Equilibrio entre Razón y Religión:
«... la fama de un hombre da autoridad a su
doctrina (aunque sea falsa) respecto a muchos Filósofos; mas
yo, que profeso la Filosofía de la razón, y no la de
la autoridad humana; sin faltar a la civil... que yo por principios
de Religión y educación respeto en todos los hombre,
admitiré (doctrinas), si las encuentro
veraderas»
.140
«La Filosofía humana siguiendo la luz
sola de la razón natural, llegó a conocer
perfectamente lo que la divina Revelación
enseña...»
.141
Limitaciones cognoscitivas:
«No me atrevo, pues, a definir
físicamente el espíritu humano, porque ignorando yo
las diversas clases de los efectos que produce, y la naturaleza de
los pocos que en él conozco, no sabré explicar
completamente su capacidad, o su esencia
entera...»
.142
«Dentro de nosotros -mismos experimentamos el
obrar prodigioso de nuestra fantasía;...
¿Dónde está el lienzo en que se presentan al
espíritu tantos diseños y figuras?
¿Cómo se pintan? ¿Cómo la
fantasía, con representaciones invisibles hace al
espíritu ver, como si existiera, lo que veraderamente no
existe? ¿Qué pintura es ésta que abraza tanta
variedad de objetos, personas, acciones y colores?
¿Cómo se hacen presentes en ella las cosas pasadas y
venideras? ¿Qué libro es este en que se da
lección de memoria al espíritu? ¿Cómo
esta escritura es tan varias? ¿Cómo unas veces es
tenaz, y otras fragilísima? ¿Cómo ya es pronta
y ya tarda en manifestarse? ¿Cómo unas veces es tan
obediente en mostrarse, cuando el espíritu quiere, y otras
tan pertinaz, aún cuando el alma rehúsa leer en ella
o verla? ¿Cómo se podrá entender la
acción con que el espíritu excita la fantasía,
y la correlación de ésta con todo el
cuerpo?»
.143
Unidad de lo espiritual y material en el hombre:
«Mientras el hombre vive, su espíritu y
cuerpo están unidos y obran con mutuo comercio y
dependencia. El espíritu es inmaterial y el cuerpo es
material; no obstante la inmensa diferencia y distancia que hay
entre la materialidad del cuerpo y la inmaterialidad del
espíritu, éste, animando al cuerpo, es principio de
la vida corporal, de sus sensaciones y movimientos, pues el cuerpo,
sin el espíritu que le anime, es materia totalmente inerte.
Estas verdades son evidentemente notorias a todo hombre, como
también le son notorias las siguientes. En el hombre vivo
hay dos especies de actos, que llamamos corporales y espirituales:
éstos son los puramente mentales de pensar, juzgar, querer,
etc.; los corporales son los vegetales, vitales y sensibles; pero
estos últimos actos, aunque se exercitan en el cuerpo y con
el cuerpo, no pueden provenir radicalmente de éste, sino
deben provenir de otro entero principio que le hace vegetar, vivir
y sentir, será necesariamente el espíritu, el cual,
como inmaterial, no puede vegetar ni sentir materialmente, sino
vegeta y siente materialmente en el cuerpo que anima y
vivifica...»
.144
Aristóteles:
«La Metafísica que escribió y
enseñó Aristóteles, y fue
característica de la Escuela peripatética en tiempo
de Cicerón, no es la que pretendo yo justamente censurar y
desacreditar llamándola vana especulación del
peripatetismo por el que entiendo el peripatetismo reengendrado por
los árabes, y adoptado, sin la conveniente
expurgación, por muchos autores católicos. Este
peripatetismo ha corrompido no solamente las Ciencias, mas
también la buena elocuencia y la rectitud de pensar; y el
antiguo peripatetismo no producía estos efectos perniciosos;
pues según el espíritu con que Aristóteles lo
formó,... El peripatetismo de Aristóteles se ignora,
pues los escritos en que al presente desde los primeros meses de su
vida; mas los actos de su conocimiento son momentáneos;
porque las especies de los objetos se imprimen tan tiernamente en
su celebro, gestos y acciones»
. (Hervás
está observando los procesos de conocimiento en el
niño; y como la acción, el gesto y el objeto tienen
su efecto en el se contienen, fueron corregidos, alterados
añadidos). «Aristóteles,
claro en su Poética, Retórica, Política,
Ética y Física, es confuso e ininteligible en su
Metafísica. Su confusión no es solamente de
conceptos, mas también de palabras, interpretables para
decir lo que se quiera. Esta observación sola bastará
para demostrar en buena crítica la alteración o
corrupción que de la Metafísica de Aristóteles
nos consta por la autoridad de la historia... Esta, como se propone
con el nombre de Aristóteles, es Metafísica
corrompida; mas la corrupción no la ha desfigurado tanto que
la haya borrado, y ni aún obscurecido, todos los rasgos que
la hacen conocer por obra de mano maestra. Quedan aún en la
Metafísica de Aristóteles distinguibles y claramente
visibles algunas pinceladas que dio su verdadero autor, tomando los
colores prestados, como probaré después contra la
universal opinión que a Aristóteles concede los
hombres del primer magisterio de la Metafísica... Estas son
las ideas fundamentales y más claras de la Metafísica
aristotélica: con ellas su autor forma una fábrica
monstruosa de cosas sensibles e insensibles, materiales e
inmateriales, universales y particulares. El a cada momento hace
jugar dentro de su fábrica las ideas platónicas, los
números pitagóricos, y las extravagancias
físicas y metafísicas de Anaxágoras y de otros
filósofos... La Metafísica o no es de
Aristóteles, o se ha alterado notablemente, o es obra que
formó pescando algunas ideas que leyó en la
Metafísica de los Brakmanes Indostanos, y no supo digerir ni
ordenar para formar un mediano sistema o arte de Metafísica.
A esta última conjetura me inclino; la puedo demostrar muy
probable, y con el tiempo quizá pasará a evidencia,
si algún misionero evangélico del Indostan llega a
hacer un compendio claro y metódico de la metafísica
de los Brakmanes. En esta conjetura he indicado el origen de la
Metafísica griega, que, debiéndosele al
Indostán, falsamente se cree invención de
Aristóteles... En la dicha relación, el lector
fácilmente advertirá que en la metafísica
brakmana se contiene la doctrina fundamental de lo que en la
metafísica aristotélica se dice de la necesidad de
dudar par conocer la verdad, de la variedad y diferencia de formas,
de la división de las substancias en materiales y
espirituales, y de los términos metafísicos que se
explican en el libro IV de Aristóteles. Los Brakmanes, en su
Metafísica, usan el silogismo peripatético, como se
notó en el discurso sobre la Dialéctica; y en sus
definiciones y abstracciones usan de los géneros,
diferencias, universales, etc., según el método
peripatético... Porfirio elevó el grado sumo de
especulación la Dialéctica y Metafísica de
Aristóteles, y los Árabes inundaron estos dos
ciencias con un diluvio de ficciones mentales y de entes
fantásticos de razón.
Este era el estado
de la Metafísica aristotélica cuando apareció
en las Escuelas el Escolasticismo aplicado a la Teología, en
la que por necesidad se debieron introducir cuestiones que se
llamaban metafísicas, mas lo eran solamente de nombre, y en
la substancia una serie de especulaciones insubsistentes...
«No obstante el vicioso
metafísiquear de muchos filósofos y de algunos
teólogos, entre éstos en todos los tiempos no
faltaron algunos que combinaron la rectitud del pensar con la
agudeza de la especulación»
.145
Malebranche y Locke:
«Las obras de Malebranche están escritas
con metafísica delicada, de la que abusa algo para coartar
la libertad del espíritu humano y sus conocimientos
dependientes de los sentidos corporales... Locke, a mi parecer, no
era tan metafísico como Malebranche, cuyas obras tienen
ciertamente el mérito de haber allanado la doctrina de las
ideas; mas no las sublimes abstracciones que en ellas se hacen, que
para el verdadero filósofo es un caos que debe observar sin
pretender entrar en él, si no quiere hacer pensante a la
materia...»
.146
Descartes:
«A la verdad, se da idea más clara de la
naturaleza inmaterial del espíritu, por la opinión
que a éste supone en el cuerpo como al piloto en la nave,
que por la opinión que, haciendo al espíritu forma
sistancial del cuerpo, propone en este compuesto una sustancia
completa, actualmente existente».
147
«El gran nombre de Descartes hizo famosa la
extravagancia de su opinión física, que alojaba el
alma en la glándula pineal»
.148
«... no hay cosa de menos método que el
Método de Descartes,... que es una mezcla de moral,
física y metafísica, que no establece casi nada; mas
Descartes en su Método, que de metódico solamente
tiene el nombre, y en sus Principios filosóficos
presentó pensamientos prácticos que enseñaban
a raciocinar rectamente y allanaban el camino para formar el Arte
de pensar bien»
.149
«Quien estando para raciocinar sobre el asunto,
se propone desde el principio dudar de todo, con este
propósito o duda destierra de su mente todas las
preocupaciones que pueda haber concebido sobre tal asunto. Es
cierto que también desterrará las pruebas o razones
sólidas que pueda haber oído o formado sobre tal
asunto; mas luego que empiece a raciocinar como debe,
encontrará estas razones sólidas, y encontrará
puras y libres de toda preocupación. En este sentido
Descartes dudó de todo para pensar en la metafísica,
ética y geometría tan rectasmente como lo demuestran
sus excelentes producciones literarias, en las que Huet
criticó (no felicísimamente, a mi parecer) el sistema
de dudar que se propuso Descartes para hallar lo cierto y lo
verdadero»
.150
Condillac:
«Condillac dice así: "Si el infante
aprende y conoce analíticamente las cosas, este modo que el
infante naturalmente tiene, o usa, para conocer y perfeccionar su
conocimiento, convence que las ciencias se deben enseñar
analíticamente, y no sitéticamente"... El
método analítico es excelente para adquirir las
ciencias; mas Condillac confunde la adquisición de las
ciencias por enseñanza con la adquisición de ellas
sin enseñanza. Todas las ciencias se han adquirido sin
enseñanza, o se han inventado con el método
analítico; así el físico,... Con observaciones
semejantes de cosas particulares, Hipócrates
estableció sus axiomas médicos; Newton combinó
el sistema universal de atracción; Descartes hizo
adelantamientos en el Algebra, y cada día se van haciendo
nuevos descubrimientos en las Ciencias. Estas, pues, se adquieren y
se perfeccionaron con el método analítico, no se
enseñan con éste, mas con el sintético. Si las
ciencias se enseñaran con el método analítico
con que se hallaron, nada nos aprovecharía su hallazgo; y el
enseñarlas a los discípulos sería lo mismo que
obligarles a inventarlas de nuevo. El maestro que enseña
debe reducir a ciertos cánones o máximas breves todo
lo que ha encontrado por la observación... Si para
explicarse el artificio y el mecanismo de un relox se hubiera de
dar noticia de todas las ideas que precedieron y conspiraron a la
formación del relox, el simple conocimiento de éste
pediría muchos años. La lógica, pues, de
Condillac, en que para enseñar a pensar bien se prescribe el
dicho método analítico, no es dialéctica
filosófica, mas una indicación histórica de
una verdad notoria, o del modo con que el conocimiento humano ha
inventado y perfeccionado las Ciencias con tiempo, con
observaciones particulares y con gran fatiga; mas no es
lógica o arte para que las ciencias halladas se
aprendan...»
