Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


Abajo

El esfuerzo creador: unos versos de Horacio en la «Exposición del Libro de Job», de fray Luis de León

Javier San José Lera


Universidad de Salamanca



Una vez superado el planteamiento que consideraba ingenuamente las poesías de fray Luis de León como fruto de una genialidad espontánea, interpretando literalmente lo que no es sino un topos humilitatis en la Dedicatoria «A don Pedro Portocarrero»1, es frecuente encontrar en los estudios de la poesía del agustino una valoración que resalta el carácter consciente de su producción, así como la perfección formal alcanzada por un portentoso dominio de los recursos expresivos del idioma.

El escritor que muestra en sus trabajos en prosa una preocupación constante por no hablar «desatadamente y sin orden» ofrece también en su producción poética ejemplo claro del esfuerzo creador que se esconde tras un logro artístico2.

El caso del que voy a ocuparme a continuación es especialmente significativo, ya que no se trata de ninguna de las grandes obras en prosa, ni de las composiciones propias, sino de un fragmento de traducción de unos cuantos versos de Horacio presentados como apoyo e ilustración de un pasaje bíblico. De esta forma podremos comprobar cómo ese esfuerzo creativo afecta incluso a los trabajos que podríamos considerar de circunstancias, y se nos muestra, por lo tanto, enraizado con fuerza en el método compositivo luisiano.

El manuscrito 219 de la Biblioteca Universitaria de Salamanca contiene el texto en prosa de la Exposición del Libro de Job, que el agustino escribe hasta poco antes de su muerte3. Sus 518 folios, autógrafos en su mayor parte4, aparecen plagados de correcciones, que constituyen un auténtico arsenal de materiales para estudiar y comprender el constante esfuerzo estilístico de fray Luis y la orientación de su trabajo corrector5.

Entre las explicaciones filológicas, las argumentaciones escolásticas y los planteamientos doctrinales y morales, fray Luis inserta textos bíblicos y patrísticos con los que ilustra y autoriza su exposición. Por otra parte, la cultura humanística del agustino deja su huella más patente en las numerosas citas de autores y obras profanas, que constituyen la síntesis de una cultura: de la poesía griega a la latina, de la historiografía a la astrología, de la biología a la medicina6. Con todo ello va tejiendo la estructura de su exégesis cuya finalidad última es el conocimiento de la Escritura, concepto clave del humanismo cristiano y de la obra de fray Luis.

Entre esta urdimbre de citas, encontramos en los folios 466r y y 467r, los sucesivos borradores y el texto definitivo de la traducción que fray Luis realiza de los versos 7 al 12 de la «Oda» VII del Libro IV de Horacio. Esta traducción ilustra el comentario al versículo 15 del capítulo XXXVIII del Libro de Job.

El texto latino de estos versos es:


   Inmortalia ne speres, monet annus et almum
       Quae rapit hora diem.
Frigora mitescunt Zephyris, ver proterit aestas
       Interitura simul
    Pomifer Autumnus fruges effuderit, et mox
       Bruma recurrit iners.7



Al compararlo con la versión definitiva de la traducción de fray Luis (fol. 467r):


El año y presto buelo
de la hora que huyendo roba el día,
te enseñan que en el suelo
no esperes bien durable, que a la fría
sazón hazen templada
los zéphiros, la dulce primavera
es del estío hollada,
el qual también fenece, quando afuera
derrama el rico seno
el otoño de frutas coronado
y torna luego lleno
de escarcha a suceder el tiempo helado,



nos damos cuenta de una primera diferencia: fray Luis ha procedido a una amplificación del texto horaciano, de forma que los seis versos de Horacio se han convertido en doce en la traducción. Este recurso de la amplificación era normal en las traducciones de los clásicos, y Marcial José Bayo lo señala a propósito de las traducciones luisianas de églogas de Virgilio8. Las necesidades de literalidad que sentían los traductores de textos profanos no pesaban tanto como las de captar la esencia poética del autor traducido e inyectarla en el texto propio9.

