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ArribaAbajo5. Círculos de estudio

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ArribaAbajo5.1. El círculo de estudios

Es un marco referencial en torno a un tema determinado que incluye información, textos, ejercicios, preguntas para reflexionar, temas de debate, etc. Es la base para estudiar y profundizar un tema de interés. Los diferentes grupos que lo trabajan son quienes lo completan con sus opiniones, otros textos, investigaciones sobre el medio, etc.

Cómo trabajar un círculo de estudios

• Los materiales a partir de los cuales se realizará el estudio del tema se reparten previamente a todas las personas que participen en el círculo, con tiempo suficiente para que puedan hacer una lectura y reflexión individual antes de la reunión.

• Las reuniones tendrán una dinámica que, aun siendo flexible, deberá incluir los siguientes pasos:

-Intercambio de opiniones, puesta en común y/o debate.

-Aclaración de cualquier duda que, haya surgido y ampliación de los puntos de mayor interés.

Caso de considerarse necesario se puede invitar a alguna persona experta en el tema, o en alguno de sus aspectos para que nos dé la información necesaria.

-Reparto de las tareas que propone el círculo y aquellas otras que el grupo quiera añadir y fijar las fechas en que estarán acabadas.

-Entrega del material para la siguiente reunión.

Condiciones para el buen funcionamiento de un Círculo de Estudios

• El grupo debe proyectarse más allá de sí mismo para incidir en su entorno y contrastar sus opiniones. Puede hacerse a través de artículos, murales..., o bien, elaborando un informe que se puede entregar en los organismos   —142→   e instituciones relacionados con el tema, en las asociaciones y grupos que estén interesados. Por ejemplo, un informe de «Mujer y trabajo» se puede entregar en el Ayuntamiento, los sindicatos, las asociaciones de empresarios, las Consellerias de Trabajo, la asociación de amas de casa, grupos de mujeres y grupos pacifistas.

• El número ideal de personas para un círculo de estudios está entre las 12 y 18 personas, pero puede trabajarse en grupos más grandes o más pequeños. Debemos tener en cuenta que cuantas más personas haya, mayor es la agilidad de los trabajos fuera de la reunión, puesto que se reparten; pero las reuniones serán más lentas, ya que son más a dar su opinión y aportar sus puntos de vista.

• El ambiente del grupo debe ser distendido, incluso afectuoso, de modo que la expresión sea libre y todo el mundo pueda opinar y preguntar sin miedo.

Es muy importante que todas las personas del grupo logren la toma de la palabra en público y se comprometan con la buena marcha del trabajo. Para ello:

-Las tareas de coordinar, moderar y levantar acta serán rotativas.

-Se interrumpirá a quienes acaparen la palabra y se estimulará a quienes no hablen.

-Cuando un punto sea muy discutido se pedirá a todas las personas que expresen su opinión individualmente.

-Se procurará que el reparto del trabajo a hacer entre dos reuniones sea equitativo, evitando que haya personas que no hagan aportaciones al grupo.

(Los círculos de estudios que proponemos pueden hacerse tanto con alumnos/as, a partir de los 13-14 años, como con los padres y madres o grupos de adultas/os interesadas/os).




ArribaAbajo5.2. ¿Qué es la igualdad?

Quizá no hayáis pensado qué es la igualdad, por eso en este círculo de estudios vamos a tratarlo. Vamos a discutir un poco este concepto. Cuando hablamos de igualdad queremos decir que todas las personas tienen que tener la oportunidad de vivir, hacer cosas y ser tratadas por igual: que todas las personas tienen derecho a que las demás respeten sus creencias y modos de vida; que todas las personas tienen derecho a la libertad y a la felicidad, pero no quiere decir que todas las personas sean iguales, el principio de igualdad no entorpece el de individualidad. Cada individuo es diferente y debe poder manifestarse. Para ello es necesario que respete a   —143→   los/las demás y sea respetado por ellos/as.

A menudo, se habla de igualdad entre mujeres y hombres. Esto quiere decir que las condiciones de vida han de ser iguales y que ambos sexos han de tener igualdad de oportunidades en la vida social, en el mercado de trabajo, en los estudios y en la casa.

Según la Constitución de 1978 todos somos iguales ante la ley, y no debe existir discriminación alguna por razón de sexo, raza, o creencia. Sin embargo, existen algunas diferencias que todavía entrañan discriminación para las mujeres. Diferencias en la ley, aunque ya muy pocas, y sobre todo diferencias en la vida.

Existen, evidentemente, rasgos biológicos diferenciadores entre hombres y mujeres que hacen posible que las mujeres gesten, paran y amamanten a las criaturas.

I.- Hacer una lista de todos los rasgos biológicos diferenciadores entre hombres y mujeres.

II.- Debatir las siguientes afirmaciones:

• Las mujeres por naturaleza están más dotadas para el trabajo de la casa y el cuidado de niños/as, enfermos/as y ancianos/as.

• Las mujeres no deben hacer trabajos pesados.

• Las mujeres no saben a quién votar y lo deciden sus maridos.

• Las mujeres están menos dotadas para las nuevas tecnologías.

• Las mujeres no tienen capacidad de mando.

De estas diferencias no tendrían por qué derivarse otras diferencias como por ejemplo:

• Que se reconozca como natural que los hombres no se ocupen del trabajo de la casa y del cuidado directo y la atención de niños y niñas, enfermos/as o ancianos/as de su familia.

• Que las personas según su sexo tengan que desempeñar trabajos distintos, o que no tengan las mismas posibilidades de ascender en el trabajo asalariado.

• Que no tengan la oportunidad de dar su opinión sobre cómo se gobierna el país, o que se les impida su participación en la vida política.

• Que no se les permita cursar cualquier tipo de estudio o carrera.

• Que no tengan acceso a la carrera militar y eclesiástica.

A lo largo de la historia no ha habido igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. El voto femenino en el Estado Español data de 1931. La República le otorgó a las mujeres la igualdad legal, intelectual, laboral, la libre disposición de sus bienes, el derecho al divorcio, el acceso a la   —144→   enseñanza en todos sus grados, la investigación de la paternidad. Pero el régimen franquista derogó estas leyes y hasta la Constitución de 1978 no pudimos gozar de un estatuto de igualdad, ni siquiera ante la Ley.

Por lo tanto, la costumbre, la cultura, y la presión social todavía contribuyen a perpetuar las desigualdades entre hombres y mujeres y explican que al llevar las mujeres un retraso en su incorporación a la vida pública y social, necesiten un apoyo para llegar a disfrutar realmente de las mismas oportunidades que tienen los varones. Este apoyo o promoción lo llamamos «Acción Positiva».

III.- Aquí ponemos algunos ejemplos que evidencian que la igualdad no funciona. Añadir los que se os ocurran, criticar los que no creáis correctos mediante razones o aportaciones de experiencia.

-En las familias en las que los dos cónyuges trabajan fuera de la casa, es la mujer la que después de la jornada laboral, limpia, cocina, lava, en fin, se ocupa de la responsabilidad del trabajo doméstico.