.151
Melanchton y Calvino:
«Los heterodoxos nos proponen por obras
fundamentales de su teología reformada los Lugares comunes
teológicos, de Melanchton, y las Instituciones de la
Religión Cristiana, por Calvino; pero estas obras no
merecerían ser nombradas en la historia teológica...
El elogio con que he leido muchas veces citarse tales obras por los
heterodoxos, excitó en mi la curiosidad de observarlas; y a
la curiosidad satisfecha sucedió la admiración, pues
me parece que si hoy se publicasen las dichas obras,
pasarían por producciones de un teólogo heterodoxo de
medianísima instrucción. En ellas Melanchton y
Calvino ponen un poco de lo dogmático, de lo
polémico, de lo místico y político; y Calvino
añade algo de historia eclesiástica, y se difunde
más que Melanchton en lo polémico. Pero todos estos
asuntos se tratan no como corresponde a un curso teológico,
sino a un catecismo difuso de las nuevas herejías, en el
faltan muchísimas cuestiones dogmáticas necesarias
para que el teólogo se instruya
fundamentalmente...»
.152
La actitud del historiador:
«Para escribir la historia no basta aprender
bien las ciencias y lograr por naturaleza y estudio la rectitud y
equilibrio de pensar y juzgar; es necesario también
desnudarse en todo efecto vil de pasión natural, y de falsa
devoción. El historiador debe ser un juez sabio sin padre ni
madre, sin patria, sin nación y sin fanatismo de
Religión. Dad una ojeada a las famosas y hallaréis
que en ellas, mucho más que en las antiguas, sobresalen los
vicios de la lisonja a los Príncipes, de la vana competencia
por la gloria de las naciones, y de la falsa devoción y el
espíritu vano de Religión, y de notoria
impiedad»
.153
«No hay cosa que tanto haga prevaricar a los
historiadores como el fantismo por la Religión; a
éste se deben atribuir la facilidad con que algunos autores
católicos han adoptado relaciones fabulosas, y la falsa
crítica con que comúnmente los católicos
obscurecen las verdades más ciertas»
.154
Gratitud a la antigüedad, mas no inmovilismo:
«Funestos efectos ha causado en casi todas las ciencias el respeto supersticioso a la antigüedad. La Filosofía se resiente aún de los estragos que en ella ha hecho por tantos siglos la fanática idolatría del peripatético Arabismo; aunque ya ha destruído, felizmente, el ídolo y el templo de la supertición arábiga. El matemático, que ha enriquecido su ciencia con innumerables invenciones útiles e ingeniosas, y pretende presentarla casi toda nueva a la crítica de los literatos, no se determina aún a abandonar el método que Euclides observó en sus elementos matemáticos, o por respeto a su antigüedad, o porque el influjo misterioso de ésta hace que su mente desconfíe de hallar método mejor. El teólogo, que se declara violento y estrecho entre los límites que al estudio y método teológico prescribió el Maestro de las Sentencias, por respeto a la antigüedad, que juzga demasiadamente sagrada, no se atreve a traspasarlos. El canonista conoce y publica la ignorancia o falsedad de las colecciones de Isidoro Mercator y de otros Colectores, y no las abandona; y el jurista, últimamente abomina el método y las muchas leyes del Derecho romano, y no dexa de estudiarlo. La antigüedad pide gratitud de voluntad, mas no ceguedad de entendimiento. Nuestros mayores, insignes por el magisterio de las ciencias, son dignos de nuestro agradecimiento y alabanza, porque nos abrieron el camino para las ciencias; mas no fueron Doctores celestiales que siempre nos condujeron a la verdad, que muchas veces no supieron encontrar, o hallaron útil solamente para ellos».155 |
Preocupación por la salud infantil:
«A la historia de la Medicina y a la vida del Hombre haría servicio ventajosísimo el Gobierno público que diese providencia para que los Médicos y Párrocos notasen exactamente todas las particularidades que son necesarias para formar cálculos económicos de la vida humana. Asimismo con estas observaciones el Gobierno público y los Médicos adquirirán luces para conocer y saber los tiempos y causas de las desgracias de tantos infantes como perecen; y el conocimiento de ellas servirá para dar las providencias y remedios convenientes».156 |
«Tiene que atender (la madre) con particular
cuidado a su salud... Pues de esta depende no solamente su vida
corporal sino también la corporal y espiritual del
infante...»
.157
«... y muchas suelen ser las personas
defectuosas o poco sanas por el tosco manejo... Estos casos
experimentales y la razón piden, que el Gobierno
público piense en perfeccionar el arte obstetricia dotando
cátedras y abriendo escuelas
prácticas...»
.158
«La institución sola de escuelas del arte
obstetricia puede remediar tantos males;... Porque las escuelas
prácticas que del arte obstetricia se abren continuamente en
Hospitales y Universidades Europeas, dan a entenderla común
necesidad que hay de promover dicho
arte...»
.159
Preocupación social:
«... pide y aconseja la fundación de casas públicas de parto, por «motivos de salubridad» y por otros superiores, que consisten en ocultar mugeres solteras, en librarlas de la infamia, socorrerlas en su extrema necesidad. Las casas (públicas) deben servir también para hijos de gente pobre que les pueden mantener. Y el derecho natural y la sociedad humana pide que se provea a la necesidad de tales madres e hijos,... La providencia legislativa la debe preveery remediar».160 |
«La importancia de la sanidad y vida de los
infantes merecería que se estableciesen, una Academia, que
atendiendo solamente a sus enfermedades, prescribiese
métodos fáciles y populares que se hiciesen comunes a
la nación para educar bien a los infantes en orden a lo
físico. En esta Academia debían estudiar los
Médicos, destinados únicamente para curar
niños, con buenos salarios, y conjuramento de no recibir
agasajo ni cosa alguna por las curas, y con esta providencia, los
pobres los llamarían en todas las enfermedades de sus
hijos»
.161
Los derechos humanos; la tortura y las prisiones:
«Parte principal del código legal de una Nación son las Leyes criminales y económicas, cuyo verdadero espíritu procuraré declarar brevemente con las siguientes refexiones: El delito pide castigo, como el mérito pide premio; mas al paso que en las nuevas leyes falta la generosidad para premiar, crece la inhumanidad para castigar. ¿Qué significan tantas cárceles, tantos hierros en ellas, tantos carceleros, alguaciles, guardianes, y tanto número de personas destinadas para fomentar la ferocidad y dar desahogo infame a la crueldad de legisladores inhumanos? Hay delitos que merecen la muerte de los delincuentes; pero, a la luz de la razón son de poquísimas especies, y para momentánea habitación de estos pocos reos sirve el estrecho recinto de las cárceles; mas para los demás reos fulmínense castigos dictados por la prudencia y humanidad: sean castigos que no dexen inútil al castigado, y compatibles con la utilidad que éste, después del castigo, puede dar a la sociedad. Los niños en las escuelas no se afligen con el castigo que les impida el estudiar, porque entonces el castigo causaría más daño que provecho: asilos hombres se castiguen con penas que sean momentáneas y no los hagan inútiles, o que sean compatibles con el exercicio necesario para ganar su vida. Se conmueve y se estremece aún lo más íntimo del espíritu al ver que, según las leyes que llaman racionales, un artesano constituido voluntariamente, o por desgracia, en impotencia física para pagar a su acreedor, se sepulta vivo en un calabozo y se carga de hierros para que enferme, o muera en la inacción, horror y miseria. Las cárceles, inventadas para que en ellas momentáneamente se depositen aquellos pocos delincuentes que la justicia sacrifica como víctimas para el escarmiento público, son hoy posadas comunes de inhumanidad. En ellas, la inacción, la miseria y el hedor quitan o abrevian la vida de los encarcelados. Limitadísimas son las vistas de la legislación presente, que no ha sabido encontrar el modo de castigar al artesano en su tienda o taller, y al labrador arando... Vístanse, los legislagores de humanidad, y ésta les suministrará castigos útiles y racionales en lugar de hediondos calabozos, pesados cepos y cadenas, y crueles tormentos. Parece que ya empiezan a descubirse luces de humanidad en el horizonte europeo, que por tantos siglos ha estado tan tenebroso; mas la hermosa aurora de esta nueva luz no se aclara; aún dura la fiera e impía costumbre de comprar la confesión del reo con sus tormentos. Invención más de fieras que de hombres, porque la fiereza y no la racionalidad pudo inventar un medio tan desproporcionado a su fin como propio de la crueldad más bestial. Aún de la tenebrosa hediondez de los calabozos se oyen salir gemidos o lamentos de personas desesperadas...».162 |
Elogio a la cultura china:
«En el Imperio Chino, Cosmopolita mío, no
se conocen los libros dialécticos, ni los
metafísicos; los innumerables que han escrito los griegos,
árabes y europeos, llevados a la China, se tendrían
en ésta por delirios de hombres por la naturaleza destinados
para vivir solitariamente ocupados con sus pensamientos. "El grande
y único medio que en la China conduce a las riquezas, a las
honras y a los empleos, dice un célebre escritor, es el
estudio de los libros de Confucio, de la historia de las leyes y de
la ética..." Según esta descripción del estado
de las ciencias especulativas, y de la retórica entre los
chinos, deberás inferir, Cosmopolita, que aunque
éstos, desgraciadamente, carezcan de obras tan elocuentes
como las de Demóstenes, Cicerón,... pero
afortunadamente, no conocen ninguna de las innumerables obras que
con viciosa elocuencia y especulaciones vanas corrompen la buena
manera de hablar y pensar. Además de los libros
retóricos, dialécticos y metafísicos faltan
también en la China los libros de sistemas físicos...
Esta es la simplicidad de las ciencias que hay entre los chinos, en
las que el Gobierno, según las leyes y costumbres del
Imperio, premia solamente los progresos útiles, y desprecia
los libros que inútilmente se escriben de astrología
judiciaria y de historia de tiempos
fabulosos»
.163
No existen sinónimos perfectos en las lenguas:
«La impropiedad con que muchos hablan o escriben
una lengua, y el abuso poético en sustituir para la cadencia
y consonancia de los versos las palabras que falsamente se llaman
sinónimas, hace que las lenguas se llenen de palabras
inútiles, o que perezcan las útiles, y que se
disminuya el número de ideas en los que las hablan. Por
ejemplo: en la poesía fácilmente se usarán
como sinónimos las palabras enfadado, enojado, airado, que
ciertamente no lo son; porque, aludiendo a una misma cosa, la
expresan con tres ideas diferentes, que hacen enfático y
eficaz el discurso. Así hablando yo con un discípulo,
le puedo decir: "Por tu mal proceder estoy enfadado, enojado y
airado contigo". Asimismo, no son sinónimos los seis verbos
entender, conocer, concebir, comprender, pensar, conceptuar; los
cuales, bien usados, excitan seis ideas diferentes. La falsa
persuasión de haber sinónimos en las lenguas es causa
de perecer muchas palabras de ellas, y de no crecer en nosotros el
número de ideas. Estas crecen inmensamente con el trato
civil, si la lengua que se habla abunda de palabras para
significarlas»
.164
Idea de cómo se pobló el continente americano:
«Pocos años después del descubrimiento de América se descubrió el estrecho de Anián; y el descubrimiento de este estrecho mostraba claramente cómo se pudo poblar fácilmente la América. Este estrecho, nuevamente observado, se ha hallado tener de largo solamente trece leguas, y menos de treinta brazas de profundidad: está helado la mayor parte del año y sembrado de islas, por las que en todo tiempo, como sobre el yelo en tiempo de invierno, se pasa breve y fácilmente desde Asia a América... Mas la historia natural de los animales ha hecho observar que no todos los que hay en América pudieron pasar a ésta por el estrecho de Anián, porque la naturaleza de algunos no puede resistir al gran frío que hace en la longitud de 66 grados, a que corresponde el dicho estrecho; y, por tanto, ellos debieron pasar a la América pro sitios calientes o de menor latitud. La población de la América meridional no se hizo ni se pudo hacer por medio del estrecho de Anián; sus primero pobladores debieron pasar, y pasaron probablemente, desde África...»165 |
Pluralidad de mundos en la inmensidad del cosmos:
«Si vana es la curiosidad de los
terrícolas, que desean conocer en la región
estrellada lo que siempre ignorarán, temerario es el
atrevimiento de los que afirman que en ella no existe lo que el
Omnipotente puede haber hecho. ¿Juzgarán estos
terrícolas que solamente para deleitar su vista se han
criado esos inmensos cuerpos que publican la Omnipotencia, Sabidura
infinita y Gloria del Hacedor? Innumerables Soles, cuales son esas
brillantes estrellas, ¿se criaron y consagraron a la
diversión de pocos racionales existentes en el
pequeñísimo globo terrestre? Tantos de desmesurada
grandeza, inagotables manantiales de inmenso resplandor, ¿se
criaron solamente para que fuesen vistos como puntos luminosos o
indivisibles por los terrícolas? ¡Oh, criaturas
racionales,...; no os atreváis a limitar su poder infinito a
la sola creación de vuestras especies; no le neguéis
la libertad de haber repartido por espacios (cuyos términos
la criatura nunca hallará ni conocerá) innumerables
mundos de habitantes inteligentes que le adoran, sirvan, amen y
glorifiquen eternamente...»