No pretendo hacer aquí un análisis comparativo entre los versos de Horacio y los de fray Luis10y ver, como señalaba ya con indudable acierto Menéndez Pelayo, cómo fray Luis se apropia del original y le infunde su aliento poético11: desde la estructura formal elegida, la métrica, con esos encabalgamientos tan característicos12, hasta las metáforas. Mi intención es ir persiguiendo paso a paso el esfuerzo creador de fray Luis a través de las versiones previas de la traducción, el texto en movimiento hacia la consecución de un logro artístico.

En el folio 466r encontramos la primera versión13:


El año y presto buelo14
del ora que por puertos roba el día
(te) enseñan que en el suelo
no esperes lo durable, que la fría a la fría
sazón hace templada15
el zéphiro, y la suya del ardiente
estío es abrasada,
el qual también fenece en continente16
que las (sus) miesses derrama
el otoño de fructos coronado
que finalmente llama17
al inuierno torpíssimo y elado18.



Esta primera versión aparece en el manuscrito completamente tachada por líneas cruzadas.

El primer verso es ya el de la versión definitiva que aparece en el folio 467r, y no sufre variación alguna en las redacciones sucesivas.

En el segundo verso, en cambio, encontramos ya una variante significativa: el sintagma preposicional «por puertos» de la versión inicial es sustituido por el gerundio huyendo en la definitiva. Mediante la forma verbal elegida, que implica una acción en desarrollo, y el propio concepto huir, crea un verso mucho más eficaz para la expresión de la idea del paso del tiempo, que a través de la sucesión de estaciones plantea el original horaciano, y que va a determinar buena parte de la orientación correctora de fray Luis.

En el verso tercero incorpora entre líneas el pronombre personal te, que no aparecía en la redacción inicial. La inclusión del pronombre, que no afecta a la métrica por la sinalefa, («te enseñan») incide en la tonalidad directa impuesta por el imperativo del verso siguiente, «no esperes». Así, el sentido universal de la forma inicial enseñan se concreta en una referencia personal que involucra al lector en el proceso que describe. De esta forma, la enseñanza personalizada hace más acuciante el sentido de los versos. El carácter apelativo del original ne speres es así potenciado en la traducción.

La versión inicial del verso cuarto ofrece una nueva variante: fray Luis traduce el neutro del latín inmortalia por una forma neutra en castellano, lo durable; pero llevado de ese espíritu recreador ya señalado, confiere un sentido más preciso a su verso, incorporando en la versión definitiva el sustantivo bien, que va a aparecer insertado en las sucesivas versiones: «no esperes bien durable». Carga así una forma neutra con nuevas connotaciones positivas irradiadas del sustantivo, y potencia al mismo tiempo, por contraste, la idea de frustración expresada por el imperativo negativo. Junto a este cambio de naturaleza semántica, encontramos en el mismo verso una corrección que sustituye el sintagma nominal inicial por un sintagma preposicional que lo incluye («la fría / a la fría»). El cambio parece solventar un error de lectura inicial; en cualquier caso, el cambio supone una alteración de la estructura inicial de la frase, que nos es imposible reconstruir.

El verso cinco presenta un cambio en la persona del verbo para hacerlo concordar con su sujeto, cuyo número aparece alterado en el verso siguiente. Allí, zéphiro es sustituido por el plural zéphiros. Con ello, fray Luis se está ajustando al original Zephyris, pero fundamentalmente está potenciando la capacidad expresiva del verso19.

Considerado en su totalidad y su contexto:


sazón haze templada
el zéphiro y la suya del ardiente
estío es abrasada,



el verso sexto resulta excesivamente oscuro, con esa referencia pronominal, la suya ('su sazón') y una sintaxis dislocada (inversión, encabalgamiento), que dificultan la comprensión. Por el contrario, la versión definitiva:


sazón hazen templada
los zéphiros, la dulce primavera
es del estío hollada,



es mucho más armoniosa de ritmo y concepto, y se ajusta más al original, incidiendo en la sucesión de las estaciones como símbolo del paso del tiempo: ver proterit aestas.