-Está todavía vigente en la Constitución la primacía de los hombres en la sucesión al trono.

-Las comunicaciones que la escuela envía a las familias, en las que se requiere el consentimiento del padre o tutor para la firma de notas, o los permisos, o la justificación de las faltas, ignorando que la madre tiene los mismos derechos.

-La Iglesia Católica y otras religiones en las que la mujer todavía no puede ser, ni siquiera, sacerdote.

-En muchos trabajos para los que se requiere como condición imprescindible que sea un hombre quien lo desempeñe, obviando la legislación vigente.

-El acceso a los estudios militares. Las mujeres no pueden cursar esta carrera.

-En las habilidades domésticas que suelen enseñarse en mucha mayor medida a niñas que a niños.

-En los libros de texto, especialmente en la historia, que nos cuenta una sucesión de batallas y no nos habla de la vida cotidiana y por tanto se olvida de las mujeres o bien se oscurece su participación social.

IV.- Debate

-El servicio militar es obligatorio para los chicos. Las chicas no pueden hacerlo ni siquiera de forma voluntaria.

-¿Quién crees que se beneficia más de esta desigualdad? Da razones.

-¿Cómo solucionarías esta desigualdad?

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-Obligando a hombres y mujeres.

-Haciéndola voluntaria para hombres y para mujeres.

-Otras posibilidades.

V.- Buscar en periódicos diferentes las ofertas de empleo y clasificarlas en tres apartados.

1.- Las que requieren un hombre para desempeñar el puesto.

2.- Las que requieren una mujer para desempeñar el puesto.

3.- Las que requieren una persona o bien indistintamente un hombre o una mujer.

-Una vez clasificados los anuncios anotar para cada uno de los tres apartados:

-Nivel de estudios que se exige.

-Nivel de responsabilidad que entraña el puesto.

-Cualidades que piden para optar a la candidatura.

-Remuneración que se ofrece.

-Elaborar y escribir las conclusiones.

-Enviar todos los anuncios que entrañen discriminación y vuestras conclusiones denunciando la desigualdad al Centro Asesor de la Mujer más cercano.

VI.- Lectura de texto

«[...] Yo había contraído el hábito de entretener parte de la noche en la Sociedad de Amigos de Marineda. ¡Sombra de mi Ilduara no te vuelvas hacia mí, ceñuda y destellando indignación! Lo que me llevaba allí era el profundo e inefable deseo de libertad.

¡Oh, nombre dulce entre todos, qué música misteriosa encerrarán tus tres sílabas, para que así hechices nuestra alma! Es evidente, y lo afirmo con sinceridad de hombre de bien, que yo no tenía ni quería tener pensamiento, palabra ni obra cuyo último fin no fuesen las cuatro paredes de mi hogar; que al encerrar en él mis aspiraciones encerré también mi ternura, que por cuanto oro hay en el mundo, no rompería un solo eslabón de la sagrada cadena, que me echaban al cuello mis deberes de esposo y padre. Pues con ser esto tanta verdad, no lo es menos que la cadena que no quería romper me encantaba levantarla un ratito y no sentir su peso, que ese hogar, donde tenía depositado acendradísimo amor, me hacía feliz perderlo de vista dos o tres horas, y que, fanático de mi casa, me gustaba la Sociedad de los Amigos porque... porque no era mi casa, precisamente.

Reflexionando sobre los casinos, círculos y sociedades, he caído en la cuenta de que, con sus gravísimos defectos, ¡vaya si son graves!, tienen ventajas suficientes para que no se deba pensar en suprimirlos (al menos   —146→   mientras no se perfeccione bastante la institución matrimonial); y entre ellas, las de hacerle a uno olvidar las penalidades domésticas. A los pobres diablos como yo, que ni se pueden solazar con las grandes concepciones del arte ni chapuzarse hasta la coronilla en las hondas corrientes de la ciencia, y tampoco han de buscar en el trabajo manual la fatiga que trae la sedación del sueño, quíteles Vd. esta válvula, y capaces son de pegar un estallido. ¿Quién salle? Si las mujeres pudiesen gozar del mismo desahogo, quizá no tomase nunca su carácter la acritud y displicencia que desgraciadamente adquirió el de mi esposa. El encierro atiranta los nervios. La familia, foco dulcísimo de calor, pero que a veces tuesta y sofoca, para los hombres tiene una ventanita que da aire respirable, sin ese aire, la atmósfera se carga, la electricidad se condensa y la tormenta es inminente. [...]»

-En este texto que pertenece a «Doña Milagros», de Emilia Pardo Bazán, un hombre habla de «una ventanita de aire respirable» para el matrimonio al referirse a casinos, círculos y sociedades, espacios todos ellos de los que disfrutaban los hombres en exclusiva.

A.- Investiga, qué espacios exclusivos han disfrutado o padecido vuestros bisabuelos y bisabuelas, abuelos y abuelas, padres y madres y para qué servían esos espacios.

B.- ¿Crees que es necesario que las mujeres y los hombres disfrutemos de espacios exclusivos para algo? ¿Para qué?

VII.- «No es natural», de Josep Vicent Marqués. Discutid los siguientes fragmentos.

«Entonces, ¿tú qué quieres? ¿Que los hombres y las mujeres tengan la misma forma de ser? ¡Sería muy aburrido un mundo así! ¡Calma! Yo no digo que todas las personas sean del mismo tipo, ni tampoco que haya que uniformarlas. Lo que digo es que las diferencias entre hombres y mujeres son un producto social y que el proceso que las crea es discriminatorio para las mujeres y al mismo tiempo mutilador de las diferencias reales entre las personas, que no guardan relación con el sexo. Cuando la sociedad fabrica hombres y mujeres no sólo está mutilando a la mujer sino también deformando a todos, e impidiendo que unos y otros se desarrollen y manifiesten libremente».

-«Sabemos que a las niñas se les prohíben determinados juegos, se destinan menos recursos a su educación o se les recorta la libertad más que a los niños».

VIII.- Texto del círculo de estudios. Patrones sexuales. Un hecho cultural.

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Selección y adaptación de textos de Rita Liljeström: «La guerra erótica».

División del trabajo y del poder entre los sexos

El rol en función del sexo está impuesto socialmente. Es el fruto de las relaciones sociales aplicadas a la sexualidad. Las leyes sociales que regulan el matrimonio y el parentesco organizan las formas permitidas de la sexualidad. Cada grado de parentesco tiene una posición distinta con derechos y deberes que les son propios. Como el parentesco se transmite vía matrimonio, como una institución social, la familia tiene que transformar el sexo de los niños, para que lleguen a convertirse en mujeres o varones, según el patrón en vigor. Cada sexo permanece como incompleto; sólo encuentra su plenitud en la unión con la otra mitad. Sin duda las mujeres y los hombres son diferentes. Pero no tan diferentes como la noche y el día, la tierra y el cielo, el ying y el yang, la vida y la muerte.