.166
Una vez realizado un breve recorrido por su pensamiento, ideas, creencias y opiniones, resulta oportuno lanzar la pregunta: ¿Hervás es o no es tradicional?
Marcelino Menéndez y Pelayo encuentra en el pensamiento de Hervás el apoyo incondicional a la doctrina cartesiana, combinada con reminiscencias de Vives, Gómez Pereira y otros filósofos Ibéricos...167
Gumersindo Laverde
Ruiz escribe: «Con Jovellanos concuerda
en el fondo el esclarecido jesuita Don Lorenzo Hervás y
Panduro, padre de la Lingüística y de la
Etnografía, metafísico, fisiólogo,
astrónomo e historiador doctísimo, uno de los hombres
más sabios que ha producido Europa, según acredita su
Analisi filosófica-teológica della natura della
caritá, su Idea dell'Universo y otras muchas obras, casi
todas compuestas primeramente en Italiano. Desmembrado de la
segunda, publicóse en castellano El Hombre Físico
(Madrid, 1800), que es un profundo tratado de fisiología y
psicología lleno de pensamientos harto notables cada uno de
por sí, mucho más considerándolos reunidos y
eslabonados»
.168
Agrega: «Registrando despacio las bibliotecas, acaso
daríamos con otros autores de la misma época y
nación igualmente influidos por el espíritu
tradicionalista que en Pereyra, Vernei, Pérez y
López, Jovellanos y Hervás se manifiesta de un modo
inequívoco»
.169
A estas opiniones,
el presente estudio incorpora un aspecto distinto, proviniente de
una perspectiva histórica posterior, donde se destacan las
características precursoras de su pensamiento, en cuanto que
Hervás se adelanta a las doctrinas
sociológico-educativas que tanto imperarán durante el
siglo XIX; dirá: el objeto fundamental de la
educación es hacer de los hombres «honrados ciudadanos»
170
-perfección intencional de sus facultades-, de ahí su
concepción universal de educación -«La existencia y perfección de las
ciencias y artes no se logrará jamás sino hay
muchedumbres de hombres»
171
(concepción no burguesa del derecho a la educación
frente a la que defendían los filósofos
revolucionarios-), donde el deber de la sociedad será
proporcionar los medios necesarios para que sea posible esa
muchedumbre de hombres y la perfección intencional de sus
facultades, lo cual incidirá en la «felicidad de la sociedad»
.
Está haciendo Hervás un planteamiento
ético-político semejante a Locke, Hobbes
(filósofos contemporáneos aplaudidos); aunque con
distinto origen y dirección surge en ellos la necesidad de
una sociedad que proteja y tutele los derechos naturales y
fundamentales del individuo.
También nos sorprende Hervás con su aguda visión y especial conocimiento de dos temas pedagógicos: el de la educación femenina (su derecho a ella y al trabajo)172 y el de los sordomudos. Con respecto a la primera nos asombra con la sólida formación intelectual que propone para la mujer, así como el cuidado con que defiende sus características específicas. La clave de su acierto es debida al concepto tan claro y equilibrado que ha desarrollado de la mujer, proviniente de sus finas observaciones psicológicas y de su filosofía cristiana.
Con respecto a los sordomudos y debido a su orientación humanista; obliga a variar los métodos de enseñanza (tanto en lo particular como en lo general) y a cambiar la relación personal; basado todo ello en una exigencia de conocimiento, respeto, esfuerzo y comprensión.
No se olvida su preocupación por la salud en el niño y la valiente defensa de los derechos humanos de los encarcelados, incluso con miras a la reinserción social.
En la Idea del Universo (obra enciclopédica de veintiún volúmenes, donde los ocho primeros constituyen la Historia de la vida del Hombre) Hervás analiza minuciosamente al hombre desde su concepción hasta su muerte.173
De ésta extensísima obra se expondrán algunos aspectos que completan y dan cuerpo a su importante aportación educativa -concepto educativo, campos que debe abarcar la acción educativa, método silábico para la enseñanza de la lectura, la transcendencia del juego, etc.-, antes de entrar en la descripción de los dos temas fundamentales en su quehacer educativo: La educación femenina y la educación de deficientes.
Para Hervás
la educación debe ser una parte integrante de la
política: «Siendo las primeras
escuelas esencialmente necesarias para que los infantes sean
miembros útiles y civiles de la sociedad humana, toca al
Gobierno público su fundación en todo país
habitado, para que todas las clases de la República puedan
aprovecharse de un bien, que debe ser
común»
.174
Se preocupa en
todo momento de la educación como remedio de males sociales:
«El lustre de una nación se funda
en la civilidad de sus nacionales; y está ciertamente es
correlativa del número mayor o menor que en ella hay de
escuelas públicas de leer y
escribir»
.175
Así la buena educación individual (germen de la felicidad personal) transcenderá a la común de la familia y a la sociedad a la que pertenece.
Hervás se alinea con los que consideran que debe «dirigirse» el proceso educativo (y como Quintiliano preconiza el arte de dirigir la educación), para adecuarla a unos fines que la propia razón irá descubriendo, conforme se va desarrollando con la ayuda del educador -fines que no se opondrán con la esencia del educando y el buen uso de la razón-.176
Mantiene
una-posición optimista en las posibilidades educativas:
«La educación civil es la
religión profana de la sociedad
humana»
.177
Se adelanta a Herbart en la idea de la formación del carácter moral y social, así como en la necesidad de elaboración de un método de enseñanza sistematizada; como lo demuestran:
a) Su preocupación por la selección de lecturas clásicas donde encontrar ideas morales y civiles.
b) El poner en verso castellano las reglas de Nebrija, sobre géneros, pretéritos y supinos.
c) Y sobre todo al estructurar la educación en física, moral y científica.
«La educación de los infantes de uno y
otro sexo, se puede reducir a tres ramas, que son educación
física, educación moral y educación
científica»
.178
Educación física179
Considera que es la primera que se debe ejercitar con los niños, pues es el mismo orden en que actúa la naturaleza.180
En la educación física de los infantes incluye alimentación, descanso, salud y vestido.
«La educación física del Hombre en
la niñez pide, que a los niños se prescriban reglas
prudentes en orden a dormir, comer, beber, estudiar, vestir,
descansar, y demás exercicios que tienen relación con
la sanidad corporal»
.181
«¿Por qué, no se dexa a la
naturaleza que obre libremente? ¿Seremos tan irracionales,
que queramos corregir las obras de la
naturaleza?»
.182
Nos sorprende Hervás con los siguientes razonamientos:
«La causa y el fin de todo juego y
diversión en los infantes, son el movimiento del cuerpo y de
todos sus miembros. Este movimiento es un efecto natural de la
constitución física..., por tanto irracionalmente se
pretende que los infantes estén
quietos»
.183
«El obrar de la naturaleza en los infantes nos
dice: que no se debe violentar ni obligar a los infantes a estar
quietos»
.184
Como si intuyera
que la actividad (sensomotriz) es el fundamento de la
maduración y el preámbulo del desarrollo
intelectual185.
Ahondando en este aspecto proseguirá su razonamiento:
«La educación física que
pertenece al cuerpo, abre el camino a la moral y
científica»
.186
Esta
abarcará dos campos, uno tendente a formar el
espíritu humano «según las
leyes y costumbres racionales de la crianza civil y
política»
187.Y
otra irá a formar al Hombre según las máximas
que dicta la razón.188
El primer campo corresponde a la educación civil, y el segundo a la educación moral.
Tres características definirán a la verdadera educación moral según Hervás:
I) La dependencia y conexión con la civil.
«La educación civil es la muestra
exterior de la verdadera educación
moral»
.189
II) La consideración de los primeros años de la vida del hombre como el mejor momento para su adquisición.
«La experiencia enseña, que la
educación civil se aprende solamente en los años de
infancia y niñez»
.190
III) La formación de la razón como el camino óptimo en el uso de la libertad.
«No se les cuente jamás fábulas,
ni romances ridículos; hágaseles obrar con absoluta
libertad, y desprecio de ideas falasas»
.191
Por último, y como consecuencia de todo ello es la consideración de la educación como un bien para el Estado.192
Ésta, estará constituida por aquellas ciencias que son aptas para la capacidad y madurez de los niños, y necesarias para la sociedad.193
Integradas principalmente por la Aritmética, Geografía y las lenguas.
«El estudio de las lenguas es propio de la
niñez, compendios históricos y geográficos,
breves y metódicos, según lo pide la tierna edad y
circunstancias»
.194
Hervás considera que se debe agrupar a los alumnos según las edades195, y que el horario escolar debe durar seis horas, tres por la mañana y tres por la tarde.196
Para la enseñanza de la lectura propone clases de quince niños197, y mediante el método silábico.198
También se
preocupa por los medios que facilitan el aprendizaje: «En las estancias que los niños estudian,
se divierten y suelen estar, se deben poner mapas y tablas
históricas»
.199
En su concepción educativa el maestro se encarga de observar el rendimiento escolar;200 mediante la realización de ejercicios comprobatorios cada quince días.201 La memoria ocupa un lugar importante como método de trabajo.202
«La emulación y las funciones
públicas son medios esencialmente necesarios para los
adelantamientos de los niños en las
ciencias»
.203
«Los maestros que todos los años exponen
a examen público sus discípulos logran que estos
estudien bien»
.204
El castigo:
Se plantea ya el
Abate la legitimidad del uso del castigo, y ante su uso expone:
«Solamente con los que lo merezcan; y
cuando se vean precisados a usarlo; dando al mismo tiempo clara
razón de su culpa, y de los motivos que asisten para
castigarlo contra su voluntad, aún con la mayor
repuganancia. No conviene castigar a los niños en el acto de
hacer alguna falta; porque se puede exceder en el castigo por
desfogar la ira o el enfado. Déxese pasar algún
tiempo... y castígueseles con paz... haciéndoles
conocer sus defectos, la causa de ellos, el motivo de desazones...
y otras cosas semejantes que convenzan su entendimiento, y hacen
útil el castigo. Con esto los niños conocerán
que quien les corrige... no es un tirano..., más un
Superior»
.205
El juego:
«Dad libertad a los infantes, dexadles jugar,
veréis que sus costumbres se manifiestan en el
juego»
.206
¡Este es otro de los aspectos que impresionan en la concepción pedagógica del Abate, su captación de la transcendencia del juego como motor de desarrollo infantil, físico y psíquico, así como elemento psicológico mediante el cual el niño se manifiesta espontáneamente, se abre al ambiente, madura su concepto de la realidad y el conocimiento de sí mismo!
