- VIII -

Estado eclesiástico de Jujuy en 1692


El 16 de junio de 1692, a un siglo de la fundación de Jujuy, declara el cura párroco de la ciudad don Antonio Vieyra de la Mota, haciendo la descripción de su parroquia. El curato de esta ciudad es de españoles, «se halla, anejo el de los indios del pueblo de dichas encomiendas de don Pedro Ortiz de Zárate, su sobrino menor, y el del pueblo de Yala que es del maestro de campo Pedro de Aguirre Lavayen y el del maestre de campo don Martín de Argañarás y Murguía, Alférez Real, que es de Paypaya a sola distancia de una o dos leguas desta ciudad, y en número de sólo quince indios tributarios, y que sirve este declarante con ayudante que tiene para el efeto, y en dichos pueblos sus iglesias formadas con decencia y lo demás necesario a la celebración del culto divino y santos sacramentos a dichos feligreses»283.

En el mismo día declara el cura de ocloyas, licenciado Juan Nicolás Carrizo, hijo o nieto del gobernador Nicolás Carrizo y que falleció siendo cura de los ocloyas en 1700: «su doctrina se halla ocho leguas o diez poco más o menos de esta ciudad en frontera de los indios enemigos del Chaco, con pueblos formado en uno de dichas dos encomiendas (de Tomás de Pinedo y Montoya y Juan Amurátegui y Zárate) formado en uno que se compone de ciento veinte indios, conforme al último padrón que se hizo habrá tres años, y que dicha Doctrina se sirve con una iglesia decente y con todo lo necesario de ornamentos para la celebración del santo sacrificio y sacramento con continua asistencia de su cura»284.

Aquella población de indios que dijimos más atrás formada por los luracataos extrañados de Calchaquí, tuvo su cura doctrinante y éste lo era el maestro don Cosme del Campo Rosa quien dice el 10 de julio de 1692 que hará trece o catorce años «movido de ver que aquellos pobres indios no tenían cura ni quien les administrase los santos sacramentos... la dicha doctrina consta de veinte indios poco más y que paran ocho o diez leguas de Salta... no tiene su pueblo iglesia y que se les administran los santos sacramentos en la estancia de su encomendero Agustín de Iriarte, quien está una legua de dicho pueblo»285.




- IX -

Algunos artesanos de Jujuy en el siglo XVII


Hemos dado un ligero vistazo, con los pocos documentos que tenemos, del siglo XVII. La lucha contra el indio fue dura y poco podemos exigir a esta gente que pasaba su vida en continua inquietud. Sin embargo Jujuy tuvo su sociedad culta y emprendedora, tenía estancias en los valles del sud donde no asolaban los   —XCIII→   tobas y contaba con artesanos que edificaban las casas y construían muebles. Dos carpinteros conocemos; Alonso de la Plaza que testa el 21 de setiembre de 1612 diciendo «yo fui artífice de la iglesia mayor de esta ciudad»286 y Diego Solís, también artífice carpintero que en 1663 celebra un contrato en el cual se compromete «ir a los bosques con los indios auxiliares de trabajo a cortar la madera menuda y gruesa que fuere menester para cubrir la iglesia y la sacristía etc.»287.

Aserradero hidráulico y con su maestro de sierra de agua también lo hubo; estaba instalado en Perico y su dueño, el maestro de sierra, era el portugués Diego Hernández, quien en 1640, ofrece dar a trueque de algunos indios y de sepultura gratis «250 tablas de cedro de media vara de ancho cada una y de once pies de largo para cubrir la iglesia»288.

Artistas pintores y escultores también los habría pues dice el padre Antonio Larrouy hablando de Catamarca en este mismo siglo XVII. «Pintores y escultores, al par que estancieros, son dos hermanos, naturales de Jujuy, Lázaro y Blas Gómez de Ledesma, y tan fecundo y de tan larga fama el primero, a lo que, parece de su testamento (1683) que sus obras, no sé si maestras, se encuentran en todas partes, en las iglesias o en casas particulares, en Catamarca, en la Sierra, en La Rioja, en Londres etc.»289.