Continuando con nuestro análisis, en el verso 7 encontramos una variación en el orden de los elementos de la frase, que debe ponerse en relación con los cambios efectuados sobre los dos versos anteriores. Junto a esta variación estructural, («estío es abrasada / es del estío hollada»), el verso nos ofrece inicialmente tres posibilidades léxicas previas a la versión definitiva. Al margen del problema métrico originado por la variación de la estructura sintáctica, intervienen sin duda factores semánticos: fray Luis valora las posibilidades expresivas de los términos, siguiendo un proceso de elección de palabras establecido por la retórica. Fray Luis de Granada expresa con claridad este precepto retórico:

Sed cum eandem rem frequenter plura verba significent, quod Synonimia vocatur, commodiora semper et meliora eligenda sunt. Constat enim inter haec ipsa verba, alia esse aliis consonantiora, grandiora, honestiora, sublimiora, nitidiora, iucundiora, vocaliora20.



Al mismo tiempo, el maestro agustino no pierde de vista el original que traduce, analizando su sentido y tratando de expresarlo con la mayor propiedad posible en su propia lengua. En el caso que nos ocupa, cada una de las tres formas propuestas debió de ser valorada siguiendo el método que el propio fray Luis de León explica en el prólogo a la Exposición del Cantar de los Cantares:

El que traslada ha de ser fiel y cabal, y, si fuere posible, contar las palabras para dar otras tantas, y no más ni menos, de la misma cualidad y condición y variedad de significaciones que las originales tienen, sin limitarlas a su propio sentido y parecer, para que los que leyeren la traducción puedan entender toda la variedad de sentidos a que da ocasión el original.21



Del análisis de la variedad de significaciones de la forma original proterit resulta que podemos desechar acabada, por su escasa expresividad y adecuación con el original; la forma inicial abrasada, además de no ajustarse al metro tras los cambios realizados en el verso, no traduce el original más que en su sentido de 'destrucción', como ocurre con la forma destrellada propuesta al margen, y por otra parte, carece de la riqueza connotativa del término elegido para la versión definitiva. Al redactar ésta, fray Luis nos ofrece la forma que con mayor acierto traduce el verbo de Horacio, hollada, puesto que no sólo recoge el sentido de 'destrucción', sino también los de 'profanación', 'humillación' y 'desprecio', que pueden reconocerse en el original22.

El resultado del esfuerzo creador de fray Luis después de los continuos tanteos demuestra su sensibilidad poética y su dominio, tanto de la lengua que traduce, como de la propia:


ver proterit aestas




... la dulce primavera
es del estío hollada.



Siguiendo adelante con el cotejo de las variantes que ofrece esta primera versión de la traducción frente a la definitiva, el verso octavo presenta una alteración que afecta al segundo hemistiquio. La expresión adverbial que aparecía inicialmente, «en continente», incidía en el contenido temporal del poema y resultaba desde ese punto de vista adecuada. Pero la corrección realizada en el verso seis obligaba a un cambio de la rima, por lo que fray Luis debe sacrificar esta forma adverbial. No obstante, el contenido temporal, básico, como hemos señalado en la configuración temática del poema, se vierte en una oración adverbial, «quando afuera...», que, si bien no transmite la idea de fugacidad, se articula con coherencia en el contexto.

La corrección efectuada sobre el verso 9 pone en evidencia uno de los procedimientos más habituales en la poesía de fray Luis de León: la aliteración. Toda la poesía del Siglo de Oro español está plagada de recurrencias fónicas, que debemos atribuir al carácter oral de su transmisión. Los tratadistas conceden una gran importancia a la expresividad del material fónico de las palabras, como ha señalado Ricardo Senabre23. En esta ocasión la recurrencia de r del verso definitivo: «derrama el rico seno», además de hacer el verso más «grave, tardo y lleno», como decía Femando de Herrera a propósito de un fenómeno similar en la obra de Garcilaso24, apoya la idea de derramamiento abundante. El proceso hasta la versión definitiva tiene un paso intermedio en el que se muestra la voluntad de fray Luis de construir un verso sonoro: la sustitución del artículo las por el posesivo sus, insertado entre líneas, creaba una recurrencia de s («que sus miesses derrama»), que no resulta tan expresiva como la del verso definitivo.