La división del trabajo entre los hombres y las mujeres trae como consecuencia que los dos lleguen a ser mutuamente dependientes. Por eso se puede interpretar la división del trabajo en función del sexo como una prohibición de igualdad entre los sexos. Un «tabú» que les separa en dos categorías que se excluyen mutuamente. Un tabú que subraya y exagera las diferencias biológicas entre los sexos y de este modo crea los roles sexuales. La división sexual del trabajo también introduce otra prohibición: Impone un tabú a las relaciones sexuales que incluyen, por lo menos, a una mujer y a un hombre. Así la división del trabajo se puede ver como una defensa de la heterosexualidad.

Un resto histórico casi universal en cuanto a la división del trabajo entre hombres y mujeres es que éstas han sido las principales responsables de los niños pequeños. Los hombres han tenido el poder en la organización sexual. Los padres y los hermanos han casado a hijas y hermanas para unir intereses económicos, políticos, etc. «Intercambio de mujeres» es la fórmula expresiva de un sistema en el que los hombres tenían el derecho de disponer de sus parientes femeninas, mientras que las mujeres ni han tenido derecho sobre sí mismas, ni menos aún sobre sus parientes masculinos. La falta de igualdad entre los sexos que consiste en ser el que da y el que es dado, incluye también el control masculino sobre la sexualidad de las mujeres. Los padres y los hermanos transfieren a otro hombre el derecho a decidir sobre las mujeres de su familia y entonces éste adquiere el derecho de disponer de la sexualidad de su mujer y de su capacidad reproductiva. Tanto la poligamia masculina como la doble moral, dan testimonio de la subordinación de la mujer en el orden sexual.

El hecho de que los hombres se hayan unido y hayan creado sus propias   —148→   estructuras de solidaridad o asociaciones masculinas que han administrado conocimientos secretos, conocimientos que han sido ocultados a las mujeres, ha facilitado el dominio de los hombres. Los hombres han interpretado a los dioses y a los mitos, han dictado la historia y los ritos. Además han tenido el monopolio en cuanto a la explicación del mundo. Eso que el hombre ha llegado a definir: «La común visión del mundo».

Por si el poder ideológico no fuera bastante, los hombres han podido aplicar la violencia puesto que dominaban la legislación e imponían los castigos. También aplicaron la ley con sus propias manos. Los antropólogos describen una forma concreta de violencia consistente en la violación en grupo a las mujeres que se atrevían a oponérseles. Obviamente la agresión tiene como finalidad el «domar a la mujer».

Las violaciones en grupo también se dan como «prueba de masculinidad» y como medio para humillar a otros hombres ultrajando sexualmente a sus mujeres. Ya los antiguos griegos en la guerra contra Troya excitaban a las tropas dándoles a entender que iban a poder poseer a las mujeres del enemigo y, así, exigir la venganza.

IX.- Asegúrate de que entiendes los siguientes términos y explícalos por escrito. Leer en común lo escrito y corregir o añadir lo que sea necesario.

-Parentesco.

-Tabú.

-Roles sexuales.

-Heterosexualidad / Homosexualidad.

-Poligamia / Poliandria.

-Doble moral.

-Mito.

-Antropología.

-Ideología.

-Jerarquía.

X.- A través de la historia han sido muchas las instituciones, sociedades, espacios, etc., que han estado totalmente prohibidos a las mujeres. Desde las instituciones militares y eclesiásticas, o las sociedades secretas, como la masonería, o los casinos y clubs para hombres, o las universidades, hasta los sindicatos obreros.

Si te interesa el tema investiga sobre él, o alguna de sus facetas, y aporta lo que consigas al resto del grupo.

XI.- En la actualidad, ¿qué instituciones conoces que estén compuestas   —149→   única o mayoritariamente por hombres?

¿Qué influencia social tienen;

• en cuanto a dictar leyes que afecten a toda la población;

• en cuanto a las posibilidades de dar a conocer su pensamiento y que éste influya en grandes mayorías;

• en cuanto a las posibilidades de involucrar a toda la población en una guerra;

• en cuanto a poder decidir por la mayoría?

XII.- Relacionar en dos listas diferentes las cualidades que se inculcan a niños y niñas y ver las que coinciden y las que no coinciden.

A la vista de esta relación, decir cuál es el patrón en vigor para chicos y chicas. Esto es, qué esperan en vuestra familia, y qué espera la sociedad, de chicos y chicas

-en cuanto a cualidades;

-en cuanto a modos de comportarse, y

-en cuanto a la moral que se exige a hombres y mujeres.

¿Coincide el patrón en vigor con lo que cada uno y cada una de vosotras desea para sí misma/o? ¿Observáis una doble moral? O sea, ¿una moral diferente para chicos y chicas?

-¿Cómo os pensáis y os deseáis vosotros y vosotras?

-¿Creéis que algún lugar o actividad debe estar vedado a chicas o a chicos?

-¿Creéis que, si se educa de forma diferente y se tienen expectativas diferentes para cada uno de los sexos, podrá alguna vez conseguirse la igualdad entre hombres y mujeres?

-¿Qué alternativas educacionales, consideraríais que contribuirían a conseguir la igualdad entre los sexos?

-Podéis referiros a uno o varios de estos ámbitos:

-La familia.

-La escuela.

-El pueblo, la ciudad o el barrio.

-La política.

-El trabajo asalariado.

-Las relaciones interpersonales.

-Cualquier otro que se os ocurra.

XIII.- Conclusiones de la clase respecto al tema.

Bibliografía.

Si queréis ampliar este tema podéis consultar los siguientes libros:

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El voto femenino y yo. Clara Campoamor. Lasal, edición de les dones.

La mujer irrumpe en la Historia. Ezequiel Ander-Egg. Marsiega.

Actitudes patriarcales: las mujeres en la sociedad. Eva Figes. Alianza.




ArribaAbajo5.3. Las profesiones

1.- Introducción

Todavía se habla de profesiones femeninas y de profesiones masculinas. Ciertas profesiones están ocupadas casi en su totalidad por mujeres y otras por hombres.

Cuando hablamos de profesiones femeninas pensamos en enfermeras, secretarias, maestras o esteticistas. Todos estos trabajos se relacionan con el cuidado y la atención a las personas.

Cuando hablamos de profesiones masculinas pensamos en militares, albañiles, políticos o bomberos. En general pensamos en trabajos que requieren fuerza física, dureza, dotes de mando o poder de decisión que afectan a muchas personas.

Para analizar las consecuencias que esto conlleva hemos de investigar la diferencia que existe en cuanto al sueldo, posibilidades de promoción y consideración social que tienen las profesiones calificadas de «femeninas» con respecto a las calificadas de «masculinas».

2.- Actividades

Podemos empezar por el propio centro escolar y/o las escuelas del barrio o pueblo. Veamos las diferencias que existen.

-En los cargos escolares.

-En la distribución por niveles.

1. Recoged los datos necesarios y elaborad gráficos con ellos.

2. Dialogad sobre los resultados obtenidos.

3. ¿Qué opináis de los datos obtenidos?

4. ¿Qué influencias puede tener en el desarrollo social para chicos y chicas?