- X -

La obra de los padres: Cosme del Campo (1636) y Pedro Ortiz de Zárate (1682)


En esta centuria tuvo la ciudad de Jujuy dignísimos sacerdotes. Como la vida eclesiástica jujeña ha sido tratada por el padre Miguel Ángel Vergara, con rara erudición, a él remito al lector que quiera profundizar este tema y sólo diré los informes que poseemos del padre Cosme del Campo y del venerable cura, Pedro Ortiz de Zárate. Del primero dice el obispo fray Melchor de Maldonado, en treinta de junio de 1636. «Aunque he propuesto a vuestra magestad las personas que hay capaces en este obispado para que se les haga merced en esta sólo propongo de los que e propuesto a Cosme de el Campo doctor graduado en theología cura rector muchos años a en esta catedral hombre bien nacido hijo legítimo (no ha sido religioso) nieto de Nicolás Carrizo que gobernó esta prouincia por el virrey hombre docto músico, continuo estudiante, mui gran predicador y el que lleva el peso aun de los exercicios que no le tocan en esta cathedral sustenta dos hermanas pobres y sobrinos muchos con las resultas de su corto curato es de buen natural bien quiso i amado en la prouincia hombre de buen discurso y capaz de que vuestra magestad le dé y haga merced en las maiores yglesias de las yndias y yo umildemente se lo suplico onrre a este clérigo para que en el tenga aliento la virtud en tierra donde está tan descaecida vuestra magestad como señor de todo mandada lo que fuere servido cuia catholica real persona guarde Dios para el amparo de la cristiandad»290.

Del padre Pedro Ortiz de Zárate, dice el obispo fray Nicolás de Ulloa, en su informe de «los sujetos beneméritos de su obispado», de junio de 1682. «Pasando más a delante en Jujui hallé un sacerdote venerable y anciano, gran cura celosísimo de la honra de Dios gran queredor de los indios y favorecedor de ellos. Vile por mis ojos varias veces con sus mesmas manos trabajando en hacer diferentes capillas en los pueblos, aun en los que no tocaban a su doctrina, gran cuidado con el culto divino, su iglesia de Jujui muy aseada, sus ornamentos decentes, todos a su costa. Llámase el licenciado don Pedro Ortiz de Zárate. Es ya un hombre mayor y cada día desea retirarse a una capilla que tiene edificada en una gran soledad, héselo embarazado hasta hoy porque no falte su ejemplo en aquella ciudad»291.

  —XCIV→  

Este venerable sacerdote se ordenó a consecuencia del fallecimiento de su esposa que pereció, como dice el doctor Joaquín Carrillo292, apretada por los derrumbes de uno de los templos destruidos por un fuerte temblor. En 1683 hizo su entrada al Chaco por Huamaca, iba dirigido a Zenta para fundar una Reducción, lo acompañaban los padres jesuitas: Diego Ruiz y Juan Antonio Salinas. «Después de muchos sacrificios sobrellevados en compañía de algunos soldados, fueron muertos Zárate y Salinas en la Reducción que habían fundado con el nombre de Santa María»293.






ArribaAbajoTítulo II

Jujuy en el siglo XVIII



- I -

Descripción del historiador jesuita padre Pedro Lozano en 1745


La vida de Jujuy en el siglo XVIII ya es conocida y por lo tanto me limitaré a dar algunos datos suministrados por personas que vistaron Jujuy en esta centuria.