Junto a este trabajo con la materia fónica del verso, el perfeccionamiento del mismo se completa con la creación de una metáfora, que no podemos dejar de poner en relación con el comienzo de la «Oda al licenciado Juan de Grial»: «Recoge ya en el seno / el campo su hermosura». El acierto poético de fray Luis es evidente, transformando el verso de Horacio Pomifer Autumnus fruges effuderit, que había traducido correctamente en la versión inicial («que sus miesses derrama / el otoño de frutos coronado»), e insuflándole el mismo aliento poético que a sus obras originales: «derrama el rico seno / el otoño de frutas coronado».

El verso 10 presenta una alternancia entre frutos y frutas, en principio sin gran trascendencia; pero una vez más muestra la preocupación del agustino por la palabra justa, constante en las correcciones a que somete la prosa de su comentario al Libro de Job. Frutas parece tener un estereotipo más marcadamente positivo, pues como dice el Diccionario de Autoridades: «llámanse comúnmente frutas aquellas que sirven más para el regalo que para el alimento». Así, fray Luis está desarrollando coherentemente desde el punto de vista semántico la metáfora del verso anterior: «derrama el rico seno». Desde un punto de vista puramente fónico, la forma frutos inicial, producía un verso de sonoridad oscura, cargado de vocales velares: «el otoño de frutos coronado», mientras el verso definitivo resulta con una sonoridad más armoniosa al oído25.

El poema queda sin final resuelto en esta primera redacción. El verso 11, que inicialmente mantenía la rima -ama con el verso 9, se ve alterado, ajustándose al cambio realizado en dicho verso. El elemento temporal caracterizador del núcleo temático del poema aparecía en esta versión en el adverbio finalmente; en la versión definitiva aparece también en un adverbio, luego (con el sentido clásico de 'inmediatamente'), que resulta más expresivo al subrayar la idea de fugacidad que ya aparecía en la expresión adverbial en continente, que se había visto obligado a suprimir del verso 8 por problemas de rima. Al mismo tiempo, el contenido de la forma torna incide en la idea de ciclo de cumplimiento inexorable. Formalmente, esta idea de ciclo se apoya en la repetición de contenidos al principio y al final del poema: «la fría sazón» (v. 4) ... «el tiempo elado» (v. 12).

La variante de este verso que anota al margen («que sin hoja ny rama») es previa al cambio de rima del verso 9, pues mantiene la terminación inicial -ama. Este verso desarrollaba, mediante una pequeña amplificación, el adjetivo latino iners, usado por Horacio, pero carecía del componente temporal, que en la oda horaciana tiene un lugar predominante al final del verso: «... et mox / Bruma recurrit iners», y que a fray Luis le interesa resaltar ya que el poema está aducido como ejemplo del paso devastador del tiempo; no olvidemos el contexto del comentario en el que se inserta la traducción de Horacio:

Y más propriamente Salomón en el Ecclesiastés de la mudanza de los tiempos y de las diuersas bueltas del sol viene a confirmar las caídas, los sucessos varios, la vanidad y corrupción de la vida. Y aun el poeta lírico guía a lo que parece por aquí quando dize: [a continuación los versos de Horacio que analizamos].26



Esta primera versión termina con un verso en el que fray Luis apunta ya los dos elementos temáticos básicos del verso definitivo: al inuierno... y elado («de escarcha a suceder el tiempo elado»), pero no ha encontrado aún la forma suceder, que en relación con torna luego del verso anterior incide en la idea de sucesión cíclica e inevitable del tiempo.