5. Conclusiones.

3.- Qué estudian los chicos y qué estudian las chicas

La segregación por sexos en profesiones masculinas y femeninas no tiende a nivelarse puesto que en los estudios que cursan siguen apreciándose las diferencias. Las encuestas del Instituto Nacional de Estadística nos indican que la mayoría de mujeres cursa estudios de formación profesional de la rama servicios, mientras que los chicos se deciden por el sector industrial.

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En los estudios editados por el Instituto de la Mujer sobre la situación de la mujer en España, se aportan datos estadísticos que evidencian lo siguiente:

-En formación profesional el alumnado de las ramas administrativas, peluquería, estética, auxiliar de clínica y puericultura es casi exclusivamente femenino. Y masculino, el de mecánica y electricidad.

-En las carreras de grado medio, profesorado de E.G.B. y enfermería hay una amplia mayoría de mujeres; en cambio hay una amplia mayoría de varones en las de Arquitectura, Ingeniería Técnica y Estudios Empresariales.

-En grado superior, Filosofía y Farmacia siguen cursándose mayoritariamente por mujeres, mientras que en ingeniería y escuelas técnicas superiores hay sólo un 9,3 % de mujeres, aunque sean el 10 % en sexto curso, lo que significa que obtienen, en promedio, mejores resultados que los chicos.

-Y no podemos olvidar la realidad del abandono de los estudios por parte de las chicas que suponen el 53% de las estudiantes de C.O.U. y sólo el 44 % de las universitarias, canalizándose desde jóvenes hacia el trabajo doméstico. Esta situación es todavía más espectacular en las niñas con malas notas en E.G.B. que, según indica la publicación mencionada, 1 de cada 5, se ve reducida desde los 14 años a cuidar de la casa como tarea exclusiva.

Cuestiones para investigar y reflexionar.

-¿En qué año se levantó la prohibición de que las mujeres tuvieran libre acceso a la Universidad? ¿Qué pasos se dieron para conseguirlo?

-Piensa en las carreras, eclesiástica, militar. ¿Pueden cursarlas las mujeres? ¿Por qué? ¿Cuál es tu opinión al respecto?

-¿Pueden las mujeres geólogas acceder a las plataformas petrolíferas? Y, ¿a las minas? ¿Por qué? ¿Cuál es tu opinión al respecto?

-¿Conoces alguna mujer albañil, bombero o fontanero? ¿Conoces alguna mujer que realice algún trabajo poco común para su sexo?

-¿Has oído hablar de Clara Campoamor, de Concepción Arenal o de María Goyri? ¿Quiénes fueron y por qué son importantes para comprender la evolución de las mujeres españolas?

Trabajo para realizar.

A.- Podéis dividiros en grupos de trabajo para realizar las siguientes actividades. Una vez acabadas hacéis una puesta en común de los resultados.

-Una encuesta entre compañeros/as sobre qué trabajo piensan realizar.   —152→   Divide entre trabajos femeninos y trabajos masculinos.

-Una entrevista a alguien que conozcáis y que tenga una profesión poco común a su sexo. Por ejemplo, a una policía o a un parvulista. Cómo se encuentran en su trabajo y por qué eligieron precisamente esa profesión.

-Haz una entrevista a algunas mujeres con profesiones remuneradas para que te expliquen cómo han solucionado el trabajo doméstico.

-Busca algún libro de Clara Campoamor y de Concepción Arenal y selecciona un párrafo en el que defiendan la instrucción de la mujer.

B.- Lee individualmente el siguiente fragmento y contesta a las preguntas. Después podéis debatir en grupo vuestras opiniones.

Fragmento de «Doña Milagros» de Emilia Pardo Bazán

Aún falta que sepa lo que sucede con Froilán. V. me ha encargado que le repase las lecciones, y yo se las repasaba siempre. Nunca daba pie con bola; no se le quedaban en la memoria ni las cosas más insignificantes. Su cabeza es una perilla de balcón. Sólo a fuerza de machacar... Pero ya, ni eso: ya no coge el libro.

-Le voy a matar -exclamé levantándome trémulo, con los nervios como cuerdas de guitarra.

-¡Jesús! -respondió la chiquilla, riendo y deteniéndome. -¡Matar! ¡Mataban! ¡Si V. no es capaz ni de arrearle un lapito! Óigame a mí, guíese por mí. ¿Por qué se empeña en que Froilán sea un sabio?

-¡Hija mía... es el único varón de la casa! Sólo de él podéis esperar alguna protección cuando yo muera. No hay más recurso sino que estudie, que siga una carrera con lucimiento, y hoy o mañana podrá seros útil... ¡acaso ampararos a todas!

-Pero, papaiño -respondió Feita cruzando las manos y acentuando más la expresiva mirada de sus ojos y la firmeza singular de su cara infantil -si Dios ha querido que el único varón de la casa sea un desaplicado y un bodoque... no nos vamos a reponer contra Dios. Es un dolor que esté V. derrochando dinero y paciencia con Froilán. Lo que gasta V. con él en matrículas y libros, ¿por qué no lo gasta conmigo? Yo tengo muy buena memoria. Con una vez que lea las lecciones, lo más dos, se me quedan ¿Y qué piensa V.? Entiendo lo que leo; me gusta muchísimo... Me trago el libro de texto, y no crea V., también otros que no son de texto y... que me los prestan. Sobrado me envió dos novelas de Víctor Hugo; Moraga me trajo obras de Camilo Flammarion...; hasta D. Tomás Llanes me regaló unos novelones muy disparatados de ladrones y de moros. ¿Qué se había V. figurado? ¿Que soy una burra? Pues no hay tal. Me ha entrado   —153→   un flus de leer... Leería toda la biblioteca del Puerto de un tirón. Hasta me zampo los libros de Argos Divina, la Filotea, los escritos de Santa Teresa y los del Padre Faber... Si ya sé mucho: sé más de lo que parece. Haga V. un cambio: Froilán que vigile el ama y registre la cesta de la criada cuando vuelva de la compra, y yo iré al Instituto en lugar de Froilán. Verá V. como los dos quedamos bailando de contentos.

Era tan cómica la proposición de aquel diablejo, que tuvo la virtud de hacerme olvidar por un instante mis penalidades y zozobras y de hacerme soltar una carcajada.

-Mira, Marisabidilla, tú dices que tus hermanas están de remate... Pues lo que es a ti... te voy a mandar al manicomio ahora mismo. Si te pillo en esas lecturas de autores malos, que te enseñan lo que no te importa, tengo energía... ¡ah!, ¡para eso sí que la tengo! Quemo el librote... y a ver si te prestan otro. ¿Pues no quiere estudiar en vez de su hermano? ¿Y para qué, si puede saberse?

-Para graduarme de bachillera.

-¡Magnífico! ¿Y después de graduarte? ¡Ya lo eres!

-Para seguir carrera mayor.

-¡Divino! ¿Y después?

-Para tener un título en forma...

-¡Ya!, ¡caramba! ¿Y luego?

-Para ejercer una profesión... la que sea... y ganar cuartos... y fama... y vivir de mi ciencia y de mi trabajo... como había de vivir Froilán, si no fuese un camueso.