«El juego sirve para descubrir el genio, la inclinación,... Y arrebatados con el gusto del juego, descubren lo que piensan, lo que desean y lo que son».207 |
Si la idea del valor educativo del juego la encontramos en educadores de la antigüedad (el estudio, advierte Quintiliano, se interrumpa con el descanso y la recreación)208, podemos decir que no se introduce sistemáticamente en la escuela hasta finales del siglo pasado con las primeras escuelas activas; pero sigamos reflexionando con algunas ideas de nuestro erudito, cien años anterior.
«La experiencia me había hecho conocer,
que convenía siempre tener ocupados a los niños en
las horas de recreacción: y por esto hacía que todos
jugasen,...»
.209
«Para ocupar la fantasía... y divertirlos con toda utilidad, hice que aprediesen el exercicio militar, en algunos días la comparsa militar se hacía con asistencia de los que sabían tocar instrumentos músicos. Estay otras idénticas las he insinuado para dar idea práctica de la manera con que consultando a la índole y constitución física de los niños, se debe procurar su divertimiento con ventaja del cuerpo y Espíritu».210 |
Recordemos que Andrés Manjón emplearía el mismo método del ejercicio militar en sus escuelas activas cien años después.
Método silábico para enseñanza de la lectura:
Comenta Hervás que el método de lectura alfabética lleva gran pérdida de tiempo, que se gasta en deletrear, y esa pérdida de años se evitarían con un método más natural y fácil de enseñar a leer; propone un método silábico, con el que un niño de cuatro años (a su parecer) aprendería a leer en dos meses.211
Dicho método consta de los siguientes pasos:
I.- Enseñanza y pronunciación de las vocales; a, e, i, o, u, cuyos nombres serán acentos simples, que se pronunciarán del mismo modo solas que acompañadas de otras letras.
Ejemplo: El conocimiento simple de las vocales permitirá a un niño leer la palabra oía.
II.- Enseñanza y pronunciación de las sílabas de dos letras; ba, be, bi, bo, bu, y de tres letras como bla, ble, bli.
III.- Dicho método se ordenará poniendo primero todas las sílabas de dos letras; después las de tres letras. También las sílabas se ordenarán según los órganos de emisión y seguirán el siguiente orden:
Labio, dientes, lengua, paladar y garganta.
Ejemplo: Las letras b, m, p, labiales; son las más fáciles de pronunciar, por lo que se enseñarán las primeras.
-
Ensayo practico del método silábico propuesto por Hervás
- Vocales
- menores (a, e, i, o, u,)
- mayores (A, E, I, O, U,)
- Silabario de consonantes labiales:
- ba, be, bi, bo, bu,
- Ba, Be, Bi, Bo, Bu,
- ma, me, mi, mo, mu,
- Ma, Me, Mi, Mo, Mu,
- pa, pe, pi, po, pu,
- Pa, Pe, Pi, Po, Pu,
- fa, fe, fi, fo, fu,
- Fa, Fe, Fi, Fo, Fu,
- Silabario de consonantes dentales:
- da, de, di, do, du,
- Da, De, Di, Do, Du,
- ta, te, ti, to, tu,
- Ta, Te, Ti, To, Tu,
- Za, Ze, Zi, Zo, Zu,
- Silabario de consonantes lenguales:
- la, le, li, lo, lu,
- La, Le, Li, Lo, Lu,
- Lla, Lle, Lli, Llo Llu,
- na, ne, ni, no, nu,
- ña, ñe, ñi, ño, ñu,
- ya, ye, yi, yo, yu,
- sa, se, si, so, su,
- Silabario de consonantes palatinas:
- Ka, Ke, Ki, Ko, Ku,
- que, qui,
- ca, ce, ci, co, cu,
- Silabario de consonantes guturales:
- ga, ge, gi, go, gu,
- ja, je, ji, jo, ju,
- Sílabas aspiradas:
- ha, he, hi, ho, hu,
El silabario de tres letras llevaría el mismo orden que el de dos letras.
Este método silábico es el que se ha venido utilizando en nuestras escuelas durante muchísimo tiempo, a pesar de los grandes inconvenientes que presenta, pero cuando lo propuso Hervás suponía un paso hacia adelante con respecto al método alfabético, y faltaban cerca de ciento veinticinco años, para que se descubriese la función globalizadora en la percepción del niño, que viene a significar que su conocimiento primordial no es analítico, sino globalizador.212
Conviene citar, que uno de los principios que los jesuitas, y concretamente Hervás aplicaron sistemáticamente en sus colegios, fue el de la continuidad y concentración; donde éste último término venía a constituir el elemento unificador de las actividades escolares (las clases de «poesía» y «retórica», con su carácter dominante unificaban toda la enseñanza).
La enseñanza de la escritura:213
Principios que hay que tener en cuenta en la enseñanza de la escritura, propuestos por Hervás:
I.- Reglas posturales para escribir.
II.- A los niños se les deberá enseñar primero a hacer líneas derechas, después se mezclarán con semicírculos, y por último círculos, así se ejercitan en practicar los elementos comunes de las letras.
III.- Partidario de la letra redonda, por ser más semejante a la que se escribe.
IV.- La forma de la letra debe de ser una sola, y la mejor es la que más se asemeja a la que se imprime, tacha de inútil el enseñar variedad de letras.
V.- Preocupación por la buena pronunciación.
VI.- Preocupación por la ortografía.
Después de haber expuesto estos principios sobre la enseñanza de la escritura, vamos a destacar tres aspectos no señalados en ningún estudio anterior sobre el ilustre jesuita:
a) Hervás es el primero en aconsejar ejercicios de preescritura, como elemento madurativo y motriz anterior al aprendizaje de la escritura.
b) Tradicionalmente se viene sosteniendo que Dottrens es el primero y un cuarto de siglo después que, Ferriére fundará en 1899 en Ginebra el Bureau International des Ecoles Nouvelles (B.I.E.N.) en proponer la escritura scrip, por tener la ventaja del trazado simple, basado en rectas y círculos, que ayudarán al niño en el reconocimiento, porque sus signos son muy similares a los de la imprenta.
Ahora descubrimos, que con más de un siglo de anterioridad fue propuesto por el ilustre jesuita, como demuestra el presente estudio.
c) También
parece intuir Hervás que, el lenguaje es un indicador de un
«proceso mucho más
complejo»
.214
«La lengua es el instrumento sensible de la
racionalidad del niño»
.215
Para finalizar este apartado, diremos: que si bien es obligatorio hablar de estilo tradicional en la concepción pedagógica de Hervás -métodos, organización, etc.-, también debemos considerar que se trata de un hombre del siglo XVIII, y la historia de la educación no se basa en revoluciones fantásticas, sino en un proceso continuo de descubrimientos y aportaciones, donde el ilustre jesuita Lorenzo Hervás y Panduro, ocupa un pilar importante, a pesar de su olvido en el campo pedagógico.
Al hablar de las características generales del siglo XVIII, y hacer mención a la situación de la mujer, comentábamos que padecía resignadamente una posición humillante en la sociedad española. Veíamos como Hervás se convertía en uno de los precursores del pensamiento «femenista» ilustrado, debido a su preocupación por dar a la mujer una mayor dignidad mediante la educación y la estabilidad social. Nos asombraba la sólida formación intelectual que proponía para la mujer, así como las precisas observaciones psicológicas sobre sus características.
Con las siguientes razones defiende el Abate la necesidad de la educación femenina:
- Porque por naturaleza la mujer es la primera educadora del hombre (reconocido por el Derecho público).
- Porque en la madurez deban desempeñar el papel de educadoras y administradoras.
- Porque viven con los hombres, y forman con ellos la sociedad doméstica y civil.
- Porque constituyen las compañeras racionales de los hombres.
- Para que puedan ocupar su tiempo de ocio y hagan más agradable su soledad.
- Para que puedan formar parte activa en cualquier conversación.
- Porque lo pide no sólo la razón, sino la Religión, y los derechos de la sociedad humana.
Este es su discurso:
«La primera educación del hombre está encargada a las mujeres; esto es, se fía y se abandona totalmente a personas que comúnmente no la tienen. Este punto, por la suma importancia de sus consecuencias, merece particular reflexión... ¿Y quién podrá dudar que son rarísimas las mujeres que han tenido la educación civil y moral que se necesita para que la puedan dar a sus hijos? Con todo eso, a las mujeres se fía la primera educación de ellos, porque les toca por naturaleza, y el Derecho público se la concede; más la razón y la Religión enseñan que las mujeres, para satisfacer a este derecho natural y humano de dar la primera educación a sus hijos, ellas deben ser capaces de darla; y no podrá ser capaz quien no la ha tenido, has mujeres hacen la mitad del género humano, con cuya educación se descuida la de la otra mitad?. Las mujeres, no menos que los hombres, tienen necesidad de educación civil, moral y científica, no solamente porque deben darla a sus hijos en los primeros años, y porque en la viudez hacen el oficio de padres, sino también porque han de vivir entre los hombres, y formar con ellos la sociedad doméstica y civil. Los maridos necesitan que sus mujeres tengan perfecta educación civil y moral y alguna instrucción científica, si han de vivir con ellas en compañía racional. No menor necesidad de alguna instrucción tienen las mujeres, si no quieren pasar la vida como papagayos en las ventanas. Una señora que se crió sin instrucción, y no tiene necesidad o genio de trabajar, deberá forzosamente estar muchas horas en su casa con la misma impaciencia con que un papagayo está encerrado en la jaula; porque no podrá hacer uno de los libros, o no hallará gusto en su lectura, que hace dulce la soledad; y es el único recurso para divertir el ocio, siempre dañoso. La lectura de buenos libros afianza las máximas de la educación civil y moral, y dala instrucción que el comercio humano pide en las mujeres para que pueda seguir un discurso racional, y no mudarlo en cda momento, o hablar cosas ridículas, porque su mente no se ha formado ni fecundado de noticias útiles... Por esta razón, y porque las mujeres, que han de ser las primeras maestras del hombre, deben necesariamente tener alguna instrucción, la razón, la Religión, y los derechos de la Sociedad humana piden que todas ellas en su infancia sean instruidas en escuelas públicas, o Monasterios, según la clase de sus respectivos estados,...».216 |
Atacará posteriormente el Abate la absurda convicción de que para la educación femenina es suficiente, con tener conocimientos elementales de música y danza, algunas normas de cortesía, poder dialogar superficialmente sobre modas, bailes y costumbres sociales, acompañado de un mal dominio de un idioma.