Debajo de esta primera versión del último verso tantea un nuevo final: «verd a boluer luego el tiempo elado», donde ya aparece como núcleo final del verso el sintagma tiempo elado, que como ya hemos visto, cierra coherentemente el poema, remitiendo a la fría sazón del verso 4. Además, introduce ya, no en su forma definitiva, la idea de sucesión, clave en este final de la traducción.

El análisis de estos versos muestra claramente el esfuerzo recreador del agustino, que en la Dedicatoria de las obras poéticas a don Pedro Portocarrero escribe todo un programa ideal de traducción:

De lo que es traducido, el que quiera ser juez, pruebe primero qué cosa es traducir poesías elegantes de una lengua extraña a la suya, sin añadir ni quitar sentencia y guardar cuanto es posible las figuras de su original y su donaire, y hacer que hablen en castellano y no como extranjeras y advenedizas, sino como nacidas en él y naturales27.



Podemos seguir la huella práctica de este ideal del traductor, expresado teóricamente en la Dedicatoria de las poesías, en la aplicación que de él hace con la traducción de Horacio.

El trabajo corrector de fray Luis continúa todavía en sucesivos tanteos expresivos de los versos. Tras esta primera versión de los versos de Horacio, aparecen en el manuscrito cuatro versos que traducen el célebre epigrama de Ausonio Collige virgo rosas, en los cuales no voy a detenerme28.

Después de la traducción de Ausonio, todavía en el folio 466r, vuelve fray Luis al poema de Horacio, cuya versión no le satisfacía aún, y copia desde el verso 5 una nueva traducción que sólo a partir del verso 8 ofrece variantes. He aquí los versos:


sazón hazen templada
los zéphiros, la dulce primavera
es del estío hollada,
que á de fenecer luego que afuera
derramare su seno29
el otoño de fructos coronado
y de torpeza lleno30
toma luego a boluer el tiempo elado31.



El verso 8, que se veía antes afectado por el cambio de rima, aparece ya con la palabra que sostiene la nueva rima -era, introducida por el sustantivo primavera que aparece en el verso 6. Pero el verso que leemos en este nuevo fragmento: «que á de fenecer luego que afuera», aunque contiene los elementos semánticos básicos del verso definitivo («el qual también fenece quando afuera»), resulta un tanto tosco respecto al ritmo. En efecto, la dialefa a la que nos vemos obligados para mantener la métrica del verso: «que / á de fenecer...», provoca un efecto rítmico poco armonioso32.

En el verso 9 observamos cómo ha encontrado ya fray Luis la metáfora que aparece en la versión definitiva: «derramare su seno / derrama el rico seno», pero aún no ha dado con la forma idónea de expresión a través de la recurrencia fónica ya señalada. El hecho de que anote al margen el sustantivo miesses, que traduce literalmente el original fruges, muestra cómo fray Luis continúa sopesando la expresividad de este término, empleado en la versión inicial, pero sustituido ahora por el término metafórico seno.

La otra anotación marginal que encontramos a la altura del verso 9, afecta al verso 10: en el sintagma varias frutas" aparece ya el sustantivo frutas de la versión definitiva, cuya expresividad ha sido valorada anteriormente.

El verso 11 aparece ya ajustado a la rima determinada por el cambio realizado en el verso 9: seno / lleno. Traduce como torpeza el término latino iners, 'inactivo', quizá al relacionarlo con la forma inertia, 'torpeza', pero que en el poema de Horacio parece significar más propiamente 'estéril'. Pero el resultado en español de esta traducción altera completamente el sentido del verso latino o provocaría una interpretación muy forzada de torpeza como cultismo semántico33. En cualquier caso, el verso no parece muy afortunado, como muestra la variante anotada al margen, y que es ya la definitiva: «torna luego lleno», con las ideas básicas de repetición cíclica y fugacidad, ya señaladas.

El último verso continúa presentando problemas, como se desprende de las numerosas variaciones a que se le somete. La versión que escribe ahora: «torna luego a boluer el tiempo elado» era aceptable rítmicamente, pero resulta redundante por la repetición de conceptos: torna a volver.

