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ArribaAbajoMatonescas




ArribaAbajo Adiós pueblo de Jujuy


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ArribaAbajo ¡Adiós, pueblo de Jujuy!
¡Adiós, cárcel inhumana!
Dijo José Luis Dorado
saliendo una madrugada.
Cuando Dorado dispuso
a todos los había hablado
¡hermanitos, vamonós
los salvaré sin cuidado!
Aunque sea así engrillado
m'hi de mandar a mudar
dijo Leandro Villafañe:
-Ni volveremos jamás.
Dorado le dijo a Rojas:
-Amigo del corazón
digamé claro si quiere
salvarse de esta opresión,
¿cuándo mejor ocasión?
[...]
Dijo Saturnino Amella:
el que no arriesga no empeña,
y con los golpes del mundo
la misma prisión enseña.
y dice Miguel Padilla:
Yo estoy con mucho temor
de que sintiendo la guardia
den parte al Gobernador.
Y dice Manuel Posada,
al descolgarse a la calle:
No rompiéndonos el alma
nada importa d'irse al alba.




ArribaAbajoAhí estaba Bartolito


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ArribaAbajo Ahí estaba Bartolito
jugando está la baraja,
y montando en su caballo,
no les conocía ventaja.
Al cruzar un carril hondo,  5
allí rodó Bartolito.
por interés, de la plata,
mataron a Bartolito.
doscientos pesos ofrezco,
como ofrecer un cigarro,  10
un ciento por Bartolito
y otro ciento por Pizarro.




ArribaAbajo El veinte y siete de junio


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ArribaAbajo El veinte y siete de junio
en la cárcel nacional
se llegó a desarrollar
una triste ejecución,
que a todos los conmovió  5
hasta aquél más criminal.
Cuando a Ricardo González
lo iban a fusilar.

A las ocho de aquel día
cuando el sol nos alumbraba  10
a Ricardo lo sacaban
¡de la capilla que ardía,
qué paso lento seguía,
arrastrando aquellos grillos!
¡Qué tranquilo y resignado  15
iba a sentarse al banquillo!

A las 8 y diez minutos,
al banquillo lo sentaron,
quiso hablar desesperado,
diciendo: no había razón,  20
«de que aquella ejecución
se debía de cumplir
porque si hubiera ley justa
no debía de morir».
—177→
«Es justo, dijo también,  25
que me van a fusilar,
soy pobre y debo pagar
el indulto que hubo ayer.
Uds. han de saber
que a un culpable más que yo,  30
le perdonaron su falta
pasándolo a otra nación».

Esta fue la última frase
que de su boca salió,
en seguida se sintió,  35
una voz ejecutiva,
de un oficial que decía:
¡Al frente los tiradores!
Y una descarga cerrada
se oyó de pronto, señores.  40

Las cuatro balas mortales
en el pecho le pegaron,
y el sargento con su mano,
el tiro i gracia le dio
todavía no conforme  45
porque el cuerpo se movió
volvió a tirarle otro tiro,
que el cráneo lo traspasó.

Este fue el fin caballeros
del desgraciado González  50
que sin familia ni nadie,
quien le viniera a llorar,
sólo un amigo tenía,
a quien lo hizo llamar,
pa darle el último adiós,  55
y ya no verlo jamás.




ArribaAbajo Yo soy aquel Labayén


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ArribaAbajo Yo soy aquel Labayén
aquel joven desgraciado,
que por suerte le ha tocado
cometer un atentado.
El primero de noviembre  5
día domingo en que fueron,
con la severa justicia,
y mi corazón prendieron.
Ya baja el famoso herrero
con el mejor oficial,  10
a remacharme los grillos,
quitarme la libertad.
A las cuatro de la tarde
triste me desayunaba,
con un millar de suspiros,  15
que el calabozo temblaba
a la reja me asomaba,
por ver si alguno pasaba.
Los amigos más queridos,
por no verme se excusaban.  20
¡Adiós, mi madre querida,
tronco de todas mis ramas,
hoy lo sepultan a su hijo
nacido de sus entrañas!