«La ignorancia popular, que con detrimento y afrenta de la Sociedad civil se ha entronizado en los palacios, tiene el día de hoy por únicas prendas de una doncella el cantar medianamente, tocar mal un instrumento músico, bailar cuatro minuetos, hacer algunos cumplimientos afectados, hablar de modas, vestidos, carrozas, etc., y saber mal una lengua extranjera, que para ninguna necesidad ni diversión la aprovecha. Si una señorita que se ha de casar tiene estas solas habilidades, en el tribunal de la ignorancia popular se juzga adornada de todas aquellas buenas cualidades... ¿Qué culpa tienen las mujeres de este error de los hombres, que asilas quieren y así las buscan y reciben, sin reflexionar que introducen para cabeza de la familia y compañeras suyas unas personas sin cultivo del ánimo, y sin más instrucción que la que se puede dar a un canario, papagayo o mono para que diviertan con su canto, habla y acciones? Son los hombres causa de los desastres de sus casas; no se deben lamentar de ellos, ni esperar remedio alguno mientras no se mude el sistema actual de educación de las niñas y se introduzca el que prescribe la recta razón».217 |
Para ello, propone Hervás las siguientes disciplinas para la mujer:
- Instrucción científica y económica.
- Historia.
- Geografía.
- Ética (en los últimos años de la niñez).
- Economía y administración doméstica (cultivo de tierras, cosechas de frutos, gastos y rentas).
- También se podría añadir: Principios de Dialéctica, Jurisprudencia nacional y Religión en extenso.
Dichas materias se deberán impartir en colegios y escuelas públicas para niñas (no olvidemos que el Abate defiende un concepto universal de educación), mediante personas capacitadas para ello.218
La educación de la mujer en la niñez comprendería idénticas disciplinas que los niños:
- Instrucción moral y civil.
- Estudio de aquellas ciencias convenientes a la edad.
- Adquisición de las actitudes propias de las personas civiles. Posteriormente la mujer se formará con aquellas ciencias relacionadas con las aptitudes e inclinaciones.219
Evidentemente, no podía escapar a este espíritu ilustrado, la injusta situación de la mujer, y la forma más correcta de desterrar en ella los prejuicios, la superstición y la ignorancia, era con el mismo vehículo que se había propuesto para el resto de la población: La educación.
Y si este era el objetivo más importante a conseguir en la mujer mediante la educación, no hay que olvidar que ya hay latente en el Abate, la necesidad de distribución de empleos entre hombres y mujeres.
Hagamos un poco de historia sobre la educación de los sordomudos, hasta la aparición en el campo de la educación especial de Lorenzo Hervás y Panduro.
Así, en el siglo XVI conocemos la existencia del benedictino Fray Ponce de León, que enseñó a hablar a los sordomudos, como lo certifican Ambrosio de Morales y Fray Juan de Castañiza, quien agrega que examinó algunos borradores de su método, pero se desconoce cualquier escrito de Fray Ponce.
Seguidores del benedictino fueron Manual Ramírez de Carrión, que también se dedicó a la práctica de la enseñanza, mientras que el teórico Juan Pablo Bonet publicó el primer libro sobre la enseñanza de los sordomudos; cuyo título fue: Reducción de las letras y arte de enseñar a los sordomudos, y que contiene los métodos de Ramírez de Carrión.
Desaparecidos Ramírez, Bonet y Castro a principios del siglo XVII, España se quedó inactiva, mientras en otros países europeos se adaptaban las orientaciones de la escuela española de educación de los sordomudos, consiguiendo grandes progresos.
En Holanda se distinguieron Van Helmont y J. Conrado Ammán; en Inglaterra John Bulwer y John Wallis; en los Estados Unidos Felipe Nelson, en Francia el obispo de Ginebra San Francisco de Sales, en Alemania Samuel Heinick que fundaría la primera escuela alemana de educación de los sordomudos.
Jacobo Rodríguez Pereira pretendió reestablecer en Cádiz la escuela de Fray Ponce de León, pero debido a la falta de colaboración se marchó a Francia, donde bajo la protección de Luis XV ideó el método oral, pero se obstinó en guardar secreto sobre su sistema.
Por estos años trabajaban también en Francia Ernaud y el abate L'Epée; si el primero practicó la articulación y la lectura labial con ánimo de proscribir la dactilología, el segundo inventó el sistema de signos metódicos y eclipsó, el método oral. Fundó L'Epée una escuela pública y gratuita en París en 1755, llegando en 1783 a sesenta y ocho discípulos.
Muy avanzado el siglo XVIII entra en escena Lorenzo Hervás y Panduro, que hace resurgir (debido a su dedicación) la educación de los sordomudos en España, al mismo tiempo que elaboró un nuevo método de enseñanza contenido en una obra en dos tomos titulada: Escuela española de sordomudos, y publicada en Madrid en 1795.
Ahora iremos comentando los distintos capítulos de este primer tomo -más teórico-, para posteriormente analizar el segundo, con una visión más global, ya que sus contenidos prácticos (donde aparece el método de educación utilizado por Hervás) así nos lo recomiendan.
Capítulo I.- Los sordomudos deben ser objeto de la mayor compasión y cuidado, a la santa religión y a la sociedad civil.
Copia de un alfabeto dibujado en Roma el 10 de agosto de 1783, por el sordomudo Ignacio Puppi, de 13 años de edad, discípulo de Hervás.
En este capítulo se preocupa Hervás por el sentimiento de aislamiento que caracteriza al sordomudo, sentimiento que provendrá de la incapacidad de expresión oral y de la ansiedad que provoca el no entender a los demás. También incidirá Hervás sobre el deber que tiene la sociedad de proteger y atender a estos miembros de la misma.
Vemos otra vez aflorar en el Abate el espíritu humanista, que le llevó a la defensa de los derechos del niño, de la mujer y del preso, y que ahora se dirige hacia derechos de los sordomudos, como miembros útiles de la sociedad.
Capítulo II.- Causa de la mudez en los sordomudos: si de éstos nace ahora mayor número que en tiempos pasados, y remedios medicinales contra la sordera natural.
Hervás nos expone en este capítulo la verdadera causa de la mudez; la falta de audición. Después atiende a los remedios medicinales contra la sordera natural y se somete a los publicados por el médico Pedro de Castro.
Capítulo III.- Fenómenos de mudez y de habla, cuyo conocimiento sirve para descubrir y remediar las causas de la sordera en los sordomudos.
El Abate llega a apreciar que la obstrucción del conducto externo del oído y la lesión en el tímpano no impiden, totalmente, la audición, que se puede realizar a través de los huesos del cráneo.
Capítulo IV.- Ideas morales, civiles y gramaticales que tienen los sordomudos que no están instruidos.
Artículo 1.º.- Ideas morales y civiles de los sordomudos.
Artículo 2.º.- Ideas gramaticales de los sordomudos.
Apartado I.- Origen del género gramatical en los nombres y verbos. Efectos del uso de los pronombres en tiempo de la ignorancia.
Apartado 2.- Número y casos de los nombres: su origen e idea que de ello forman los sordomudos.
Este capítulo contiene las bases teóricas del método de enseñanza de Hervás y que provienen de precisas observaciones psicológicas y filológicas.
Recordemos algunas de estas observaciones:
1) El sordomudo sin instrucción llega a adquirir por el mismo idea (arcaica) de la bondad y malicia moral. En cambio ignora las ideas civiles.
2) Para educar a los sordomudos debe emplearse el método analítico.
3) El sordomudo llega a adquirir una perfecta idea mental de los objetos que le son sensibles.
4) Los sordomudos tienen ideas gramaticales, pero éstas son únicamente mentales -frente a nuestras ideas gramaticales que además son verbales-, por lo cual tienen perfecta idea del adjetivo y del verbo (pretérito, presente y futuro), en cambio es difícil que entiendan los géneros en los nombres (el ejemplo utilizado por Hervás es el de los nombres diente y colmillo como masculino, y muela como femenino), verbos sustantivos y verbos auxiliares.
Capítulo V.- Variedad de señales externas con que el hombre impelido de la naturaleza o dirigido por la razón puede declarar exteriormente sus actos mentales.
Artículo 1.º.- Es sumamente difícil al hombre, o quizá imposible, la invención de cualquier idioma perfecto: el vocal es más difícil de inventar que el de vista.
Artículo 2.º.- Pronunciación de las sílabas y aplicación de éstas para significar los actos mentales. Es imposible a la humana industria la invención del idioma vocal. Diferencia de las pronunciaciones en las lenguas que se hablan.
Artículo 3.º.- Idiomas que se hablan y escriben, sus tonos y acentos.
Artículo 4.º.- Formación de palabras y sus calidades gramaticales. Nuevas dificultades sobre la invención humana de las lenguas.
Artículo 5.º.- Idiomas que se pueden hablar sin ningún movimiento de la lengua.
Artículo 6.º.- Idioma de los ventrílocuos o idioma vocal con la boca cerrada.
Artículo 7.º.- De los engastrímitos, llamados pitones en las historias antiguas.
Artículo 8.º.- Idiomas de vista.
Sección I.ª.- Idiomas de escritura.
Sección 2.ª.- Idiomas por señas.
Apartado 1.- Idiomas de señas arbitrarias.
Apartado 2.- Idiomas de señas naturales e idioma natural.
Observaciones de Hervás en este capítulo:
a) Aunque los idiomas sensibles al oído (verbales o lenguajes orales) no pueden captarlos los sordomudos, pueden llegar a hablarlos mediante una educación especial.
b) Los lenguajes escritos (escrituras) son aptos para los mudos, bien se trata de señas visibles, escritos alfabéticos, simbólicos o jeroglíficos.
c) El aprendizaje de idiomas en los ciegos y sordomudos ciegos debe basarse en el tacto.
Las páginas siguientes las dirige el abate al estudio de:
1.- Los idiomas de oído.
2.- Los idiomas de vista.
A los idiomas de oído dedica Hervás 128 páginas donde destacan las observaciones referidas a las técnicas de pronunciación aplicables a los sordomudos.
Los idiomas de vista los clasifica en:
2. 1.- Idiomas de escritura.
2. 2.- Idiomas de señas.
El idioma escrito vendría a ser el conjunto de todo aquello que se expresa gráficamente (mediante la escritura, el dibujo, etc.), para la comunicación de las ideas. Los que pueden realizar un aprendizaje normal de un idioma, refuerzan el aprendizaje visual con el vocal y auditivo, de ahí que para el sordomudo el aprendizaje sea más costoso.
Con arreglo a esto
y centrándose en las prácticas que realizaba en el
año 1793, dice Hervás: «Conociendo yo por razón y por
experiencia el inmenso trabajo que los sordomudos deben tener para
aprender a escribir un idioma, y reflexionando sobre el modo con
que se podría disminuir tanta fatiga, juzgué que
convendría enseñarles a pronunciar las palabras al
mismo tiempo que aprendían a escribirlas; pues la idea
sensible que tendría de la pronunciación de las
palabras, se podría excitar fácilmente, y
haría que prontamente se renovase la memoria de ellas. Luego
que me ocurrió este pensamiento, llamé a mi
habitación a un sordomudo que sabía pronunciar
palabras; puse a su vista escritas seis palabras extraordinarias
que no había leído o visto jamás: le hice
pronunciar tres de ellas, y le mostré despacio otra vez las
otras tres. El sordomudo escribió bien dos palabras de las
tres que había pronunciado; y de las otras tres que
había visto sin pronunciarlas, escribió algunas
sílabas, mas no se acordó de todas las letras de
ellas. Con este caso práctico me confirmé en la
utilidad de mi pensamiento. Mas para que los sordomudos,
valiéndose de la pronunciación de las palabras, se
acuerden fácilmente de su escritura, no es necesario que el
maestro les haga pronunciar con voz alta cada palabra: pues
éste modo de enseñar sería prolijo y
trabajoso, basta que les haga mover los órganos vocales del
modo con que se deben pronunciar, pues la idea sensible de
éste movimiento excitará fácilmente en ellos
la memoria de las palabras»
.220
A los idiomas de
señas les concede el abate gran importancia, por el papel
que desempeñan en la expresión y comunicación
de las ideas de los sordomudos, pero no se detiene en este campo
educativo, sino que lo extiende al sordomudo ciego y comenta:
«Si yo, por ejemplo, hubiera de
instruirá un sordomudo ciego, no podría darle
instrución alguna con ningún idioma vocal ni visible,
porque le faltaban el oído y la vista; y en este caso
debería valerme de un idioma adaptable o sensible a los
demás sentidos que tenía el sordomudo ciego. Me
valdría de señas de tacto o de olor o de gusto para
comunicarle mis ideas y hacérselas sensibles por el tacto o
por el olfato o por el gusto. En tal caso procuraría formar
un idioma de tacto para hablarle, puesto que es un sentido
más proporcionado que el olfato y el gusto para entenderse.