Por otra parte, ha perdido el equilibrio estructural que en la primera redacción había apuntado, situando al comienzo y al final del verso dos términos relacionados desde el punto de vista semántico: invierno... elado, estructura que recuperará en la versión definitiva: escarcha... elado. Debajo del último verso anota diversas posibilidades de traducción que denotan una referencia común al invierno, y entre las cuales aparece ya la forma escarcha, que será la que permita construir el verso en la versión definitiva: «de escarcha a suceder el tiempo elado».

Hasta aquí el contenido del folio 466r.

En el 466, volvemos a encontrar tanteos expresivos que afectan a los últimos versos del poema y en los cuales aplica alguna de las anotaciones marginales anteriores. Leemos:


de varios fruttos lleno34
el otoño de hojas coronado35
y luego buelue el torpe tiempo elado36
luego se buelue toma el torpe tiempo elado.



A continuación copia de nuevo los doce versos del poema. No hay ya variantes respecto a los siete primeros versos, aunque en el verso 4 sigue diciendo: «no esperes lo durable»; la forma definitiva, «no esperes bien durable», no aparece hasta el folio 467r.

Respecto a los cinco versos restantes, leemos en el folio 460 la siguiente versión:


que á de fenecer luego que afuera37
derramare su seno
de varias miesses lleno
el otoño de fructos coronado
y torna luego el torpe tiempo elado38
y toma a boluer luego el tiempo elado
y luego buelue y torna el tiempo elado39.



En el verso 8 corrige el defecto rítmico que hemos señalado anteriormente, y encuentra ya la forma definitiva del verso que anota al margen. El verso resultante contiene la información precisa, incidiendo en la línea temática de lo temporal, y presenta una disposición acentual armoniosa, sin la ruptura de la dialefa:

- -' - (-') - -' -(-') - -' -

el qual tam bien fe ne ce quan doa fue ra

Desde el punto de vista de la estructura estrófica, la disposición que adoptan los versos 9 a 12 en esta versión supone una alteración de las rimas alternas que se mantienen en las dos estrofas anteriores (aBaB / cDcD, mientras esta tercera estrofa se presenta como eeFF), y de la combinación alternativa de heptasílabos y endecasílabos, ambos procedimientos tradicionales para reproducir el ritmo de la estrofa horaciana, y que fray Luis mantendrá en la versión definitiva40.

Considerando los versos independientemente, el verso 9 no presenta variantes respecto al analizado con anterioridad. El que aquí aparece como verso 10 sustituye al que en las versiones previas es el 11. La expresión varias miesses no me parece muy acertada por la imprecisa aplicación del adjetivo indefinido a un nombre colectivo. Aun cuando se considere que el sustantivo designa realidades diferentes (cereales de distintos tipos), el indefinido parece un recurso para completar el verso.

A continuación, el verso 11, sin variación respecto a lo ya comentado, y por último, hasta cuatro versiones diferentes del verso 12, con cuya expresión definitiva no acierta todavía.

La primera de las versiones es desechada por su ritmo machaconamente repetitivo debido a la recurrencia de t («y torna luego el torpe tiempo elado»), y por el problema semántico, ya comentado, que se deriva del adjetivo torpe como traducción del latín iners.

Las otras dos versiones del verso resultan repetitivas conceptualmente:


y torna a boluer luego...
y luego buelue y torna...



Por último, al margen anota elementos sueltos de este verso final, que queda sin resolver.

Cuando reproduce nuevamente el poema en su versión definitiva, en el folio 467r, este último verso, el que más problemas le ha planteado a fray Luis, aparece sin ningún tipo de corrección, lo cual nos permite sospechar que fray Luis continuó tanteando en borradores aparte, hasta dar con el verso definitivo, que copia luego a limpio.

Todavía al copiar la versión definitiva en las doce primeras líneas del folio 467r, introduce alguna pequeña anotación. Así, en el verso 3, al margen escribe «auisan», como alternativa a la forma enseñan. Ambos términos funcionan de manera equivalente, aunque quizá quepa aducir en contra de la forma auisan su carácter polisémico, que generaba ambigüedad, al reunir otros significados al de 'instruir', que es el pertinente en el contexto.