La risa me salía a borbotones por las ventanas de la nariz, por la apretada boca que espurriaba saliva, por los ijares convulsos. Me retorcía en el sillón.

-¡Chiquilla... delicioso! Vales cuanto pesas, te lo aseguro... Ven acá, te voy a plantar un beso... porque no quiero plantarte una azotaina. La acaricié como a un niño chiquillo, y proseguí:

-Muy bien. ¿Con que estudiar y ejercer una profesión? ¿No sabes que las mujeres no pueden? Te vestiremos de hombre...

-Sí pueden -respondió con gran aplomo. ¿V. cree que yo no he preguntado? Cuando quiero saber una cosa... se la pregunto hasta a las lápidas de seguros mutuos y a los guardacantones. He charlado largo y tendido con el Sr. de Moragas. Puedo estudiar las asignaturas en el Instituto, en la Universidad o en mi casa; examinarme como un alumno oficial, o como alumno libre. Y si sigo la carrera de medicina, puedo ejercerla: hay señoritas que la ejercen. Además, con el tiempo, ya nos permitirán que ejerzamos otras profesiones. ¿Por qué se ríe así? ¿Tengo en la cara una danza de monos?

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-En la cara, no... Tienes en la cabeza una olla de grillos. ¿Qué quieres; que esté serio cuando ensartas despropósitos?

-Sí señor... Yo bien seria estoy. No es cosa de risa.

-Es que si no me riese, te remangaría las faldas... y ¡pum!

-¿Por qué? ¡Me va a decir por qué!

-Vamos, vamos, juicio... Mete esa cabeza en agua fresca, y que se te quite la fiebre. Como yo vuelva a oírte barbarizar... Hija mía, ¡Dios hizo a la mujer para la familia, para la maternidad, para la sumisión, para las labores propias de su sexo... de su sexo! No lo olvides nunca, y que nadie tenga que recordártelo, serás la criatura más antipática, más ridícula y más despreciable del mundo: un marimacho; ¡puh! La mujer a zurcir medias... no se ha visto ni se verá nunca que truequen los papeles a no ser en San Balandrán.

-Pues sí señor que se ha visto -respondió con brío la muñeca, reprimiendo trabajosamente una lagrimilla de rabia- porque mamá le mandaba a V... y V. obedecía a mamá lo mismo que un borrego. ¿Y sabe en qué consistía? En que mamá tuvo más disposición para el mando que V. Cada quisque debe hacer aquello para lo que tiene disposición ¿Dios me da a mí talento para estudiar? Estudio. ¿Dios le dio a Froilán disposición para jugar a la billarda y tirar y tirar piedras? Que juegue y que las tire. ¡Y vamos! Es una picardía muy gorda eso de que las mujeres, cuando sirven para esto o para aquello... hagan precisamente lo otro y lo de más allá. Yo sé barrer y coser y cuidar de una casa, y sé criar un chiquillo, como crié a las gatas monas... pero me gusta estudiar, y estudiaré, ¡sólo faltaba! Aquí todo el mundo se pronuncia para hacer disparates... Pues me pronuncio yo para hacer una cosa justa y buena... Quiero estudiar, saber, y valerme el día de mañana, sin necesitar a nadie. Yo no he de estar dependiendo de un hombre. Me lo ganaré, y me burlaré de todos ellos.

Todavía prevaleció en mí la risa contra el enojo, y seguí echando a broma la estrambótica resolución de Feita, que ni era posible que pasase a mayores, ni debía en buena ley considerarse más que como una genialidad cómica. Sin embargo, me contrariaba su insubordinación, porque repitió con entereza que estaba decidida a no auxiliarme en lo referente a las lecciones de Froilancito ni en el gobierno de la casa.

Responde a las siguientes preguntas:

1.- ¿En qué siglo vivió Emilia Pardo Bazán? ¿A qué movimiento literario pertenece?

2.- ¿Entre qué personajes transcurre este diálogo?

3.- ¿Quién es Froilán?

4.- ¿Qué opina Feita de Froilán?

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5.- ¿Por qué considera el padre de tanta importancia que Froilán siga una carrera?

6.- ¿Qué cambio le propone Feita a su padre?

7.- ¿Qué opina su padre?

8.- ¿Por qué Feita se refiere a sí misma como «alumno» siendo una mujer?

9.- Detalla uno a uno los argumentos que da ella para ponerse a estudiar.

10.- Detalla los argumentos del padre para prohibirle a Feita que siga leyendo y estudiando.

11.- Da tu opinión sobre cada uno de los argumentos utilizados por él y por la hija.

Sugerencias:

-A raíz de que un grupo de mujeres asturianas hayan conseguido trabajo en una mina -en trabajos en el exterior-, muchas personas se han manifestado en contra.

a.- Elabora un reportaje sobre lo que ha ocurrido (puedes utilizar la prensa de esos días y el informe emitido por TVE el sábado, día 10 de Enero de 1987).

b.- En realidad ésta no es la primera vez. Hubo incluso un tiempo en que las mujeres trabajaron en el interior de la mina. Elabora un informe sobre «las mujeres y el trabajo en la mina». Trata de averiguar: cuándo y por qué dejaron de hacerlo. ¿Por qué no pueden las mujeres trabajar en el interior de la mina? ¿Qué opinas?

-Dramatizad lo ocurrido a la entrada del trabajo el primer día que las mineras fueron a trabajar. Tratad de imaginar y dialogad después sobre los «sentimientos» de las personas implicadas:

• Las mineras.

• Sus maridos.

• Los varones jóvenes que no han conseguido un puesto de trabajo.

• Sus madres.

• Los machistas del lugar.

• Los distintos representantes sindicales.

Conclusiones:

Con algunas fotografías antiguas y fotografías nuevas de las personas que se dedican a una profesión poco común a su sexo más los párrafos seleccionados de los libros de Clara Campoamor, Concepción Arenal y todo lo que hayáis encontrado y concluido sobre el tema, y que os parezca interesante, haced un gran mural que instalaréis en el pasillo más concurrido de   —156→   vuestro centro docente, como el hall de entrada del centro.

Bibliografía para ampliar el tema

Folguera, Pilar. Artículo en «la Mujer Feminista». Julio-Agosto 1984.

Instituto de la mujer. «Situación de la mujer en España».

Campoamor, Clara. El voto femenino y yo. Lasal Edicions de les dones.




ArribaAbajo5.4. El movimiento sufragista

Texto primero

Reseña histórica del movimiento sufragista.

La lucha por el voto femenino abarca desde la mitad del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX y constituye la reivindicación más conocida del Movimiento Sufragista. Si bien no defendía sólo este derecho, pues pensaban que el voto les permitiría entrar en la política y les abriría las puertas de la transformación del papel social de las mujeres. En definitiva, que las llevaría a la igualdad de derechos con los hombres.

La reivindicación del derecho al voto constituye un aglutinante de todas las organizaciones feministas que, desde finales del siglo XIX, luchaban en occidente para mejorar la posición social de las mujeres. Se constituyeron organismos que coordinaban la lucha entre los diversos países y se celebraron congresos internacionales a los que asistían sufragistas de todo el mundo.