El padre Lozano que escribió su Historia, en 1745 describe Jujuy, al parecer por haber estado allí en estos términos: «Aunque está en la garganta del comercio de todas estas gobernaciones con el Pirú, es de corta vecindad por ser tierra mal sana y de tan malas aguas que crían en las gargantas grandes tumores, que por acá llaman cotos y suelen crecer hasta atajar la respiración y siempre la dejan dificultosa; usan por esta razón beber el agua destilada y las tercianas, que en el país llaman chucho parece haber hecho su asiento en esta ciudad, y prueban fuertemente a los estrangeros. Tienen conventos pequeños las religiones de San Francisco y de la Merced y antiguamente hubo residencia de nuestra compañía que hasta ahora han estado deseando por el amor grande que nos profesan a que se les correspondía enviando cada año dos misioneros de nuestro colegio de Salta; y al fin al presente ha vuelto a establecer allí la compañía una residencia con esperanza de que sea en breve colegio. Residen aquí los jueces oficiales reales, a cuyo cargo están las cajas de la hacienda real de esta provincia de Tucumán. Las cuantiosas tropas de millares de mulas que para el tragín ordinario se conducen cada año a todas las ciudades del Perú hasta Lima, desde las provincias de Tucumán y Río de la Plata se refuerzan un invierno entero antes de entrar a las serranías del Perú y para este intento tienen grandes comodidades en el distrito de esta ciudad, por haber en él potreros, (así llaman los indios a estas invernadas) de pastos muy pingües cuyos alquileres producen no cortos intereces294».




- II -

Descripción del Camino de Postas de Jujuy, de Concolorcorvo en 1773


Concolorcorvo que escribió su libro en 1773, habla del comercio de mulas de Jujuy al describir su camino de postas. «En el sitio nombrado Las Tres Cruces no se proporcionó montar posta, por lo que fue preciso ponerla en la hacienda nombrada La Cabaña, que está tres leguas más adelante y que corresponde a la jurisdicción de Jujuy como llevo dicho. Este sitio nombrado La Cabaña es muy abundante de agua que descienden de la inmediata sierra. Su actual dueño es un honrado francés nombrado don Juan Boyzar, quien aceptó la maestría de postas bajo de las mismas condiciones que los de los tucumanos. Esta posta es una de las más útiles de toda esta carrera, para correo y pasajeros, porque estando situada a orillas del arriesgado río nombrado Perico, están sus caballos tan diestros en atravesarle que presentando el pecho a su rápida corriente, ven si se desgaja alguna peña de la próxima montaña, para evitar el riesgo deteniéndose, retrocediendo o avanzando y dirigiéndose rectamente al estrecho sitio de la salida. También puede servir de mucha utilidad para dar descanso a las mulas y caballos que vienen fatigados de Potosí o de la provincia de los chichas porque tiene un potrero tan seguro que se cierra con la puerta del patio de su casa, y para comer y beber las caballerías, no necesitan caminar una cuadra y   —XCV→   solamente reparé en el referido potrero, por estar en sitio bajo, sería muy húmedo, por la copia de aguas que descienden de la montaña y así mismo por lo elevado de sus pastos que en partes cubre las bestias, que servirá de gobierno para que no se haga mucha detención en un paraje que fortalece los cuerpos y debilita sus cascos, ablandándolos con demasía.

Jujuy es la última ciudad, según nuestro derrotero o viceversa la primera de las cinco que tiene la provincia del Tucumán. Su vecindario y extensión es comparable al de San Miguel. Sus habitantes fueron en otro tiempo más considerados y numerosos por sus caudales y tesón con que han mantenido su privilegio. No permitieron a los regulares más que un hospicio, a que estos dieron el nombre de residencia, y lo más singular es que siendo tan litigantes como el resto de los provincianos no admitieron ningún escribano. Su principal comercio es la cría del ganado vacuno que venden a los hacendados de Yavi y Mojos, y para las provincias de los chichas y Porco, en donde se hacen las matanzas para proveer de carne, sebo y grasa a la gente que trabaja en los muchos minerales de plata que hay en las riberas que llaman de Potosí. También se aprovechan en la compra de algunas mulas que llegaron atrasadas al congreso, de Salta, y algunos pegujaleros y otras deshechas por flacas, que invernan en sus potreros el espacio de un año. Tengo motivo suficiente para creer que este ganado sea muy a propósito para el Perú, sobre que se informaran mejor los tratantes en este género con atención al corto número. Rodea esta ciudad un caudaloso río que se hace de dos arroyos grandes, el uno de agua muy cristalina y el otro de agua turbia, de que resulta un mixto, como de español e india. Se sale o entra por una hermosa tablada de media legua de largo y la mitad de ancho y se desciende por un corto barranco, caminándose por entre montes y algunos llanos áridos diez leguas, hasta Guájara que es la segunda posta de esta jurisdicción»295.