Al copiar el verso 10, pensó en alterar el participio, pero la nueva forma fue desechada antes de llegar a escribirla completa: «el otoño de fruttas rode coronado». El término desechado es fácilmente reconstruible: rodeado. Su expresividad, creo, es mucho menor que la del término que ha venido utilizando en todas las versiones previas y que a la postre es el definitivo. Las connotaciones de embellecimiento y culminación faltan por completo en el participio rodeado, que no implica más que una disposición de lugar.

*  *  *

La actitud vigilante que fray Luis asegura tener frente a la prosa («porque no hablo desatadamente y sin orden y porque pongo en las palabras concierto, y las escojo y les doy su lugar»)41, se extiende y afecta también a su creación poética, en este caso en forma de traducción42. La preocupación que muestra fray Luis de León a lo largo de su obra por establecer una teoría de la traducción, se manifiesta también en la práctica, no sólo de las traducciones sagradas, sino también de las de autores greco-latinos.

Las líneas de corrección estilística que aquí hemos comprobado: preocupación por la palabra más expresiva, búsqueda de la precisión significativa, establecimiento de líneas estructurales que organicen los contenidos armónicamente, construcción de cláusulas acentuales rítmicas son, en esencia, las mismas que operan continuamente en el trabajo de lima de la prosa de su Exposición del libro de Job, salvando, naturalmente, las distancias derivadas del hecho de que el poema impone unos moldes expresivos y unas convenciones determinadas, y la prosa unos condicionamientos retóricos diferentes.

Aunque inicialmente la traducción de los clásicos fuese un puro ejercicio estilístico, fray Luis dota a sus traducciones de una dimensión nueva, obligándonos a rastrear en ellas muchas de las intuiciones poéticas que aparecen en sus obras originales:

No hay más que ver cómo al traducir, se le va la mano, casi siempre para mejor. Y cómo hasta las infidelidades veniales o capitales están tentadas por brotes o revientos de obra original.43



Sin embargo, el proceso de incorporación de materiales clásicos a las obras originales que señala Rafael Lapesa:

Quien traducía a Píndaro, Catulo, Virgilio y Horacio no podía menos de incorporar a la forma de sus poemas enseñanzas de los clásicos amados44,



se muestra aquí en sentido inverso: la traducción se ve mejorada por la experiencia creadora acumulada en toda una vida por el maestro agustino: el texto que hemos analizado pertenece al capítulo 38 de la Exposición del Libro de Job, que aparece fechado en el manuscrito, de mano del propio fray Luis, el 14 de diciembre de 1590, es decir, ocho meses antes de su muerte45. En algunas correcciones llevadas a cabo en la traducción de este fragmento de Horacio, y en ciertos moldes expresivos resuenan ecos de algunas composiciones originales. De esta forma, si el fray Luis poeta aprendió sin duda del fray Luis traductor, parece cierto también que los aciertos originales le han servido en este caso para el perfeccionamiento del arte de traducir.

El esfuerzo creador de fray Luis de León le permitió superar las dificultades inherentes a toda traducción; ciertamente fray Luis era muy diestro en cada una de las lenguas con que trabajaba, y era consciente de que «assí unas cosas se dizen en una lengua bien, que en otra no se pueden dezir ansí bien; y en la misma otra ay otras que se digan mejor que en otra ninguna»46.

Menéndez Pelayo ensalzaba las traducciones que fray Luis de León hizo de los clásicos, señalando que «el soplo vivífico de la inspiración» había pasado sobre ellas, y condenando por sacrílegos a cuantos se detuvieran en notar los errores mecánicos de traslación, negando a los tales todo sentido estético47. Espero poder escapar de las iras de don Marcelino después de haber entrado en el taller del poeta y mostrado cómo, tras ese soplo de la inspiración y la sensibilidad poética, hay un trabajo y un esfuerzo creador constante en busca de la palabra justa.