En marzo de 1890 se crea en Washington el Consejo Internacional de Mujeres. En 1904 se fundó en Berlín la Alianza Internacional para el Sufragio Femenino. En 1911 contaba ya la Alianza con veinticuatro organizaciones oficiales. En el congreso de Roma, reconocieron seis países el Movimiento del Sufragio Femenino.

El Sufragismo se extendía prácticamente por todo el mundo, pero merece destacarse con especial mención, por la influencia sobre el resto del Sufragismo mundial, las sufragistas de EE.UU. e Inglaterra.

El Sufragismo Americano.

El movimiento feminista de EE.UU. estuvo estrechamente ligado al movimiento antiesclavista. En 1840 se excluyó a las mujeres de la Convención Antiesclavista celebrada en Londres, no permitiendo la entrada en la sala a las mujeres que habían sido elegidas para participar en la conferencia. A partir de este momento se reorganizó el movimiento y se celebró   —157→   una larga serie de convenciones en favor de los derechos de las mujeres. En 1860 ya se irían destacando sus principales líderes. En 1860 Elizabeth Cady expresaba ante la Asamblea Legislativa del Estado de New York: «El prejuicio contra las gentes de color no es más fuerte que el que existe contra nuestro sexo. Se debe a la misma causa y se manifiesta de manera muy parecida.»

Al estallar la guerra de secesión las feministas suspendieron sus actividades para apoyar a la Unión. Después de la guerra, los políticos del Norte, victoriosos, concederían el voto a los esclavos varones, pero continuaron negándoselo a las mujeres. Este hecho puso fin a la colaboración del feminismo con el abolicionismo en Norteamérica. En 1859, la sufragista Lucy Stone escribiría: «He sido toda mi vida, desde que me reconozco, una mujer decepcionada. Cuando intentaba, como mis hermanos, tener acceso a cualquier fuente de conocimientos, se me objetaba: 'Eso no es para ti, no es para mujeres'». «Mi razón de vivir es poner esta frustración en evidencia en el fondo del corazón de cada mujer, hasta que dejen de aceptarla». Por no querer perder la libertad tardó mucho tiempo en decidirse a contraer matrimonio. Finalmente lo hizo, exigiendo que en la ceremonia nupcial fuese leída y firmada por su marido la siguiente declaración: «Al mismo tiempo que reconocemos nuestro mutuo afecto, adoptando públicamente el estado de marido y mujer, consideramos un deber declarar que este acto no indica por nuestra parte que sancionemos ni que prometamos obediencia voluntaria a las actuales leyes del matrimonio, que rehúsan reconocer a la esposa como un ser racional e independiente, mientras otorgan al marido una superioridad insultante y antinatural, invistiéndole con unos poderes legales que ningún hombre debería poseer». (Esto ocurría en América por los años 1860).

Los orígenes del movimiento sufragista inglés.

Se remonta a 1866. En Inglaterra, entonces, no todos los hombres tenían derecho al voto. Sólo podían votar los cabezas de familia y los que eran propietarios. En el Parlamento se estaba debatiendo la reforma del sufragio y John Stuart Mill, el filósofo liberal, diputado, presentó ante la Cámara una petición firmada por mil quinientas mujeres, exigiendo que la reforma incluyera el sufragio femenino. La petición fue rechazada y sus promotoras, en su mayoría miembros de la Sociedad para el Empleo de las Mujeres, decidieron fundar una Sociedad para el Sufragio de las Mujeres. Su principal actividad consistía en conseguir que liberales de izquierdas presentasen en el parlamento proyectos privados de ley en favor del voto de las mujeres. Pero, realmente, la lucha sufragista en Gran Bretaña se sitúa en 1903.

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Emmeline Pankhurst, viuda y con cuatro hijos, funda en Manchester la Unión Social y Política Femenina. Comenzó sus actividades como aliada independiente del partido laborista.

Bajo el sistema de gobierno inglés, una reforma legal que no interesase al gobierno no tenía ninguna posibilidad de prosperar, por mucho que contase con la mayoría del apoyo de la Cámara. El gobierno, en este momento, estaba en manos de los conservadores. La única forma de progresar era levantar a la opinión pública e interesar al pueblo en la cuestión. Había que llamar la atención a cualquier precio. Incluso la hostilidad resultaría más útil a la causa que la indiferencia. Los métodos de la Unión Social y Política Femenina consiguieron ir despertando, poco a poco, el interés de la opinión pública hacia la causa sufragista. En 1907 organizaron en Londres una manifestación. La Policía Montada acudió a dispersarla y cargó contra las manifestantes con cierta brutalidad. A partir de este momento comenzaron las detenciones de miembros sufragistas, que preferían ir a la cárcel antes que firmar que no volverían a alterar el orden público. En 1909 las mujeres encarceladas empezaron a declararse en huelga de hambre. Al principio, el gobierno, optaba por liberar a aquellas que se encontraban muy débiles por la huelga, pero más tarde optó por alimentarlas a la fuerza. El procedimiento consistía en instalar un tubo en la nariz y verter el alimento a través de él. A partir de 1912, la Unión Social y Política Femenina se convirtió en una asociación ilegal. Mientras Mrs. Pankhust permanecía en la cárcel, las activistas continuaban trabajando clandestinamente.

En enero de 1913, después de ser sometido a debate el proyecto de ley del gobierno que otorgaba el voto a todos los hombres, se le pregunta al gobierno cuáles serían los efectos sobre el proyecto de una enmienda que concediese el voto a las mujeres. La respuesta fue que el proyecto estaba destinado a los hombres y que una enmienda tan fundamental transformaría toda su estructura.

Inmediatamente se reaccionó contra esta respuesta, pasando de la ruptura de escaparates a los incendios provocados. La fase de quebrantar la Ley para llamar la atención era, en aquel momento, una guerra abierta contra los poderes públicos. Emily Davidson, militante de la Unión Social y Política Femenina, fue al hipódromo en Epson y se arrojó delante de un grupo de caballos en plena carrera en señal de protesta contra el gobierno. Emily murió a consecuencia de las lesiones. A principios de 1914 las tácticas sufragistas alcanzaron un tono cada vez más violento. La guerra puso fin a estas actividades. Cuando terminó, se otorgó el voto a las mujeres por el Acta de Representación del Pueblo de 1918. Durante la guerra las mujeres se habían hecho cargo de la economía nacional.

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La situación en España.

Se sitúa en los años 20 la participación de las mujeres en la vida pública española y el avance que este hecho provoca en su situación laboral y legal. La acción legislativa y política de Primo de Rivera y sus colaboradores hacia las mujeres fue paternalista. Al mismo tiempo que reconocía sus derechos a cierta igualdad jurídica y social, insistió siempre en lo indispensable que le parecía que las mujeres mantuviesen sus atributos tradicionales de «modestia» y «coquetería». En 1924, en el Real Decreto de 12-IV, se reconocía el derecho al voto de las mujeres solteras y viudas, excluyendo del mismo a las casadas (ya que éstas podrían ejercerlo contra sus maridos).