Compondría un silabario de letras de bulto que se pudiera
distinguir con el tacto; haría que las tocase el sordomudo
ciego y que me las figurase con los dedos de las
manos»
.221
Capítulo VI.- Resplandece una providencia admirable en la capacidad que cada sentido corporal tiene para suplir la falta de cualquiera de los otros.
En este capítulo atiende Hervás a la compensación que se produce en la sensibilidad de los sentidos de aquellos que carecen de cualquier otro. También describe la técnica de enseñanza de la lectura sobre los labios. (Sobre éste aspecto volveremos cuando analice el segundo tomo de la Escuela española de sordomudos, pues su contenido atiende a los elementos prácticos del método oral y gráfico de la educación de los sordomudos).
Capítulo único.- Maestros que han florecido en la instrucción de los sordomudos y autores que de ella han escrito: o historia del principio y de los progresos del arte de enseñar a los sordomudos el habla y la escritura de un idioma.
Artículo 1.º.- Pedro Ponce de León, Monje benedictino, primer maestro de sordomudos o inventor del arte de instruirlos en el siglo XVI.
Artículo 2.º.- Juan Pablo Bonet, Manuel Ramírez de Carrión y Pedro de Castro, maestros de sordomudos en el siglo XVII.
Artículo 3.º.- Autores que sobre la instrucción de los sordomudos escribieron en el siglo XVII y maestros que la exercitaron al fin de dicho siglo y a principios del siguiente.
Artículo 4.º.- Fundación de escuelas públicas de sordomudos a mitad del siglo XVIII y su estado hasta el presente año de 1793.
Ya hemos hablado al comenzar esta parte del estudio de los precursores en la educación de los sordomudos, hasta la aparición en escena de Hervás y Panduro, precursores sobre quienes se centra éste capítulo, por lo cual no vamos a añadir nada más, salvo que las observaciones del Abate se han ampliado y mejorado considerablemente gracias a los estudios de Navarro Tomás.222
Arte para enseñar por escrito a los sordomudos el idioma español.
Resulta admirable la forma en que Hervás planifica y sistematiza su método de educación especial (en 1793 estaba poniendo en práctica las ideas propias originales con que había reinventado el método oral), para que los sordomudos conociesen la gramática y pudieran expresarse y comunicarse también por escrito.
El proceso de explicación es el siguiente:
Capítulo I.- Avisos preliminares.
Capítulo II y III.- Conocimiento de las letras y significación de los nombres.
Capítulo IV.- Género y número de los nombres sustantivos.
Capítulo V.- Explicación de los adjetivos.
Capítulo VI.- Nombres sustantivos abstractos.
Capítulo VII.- Pronombres demostrativos y relativos.
Capítulos VIII al XIV.- Explicación de los verbos con la crítica de los métodos usados por Epée y su discípulo Silvestri.
Capítulo XV.- Explicación de los adverbios.
Capítuylo XVI.- Explicación de las preposiciones.
Capítulo XVII.- Explicación de las conjunciones.
Capítulo XVIII.- Explicación de las interjecciones.
Capítulo XIX.- Explicación de las señas de letras o alfabeto manual y las señas de palabras o ideas.
Hervás utiliza el mismo alfabeto que L'Epée (que seguramente siguió éste proceso: de fray Ponce de León a Ramírez de Carrión -que usan el mismo alfabeto manual-, y posteriormente pasa a Francia usándolo el abate L'Epée), con 21 signos y que Hervás amplió con los signos castellanos j, ll, ñ, u, y.
- a) El puño cerrado con el pulgar por fuera.
- b) La mano abierta con los dedos juntos y el pulgar extendido junto al índice.
- c) La mano arqueada con los dedos algo encogidos.
- d) Juntar las yemas de los dedos pulgar y medio.
- e) Encoger las últimas falanges de los dedos dejando la mano abierta.
- f) Arquear todos los dedos igualmente y colocar el pulgar sobre el índice.
- g) Dejar estirado y horizontal el índice, doblar los otros dedos colocando el pulgar sobre el dedo medio.
- h) Dejar estirados y horizontales el índice y el dedo medio; doblar los otros dedos, colocando el pulgar sobre el anular.
- i) Presentar la mano cerrada con el dedo pequeño levantado hacia arriba.
- j) La misma posición que la i, pero con el dedo pequeño dirigido hacia abajo.
- l) Presentar la mano cerrada con el dedo índice levantado hacia arriba.
- ll) La mano posición de la l, pero con el índice dirigido hacia abajo.
- m) Los tres dedos medios estirados hacia abajo.
- n) Los dedos índice y medio estirados hacia abajo, los otros doblados y tocándose.
- ñ) Como la n, pero dirigiendo los dedos estirados hacia arriba.
- o) Juntar las yemas de los dedos pulgar e índice formando un círculo.
- p) Todos los dedos estirados y un poco sueltos. Como la b, pero separando los dedos.
- q) Juntar las yemas de los dedos pulgar, medio y anular.
- r) Montar el dedo medio encima del índice.
- s) Tapar con la yema del dedo pulgar la uña del índice.
- t) Doblar el índice por encima del pulgar formando una cruz.
- u) Dejar estirados y horizontales el índice y el dedo medio, sin colocar el pulgar con el anular (para que no se confunda con la h).
- v) Los dedos índice y medio un poco abiertos, teniendo la mano en posición horizontal.
- x) Extender el dedo índice y encerrar el pulgar debajo de los otros tres dedos.
- y) La mano levantada, el pulgar separado y encogidas las falanges de los otros cuatro dedos.
- z) Cerrar la mano dejando el dedo meñique estirado y hacer en el aire un zig-zag.
Vocabulario de Hervás
También reúne el Abate un vocabulario de señas naturales, para que las utilicen los sordomudos y se comuniquen entre sí (idioma de señas fundamentalmente intuitivo, que constituye un documento histórico, dentro de éste tipo de enseñanza).
Agua, río.- Se sopla un poco, y moviendo las dos manos se figura la corriente del agua. El movimiento de las manos se hace alargándolas, y accionando como si se tocasen las teclas del órgano.
Aire.- Se sopla ligeramente y la mano derecha, cerca de la boca, se mueve un poco hacia afuera.
Alma.- Con un dedo se señala el sitio del corazón y después la frente.
Amar.- Con la palma de la mano derecha abierta se toca y aprieta debajo del pecho izquierdo, y al mismo tiempo se doblan o inclinan un poco el pecho y el cuello.
Amigo.- Se mueve la mano derecha hacia otro, como cumplimentándole, y después se arrima al pecho izquierdo.
Andar, caminar.- Se mueven las manos alargándolas un poco y al mismo tiempo alzándolas y bajándolas, para significar los pasos hacia adelante.
Animal.- Se mueve la mano como cuando alargándola se dice chu-chu al perro y otras bestias. Cada animal en particular se figura por los sordomudos con señas particulares y convenientes a alguna propiedad notoria de él. Así figuran al buey y al carnero con los puños sobre la cabeza para indicar los cuernos; al gato figuran acción de pasar la mano sobre el lomo y retirarla prontamente por temor de que sea arañada.
Antes, delante.- Se indica con un movimiento de la mano derecha que indica que está delante.
Añadir, juntar, reunir, sumar.- Se pone la palma de la mano derecha sobre el empeine de la mano izquierda algo cerrada.
Aposentar, aposento, silla de sentarse, taburete.- Con las manos se hace acción como para significar aquí hay esta cosa, la otra, etc., y luego se dobla el cuerpo como para sentarse.
Árbol.- Se levanta derechamente la mano y después con ella se acciona figurando la pompa del árbol o sus ramas y hojas.
Así, así es, justo, cosa justa, cosa debida.- Se hace la señal de la balanza; después se registra con la vista y se estrechan los labios haciendo un poco de hocico e inclinando la cabeza como indicando conformidad. Otra seña más sencilla es la de mover las manos hacia abajo dos o tres veces.
Atrás, detrás, después.- Se mueve la mano derecha señalando lo que está detrás.
Avariento.- Se señala a la persona aludida y luego se llevan al costado izquierdo las dos manos juntas como si en ellas tuviera un bolsillo de dineros y lo retirasen u ocultasen.
Balanza, peso, pesar.- Con los dedos pulgar e índice de la mano derecha se hace un círculo y con la otra mano o con las dos se hace el movimiento de los brazos de la balanza.
Basta, bastante.- Se mueve un poco, de alto a bajo, la mano derecha extendida y abierta con la palma hacia adelante.
Beber.- Se toca el labio inferior con el pulgar extendido del puño derecho cerrado.
Bueno.- Se besa una mano y después se unen las dos manos en acción de quien ora o suplica.
Calor.- Se sopla un poco y después, pasando la mano por la frente, como para quitar el sudor, se muestra un poco de desmayo o flojedad.
Calle, avenida.- Las dos manos extendidas se mueven como llevando el compás de los pasos al andar.
Casa.- Con las dos manos se hace un ángulo, figurando el tejado de dos vertientes y después, con el índice de la mano derecha se señalan varios puntos en la palma de la izquierda para significar las ventanas.
Casar, matrimonio.- Una señal es juntar y restregar los dos dedos índices. Otra señal es enlazar el índice de la mano derecha con el meñique de la izquierda. Otra es tocarse el dedo anular derecha y hacer después, con la mano derecho una cruz en el aire.
Cerca, vecino.- Se arrima una mano a un lado del cuerpo.
Cielo.- Una seña es levantar la mano derecha, hacer con ella un semicírculo en el aire y mirar hacia arriba. Otra seña es señalar hacia arriba con el dedo índice y después, con las dos manos, se marca en el aire una bóveda.
Ciudad, población.- Con las dos manos se hacen acciones de ver cosas altas por todas partes y después se muestra semblante de maravilla y alegría.
Cobarde, tímido.- Se hace la acción de levantar las manos y agacharse un poco, como lo hace quien teme que sobre él caiga algo.
Color.- Se señala otro semejante.
Comer.- Se unen los dedos pulgar e índice de la mano derecha, se llevan hacia la boca y ésta se abre y cierra varias veces.
Con.- Se pone una mano enfrente de la otra, ambas encorvadas.
Contra.- Se colocan los dos dedos índices paralelos y opuestos.
Cuadro.- Se mueven las manos paralelamente, primero horizontalmente y después verticalmente, dejando un espacio entre ellas como de un palmo.
Cuando.- Se fija la vista en sí mismo o en algún sitio.
Cuerpo.- Se toca el pecho con las palmas extendidas sobre él.
Debajo.- Se pone una mano sobre la otra y se mueve la inferior.