Apéndice: transcripción de los folios 466 y 467r del ms. 219 de la Biblioteca Universitaria de Salamanca

[fol. 466r]48


El año y presto buelo49
del ora que por puertos roba el día
(te) enseñan que en el suelo
no esperes lo durable, que la fría a la fría
sazón haze templada50
el zéphiro, y la suya del ardiente
estío es abrasada,
el qual también fenece en continente51
que las (sus) miesses derrama
el otoño de fructos coronado
que finalmente llama52
al inuierno torpíssimo y elado53.



Y el otro que dize ansí:


Coge donzella las purpúreas rosas
en quanto su flor nueua y frescor dura,
y aduierte que con alas presurosas
buelan ansí tus oras y hermosura54
      sazón hazen templada
      los zéphiros, la dulce primauera
      es del estío hollada,
      que á de fenecer luego que afuera
      derramare su seno55
      el otoño de fructos coronado
      y de torpeza lleno torna luego lleno
      torna luego a boluer el tiempo elado56



[fol. 466]57


de varios fruttos lleno58
el otoño de hojas coronado59
y luego buelue el torpe tiempo elado60
luego se buelue torna el torpe tiempo elado61
El año y presto buelo
del ora que huyendo roba el día
enseñan que en el suelo
no esperes lo62 durable, que a la fría
sazón hazen templada
los zéphiros, la dulce primauera
es del estío hollada
que á de fenecer luego que afuera63
derramare su seno
de varias miesses lleno
el otoño de fructos coronado
y torna luego el torpe tiempo elado64
y torna a boluer luego el tiempo elado
y luego buelue y toma el tiempo elado65



[fol 467r]


El año y presto buelo
del hora que huyendo roba el día
te enseñan66 que en el suelo
no esperes bien durable, que a la fría
sazón hazen templada
los zéphiros; la dulce primauera
es del estío hollada,
el qual también fenece, quando afuera
derrama el rico seno
el otoño de fruttas67 coronado,
y toma luego lleno
de escarcha a suceder el tiempo elado.



Y el otro poeta latino que dize ansí:


Coge, donzella, las purpúreas rosas
en quanto su flor nueua y frescor dura,
y aduierte que con alas presurosas
buelan6868 ansí tus días y hermosura.



SAN JOSÉ LERA, Javier. El esfuerzo creador: unos versos de Horacio en la «Exposición del Libro de Job», de fray Luis de León. En Criticón (Toulouse), 52, 1991, pp. 25-39.



Resumen. El análisis de los sucesivos borradores de una traducción de Horacio que aparece en el manuscrito autógrafo de la Exposición del Libro de Job, de fray Luis de León, nos permite reconstruir el proceso de creación del poema. Las tendencias correctoras que aplica a la traducción de un texto clásico muestran principios similares a los de su poesía original y a los de su prosa. Estos principios vertebran toda la labor creativa de fray Luis: atención a los valores rítmicos, a la claridad constructiva y al valor expresivo de las palabras.

Résumé. L'analyse des brouillons successifs d'une traduction d'Horace qui se trouve dans le manuscrit autographe de l' Exposición del Libro de Job, de fray Luis de León, permet de reconstruire le processus de création du poème. Ce qui régit la méthode de la traduction-correction, par fray Luis, de ce texte classique, ce sont les mêmes principes que ceux de sa poésie originale ou de sa prose: attention portée aux valeurs rythmiques, à la clarté de la construction et a la valeur expressive des mots.

Summary. The analysis of the consecutive drafts of an Horace's traduction by fray Luis de León, which appears in the manuscript of the Exposición del Libro de Job, allows us to reconstruct the creative process of the poem. The rules of correction that fray Luis applies to a classical traduction show similar principles to those of his original verse and prose. Those principies organize fray Luis whole creative work: atention to rhythm, clearness in structures and meaningful values of words.

Palabras clave. Fray Luis de León. Proceso creativo. Verso y prosa. Traducción. Horacio.



 
Indice