En abril de 1931 se proclama la República. Comienzan para España unos años de frenética actividad política y de extraordinaria aceleración social, cuyo rasgo más llamativo es la participación masiva de las gentes: Cientos de mujeres activas que trabajaban en la educación, en el campo, en la industria pesada o en las manufacturas. Federica Montseny llegaría a ser la primera mujer-ministro. Otras mujeres relevantes de la época fueron Dolores Ibarruri, Margarita Nelken, Victoria Kent y Clara Campoamor. Estas mujeres, que habían irrumpido plenamente en el mundo del trabajo y la educación, exigían los derechos políticos, civiles y laborales que a sus antepasadas les habían negado en nombre de su «incapacidad mental» y «debilidad moral».

El gobierno provisional de la Segunda República concedió el voto sólo a hombres mayores de 25 años, pero determinó que podían ser elegidos diputados también las mujeres y los curas. En las Cortes constituyentes de 1931 salieron elegidas: Clara Campoamor, del Partido Radical, y Victoria Kent, del Partido Radical Socialista, ambas por Madrid. Los grupos parlamentarios y los partidos políticos no mostraron gran interés por el tema del sufragio femenino. Fue Clara Campoamor quien defendió el voto femenino ante el Congreso, en octubre de 1931, y, a pesar de la indiferencia con que se debatió, y la oposición de Victoria Kent, se consiguió con un margen no demasiado alto de votos a favor. Unos días después de haber sido aprobado en las cortes el derecho de las mujeres al voto, una serie de grupos feministas celebraban la victoria, ofreciendo un homenaje a Clara Campoamor. Por su parte, la Asociación Nacional de Mujeres Españolas organizó un homenaje a la República por haber reconocido a las mujeres su derecho al voto. Las feministas americanas acogieron con entusiasmo la noticia y manifestaron su esperanza de que influyera favorablemente sobre el rápido restablecimiento del sufragio femenino en todos los países de la Europa meridional. Las sufragistas inglesas, mandaron un telegrama que decía: «Saludamos de todo corazón a las mujeres españolas por   —160→   el triunfo político obtenido, y su buena acogida como colega en la batalla para lograr la completa igualdad de los derechos ciudadanos».

Ni en España ni en ningún otro país el derecho al voto de las mujeres fue un regalo.

Fue un triunfo conseguido tras una larga y dura lucha. Tampoco fue el simple reconocimiento de algo natural. Muy al contrario, se defendieron con gran fuerza todo tipo de razones biológicas, históricas y científicas para negar a las mujeres éste y todos sus derechos.

La emancipación y sus condicionamientos.

No deja de ser útil considerar que la inferioridad de la mujer, en tanto que «sexo débil», se olvida en los momentos de emergencia colectiva. Porque de siempre se sabe que, allí donde las condiciones se imponen, la mujer viene realizando trabajos de idéntica categoría a los del sexo «fuerte». Así, por ejemplo, cuando en 1914 estalló la primera guerra mundial, el rey Jorge V amnistió el 12 de agosto a todas las sufragistas y encargó a la Sra. Pankhurst el reclutamiento y organización de las mujeres para sustituir la mano de obra masculina. Así, pues, de la prisión las sufragistas salieron hacia un trabajo hasta entonces considerado masculino. Otro tanto ocurrió durante la segunda guerra mundial. A medida que la guerra va quedando lejos, la necesidad de mano de obra femenina se hace menos apremiante y la integración de ésta en la vida activa pasa a ser más lenta (lo que nos lleva a la conclusión de que las mujeres están para «faltas de buenos»).

La larga marcha de las mujeres hacia la conquista del voto

Nueva Zelanda...................... 1893 España.................................. 1931
Austria................................... 1901 Francia................................. 1945
Finlandia............................... 1906 Italia..................................... 1945
Noruega................................. 1903 China................................... 1947
Dinamarca............................. 1915 Canadá................................. 1948
Islandia.................................. 1915 Israel.................................... 1948
URSS.................................... 1917 India..................................... 1949
Gran Bretaña......................... 1918 Japón.................................... 1950
Alemania............................... 1918 Méjico.................................. 1953
Suecia.................................... 1919 Egipto.................................. 1956
Estados Unidos...................... 1920 Suiza.................................... 1971
Irlanda................................... 1922
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Texto segundo

División del trabajo.

La Guerra Mundial de 1914-1918, al trastornar la vida nacional de los beligerantes, hace penetrar a las mujeres en los dominios de los que, hasta entonces, las habían sido tenidas celosamente aparte; esta guerra les confía cargas consideradas hasta entonces como feudos inexpugnables del sexo masculino.

En esos años turbios, la mujer, por la fuerza de las circunstancias, llega a ser jefe de familia, dirige la explotación agrícola, la empresa comercial e industrial sobre la cual la familia cuenta para asegurar su subsistencia y el país para sostener su esfuerzo de guerra. En esta ocasión, la mujer toma, en todos los dominios de la actividad profesional y nacional, las plazas que guardará después de las hostilidades, los puestos desde donde ella ejercerá una influencia más grande sobre los organismos públicos. Así se explica que, en la mayoría de los Estados, los derechos políticos hayan sido dados a las mujeres en los años que siguieron inmediatamente a la guerra.

Cuando, a consecuencia de una crisis nacional, la Constitución de un país es puesta en tela de juicio, todos los asuntos pendientes hasta entonces en la conciencia pública, todas las causas que preocupan y agitan la opinión, son inmediatamente objeto de discusión, y es en tales condiciones que las innovaciones son más fácilmente aceptadas.

Es a menudo, gracias a estos trastocamientos internacionales, tal y como se verá más adelante, cuando el sufragio femenino se introdujo.

Para Alfred Sauvy, la Gran Guerra, «dolorosa y paradójicamente, había llevado a las mujeres a tener experiencias hasta entonces prohibidas y a dar pruebas de sus posibilidades más que en cualquier otra época pasada. Ciertamente, desde hacía tiempo había trajinado, producido, trabajado; pero en la mayoría de los casos en tareas oscuras y consideradas secundarias. Y he aquí que, al menos durante cuatro años, habían tenido que sustituir a los hombres, a la vez que tenían que mantener su papel tradicional cerca de los hijos. Muchas mujeres ganaron una nueva confianza en sí mismas y muchos hombres una nueva forma de inquietud. Cuando volvieron, muchos fueron los que tuvieron la impresión bien nueva de sustituir a una mujer»2.

«La guerra y la condición femenina en la sociedad Industrial: el caso de Francia». Dirección General de la Juventud y Promoción Sociocultural (Subdirección General de Estudios e Investigaciones-Subdirección General   —162→   Mujer). Págs. 23-24.

Texto tercero

Mi propia historia. Por Emmeline Pankhurst.

«Cuando los miembros antisufragistas del Gobierno critican a las militantes es como cuando los animales de presa reprochan a los animales inofensivos el hecho de que se defiendan desesperadamente en el momento de la muerte...