Desear, querer, conocer.- Se hace la señal de entender y después se señala a sí mismo bajando la cabeza como diciendo sí. Otra seña de querer es tocarse la frente con los dedos de la mano derecha y después hacer la seña de aquí. En este caso, la seña de no querer es tocarse ligerísimamente la frente con la mano, y luego rápidamente mover la mano castañeteándola.
Día.- Sobre el brazo izquierdo se inclina la cabeza; ésta después se levanta; se abren bien los ojos y con las manos se restriegan para despejarlos y se mira con atención y placer.
Dios.- Se levanta la mano derecha al cielo, se baja después y al mismo tiempo se inclina la cabeza.
Docto, talento.- Se toca la frente con la mano derecha, inclinando un poco la cabeza.
Engañar.- Se tiene la mano izquierda algo cerrada, se mete la mano derecha en su bolsillo como para sacar algo, se simula que lo que se saca se pone en la mano izquierda, se abre ésta mostrando que no tiene nada y con un dedo de la mano derecha se toca un diente y se hace un ligero movimiento hacia afuera.
En.- Se apoya el índice de la mano derecha en la palma de la mano izquierda.
Entre.- Se muestran los tres dedos medios de la mano derecha juntos y se abren moviendo el del centro.
Entender.- Se abre un poco la boca, se mueve la cabeza bajándola y al mismo tiempo se toca la frente con el índice de la mano derecha.
Estrellas.- Se señala el cielo con el índice de la mano derecha; después con el mismo se salpica en el aire mirando con los ojos muy abiertos.
Feo, sucio.- Se pasan por cara, cuello y parte del vestido las dos manos casi juntas, como limpiándose; a la vez se sopla suavemente.
Frío.- Se ponen las manos sobre el estómago, se restriegan en el cuerpo, y éste se encoge. También se hace solamente restregando las manos.
Fuego.- Se hace la acción de arrimar un dedo a un objeto y retirarlo repentinamente como si se hubiera quemado.
Grande.- Se levanta la mano derecha a cierta altura regular y luego se acerca a la mano izquierda.
Grandemente.- Se hace la señal de grande y después se arrima la mano derecha al costado derecho.
Haber.- Se alargan algo las manos y luego se recogen hacia sí mismo, como haciendo la acción de atraer alguna cosa.
Hembra, mujer, femenino.- Una seña muy frecuente es la de tocarse la punta de una oreja como indicando los pendientes. Otra es tocar o señalar la falda del vestido.
Hermoso.- Con la mano derecha se tocan los carrillos y la barbilla y se hace una manifestación de agrado.
Hermana o hermano.- Las dos manos unidas se ponen en una cadera y después en otra parte para significar que de ellas sale algo; después se hace la señal de hembra o de varón.
Hombre, varón, masculino.- Se señalan los pantalones o el sombrero.
Hora.- Se hace la señal de reloj y después con los dedos se indica el número de las horas.
Huir.- Se tiene abierta la mano izquierda en posición vertical, se arquea velozmente la mano derecha, arrimándola a la mano izquierda y moviéndola después ligeramente hacia delante.
Iglesia.- Se hace la señal de casa; después se juntan las manos como en súplica y después con una de ellas se hace una cruz en el aire.
Joven.- Con la mano derecha se tocan la barbilla y los carrillos, figurando cosa lisa e igual.
Liberal, dadivoso, espléndido.- Se simula la acción de dar dinero a los que están alrededor.
Ligero.- Se endereza mucho el cuerpo, mostrando gran brío y se mueven las manos como cuando se va a dar un salto grande.
Luna.- Se señala el cielo con el índice de la mano derecha y después con éste se hace un círculo pequeño.
Luz.- Se mira con vista como ofuscada por la mucha luz y se mueven las dos manos figurando que una cosa se halla en todas partes.
Llama.- Se sopla sobre las palmas de las manos juntas, y vueltas hacia arriba se levantan poco a poco para significar la subida de la llama.
Lluvia.- Se sopla un poco y al mismo tiempo se levantan las manos a la altura de la frente para irlas bajando y figurando que caen algunas cosas.
Madre.- Se ponen las manos sobre el vientre señalando la preñez. Algunos hacen, además, la señal de mujer.
Malo, malvado.- Se arriman las manos a la boca y después se mueven con acción de sacar o arrojar de la boca alguna cosa amarga o repugnante. Si se quiere aplicar a una persona, se le señala después.
Más.- Se mueven las dos manos un poco hacia arriba.
Menos.- Se hace la seña de más y luego la seña de no.
Mentir, desconfiar, incredulidad.- Cuando se aplica a una persona se hace la seña en dos partes. 1.º: Se señala a sí mismo, se mueve el índice de la mano derecha diciendo que no y después se señala a la persona aludida.
Mesa.- Con las manos abiertas y extendidas se figura una cosa plana y horizontal; después se hace la seña de nada.
Mismo, una misma cosa.- Se juntan las manos horizontalmente y extendidas de modo que los índices estén unidos y se separan y se juntan dos o tres veces.
Nada.- Con la uña del pulgar derecho se toca un diente y luego se mueve rápidamente como haciendo una raya en el aire.
Niebla.- Se sopla y, cerrando algo la vista, se mueven las manos como denotando puntos en el aire.
Nieve.- Se hace la señal de lluvia, pero con suma delicadeza; después la señal de frío.
Niño.- Se sitúan los brazos y manos como si en ellos se tuviese un niño.
Noche.- Se cierran algo los ojos; las manos se acercan a ellos y después se mueven indicando que alguna cosa les impide ver.
No.- Se mueve de izquierda a derecha la cabeza o la mano. Otra seña entre sordomudos es levantar la mano derecha y después bajarla. Otra es abrir la boca y gesticular con ella como protestando o rechazando algo.
Nombre.- Se hacen señas con que se describen cualidades materiales o acciones correspondientes al nombre aludido.
Padre.- Las manos se mueven como para unirse delante del estómago, se levantan, y se hace la señal de masculino.
Para, por.- Se pone el dedo índice en la frente y después se dirige hacia algún objeto.
Partir, cortar.- Se simula la acción de cortar o serrar con la mano derecha, de canto, sobre la mano izquierda colocada con la palma hacia arriba.
Pensar.- Se pone una mano en la frente, se inclina algo la cabeza y se adopta la expresión de estar pensativo.
Perezoso.- Se mueven las manos y el cuerpo en actitud de desperezarse.
Pintura, pintar, cuadros pintados.- Se hace la seña de cuadro y después, con un dedo, se hace la acción de pintar en el cuadro.
Plaza.- Se hace la seña de calle y después se traza un círculo horizontal en el espacio.
Presto, pronto, prontamente.- Con una o las dos manos se hace la acción de llamar a una persona y se repite esta acción algunas veces con velocidad.
Prudente, juicioso.- Se camina despacio, con seriedad, se compone bien el vestido y se observa si algo del vestido está descompuesto.
Puerta.- Con las manos abiertas se hace el movimiento de juntarlas y separarlas como se mueven las dos hojas de una puerta.
Pues.- Se simula la acción de dejar una cosa sobre otra.
Quietud.- Se pone la palma de una mano sobre el empeine de la otra.
Recibir.- Se alarga la mano derecha abierta y luego se retira.
Reloj.- Se muestra la palma de la mano izquierda y en ella se hace un círculo con el dedo índice de la mano derecha.
Restar, quitar.- Se pone la mano izquierda medio cerrada y con la mano derecha se simula que se coge algo de dentro de la mano izquierda.
Rico, acaudalado.- Se simula contar dinero, se sopla un poco hinchando los carrillos y se señalan los sitios propios de joyas, como collares, broches, pulseras, etc.
Robar, hurtar.- Se mueven los dedos caracoleando como queriendo enganchar alguna cosa.
Sacerdote.- Se señala con el índice de la mano derecha la tonsura.
Sacramento.- Se imitan los actos correspondientes a cada uno.
Ser.- Se pasa una mano sobre la otra.
Sin.- La misma seña que no.
Sobre.- Se pone una mano sobre la otra y se mueve la que está encima.
Sol.- Se señala el cielo con el índice de la mano derecha y después se arriman las manos a la vista como cuando ofende la luz solar.
Tarde, tardíamente.- Con una mano se señala una cosa como lejana; se hace acción de mirarla; se hace la seña de no y después la seña de quietud.
Tierra.- Se da una pisada en tierra; ésta se mira y luego, moviendo alrededor del cuerpo las dos manos se significa extensión grande.
Tinieblas, noche, oscuridad.- Se cierran casi del todo los ojos y se mueven las manos como si anduviese a tientas.
Todo.- Con las dos manos huecas, colocadas una frente a la otra se figura una cosa redonda; después se hace las seña de partir o cortar y luego la seña de no.
Venir.- Una seña es la de extender hacia la persona aludida el brazo derecho y luego arquear y doblar un poco los dedos y el antebrazo. Otra seña, más particular de sordomudos, es alargar los dos brazos hacia adelante, hacer en el aire como una madeja terminando el movimiento de las manos en el costado izquierdo y, por último la seña de aquí.
Verdad, verídico, cierto.- Se mueve la mano derecha hasta cerca de la boca; se cierra la boca con dos dedos de dicha mano; se inclina la cabeza como en la seña de sí y se mueve la mano derecha dos o tres veces hacia abajo, como en la seña sencilla de así es.
Viejo, anciano.- Con las manos se figuran arrugas en la cara.
Viento.- Se hincha la boca soplando algo con ella; se mueve la cabeza, se llevan las manos hacia la boca moviéndolas para significar el movimiento del aire.
Método práctico de enseñar el habla a los sordomudos.
Este sistema es el resultado de una intensa preocupación y dedicación; sistema que tiene como base el conocimiento de los métodos de Juan Bonet, Conrado Ammán, Juan Wallis, el Abate L'Epée y el Abate Silvestri, también las investigaciones sobre el mecanismo de la palabra de el P. Athanasio Kircher, el P. Gaspar Schotto, Wolfang de Kempelen, y otros.
Capítulo I.- Advertencias preliminares al método de enseñar el habla a los sordomudos.
Capítulo II.- Ortografía española: sus defectos y corrección de ellos.
Capítulo III.- Breve idea del método práctico para enseñar a los sordomudos la pronunciación de los acentos vocales silábicos.
Capítulo IV.- Pronunciación de las vocales a, e, i, o, u; se establece su orden natural y el que deben tener en los alfabetos. Se da idea práctica de la muchedumbre de vocales y diptongos que hay en las lenguas.
Capítulo V.- Pronunciación de las sílabas ba, pa, ma.
Capítulo VI.- Pronunciación de las sílabas ta, da, za, ce, ci, zo, zu.
Capítulo VII.- Pronunciación de las sílabas fa, va, sa, la, cha, lla, na, ña, ya.
Capítulo VIII.- Pronunciación de las sílabas ca, ga, ra.
Capítulo IX.- Pronunciación de las sílabas que empiezan con vocal y acaban con consonante.
Capítulo X.- Pronunciación de las sílabas de tres y cuatro letras.
Capítulo XI.- Advertencias útiles para facilitar el método de enseñar a los sordomudos la pronunciación de las letras y de las sílabas.
Capítulo XII.- Método de enseñar a los sordomudos a entender el habla con la vista de la varia configuración de los órganos vocales de los que hablan.
Capítulo XIII.- Acento y artificio gramatical de la lengua portuguesa.
Artículo I.- Alfabeto portugués y pronunciación de sus letras.
Artículo II.- Artificio gramatical del idioma portugués.
Apartado I.- Señala casos, artículos y declinación de los nombres.
Apartado 2.- Género y terminación de los nombres en el singular y en el plural.
Apartado 3.- Pronombres relativos.
Apartado 4.- Verbos auxiliares.
Apartado 5.- Conjugaciones regulares de verbos activos y pasivos.
Apartado 6.- Voz pasiva de los verbos.
Apartado 7.- Los verbos irregulares de uso más común.
Apartado 8.- Conjugación de trece verbos irregulares cuyo uso es frecuente.
Apartado 9.- Adverbios, preposiciones, conjugaciones, e interjecciones.
Capítulo XIV.- Alfabeto de la lengua italiana y pronunciación de sus letras.
Indicaciones más importantes que caracterizan el método de Hervás sobre la enseñanza práctica del habla a los sordomudos.
I.- Debe comenzarse la enseñanza por la pronunciación de las vocales en el orden: u, o, a, e, i, que es el orden de menor a mayor dificultad.
2.- En las escuelas debe haber láminas de cabezas humanas que estén en el acto de pronunciar las vocales, los diptongos y todas las sílabas que son necesarias para hablar el español. También, para casos difíciles, convendría tener una cabeza de madera, con mecanismos que pongan en movimiento los labios, dientes y la lengua, del mismo modo en que se mueven los órganos vocales.
3.- El orden de la pronunciación silábica debe ser el siguiente:
Primer grupo: ba, pa, ma.
Segundo grupo: da, ta, za.
Tercer grupo: fa, va, sa, cha, la, lla, na, ña, ya.
Cuarto grupo: ca (ke, ki, co, cu), ga (gue, gui, go, gu), ra, ja.
Quinto grupo: sílabas que empiezan con vocal, como al, an, ar.
Sexto grupo: sílabas de tres o cuatro letras, como pra, pan, pran.
4.- Hervás propone que para enseñar la pronunciación en los dos últimos grupos se debe hacer leer las palabras pAra, alA, anA, arA, panA, pranA, etc. escritas previamente en una pizarra y borrada después la letra sobrante para que quede la sílaba cuya pronunciación se desea.
Ejemplo:
alA | .................. | al |
anA | .................. | an |
arA | .................. | ar |
pAra | .................. | pra |
panA | .................. | pan |
pranA | .................. | pran |
Este segundo tomo de Escuela española de sordomudos acaba con un capítulo dedicado a la orientación e instrucción civil y moral de los sordomudos, orientación que no difiere de las normas dadas a aquellos que no precisan de una educación especial.
Junto al valor pedagógico de la intervención del Abate en este campo de la educación especial, destaca el valor, humano debido a su preocupación social por los derechos de los sordomudos.
Su llamada de atención sobre el hecho de que el sordomudo no sólo podía hablar, sino que debía hablar, desterraba la gran ignorancia social sobre esta materia, y ayudaba a mejorar la situación (pensamos en la aureola de desprecio que debía envolver a estos hombres en aquellos años de fines del siglo XVIII) humana de estos miembros útiles de cualquier sociedad tenida por culta, sociedad que respondería a este término si velaba y protegía los derechos de los sordomudos, y uno de ellos era el de la educación; pues Hervás había demostrado (con creces) que todo mudo, de mudez proviniente de sordera, podía hablar.
«A la diligencia y celo de estos piadosos
varones debiéronse asimismo gramáticas y vocabularios
de gran número de lenguas exóticas, catecismos y
traducciones de libros sagrados en caldeo, siríaco,
etíope, malabar, chino, japonés y sánscrito,
en los dialectos americanos y en los de no pocas islas de
Oceanía; riquísima mies lingüística que a
fines del siglo XVIII había de cosechar uno de los
esclarecidos hijos del solar español, el jesuita
Hervás y Panduro, de cuyo cerebro, como Minerva del de
Júpiter, brotó armada y pujante la Filología
comparada. ¡Con cuánto gozo vemos a Max Muller en sus
inmortales Lecturas sobre la Ciencia del Lenguaje, dadas en la
Institución Británica en 1861, reconocer y proclamar
en alta voz los méritos de Hervás, que conoció
y estudió cinco veces más idiomas que Court de
Gébelin y los demás lingüistas de entonces, y
que, en vez de lanzarse como ellos a sentar teorías
precipitadas y absurdas haciendo derivar del hebreo el persa, el
armenio y hasta el malayo, huyó cuidadosamente de toda
hipótesis que no estuviese fundada en la realida de los
hechos; juntó noticias y ejemplos de más de
trescientas lenguas; compuso por sí mismo las
gramáticas de más de cuarenta idiomas, y fue el
primero (entiéndase bien, el primero, así lo dice Max
Muller) en sentar el principio más capital y fecundo de la
ciencia filológica; es a saber: que la clasificación
de lenguas no debe fundarse (como hasta entonces empírica y
rutinariamente se venía haciendo) en la semejanza de sus
vocabularios, sino en el artificio gramatical. A la luz de esta
verdadera intuición de genio, probó Hervás y
Panduro, mediante un cuadro comparativo de las declinaciones y
cojugaciones en hebreo, caldeo, siríaco, etíope y
ambárico, que todas estas lenguas eran dialectos de una
misma familia, la familia semítica. Hervás
enterró para siempre la absurda idea de un hebraísmo
primitivo. Hervás notó singulares analogías
entre el húngaro, el lapón y el finnés, y
estuvo a punto de descubrir la familia uralo-altaíca o
turania. Hervás probó que el vascuence no era
dialecto céltico y echó las bases del iberismo de
Guillermo Humboldt. Hervás advirtió ya la singular
conformidad gramatical que une al sánscrito con el griego,
reconociendo la identidad de los verbos auxiliares y de las
desinencias de género. Hervás intentó el
primero una clasificación de las lenguas americanas,
reduciéndolas a once familias, cuatro meridionales y siete
septentrionales. Y, finalmente (son palabras de Max Muller), "uno
de los más hermosos descubrimientos de la ciencia del
lenguaje, el establecimiento de la familia de las lenguas malayas y
polinesias que se extienden por más de doscientos grados de
latitud en los mares Oriental y Pacífico, desde la isla de
Madagascar, al Este de África, hasta la isla de Davis, al
Oeste de América, fue hecho por Hervás mucho tiempo
antes de ser anunciado al mundo por Guillermo
Humboldt"»
.223
Una vez acabado
este estudio sobre la obra educativa de Lorenzo Hervás y
Panduro, puedo asegurar que en «toda
ella» late un sentimiento de preocupación y
dedicación humana, preocupación que le
supondría cincuenta años de ininterrumpido estudio y
reflexión sobre todo tipo de materias, dedicación que
le llevaría a un profundo conocimiento de la naturaleza
humana, y todo ello, gracias a una voluntad sobrecogedora y una
capacidad intelectual insospechada que, le permitirían
adaptarse a todo tipo de ciencias y saberes. Tanto es así,
que incluso ha llegado a formar parte de la Literatura
fantástica en manos del polaco Jean Potocki, que le hace
protagonista de uno de los capítulos de su libro:
Manuscrito encontrado en Zaragoza -como recuerda Julio
Caro Baroja en el prólogo del mismo: «Clara alusión a los trabajos
gigantescos del jesuita Lorenzo Hervás y
Panduro»
- y con título: Historia del
terrible peregrino Hervás. Creo yo, que debido a la
difícil comprensión de como fue posible producir en
una vida tan ajetreada una obra tan fecunda.
Por otra parte, quisiera expresar mi agradecimiento a GACETA CONQUENSE, que hizo posible esta publicación y no ha permitido que en el 250 aniversario de su nacimiento pasase desapercibida la memoria del ilustre polígrafo, al igual que sucediera en el año 1935, en el que la Asociación Nacional de Historiadores de la Ciencia Española, rindió homenaje al gran erudito conquense, dedicándole varias conferencias y llegando a publicar dos estudios; uno firmado por fray Zarco Cuevas, y el otro por J. A. Sánchez Pérez, tirada reducida y casi desaparecidos, pues se publicaron antes de la Guerra Civil y también sufrirían sus consecuencias.
Este fue el motivo principal de la realización de este estudio -que en parte recupera aquéllos otros-; que terminará como se inició, pues obra tan fecunda no da opción a otra cosa:
Nuevas perspectivas sobre la obra -educativa en este caso- de Lorenzo Hervás y Panduro.
- BONET (1620), J. P., Doctrina fonética de, en Revista Española de Filosofía, tomo VII, 1920. C.S.I.C., Madrid, 1970.
- CABALLERO, D. Fermín, Conquenses ilustres por... I. El Abate Hervás, Madrid, 1868.
- CHATEAU, J., Los grandes pedagogos, Platón, Vives, los jesuitas, etc., F.C.E., Madrid, 1974.
- FEIJOO Y MONTENEGRO, F. B., Teatro Crítico Universal, Madrid, Espasa-Calpe, S. A., 1951.
- GONZÁLEZ PALENCIA, A., Eruditos y libreros del siglo XVIII, Madrid, C.S.I.C., Instituto Antonio de Nebrija, 1948.
- ——, Biblioteca Conquense, Madrid,
C.S.I.C.,
y Ayuntamiento de Cuenca, 1949
- Vol. I.-Fuentes para la historia de Cuenca y su provincia.
- Vol. V y VI.-Memorias históricas de Cuenca y su obispado. Por Mateo López.
- GÓMEZ Y SÁNCHEZ, R., Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo I, Madrid, Ed. Colegio Nacional de Sordomudos, M. Rivadeneyra, 1897 (3.ª época).
- HERVÁS Y PANDURO, L., El Hombre físico, o anatomía humana físico-filosófica, Madrid, Imprenta de la Administración del Real Arbitrio de Beneficencia, 1800 (2 volúmenes).
- ——, Causas de la Revolución Francesa en el año 1789, y medios de que se han valido para efectuarla los enemigos de la religión y del estado, Madrid, 1807, (2 volúmenes).
- ——, Catálogo de las lenguas de las Naciones conocidas, y numeración, división y clases de éstas según la diversidad de sus idiomas y dialectos, Madrid, Imprenta de la Administración del Real Arbitrio de Beneficencia, 1800, (6 volúmenes).
- ——, Viage estático al mundo planetario en el que se observa el mecanismo y los principales fenómenos del cielo, se indagan sus causas físicas y se demuestran la existencia de Dios y sus admirables atributos, Madrid, Imprenta Aznar, 1793-1794, (4 volúmenes).
- ——, Escuela Española de sordomudos, o arte para enseñarles a escribir y hablar el idioma Español, Madrid, Imprenta Aznar, 1800, (2 volúmenes).
- ——, Historia de la vida del Hombre, Madrid, Imprenta Aznar, 1800, (7 volúmenes).
- HUIZINGA, J., El otoño de la edad media, Madrid, Alianza, 1979.
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- ——, Historia de las ideas estéticas de España, Santander, C.S.I.C., Aldus, S. A. de Artes Gráficas, MCMXLVII (edición preparada por Enrique Sánchez Reyes).
- ——, La Ciencia Española, Santander, C.S.I.C., Aldus, S. A. de Artes Gráficas, MXMLIII (edición preparada por Enrique Sánchez Reyes).
- MUÑOZ Y SOLIVA, T., Historia de la Muy N. L. e In. Ciudad de Cuenca, Cuenca, Imp. El Eco, 1866 (2.º volumen).
- ——, Noticias sobre todos los limos. Srs. Obispos..., Cuenca, Imp. F. Gómez, 1860.
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