...La única temeridad cometida por las sufragistas respecto a la vida humana ha consistido en poner en peligro sus propias vidas, y no las vidas ajenas. Y yo declaro aquí en este momento, que las tácticas de la Women's Social and Political Union no ha tenido nunca como objetivo poner en peligro la vida humana. Eso se lo dejamos al enemigo. Eso se lo dejamos al hombre en sus guerras. Eso no es una táctica que sigan las mujeres... Pues, como hay algo que a los gobiernos les importa mucho más, y eso es la seguridad de la propiedad, nuestro ataque al enemigo lo vamos a llevar a cabo a través de la propiedad. De ahora en adelante las mujeres que están de acuerdo conmigo van a declarar: 'Nos tienen sin cuidado vuestras leyes, caballeros, nosotras situamos la libertad y la dignidad de la mujer por encima de todas esas consideraciones, y vamos a continuar esa guerra como lo hicimos en el pasado; pero no seremos responsables de la propiedad que sacrifiquemos, o del perjuicio que la propiedad sufra como resultado. De todo ello será culpable el Gobierno, que, a pesar de admitir que nuestras peticiones son justas, se niega a satisfacérnoslas...'.

Sed todas militantes, pero cada una a vuestra manera. Las que podáis demostrar vuestra participación en la lucha acudiendo a la Cámara de los Comunes y negándoos a abandonarla, como hacíamos antaño, seguid esa táctica. Las que podáis demostrar vuestra participación uniéndoos a nosotras en nuestras elecciones antigubernamentales, seguid esa táctica. Las que podáis romper cristales, rompedlos. Las que podáis seguir atacando al secreto ídolo de la propiedad, a fin de que el Gobierno se dé cuenta de que el sufragio femenino pone tan en peligro la propiedad como la ponían antiguamente los cartistas, atacadle.

Pero mi última palabra es para el Gobierno: ¡Yo incito a esta asamblea a la rebelión...! ¡Detenedme, si os atrevéis, y si es que os atrevéis, os advierto que no me meteréis en la cárcel...».

Texto cuarto

La mujer, la ley y «la tradición»

«Nuestro escritor Calderón de la Barca, en pleno siglo XVII, nos ha dejado innumerables muestras de lo que debía hacer un marido cristiano, de   —163→   honra preclara. El pintor de su deshonra; El médico de su honra; A secreto agravio, secreta venganza; Casa con dos puertas, mala es de guardar, nos recrean en la minuciosa descripción de cómo debe asesinar a su esposa un marido que se estime, cuando le cruce por el pensamiento la sombra de una duda de infidelidad. En todas ellas la esposa, que muchas veces se sentía inclinada amorosamente hacia otro hombre, es enviada por los padres a casarse con un caballero desconocido. El marido recela, una sombra de embozado pasa por delante de la casa, un caballero tropieza con él en el umbral, la dama pierde el color y se siente enferma y todo termina con la aparatosa muerte del presunto galán y a veces también la de la aparentemente infiel esposa, bien entre las llamas, con una sangría abierta en 'El médico de su honra', en la que se deja agonizar a la mujer, o ahogando en el río, en secreto, a quien también secretamente le había agraviado».

«(...) La legislación napoleónica, digna sucesora de la judaica y de la Summa Cardinalis Hostiensis, decía: 'El homicidio perpetrado por el marido contra su esposa y su cómplice en el acto de sorprenderles en flagrante delito de adulterio en la casa común, es excusable' (artículo 324)».

«'La mujer convicta de adulterio sufrirá la pena de prisión, durante tres meses, y a lo más dos años' (artículo 337). Para el marido la acusación de adulterio se hacía mucho más complicada. Era preciso que entretuviese a su concubina en la casa común, y en ese caso el artículo 339 disponía que 'el marido que haya mantenido a una concubina en la casa común, y haya sido convicto de ello, por querella interpuesta por su mujer, será castigado con una multa de ciento dos mil francos'».

Lidia Falcón, Mujer y Sociedad

Debates

A- El derecho al voto ha permitido a las mujeres entrar en la política y les ha abierto las puertas que las llevarán a la igualdad de derechos con los hombres.

Antes de iniciar el debate, y para justificar los distintos puntos de vista conviene hacer la siguiente reflexión individual:

-Piensa y escribe cuáles han sido las conquistas de las mujeres desde que obtuvieron el voto hasta nuestros días.

-Piensa y escribe aquellos derechos que todavía hoy son exclusivos para los varones.

-Piensa y escribe en qué proporción estamos las mujeres en lugares de poder político y hasta qué punto es sensible esa pequeña proporción a los problemas específicos de las mujeres.

-Piensa en el «papel social» (rol) de las mujeres hoy y compáralo   —164→   con el que ha mantenido a lo largo de la historia. ¿Ha cambiado? ¿En qué? ¿Para todas o para una minoría?

Documentación y trabajos previos al debate

1.- Buscar en libros de texto de E.G.B., B.U.P., enciclopedias...:

a) Si hablan de «Sufragio Universal» o del voto «personal» o «universal» en un país antes de que las mujeres conquistáramos el derecho al voto.

b) Si hablan de la lucha que tuvimos que mantener las mujeres para conquistar el voto y en qué «términos» lo hacen.

2.- Investigar cuándo, y de qué modo, se ha logrado el acceso de las mujeres a la universidad, al libre ejercicio de las profesiones liberales, la igualdad de salarios y la entrada en los sindicatos.

3.- Investigar la legislación española respecto al matrimonio hasta 1975 (Código Napoleónico) en temas como: La Patria Potestad, el adulterio, la propiedad...

Si lo consideráis necesario invitad a una persona experta en el tema que os dé los datos necesarios.

B- «El prejuicio contra las gentes de color no es más fuerte que el que existe contra nuestro sexo. Se debe a la misma causa y se manifiesta de forma muy parecida.»

-Para llevar a cabo este debate es conveniente distinguir claramente entre el racismo histórico de EE.UU., que se expresa sobre todo contra indios y gentes de color, y el del Estado Español que se centra, al menos en los últimos 3 siglos, especialmente contra el pueblo gitano. Por tanto, deberán conocerse las persecuciones, expulsiones, etc., de que han sido víctimas.

C- Releer el texto de Emmeline Pankhurst, y debatirlo, especialmente las frases en cursiva.

Antes del debate, averiguar y comparar las penas que impone la ley:

-En malos tratos a niñas/s.

-En malos tratos a mujeres.

-En caso de violación (y qué se considera violación).

-Estupro.

-Robos y otros modos de atentar contra la propiedad: chantajes, estafas,...

Conclusiones sobre el tema

¿El voto de las mujeres fue un regalo o una conquista?

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¿Ha abierto, o no, el camino para nuevas conquistas? ¿Todas? ¿Cuáles?

¿Han cambiado las leyes y la mentalidad de las personas respecto a las mujeres?

¿Se reconoce en la cultura «oficial» que las mujeres tuvieron que luchar para conseguir ser consideradas ciudadanas?

¿Qué características especiales y qué semejanzas presenta el movimiento sufragista con otros movimientos, como el obrero, el antiesclavista, etc?

¿Qué circunstancias especiales se dan en muchos países en las fechas en que se concede el voto a las mujeres?





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